Katia se desperez en la cama.

Lo nico agradable de estar en ese lugar era poder dormir hasta tarde que no deba ni hacer la cama, ni limpiar.

Pero era increblemente aburrido.

All no haba electricidad, y por lo tanto, la chica no tenia los medios de entretenimiento con los que contaba siempre. Se pregunto como es que Allen lo soportaba. Sabia por sus fuentes confiables que era adicto a la Play station.

Aparte de eso, no sala del cuarto de no ser para el almuerzo y la cena. No es que no pudiera salir, la puerta no estaba cerrada con llave, pero no se atreva. El castillo la intimidaba, tan grande y monstruoso, tema perderse.

Observo aburrida el dosel de la cama. Suspiro y se destapo.

Camino, como hacia durante las maanas, hasta la ventana, para mirar el tenebroso bosque de rboles muertos. Le recordaban al bosque de la pelcula Sleepy Hollow, la leyenda del jinete sin cabeza, de Tim Burton, en la que haba trabajado Jonny Deep.

Entonces se acord, que la pelcula estaba ambientada en el siglo 18, para lo cual faltaban 5 aos, y se le helo la sangre.

Neg con la cabeza con rapidez.

No, no, El jinete sin cabeza no exista!

- oh! Ya despertaste cielo!

Katia se volteo.

Roseanne, la mujer de cabello negro, asomaba la cabeza por la puerta.

- No tena mas sueo.

La mujer la ayudo a ponerse otro bonito pero ajustado vestido. Haba pasado all 6 das y nunca haba vuelto a usar el mismo vestido.

Hoy le tocaba uno azul claro. Ese le gustaba ms que los otros. Tenia detalles en encaje negro y en beige. Adems, el celeste siempre haba sido su color favorito, y aunque ese azul no llegaba a serlo, era precioso.

Luego, Roseanne la peino. Le desenredo el cabello con cuidado y le hizo un rodete.

Por ultimo le abrocho al cuello una gargantilla de plata. De la cadena, colgaba un dije con forma de pluma.

Era un metal muy, muy fino, incluso mucho mas que el de la bajilla. Instintivamente se llevo una mano al dije.

Roseanne sonri de forma maternal.

- Es muy hermoso.

Katia asinti y acaricio el preciado metal con los dedos. Era tan suave.

- de donde lo sacaste?

- el Amo dispone de las mejores alhajas y vestimentas para su esposa.

La muchacha arqueo una ceja.

- como si yo le importara.

Roseanne no respondi.

Pasaron as, ms das.

Allen no era agresivo ni se enojaba con ella mientras se portara bien y lo obedeca.

Y eso era fcil hasta el momento. Solo tenia que verlo dos veces al da.

Pero una tarde, Allen la hizo salir del cuarto y volvi a llevarla al vestbulo donde haban contrado matrimonio.

Haba mucha gente en el cuarto esta vez.

Distingui a Roseanne con facilidad. Esta le sonri.

Allen se detuvo y Katia casi torpeza con el. El muchacho le envi una mirada molesta.

- Ella es Katia Mason, mi esposa. No se atrevan hacerle dao. El nico autorizado para eso soy yo. Entendido?

Katia no se sinti para nada protegida. Estaba salvada de que otros la lastimaran, pero no de que l la lastimara.

La gente asinti.

Allen se dio la media vuelta.

- encrgate de ella Roseanne.- y desapareci escaleras arriba.- tengo cosas que hacer.

La mujer se aproximo a la chica y le hizo un gesto con la mano.

Katia la sigui.

La llevo a recorrer el castillo. Le mostr los lugares a los que poda entrar y a los que no. El castillo era ms grande de lo que Katia pensaba.

Volvieron al cuarto una vez finalizado el recorrido.

La muchacha se sent en la silla, frente al tocador, para que Roseanne le desarmara la larga trenza.

- Esas personas que estaban abajo- dijo. Roseanne ladeo la cabeza.- pueden hacerme dao?

El reflejo de la mujer en el espejo la miro a los ojos.

- esas no eran personas, cario.

Katia se estremeci.

- como que no son personas?- La mujer tomo el peine y comenz a desenredar el largo cabello de la chica. Katia la observo esperando una respuesta.

- La nica humana aqu, eres tu chiquita.

Katia se paralizo.

La nica?

Y allenAllen que era?

Pero no fue eso lo que pregunto.

- que eres tuentonces?

Roseanne sonri.

- Soy lo que los humanos llamaran unacome hombres.-Katia brinco en su asiento cuando la mano de la mujer rozo su cuello.-pero tranquila, cario. Solo como Hombres. Si no, Allen no te hubiera dejado a mi cuidado. Sabe que yo nunca te hara dao. Las mujeres son comomi debilidad. Las adoro.- su voz se endulzo.

Y Katia entendi lo que quera decir. Simple: se coma a los hombres y amaba a las mujeres.

Y se sinti, aun mas asustada.

Roseanne solt una angelical risa.

- Tranquila cielo, eres muy pequea para m. Me gustan las mujeres mas maduras. Aunque eres muy bonita.

Katia, ms relajada, frunci el ceo.

- No es cierto.

La mujer arqueo una ceja.

- que no es cierto?- ironizo. La muchacha se cruzo de brazos, mas ofendida debido a que la mujer insista en que era bonita.

- Mrame.- exigi la chica.- Tengo el cabello castao oscuro, lo mas coman del mundo. Los ojos, tambin oscuros. No tengo una linda boca, aunque pueda que tenga el labio inferior mas relleno. Detesto la forma de mis mejillas y mi cuerpo! Mira mi cuerpo! Tengo 18 aos y hay chicas de 14 que me pasan en el tamao de los pechos. No tengo demasiada cadera y mis piernas son muy delgadas.

- Para! Detente!

Katia guardo silencio.

- Deja de decir tonteras, nia! Tu cabello es precioso! Y tener ojos oscuro no tiene nada de malo. Parte la forma de tus ojos es preciosa, y tienes las pestaas bien negras y largas, le dan personalidad a tu mirada. Tienes una cara hermosa, si no te gusta es porque realmente no ves lo que yo y los dems vemos. Siempre cada uno tiende a criticarse, pero no sabe que verdadera tentacin es para lo dems.

- Si fuera una tentacin, Allen se habra fijado en m antes.

Roseanne ladeo la cabeza confundida.

-hn?

- Allen iba a mi colegio. El me gustaba.- admiti la joven.

- oh

Roseanne le hizo un recogido y la hizo pararse para quitarse el vestido.

- De todas formas, Si el Amo no te miro no tiene nada que ver contigo.- le dijo mientras sacaba otro vestido, de aspecto mas formal del armario.- no eres demasiado delgada, Katie. Eres flaca, si, pero tampoco a la exageracin.

- No intentes animarme.

Katia bajo la cabeza y espero a que la mujer llegara hasta ella con el otro vestido.

- oh, corazn- Roseanne le levanto la cabeza con la mano.- si el no puede ver lo hermosa que eres, es porque no te merece. Es mi Amo, si.- agrego al ver la mirada incrdula de la nia.- pero sigue siendo un hombre. Los hombres no valoran a las mujeres.

Katia se mantuvo sumergida en el agua del bao hasta que esta empez a enfriarse.

Miraba el borde la baadera sin motivo alguno.

En realidad, su mente estaba en otro sitio.

Estaba en su casa, con sus padres y sus hermanos. Ellos deban de estar muy preocupados por ella. Seguro pensaban que la haba sido captada por una red de prostitucion, o que haba sido violada y asesinada. Jams podran encontrarla. Quera en la historia como Madeline, la niita desaparecida en Portugal, o Sofa, otra nia desaparecida en Argentina. Ambas no dejaron ni rastro. De ella tampoco haba quedado rastro alguno.

Roseanne abri la puerta del bao.

- cielo, vas a arrugarte si sigues mas tiempo all.

Katia no dijo nada.

Se irgui y se envolvi con una bata.

La mujer le seco el cabello con una toalla, y luego se lo dejo suelto para que se secara.

- mmm- dijo.- Ir a buscar las nuevas cintas que compre para ti!

- que compraste?- repiti la nia.

- Si. Cintas para el cabello. Compre de todos los colores, con puntillas, con encaje.

Katia asinti.

Y salio para ir a buscarlas.

La chica se quedo sentada frente al tocador del bao.

Increble, pens sin nimos, tengo dos tocadores, cuando antes, no tenia ninguno.

Se levanto de la silla despus de unos segundos.

Durante esos ltimos dos das se senta muy desanimada.

Por fin haba cado en la cuenta de que no iba a regresar. Estaba presa all. Con un montn de criaturas que quien sabia que eran.

Camino hasta el cuarto, atravesando las puertas.

Estaba descalza, pero no le daba fri en los pies, debido a las gruesas alfombras. Se sent en la cama, dndole la espalda a la puerta. Siempre mantena las cortinas lo mas abiertas posible, ya que ese cuarto era demasiado sombro como para aumentar la oscuridad. Por la noche, no sabia que hacer, le aterraba ver la oscuridad inminente del bosque, pero tampoco le gustaba quedarse completamente a oscuras.

El cielo estaba nublado. Como todos los otros das. Nunca haba visto salir el sol en los 12 das que haba pasado all.

Suspiro.

Alguien se aclaro la garganta. Una garganta demasiado masculina como para que fuera Roseanne.

Katia giro la cabeza.

Allen volva a mirarla de aquella manera, como si buscara algo dentro de ella.

- no te preocupa resfriarte?- pregunto.

Ella neg con la cabeza y aparto la mirada de l. Escucho los pasos del muchacho avanzando lentamente.

- Donde fue Roseanne?

- A buscar cintas.- contesto automticamente Katia, inexpresiva.

Allen se paro a un costado de ella, a dos metros de distancia, con los brazos cruzados.

- Te sucede algo?

Ella levanto los ojos arqueando las cejas.

- que si me sucede algo?

Allen estrecho los ojos ante la mirada acusatoria de la chica.

- Me secuestraste, no tengo idea de porque, me obligaste a casarme contigo, amenizndome con violarme, y por si fuera poco me entero de que soy la nica humana aqu eh?como es eso? Ah! Y me olvidaba que ya no estamos en el ao 2010!

La voz de Allen se endureci, molesta.

- baja tu tono de voz querida, lastimas mis delicados odos.

-NO!- Katia se paro de un salto. Respiro agitada, enfurecida. Ella no era un juguetito con el que se poda hacer lo que l deseaba. La repentina valenta no iba a durarle mucho, as que se apresuro a hablar.- Estoy cansada! Quiero irme a mi casa! Mis padres deben estar preocupados! Sabes lo que debe pensar mi hermanita de 5 aos? Y ni siquiera te dignas a explicarme algo! Eres un!

-SILENCIO.

Katia callo al instante, como si hubiese recibido una descarga elctrica. Los ojos de Allen volvan a adquirir ese brillo rojizo.

- Tu no tienes que decirme a mi que es lo que tengo que hacer!- le gruo.- No me importa una mierda lo que piensen tus padres! Tengo cosas mas importantes en las que pensar! As que cierra tu maldita boca, nia estupida!

Los ojos de la muchacha se anegaron en lgrimas.

- No voy a perder el tiempo contigo!

Y de un empujn la tumbo en la cama.

Katia dio un respingo por el rpido movimiento, y con el la bata se le desacomodo un poco, dejando ver parte de su pecho, y la mayora de sus piernas desnudas.

Allen estuvo en un segundo sobre ella.

Que gimi de terror.

- q-que vas a h-hacer?- tartamudeo.

- que crees que voy a hacer?- Allen le desato la bata de un movimiento rpido y se apret contra ella. Llevo la boca al cuello de la chica, mordi, beso y succiono, mientras que sus manos se deslizaban por sus piernas.

Katia se agito asustada. El era como una mole de roca sobre ella, no poda quitrselo de encima, aunque lo empujara con todas sus fuerzas.

Aquello no le gustaba. Cada toque de sus manos, la volva loca, la desquiciaba. La asustaba, pero tambin le provocaba un sentimiento muy distinto al del miedo. Era un golpe directo en su ya muy mal herido corazn.

No poda soportarlo.

Allen haba sido algo muy presente en su vida durante 4 aos, por lo menos. Y lo segua siendo. Le haba dolido saber que haba desaparecido, y ahora le dola que intentara violarla. Pero el roce de su piel, era algo ms all de lo inexplicable.

No le causaba placer, ni mucho menos. El no era amable con ella y cuando apretaba y morda la lastimaba. Pero le recordaba lo que haba sido para ella alguna vez. Ese amor imposible

Repentinamente, Allen se alejo de ella.

Gruo y golpeo con los puos la puerta. Como haba llegado all tan rpido.

- Maldita sea Katia!- grito- Maldita sea!

Ella se tapo rpidamente con la bata.

- No me causas nada! Absolutamente nada!-La chica lo miro sin saber que decir. Allen apoyo la cabeza en la puerta.- No tienes sabor a nada! Eres completamente insulsa!- Entonces se volteo a verla, y sus ojos se clavaron en ella como dagas.- Ni un poco sensual! Es nunca en tu vida seduciste a un hombre?

La muchacha se sinti ofendida. Saba que no era perfecta, pero aquellas palabras heran su orgullo de mujer. Y era verdad, nunca haba seducido a un hombre, porque no lo haba necesitado.

Pero entendi lo que el quera decir. Ella tena 18 aos y segua siendo inocente, como una nia, no saba como atraer a los hombres. Su cuerpo no era perfecto, pero ese no era el problema. Ella era virgen, y nunca haba tenido novio. Ni siquiera haba dado su primer beso.

Y la chispa de la compresin brillo.

Siempre haba guardado ese primer beso para alguien especial.

Para l.

Se senta un estupida, una tarada que nunca haba debutado de ninguna manera posible y que ni siquiera tena idea de cmo hacerlo. Senta vergenza.

Se senta una retrasada. Todas las chicas que conoca ya haban tenido novio y seguramente ya no eran vrgenes. Y ni hablar del primer beso! Incluso Chelsea lo haba dado a los 14 aos.

Y porque?

Saba que haba gente que gustaba de ella. Chicos le haba pedido salir.

Y porque?

Por l, todo por l.

Porque aun lo segua esperando.