Notas: Saludos. Hoy quiero marcar una fecha especial y por ello decidí actualizar: El Bicentenario de mi Chile. Pese a que no pedí nacer en este país, es parte de mí y no puedo imaginarme en otro sitio más que este.

Agradezco un montón el apoyo que le han otorgado a esta historia; agradezco a Syn por haberme autorizado a publicar, por ser un Sasuke excelente y por sobretodo ser una buena amiga.

No se hable más. A leer.

P.D. Recuerden de escuchar la canción Marching Bands of Manhattan de Death Cab for Cutie, ya que es el "theme" de este fic.

Disclaimer: Naruto y sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto. No se busca lucrar con esta historia. Sólo deseo saciar mi obsesión por los vampiros (sonrisas).


Marching Bands of Manhattan.

Capítulo 02: Fruto de ansiedad, reconocimiento y…

Una vez frente a las puertas de la tiendita con carteles de neón rotos, Naruto volvió el rostro serio. De un suave jalón el candado que ofrecía seguridad cayó de un sordo toc y éste sin problemas abrió la plana de barrotes. Luego giró de la manilla de aluminio y dio un empujoncito y ésta se rindió con un leve chirrido.

— Ya está —anunció con ánimos renovados, aunque sin recuperar el brillo en sus ojos—. Adelante, elige lo que te parezca. Yo te esperaré aquí.

Sasuke asintió con la cabeza agradeciéndole en silencio. No estaba seguro de que agradecía, había sumado tantas cosas ya. Entró al polvoriento lugar y se quedó dentro observando el amueblado. Reaccionó luego de unos minutos y fue en busca de algo para vestir. Tardó más o menos veinte minutos en encontrar algo adecuado, sutil y cómodo. Dejó la ropa del hospital correctamente doblada y dentro de un cajón. Miró con nostalgia la tienda y se fijó en una foto con el vidrio roto sobre un estante—. Gracias —musitó, luego salió a encontrarse con el rubio; su atuendo era completamente negro, pantalones no muy holgados ni muy ajustados, y una camisa desabotonada arriba con las mangas remangadas hasta el codo. Zapatos obviamente también negros— Hn.

— Te ves bien —concluyó el rubio luego de evaluarle por unos segundos. El negro creaba un exquisito contraste con su pálida piel— ¿Todavía te sientes cansado? —preguntó con interés.

— No —ajeno a los pensamientos del mayor, desvió la mirada con las manos fieles en los bolsillos—. Un poco.

— Te creeré —dijo con una cuota de incredulidad. Sabes que leo lo que piensas, tu cabeza es como si tuviera una radio pegada a mi oído , pensó aparentando—. En todo caso, creo que —viendo el cielo que anunciaba que el amanecer estaba muy próximo— si saltamos estará bien —habló con tono distraído—. Sasuke, sígueme —le pidió con voz firme dando un brinco de al menos unos diez metros hasta instalarse en el tejado de una farmacia vecina.

Rodó los ojos con molestia—. Claro, saltaré diez metros ahora igual como lo he hecho toda la vida —. No podía evitar 'pensar', aunque el rubio estuviera leyendo su mente. Dio un salto, pero no llegó ni a los siete metros—. Diablos —.Otro salto, ocho metros—. ... —. Otro salto, con mucha suerte su pie tocó el techo, y tras tambalearse un rato, logró estabilizarse—. Con un demonio...

— Te ayudaré —dijo el otro con una sonrisa limpia, nostálgica. Esto me recuerda un poco a ella... , se abofeteó mentalmente, ¡Ya supéralo! , se recriminó mentalmente. Bajó cayendo grácilmente a tierra y le tendió la mano—. Si me das la mano te puedo impulsar lo suficiente... —dijo algo inseguro. Ya podía leer en su mente un '¿Qué rayos? ¡No!'.

¿Qué rayos? ¡No! —. Miró el techo y luego el suelo. Miro el techo y la mano del rubio. Miro el suelo y la mano del rubio—. Tch. Al diablo —. Su orgullo ya estaba lo bastante herido, maltratarlo más no haría ninguna diferencia. Sin mucha alegría o gusto, con algo de inseguridad bien oculta tomó la mano de Naruto, esperando que la humillación pasara rápido—. Hm... Ambas manos están frías —p ensó que debía ser por su nuevo estado 'vampírico'.

Lo sabía , pensó el Uzumaki con una risita interior resignada, creo que es más predecible de lo que estipulaba. No le diré nada para que no se sienta más humillado de lo que ya 'está'. Y con ello, bajo ambas mano unidas y las levantó sin mayor esfuerzo, soltando al moreno y disparándolo a propulsión. Luego él mismo dio un salto y ascendió con él codo a codo.

— Trata de usar los brazos para dirigir la caída —dijo el ojiazul señalando el techo de la farmacia donde había aterrizado antes.

Dicho y hecho, antes de darse cuenta Sasuke ya se encontraba sobre el techo sano y salvo. Si no hubiese estado tan cansado podría haberlo hecho solo. Que tonto de su parte. Odiaba ser 'nuevo' en algo, pero se acostumbraría e iría pillando la técnica, como lo había hecho en toda su vida—. ¿He de asumir que nos vamos a quedar viendo el 'amanecer'? —acentuó la última palabra con falsa admiración, en un gesto de burla pero no sonando ofensivo.

Naruto ignoró la pregunta y se sentó en el borde del tejado con las piernas cruzadas a lo indio. Al ver que su compañero no se le unía, le observó con desconcierto y luego le sonrió.

— No te arrepentirás —palmoteó un lugar a su lado—. Ya va a empezar —anunció fijando los ojos absorto en el cielo, como si estuviese viendo una película.

El moreno gruñó como siempre pero terminó de todos modos sentándose junto al Uzumaki, abrazando sus rodillas y usando éstas como apoyo para su rostro.

— Como sea.

— Aprecia el momento, gruñoncito —aconsejó en un suspiro y luego sus labios formaron una brillante y hermosa sonrisa, cargada de adoración. Era algo que apreciaba, algo que fielmente esperaba noche tras noche en estos 256 largos y tediosos años de existencia. Entrecerró los ojos e inclinó la cabeza hacia atrás, sintiendo los primeros y débiles rayos de sol rozar su barbilla. Exhaló extasiado—. Ah, cómo amo esto. El calor, la luz... —murmuró cerrando los ojos. El viento meció sus hebras doradas y él suspiro, cómodo y grato. De un brinco se puso de pie manteniendo los párpados cerrados y estiró ambas manos, sus ropas iniciaron un vaivén rítmico y grácil y la sonrisa de esos labios honestos y transparentes se ensanchó—. El señor Targot nunca me creyó cuando le dije que la economía no volvía la magia rentable... —suspiró. Se volteo y le sonrió a Sasuke tendiéndole una mano—. ¿Quieres volar?

Miró al rubio como si fuera el ser más lunático del mundo. Aunque realmente, de uno u otro modo tanta palabra había logrado llegar a penas un poco a su interior. Seguía sin encontrar la 'magia' del lugar, pero ver como otra persona podía verlo con tanta expectación y admiración le hizo sentirse medio descolocado. El nunca se había sentido así por nada. Miró al rubio con su amplia y sincera sonrisa, luego a su mano. No le gustaba sentir inseguridad, no le gustaba no saber a que se estaba enfrentando, Suspiró con pesadez, estaba pensando demasiado—. Seguro —. Tomó la mano del rubio y la uso instintivamente como apoyo para ponerse de pie.

— Descuida, no nos hará daño —le confortó antes de jalarlo un poco hacia el borde de la azotea y con una última mirada intensa, se dejó caer arrastrando al moreno consigo. Extendió los brazos y cerró los ojos concentrado en sentir el aire alborotándole las ropas y el cabello, la mano suave e igualmente fría de Sasuke, el calor que poco a poco ganaba fuerza cosquilleándole la piel. Todo tan condenadamente placentero, un deleite, adictivo.

En un arrebato su mano se ciñó más fuerte a la de Naruto; con los brazos extendidos y los ojos bien abiertos, la velocidad de la caída le proporcionaba tantas sensaciones que no era capaz de describirlas a medida seguían cayendo. Sintió un hormigueo en todo su cuerpo a medida se acercaban al suelo, pero no podía evitarlo, se sentía bien, se sentía completo y libre.

— ¿Puedes sentir esa libertad que viene impregnada en el aire? —. Preguntó el Uzumaki sin verle. Después giró lentamente el rostro y sus ojos se abrieron, viéndole como si nunca antes le hubiese visto—. Esta es la magia, Sasuke. Es algo muy valioso que se esconde de que quienes no saben estimar lo más pequeño o simple de este mundo, de ese modo sólo los que merecen hallarla la sentirán —bajó sus ojos viendo que pronto aterrizarían—. Ahora, impúlsate hacia atrás y junta los pies para el descenso final —aconsejó con una sonrisa.

Uchiha, un poco afectado por tanta emoción junta, tuvo un aterrizaje que fue más tembloroso de lo que tenía planeado, pero se manejó para no caer de bruces al suelo. No respondió al rubio, sentía como la adrenalina aún corría por sus venas y como su respiración se mostraba un poco, apenas más agitada de lo normal. Se tomó un minuto para poder concentrarse y volver a la realidad. Definitivamente tenía que v olar de nuevo—. Ah... —intentó decir algo pero fue lo único que salió.

— Vaya, veo que lo disfrutaste mucho —observó con retintín—. Estás incluso menos comunicativo que lo usual —hizo una mueca graciosa al ver la poca recepción de sus palabras—. Tómatelo con calma, algo me dice que está no será la última vez que vueles —señaló con una pizca de ironía— y con la eternidad por delante, pues tiempo no te va a faltar —rió. Inspeccionó a sus alrededores. Todo silencioso y calmo, por lo que supuso aún era temprano, se aventuro a pensar que deberían de ser cerca de las seis treinta de la mañana por la posición del sol. Volvió a fijarse en su ahora compañero—. ¿Te apetece caminar? Aún tenemos tiempo antes de que los humanos inicien el jaleo...

— Caminar... —Ja, ¿caminar? Quién quiere caminar cuando pueden hacer... Bueno, eso, caer sin razón aparente desde un lugar muy alto—. Caminar, sí, suena bien —. Mejor empezaba a pensar con claridad rápido. Su mente volvía de a poco a él, y empezaba a distinguir los objetos a su alrededor. Se fijó en su mano todavía entrelazada con la del rubio, y la soltó en un movimiento sutil, sin hacer ningún comentario respecto a eso.

Naruto arqueó una ceja confundido, ¿le molestaba que le tocasen? Oh bueno, antes había mostrado cuán reacio estaba al tacto, pero el rubio vampiro no dimensionó en qué grado lo era. Sonrió internamente; este neófito no dejaba de sorprenderle. Tal vez los siglos de soledad le estaban pasando la cuenta y estaba exagerando su apreciación de Sasuke... En fin, lo mejor sería moverse, de modo que le regaló una suave sonrisa y en silencio le invitó a seguirle.

Sasuke sintió que estaba dependiendo mucho del rubio, pero aún así le siguió. Encajó sus manos en los bolsillos y caminó junto a él— ¿Vamos a algún lado en especial? —. De pronto sintió que su garganta estaba seca y rasposa por haber estado sin hablar durante tanto tiempo. Tosió un poco a propósito a ver si se pasaba la molesta sensación.

— Ummm... —. Se detuvo a verle—. Parece que tienes sed de nuevo. Había olvidado que los neófitos son más vulnerables —distraídamente se rascó la mejilla—. Bien, entonces vamos de caza —ofreció con voz neutra una vez un ardor se asentó en la boca del estómago. Al parecer Sasuke no era el único que estaba sediento. Naruto parpadeó por unos instantes consciente de que pronto sus ojos le delatarían, por lo que no esperó respuesta y se echó a correr confiado de que el moreno le alcanzaría.

Ah, se dijo el pelinegro, entonces eso era porque le raspaba la garganta. Siguió al rubio; esto de correr se le estaba haciendo más fácil de lo que pensó que sería—. Ahora tendremos que hacer todo el viaje de vuelta por un animalejo estúpido que le dejará mal sabor en la boca —. Pensó agriamente, mientras disfrutaba de la velocidad.

El Uzumaki prefirió omitir comentario alguno sobre lo que escuchó de la cabeza de Sasuke. Admitía que la sangre animal no era exquisita, pero ya se había habituado al sabor y ahora podía decir abiertamente que le gustaba. Entendía la curiosidad demandante que tenía el nuevo, pero también se reafirmó la autoimpuesta misión de no dejarle probar sangre humana. No sólo porque castigarían al Uchiha, sino porque... de algún modo quería instruirlo de la mejor manera. En tanto andaba, recordó que en Cantabria se hallaba una población de osos. El oso era una presa grata de atrapar, puesto que se resistía más y tornaba el acto de cazar más entretenido. Tal vez , pensó, si le llevo allí su opinión de la sangre animal cambie . Bien, decidido. Lo intentaría—. ¿Conoces Cantabria, Sasuke?

— Algo —. Respondió concisamente, pero obviamente dando a entender que no entendía el motivo de la pregunta—. ¿Qué pasa con Cantabria? —desvío rápido hacia la izquierda. Con un demonio, casi se daba contra un árbol. Al parecer no estaba acostumbrado a la velocidad aún.

— Creo que te gustará ir allá —vaciló por instantes—. Bueno, espero que sí —dijo y arrugó los labios en un gesto algo infantil, todavía dubitativo mientras se hacía un mapa mental para llegar más rápido ya que, lo más probable, era que Sasuke no pudiese aguantar un largo trayecto—. No sólo hay que beber de venados, hay otros animales... más sabrosos —sonrió traviesamente con ojos ya rojos.

El neófito parpadeó un par de veces a ver si su mente ya estaba empezando a funcionar mal. Pero no, la coloración en los ojos del rubio seguía ahí—. ¿Estás bien? —. Esperó un poco a ver si el color se quitaba, pero... Podría jurar que los ojos de Naruto eran de un gran y profundo azul cielo y no de un rojo carmesí.

— ¿Lo dices por mis ojos? —preguntó con fingida inocencia mientras su sonrisa se tornaba más maliciosa.

El novato afiló la mirada. Oh, ¿con que una segunda faceta de Naruto? —. No, lo digo por la segunda cabeza que crece junto a tu oreja —respondió en tono amargo y sarcástico.

— Buen intento —rió falsamente—. Pero no, esto es un indicio de sed y créeme que tus ojos eran más amenazantes cuando te encontré sediento —se masajeó el puente de la nariz para dilatar la llegada de los instintos. Mierda , masculló internamente, como pasé días buscándolo deje de alimentarme... ¡¿cómo pude olvidarlo? Llevo más de una semana sin una gota de sangre , sacudió la cabeza, debemos apresurarnos.

Frunció el ceño cuando notó que el otro había acelerado el paso. No le quedó de otra que seguirle unos pasos por detrás—. Así que hasta él puede perder la compostura. Interesante —. Sonrió con prepotencia para sí mismo, sorprendido de como las cosas habían cambiado en cuestión de minutos.

Naruto quiso gritarle que no estaba alterado, pero a tiempo realizó que era mentira. Lo estaba. Sus manos entraron en tensión y unas ganas casi irrefrenables de romper todo a su paso confirmaron su estado: faltaba poco para perder el juicio. Si no se alimentaba ya, Sasuke podría sufrir ciertas consecuencias. Exhaló pesadamente por inercia, puesto que no necesitaba respirar para seguir moviéndose, tratando de normalizarse, pero de poco le valió ya que el olor característico de un oso jugueteaba sin compasión en la punta su nariz, burlándose. Comenzó a trepar olvidando por momentos que no estaba solo y apenas divisó movimiento se lanzó al ataque confinando al suelo al inmenso animal. No espero y dejó que los instintos le dominasen. Sintió la adrenalina correr furiosamente por su organismo cuando la bestia le golpeó haciendo de su camisa un par de hilos. Sus ojos enfebrecidos relampaguearon de gusto y sin demora le obsequió un arañazo al oso que le derribó estrepitosamente. Le estranguló hasta que dejó de moverse y soltando un gruñido que hizo temblar los árboles de su alrededor le mordió.

Sasuke estaba perplejo. Se había quedado de pie observando a una distancia decente todo el acto. Su cara estaba seria y no mostraba sentimiento alguno, pero la verdad estaba consternado y un poco 'preocupado' por lo que acababa de ver. Era una faceta del rubio sediento, descontrolado, que no estaba seguro si quería volver a ver. Miró al animal tirado y sintió un escalofrío de incomodidad recorrerle la espina dorsal—. Demonios —maldijo sin saber realmente el porqué. Se sentía extraño.

Para cuando Naruto secó al animal, sus ojos regresaron al azul de siempre. Se levantó con parsimonia y girando un poco el rostro, consciente nuevamente que no estaba solo, miró a Sasuke mientras se quitaba un hilito de sangre de la comisura de los labios con el dorso de su mano derecha.

— Lamento la mala escena de película gore barata, pero es que llevaba más tiempo de abstinencia de lo que puedo soportar —bajó la vista hacia su destrozada camisa—. Cielos, me gustaba tanto... —se lamentó con una mueca mientras sacaba los restos que quedaron en su cuerpo, exponiendo completamente su torso que por supuesto, estaba libre de cualquier rasguño—. Como sea, es tu turno.

El neófito miró el torso del rubio, perfectamente intacto.

Que extraño —pensó— ¿Mi turno? —Observó a su alrededor, notando como no veía nada pero su olfato empezaba a reaccionar. Como sea, la escena que empeñó el rubio le quitaron las ganas de alimentarse de algún oso—. A decir verdad, he sentido lástima por el animal —pensó sintiéndose realmente estúpido y vulnerable. Así que camino unos tres pasos hasta 'desaparecer' por la velocidad que había retomado. Había salido del rango de visión del rubio, encontrando un venado y noqueándolo tan rápido que parecía broma. Le costó algo de trabajo saber donde enterrar los colmillos, pero en cosa de minutos el animal yacía totalmente deshecho—- Agh. Qué asco —. Volvió con lentitud y pesadez junto al otro. No quería ver la burla en su cara por no haber querido matar a un oso.

Naruto contuvo una risita por pura consideración. Prefirió no emitir comentario alguno y sin más empezó a caminar a paso humano en dirección al río. Es más blando de lo que su orgullo le permite confesar , se dijo, cosa que le hace aún más interesante. Creo que difícilmente me aburriré con él . Una vez llegó a la orilla del río, se quitó el calzado y tocó el agua fría con la punta de los pies. Emitió un sonido que encerraba confort y procedió a sumergirse completo. Le daré su espacio, tampoco quiero herir su orgullo... bueno, no más allá de lo indispensable , se sonrió ante el pensamiento y hundió la cabeza en el agua.

El Uchiha se sentó bajo la sombra de un árbol gigante, apoyando su espalda en el tronco y descansando plácidamente mientras observaba al rubio sin ninguna razón en especial. Simplemente le causaba curiosidad, y aunque quisiera ocultarlo, el muy canalla leería su mente después de todo. Y ahora que pensaba sobre ello de nuevo... ¿Qué clase de 'poder' tendría él mismo? Con su nueva... vida vampírica y todo eso. No estaba muy seguro en que 'destacaba' más que el resto cuando era humano. Siempre fue bueno escondiendo sus emociones, para ser antisocial y para criticar a la gente. Fuera de eso, no se le ocurría nada—. Tch. Ojala eso fuera útil para que de algún modo pudiera bloquear mis pensamientos —se sintió infantilmente abatido por no saber cuál sería su 'habilidad especial'. Todos estos pensamientos le envolvieron sin quitar la vista del otro.

De súbito, Naruto salió del agua creando gran estrépito. Buscó a Sasuke con la mirada y cuando le halló le contempló con algo de reproche.

— ¿Qué hiciste? —le preguntó con algo de aspereza.

Sasuke alzó una ceja ante la interrogativa.

— Me he quedado aquí haciendo nada mientras te maldecía en mi mente.

— Muy gracioso —rebatió con expresión seria—. Hablo en serio, ¿qué hiciste? —volvió a inquirir caminado hacia él, dejando hilos de agua que escurrían de sus ropas.

Sasuke frunció el ceño ante la repentina actitud.

— ¿Por qué mentiría sobre algo tan imbécil como eso? Si no me crees lee mi mente o algo —. Entonces la chispa se prendió. ¿Sería posible...?

— Ese es el punto —indicó el otro una vez estuvo frente al moreno—. Ya no oigo tus pensamientos...

Parpadeó confundido. ¿En serio? ¿Había funcionado? Tenía que ser una broma. Se puso de pie para quedar frente a frente con el rubio—. Eres un idiota —m antuvo la mirada fija en el rostro del rubio, pero su expresión no cambio en ningún momento—. Jeh... —. No pudo evitar que una sonrisa triunfal y prepotente se asomara en sus labios.

El rubio frunció el ceño visiblemente frustrado. ¡Por fin había encontrado una cabeza que procesase algo más que sexo, dinero u drogas y de pronto, paff, se había vuelto sordo mentalmente. ¿Sería cosa de su don? No tenía mucho sentido, nunca había escuchado que un don se esfumase a menos que... ¡Eso es! No es que él perdiera su don, la cuestión era que Sasuke había encontrado el suyo. ¡Bien por ti! , pensó son sarcasmo y decepción, tendré que conformarme con volver a oír lo mismo de siempre...

— Has de estar complacido —supuso con mirada neutra—. El psycho ya no te puede acosar, ¡qué alivio! —celebró con ironía. No entendía porque se sentía... tan molesto.

— ¿Cuál es tu problema? —preguntó algo contrariado con el comportamiento del rubio—. Claro que estoy aliviado de tener mis pensamientos de vuelta, cualquier persona... o lo que demonios seamos estaría feliz con eso —se cruzó de brazos—. Aunque '¿bloquear pensamientos?' suena realmente tonto. De igual modo debo tener cuidado... quizás aún no sé manejarlo bien —p ensó contrariado.

Naruto suspiró pesadamente. Al parecer, todavía tenía los instintos algo disparatados.

— Ninguno —ladeó el rostro con una disculpa implícita—. Estaba aburrido de escuchar siempre lo mismo y tu cabeza, era con creces, más... novedosa —confesó con cejas contraídas de pura vergüenza—. Creo que... no quería volver a escuchar lo mismo de siempre, lo siento.

El aludido se sintió apenas, mínimamente, conmovido por la explicación del rubio.

— Tch... —. Desvió la mirada, sintiéndose de pronto avergonzado y un poco vulnerable—. Usuratonkachi —murmuró por lo bajo aun con el ceño fruncido.

— Guarda silencio, teme —se defendió. En sus labios se formó una mueca de disgusto que realzó sus bigotes.

— ¿Nh? Pensé que querías escucharme —comentó con burla y sarcasmo.

— Que ya no pueda oír tus pensamientos no significa que me haya quedado sordo, ¡aún puedo oírte incluso cuando murmuras porque tengo mejor oído que tú, neófito bastardo! —exclamó casi al borde de la paciencia.

— Sensible —rodó los ojos con molestia ante tanta palabrería inútil—. Estás molesto por no oírme y por oírme al mismo tiempo —su mirada se torno sería y colocó sus manos en cada bolsillo correspondiente—. Si te sientes tan irritado, simplemente vete, no estoy para escuchar tus gritos —resopló con molestia. Se sentía irritado también, y tenía muchas, muchas ganas de estar solo por un buen rato.

— No estoy gritando —masculló entre dientes—. Y sí, tienes razón, me iré porque tampoco estoy en condiciones de escucharte más —y antes de darle cabida a la duda, Naruto se esfumó envuelto en una capa de polvo y estrépito.

¿Quién se cree que es? Un mínimo de respeto a su superior no le hace daño a nadie, pero claro... cuando se trata de este engreído y parco neófito, nada de esto cuenta , pensó dirigiéndose sin rumbo fijo, concentrado en despejar su mente.

"El parco y bastardo neófito", como cierto vampiro le bautizó cariñosamente, se sentó en el suelo nuevamente y se quedó así por horas. Era insensible al cambio climático y no tenía la tendencia de mantenerse en movimiento. Le gustaba la soledad, la disfrutaba y si quería quedarse quieto por mucho rato, eso haría. El rubio no cruzó por su mente más que un par de veces, siempre para maldecirlo en algún modo. Cuando su mente hizo click en la realidad, el día ya se estaba acabando y el cielo se tornaba extrañamente anaranjado. Le pareció extraño porque habían llegado bastante temprano, debieron haber pasado unas nueve o diez horas. Si el tiempo pasa así de rápido la eternidad será más corta de lo que pensé. ¿Sin moverse durante tantas horas? Con razón su cuerpo se sentía atrofiado al ponerse de pie. Miró el lago consecuentemente y empezó a quitarse la ropa para darse un buen baño

Naruto se detuvo sólo cuando se dio cuenta que había salido de los límites de España. Se dio cuenta que entre tantos accesos de rabia e instintos casi asesinos para Sasuke por su actitud para con él, ahora ya no recordaba mucho de la 'pelea'. De hecho, mientras observaba el amanecer sentado a lo indio como era su costumbre, descubrió que las ganas de Volar en su compañía le revolvieron los sentidos. Y es que tanto tiempo vagando por su cuenta, aspirando encontrar a alguien como él que no fuese un mero peón de Los Primeros, había sido casi recompensado cuando esa mañana sintió el aroma de Sasuke sacudiendo el aire de Lower Manhattan.

Ahora bien, pese a no guardarle rencor alguno al Uchiha se sentía en extremo inquieto al verse a sí mismo hablando en tono de 'aquí no ha pasado nada' sin antes cobrarle de un modo inocente el mal rato que le hizo pasar. Recordó la expresión del joven cuando iniciaron una carrera, su palpable molestia cuando le llamó 'enojoncito'.

— Bien —exhaló con energías renovadas—. Creo que es hora de regresar y ver al Gruñoncito —y con una sonrisa se abocó a deshacer el camino hecho.

OoO

No se había bañado una vez, sino dos, tres, cuatro, cinco veces. Salía, entraba, se secaba, se vestía, y por algún impulso que no podía controlar, el agua cristalina simplemente le llamaba de nuevo. Le volvía adicto el hecho de poder nadar tan hondo, tan profundo sin tener el miedo de que no respirar le mataría o de que la presión del agua pudiese oprimirle fatalmente. Simplemente lo disfrutaba. Llevó la cuenta. Diez veces fue en total el número en que no pudo controlarse. Frunció el ceño cuando se colocó el saco por última vez y se decidió a no sacárselo más, su cabello estilando y mojando nuevamente su ropa (que ya estaba bastante empolvada por tirarla en la tierra tantas veces). No era tan frágil a mis impulsos antes. Nuevamente se sentó, mirando al lago con reproche. Odiaba sentirse débil a algo, lamentablemente extrañaría el agua, y sabía que lo añoraría cuando decidiera irse. ¿Quizás por eso no se había movido de ese punto?

— Estúpido... —. Tomó aire mientras buscaba alguna palabra para definirlo—. Impulso —no halló otra mejor. Notó que el cielo había pasado por muchos tonos distintos y podía ver como amanecía. Encaró una ceja extrañado que el rubio no volviera. Quizás ahora si se fue para siempre . Se puso de pie, mirando el agua e intentando ignorar el sentimiento de querer lanzarse de nuevo.

Por otro lado, Naruto corrió a toda velocidad sin esfuerzo puesto que la sangre de oso era la que más le reponía y por más tiempo, cabe señalar. En cuanto su olfato captó el olor de osos y otros animales, el aroma de Sasuke sobresalió como un letrero de neón en una oscurísima noche. Sonrió sintiéndose contento sin razón e imprimiéndole lentitud a sus pasos planeó la 'emboscada'. En vista de que su oído había captado el curso de un lago cerca de la esencia del neófito, el plan rodó por su cabeza como un cine mudo a color. Pronto vio, camuflado entre algunos arbustos, al nuevo con una clara tentativa de sumergirse en las aguas. Notó que ya estaba mojado, puesto que su rebelde cabello permanecía sumiso y ordenado en sus hombros. ¡Bingo! Aprovechó el milisegundo en que el Uchiha parpadeó y con cuidado se metió en el agua sin meter ruido alguno. Y entonces, cuando el corderito manso llevó sus pies a la orilla, Naruto agarró sus tobillos y le arrastró con él a lo profundo...

La víctima abrió la boca bajo el agua intentando dar un grito de asombro, pero solo burbujitas de oxigeno salieron. Miró hacia abajo a ver qué demonios le arrastraba, y sus ojos se asombraron al ver aquel par de ojos azules y la sonrisa socarrona y traviesa en su rostro; a pesar de patalear y luchar un poco, su fuerza era nada en comparación al vampiro mayor. Pero se olvido de eso un momento y se dejó arrastrar. No podía evitarlo, el agua emitía un poder realmente grande sobre él, le hacía sentir tan atrapado y libre al mismo tiempo. Supuso que el rubio se quedó perplejo cuando notó que ya no forcejeaba por librarse de él, el agarre en sus tobillos disminuyo, y utilizó esa oportunidad para liberarse de una patada leve y 'empujarlo' para así nadar rápidamente en otra dirección. Debía admitirlo, la cara de sorpresa en el otro era... medianamente divertida.

Sasuke-teme , pensó mientras una euforia le comenzaba a consumir desde el centro de sus entrañas. Le persiguió con rostro sereno y divertido y cuando estuvo a su alcance le tomo de la muñeca izquierda y le jaló con tal fuerza, inconscientemente, que instantáneamente le hundió hasta perderse de su campo de visión. Rayos , pensó alarmado, me he excedido. Supongo... que he olvidado que es nuevo. En fin, se lo merece por idiota . El mismo no se creyó aquella excusa, incluso admitió de buena gana que se estaba mintiendo por lo que no se cuestionó cuando su cuerpo comenzó a nadar para ir por el pelinegro.

Cuando el novato se fue de espalda arrastrado por el agua, no sabía si molestarse con Naruto o pedir que lo hiciera otra vez, porque aquella sensación de rapidez y fuerza mezclada con vértigo inducido fue realmente... alucinante. Claro, cuando se dio en la espalda contra una roca gigante, salió de su ensimismamiento y el dolor quedó por ahí durante unos segundos, manteniéndose inmóvil. Sonrió sin darse cuenta cuando pudo divisar la figura del rubio nadando hacia él; meditó si después debería gritarle por eso o no. Cuando notó que estaba alcanzándole, empezó a nadar hacia arriba, imprimiéndole rapidez a sus propios movimientos. Aunque nade más rápido me alcanzará igual, el bastardo... Pensó no del todo molesto.

El rubio arqueó una ceja en un claro gesto de confusión. Había asumido que al no medirse le había hecho daño, pero claramente el bastardo, esto, Sasuke estaba en perfectas condiciones. Ah... eres un... , se permitió ofenderlo en la colmena de sus pensamientos sin sentir culpa, me siento algo estúpido de haberme preocupado pero también me alivia que esté bien. Pero no por eso dejaré que se escape. Así que fue velozmente a darle caza y cuando estuvo a milímetros de él le cogió de ambos antebrazos y le impulso hacia arriba cual proyectil que las agua se abrieron dándole el paso.

En un parpadeo, había salido disparado del agua elevándose bastantes metros arriba, con bastante fuerza, velocidad y dirección. El viento azotó su rostro con violencia, pero el roce fue una mera molestia, nada más. Se impresionó lo alto que había llegado, y su cuerpo se tambaleó de su posición perfecta cuando había empezado a bajar a toda velocidad. Cambió su postura a una en picada, golpeando las aguas con fuerza al abrirse paso nuevamente entre ellas, tomó de la muñeca al rubio mientras se sumergía rápidamente, hundiéndolo y evitando que éste saliera disparado con la cantidad de agua que levantó al colapsar.

Pese a que Naruto luchó por no hundirse con él, sonrió. Y es que se estaba divirtiendo tanto que pensó que no había modo conocido de expresarlo para ser comprendido, por eso fue que al final dejó de forcejear y se dejó ir mientras apretaba con más ahínco la mano del nuevo. Y, al ver su cara, se halló pensando que en ese segundo no necesitaba leer su mente para entender en qué senderos iban sus ideas.

Llegaron hasta tocar tierra. Naruto levantó la vista y descubrió los tonos azules entrelazados con los verdes calándole por completo. Se recostó en la tierra, y como no había soltado la mano de Sasuke bastó un pequeño jalón para que le dejase en la misma posición, a su lado. Con el índice de su mano libre, puesto que sabía que le estaría mirando desorientado, señaló las aguas y la luz, la profundidad y el misticismo que estaba sobre sus cabezas. Rió en silencio y ladeó la tez para observarle con calma, como diciéndole ' Esto es único, algo insignificante pero tan valioso como volar '.

Uchiha parpadeó algo afectado, con los ojos serenos y asintiendo levemente con la cabeza hacia el mayor. Levantó la mirada para observar todas las coloraciones posibles, sintiendo como su interior se calentaba y se sentía conscientemente relajado, y extrañamente feliz. Podría vivir aquí. Pensó con la guardia baja. Se sentó lo mejor posible, sin poder evitar que el agua hiciera levitar un poco su relajado cuerpo. Miró al rubio de nuevo, olvidando sus manos entrelazadas. Notó que Naruto también estaba ensimismado, y por un momento pensó que le gustaría poder leer su mente. Supongo que puedo soportarlo... Pensó no muy convencido sobre su relación con el rubio. Luego se dedicó a seguir mirando el paisaje a su alrededor.

De súbito, Naruto también se sentó y al poco rato quedó levitando a escasos centímetros del suelo. Contempló el rostro apacible de su compañero y sacudiendo un poco su mano obtuvo su atención. Ya que por el estar en el agua hablar no era opción, apuntó hacia arriba reiteradas veces como queriendo decir ' ¿Quieres que subir? '

Miró la superficie y sus ojos se tornaron algo nostálgicos. No quería subir. Miró al rubio y negó suavemente con la cabeza, pero soltó su mano con cuidado y miró hacia arriba de nuevo. Intentando dar a entender que él podía ir si así lo prefería.

Naruto asintió y nadó un poco hasta sentarse contra una roca, esperando y disfrutando con los ojos cerrados. Total, si Sasuke decidía partir, él lo sabría puesto que su presencia había pasado a volverse inolvidable e ineludible.


Notas: Muy bien, es hora de un anuncio.

¿Recuerdan que dije "Voy a avisar dónde se ubica Morder en esta historia"? Pues, a continuación deberían releer Morder. Oh sí, luego de ir tomaditos de la mano bajo el agua, estos dos… Ya saben, sólo lean Morder *guiño* Imaginen que Sasuke-sirenito sale del agua y que ocurre lo tiene que ocurrir (risa malvada).

Otro aviso. Es posible que ahora demore más en actualizar esta historia. Tengo algunos asuntos pendientes que quisiera resolver antes…

En fin. Gracias por llegar hasta aquí. Si les gusta la historia y desean que continúe avanzando, dejen un review; es la mayor satisfacción que uno puede sentir al escribir, es apoyo convertido en verso.

Hasta la próxima.

Lumina Mithrandir.