Bufó. Se hallaba cruzada de brazos en su cama. La luz de la luna daba de lleno al cuerpo de Harry junto a ella. Necesitaba demasiado de él y el estúpido se hallaba dormido desde hace una hora.

Se suponía que estaban platicando sobre lo que habían hecho en todo el día pero en cuanto terminó de contar él su día, no escuchó ni la mitad del suyo y se quedó dormido. Lo intentaría de nuevo.

-¿Harry? –No hubo respuesta. Lo sacudió un poco. -¿Harry?

-¿Qué? –apenas y se le había entendido.

-¿Quieres tener sexo?

-Sí, sueño. Rico.

-¡Harry! ¡No puedo dormir! ¡Harry! –el hombre ni se inmutó. -¡Harry, soy una mujer casada y embarazada, necesito de un hombre! ¡Mínimo que sea mi esposo!

-Sí, Ginny, aquí estoy –abrió los ojos lo más que pudo y la rodeó con los brazos. Ginny lo comenzó a besar pero entonces se quedó como piedra: se había vuelto a dormir.

-¡Harry! –se incorporó y se quitó la blusa. -¡Ya te lo hice más fácil! ¡Cumple tu tarea!

Tomó su mano y la puso sobre su seno. La mano se resbaló y Ginny rodó los ojos. Tomó un vaso medio lleno de agua que había en su buró, se puso sobre él y se lo echó en la cara riendo. Harry se incorporó de inmediato y quedó justo en frente de su pecho. Abrió los ojos sorprendido.

-Pero qué forma de despertarme.

-¿Lo haremos?

No hubo respuesta en forma de palabras. Había comenzado y no había forma de parar. Ginny sí que conocía a los hombres.

Lo siento, soy una pervertida pero BIEN QUE LES GUSTA. (: Cuídense.