El camerino explotaba de júbilo, viejos amigos se re-encontraban. Toby saludaba a Gustav, Georg fastidiaba a Natalie, anécdotas hacían que las risas se escucharan por toda la televisora y la nostalgia fluía en el ambiente.

Dave sentía un escalofrío, parecía estar viviendo de nuevo lo que hace unos años atrás era una rutina. Atesoraba cada segundo con esos niños que había visto crecer, les había tomado un cariño sin medida, sabía que había hecho cualquier cosa por ellos, y lo seguiría haciendo.

Pero en ese instante ansiaba ver al mayor de los Kaulitz, era con quien menos contacto tenía desde que trabajaba con Bill. Quería abrazar a ese hombre que tan sólo años atrás temblaba de miedo cuando le comunicó que su gemelo debía ser trasladado de emergencia a Alemania para una posible operación.

El stage manager miraba el reloj a cada segundo. Veinticinco minutos faltaban para salir al aire y Tom aún no se había dignado en llegar, todos miraban de reojo la hora disimulando lo mejor posible su preocupación por ello. Sólo Bill estaba falsamente impasible terminando de ver su maquillaje contra el espejo.

Los gritos que provenían de afuera aumentaron de un segundo a otro, al escuchar esto el menor de los Kaulitz sintió que su corazón daba un vuelco, era obvio que su gemelo había llegado. Se paró dirigiéndose al grupo, no quería estar solo cuando Tom entrara.

Tres golpes secos a la puerta anunciaron su llegada, un profundo silencio se apoderó del lugar. La puerta se abrió sin esperar respuesta y entro una chica con una maleta de maquillaje, un muchacho entró con más equipaje y seguido a ellos por fin entró Tom, escoltado por Saki.

-Oh por Dios. -masculló Tom, al verse reflejado en el primer espejo que encontró-. Me han hecho una mierda. Véanme. –dijo, llevándose las manos al cabello.

Una carcajada estalló al unísono en el camerino y esto relajó el ambiente.

-A veces eres tan Bill, Tom. -Sonrió Dave abrazándole. El mayor sintió un bienestar cuando recostó un segundo su cabeza en el hombro de su ex manager. Se despegó casi de inmediato, devolviendo la sonrisa.

-Que gusto verte Tom. -dijo Natalie, tomando su mano y le sentó inmediatamente, mientras ella y su propia estilista arreglaban de nuevo su cabello.

Sintió cierto alivio, el estrés de enfrentar ese momento le había tenido todo el día a punto de un colapso nervioso, daba gracias por el incidente con su cabello ya que justificaba perfectamente se sentara y evitar sentimentalismos innecesarios. Ya que aun se veían, su amistad seguía y tenían una relación estrecha, al menos con dos de ellos.

-¿Cómo estuvo la cena? -preguntó viendo a los chicos por el espejo, evitando la mirada de su hermano.

-De maravilla. Ya sabes cómo es eso, nos pusimos al día, hablamos mal de ti, reí como loco ya sabes Tom, lo típico. -respondió Georg, llegando hacia él dándole una suave palmada en la espalda a forma de saludo.

-¿Firmaron? – preguntó.

-Sí, es un hecho. Voy a dirigir la banda de tu hermano y por supuesto tocaré en la próxima gira.

-Felicitaciones a los dos. -dijo, jugando los labios, acercándose al espejo viendo que el efecto escarchado en su boca hubiera quedado perfecto. Pasó suavemente sus dedos sintiendo la textura de esta, era un gesto realmente idiota sólo necesitaba ganar tiempo, quería acabar con todo aquello de una buena vez.

El joven que había llegado Tom habría maletas alocadamente y por fin se dirigió hacia su jefe mostrándole dos camisas de vestir.

-La negra. -dijo poniéndose de pie, mientras se desabotonaba la que llevaba puesta.

Dejó al descubierto su torso mientras el muchacho le pasaba por detrás la camisa que este había seleccionado. Bill observó contra el espejo el pecho desnudo de su hermano y bajó inmediatamente la mirada. Tom se dio cuenta de esto y cerró su camisa tan pronto como pudo, la metió dentro sus pantalones corte italiano con sumo cuidado, viendo que todo ajustara perfectamente.

-Podrías dejarte de tanta estupidez un segundo, no veo a qué horas te convertiste en un perfecto snob. Ven y saluda decentemente. –exigió Gustav, quien se encontraba parado próximo a su gemelo que ya no había quitado su mirada de donde la había clavado segundos antes.

Tom llegó hacia ellos y abrazó a su amigo. Tragaba en seco y la respiración empezaba a sentirla pesada. Vio a una chica sentada en el sofá próximo, increíble pretexto para ignorar a Bill pensó.

-¿Y la guapísima dama? –preguntó dirigiéndose a ella amablemente.

-La señora Shäfer. -sonrió Gustav, con los ojos brillándole de orgullo.

-Un placer. -dijo, estrechándole la mano-. ¿Por qué no tenía el gusto de conocerla?

-Porque no fuiste a la boda, no juegues a tarado. –le reprimió Gustav dándole un suave golpe en la espalda.

-Trabajo Gusti, mucho trabajo. -se justificó.

-Señores por favor. -interrumpió el Stage manager-. Tenemos cinco minutos vamos a la locación por favor, síganme.

La tensión que tenían mucho tiempo de no sentir antes al menos juntos, parecía haber regresado como una grata compañera de fórmula. Sus rostros se tornaron serios y evitaban las miradas entre sí, mientras respiraban profundo, las personas del staff que antes eran un todo sonrieron ante el recuerdo.

Los cuatro se dirigieron hacia la puerta del camerino y como una amarga broma del destino los gemelos quedaron de frente al costado de la puerta Tom hizo un gesto con su mano cediendo el lugar a Bill para que pasara por delante, sin tan siquiera verle.

-Hola Tom. Un "buenas noches" como mínimo no pelea con nadie. -saludó el menor, aceptando el lugar que su hermano le otorgaba.

-Bill yo…-

-Olvídalo Tomi, no es fácil tampoco para mí, no sé por qué quiero exigirte nada.

El silencio se apoderó de la locación a la señal del productor, el musical que daba pie al intro del programa invadió el sistema de sonido y los monitores mientras un nutrido aplauso llenó el lugar.

A la orden de los rótulos luminosos el silencio volvió cediéndole la palabra al conductor del programa, la toma de las cámaras se cerró hacia él.

-Buenas noches bienvenidos, soy Johannes Kerner. Y no, no están viendo una repetición -bromeó-. Tendré el gusto de conducir el programa especial de los quince años del Show. La otra semana como siempre mi cara vieja será sustituida de nuevo por mi guapo hijo. Lo que es cierto es que este aniversario no podría ser mejor celebrado que con los chicos que catapultaron al infinito los charts hace unos años atrás.- Algún grito descontrolado le obligo a aguardar silencio un segundo.

- Muchas bandas caen irremediablemente y desaparecen. Ellos no, decidieron retirarse justo en el momento en que estaban en la cúspide de su carrera. Hicieron historia en el mundo la música, colocaron de nuevo en el mapa a Alemania, ganando discos de oro y platino e incontables premios alrededor del mundo, recibamos con un fuerte aplauso a Bill, Tom, Georg y Gustav…Tokio Hotel.

Una sonrisa casi tímida al principio se reflejo en los rostros de los cuatro jóvenes que entraban a la locación, agitando la mano y sonriendo hacia el público creando un verdadero caos.

Tomaron asiento en el orden que entraron mientras en el monitor una breve reseña de los años de carrera de los chicos era proyectada. Gustav y Georg observaban con una sonrisa a flor de piel.

Bill tenía su rostro inclinado y su mente solo preguntaba "¿En qué piensas Tom? ¿Te parezco tan lejano acaso?"

Un escalofrío sacudió el cuerpo del mayor de los gemelos, era la conexión. Tenía años de no poder sentir a Bill y ahora este lo estaba tratando de leerlo. "No lo hagas Bill, por favor estoy débil, no es el momento" respondió.

Una sonrisa se marcó en el rostro del menor "Está bien, no te leeré. Pero estamos conectados y eso es todo lo que me importa ahora".

La locación se iluminó. Y el rostro de los chicos se dirigió a Kerner.

-Ya saben la sinceridad es mi punto clave y no dudo un segundo que éste es el programa más importante que conduje en estos quince años.- Una sonrisa unánime de orgullo se hizo idéntica en los cuatro.

-Hace unos años, una conferencia de prensa fue anunciada por su managment el motivo: Tokio Hotel se desintegraba. La razón aparente fue: Que los gemelos Kaulitz no quisieron firmar un nuevo contrato para continuar con la banda ¿Es esa toda la verdad? –inquirió, viendo a los hermanos sentados a su lado.

-Claro, no teníamos por qué mentirles a las personas que nos respaldaron durante tanto tiempo, la honestidad era lo mínimo que podíamos darles. -Contestó Bill.

-Vamos a tocar este tema más adelante a detalle. Porque saben antes era muy fácil entrevistarlos, el objetivo en común era el mismo. Mucha gente presagió el fracaso en sus proyectos individuales aun antes que ustedes mismos terminaran de abandonar la sala de prensa aquella tarde. "Tokio Hotel funciona como un todo, sus integrantes por separado serán un inevitable fracaso" anunció un periódico en su portada al día siguiente. -leyó Kerner, textualmente en el monitor-. Hoy cuatro años después…

-Cuatro años y medio después. -interrumpió Tom abruptamente. Nadie entendió la aclaración, que eran unos meses más o unos menos. Pero Bill volteó a ver a su gemelo, sintieron como sus corazones latían desbocados, sincronizándose otra vez. Claro que sí, ellos estaban contando cada segundo.

Kerner sonrió y enfatizando lo anterior continuo.-Entonces cuatro años y medio después. No puedo entrevistarlos como un todo. Hoy son cuatro hombres exitosos, que siguieron diferentes caminos. Entonces vamos a empezar con Gustav. El público estalló en aplausos.

-Hijo un gusto tenerte aquí.

-El placer es mío sin duda.- Contestó.

-¿Cómo te sentiste cuando terminó Tokio Hotel, hubo alguna pelea o distanciamiento
entre ustedes?

-No. Y puedo hablarlo con franqueza, es por eso que aún podemos tener algún tipo de relación, no podemos estar todo el tiempo juntos, pero seguimos siendo tan buenos amigos como antes.

-Cierto. -Interrumpió Bill, cortándose tan pronto como se metió.

Gustav sonrió y continuó.

-No prometemos falsos ni quedamos de acuerdo meses antes, sólo pasa, coincidimos en algún país o en algún evento y es como si no hubieran pasado meses desde nuestro último encuentro, nos escribimos constantemente y aún tenemos proyectos en común.

-¿Los cuatro?

-No, no los cuatro pero si algunos de nosotros.

-Bueno retomemos la pregunta ¿Cómo te sentiste?

-Mal, y no por la banda. Es que debes comprender que vivimos juntos desde casi cuatro años antes de siquiera tener un ápice de fama, el día que regresé a casa me deprimí un poco, entonces decidí que mi época de músico había terminado.

-Gracias a Dios, eso no fue así.-subrayó Kerner.

-Entonces me compré un piso en otra ciudad, con la idea de tomar un año sabático y luego replantear mis metas.

-¿Cuánto tiempo duró tu año sabático?

-Tres meses.

-¿Qué pasó luego? ¿Por qué interrumpiste tu plan original de un año fuera?

-Dave nuestro ex manager, actual manager de Bill.

-Créeme que lo conocemos, en mi vida vi otro manager con clubs de Fans, pero Jost los tiene. -apuntó Kerner, indicándole con un gesto a Gustav que siguiera.

-Bueno, Dave me llamó por que lo había contactado una banda de metal llamada "" y me habían visto tocar por casualidad en un DVD de la Tokio Hotel. Necesitaban un nuevo baterista y le pidieron si me podría reunir con ellos en Italia para una audición. Fui, toqué y pues actualmente sigo con la banda.

- es la banda de metal más grande de la actualidad.-apresuro el conductor en señalar.- Y entrar no fue un acto de casualidad, el talento de Shäfer venció cualquier tipo de prejuicio que tuvieran los ya fans de la banda. Recordemos que los fans del metal pueden ser muy celosos con su género musical ¿Fue difícil la aceptación?

-Lo hubiera sido definitivamente pero para ese entonces Tom estaba empezando con el manejo de espectáculos, hice el contacto y logramos que confiara la producción de su show a K.T Enterprises. Mi presentación al público y la aceptación de este hacia mí a nivel mercadeo, fue todo merito de él.

-En todo estas metido ¿no Tom? -bromeó Kerner. Este sonrió orgulloso, esa gira le había salido perfecta-. Amplíanos cómo fue que lograste que Gustav fuera aceptado por el público, cabe mencionar que hoy es uno de los miembros más queridos de la banda.

Tom se acomodó en el sillón.

-Mira es fácil, Gustav es a mi parecer el mejor baterista de nuestra generación, por lo tanto sería estúpido no darle su lugar. Un buen baterista lo es desde una banda de jazz, hasta en un punk rápido, en una banda como Tokio Hotel, hasta en una banda de metal como . Mi plan fue el siguiente, no podíamos imponerles a los fans a Gustav, pero si podríamos darles razones para que apreciaran su invaluable talento. Entonces en el primer concierto masivo que fue ante quince mil personas en Roma, no podíamos hacer algo tan idiota como que lo presentaran tal cual miss universo, es decir el chico no es tan feo pero …

La carcajada en el estudio obligó a Tom a callarse por unos segundos.

"Estas más cómodo ¿no Tomi?" Le señaló Bill, automáticamente se voltearon a ver y el mayor le sonrió con cierta complicidad por primera vez en años. El menor se sonrojó y bajó la mirada.

-Bueno sigo. -Apuntó Tom, tratando de olvidar esa milésima de segundo que vio los ojos marrones más hermosos, que había contemplado en su vida. Humedeció sus labio para continuar-. Entonces fue fácil mandé a poner una batería suspendida en lo alto del público, el show empezó con obscuridad total, luego unas luces tenues iluminaron la batería y Gustav tocó un solo con una serie de módulos que te dejan con la boca seca y a punto de llorar. Lo escucharon e inmediatamente el público lo amó.

Un aplauso de todos los presentes interrumpió a Tom dándole el crédito de su logro, sonrió hacia el público e inclinó el rostro en agradecimiento.

-¿Y entonces Gustav? -siguió Kerner.

-Y desde entonces van dos álbumes y una gira mundial.

- Falta un dato. -dijo el conductor viendo hacia el backstage sonriendo.

-Y por supuesto estoy iniciando un muy feliz matrimonio con Cristine. -A quien volteó a ver mientras ella le sonreía tirándole un beso al aire. El público aplaudió emocionado.

-Primera historia de éxito. -dijo Kerner se volteo hacia la cámara -. Señores periodistas, juntaron cuatro chicos talentosos y formaron una banda que cambio la historia. Esa banda se desintegro pero siguen teniendo a los mismos cuatro chicos talentosos. Vamos a un corte y regresamos con Georg.- concluyo el segmento.

El indicador de aplausos se encendió en la locación y los chicos se pararon rápidamente mientras maquillistas llegaban a quitarles el brillo y tomaban un poco de agua.

Los cuatro impulsivamente se acercaron a las primeras filas saludando a algunas chicas, era inevitable esas mujeres y ellos habían crecido juntos. Tal vez nunca las habían visto a detalle pero ellas siempre habían estado ahí.

Trajes sastre, vestidos a flores y algunas chicas vestidas de cuero, si esas eran las ahora madres, ejecutivas o lo que el destino les hubiera marcado como a ellos, pero aún las responsables de su éxito. Muchas sonrieron y otras lloraban, besos suaves en sus mejillas recibieron los Ex Tokio Hotel. El stage manager se acercó a ellos pidiéndoles que regresaran a sus lugares de nuevo.

El intro inundó de nuevo la locación. Y Kerner apareció en las pantallas.

-Regresamos con el especial de aniversario, hoy con nosotros los chicos que antes fueran Tokio Hotel. Ahora vamos con Georg.

Éste sonrió eclipsando el lugar.

-Georg Listing. Creo que de todas las evoluciones que haya podido ver la tuya es la que más me impresiona tu cambio fue radical. Pero vamos a ir en orden. Regresemos básicamente a lo mismo ¿Cómo te sentiste el día que todo terminó?

-Bueno pues lo lógico. Como decía Gustav anteriormente convives durante años con tus amigos y un buen día te cae el trancazo que todo se acabó, e irremediablemente te preguntas ¿nos unía sólo la música? ¿Será Tokio Hotel el único lazo entre nosotros? Y te entra la incertidumbre no sabes si en un año o dos años ya ni siquiera una palabra intercambiaras con ellos.

-Pero no fue así. -señaló Kerner -. Ya que a través de esta nueva etapa en tu vida te hemos visto en momentos importantes acompañado de tus compañeros.

-Sí, siempre han estado ahí. Por ejemplo lo de la inauguración del Festival hace un par de meses hubiera sido terrorífico para mí enfrentarlo solo, pero Tom viajó hasta allá y me acompañó toda la semana. Ya saben cómo es él de especial. -Sonrió viendo al público en complicidad-. Se dedicó hacerme la vida de cuadritos como siempre y pues ya ni sentí la presión de los medios. -concluyó.

"Claro Tom ayudando a Gustav, Tom viajando hasta Francia por Georg… ¿Y a mí? ¿Ese Tomi cuando regresara a mí?" Era el reproche que salía de Bill. Tom bajó la mirada tratando de bloquearse no quería sentir los pensamientos de Bill, no quería saberlos, no ahora. Lamieron sus labios simultáneamente tratando de concentrándose en lo que pasaba alrededor.

-Tom, Tom TOM ¿Qué voy a hacer contigo? -dijo Kerner moviendo su rostro en desaprobación. -Has viajado hasta Francia sólo a fastidiar a Georg.-todos rieron y este inmediatamente continuo.- Es una broma obviamente, dejar todo e ir con él dice mucho de ti. -Comentó-. Ahora volvamos con Georg. -dijo inclinando su rostro-. Tokio Hotel terminó ¿Qué pasó luego?

-Pues no quería estar en casa, sobre todo porque todo el mundo te hace mil preguntas, y no puedes ser grosero, pero no sabía que responderles. Todo había sido dicho en la conferencia de prensa. Así que me fui a una cabaña en los Alpes Suizos con nada más que mi computador, estaba muy sensible tenia cualquier cantidad de años despertando con una agenda programada, y rodeado de gente todo el tiempo.

"¿Y eso te parece pérdida Georg? Eres un llorón no sabes lo que yo sentí la primera noche que dormí sin Tom, el primer avión que tome sin él." Ironizaba con Amargura el menor de los Kaulitz, son sus ojos a punto de quebrarse.

Su gemelo volteó a verle.

-Georg no te escucha. Yo sí. Podrías dejar eso por favor. -le pidió en un susurro tapando la solapa donde su micrófono estaba enganchado. Bill arqueó su ceja ignorando a su gemelo volteando hacia su amigo que seguía hablando.

-Ya sabes la soledad y el frio de esas montañas, todo se conjugó y me volvió terriblemente creativo, fue así que empecé a escribir lo que según yo podría ser un libro. Con el tiempo resulta que no podría yo en lo personal meter toda mi imaginación en un escrito, mi visión de los lugares, no sabría describir las sensaciones, ni matizar el clima ó el aire me di cuenta que no era tan bueno describiéndolas. Y lo convertí en un guión.

-Voy a tener que interrumpir eso. -llamó la atención Kerner del público-. Lo dice tan fresco. Pero de lo que este chico está hablando es de la nominada película en 3 categorías de los premios Oscares "La forma del amor" Un exquisito drama con el que se hizo acreedor a la estatuilla de mejor guion, en su película debut. Eso fue una roncha para mucha gente que lleva décadas haciendo cine- le inquirió volteando hacia él.

-Créeme que los sé. -sonrió Georg-. Pero me lo tomé con humildad, sólo amé lo que escribí, le aposté todo mi dinero en producirla con un estudio de bajo presupuesto, estudiantes de actuación yo mismo la dirigí no teniendo ni la menor idea de cómo hacerlo. Pero le tenía pasión a la película. Y saben. Eso se lo aprendí a estos dos. -dijo señalando a su lado a los gemelos, quienes inmediatamente se sonrojaron.

-¿Cómo?- preguntó el conductor.

-Bueno ahora ya no es ningún secreto pero la pasión y el amor que le tengas a un proyecto es lo que hace que este triunfe. No importa cuánto tarde y cuanto te cueste llegar a ello.

-Sigo sin entenderte Georg.

-El punto clave es Tokio Hotel, sí, éramos cuatro, pero la pasión inicial venía de los Kaulitz, Tom podía pasar horas haciendo la melodía para cada instrumento según las letras de Bill o viceversa, visualizaban mucho antes de que yo siquiera tomara el bajo como debía ir cada nota en toda la canción. Y eso se debía a sus inicios…

-Black Question Mark. -dijeron a coro los gemelos con una sonrisa apareciendo en sus rostros.

-Exacto, siguió Georg ese par de mocosos a los ocho años no tenían idea que la canción que componían en sus tardes libres y que con determinación afinaron detalle a detalle, iba a convertirse en Live Every Second, uno de los sencillos más vendidos en la historia de Tokio Hotel. El público aplaudió y los gemelos sonreían con satisfacción evocando esas tardes mágicas en su habitación.

-Entonces a eso me refería, me dije: es mi proyecto, mi pasión me juego la vida con el o me dejo caer. Un día me encontré a Dave platicamos del asunto y me pidió una copia para entregarla a la división cinematográfica de Universal ellos la compraron la volvimos a rodar y el resto es historia.

-¿Dave de nuevo? -hizo hincapié Kerner en lo anterior.

-¿Ves? En realidad no estamos desligados no hay una sola persona del staff de lo que fuera Tokio Hotel que no siga trabajando con alguno de nosotros. -apuntó Bill.

-Podríamos decir que Tokio Hotel no se desintegró sólo se diversificó. -señalo Kerner-. Ahora Georg, llevas 3 películas dirigidas con dos guiones tuyos y hace poco inauguraste Cannes que fue el evento que comentábamos donde te acompañó Tom. Entonces en la vida profesional vas a cien. ¿Qué sigue?

-Un año sabático. -apuró a contestar.

-¡No! ¿Cómo?

-Pues sí, o por lo menos en el cine. Regreso un año o tal vez un poco más a mis raíces, la música. Voy a dirigir la banda y a tocar con Bill en su próxima gira. -Un grito histérico del público sacudió la locación y los ojos de los chicos se desorbitaron al mismo tiempo que reían.

-Entonces para las fans que han fantaseado que los Tokio Hotel se reúnan de nuevo, yo creo que esto es un avance. -señaló el conductor-. ¿Cómo va tu vida sentimental Georg?

-Acabo de terminar una relación de tres años.

-Ahhh… fue el sonido a coro en el público.

-¿Cómo que Ahh? Ya no me quieren de regreso chicas. -coqueteó hacia el público, logrando descontrolar nuevamente en un grito a todos las presentes.

-Segunda historia, ven los chicos de Tokio Hotel, han dado con el tiempo una respuesta a las críticas sin fundamentos que los acusaban al principio de ser una banda pre-fabricada. Bueno señores la prueba de lo falso de eso está aquí. Estos hombres hicieron historia juntos y ahora siguen marcando pautas separados. Vamos a un corte y regresamos con Los Kaulitz.

Un grito ensordecedor hizo que el lugar retumbara.

Y ahora sí, el miedo se notaba en el rostro de los gemelos, sabían que para Kerner ellos eran un todo, Bill y Tom sólo eran los componentes de una unión mágica, la cual les gustara o no a los demás se había visto disuelta al menos a los ojos de ellos.

Natalie corrió hacia Bill separándolo de su gemelo, mientras que la maquillista de Tom hacía exactamente lo mismo. Las dos empolvaban el rostro de los chicos, revisaban rápidamente el cabello de los chicos y su ropa.

-¿Estás bien? -susurró la asistente al menor de los Kaulitz.

-No.

-¿Puedo hacer algo por ti?

-Si hay forma de quitarme esta ansiedad idiota, lo agradeceré.

-Ten toma agua. -indicó tendiéndole un vaso-. Si te sirve de consuelo él no se ve mejor que tú.

Al oír esto Bill volteó a ver a su hermano y éste automáticamente sintió la mirada penétrate de su gemelo en él, cruzaron sus miradas por un instante y la ansiedad en el staff era palpable.

El mayor tomó aire y lo dejó salir suavemente por los labios. Bill solo movía su rostro de lado a lado.

-Señores por favor treinta segundos. - Fue el grito del acomodador.

Los gemelos caminaron hacia sus lugares, y la luz de aplausos les indicó que para ellos el show apenas estaba por comenzar.