Disclaimer.

Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer. La historia es mía.

Contiene sexo, así que a las que no os guste éste tipo de tramas, dejad de leer en este preciso instante.

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En cuanto le vi, supe que seria el único chico con el que quería estar. Solo había un ligero problema. Era el novio de mi hermana.

Le conocí hace cinco meses, cuando, después de seis meses de noviazgo, mi hermana decidió presentarnos a su novio.

Vinieron a casa a comer el día del cumpleaños de mi hermana. Cuando le vi entrar, mi corazón dio un vuelvo, sentí enrojecer y, bueno, tuve que cerrar bien fuerte las piernas para no sentir lo que tenía prohibido. Desde ese día, no he dejado de soñar con él.

Soñaba que dejaba a mi hermana y me pedía salir. Soñaba que aparecía en mi dormitorio y se metía en mi cama. Soñaba que me hacía el amor tal pasión que, cuando despertaba, estaba ligeramente mojada. Solo el pensar en él me excitaba.

Ding, dong.

- Ese debe de ser Emmett. - dijo la voz de mi hermana, que pasaba corriendo por delante de mi habitación.

Saqué la cabeza por la ventana y le vi. Ahí estaba él, vestido de etiqueta, con un ramo de flores en la mano. Sentí unos fuertes celos. Emmett iba a llevar a mi hermana Bella al baile del instituto, mientras que yo iba a quedarme en casa, ya que no tenía pareja. Había rechazado a cuantos me habían pedido que les acompañara esa noche. Yo solo quería estar con él, y eso era una misión imposible.

- Nos vamos, mamá! - gritó Bella desde la puerta.

- Disfrutad de la noche.

Cogió a Emmett de la mano fueron juntos hacia el coche de él, aunque antes de entrar hablaron unos segundos y ambos miraron en mi dirección. Me agaché al momento y salí casi a gatas de mi habitación. Fui hacia el salón y me senté en el sofá, entre mi madre y mi perro Fluffy.

- Podrías haber ido al baile con tu hermana. - dijo mi madre. Llevaba toda la santa tarde repitiendo lo mismo.

Ni me molesté es responderle. Simplemente me dediqué a acariciar a Fluffy y a mirar el televisor, aunque ni me enteraba de lo que estaban dando en las noticias. Solo veía imágenes de catástrofes, pero no sabía de que iba el tema.

No se cuanto rato estuve en el sofá. Mi madre ya se había ido a dormir, Fluffy ya estaba en su camita, y yo seguía no viendo la tele. De repente, empecé a oír unos golpecitos en la ventana. Al principio me asusté, pero al momento la curiosidad pudo conmigo. Me levanté del sofá y fui hacia la puerta. En cuanto la abrí, me encontré con el ser más perfecto de la tierra.

- Que-que haces tu a-aquí? - tartamudeé, como siempre que hablaba en su presencia.

- No me parece bien que te quedes en casa la noche del baile. Sobre todo cuando tú eres una de las candidatas a reina. - dijo tendiéndome su mano.

- Esperas que me vaya al baile en chándal? - conseguí decir.

- Cierto. Vamos, a cambiarse. - me cogió de la mano y entró en la casa.

Me dejé llevar por él hacia mi dormitorio, me hizo entrar y cerró la puerta.

- Haz el favor de vestirte. - dijo en voz baja. Encima es tan amable de hablar en susurros para no despertar a mi madre. - La coronación es en media hora.

- Me importa una mierda la coronación. - dije mientras iba hacia mi armario. - solo es un concurso de popularidad. - cogí un vestido negro que había llevado a la boda de mi prima Alice y empecé a vestirme. - un concurso en el que yo no quería participar.

- Pero te han elegido igualmente como candidata.

- Y a tí que más te da? - me recogí el pelo en un moño y me puse unos zapatos de tacón. - Y por cierto, donde está Bella? - pregunté mientras abría la puerta.

Silencio. Me miraba fijamente, como si nunca antes me hubiera visto.

- Emmett?

- Eh?

- Que donde está Bella?

- En el instituto.

- Ya... Venga, vámonos antes de que me arrepienta.

Dejé atrás a Emmett y fui hacia el jardín, con él detras mío en todo momento. Cuando llegamos a su coche, me abrió la puerta del copiloto y me ayudó a entrar, ya que era un jeep bastante alto y tenía que subir un escalón para poder montarme.

Durante el camino de ida al instituto, ninguno de los dos dijo nada, aunque notaba que me miraba de vez en cuando. Incluso hubo un momento en que dio un volantazo. Me asusté, pero él pareció no inmutarse.

Como el aparcamiento del instituto estaba lleno de coches, tubimos que aparcar en la acera de enfrente, a unos metros del edificio, del que salía música. En ese momento sonaba el exito del momento. La última canción de Eminem y Rihana, que por cierto, era una de mis canciones predilectas.

- Esa no es esa canción que escuchas a todas horas en tu habitacion? - dijo cuando paró el coche.

- Emmett, que hago aquí?

- Verás... - bajó la vista y tomó una de mis manos. - Decidí venir esta noche para poder estar cerca de ti. - dijo susurrando. - No tenía sentido estar en el baile si tu no estabas aquí.

- Co- como? - empecé de nuevo a tartamudear. Mi idioma oficial cuando estaba en su presencia.

No respondió. No con palabras. Puso sus manos sobre mis mejillas y me besó.

Casi me muero cuando sentí sus labios sobre los míos. Llevaba cinco meses deseando que llegara ese momento y, cuando al fin llegó, no pude disfrutarlo. La imagen del rostro de mi hermana se dibujó en mi mente. Puse mis manos sobre su pecho y le aparté de mí.

Sin decir nada más, abrí la puerta del coche y salí de él. Quise ir hacia el instituto, pero una fuerte mano me sujeto por la muñeca e impidió que diera un paso.

- Suéltame.

- No.

- Gritaré como no me sueltes.

- No quieres que te suelte. - dijo pegando mi espalda al coche. - En realidad quieres que vuelva a besarte.

- Eso no es verdad. - dije sin convicción. - Bella es mi hermana.

- Ya lo se. - susurró, llevando un dedo a mi escote, recorriendo mis pechos, hasta que puso la mano sobre uno de ellos. - Pero deseo estar contigo.

Fue bajando la mano hasta mi entrepierna. Levantó ligeramente mi vestido y empezó a acariciarme por encima de la tela de mis braguitas. Gemí sin querer y él sonrió.

Estaba muy excitada y me costaba mucho contenerme. Emmett volvió a besarme, esta vez con mucha más dulzura, besando mi cuello y mi oreja. Estaba a poco de lanzarme a sus brazos y pedirle que me hiciera el amor.

Notaba como bajaba un poco mis braguitas y empezaba a acariciar mi piel, con dos de sus dedos jugando con mi clitoris.

- Ya no puedo más. - dije pensando en voz alta.

- Qué?

Le cogí por el cuello de la camisa y le empotré contra el coche. Me miraba sorprendido, y su sorpresa fue en aumento cuando empecé a desabrochar sus pantalones. Se los bajé un poco y pude ver que tenía una notable erección. Me quité las bragas y me levanté un poco el vestido.

- Que haces?

- Quiero que me folles ahora mismo. - dije empezando a bajar sus calzoncillos.

En cuanto dije eso, salté a sus brazos, con mis piernas alrededor de su cintura y empezamos a besarnos de nuevo. No nos andamos con sutilezas y nos besamos con ferocidad, sintiéndole penetrarme con brusquedad y empotrando mi espalda contra el coche de nuevo.

Tube que hacer muchos esfuerzos para no gritar ante sus estocadas fuertes y rápidas. Emmett volvía a besar mi cuello, pero lo que yo necesitaba era su boca, sus labios, su lengua. Le cogí por el pelo y tiré hacia atrás, haciendo que levantara la cabeza y atrapé su labio inferior con mis dientes.

- Podrían pillarnos. - dijo, aunque en ningún momento se detuvo.

- Cállate. - me limité a decir.

No volvió a decir nada. Empujó y empujó con más rapidez hasta que ambos llegamos al orgasmo. Apoyó su cabeza sobre mi hombro, respirando como si acabara de correr varios quilómetros.

- Voy a dejar a tu hermana. - dijo de repente, pillándome por sorpresa.

- Que-qué?

- Quiero estar contigo, no con tu hermana. - dijo mirándome ahora a los ojos.

Bajé los pies al suelo, me puse bien el vestido y me aparté de él. Había deseado tantas veces que me dijera eso que, en ese momento, no me lo creía. Le di la espalda y cerré los ojos. Necesitaba centrarme.

Me ha dicho que quiere dejar a Bella, pero si deja a Bella ella estará triste. Y si empezaramos a salir, que es lo que estoy deseando, Bella me odiaría y en casa habría un mal rollo increíble. No es una buena idea. Con todo el dolor de mi corazón, no puedo hacerlo.

- Rosalie?

- Tú y yo nunca vamos a estar juntos. - dije mientras una lágrima empezaba a recorrer mi mejilla. Era lo más doloroso que había hecho nunca. - Nunca.

- Porque? - el dolor de su voz atravesó mi corazón.

- Porque.. porque... no siento nada por ti.

- Y lo que acaba de pasar?

- Es que hay que decirlo todo? - exclamé. Era tan doloroso que lo único que quería hacer era irme y llorar.

- Pero Rosalie, yo creí... - me cogió de la mano, pero me solté de golpe.

- Emmett, solo ha sido un polvo, vale? - dije volviéndome de golpe. - Y no va a volver a suceder. Nunca!

Le aparté a un lado y eché a correr hacia el instituto. En el momento en que entraba, la música estaba parada y el director estaba en el escenário, junto a tres chicas y tres chicos.

- Y los reyes del baile son Emmett McCarty y Rosalie Hale-Swan!

En ese momento, un foco me enfocó a mi y otro a mi espalda. Miré hacia atrás y vi a Emmett, que recibía el abrazo de Bella. Respiré hondo y fui hacia el escenário. Nos pusieron una corona a ambos y nos obligaron a ir al centro de la pista, donde teníamos que bailar.

Emmett llevó sus manos a mi cintura y empezamos a bailar.

- Se que me quieres. - dijo en voz baja, pero lo suficientemente alto como para que yo puediera oírle.

No respondí.

- Solo lo haces para que Bella no sufra.

Seguí en silencio, luchando contra mis impulsos. Deseaba besarle.

- Voy a dejarla de todos modos.

- No puedes hacerlo. - dije al fin. - Ella te quiere.

- No voy a rendirme, Rosalie. Yo nunca me rindo.

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Espero que os haya gustado.

Que tal un revew dejando vuentra opinión?

Continúo o lo dejo en shot?

Besitos princesas.