Estaba lista para iniciar el día más excitante de su vida, dejo que el agua tibia recorriera su cuerpo despertándola y confirmado que no era un sueño, esta era su nueva vida y ella iba a vivirla. Deslizo sus manos con humectante por su cuerpo desnudo. Se enfundo en un traje sastre negro de dos piezas, y calzo sus bellos pies con unos Ferragamo de nueve centímetros de altura.

Tomó asiento frente al tocador y peino su cabello hacia atrás sujetándolo en una coleta alta. Contempló el maquillaje que se había hecho cuidadosamente, era lo suficientemente sobrio para su primer día de trabajo ya después lo iría convirtiendo en algo más seductor, en algo más adecuado para el gusto de su nuevo jefe, pensó.

Cogió su nuevo bolso y lo admiró por un rato estaba orgullosa de su compra había pasado casi diez horas buscando el balance perfecto entre chic y profesional.

-Ahora sí Nina, estas listas.- anunció mientras alcanzaba la calle.

Llegó justo a la entrada principal del edificio cuando el reloj marcaba las 7:45 am. Su sonrisa le anunciaba el amanecer a cuanto empleado se topaba por el camino, no podía evitarlo estaba feliz y confiada en que lo conocía mejor que así misma, había y seria su fan número uno se había dedicado no a saber de él, si no a estudiarlo.

Fue directo a la cafetería de la empresa ordenó un café negro, y se sentó a esperar. Miraba el reloj con insistencia, era irónico había esperado años por verlo pero esos diez minutos para que dieran las ocho se le hacían eternos. Tomó un sorbo de café; qué pensarían todas las chicas del club de Tokio Hotel al que pertenecía años atrás si supieran que iba a ser la nueva asistente de Tom Kaulitz, pensó sonriendo. Moriría por contactar a unas cuantas y presumirles un poco.

La bulla natural de la cafetería que estaba llena fue disminuyendo hasta convertirse en un suave murmullo, volteó a ver hacia la puerta y ahí estaba Margaret Järt, quien con un gesto le llamó.

-Buenos días, Miss Järt. -saludó la chica. Llegando hacia Margaret.

Esta le respondió vagamente y le indicó que le siguiera. Nina no perdía detalle de cada movimiento de ella, era su modelo a seguir después de todo ¿quién se convertía en la mano derecha de Mr. Kaulitz de la noche a la mañana?

Admiraba como la chica caminaba segura por la empresa y como todos se quitaban del camino y le saludaban amablemente.

-Odio a los hipócritas.- mascullo en tono bajo Maguie mientras sonreía amable a todos a su paso.

El rumor en los pasillos de la empresa cada vez era más fuerte. Para ellos todo concordaba perfectamente, Tom había agradecido a Marie en la gala donde se convirtió en el aclamado productor del año, bien podría haber sido su forma de disfrazar "Maguie" como él llamaba a su asistente, Taylor empezaba con T con ello se refería a él mismo, y con el Te amo le había declarado su amor; y justo semanas después venia el ascenso donde prácticamente la convertía: en la voz después de él, dentro de la empresa.

Nina sacudió su cabeza espantando esos estúpidos pensamientos, era obvio que ella no creía en tan mal montado chisme, Margaret le parecía demasiado simple como para el gusto de Tom, uno de los pocos tipos que podía acostarse con cualquiera. Para ella era obvio que el alto sentido del profesionalismo de su nueva jefa era el único responsable de su ascenso, además admiraba su buena disposición le había dedicado un mes de entrenamiento arduo para convertirla en la nueva asistente corporativa de Tom Kaulitz. Entonces para ella era obvio que sí Järt tuviera una relación con él jamás le hubiera escogido a ella para ocupar su puesto, su belleza sería toda una amenaza alrededor de ellos.

-Nina... ¡Nina! te estoy hablando. -fue la voz de Maguie que le llamó a la realidad-. Despierta, vamos a empezar tu última semana de entrenamiento. -le indicó mientras terminaban de pasar el lobby principal del edificio llegando a un área restringida dos guardias revisaron sus bolsos y otro más las escoltó directo al piso número diez. Bajaron y pasaron otro control de seguridad esta vez a cargo de los guardaespaldas entrenados por Saki y por fin las dejaron subir al último elevador que las llevaría directo al piso número quince, donde se encontraba el despacho.

-¡Oh por Dios! por fin voy a subir. Juro que siento como que voy al cielo. -exclamó la muchacha en un gesto exagerado.

-Déjate de tonterías por favor o me harás dudar que te mereces el puesto. -le reprimió Margaret.

-Sólo bromeaba. ¿Le conoceré hoy?

-Sí, aunque dudo que dé mucho tiempo de presentaciones, él tiene un día muy agitado. Por de pronto esta semana aprenderás lo que es la acción real, me verás trabajar y ya estarás lista.

El ascensor se detuvo en el piso número quince, Nina sintió una emoción que sólo podría comparar a la vez que los vio en una convivencia y se había tomado fotos con ellos.

La puerta del elevador se abrió y le descubrió la decoración más exquisita jamás antes vista por sus ojos, fue entonces que creyó que efectivamente había llegado al paraíso.

-¡Oh, esto es celestial! -exclamó de nuevo, mientras daba una vuelta tratando de no perder detalle en nada.

-No. Ni este es el cielo y te aseguro que no trabajaras para Dios. Ahora quita esa cara Nina o te juro por "nuestro jefe" que no pasas del primer día.

Margaret se colocó a la cintura el control de sus headsets inalámbricos, encendió una pantalla táctil, que segundos después se lleno de un sin número de cuadros iluminándose.

-Esto es lo primero que haces al venir, conectas todos los sistemas de comunicación. Todos los botones de este lado no los usaras, son sólo para asegurarme que todo está fluyendo en las gerencias son los teléfonos de cada empresa del K.T. Estos dos botones son los que contestarás: el amarillo son las llamadas que entran a recepción, el verde es la línea directa de Mr. Kaulitz, ésta siempre la contestaras tú, el no toma llamadas de…

-Espera no entendí ¿tiene una línea directa y no toma llamadas?

-Exacto no toma llamadas y tampoco las saca ¿Por qué? No sé, no nos pagan para entenderlo. No puedes pasarle ninguna llamada sin consultarle. Respecto a su agenda, debes ser muy cuidadosa con ella, él nunca cancela nada, en tres años que tengo trabajando para él, pasó hace como seis semanas y te garantizo no vuelve a pasar. No recibe a nadie tarde tampoco, si alguien se retrasa más de diez minutos ni le anuncias por qué no lo recibirá, no soporta retrasos ni excusas por que él nunca se atrasa y jamás da una excusa... -Margaret guardó silencio abruptamente una luz roja en su escritorio se encendió.

-Eso te indica que su auto se está aparcando en el sótano, inmediatamente le preparas un café si es de mañana. -le instruyó parándose-. Te será muy fácil trabajar con él es como un reloj, siempre exacto. Ahora está a punto de entrar en 20 segundos. -presumió la chica sonriendo.

La puerta del ascensor se abrió y justo entraba Tom Kaulitz.

Nina sintió en su estomago una revolución ahí estaba el hombre con el que soñaba día y noche, su amor platónico.

-Buen día Mr. Kaulitz. -saludó Margaret, llegando hacia él. Recibió de las manos de este una carpeta a tiempo que ella le entregaba un café, que Nina jamás vio cuando la asistente lo preparo.

Tom se dirigió a su despacho, y cerró la puerta. Odiaba los lunes eran largos y tediosos, su rutina de esos días consistía en atender toda la mañana pendientes junto con su asistente, luego sesión con los gerentes de cada área y por último lo más tedioso: tomar las decisiones de los retos que le habían planteado en el día, decidir su agenda semanal y si tenía suerte regresaba a su casa antes de las diez.

Pulsó el botón del intercomunicador. -Maguie ven por favor. -pidió. Agarró su grabadora y se dirigió al sillón. Dos golpes en la puerta y su asistente entró seguida por la chica.

-Buenos días. -saludaron las muchachas al entrar.

-Ajá. -contestó viendo a la nueva muchacha frente a él. Había algo en ella que no le agradaba-. ¿Y la señorita es…?- preguntó a Maguie señalando a la muchacha.

-Su nueva asistente Mr. Kaulitz. Le presento a Nina Fi…

-¿Nena?

-No, Nina. Nena es la cantante. -corrigió la chica sonriéndole.

-Ah. No me digas. -le cortó, con un tono de voz serio -. ¿No eres muy chica siquiera para saber quién es Nena?

La chica hizo un gesto para contestar a lo que Margaret se llevo un dedo a los labios indicándole que se callara, parecía que no entendía que su jefe no estaba conversando con ella.

-Bueno empecemos. –pidió Tom, señalándoles los sillones frente a él para que tomaran asiento.

Nina permaneció en silencio viendo la interacción de su Tom con Margaret, trataba de controlar el temblor de sus manos y los ojos le bailaban por el lugar, no sabía si verlo directamente o no, si acaso eso lo incomodaría.

Minutos después sintió su boca secarse al darse cuenta como Tom le miraba continuamente de arriba a abajo, la chica se sintió halagada. ¿Quién sabe y ella se convertiría en más que su asistente?, pensó esperanzada, cruzó su pierna coquetamente fingiendo acomodarse y se abrió un botón del jacket.

-¿Tienes calor? -preguntó Mr. Kaulitz que se encontraba distraído en ella.

La chica asintió con una sonrisa.

-Entonces quítate eso. -le dijo, mientras le levantaba la ceja y se chupaba los labios.

Nina se sintió en la gloria, había logrado que el Don Juan más cotizado de todos los tiempos pusiera su atención en ella y estaba dispuesta a no perder la oportunidad. Se paró lentamente dándole un buen ángulo de sus curvas y se quitó el jacket lentamente clavando su mirada directo en los ojos avellanados de su nuevo jefe ¿o debía decir de su próximo amante? fantaseó. Quedó en una apretada blusa formal de la cual sus senos parecían querer explotar y se sentó de nuevo.

-¿Podemos seguir? -reprendió Maguie a la muchacha, la cual se sonrojó entendiendo que su "sutil" flirteo no había pasado inadvertido.

Tom sonrió ante el hecho, parecía que su asistente no se daba cuenta de lo que pasaba ahí, entonces era obvio que él tendría que averiguarlo, repasaba cada gesto de Nina al escuchar lo que ellos hablaban.

-…¿Y Entonces?

-Entonces qué... -contestó Tom sonriendo. Era obvio que estaba divagando, no le había prestado un segundo de atención.

-¿Si va dar la entrevista Mr. Kaulitz?

-¿Yo? Entrevistas. Desde cuándo yo doy entrevistas. Además se supone tengo un departamento de publicidad que ellos lo res…

-Mr. Kaulitz le decía que de mercadeo sugieren que atienda a esta revista es Empire la más importante a nivel empresarial.

-Lo siento, yo no doy entrevistas. Además qué mierdas pueden querer conmigo.

-Tomar sus impresiones sobre que la cámara de comercio Europeo lo nombrara el "Empresario del año" y eso lo convierte en el hombre más importante del continente.

-¡Ay por Dios! -suspiró Tom, parecía que lejos de un triunfo le condenaban a prisión-. Bueno entonces obvio que lo haré; encárgate de eso. ¿Algo más?

-Sí señor, es de producción se lo iba a pasar a Miss Dunja pero…

-No vengas con rodeos, al grano. -le apuró su jefe.

-Brian Molko, llamó para hablar con usted directamente.

-Ajá ¿Y eso a mí qué me dice? No es Mickey Mouse, como para que yo entienda de quien mierdas hablamos. Dime ¿quién diablos es?

-Es el vocalista de Placebo.

-¿Placebo? Placebo, mierda dónde he escuchado de ellos… -exclamó en voz alta llevándose la mano a la barbilla.

-Es una de las bandas favoritas de Bill. -interrumpió Nina casi en un grito, a lo que Margaret cerró los ojos llevándose la mano a la frente.

Tom respiró profundo, sus sospechas eran ciertas.

-Nina, tú y yo vamos a tener una pequeña charla. Primero cuando yo hablo tú no te metes. Segundo Bill Kaulitz no se menciona en este lugar, tengo una división creada exclusivamente para atenderle, así que a mí ni pasarme llamadas de él. Y por último, si quieres tener un empleo dentro de K.T Enterprises vas a tener que repasar el código de vestuario, no vuelvas a venir vestida así. Ahora por favor sal de aquí que necesito hablar con mi asistente. -ordenó terminando su café de un solo trago. Le siguió con los ojos hasta que salió del despacho.

-Señor por favor le suplico me...

-No te disculpes Margaret, es la primera vez que una fan se nos cuela hasta acá, has hecho bien tu trabajo los últimos años eso es obvio. -le interrumpió sonriendo, para tranquilizarla.

-¿Una fan? -casi gritó la muchacha, con los ojos llenos de lágrimas.

-Vamos relájate, yo no estoy haciendo un drama, no lo hagas tú, además estaba linda y te gustó, no dejes que te vuelva a pasar es todo.

-Lo siento señor. -se disculpó sonrojándose.

- ¿Te puedo dar un consejo?

-Señor ¿usted a mi? Claro.

-No pongas las cosas importantes en peligro, uno no se juega el amor de su vida en un desliz. ¿Entendido?

La chica asintió de nuevo avergonzada.

-A tú novia Magui le dolería saber que te deslumbra cualquier siliconada con cabello teñido. Ahora deshazte de esa mala copia del aprendiz y ya conseguiremos a alguien que te asista.

La chica sonrió disponiéndose a salir, pero giró abruptamente.

-¿Señor?

-Dime

-¿Qué le digo a Mr. Molko?

-Que Dunja le atienda. Yo no quiero nada con nadie que me recuerde a Bill.

****

Georg se estaba disfrutando el tour, era mil veces mejor que estar en Tokio Hotel ya que por primera vez creyó estar disfrutando en realidad de la música, su rutina era totalmente cómoda ensayaba, supervisaba a los músicos en las pruebas de sonido y luego explotaba en el bajo toda su pasión. Sí, por primera vez se sentía un verdadero músico, no había punto de comparación con los últimos años con la banda donde cumplir mil mierdas mediáticas eran más importantes que tocar.

Pasó de largo al camerino de Bill, era el único de la banda que tenía acceso a todos los lugares donde el cantante estuviera, el chico debía mantenerse acompañado ó se quebraría en cualquier momento.

Georg se tiró en uno de los sillones tomando de casi un tiro una botella de agua pura. Cerró sus ojos queriéndose aislarse por un instante, pero era inútil podía escuchar la ovación del público, cuando Bill se despedía en la arena.

Minutos después las puertas se abrieron; era Bill. Prácticamente se tiró al lado de Georg, aún temblaba, nadie más que el bajista podría comprenderlo, la euforia que trasmiten diez mil personas en dos horas podría inyectarte el adrenalinazo más sub real capaz de sentir cualquier mortal, el problema era el bajón que inevitablemente venía al bajar del escenario.

El cantante respiraba profundamente sacando el aire por la boca, necesitaba calmar su ritmo cardiaco, Natalie llegó hacia él llevándole algo para tomar, recibió la toalla mojada de sudor y le dio otra seca.

-Buen trabajo. -fueron las palabras de Dave, que entraba al camerino rompiendo el silencio que se había instalado quince minutos atrás.

-Gracias. -respondió el vocalista abriendo los ojos. Había decidido descansar un momento antes de seguir con la agenda.

-¿Estás bien? -inquirió el manager, buscando la mirada del chico.

-Claro.

-Bill sabes que si me lo dices cancelo la entrevista, es muy tarde y la radio deberá comprender si no te sien…

-Dave, sólo estaba descansando estoy bien. -cortó. Tomó su cambio de ropa y se dirigió al baño.

Georg no le había quitado un segundo los ojos de encima. Negó con el rostro bajando la mirada.

-¿Qué te pasa? -inquirió Dave.

-Este menso me pasa. -respondió, señalando la puerta del baño

-No entiendo qué dices.

-Bill. Bill me pasa es un puto profesional, digo Dave seamos honestos si no le conociéramos creerías como todo el mundo que da lo mejor de sí y que disfruta todo esto.

-Tú lo has dicho Georg, si no le conociéramos.

-Llevamos cuatro semanas de gira y no le veo por un segundo el placer de lo que está haciendo.

-Ya dejemos el tema. -desvió Dave, era obvio que el muchacho no iba a sentir un segundo de placer por lo que hacía, en el fondo lo único que quería era matar tiempo. -Mejor cuéntame cómo va 1000 oceans.

-Es una mierda, te juro, no sale. Frank la toca exacta en notas pero el efecto en la guitarra no le llega a Tom; y obviamente Bill no quiere cantarla así y sin embargo la quiere meter al show en cuanto antes.

-Bueno entonces no, deberá entender que si no está satisfecho lo mejor será no tocarla, háblale claro Georg y te quitas ese estrés de encima.

-Claro, como que a Bill se le pudiera decir no…

La puerta del baño se abrió obligándolos a callar, el cantante salió luciendo completamente fresco, aunque su rostro estaba serio.

-Oigan. -dijo llamando la atención de los presentes-. Sí estoy disfrutando la gira, sólo estoy cansado. 1000 oceans la estreno en una semana si mucho, con o sin Frank. No soy ningún maldito déspota al que no se le puede decir un "NO" Georg y las paredes no son tan gruesas. -finalizó levantando la ceja.

Georg levantó las manos en señal de inocencia.

Bill tomó asiento para que Natalie le maquillara de nuevo, vio el reloj eran las diez en punto de la noche si tenía suerte estaría en la cama en un par de horas.

Pidió la cajita donde trasportaba sus joyas y sacó el relicario, sólo se lo quitaba para el concierto odiaría si se le dañara.

-¿Vienes? -pidió casi con timidez a su amigo. Odiaba cada vez más pedir compañía se sentía patético.

-Claro. –contesto el castaño.

Abordaron la camioneta y llegaron a la estación de radio, Georg pasó de lado mientras Bill se quedaba firmando a las chicas que estaban esperándole.

La entrevista comenzó hablando lo típico la promoción del álbum, contar algunas anécdotas. Bill reía y respondía de buen ánimo.

-Oye Bill debo decirte que te vez tan fresco, acabas de bajar del escenario y esa energía es impresionante. -señaló el locutor.

-Ves, me mantengo bien.

-Seguro comes tus frutas y verduras.

-Claro, tomo leche y me voy a la cama temprano. -agrego mientras jugaba con su piercing en la lengua, claro que tomaba su leche, pensó con una picara sonrisa.

-Bueno pero irse a la cama temprano… -cortó el conductor soltando una carcajada, secundada por Bill. El locutor vio la buena disposición del muchacho y siguió con el rumbo de la broma-. Te irás temprano a la cama pero eso no quiere decir que a dormir o ¿sí?

-Y ¿A qué más me iría a mi cama? -respondió dándole un dejo pícaro a su voz. Que pensaran lo que quisieran.

-Bueno, Bill has estado en la portada de Bravo de hace un mes…

-Y de diez revistas más de esa fecha para acá. -interrumpió el pelinegro, sabiendo para donde se dirigía la entrevista.

-Sí claro, pero esta fue muy comentada especialmente por Bild…

-Claro por Bild. Ellos están en todo. -agregó Bill burlándose, claro el iba a hacerlos comer su mierda, primero habían acusado a Tom de paternidad irresponsable y luego le habían dedicado una páginas en su matutino por la ropa que había usado en la portada de BRAVO.

El locutor sonrió la actitud de Bill era polémica y eso se traducía en raiting.

-Bild comentó insistentemente sobre la ropa que usaste en la portada, señalo que era parecida a la que Tom uso en el show de Ker…

-La ropa no era parecida. -los ojos de todos en la cabina se vieron extrañados, claro que era parecida a la de su gemelo, ellos lo habían visto no podía engañarlos-. No, no era parecida, era la de Tom.

Dave cerró los ojos y Georg se tiró una carcajada fuera de la cabina.

-¿Dijiste que era la de Tom?

-Sí, claro era la de Tom, sabes mi hermano gemelo con el que crecí y que vivimos al lado, pues de ese Tom. Es tan ridículo como Bild se mofa del mismo. -sonrió el cantante-. Son un medio de comunicación "profesional" que gasta espacio en señalar que unos hermanos se prestan ropa. Eso debe ser sumamente patético. -concluyó.

-Creo que esa reacción no la hubiera venido venir Bild.- comento el locutor sorprendido.

-Claro que no, es un medio de comunicación que últimamente busca provocar noticia, no obtenerla. Entonces simplemente no se las das, puedo asegurarte que con su amarillismo lo único que logran es que ningún artista que se respete, al menos no los de la disquera en la que trabajo, les dé la mínima oportunidad de entrevista. -apuntó.

-Mierda. -masculló Dave-. ¿Ahora qué? Nos tiraremos a Bild de enemigo acaso. -dijo llevándose las manos a la cabeza desesperado.

-Ay Dave qué pena me das. -dijo Georg sonriendo-. Bill puede con ellos y con más. Lo único que no entiendo es ¿Por qué quiere pelea? - guardaron silencio enfocando su atención de nuevo a la cabina.

-Bueno y ya que tocamos el tema de tu gemelo, hay algo que tiene inquietos a los medios de él...

-No me digas Marie y Taylor. -interrumpió Bill sonriendo.

-Exacto.

-Wow cada vez son más impredecibles. -se burló, estaba harto de lo mismo.

-¿Quiénes son Marie y Taylor?

-Vamos ¿cómo que quiénes son? Debes tener una teoría como todos. Mira según Bild son hijos no reconocidos de Tom. Para otros son seudónimos de mamá y yo, y aunque me gusta la idea tampoco es eso... No sé mi teoría es que son dos extraterrestres que lo secuestraron alguna noche en esas sus one night stands... y él te amo, es fácil significa en realidad: E.T go home... -terminó sin poder dejar de reírse.

Dave respiró profundo no podía dar crédito a lo que oía, Bill estaba siendo un verdadero patán.

****

La primera garita de seguridad del condominio Kingston abrió sus puertas. Indicaban las siete en punto de la mañana, Dunja bebía un café negro mientras conducía hacia la casa No. 5. Dos autos estaban estacionados en la entrada; Saki hablaba con el equipo de seguridad que comandaba.

La productora pasó de largo y entró sonriendo por la puerta de atrás directo a la cocina. Se sentó en el desayunador e inmediatamente Sue le sirvió un plato de hot cakes, jugo de naranja y le quitó el café que llevaba en la mano y lo tiró por el fregadero.

-¿Qué le he dicho señora? Mientras yo esté, usted no toma esas porquerías. -le indicó sirviéndole una taza de humeante café gourmet.

-Gracias Sue eres un encanto.

-Además debe tomar un buen café que la levante, no se le ve muy despierta que digamos.

-Lo sé, a este ritmo me voy a tener que hacer una boda temática a lo "El cadáver de la novia" para justificar estas ojeras. -contestó mientras comía.

-Espere que vea al señor siempre se ve fresco a esta hora; baja listo para comer arreglado totalmente relajado como si fueran las diez de la mañana es tod...

-¿Diez? -le interrumpió Dunja-. No sabes lo que dices Sue, cuando yo le cambiaba los pañales a tu jefe, si tenía día libre, fácil lo teníamos que arrancar de la cama a las cinco de la tarde.

Sue siguió preparando el desayuno de su jefe, siempre la gente le describía a alguien muy diferente al Mr. Kaulitz que ella atendía. Preparó un batido de sandía, con gotas de zumo de naranja, lo puso en una copa alta y le licuó un poco de hielo. Vio el reloj, él se entraba a bañar a las 7:05 ella subía a dejarle su bebida en su habitación justo cinco minutos después, para que lo encontrara al salir de la ducha, así lo venían haciendo desde hace dos años y él nunca se retrasaba siquiera un segundo.

Saki entró a la cocina listo para tomar su desayuno, le dio un beso en la mejilla a Dunja, eran amigos, bueno más que eso siempre se habían sentido familia. Gustav los había descrito como tal, todo el staff y los chicos no eran más que eso una familia, disfuncional pero al fin de al cabo un puerto seguro al cual aferrarse cuando las cosas se ponían mal. Dunja le platicaba animadamente sobre la agenda del día por fin harían algo como en los viejos tiempos, Tom iría a una entrevista en un museo como locación con la revista de negocios más importante de Europa "Empire"

Un ruido estruendoso se escuchó en el segundo nivel, obligándolos a callar.

-¿Qué fue eso? -murmuró Sue asustada, dejando de nuevo el azafate que se disponía a subir.

Saki desenfundó su arma mientras se dirigía a paso firme al segundo nivel, Dunja caminaba tras él, éste con una seña le ordenó que regresara.

-Estarás loco, si algo le pasa a Tom, Dave me mata. -le dijo, corriendo a su lado subiendo las gradas.

-¡Mierda! ¡Mierda! -era el grito fúrico que provenía de la habitación de Tom, se escuchó un ruido más fuerte y el sonido de un vidrio haciéndose añicos.

Saki dio dos golpes anunciando su entrada e irrumpió en la habitación, Dunja entró junto con él buscó a Tom con la mirada pero la habitación era un caos, el chico tiraba todo desde su closet hacia afuera.

Dunja sintió un jalón y se estrelló contra Saki a tiempo que sentía como el aire de un pequeño bolso pasaba a su lado. El chico estaba fuera de sí, parecía incluso que no les veía. Seguía tirando gavetas y desordenando todo. Se dirigió por último a un apartado donde guardaba sus joyas, ya había visto mil veces ahí pero aún guardaba la esperanza que el enojo le hubiera cegado y no lo hubiera encontrado.

-¿Dónde está Bill? -fue la repentina pregunta que tomó por sorpresa a la productora.

-Eh, no te sabría... déjame averiguar. -respondió Dunja mientras marcaba el número del ingeniero de K.T Enterprises que estaba encargado de la gira, habló unos minutos con él-. Están en Londres. -anunció colgando el teléfono.

-Bueno, entonces voy a Londres. -masculló dándose la vuelta mientras pateaba el bolso en el piso que estaba a su camino.

-No Tom. -fue la voz autoritaria de la productora-. Empire te espera a las diez para la entrevista.

Tom cerró los ojos respiró profundo y soltó una sonrisa irónica.

-¿Dunnie? Si no es porque estoy enojado hubiera jurado que me dijiste No, tú a mí. -dijo en tono exagerado, mientras movía sus caderas posando su mano en ellas-. Pero claro, tuve que escuchar mal. Porque yo soy Tom Kaulitz, yo le digo NO al mundo, no me dices tú ¡NO! a mí. Así que necesito tres boletos en el primer vuelo que salga y vienes conmigo. -le ordenó mientras regresó al baño y escucharon como la ducha se encendió.

Dunja quedo totalmente desconcertada, su jefe estaba siendo una verdadera diva, él nunca se había comportado así, ese berrinche era típico de Bill en Tokio Hotel, no de Tom.

Sue entró acompañada por dos personas más del servicio y dejaron en menos de cinco minutos la habitación completamente ordenada y reluciente, el ama de llaves colocó una maleta abierta sobre la cama del señor y el jugo de sandía con zumo de naranja en la mesa de noche. Se dio vuelta y sus ojos se cruzaron con los de la productora.

-El señor es un poco exigente. -se justificó con una sonrisa, mientras con un gesto obligaba a todos que salieran de la recamara de su jefe.

Dunja fumaba en el jardín estaba más que todo confundida, ese Tom no era el que solía conocer, la puntualidad y el respeto hacia el tiempo de los demás era algo al que el chico le ponía suma importancia, y ahora ella qué le diría a Empire "Nos salió una emergencia en Londres" Qué clase de cuento era ese, escuchó pasos y estos le anunciaron la llegada de Tom.

-¿Qué te pasa? Dunja Por qué no te relajas. -le reprendió, quitándole el cigarro de las manos y tirándolo lejos.

-Tom, vas a cancelarle a Empire ¿entiendes eso?

-Deja de pelear conmigo, vamos por tu equipaje. Maguie se encargará de eso.

Subieron a la camioneta, el rostro del muchacho estaba realmente descompuesto, su labio inferior temblaba y llevaba las manos empuñadas, estaba rojo y sudaba.

-Bienvenidos al vuelo...

-Linda ahórratelo. -cortó Tom a la azafata; se dirigió a ella y deslizó quinientos euros en su bolsillo, mientras se pegó al oído de esta-. He tenido un mal día guapa, no quiero ser un idiota. ¿Crees que podrás controlarme manteniendo mi copa llena de Merlot?

-Será un gusto señor. -contestó la muchacha.

Primera clase nunca le había parecido tan incomoda a Dunja, viajar con Tom en ese estado era casi tan atractivo como quedar atrapada en una balacera en un ascensor. Bebía, mascullaba, empuñaba sus manos y todo de nuevo otra vez.

-Ey Dunnie. -llamó su atención el muchacho.

-Dime.

-No es personal. -dijo a forma de disculpa-. Te has comportado muy...

-Muy como tu niñera. -agregó esta quería disipar la tensión pero era obvio que no iba a ser tan fácil.

Aterrizaron, y un auto le esperaba en la pista, ese tipo de comodidades era para lo único que le servía ser rico, pensó. Se dedicó a ver el camino cuando cayó en cuenta que no iban hacia la zona hotelera. -¿A dónde mierdas vamos? –preguntó molesto.

-Al apartamento que ordenaste compráramos para cuando vinieras a producir. -respondió Dunja, mientras ya veía venir un próximo problema.

-Pues no. Vamos al hotel donde esté el idiota que tengo por hermano.

Quince minutos después llegaron al lobby. Dunja se adelantó a pedir las habitaciones para esa noche. Tom se quedó atrás junto con Saki quien estaba muy tenso, no era nada fácil cuidar al señor si se ponía en ese tipo de situación de riesgo.

-Dos suites Junior y una Luxury ¿Estamos correctos? -preguntó el joven a la productora.

-Sí a nombre de K.T Enterprises la factura y regístrelas bajo el nombre de Dun…

-Buenas tardes, mi tarjeta por favor. -interrumpió Tom dirigiéndose al chico.

-¿Señor? Le atenderé yo por favor. -intervino una secretaria en el mostrador-. Su número de habitación por favor.

-No sé el número, mi habitación es la asignada a nombre de Bill Kaulitz.

-¿Es usted Mr. Kaulitz?

-El mismo. -respondió sereno, ante los ojos de Dunja que hacía lo mejor para disimular su sorpresa.

El supervisor de la recepción observaba la escena.- Dale la tarjeta es Mr. Bill Kaulitz, yo le conozco mi hija es admiradora suya.

- Por qué no la traes esta noche será un gusto para mí tomarme unas fotos y fírmale algo.- respondió Tom, no pudiendo evitar pensar en que cada vez se parecían más.

-Muchas gracias señor, espero que su estadía esté siendo grata.

-¿Grata? No señor, este hotel es el maldito paraíso. -dijo sonriendo mientras tomaba la tarjeta de la habitación de su gemelo y se dirigió a los elevadores.

Atravesó el pasillo del piso número cuatro, y llegó directo a la Suite No. 455 se coló dentro, busco con la vista las maletas de su gemelo, las diviso y fue a ellas. Abría una tras otra y las revolvía, al no encontrar lo que le llevaba ahí su desesperación sólo crecía.

-Juro que te voy a partir el alma Kaulitz. –masculló, mientras registraba otra maleta.

Revisó en las cajas que transportaban las joyas de Bill, cuando escuchó un ruido en la puerta y justo entró Natalie.

-¿Tom? -casi gritó asustada-. ¿Pero qué haces aquí?

-¿Dónde está?

-Qué hacías viendo las cosas de…

-Natalie ubícate en la realidad. No te debo explicaciones ni a ti ni a nadie, a mí la gente me da explicaciones es el orden natural de las cosas, así que no abuses de tu suerte y contéstame. ¿Dónde diablos está Bill?

-En la arena, en la prueba de sonido.

****

David movía la cabeza al ritmo de la música, sentado al lado de algunos periodistas invitados para cubrir la prueba de sonido con el cantante, medida publicitaria impuesta por la disquera.

La banda chequeaba el sonido uno a uno de los instrumento, mientras Bill sonreía a cada instante fingiendo que se la pasaba muy bien, paseaba en el escenario y dejaba que la prensa le tomara fotos, odiaba eso le hacían sentir como animal de zoológico.

Además que era realmente aburrido repetir la misma vocalización hasta que todo el equipo estuviera ecualizado, pero hasta que llevaba la carrera de solista se había dado cuenta de lo terroríficas que podían resultar las pruebas de sonido sin Tom, nunca en Tokio Hotel había sentido siquiera el tiempo estando al lado de su gemelo.

Observo todo a su alrededor había cincuenta personas del staff y de K.T Enterprises trabajando en ello, su manager lo observaba de lejos y Bill casi podía adivinar la conversación que sostenía con los periodistas "sí, es un chico estupendo" "tiene una energía tremenda" "ama a sus fans" "No por ahora no tiene tiempo para una relación".

-…Bla bla bla bla. -remató con ello sus pensamientos. Tomó unos tragos de su botella de agua, sentía la boca amarga, no sabía descifrar el por qué sentía una sensación de angustia crecer dentro de él.

-Bill, chicos. -fue la voz que salía del cuarto de sonido ubicado en medio de la arena-. Vamos a ir con luces y sonido completo. Por favor toquen Eternity como ensayo final, por favor.

Georg empezó con un bajo electrizante, la batería se unió y en dos segundos el sonido de la melodía del sencillo más sonado en la historia de la unión europea explotó.

Bill elevó su mano al cielo con el micrófono, movió su cabeza de un lado al otro y al mismo ritmo sus caderas marcaban el compas de la música, hizo un dramático alto y se inclinó hacia adelante para empezar a cantar como lo haría si hubiera público, pero la voz no le salió. Su garganta no emitía sonido, su mirada estaba perdida hacia el fondo de la arena donde una silueta apareció caminando a paso firme hacia el escenario, era Tom.

Bill soltó el micrófono y cerró los ojos llevándose las manos a la cabeza, podía sentir el enojo de su gemelo, bajó por las gradas principales y empezó a caminar directo a su gemelo. Dave vio la escena de lejos y caminó hacia los muchachos.

Para los demás era un verdadero espectáculo, las cámaras de los periodistas no dejaban de disparar, los empleados de K.T habían dejado de instalar las cosas cada uno observaba la escena, Tom caminaba seguido por Saki y Dunja quien apresuró el paso llegando hacia Dave, y con gestos le indicaba que no sabía qué pasaba.

Georg fue hacia ellos corriendo, los conocía muy bien y el rostro de Tom no era un buen augurio.

-Bill. -fue el grito que surgió de la garganta del mayor de los Kaulitz.

-No Tom, Tomi no te enojes. -casi suplicó el cantante frenándose a escasos dos metros de distancia de su gemelo, cuando por la conexión descifró la raíz de la furia de este.

Tom llegó hacia él y lo tomó fuerte del brazo. -Me acompañas hermanito. -pidió hostilmente mientras lo llevaba a la fuerza hacia el fondo, donde estaban los camerinos.

Toby corrió tras ellos y segundos antes que le pusiera una mano al mayor, Saki lo agarró. -¿Qué mierdas crees que haces Tobías? Le llegas a poner una mano encima y te mato.-le gritó.

-Saki mi responsabilidad es Bill. -le contestó de vuelta.

-Y la mía Tom así que imagina como puede parar esto.

-Cállense los dos, parecen niños pequeños. -les ordenó Dave a los guardaespaldas-. Razonen, son hermanos no sean exagerados, Tom no va a mata…

-Bill te juro que te voy a matar. -gritó Tom antes de desaparecer con su gemelo, en el pasillo que guiaba hacia el camerino.

Dave giró sobre sus talones y corrió para alcanzarlos, tras él Georg, Dunja y los guardaespaldas, los divisaron por fin, se quedaron parados en la puerta del camerino donde Tom tenía a Bill contra la pared.

-Tomi, Tom respira. -le indicaba el menor a su hermano.

-¿Por qué lo hiciste?

-Fue idiota lo sé.

-Me dejaste sin nada. -fue la voz ahogada de Tom, quien perdió las fuerzas y soltó a su gemelo, estaba a punto de llorar pero no podía hacerlo, si Bill lo miraba llorar estaban acabados.

-Bill lo necesito, es lo único que tengo, para recordarme. No me reconozco y eso es lo único que... -dijo escondiendo su rostro en sus manos, respiró profundo.

Dave observaba la escena atónito con todos, pero extendía sus manos impidiendo que pasaran, y todos le obedecían, sabían que nadie conocía a los gemelos mejor que él, cuando el manager considerara que debían intervenir se los indicaría.

El mayor agarró el bolso de Bill y empezó a registrarlo.

El menor permanecía observándolo odiándose, había sido un idiota, cómo había arriesgado así a Tom, se reprochaba. Era el único que sabía cuán débil era su gemelo y le había quitado a lo que se aferraba para soportar.

Tom volteó a ver con furia a su gemelo dejó el bolso en su lugar. Bonita hora para que empieces a sentir de nuevo la conexión, le reprochó el menor.

El mayor llegó de nuevo hacia su hermano y apoyó su cuerpo contra su gemelo prensándolo contra la pared y con sus manos empezó a registrar los bolsillos de los jeans de este, Bill no daba el menor gesto de oponerse, y su respiración empezó a agitarse. Esto no está funcionando Tomi sólo me estás excitando.

-No jodas. -gritó Tom, mientras todos cruzaron una mirada, nadie había escuchado nada, era la conexión por la que se comunicaban.

El mayor no pudo más le soltó y agachó la cabeza.

-Tomi, lo siento. Por favor perdóname. -suplicó Bill cayendo de rodillas.

-Párate, no seas exagerado.- pidió el mayor levantándolo.

-¿Me perdonas?

-Dámelo Bill, solo dámelo.- murmuro Tom en voz baja, no quería estar más cerca de él, no se habían sacrificado tanto tiempo para echarlo a perder en los últimos meses.

Bill sacó la lengua y ante los ojos atónitos de los presentes se quitó el piercing y se lo dio a su gemelo. Dunja sacudió su cabeza, eso era totalmente irreal ella no había presenciado toda esa estupidez por un maldito piercing. Dave levantaba la ceja, acompañando a todos en su sorpresa si alguien creía que él les conocía como para comprender semejante estupidez, estaban mal.

Georg sólo exhalo el aire que por la tensión había quedado atrapado en sus pulmones, ya qué más daba con ellos nunca nada tenía sentido, no entendía por qué él a eso le quería encontrar uno.

Tom giró sobre sus pies a la salida, le dejaron pasar y empezó a caminar por el pasillo.

-Tomi. -gritó Bill.

El mayor se paró en medio del pasillo sin voltear a ver, escuchar esa voz le congelaba siempre, podía sentir la angustia de su gemelo y no podía irse así, no podría dejar a Bill con la incertidumbre se giró para cruzar una mirada con él, sabía que con un segundo que sus ojos se encontraran todo estaría bien.

-¿Tomi? –pronuncio con ansiedad, agarrándose el relicario, su gemelo comprendería a lo que se refería.

-Claro, ahí está todo. Esto fue sólo por… ya sabes. -contestó.

-Lo sé. -sonrió Bill-. Tomi lo siento.

-Ya déjalo. ¿Les doy saludos a tus sobrinos? -preguntó Tom.

-Pues claro, a ver si papá los alimenta también como lo hacía conmigo. -contestó.

Tom se sonrojó y mordió sus labios, alejándose del lugar.