Aclaración: Fushigi Yuugi no me pertenece ¬¬ porque si lo hiciera, hubiera hecho que Tama tuviera que estar sin remera tres veces mínimo por capítulo y desnudo mínimo una vez, también por capítulo, Miaka no tendría que ser virgen y estos dos se hubieran acostado mucho antes del tomo 18¬¬ como se puede comprobar no soy Yuu Watase xD por lo que si las escenas subidas de tono les molestan u ofenden, por favor no lean este fic ^^
Capítulo 3: Preguntas sin respuestas y nuevos malentendidos
A la mañana siguiente, Miaka se encontraba todavía cansada. Sin embargo, por alguna extraña razón se encontraba increíblemente cómoda. Recordó lo sucedido la noche anterior y empezó a pensar que no se trataba más que de un sueño. Qué un joven increíblemente atractivo y con una capacidad innata para hacerte perder la cabeza no es algo que ocurriera comúnmente. Y con este pensamiento, se acomodo mejor en "esa dura pero suave y cálida almohada". Pero había una cosa que la inquietaba aparte de "su almohada" y era que estaba haciendo demasiado calor…
- ¡Miaka, baja ya a desayunar o no te dará tiempo y llegarás tarde a la escuela! – escuchó a gritar a su madre, probablemente desde la cocina.
Miaka gruñó ligeramente. El grito de su madre SÍ que era real. Después de todo, era el mismo de todas las mañana lectivas. Fue en ese momento cuando despertó completamente y se dio cuenta de que los pensamientos que hacía escasos momentos había tenido sobre lo "que pasó anoche" como nada más que un sueño (uno verdaderamente delicioso dijo una parte de ella) era real. Tuvo que llevarse una mano a la boca para no soltar un grito de sorpresa. Ahí estaba "su intruso". Respirando con tranquilidad como si fuera totalmente normal entrar en casa ajena y hacer… esas cosas.
Miaka trató de soltarse del joven pero le estaba resultando tremendamente complicado; en primer lugar porque Tamahome la abrazaba como si temiera que al soltarla la perdería y en segundo lugar… su cuerpo estaba volviendo a excitarse. Reuniendo toda su fuerza de voluntad se separó de su "prisión". Sin perder más el tiempo, recogió su mochila, sus ropas, y demás cosas que necesitaría para ir al colegio sin tener que volver a su cuarto… no estaba segura de que si volvía a entrar pudiera salir de ahí en todo el día. Una vez que salió de la habitación se permitió el lujo de suspirar y deslizarse lentamente en señal de victoria. Pero tampoco debía demorarse mucho porque su madre la llamaría otra vez y todavía no estaba del todo a salvo. Como no quería que su progenitora le hiciera preguntas sobre los objetos que llevaba en la mano decidió ocultarlos en la habitación de al lado hasta que volviera en busca de ellos. Una vez terminó su trabajo se dirigió con rapidez hacía la cocina.
- Miaka ¿Dónde está Tamahome? Sino se apura él también llegara tarde – le preguntó la señora Yuuki ni bien la vio.
- Él… él todavía está durmiendo – le informó a su madre mientras se sentaba en la mesa y comenzaba a comer sus cereales. Enseguida, notó que ella se disponía a llamarlo y entonces recordó parte de la conversación de anoche y dijo – Esta agotado por el viaje. Creo que seguirá durmiendo hasta la tarde.
Miaka esperaba que esa mentira surtiera efecto. Miró a su madre y por unos segundos vio como sus ojos se volvían oscuros para enseguida volver a su color original.
- Tenés razón, cielo. Dejaremos que descanse – y dicho esto se dispuso a terminar de preparar el desayuno.
Miaka, por otra parte, ahora comía enojada. Hoy "Tamahome" no se salvaba de que le diera una buena explicación de lo que realmente estaba ocurriendo. Sin embargo, se dijo así misma, que no servía de nada enojarse ahora dado que no obtendría ninguna respuesta y levantaría las sospechas de su madre si continuaban hablando de él así que pensó en cambiar el tema.
- ¿Dónde están papá y Keisuke? – preguntó la joven aunque ya conocía de sobra la respuesta.
- Papá se fue al trabajo y Keisuke a la universidad – le respondió mientras arreglaba los últimos preparativos para ir ella también al trabajo. No tardo mucho tiempo en estar preparada. - Bueno, cielo, yo ya tengo que irme al trabajo – le dijo a su hija mientras se ponía la bufanda. Segundos después, se dirigió a la puerta, se giró y antes de irse dijo – Portate bien y no le hagas nada malo a tu primo.
Miaka estuvo a punto de doblar su cuchara cuando escuchó las últimas palabras ¡¿Qué ella no le hiciera nada malo a él! ¡Ella era la única indefensa en todo este asunto! "Tu madre tiene razón, Miaka. En cualquier momento podrías saltar sobre el indefenso y adormecido chico para hacerle todo lo que tenías planeado hacerle instantes antes de que tu madre interrumpiera anoche." ¡Esto si que era el colmo! No sólo tenía que escuchar que su propia madre defendiera a un completo desconocido sino que una parte de ella se estaba uniendo al bando enemigo y lo que es peor… ¡Lo más probable es que tuviera razón! Necesitaba tomar un poco de aire fresco ahora mismo antes de que le diera un verdadero ataque de ira. Pero antes de eso tenía que ir a la habitación donde estaban sus cosas y darse una ducha.
Pensó que cuando terminara de bañarse se sentiría mejor, que el agua fría ayudaría a mitigar su irritación, pero no había funcionado y por alguna extraña razón se sentía vacía. No pudo resistir la tentación y fue a ver si "el Señor de los Infiernos" se encontraba durmiendo o estaba despierto con una sonrisa de oreja a oreja al saber que estaban completamente solos. Cuando lo vio se dio cuenta de que en realidad ocurrían ambas conjeturas a la vez, todavía se hallaba durmiendo en lo que parecía ser un sueño reparador mientras una pequeña sonrisa aparecía en sus labios. Instantes después, pronunció dulcemente el nombre de la muchacha en un susurro haciendo que el calor que, nuevamente la estaba invadiendo, la golpeara de lleno. Con las pocas fuerzas que le quedaban a su sentido común cerró lentamente la puerta. Había sido un error terrible volver a ver como estaba. Sin más preámbulos se abalanzó a la puerta que daba a la salida de su casa… necesitaba aire fresco… ¡y lo necesitaba ya!
En el colegio…
- Vaya, Miaka. ¿Y esa cara tan larga? No me digas que estás así porque no se cumplió lo dicho por esa "adivina" – preguntó su amiga con un poco de fastidio. Enseguida, se sentó en el asiento al lado de su amiga y le dijo seriamente – Sabes perfectamente que no son más que tonterías.
Miaka no sabía si decirle la verdad o quedarse callada. Por suerte para ella, la profesora entró en ese momento en clase e instantes después comenzó la clase. No fue hasta la hora del recreo cuando la elección sobre su dilema se resolvió pero no por mérito propio. Durante esa hora, ambas amigas vieron que casi todas las chicas del colegio estaban cuchicheando, algo completamente normal sino fuera por el pequeño factor añadido de que miraban de reojo con disimulo (aunque varias no eran tan discretas) hacía Miaka. Sólo pudo averiguar la razón de tanta atención cuando Fuu y Mio se acercaron a las chicas.
- ¡Miaka, Miaka! ¿Por qué nunca nos dijiste que tenías un primo tan guapo? – le preguntaron prácticamente a gritos.
- ¿Primo? Miaka no tiene ningún primero – interpeló Yui totalmente confundida.
- Eso es lo que dijo el nuevo alumno de 2 curso de Insituto. Se llama Tamahome y dice que es tu primo y que va a pasar una temporada en tu casa ya que sus padres se han ido de vacaciones.
Miaka casi se atraganta cuando escuchó la palabra "Tamahome". Ahora no le quedaba más remedio que decirle la verdad a su amiga antes de que las cosas empeoraran. Pero de hecho, así fue cuando "el Rey de Roma" apareció en los jardines del colegio que era donde se encontraba casi todo el colegio hablando de lo mismo (y los que no, estaban siguiendo al recién llegado).
Cuando Tamahome llegó a donde estaban le dirigió una sonrisa a Miaka antes de cerrar los ojos. En ese momento su corazón empezó a latir velozmente, no sabría decir a ciencia cierta como supo lo que pretendía hacer "el intruso", pero lo sabía… ¡iba a hipnotizar a todo el colegio! Rápidamente se arrojó hacía Yui cubriéndola con su cuerpo y tapando los ojos de Yui con sus manos.
- Miaka, ¿pero qué… - intentó preguntar Yui ahora más confundida que antes.
- Shhh, luego te explicó – se apresuró a decir la pelinegra mientras cerraba los suyos propios.
Apenas un segundo después de que Miaka se abalanzara sobre su amiga Tamahome volvió a abrir los ojos y una luz oscura salió de ellos y se poso en los ojos de casi todas las personas que se encontraban en ese momento en el colegio. Una vez hecho esto, el joven cayó completamente exhausto sobre sus rodillas y pequeñas gotas de sudor le resbalaban por el rostro y apoyó sus manos en el suelo; le costaba mucho trabajo respirar. Aprovechando que la mayor parte de los presentes no eran conscientes sobre lo que estaba pasando alzó a Miaka entre sus brazos con algo de dificultad y le lanzó una mirada a Yui. Una vez hecho esto, salió corriendo directo hacía el gimnasio. Yui siguió con la vista perdida a ambos hasta que se perdieron en el horizonte y se fue rumbo a su casa.
Durante todo el trayecto de "su secuestro" Miaka le estuvo exigiendo a su captor que la dejara bajar, pero la verdad es que cada vez que lo decía su voz sonaba menos insistente; una vez más había caído presa de la magia que rodeaba al misterioso desconocido.
Tamahome abrió la puerta del gimnasio rápidamente ni bien la tocó y la cerró detrás de sí con la misma rapidez. Enseguida, colocó la espalda de la joven en la pared y comenzó a besarla urgentemente en la boca mientras masajeaba con avidez sus piernas. Estaba al límite de sus fuerzas y necesita energía ¡ya! Con cualquier mujer le habría bastado como había hecho tantas y tantas veces antes de conocerla. Sin embargo, eso cambio en el mismo momento que la conoció en aquel bello jardín. Desde ese mismo instante supo que ninguna otra conseguiría llenarle como ella lo hacía… ni conseguiría que siempre quisiera más y más de ella.
Miaka, por su parte, rodeo con sus manos el cuello del muchacho y empezó a masajear sus cabellos urgentemente. Ya no le hacía caso a su sentido común sino a la necesidad abrumadora que le exigía su cuerpo: ser devorada por esos labios, ser acariciada por esas manos sin ningún tipo de pudor y sentir ese calor abrasador tan característico de su "intruso" en todos los rincones de su cuerpo. Echó su cuello atrás cuando la boca de Tamahome descendió hasta esa aquella parte de su anatomía para darle un mejor acceso. Su cuerpo comenzaba a arder a una velocidad abrumadora y no ayudaba nada que el "raptor" estuviera restregando su duro y erecto sexo contra el de ella. Pensaba que a estas alturas, si antes estaba agotado por el esfuerzo que le supuso convertir "en zombis" al colegio entero, ahora estaría extenuado… pero no era así ni mucho sino todo lo contrario. Cada segundo que pasaba notaba como la fuerza retornaba a sus manos y la sujetaban con mayor firmeza. Volvía a besar sus labios, pero, esta vez, con más ahínco y furor mientras la agarraba de la cuna para no dejarla huir; sin embargo, no consigió que algún que otro suspiro escapara libremente de la prisión de sus labios.
De repente, volvió a alzarla, pero esta vez, con suma facilidad. La colocó suavemente en una de las colchonetas que estaban desperdigadas por todo el suelo; apoyó sus codos encima de la colchoneta para no aplastarla con su peso. Se quedó mirándola unos instantes mientras acariciaba su rostro tan suavemente como si tuviera miedo de que ella fuera una ilusión… había pasado tanto tiempo desde que la vio por última vez… todavía no podía creer que ella estuviera allí con él. No obstante, no había duda de que era ella; el color de su pelo, su rostro, ese brillo tan especial de sus ojos cuando se enojaba, esos labios tan suaves y tentadores que eran su perdición… sin olvidar que era ella quien tenía el collar donde fue encerrado… sólo ella podría tenerlo. La lujuria volvió a dominarlo enseguida cuando vio esos rojos y deliciosos labios que se separaban seductoramente. Sin perder un segundo más, volvió a devorarlos con furor al mismo tiempo que introducía su lengua en su boca.
Miaka no pudo evitar abrir sus ojos durante un segundo debido a la acción del joven; todavía se encontraba perdida en su mirada pensando porque no ofrecía la más mínima resistencia aunque recibió de buen agrado esa inesperada sorpresa. Pero lo que la sorprendía aún más era la ternura y suavidad con la cual Tamahome la tocaba. Hasta hace escasos minutos estaba completamente desesperado por concluir lo que casi pudo pasar ayer a la noche. Por eso pensó que podría llegar a lastimarla, pero eso distaba mucho de la realidad; todavía no alcanzaba a entender como el desconocido era capaz de ser increíblemente pasional pero al mismo tiempo tan suave en el tacto; el dolor que ella pensó que sentiría debido al desenfreno nunca llegó y en su lugar un placer indescriptible la embargaba por completo.
Abrió un poco la camisa del joven y deslizó una de sus manos en ese musculoso y bronceado pecho que su otra yo (y ahora su lado "cuerdo" también) deseaba tocar con desesperación y con la otra tiraba levemente de la ropa. El calor se hacía más y más intenso y algo en su interior le decía que debía restregarse más contra la virilidad del joven. Tamahome dejo sus labios para besar y lamer suavemente su cuello y, de cuando en cuando, mordisqueaba suavemente dicha zona. Miaka fue incapaz de hacer otra cosa que cerrar sus ojos y echar su cuello hacía atrás y así poder dejarle más acceso al joven. No paraba de gemir y una vez más volvía a acariciar los cabellos del muchacho. Tamahome se alzó levemente y se quedó embobado viendo lo terriblemente provocadora que se veía con el pelo dispersó por toda la colchoneta, con sus mejillas sonrojadas y nuevamente esos labios rojos como la sangre lo atraían sin remedio y más ahora que le culpaban por no recibir la atención que les correspondía y su pecho subiendo y bajando provocativamente. Haciendo un increíble esfuerzo por contenerse y no acudir a su llamado comenzó a desabrochar lentamente la camisa de la joven. Su virilidad le apretaba enormemente y le pedía a gritos salir de su encierro. Necesitaba estar en contacto con esa suave y tersa piel que lo volvía loco urgentemente.
Una vez que tiró a un lado la camisa comenzó a lamer el pecho de la joven y a chupar sus duros pezones por encima del corpiño. Minutos después, éste fue a hacerle compañía a la ropa que se encontraba en el suelo. Tomó su pecho con las dos manos y comenzó a masajearlos suave y lentamente pellizcando y mordiendo de cuando en cuando; la reacción de su amante no se hizo esperar haciéndole saber que aunque hubieran pasado miles de años seguía adorando que le hiciera eso . Miaka lanzó inconscientemente un grito de placer que retumbó por toda la instancia al mismo tiempo que se arqueaba completamente. No paso mucho tiempo hasta que Tamahome dejo de "torturar" su pecho y la sentó sobre sus piernas. Una vez más, Miaka echó la cabeza atrás mientras apoyaba las manos en el suelo. Tamahome estuvo tentado en volver a saborear esos deliciosos pezones que reclaman su lengua y sus labios. Sin embargo, decidió desabrochar la pollera de su compañera y guió una de sus manos hacía la intimidad de ella y se quedó allí unos minutos acariciando dicha zona por encima de la tela de su ropa interior aún así pudo notar enseguida cuan húmeda se encontraba y, de cuando en cuado, apretaba tiernamente su clítoris; la mano que se encontraba libre rodeo la cintura de la joven. Fue justamente debido a esos "apretones" que Miaka no pudo aguantarlo más e hizo que el Tamahome se recostara en la colchoneta.
De esta forma, "el secuestrador" paso a estar completamente a merced de "su víctima"… aunque la verdad no pareció molestarle mucho el cambio en los acontecimientos. Sin embargo y, a pesar de la urgencia de su cuerpo, no pudo evitar quedarse unos instantes embobadas contemplando el bello rostro de "su intruso"; nunca en toda su vida había visto un joven tan atractivo y sensual… ni tampoco a uno que le hiciera perder la cabeza como él lo hacía. Inconscientemente, delineó delicadamente la boca del hombre con la mano e, instantes después, sustituyó sus dedos por sus labios. Seguidamente, besó su cuello lentamente saboreando esa piel que la volvía loca. De cuando en cuando podía escuchar como Tamahome surraraba roncamente su nombre muy cerca de su oído haciendo que se excitara aún más de lo que ya estaba. De repente, pareció que el cuerpo de la joven comenzaba a cobrar vida propia, puesto que ella no sabía ni que estaba haciendo ni porque… sólo se dejaba llevar y empezó a restregarse contra la intimidad del demonio mientras él acaricia lujuriosamente desde sus piernas hasta su cola una y otra vez.
Se irguió levemente y fue abriendo la camisa lentamente y no pudo evitar que sus ojos brillaran intensamente debido a la lujuria que la carcomía, su boca se hacía agua de sólo ver esos musculosos, bronceados y definidos músculos. Enseguida, volvió a inclinarse para poder besar, lamer y saborear de arriba abajo esa piel que le nublaba el juicio. Una vez llego a sus pantalones, los desabrochó y extrajo el duro y erecto miembro viril del muchacho. Sin pensárselo dos veces, comenzó a lamer la cabeza del mismo con la punta de su lengua; el muchacho sintió como un potente rayo lo recorría completamente y no pudo evitar que una de sus manos se colocara en la nuca de amante para indicarle a Miaka cual era el ritmo que debía seguir haciendo que introdujera su pene en su boca hasta el final. A los oídos de la chica seguían llegando los dulces suspiros del joven que, conforme pasaban los segundos, se volvían más y más intensos, y provocaban que la sangre de la estudiante se calentara aún más. No paso mucho tiempo hasta que sintió como una gran calidez inundaba su boca al mismo tiempo que escuchaba gritar de placer a su compañero; no pudo evitar tragar parte del semen, a pesar de que esperaba que tuviera un sabor algo salado (o eso le habían dicho sus amigas cuando le contaban que hacían ellas cuando estaban con sus novios), sino un sabor increíblemente exquisito y adictivo y hacía que se excitará aún más si cabe. Por eso, hizo que el joven eyaculara varias veces más y lamió hasta la última gota. Decidida a poner fin al tormento que esta estaba sufriendo su intimidad; se levantó y se colocó sobre el miembro erecto del joven y lo agarró con una mano para poder meterlo dentro de ella con cuidado. Cuando estuvo a punto de empezar a introducirlo en su interior Tamahome lo evitó y Miaka se encontró totalmente paralizada y perdida por la acción; no entendía porque él quería que pararan después de todo lo que le habia echo.
- No podemos hacerlo hasta el final, Miaka – confesó el joven entrecortadamente por la excitación. Al escuchar esto, no supo porqué, pero toda la excitación que sentía hasta ese momento se esfumó y un sentimiento de furia la invadió.
- ¿Por qué no podemos continuar? – interpeló gritando la joven - ¿O acaso es que te gusta ver como pierdo el control de mi cuerpo y puedes hacer lo que te plazca y así poder dejarme con las ganas? ¿Cómo sino fuera nada?
- No, Miaka. Escúchame, por favor – le imploró el muchacho. Pero era demasiado tarde, Miaka no pudo contener el sentimiento de odio y vergüenza que la dominaba. Desde que había llegado no había echó más que jugar con ella cuanto quería y más. Estaba más que harta. Dominada por esos sentimientos le pegó una tremenda bofetada al muchacho y recogió rápidamente sus cosas y con la misma velocidad abandono el gimnasio.
Tamahome se quedó unos segundos mirando la puerta sin decir ni una palabra. Giró su rostro y se llevó una mano hacía su cara y murmuró para sí mismo con profunda pena y dolor, no por el dolor físico de la cachetada, sino porque ahora ella pensaba que para él ella no era más que un pasatiempo:
- Esto será mucho más difícil de lo que pude haber imaginado aunque me lo hubieras advertido, Mi-chan.
Un joven pelirrojo que aparentaba unos 17 años, que caminaba por las calles cerca del Instituto, se encontraba estaba muy preocupado desde hacía un par de días; notaba que el ambiente había cambiado pero no sabría decir bien el porqué y, sin embargo, se le hacía vagamente familiar. Ese día no había asistido a clases dado a que su "abuelo paterno" se encontraba muy enfermo; debido a ello "sus padres" habían pedido un permiso especial al colegio para que pudiera ausentarse durante esa semana sin que tuviera problemas por ello. Ya había pasado ese plazo y, aunque, tendría que volver a clases oficialmente mañana, no podía evitar sentir esa sensación que le indicaba que algo no andaba bien. Con el corazón en un puño, decidió ir al Instituto y esperar a Miaka y confirmar que ella se encontrara bien. Sin embargo, cuando llegó a las puertas del recinto y vio a Miaka toda desalineada casi se le para el corazón. No obstante, trató de serenarse y la saludo como siempre.
- Hola, Miaka ¿qué tal? – le pregunto - ¿Acaso estamos en carnaval y por eso estás tan desastrosa? – intentó bromear. Sin embargo, su nerviosismo se iba convirtiendo en enojo al oler una esencia que detestaba y, que, para colmo de males, parecía que provenía de su amiga.
Miaka, por su parte, todavía se encontraba nerviosa y molesta por lo acontecido hacía apenas unos minutos atrás.
- ¿Qué tal estás, Tasuki? ¿Sigue estando tu abuelo muy grave? – preguntó por una parte para tratar de cambiar el tema y por otra porque realmente quería saber como se encontraba. Miaka quería evitar que su amigo le viera el rostro y por eso se giró dándole la espalda.
- No, ahora se encuentra mucho mejor – le respondió como si el asunto no fuera con él - ¿Vas a decirme que es lo que te pasa? – le pregunto un poco irritado mientras la agarraba de un brazo y la volteaba para que lo viera.
- No me pasa nada. Tasuki me estás haciendo daño – se quejó la joven. No le agradaba nada el tono y la actitud que estaba teniendo su amigo. Esto no era nada normal pero ahora no tenía ni tiempo ni cabeza para intentar descifrar que le pasaba.
- Lo siento, yo… - intentó disculparse pero Miaka no le dejo.
- Mejor me voy a casa ya pero esta vez sin ti. Estás muy raro y yo muy cansada. Y no… no paso nada – dijo las últimas palabras en un susurro que el chico apenas pudo oír pero el rubor de sus mejillas lo vio claramente.
Siempre fuiste pésima mintiendo, Miaka – se dijo lentamente a sí mismo mientras la silueta de la joven se hacía cada vez más pequeña. De repente, una furia y rabia que no conocía desde hacía milenios lo invadió por completo puesto que ahora reconocía de dónde provenía ese aroma. Con decisión, golpeó fuertemente una de las farolas que tenía cerca y ésta se agrieto y se desmoronó al instante. Con la voz llena de odio dijo: Además, apestas a ÉL.
Notas de la autora:
Bueno, ya tenemos nuevamente un nuevo capítulo ^_^ Ahora "Raily" y mi última lectora "laury13" no tendrán motivos para arrancarme la cabeza ^_^
Recomiendo leer el siguiente libro… "El ejercito negro" es una trilogía 1. El reino de los sueños, 2. El reino de la oscuridad, 3. El reino de la luz.
También les recomiendo leer el fic "Destiny" de The Princess SeLene reviews (es un fic que yo le encargue que me hiciera de Tama y Miaka lemon^^) y Gotas de sal y esencia de azúcar de Rikuchan22 otro lemon de tama y miaka ^_^
Ahora, en lo que respecta al fic… Miaka pegándole a tama O.O! Ni yo me lo cría cuando lo escribía pero… más de una hubieramos echo eso no? Nos calientas y después no dicen que na de na… yo si lo hubiera echo para que mentir… Y ahora para mi desgracia… apareció Tasuki x.x menos mal que dentro de poco aparecerá Nuriko asi me alivia un poco la pena de que aparezca el otro¬¬ pero eso significa que pronto aparecera Nakago… porque sera sera :D
Ahora paso a agradecer los rewiews:
laury13: Espero que te haya gustado este capi xD Tardo algo porque estaba haciendo otro dos one shot antes de continuar este y porque odio escribir xD Por cierto me conociste en por algun rewiew que deje en algun fic de Tidus y Yuna? xD Es que veo que sos fan de ellos.
Raily-and-Ray: No te gustaran los lemons… pero que bien se ve Tamahome vestido de negro y con esa sonrisa de costado cuando es malo, no? xD En este caso pervert jajaja
Melody: Jo… para una persona que no me quería matar por haberlos interrumpido resulta que ahora quiere ahorcarme… bueno acá está el capi y no pasa nada ^_^
Noroelle: "Dan ganas de ducharse y embobarse esperándole"… si…. Ahora una amiga me acusa de que cada vez que se baña piensa que vendrá Tama y la secuestrara xD Si, Tama es muy sexy de malo… y esa voz en japonés ains *_*
Pooliih: Gracias espero que te guste este^^
Ehime: Lo de que la madre estuviera caliente… digamos que Tamahome tiene como un aroma, sensación o como quieras llamarlo que despierta toda la sexualidad. Y eso traerá algunos dolores de cabeza a Miaka xD Pero como Tama quería estar con Miaka hizo que toda esa atracción que sintió la madre de Miaka por Tama "la desvío" hacía su marido. Tamahome dirá más adelante (probablemente el próximo capítulo) el porqué de esto. Si… más de una ahora está odiando mucho a Miaka por mi culpa u.u… debería sentirme mal pero… ELLA TIENE A TAMA QUE NO SE QUEJE!
Ady92: A mi tampoco me importaría si fuera tan sexy como él para que negarlo jajaja Tranqui que van a sufrir bastante xD Y eso del one shot ya esta hecho jejeje me alegra que te gustara^^ Si en el fondo te encantan esos baños con cubitos para bajarte la calentura xD Me alegra que te gusten las ideas^^ Si… todas queremos ver a tama en accion y ser nosotras miaka ^_^ conmigo a la cabeza *_*!
oOo Dark-yuki oOo: juas pues si antes tenías ganas de matarme ahora mejor me escondo O.O… pero pensa que si me matas no veras mas lemons de Tama :D!
Pues al final el que actualice fue este y no el del tama seiryu sorry. Y creo que volvere a actualizar este porque ya tengo mas o menos idea de cómo quiero el capitulo 4.
mary: Buena pregunta jajaja Esto lo contara Tamahome en el proximo capi pero a modo de resumen. Tamahome es un demonio que se alimenta de energia sexual. Ha estado encerrado durante milenios en un collar que le iba absorbiendo lentamente su energía. Cuando vio a Miaka le pudo mas las ganas de verla que el cansancio pero al usar parte de la poca energia que habia vuelto a acumular (cuando lo estaba haciendo con Miaka) no le quedo mas fuerza y perdio el conocimiento.
Si… a mí tambien me encantaria tener uno asi xD Pero el que tengo deja mucho que desear¬¬ Bueno lo de pervertida… uno lee mis fics bajo su responsabilidad xD
kika-chan: Bueno ahora no le pase el borrador asi no se enojan jajaja por cierto tienen que leer el otro one shot.
Otra mas que quiere matar x.x! pero no ven que no hay historia sin autora x.x que, si bien es cierto que muchas de las ideas se las e ido contando a varias por msn no se las he contado todas! Asi que la historia no tendria ni pies ni cabezas… y cuando la termine… estare empezando otro fic asi que tampoco podran matarme :D!
jeannexxx5: bueno al menos no me queres matar porque la madre interrumpiera^^ Pero necesito que Miaka sea virgen un tiempito mas :D Ya lo sabran en el proximo capi jejeje
Maria Esteve: Exacto. Para que estar picando piedras cuando puedes estar violando a Tama? xD
Rikuchan22: Sip, siempre sos una de las primeras. Pero este creo que no te lo he pasado porque no te has conectado mucho últimamente ^_^
