Summary: Brittana. Basado en el capítulo 16 de la segunda temporada "Original Song". Brittany echa de menos a Santana.

-oOoOo-

STARLIGHT

¿Por qué estaba tan enojada Santana con ella? Brittany no podía imaginarlo; nunca habían tenido una pelea, nunca habían estado separadas, siempre habían sido Santana y Brittany.

Si fueran Barbie dolls sus muñecas se venderían en la misma caja, junto con su uniforme de Cheerios y los pompones; o tal vez ahora que ya no eran porristas, vendrían con pequeños micrófonos que usarían para cantar en el Glee Club. Definitivamente Rachel y Quinn también se venderían en la misma caja, pensaba Brittany, y es que se veían tan bonitas cuando cantaban juntas; tal vez solo ella lo pensará pero entre esas dos, había mucha tensión sexual; quizás solo estaba confundida con Rachel y Quinn, porque como Santana bien decía, para ella hasta el desayuno era confuso. Artie en cambio, se vendería por separado, al igual que Sam; ellos eran como Ken, solo un accesorio de las Barbie dolls. Tener una Barbie doll de Santana sería fantástico, así podría vestirla con sus atuendos de las seccionales y las regionales; ponerla en medio de un escenario con muchas luces, para que todos se dieran cuenta como ella, de que Santana era una estrella que nunca dejaba de brillar, y así les alumbraría a todos el camino como lo había hecho con ella.

Brittany le temía a la oscuridad y a muchas otras cosas; como que un día vinieran en la noche por ella las hormigas, y la secuestraran para comérsela dentro de su hormiguero. Ahora se sentí así, como dentro de un hormiguero, húmedo y oscuro; y por más que gritará y le pidiera auxilio a Santana, ella no vendría como siempre en su ayuda. No iba a estar para defenderla con sus palabras mordaces enfrente de la clase, que no dejaba de llamarla tonta; no habría más noches donde la abrazara para dormir, después de haber visto una película terrorífica de dibujos animados; se habían ido todos esos "lady kisses" que esperaba por semanas, y que la trasportaban a un sitio, donde solo existían ella y Santana.

La echaba tanto de menos y se lo había dicho, pero a Santana parecía no importarle. ¿Por qué sigues saliendo con Sam, si me has dicho que me amas? No sé en que estaba pensando cuando dije eso, le respondió Santana. Brittany la conocía y aunque Santana le quisiera cambiar la jugada, ella sabía que aquella canción no había sido en vano, que las dos sentían lo mismo; pero ella no podía hacerle eso a Artie. Él era el novio perfecto, comprensivo, cariñoso, honesto, le ayudaba con su tarea, pero… no era Santana. En primera a Artie le sobraba algo, o era que, ¿Le faltaba algo a Santana? Debía poner más atención en clase de anatomía. Pero no era nada más eso; Santana siempre olía a helado de vainilla, tenía la piel suave, la voz dulce cuando le susurraba cosas al oído, las manos tersas, le gustaba cepillarle el cabello y peinarla, compartían la ropa, la comida, sus labios sabían a fresa, y cuando pegaba tanto su cuerpo al de ella, Brittany sentía como si fuegos artificiales explotaran. Con Artie nunca había sentido nada parecido, ni por asomo.

Santana era tan diferente con ella, solo a Brittany defendía, solo a Brittany le decía palabras dulces, solo a Brittany la besaba de esa manera, solo a Brittany echaba de menos, solo a Brittany le había dedicado una canción, solo a Brittany le había dicho te amo; y ella lo sabía, ambas lo sabían. Y ahora cuando por fin había conseguido, lo que solo habían sido sueños, ¿Qué había hecho? La había rechazado. Tal vez no era por Artie, tal vez era que le había pedido tantas veces esa oportunidad a Santana; ella sabía que no era fácil para ninguna, pero quería estar con Santana y siempre se lo demostró. No era venganza, esa palabra no estaba ni siquiera en el vocabulario de Brittany; era cansancio de hacer siempre lo que Santana decía, en el momento en que ella quería.

Se sentía sola sin Santana, aunque Artie estuviera ahí; Brittany sabía que aunque hubiera miles de hombres o mujeres en su vida, Santana era irremplazable, porque no solo era su amor, era su amiga, su confidente, con quien bromeaba, con quien había crecido, su compañera. Si, la había rechazado, pero tal vez era hora de aceptar que Santana era una estrella, su estrella, que estaba ahí para iluminar su camino.