Disclaimer: Los personajes no me pertenecen. Todos los derechos están reservados por J.K. Rowling y Warner Bros.
Capítulo 3: Patronus
Tonks se acomodó el cuello de la capa, el expreso de Hogwarts acababa de hacer su arribo entre fumarolas blancas. Los chicos que bajan del tren iban con una sonrisa en los labios, ansiosos, reían al encontrarse con los amigos que extrañaron en las vacaciones, hablaban en voz alta, corrían a abrazarse, el ambiente estaba lleno de felicidad, sentimiento que no se le podía contagiar en ese momento.
Vio como Hermione y Ron bajaban sin Harry. Era extraño verlos sin él, pero no se alarmó decidió esperar, seguramente Harry andaba por ahí saludando a otros compañeros de Gryffindor.
Tenía semanas con ese dolor en el pecho, deprimida y aunado a eso su apariencia desmejorada día a día, su cabello ya no cambiaba de color, se había vuelto oscuro como su mirada, triste.
Se había mudado a Hogsmeade para poder patrullar la escuela, su idea de mantenerse ocupada para no pensar estaba resultando contraproducente, porque el lugar quisiera o no le traía recuerdos.
"Bien Tonks has venido al lugar donde Remus era profesor, donde todo te recuerda a él" se felicitaba a ella misma por su gran hazaña.
Había olvidado ese pequeñísimo detalle al decidir ir a Hogwarts, o quizás una parte de ella lo había ignorado.
Poco a poco se fue vaciando el lugar, no lo había visto bajar, no había luces de Harry Potter.
Tenía poco tiempo antes de que el expreso regresara a Londres, abrió una de las puertas y subió, el lugar estaba vacío y sucio, en los asientos y en el piso podían verse las cajitas que envolvían a las ranas de chocolate; decidió transportarse a otra sala. De pronto notó que el vagón siguiente tenia las cortinas hacia abajo, y eso le pareció sospechoso, que ella pudiera recordar nadie bajaba todas las cortinas, aunque podía tratarse de una broma decidió abrir la puerta.
El tren se sacudió, haciendo que Harry rodara hacia un lado. Ahora estaba contemplando la polvorienta parte baja de los asientos en lugar del techo. El piso comenzó a vibrar mientras la máquina del tren empezaba a cobrar vida. El expreso de marchaba sin que nadie supiera que él seguía dentro…
Entonces sintió que su capa invisible se alzaba sobre él y una voz le decía:
—¿Qué hay Harry?
Vio un rayo de luz roja y su cuerpo se descongeló, ahora podía moverse a una posición más digna, rápidamente se limpió la sangre de su pálido rostro con el dorso de su mano y levantó su cabeza para mirar a Tonks quien sostenía la capa invisible que acababa de quitarle encima.
—Más vale que salgamos de aquí rápido —dijo, mientras las ventanas del tren se oscurecían con el vapor y empezaba a moverse fuera de la estación. —Vamos, saltemos.
Harry se apresuró después de ella hacia el corredor. Tonks abrió la puerta del tren y saltó a la plataforma, aunque parecía que se deslizaba debajo de ellos mientras el tren avanzaba. Él la siguió, aterrizando inestablemente, luego se enderezaron justo a tiempo para ver al brillante maquina escarlata de vapor que ganaba velocidad y daba vuelta, se perdía de vista.
El viento frio de la noche estaba entrando en su adolorida nariz. Tonks lo miraba; se sentía enojado y apenado de lo que hubiera descubierto en una posición tan ridícula. Ella notó que no era la única incómoda con la situación y silenciosamente le regresó la capa invisible.
—¿Quién lo hizo?
—Draco Malfoy —dijo amargamente. —Gracias por… bueno…
—No hay problema —dijo Tonks, sin sonreír. De lo que Harry podía ver en la oscuridad, ella traía un look triste de cabello esponjoso, como el que traía cuando la vio en la madriguera.
—Te puedo arreglar la nariz si te quedas quieto.
Harry no pensó mucho en esa idea, había pensado en visitar a Madame Pomfrey, la enfermera, en quien tenía un poco más de confianza cuando se refería a hechizos curativos, pero sería muy grosero se lo decía, aunque que se quedó quieto y cerró los ojos.
—"Episkey" —dijo Tonks
La nariz de Harry se sintió muy caliente y luego muy fría. Levantó su mano y la sintió con cuidado. Parecía estar curada.
—¡Muchas gracias!
—Será mejor que te pongas de nuevo esa capa y podremos caminar hacia la escuela —dijo Tonks, aún sin sonreír. Mientras Harry se la ponía de nuevo, ella movió su varita, una inmensa criatura plateada de cuatro patas emergió de ésta y se dirigió hacia la oscuridad.
—¿Eso es un Patronus? —preguntó Harry, quien había visto a Dumbledore enviar mensajes como esos.
Tonks se incomodó un poco por el tono en que Harry hacia esa pregunta. Era verdad su Patronus había adoptado una forma muy extraña en los últimos meses, que parecía delatarla un poco.
—Sí, estoy enviando un aviso al castillo de que te tengo, o se preocuparán. Vamos, será mejor que no tardemos.
Se alivió que Harry no le hiciera más preguntas. Era el primero que venía su Patronus cambiado. Por alguna razón la situación con Remus le afectaba a ese grado de que su protección, su sello personal, lo que significaba un Patronus había cambiado… ¿Es que ni eso era suficiente para convencerlo?
Se dirigieron hacia el camino que llevaba a la escuela.
—¿Cómo me encontraste?
—Me di cuenta que no bajaste del tren y sabía que tenías esa capa. Pensé que quizás te ocultabas por alguna razón. Cuando vi las persianas corridas en un compartimiento, creí que debía revisar.
—Pero ¿que estás haciendo aquí? de cualquier modo— preguntó Harry
—Me estoy quedando en Hogsmeade por el momento, para dar a la escuela una protección extra —contestó Tonks
—¿Eres sólo tu quien está en Hogsmeade o …?
—No, Proudfoot, Savage y Dawlish está también aquí.
—Dawlish ¿Ese auror a quien Dumbledore atacó el año pasado?
—Así es.
Se encaminaron cuidadosamente por la oscura y desierta vereda, siguiendo las frescas y recién hechas huellas de los carruajes.
Después de un rato caminando vieron los grandes pilares en ambos lados de las puertas, cada uno coronado por un cerdo alado. Harry se acercó a la puerta y la empujó, de pronto se dio cuenta que estaba cerrada con cadenas.
El chico intentó con Alohomora, pero nada pasó. Tonks le indicó que Dumbledore personalmente había encantado la puerta, entonces Harry sugirió escalar un muro a lo que ella indiferentemente contestó que tenían hechizos anti-intrusos, la seguridad se había reforzado bastante ese verano en el castillo.
—Alguien viene por ti —dijo Tonks —Mira.
Una lámpara venía balanceándose desde el camino del castillo. En unos momentos la ganchuda nariz y el cabello largo y negro de Severus Snape apareció ante ellos.
—Vaya, vaya, vaya —dijo con desdén, sacando su varita y golpeando una vez el candado, para que las cadenas se enrollaran hacia atrás y las rejas se abrieran.
—Que agradable que hayas aparecido, Potter, aunque evidentemente has decidido que el atuendo de la túnica de la escuela disimularía tu apariencia.
—No pude cambiarme, no tenía mi… —empezó a decir Harry, pero Snape lo calló.
—No hay necesidad de esperar Nymphadora, Potter está… más que… seguro en mis manos.
—Esperaba que Hagrid obtuviera el mensaje—dijo Tonks, haciendo un gesto.
—Hagrid estaba retrasado para el banquete de inicio de cursos, igual que Potter, así que lo tome yo en su lugar. Y de paso, —dijo Snape, haciéndose hacia atrás para permitir a Harry que pasara. —Estaba interesado en ver tu nuevo Patronus.
Snape cerró la puerta en su cara con un ruidoso golpe y volvió a pegarle al candado con su varita, para que las cadenas regresaran a su lugar.
—Creo que estaba mejor el anterior —dijo Snape, la malicia en su voz era inequívoca. —El nuevo se ve débil.
Mientras Snape giraba la linterna, Harry observó brevemente la mirada en shock y de enojo en el rostro de Tonks. Luego la oscuridad la cubrió de nuevo.
—Buenas noches —le gritó Harry sobre su hombro, cuando caminaba con Snape de regreso a la escuela. —Gracias por… todo.
—Nos vemos, Harry. —alcanzó ella a articular
