Disclaimer: Los personajes no me pertenecen. Todos los derechos están reservados por J.K. Rowling y Warner Bros.


Capítulo 8: La Batalla

Lupin vigilaba la tercera planta donde se encontraba el pasillo que llevaba directo a Hogsmeade, habían montado una guardia en Hogwarts, la Profesora McGonagall había dicho que era solo por precaución, porque Dumbledore se lo había pedido, el director no estaría en el castillo por unas horas. También habían ido Bill y Tonks, a quien había visto recorrer algunos pasillos adentro.

Lupin, suspiró convenciéndose que quisiera o no debía topársela, después de todo ambos estaban en la Orden, era tonto pensar que la sacaría de su vida de una vez por todas, y aunque pudiera no estaba muy seguro de querer hacerlo.

Arriba Tonks se encontraba plantada frente a la gárgola del despacho de Dumbledore, vigilaba los pasillos contiguos, el corazón le latía bruscamente, sabía que Lupin también estaba ahí, aunque lo necesitaba no era el momento para que se pusieran a discutir lo ya hablado miles de veces, se encontraban ahí para cuidar el colegio, era una misión. Aunque verlo de nuevo le daba fuerzas de cierta forma, y de otra la hacía sentir melancólica, aun lo amaba, a pesar de todo el tiempo que llevaban alejados, seguía pensando en el como siempre.

Esa noche habían reforzado el castillo con encantamientos muy poderosos, más de los que normalmente ya tenía, y cada pasadizo secreto estaba siendo vigilado, las cosas se veían tranquilas.

Había pasado casi una hora de normalidad cuando Lupin vio que Ron, Ginny y Neville corrían hacía él de forma despavorida.

—¡Malfoy! —Gritó Ron casi sin aliento —¡Malfoy ha traído a los mortífagos, han entrado por el cuarto de los menesteres!

—Pero… ¿Qué? —Los habían burlado —Vamos, rápido.

Se encontraron a la profesora McGonagall en el camino, le contaron lo sucedido y siguieron escaleras arriba.

Tonks escuchó un estruendo proveniente de la cuarta planta, sin perder más el tiempo se echó a correr. Al llegar ahí vio como un grupo de mortífagos se dirigía hacia la torre de astronomía, su Auror interior le pedía a gritos ser liberado, entonces armándose de valor comenzó a lanzarles hechizos.

Algunos de ellos se voltearon a atacarla, no podía distinguirlos bien, el lugar estaba oscuro y múltiples maldiciones se dirigirán a ella, apenas podía evadirlas.

—¡Nymphadora! —gritó la profesora McGonagall en algún sitio.

Ella volteó buscándolos entre las sombras, pero no podía distinguirlos.

—¡Tonks! ¡Cuidado!

Gritó alguien detrás de ella, la voz era familiar, oía como esa persona se aproximaba corriendo, pero antes de que pudiera voltear sintió como se lanzaban y la abrazaban por detrás cayendo juntos al suelo.

—¡Desmius! —gritó su salvador antes de que tocaran el piso.

Uno de los mortifagos cayó como si fuera una tabla a pocos metros de donde yacía ella. ¿De dónde había salido?

—Se supone que eres un Auror ¿No?!Abre bien los ojos!—la regañó la voz levantándose.

Los ojos se le iban acostumbrando ya a la oscuridad. Lupin le lanzó una mirada de reproche pero le extendió el brazo para ayudarla a ponerse de pie; sabía que Tonks era torpe pero se había distraído demasiado y había estado a nada de morir. La bruja lo miraba perpleja pero le tomó la mano y se puso de pie.

—Re-remus… —

—Demonios Tonks, ¿quieres que te maten?

—Sólo me distra…

—Pues que no vuelva a suceder, vamos, será mejor que te quedes cerca

—¿Qué me…? ¿Qué me quede cerca de ti…?

—No pretenderás que te maten o ¿sí? podré cubrirte si estamos juntos, anda vamos.

Lupin no pudo evitar reprimirle una sonrisa, ella lo miraba confundida pero asintió con el rostro iluminado y el hombre lobo pudo ver en su mirada a la Auror que llevaba por dentro; ella estaba lista para pelear y darlo todo y él quería protegerla en esos momentos, esa era la única forma en que podía demostrarle cuanto la quería.

Todos se dispersaron, el profesor Flitwick llego a ayudarlos, y en un abrir y cerrar de ojos chorros de luces de todos colores iluminaban el pasillo, cada uno fue encontrando oponente rápidamente.

Lupin vio como uno de los mortífagos, al parecer llamado Gibbon salió de la pelea y se dirigió a las escaleras.

Tonks luchaba con un mortífago de cabello rubio, le había lanzado un hechizo y ella alcanzó a esquivarlo.

Los mortífagos los estaban superando en número, necesitaban más ayuda, todos parecían querer luchar hasta morir. Tonks miraba de reojo a Lupin quien se mantenía a unos pocos metros de ella sorteando chorros de luz.

De pronto una figura enorme surgió de entre los mortífagos, tenía el cabello enmarañado en la cara, olía a sangre.

Lupin abrió los ojos de par en par, Greyback había fijado la vista hacia Bill Weasley.

El pelirrojo se dio cuenta y después de tumbar al mortífago con el que estaba luchando, se encaminó hacia el hombre lobo.

—¡Bill! ¡Espera! —le gritó Lupin que no se podía librar de su oponente.

Pero era demasiado tarde. Bill le había lanzado un hechizo a Greyback y le había atinado arrancándole un pedazo de carne, lanzó un estridente grito y antes de que cualquiera pudiera reaccionar, Fenrir se había lanzado hacia el pelirrojo haciendo que su varita cayera lejos, comenzando a arañarle la cara y azotándolo contra el suelo.

Tonks intentó distinguir a Malfoy entre la pelea, pero al parecer había desaparecido, seguramente se había dirigido a las escaleras porque unos mortífagos se desprendían del duelo e iban en esa dirección, Greyback también los seguía. El último mortífago que subía las escaleras se volteó, murmuró algo y apuntó en el primer escalón de esta.

Neville se abrió paso entre las maldiciones que iban y venían y corrió a toda velocidad hacia las escaleras para perseguirlos pero antes de que pudiera poner un pie en el primer peldaño salió rebotando hacia atrás y estrellándose en la pared.

Ginny vio como Snape se acercaba al campo de batalla pero una maldición iba directo hacia ella y se agachó, perdiendo de vista al profesor.

Lupin siguió a Snape con la mirada mientras continuaba combatiendo, este atravesó la barrera de la escalera como si no existiera, entonces al hombre lobo se le ocurrió que tal vez el hechizo ya había perdido su efecto y fue corriendo detrás de él.

—¡Remus no! ¡Pasará lo mismo que con Neville! —le grito la metamorfomaga

Ella tenía razón, para la sorpresa de Lupin salió disparado hacia atrás cayendo violentamente de espaldas al suelo.

Repentinamente el mortífago que estaba luchando contra Ginny lanzó un hechizo que fue a dar al techo, Lupin se levantó y fue a reunirse con todos que cubrían a Neville y Bill aun tirados en el piso, la mitad del techo de desplomó rompiendo el hechizo de las escaleras que dirigían a la torre de astronomía.

Solo pasaron cerca de 5 minutos cuando de entre el polvo Snape salió acompañado de Malfoy, nadie hizo nada, solo los miraron pasar y se prepararon para luchar con los mortífago que los estaban persiguiendo.

La pelea se reanudó. Los mortífagos y Fenrir Greyback descendían de las escaleras.

A Tonks le pareció escuchar que Snape había gritado algo, pero no supo lo que era.

—¡Petrificus Totalus! —

Harry sintió a Fenrir desmayarse contra él, con gran esfuerzo empujó al hombre lobo a un lado mientras un chorro de luz verde se le acercaba volando. Se agachó y corrió de cabeza hacia la lucha.

Ginny combatía con Amycus quien le arrojaba maleficio tras otro mientras ella los esquivaba. Amycus soltaba risitas tontas disfrutando de la diversión.

—¡Crucio! ¡Crucio! No podrás bailar eternamente bonita —se oía decir al mortífago

—¡Impedimenta! —vociferó Harry

Su maldición alcanzó a Amycus en el pecho que soltó un chillido porcino de dolor. Sus pies se separaron del suelo, se estampó contra la pared opuesta y cayó deslizándose tras Ron, La Profesora McGonagall y Lupin, cada uno de ellos luchando con un mortífago. Tras ellos, Harry vio a Tonks luchando con un enorme mago rubio que lanzaba maleficios en todas direcciones. Rebotaron en las paredes que los rodeaban, rompiendo piedra y haciendo añicos la ventana más cercana.

Harry se alejó corriendo por el pasillo, la batalla no se detuvo. Con forme pasaba el tiempo los mortífagos iba cayendo uno a uno, Lupin pudo distinguir hasta entonces que demás miembros de la orden se les habían unido, Hermione aún sostenía la varita con fuerza al lado de Ron, Luna quién había perdido ese aire extraño y lo había transformado en tenacidad respiraba con violencia, cerca de ella se encontraban Bill y Neville quien estaba tirados en el piso, el Profesor Flitwick estaba herido pero aún se sostenía en pie y la profesora McGonagall llena de rasguños miraba con su semblante serio el lugar, era como si hubiera transformado esa frialdad y rectitud en valentía y coraje para defender su hogar.

De repente un chorro de luz roja atravesó el lugar y chochó contra el cuerpo aun petrificado de Fenrir, uno de los mortífagos lo había liberado.

—Remus ¡No! —gritó Tonks al ver que él ya se había encaminado hasta el hombre lobo.

Greyback soltó una carcajada de sarcasmo.

—Tenemos algo pendiente Fenrir — lo retó parándose frente a él.

El hombre lobo no le prestó atención a Lupin y de dio la vuelta, los mortífagos restantes estaban huyendo. Fenrir pretendió hacer lo mismo; Tonks fue a reunirse con Lupin y le tomo de la mano.

—¿Estas loco? Remus, escúchame… —le exigió ya que Lupin seguía con la mirada a Fenrir —tal vez no es el momento… por favor... no, no quiero que nada te pase…

Lupin volteó a verla, la mirada de la bruja era intensa… suplicante.

—No te preocupes… —le dijo colocando las manos en los hombros de Tonks —no me va a pasar nada Tonks, tengo que hacerlo…

Greyback les dedicó una despreciante sonrisa antes de salir corriendo. Todo quedó en silencio en ese lugar, solo se podía oír la débil y lenta respiración de Bill;

Ginny y Ron corrieron hacia su hermano, este último lo levantó con cuidado, apenas podían distinguirlo, su rostro estaba cubierto de araños, totalmente desfigurado.

Al parecer la batalla había llegado a su fin; La Profesora McGonagall se acercó.

—Llévenlo a la enfermería… —les dijo a Lupin y a Tonks. Ron cedió el paso para que pudieran llevarse a su hermano y enseguida Hermione le echó los brazos para consolarlo

—Le enviaré una lechuza a sus padres… Señorita Weasley vaya por Potter y alcáncenos haya.