Disclaimer: Los personajes no me pertenecen. Todos los derechos están reservados por J.K. Rowling y Warner Bros.


Capítulo 10: Amor

—Molly, Arthur —dijo la profesora McGonagall parándose de un salto y corriendo hacia ellos para saludarlos —lo siento tanto…

—Bill —susurró la Señora Weasley precipitándose más allá de la profesora McGonagall cuando captó la visión de la cara destrozada de Bill —Oh Bill.

Lupin y Tonks se levantaron apresuradamente y se pararon para que ellos pudieran llegar más cerca de su hijo. Era horrible verlos así, tan consternados, Molly que parecía deshecha se inclinó sobre su hijo y presionó los labios sobre su ensangrentada frente.

—¿Dicen que Greyback lo atacó? —preguntó el señor Weasley a la profesora McGonagall distraídamente —Pero ¿no se había transformado? así que ¿Qué significa esto? ¿Qué le pasará a Bill?

—No sabemos aún —dijo la Profesora McGonagall, mirando en busca de ayuda a Lupin.

—Habrá probablemente alguna contaminación, Arthur —dijo él tratando de ser objetivo, pero realmente no podía decir mucho —Es un caso raro, probablemente único… no sabemos cómo puede ser su comportamiento cuando despierte…

La señora Weasley tomó el ungüento de olor fuerte de Madame Pomfrey y empezó a colocarlo en las heridas de Bill.

—¿Y Dumbledore? —Dijo el señor Weasley —Minerva, ¿Es cierto… está realmente…?

Cuando la profesora McGonagall asintió con la cabeza, Harry sintió que Ginny se movía a su lado y la miró. Sus ojos ligeramente cerrados se fijaron en Fleur, que estaba mirando fijamente a Bill con una expresión congelada en su cara.

Tonks observó a Fleur y luego a Bill, era una pena, la pareja estaba a punto de casarse y ahora les pasaba eso, tan jóvenes, tan enamorados. Al pensar eso algo se le estremeció en su interior y volteó a ver a Lupin que observaba en silencio la escena. Aún lo tenía ahí, estaban vivos… ¿Por qué no podían aprovechar el tiempo?

—Dumbledore, se ha ido —susurró el Señor Weasley, pero la señora Weasley solo tenía ojos para su hijo mayor, empezó a sollozar, las lágrimas caían sobre la mutilada cara de Bill.

—Por supuesto, no importa cómo se vea… no es r-realmente importante… pero era un muchacho muy guapo… siempre tan guapo… y él iba a casarse.

—¿Y que quiegue decig con eso? —Dijo Fleur súbitamente en voz alta —¿Qué quiegue decig iba a casagse?

Tonks alzó la vista y observó a Fleur, lucía molesta. La señora Weasley levantó la cara llena de lágrimas mirándola sobresaltada.

—Bueno… solo que…

—¿Usted piensa que Bill ya no va a quegueg casagse conmigo? —Preguntó Fleur —¿Usted piensa que pog esas mogdidas ya no me amagá?

—No, eso no es lo que yo…

—Pogque él lo hagá —dijo Fleur alzándose en toda su estatura y echando atrás su largo cabello plateado —Tomagá más que un Hombge Lobo paga que Bill deje de amagme…

Tonks se sorprendió, envidiaba a Fleur por tener la dicha de poder decir esas palabras de una forma tan segura, sentía celos de que la chica pudiera presumir de la fortaleza de los sentimientos de ambos, podía ver que ella apostaría su vida a que Bill la amaría siendo hombre lobo o no, su amor era tan fuerte que no dejarían que eso los afectase… ¿Por qué ella no podía presumir de lo mismo?

—Bien, si, estoy segura —dijo la señora Weasley —pero pienso que quizás dado como-como el…

—¿Usted piensa que yo no queguia casagme con él? o quizás ¿Usted lo espera? —Dijo Fleur con las fosas nasales dilatadas —Qué me importa cómo se vea, yo soy bonita lo suficiente paga nosotgos dos, cgeo. ¡Todas esas magcas muestgan que mi esposo es valiente! Y yo hague eso —dijo fieramente, empujando a la señora Weasley a un lado y arrebatándole el ungüento.

La señora Weasley cayó hacia atrás, contra su esposo y miró a Fleur mientras untaba las heridas de Bill, con una espresion curiosa en su cara. Nadie dijo nada. Harry no se atrevió a moverse, como todos los demás estaba esperando la explosion.

Tonks estaba atónita ante aquella escena, era lo que ella también sentía, tambien queria ser tan valiente como Fleur y defender su amor, tampoco le importaba lo que Lupin fuera, estaba enamorada y queria que ese sentimiento le diera felicidad, le hiciera sentir dichosa, alegre, más viva que nunca, no que la destruyera, cambiara su aspecto, le hiriera el corazón y la hiciera sentir esa melancolía a la que ya se habia acostumbrado, estar enamorada no consitía en eso. Miró a Remus que estaba parado a un lado de ella, este miraba hacia el techo, quizás tratando de ignorar aquella conversación reconciliador, el tan tranquilo como siempre, tan metido en su papel de rectitud. En ese momento la metamorfomaga sintió como el coraje brotaba desde su interior, apretó los puños, estaba apunto de estallar… todo lo que habia querido olvidar, lo que se obligó a enterrar, en ese momento, con las palabras de Fleur cobraban más fuerza que nunca, ¿Por qué? ¿Por qué Remus no lo entenida? ¿Por qué sentía como si su amor por Lupin era malo, que no debía ser?

—Nuestra tia abuela Muriel —dijo la señora Weasley después de una larga pausa —tiene una tiara muy hermosa, hecha por los duendes, estoy segura que podria persuadirla para que te la preste para la boda. Ella esta muy encariñada con Bill, tu sabes, y quedaria encantadora con tu cabello.

—Ggacias —dijo Fleur rigidamente —estoy seguga que segá adogable.

Y entonces, Harry casi no vió lo que pasó, ambas mujeres, estaban llorando y abrazándose. Completamente perplejo, preguntándose si el mundo de habia vuelto loco, dio media vuelta: Ron parecia tan pasmado como el, y Ginny y Hermione intercambiaban miradas sobresaltadas.

—¡Lo ves! —dijo ella sin poder contenerse más, miraba furiosa a Lupin, no podia seguir callada ante la situación que les ofrecia las respuestas.—Ella todavia quiere casarse con él, ¡aun cuando ha sido morido! ¡A ella no le importa!

—Es diferente —dijo Lupin, apenas moviendo los labios y pareciendo súbitamente tenso. Fue sorprendido por la repentina explosión de Tonks, por eso estaba evitando decir cualquier cosa ante la escena de Fleur y Molly, aparte que no era de su incumbencia, sabia que Tonks iba a provechar algo de eso—Bill no será un hombre lobo por completo. Los casos son completamente…

—Pero a mi no me importa tampoco, ¡no me importa!—Dijo mientras tomaba el frente de la túnica de Lupin y lo sacudía—te lo he dicho un millón de veces…

—Y yo te he dicho un millón de veces —dijo Lupin, lo mas calmado que pudo y mirando al piso para no tener que verla, no podía sostenerle la mirada y lo que más temia era que si lo hacia, esos hermosos ojos llenos de furia, pero con un amor que sólo él podia ver, lo convencieran, lo doblegaran y se terminara echando a sus brazos.—que soy muy viejo para ti, muy pobre… muy peligroso…

Ahí iba de nuevo con su diálogo ensayado, con su mismo pretexto, Tonks le soltó la capa decepcionada, al parecer nadia habia cambiado, la conversación que habian sostenido cuando él la salvó hacia unas cuantas horas, no significaba nada en ese momento.

—He dicho todo el tiempo que estás tomando una postura ridicula sobre esto, Remus —dijo el Señor Weasley sobre el hombro de Fleur mientras ella se enderezaba.

Lupin comenzó a molestarse, sintió que invadían su espacio, que ese tema era suyo y de Tonks nadie debia de meterse. Tonks habia hecho mal en abrir la boca frente a todos. Por eso él nunca habia mencionado nada a nadie, porque todos parecían ver las cosas solo desde la perspectiva de la chica, pero, a pesar de ser rigido él tambien sentía, estaba triste, sufría, tambien tenia sentimientos atorados en el pecho que trataba de ignorar, ¿Qué acaso nadie entendia el peligro que el representaba para Tonks? ¿Qué por mas que el quisiera, no se podía? no entendían que Tonks merecía a alguien más, aunque eso le doliera preferia verla con otro a que el por error la matara algun dia.

—No estoy siendo ridiculo —dijo Lupin calmadamente —Tonks se merece alguien joven y completo.

—Pero ella te quiere —dijo el Señor Weasley, con una pequeña sonrisa —y después de todo Remus, los hombres jóvenes y completos, no necesariamente permanecen así.

Miro tristemente a su hijo, yaciendo entre ellos.

Tonks le agradecía a Arthur que interviniera para ayudarla, pero sabia lo necio que Remus podia llegar a ser, aunque toda la comunidad mágica le dijera que estaba haciendo mal, él no dejaria de argumentar que se equivocaban y se enfrascaría de nuevo en su dialogo preensayado.

—Este no… es el momento para discutirlo —dijo Lupin evitando las miradas de todos, cuando miraba alrededor distraidamente —Dumbledore está muerto.

Lupin sentía los fúricos ojos de Tonks clavados en su cabeza, pero concentró todas sus fuerzas en convencerse que debia mirar el techo de la enfermeria, si se encontraba con sus oscuros ojos estaria acabado. Trataba de terminar con el tema, se estaba sintiendo más que incomodo, pero la profesora McGonagall no lo dejó.

—Dumbledore habria estado mas feliz que nadie de pensar que habia un poquito mas de amor en el mundo —dijo la profesora McGonagall secamente, justo en el momento en que las puertas de la enfermeria se abrieron de nuevo y Hagrid entró. El guardabosques le dijo a la profesora McGonagall que habia movido el cuerpo del Dumbledore.

—Gracias, Hagrid —dijo la Profesora McGonagall poniéndose de pie inmediatamente y girando para ver el grupo alrededor de la cama de Bill —Tendré que ver al ministerio cuando esten aquí. Hagrid, por favor diga a las cabezas de las casas, Slughorn puede representar a Slytherin, que quiero verlo en mi oficina inmediatamente, me gustaria que te unieras a nosotros también.

Cuando Hagrid asintió, se dobló y salió de la habitacion otra vez, ella se inclinó hacia Harry, le pidió que fuera con ella y el chico se despidió.

Cuando ellos salieron, los demás se concentraron en Bill y nadie volvió a mencionar nada, pero el ambiente ya estaba más que tenso. Tonks no podía más, estaba enfadada, tan molesta, veía a Remus ¿Cómo podia estar tan tranquilo? ¿Cómo le hacia para pretender que nada pasaba? no podia permanecer ni un minuto más ahí, se paró sintiéndose rígida y avanzó rápidamente saliendo del lugar.

Lupin la vió marcharse y sintió un hueco en el estómago, una vez más la habia hecho enojar. Las puertas se cerraron con un sonido estridente. Se llevó las manos a la frente, frotándola, estaba hiriendo a Tonks en lo más profundo, incluso empezaba a pensar que ella estaba tranformando su amor por odio y desprecio. Queria hacer las cosas bien, correctas. Pero de lo que él aun no se enteraba era no siempre lo correcto era lo mejor.


Tonks se detuvo frente a la estatua de la bruja jorobada y suspiró.

Ya, todo habia terminado, era el fin. Amaba a Remus pero no podía seguir así hasta que el se decidiera. Cerró los ojos y sin querer recordó cada momento que pasaron juntos, su amabilidad, el tacto con de su mano, su sonrisa que solo reservaba para ciertas ocasiones… muchas de las cuales solo habian sido con ella, tuvo la primicia. Esos momentos se veían tan lejanos ahora. Las lágrimas le inundaron los ojos, su fortaleza se estaba desplomando. Estaba desorienteda, no sabia a donde dirigirse, que hacer, como continuar.

De pronto oyó unos pasos y se apresuró a limpiarse la cara. Seguramente seria Molly o Arthur, acababa de acordarse que iba a haber un funeral… quizá necesitaran ayuda.

Aquellos pasos se detuvieron, pero no escuchó ninguna voz llamándola; El corazón se le aceleró y sus ojos se abrieron de par en par… ¿Acaso podría ser…? decidió dárse la vuelta…

Ya ahí estaba él, por fin mirándola a con esos ojos azules intensos, pero con su mismo semblante serio.

—Sé lo que vas a decir Remus, lo sé, no debí haberte gritado enfrente de todos… en verdad lo lamento, pero ya no podía más… ¿Es que nunca podré hacerte entender?

El dio unos cuantos pasos hacia ella, acortando la distancia entre ambos.

—Sé que te he hecho mucho daño Tonks, discúlpame, pero… es la ultima conversación que tendremos sobre esto, espero que lo entiendas, no… no podemos estar juntos —dijo él dándose cuenta de lo que acababa de decir, le estaba poniendo fin.

Ella ya se lo esperaba. Las lágrimas aparecieron de nuevo, era una mezcla de tristeza, impotencia y coraje.

Lupin estuvo a punto de desmoronarse, nunca en todas las conversaciones que mantuvieron, la había visto así, el semblante del hombre lobo cambió de seriedad a asombro… en ese momento se sentía el ser mas despreciable del mundo, ella que siempre sonreía, que era valiente y no se rendía ante nada, ahora estaba frente a él, desarmada, mostrándole sus lagrimas, ¿Cómo hacia para borrar su llanto?

—Esta bien —dijo ella al fin entre sollozos pero con determinación —Si eso es lo que quieres, eso es lo que has deseado desde el principio, ¡tu ganas! ¡me rindo! ¡no puedo hacerte cambiar de parecer! esta… bien… ¿Ya estarás feliz no?— En realidad Lupin no esta seguro de sentir ni una pizca de alegría — ¡Mi amor no es suficiente, no basta…!

—Tonks no es eso, yo… tu te mereces lo me…

—¿Por qué piensas que sabes que es lo mejor para mí?, ¿Por qué no me dejas elegir? Yo sabia que tu, que este amor era lo mejor que me había pasado, ¡pero ahí sigues! ¡cerrándote! convenciéndote de que eres un monstruo, cuando el humano que llevas dentro se te sale por los ojos, se te refleja en ellos… sigues teniéndole miedo a ser feliz… —hizo una pausa y se limpió las lágrimas con el dorso de la mano —estaré bien, ya no tienes que preocuparte más por mi… —lo observó con detenimiento antes de decidir seguir su camino —Remus… te amo…

Ella le dedicó una última mirada y suspiró lentamente… dio media vuelta y comenzó a correr. Lupin se quedó parado, con esas dos palabras retumbando en su cabeza al ritmo en que su corazón se aceleraba, miraba como la capa de la chica se perdía doblando la esquina del pasillo. Se habia acabado.

Su mente procesaba rápidamente todo lo que ella le habia dicho. Su determinación se habia esfumado, y no se lo podia explicar. Ella estaba haciendo lo que él siempre habia querido, irse, olvidarse de él, seguir su vida, entonces ¿Por qué se sentia tan vacío? ¿Por qué no se sentia bien si eso habia sido lo mejor? Practicamente el que decidió todo habia sido él. Quizás nunca se habia puesto en el lugar de Tonks.

Recordó lo que el señor Weasley le habia dicho antes de que él saliera de la enfermeria en busca de Tonks...

"—Remus, sé que no tengo que recordártelo pero Tonks está sufriendo mucho, perdón si me entrometo, pero creo que es tiempo de que esto termine antes de que salgan más lastimados… quiero darte un consejo, termina con esto sólo si estas dispuesto realmente a que Tonks se vaya, a verla marcharse de tu vida, porque probablemente ya no habrá vuelta atrás, pero si no lo estás, entonces creo que ya tienes tu respuesta…"

Aunque en ese momento no habia entendido bien por el nerviosismo, ahora meditaba cada palabra, sabia lo que Arthur habia querido decirle.

¿Qué era lo que realmente el deseaba? ¿Sería capaz de alejarse completamente… de no volverla a ver? ¿Estaba destinado entonces a acabar solo por el resto de su vida? ¿El ser hombre lobo era más fuerte que lo que sentía por Tonks? ¿Cómo podía ganarle el mounstro que llevaba dentro a ese sentimiento tan puro que ella le provocaba? Un cúmulo de preguntas lo invadió.

Entonces cayó en cuenta, algo le gritaba que fuera detrás de ella, que queria ser feliz, que estaba cansado de sentirse sólo y de obligarse a rechazarla, que el tambien la queria.

Cuando se dio cuenta, ya habia comenzado a correr, buscándola, no podía haberse ido todavia de Howgarts, no debia estar tan lejos.

Repentinamente la encontró, la habia alcanzado en la primer planta, ella iba caminando hacia las puertas del castillo. Preso de un impulso, bajó rapidamente las esclaeras, la alcanzó y le impidió seguir su camino al tomarla de la mano.

—N-no te vayas… —dijo sin aliento.

Tonks se sobresaltó al sentir el contacto de la mano que tanto conocía, se dio vuelta, debia haber una buena razón por la cual él hubiese regresado.

Su corazón le decía que esa era una buena señal… habia ido por ella. Inconsientemente las manos de Tonks se posaron en las mejillas de Remus, él dejó que su tacto lo llenara, era increible, era algo que no podía describir.

—Tonks, yo…

Los ojos de Tonks parecían más encendidos que nunca, la chispa que tanto le habia llamado la atención cuando Sirius los presentó, volvía a ella…

—Yo…—Fue acercándose poco a poco a ella, hasta que sus labios se posaron en los de ella. Las palabras no habian salido, pero no necesitaba decir nada.

A pesar de la conmocion por esa confesión, Tonks le correspondió con euforia desmedida.

El hombre lobo no estaba seguro de cuanto tiempo habia pasado, cuando se separaron él la envolvió en un cálido abrazo. Y todos sus pensamientos de que él era demasiado viejo para darse el lujo de sentir amor, se fueron. Lo sentía, si y era algo muy fuerte.

Al separarse ambos sonrieron mas abiertamente que nunca. Sorprendentemente el cabello de Tonks volvia a ser de un esplendoroso rosa chicle… ¿Qué más pruebas necesitaba? la cara de su amada estaba radiante y el apostaria que se veia igual.

—Remus, antes de que pase cualquier cosa… —comenzó ella con el corazón a mil pero tratándo de que la emocion no la cegara —Dime ¿En verdad estas seguro de esto? no quiero ilusionarme y que después te arrepientas, seria peor y…

—No voy a salir huyendo Tonks, te lo prometo… sólo necesito que me ayudes a acostumbrarme a esto poco a poco, se que no tendrás inconveniente. —le acarició el cabello —perdoname por ser tan tonto…

—¿Qué te hizo venir a buscarme?

—Me di cuenta que, no queria dejarte ir, al verte tan decidida a olvidarte de esto, algo en mi interior me lo decia… no sé como explicarlo, soy nuevo en esto ¿sabes? sólo te puedo decir que tuve un debate interno muy fuerte.

Ella rió ante el comentario. Lupin le volvió a sonreir, la Tonks de la que se habia enamorado estaba de vuelta.


—No porque haya aceptado esto, quiere decir que ya dejé de pensar que soy un peligro para ti —dijo Lupin caminando al lado de Tonks.

Se habian aparecido en Hogsmeade a peticion de la joven, que encontraba poco formal llegar de golpe en el lugar del funeral… la caminata les ayudaba a procesar el hecho de darle el ultimo adiós al profesor.

—Será solo una vez al mes Remus… te prometo que me mantendré alejada, o quizás te acompañe seria estupendo ¿no crees? —Lupin le lanzó una mirada severa — Está bien me alejaré, me alejaré.

El sentimiento era raro para ambos. Por una parte se podía sentir la tristeza, por la muerte inesperada de Albus Dumbledore… un gran mentor, un gran ser humano, una persona a la cual le debian mucho respeto y admiración, un sabio incomparable. Y por el otro, el sentimiento de alegria albergado en sus corazones, latiendo a cada segundo, la felicidad plena de tenerse el uno al otro.

Ahora Lupin sabía cuan equivocado habia estado… aunque aún no estaba muy seguro de como le harian cada luna llena, tenia confianza en Tonks, así como él por fin habia hecho la necedad a un lado y había abierto su corazón, ella tambien debía dejar sus ideas locas de acompañarlo en sus tranformaciones… ahora a ella le tocaba entender ese punto.

Los dos guardaban silencio, pero no era incómodo, se compañaban sin decir nada. Quizás cada uno estuviera recordando a Dumbledore, preparándose mentalmente.

Estaban ya en los terrenos de Hogwarts, la reja de la entrada estaba abierta de par en par engalanada por un gran moño negro. Habia llegado la hora.

Se detuvieron y observaron el gran adorno. Tonks suspiró y dio el primer paso adelantándosele a Remus. Sin saber muy bien como o porqué, él dio un gran paso con sus largas piernas y la alcanzó para entrelazar las manos de la chica con las de él, ansiaba ese contacto.

Tonks se sorprendió y volteo a verlo. Él le besó la frente y sonrió timidamente, a lo que ella correspondio poniéndose de puntillas y dándole un beso en la mejilla ¿A dónde habia ido la necedad de hacia unos meses? Sinceramente le importaba muy poco. Se abrieron paso entre las personas que estaban ahí esperando la ceremonia, algunos los miraban sorpendidos, otros como Molly y Arthur Weasley les dedicaron una amplia sonrisa de alegria. El lago de Hogwarts nunca habia lucido tan lleno de personas, excepto en el Torneo de los 3 Magos, habia una paz inmensa en el ambiente. Consiguieron lugar casi enfrente, se sentaron aún con las manos fuertemente enlazadas y esperaron; El sol al igual que el clima se sentía gradable, era un día de verano hermoso.

De pronto vieron que los alumnos llegaban siguiendo a sus respectivos lideres de casa. Harry seguía a la Profesora McGonagall en silencio.

Una extraordinaria cantidad de gente ya se habia sentado en la mitad de la sillas. Muchos de ellos Harry no los reconocía, pero habia unos pocos a los que si, incluyendo a los miembros de la Orden del Fenix: Kingsley Shacklebolt, Ojoloco Moody, Tonks que su cabello milagrosamente habia vuelto a ser rosa brillante, Remus Lupin, con que parecía que Tonks se tomaba de la mano, el Sr y la Sra Weasley, Bill sostenido por Fleur y seguido por Fred y George, quienes usaban chamarras negras de piel de dragon.

Harry, Ron, Hermione y Ginny, se colocaron en unos asientos al final de una fila junto al lago. La gente susurraba entre ellos, sonaba como la brisa en el pasto, pero el canto d elos pajaros era mucho más fuerte por mucho.

A lo lejos Lupin vió a Neville siendo ayudado a sentarse por Luna. Acababa de pasar no muy lejos de sus asientos Cornelius Fudge. También estaba ahí la odiosa Rita Skeeter y Dolores Umbrige.

Los profesores se sentaron al fin. De pronto las sirenas comenzaron su canto, estridente en su lenguaje, pero Tonks sabia que la letra era claramente de pérdida y desesperación.

Las personas ahí presentes comenzaron a moverse inquietas alzando el cuello. Lupin y Tonks los imitaron, a lo lejos desfilando en el pasillo iba Hagrid caminando lentamente. Estaba llorando en silencio, su cara estaba llena de lágrimas, y en sus brazos, envuelto en un terciopelo morado con estrellas doradas llevaba el cuerpo de Dumbledore.

Lupin le apretó la mano a Tonks para tratar de tranquilizarla un poco, pues al ver aparecer a Hagrid se habia puesto rígida.

La metamorfomaga no pudo evitar que las lágrimas se le salieran, entonces Remus la cubrió con un brazo y la acercó a su pecho. Compartía su dolor aunque de distinta forma.

Un pequeño hombre en túnica negra, se habia levantado de su lugar y se paraba frente al cuerpo de Dumbledore. Comenzó a decir algunas palabras pero los sollozos de Tonks no lo dejaron escuchar muy bien:

—De espiritú noble… contribución intelectual… grandeza de corazón…

Las sirenas sacaron la cabeza un poco a la superficie para poder escuchar. Repentinamente en el Bosque Prohibido los centauros fueron apareciendo, habian ido a entregar sus respetos, estaban parados en silencio, medio escondidos en las sombras, observando a los magos, con sus arcos al lado.

El pequeño hombre de negro dejó de hablar por fin, y regresó a su lugar.

Se oyó un bullicio entre la gente. Brillantes y blancas flamas hicieron erupción alrededor del cuerpo de Dumbledore y la mesa en la que se encontraba: cada vez más altas se elevaban, oscureciendo el cuerpo. Tonks y Lupin alzaron la vista hacia el cielo. El humo se levantaba en espirales hacia el aire haciendo formas extrañas.

El fuego desapareció y dejó ver una tumba de mármol, donde yacía el cuerpo de Dumbledore encasillado.

Hubo algunos llantos más, mientras que una lluvia de flechas pasó quebrando el aire, pero cayeron lejos de la multitud.

El funeral concluyó y la gente comenzó a levantarse de sus lugares.

—Es hora de ir a casa —Dijo Lupin poniéndose de cuclillas para estar a la altura de Tonks que aún permanecía sentada observando la tumba blanca. Le limpió las lágrimas y ella sonrió agradeciéndole.

—¿Te quedarás conmigo…? Quiero decir, no hoy sino… ¿En verdad quieres estar conmigo?

—Estoy seguro de ello —Dijo depositando un pequeño beso en la mano de Tonks.

Eso no cambiaba de él, tan discreto y reservado. Pero ella tampoco cambiaba…

Sin previo aviso se acercó a él y le plantó un beso que no pudo rechazar. Aunque no le agradaba mucho que los vieran, no iba a rechazarla, era parte de eso, ya se iría acostumbrando poco a poco.

Al terminar el beso, Remus volteaba a todos lados, no estaba muy seguro de si los habian visto o no. Tonks rió, Lupin se habia puesto de un color rojo intenso.

—¿Nos vamos? —preguntó él parándose y ofreciéndole su mano.

—Nos vamos —Dijo ella

Caminaron agarrados de la mano atravezándo el lugar.

Era un nuevo comienzo. A pesar de todo el sufrimiento y lo que les habia costado estar juntos, Lupin agradecía poder caminar en esos momentos con ella, verla, sentirla… sentirla suya. Definitivamente y a pesar de que habia pensado que lo mejor era que ella siguiera su vida, en ese momento no estaba muy dispuesto a dejarla ir, llevaban un solo día como pareja, pero él sentía que ya era más. Tonks por su parte, ya no tenia dudas sobre él, podía ver en los ojos azules del hombre lobo que más amaba, que él se quedaría, que la cuidaría de todo. Él tenía que acostumbrarse a algunas cosas y ella iba a ayudarlo.

A Lupin aún le preocupaban los papás de Tonks… ¿Qué dirian que su unica hija tuviera por novio a un hombre lobo? el asunto le inquietaba pero ya tendría tiempo para meditar con calma y pensar en lo que harían, y tambien estaba lo de sus transformaciones. Pero en ese momento solo queria llegar a casa y disfrutar de su compañía, ella convertía a ese lugar viejo y sucio (más bien ahora ya limpio porque ella habia hecho una limpieza exhaustiva) en un verdadero hogar.

Era casi como un sueño, como algo que nunca pensó que pasaría, el verse asi con él, tan cercanos cuando habian estado más que alejados por una gran barrera. Su pecho se hinchaba en felicidad. Aunque era un poco pronto y no se lo habia dicho a Remus debido a que le daba un poco de pena, ella queria pensar en él no solo por un tiempo, tenia claro que debia ver como evolucionaba su relación pero, quería pensar en ellos, en un futuro quizas como una familia, eso la hacia sonrojar.

Él estaba a su lado, no habia más. Tonks sentia que, si ya se habian superado internamente, entonces cualquier obstáculo no era tan grande.

Ella cambiaba su perspectiva de la vida, le daba sentido a esa palabra que Remus Lupin creyó haber olvidado: Amor.

Y asi uno al lado del otro siguieron caminando hacia la casa del hombre lobo. ¿Qué les deparaba el futuro? no lo sabían, no les importaba. En ese momento no existía ni el pasado ni el futuro, sólo se encontraban ellos caminando de la mano bajo un hermoso día de verano.