Cinco angustiosos días habían pasado desde que Sakura había desaparecido, cinco días en los que Naruto había removido cielo y tierra por intentar encontrarla pero, el resultado se reducía al completo fracaso.
Se auto reprochaba una y otra vez por haber actuado tan irresponsablemente, dejando a Sakura totalmente sola. Tal vez su inocencia había sido su peor enemiga y alguien la había capturado… Imposible, pensaba. No dejaría que su mente se llenara de pesimistas conjeturas. La encontraría así fuera lo último que hiciera. Jamás permitiría que ella terminara de la misma forma que Amai, a ella la rescataría, llegaría a tiempo… Simplemente, no volvería a fracasar.
Dio unas cuantas vueltas en su pequeño y desordenado departamento, pensando en que lugar se había olvidado de buscar, en que lugar hallaría a la extraviada jovencita que tanto le hacía recordar a su pequeña y querida hermana.
Fue entonces que algo pasó por su cansada mente, algo que podría darle alguna pista del paradero de Sakura… la carta que Amai le había dejado antes de morir. Tal vez sería ilógico pensar que con ello podría descubrir algo pero, no perdía nada.
Y es que, a pesar de que ambas jóvenes nunca se habían conocido, eran muy similares. Además, algo que escapaba de su raciocinio le indicaba que allí encontraría la clave del asunto.
Rápidamente se dirigió a su cuarto y luego, a su escritorio. Rebuscó en los cajones con ímpetu, tirando a un costado una gran cantidad de papeles, hasta que finalmente luego de largos y angustiosos minutos la encontró.
Mientras observaba la manera en que su pequeña hermana había escrito su nombre en el dorso de aquella carta, acariciaba los bordes de la misma como si se tratara del objeto más valioso de la tierra, con sumo cuidado y dulzura. Sus fosas nasales aún captaban un débil aroma a rosas que el papel desprendía, el aroma de ella. Una pequeña sonrisa surgió de su triste rostro mientras recordaba la loca manía que su hermana poseía de perfumar las cosas. Pero de inmediato aquella pizca de felicidad se desvaneció, dando paso a una profunda tristeza que opacó los ojos azules del muchacho.
La perdida de su hermana era algo que aún no había superado por completo y estaba seguro de que jamás lo haría. Amai era la persona más importante para él, era su único lazo de sangre en aquella tierra y su tesoro más valioso. Sus padres habían fallecido dejándolos a ambos solos en una sociedad totalmente despiadada y egoísta. Pero él no podía bajar los brazos, tenía que salir adelante por él y por ella.
Las cosas habían salido bien, él pudo lograr terminar sus estudios y luego encontró su actual trabajo en el departamento de policías de la ciudad. Pero el destino volvía a actuar cruelmente y le terminaba de arrebatar lo que más amaba.
Sus cristalinos ojos cedieron y un río de lágrimas empapó su rostro ante los tristes recuerdos que volvían a surgir de su mente. Con las manos temblorosas comenzó a abrir la carta cuidadosamente, evitando que el llanto empapara aquel preciado papel.
Una vez que sacó la carta de aquel sobre blanco, observó con cariño la caligrafía de su querida hermana. Solía ser muy prolija, pero allí no lo demostraba. Cada letra se plasmaba con un trazo duro y rápido, claramente se podía comprobar que escribir aquello le había resultado sumamente doloroso.
Se restregó los ojos nublados por el llanto y finalmente, luego de lanzar un profundo suspiro, se dispuso a leer…
Querido Naruto:
Esta es una manera muy cobarde de comunicarte algo que seguramente jamás me perdonaras pero, jamás he sido valiente. Veo a esta carta como la única forma de explicarte el por qué de lo que voy a cometer, el por qué de esta drástica decisión que he tomado.
Empiezo por decirte que eres una persona muy importante para mí, mi único familiar y mi gran héroe. Siempre me has protegido de todos y todo, has luchado para sobrellevar nuestra pequeña familia de la manera más admirable, siempre con la cabeza en alto y sin rectificarte de tus decisiones. Es por eso que toda mi vida te he idolatrado, y hasta envidiado. Nunca has dejado que nadie te pisotee y has cargado con orgullo el apellido de nuestra familia.
Desde pequeña he intentado alcanzarte, lograr estar a tu tan respetado nivel. Estudiaba sin cesar para obtener excelentes notas en la escuela, practicaba deportes al punto de ser considerada una gran atleta y tocaba instrumentos como el piano y la guitarra con notable destreza. Sin embargo, a medida que tú avanzabas yo me quedaba en el mismo lugar, observando tu espalda a una distancia que con el tiempo se iba incrementando considerablemente. Y es que, lo que tú posees no es algo que se pueda alcanzar de la manera que yo lo intentaba, intentando ser la mejor en todo. Tus dotes se basan en la increíble e inquebrantable voluntad que posees para realizar lo que te propones. Luchas contra viento y marea hasta obtener lo que deseas. Ni siquiera la muerte de nuestros padres logró que bajaras los brazos, por el contrario, tú te esforzaste aún más para que ambos viviéramos respetablemente.
Lamentablemente, la muerte de papá y mamá produjo en mí una gran herida que jamás he podido sanar. Mi carácter retraído se intensificó y mi poca fuerza de voluntad se derrumbó íntegramente.
Vivía deprimida, ocultándome de ti para evitar preocuparte. Salía a plazas, bares, cualquier lugar que estuviera alejado de casa. Afortunadamente creías mis excusas y, con plena confianza, aceptabas mis salidas. Fue en una de ellas que conocí a quien más tarde se grabaría por siempre en mi corazón y cambiaría completamente mi vida: Sasuke Uchiha.
En un principio, a pesar de haber quedado completamente cautivada ante su increíble apariencia física, intenté alejarme de él. No lo conocía en lo absoluto pero algo me decía que no era un buen sujeto, que simplemente debía mantenerme lo más lejos de él posible.
Pero, lo prohibido es tentador… Fui presa de sus encantos y luego de pocas semanas comenzamos a salir. Generalmente en las parejas en un principio todo es perfecto, pero en nuestra relación las cosas nunca fueron fáciles…
Mis sospechas hacia él terminaron por ser confirmadas, Sasuke es un auténtico delincuente. Trafica droga, roba y hasta mata cuando es necesario. Sin embargo, mi amor por él nunca se apagó, por el contrario y contra cualquier pronóstico, cada vez lo amaba más y más. Quería que él se convirtiera en un sujeto de bien, deseaba con toda mi alma que él cambiara y dejara atrás aquella vida de malos vicios.
Intenté de mil modos convencerlo de que aquello no lo llevaría a nada, por el contrario solo terminaría perjudicándose cada vez más. Pero él jamás oyó mis súplicas ni advertencias. Seguía metido a fondo en todo aquello, envolviéndose en una enorme cantidad de serios problemas…
Él verlo así es algo que no tolero, mi alma se desgarra y mi corazón se paraliza. Es entonces que vuelvo a recordar que jamás podré ser como tú. Ante una situación así estoy segura de que tú no te darías por vencido, lograrías de una manera u otra cambiar a Sasuke. Pero yo soy débil, siempre lo he sido y para mi gran pesar nunca cambiaré.
Mi voluntad se ha quebrantado en su totalidad y con ella mis ganas de vivir.
No veo una razón por la que deba seguir viviendo, sino puedo ayudar a la persona que amo entonces para mi ya nada tiene sentido.
Entiendo que seguramente no puedas comprender mi decisión pero por lo menos intenta aceptarla y, por favor, no culpes a Sasuke. Él no se merece cargar con más rencor, él necesita amor… amor que logré rescatarlo porque el mío, no ha sido suficiente.
Sin más me despido de ti hermano. Lamento desde lo profundo de mí ser no poder parecerme aunque sea un poco a ti, porque si así fuera, estoy segura de que las cosas hubieran tomado un rumbo mejor y esperanzador.
Te amo Naruto.
Con amor, Amai.
Naruto quedó en transe unos minutos en cuanto terminó la lectura. Siempre que leía aquella carta le ocurría lo mismo, el corazón se le estrujaba con fuerza y su mente se nublaba. Necesitaba de un breve periodo de tiempo para poder reponerse y luego pensar con claridad.
En cuanto su estado se normalizó, un solo nombre atacó sus pensamientos… Sasuke Uchiha, aquel desgraciado que había llevado a su inocente hermana a cometer su suicidio. Si bien ella había aclarado en la carta que aquello había sido su decisión, él seguía pensando que el único culpable del asunto era pura y exclusivamente Sasuke.
Aquel maldito delincuente seguramente jamás se había preocupado por Amai. La habría utilizado como una mera herramienta, desechándola al momento de su inutilidad. Y Amai era tan inocente y frágil… que vio al suicidio como la mejor manera para acabar con su sufrimiento.
Desde que sus padres habían muerto, la muchacha había formado una especie de impenetrable burbuja a su alrededor. Ni siquiera su hermano podía ayudarla ya que la joven negaba su evidente malestar y salía todo el tiempo, logrando de esa forma evitar a Naruto.
Pero Naruto no era idiota y, decidido a volver a traer luz a la vida de su hermana, decidió seguirla en una de sus tantas salidas, quería saber que era lo que le ocurría de una buena vez por todas.
Grande fue su sorpresa al verla besarse con un muchacho, pero su asombro no se basaba en el hecho de que ella le hubiera ocultado algo como aquello, sino que el joven que la acompañaba era un muy reconocido delincuente, sumamente peligroso y altamente buscado por la policía. Palideció al instante, ¿ahora que haría?
Lo lógico y adecuado hubiese sido que arrestara al joven de inmediato pero, el ver la gran sonrisa desbordante de felicidad en el rostro de su hermana bastó para olvidarse de su deber y quedarse estático en su lugar, oculto de la pareja que ignoraba su presencia completamente.
Hacía mucho que no veía a su hermana así, tan llena de luz, tan hermosa. Sus ojos parecían destellar y, cualquier gesto por parte del muchacho, la hacía sonreír de sobremanera. No había punto de comparación ante la Amai que él veía día a día y esa Amai. Sin dudas, la felicidad de ella estaba al lado de aquel joven.
Se marchó cuidadosamente, tenía que pensar bien la decisión que tomaría. Aunque, prácticamente ya lo había decidido…
Las semanas que le siguieron a su inesperado descubrimiento, continuó con su tarea de "espía", siguiendo todos los pasos de su hermana menor.
A simple vista, ambos parecían una pareja de lo más corriente. Se tomaban de la mano, se abrazaban, se besaban… todo era perfectamente normal. Aquello bastó para que Naruto finalmente ordenara sus ideas y se decidiera de una vez por todas… no haría nada, dejaría que aquella relación que su hermana le ocultaba siguiera fluyendo como hasta en ese momento lo hacía. Se había encargado de averiguar a fondo a Sasuke y a pesar de su largo historial, Naruto estaba seguro que sus intenciones con ella eran buenas, que él sería el que lograra sacar a su hermana adelante de una forma u otra. Tendía que olvidarse de su deber y actuar indebidamente. Todo fuera por el bien de Amai…
En el presente, su arrepentimiento era infinito. Y es que, si hubiera tomado la decisión racional de arrestar al delincuente, las cosas serían muy diferentes. Sin embargo, el pasado es pasado y no hay nada que podamos hacer para cambiarlo.
"Por el amor se comenten locuras" Totalmente cierto. Por su amor a Amai, Naruto había obrado de la peor forma y ahora pagaba sus consecuencias, siendo preso del dolor y rencor que con cada día que pasaba, se incrementaban aún más.
Metido en sus recuerdos, cuando pensó en aquello último, la imagen de Sakura volvió a su mente de inmediato.
Por el amor se cometen locuras…Jamás se había puesto a pensar en el pasado de la jovencita, él solo accedió a alojarla mientras ella volvía a recobrar su memoria. Pero el asunto era que aquel detalle que no había tenido en cuenta era de suma importancia, ¿Qué tal si los recuerdos la habían atormentado de repente y, completamente desesperada, había huido? ¿Sería que ella amaba a alguien y necesitaba encontrarlo con urgencia? Era una opción muy probable.
Entonces… ¿qué debía hacer? ¿Seguir buscándola por todas partes? En definitiva, él no era nada de ella. Le había tomado un gran afecto pero tal vez Sakura no se sentía de la misma forma. Había cometido una completa locura huyendo de esa forma sin siquiera avisarle pero él no tenía derecho a reclamarle absolutamente nada.
Con la cabeza hecha un lío, se dirigió cansinamente al sofá y se masajeó el tabique con ímpetu. Finalmente, después de largos minutos, tomó su decisión… le daría tiempo. Si al cabo de tres días más ella no daba rastros de vida, se encargaría seriamente del asunto.
Esperaba que, esta vez, la decisión elegida fuera la correcta.
El paraíso… hacía tanto que no estaba en aquel lugar que ya se había olvidado de cómo lucía y como se sentía el estar ahí, tan íntegramente distinto al mundo en donde los humanos habitaban.
Localizó a su amado rey en su característico y lujoso trono. Sonreía amablemente como siempre y lo rodeaba aquella aura cálida y resplandeciente tan típica de él. Recordó que la de Naruto era bastante similar, pero al ser un humano y poseer sus defectos, el brillo y la magnitud de la misma no eran tan intensos como los de su señor.
Se acercó a él a paso calmo. Últimamente había vivido situaciones sumamente estresantes y desagradables, el estar ahí lograba que su cuerpo se relajara y su mente se despejara parcialmente, era una especie de recreo que sin dudas aprovecharía antes de volver a la cruda realidad.
- Mi querida hija, ¿cómo te esta yendo? – preguntó el con un tono de voz cálida y dulce
- Señor yo… estoy haciendo lo mejor que puedo pero, siento que las cosas se me escapan de las manos. Pude dar con Sasuke nuevamente pero a su vez abandoné a Naruto y las cosas con Sasuke no avanzan… mi inutilidad cada vez se evidencia más – terminó la ex serafín agachando la cabeza, sus ojos ardían de sobremanera debido al llanto contenido
- Sakura, no quiero oírte hablar de esa manera. No me gusta que te menosprecies
- Es la pura verdad señor – respondió ella en la misma posición – Sasuke es una persona muy complicada. Y casi no he podido entablar una conversación digna con él – continuó Sakura recordando los últimos días que había vivido junto al joven.
Luego de su intento de escape, Sasuke se las había ingeniado para mantenerla presa en su habitación, quería que la joven confesara la verdad y creía que esa sería la mejor forma de presionarla. Sin embargo, Sakura en ningún momento dio el brazo a torcer y se negó completamente a responder los cuestionamientos del joven. La situación entre ambos se volvía más tensa a medida que los días transcurrían y Sakura estaba muy lejos de poder avanzar con su misión.
- Debo decirte que no estas dando lo mejor de ti hija mía. Tienes que confiar en Sasuke, demostrarle que estas dispuesta a sincerarte con él
- Pero… es muy difícil. Además, siempre esta metido en sus propios asuntos los cuales hacen que su mal humor empeore y me trate aún peor… ¿Qué es lo que puedo hacer?
- Confianza, paciencia y, por sobre todas las cosas, amor. Ten eso presente
- ¿Pero c-cómo?
- Lo siento, pero hasta ahí mi ayuda. Tienes que encargarte de tu misión en su totalidad, descubriendo los métodos que puedes utilizar para poder ayudar a quien lo necesite e implementarlos de la forma adecuada. Se que es un gran desafío, pero confío en que serás capaz de lograrlo – terminó por decir su rey. Sakura se mantenía callada mientras intentaba procesar las palabras que se le habían dicho. ¿Realmente no se estaba esforzando? Al parecer y teniendo en cuenta el nulo progreso de las últimas semanas así había sido. Suspiró frustrada mientras se llevaba una mano a la cabeza.
- De acuerdo – contestó con confianza volviéndolo a ver directo a los ojos – Esta vez no fallaré, es una promesa – continuó. Sus ojos verdes destellaban de determinación
- Perfecto – sonrió el rey supremo, ver ese estado anímico en su querida serafín lo alegraba en demasía – Y Sakura – agregó el rey cuando vio que la misma hacía amago de irse
- ¿Si? – preguntó curiosa
- Amor, recuérdalo
- Lo haré – contestó ella algo confundida, se preguntó mentalmente como sería capaz de implementar aquel fuerte sentimiento con Sasuke, una persona fría y malhumorada. Tendría que averiguarlo si quería cumplir su reciente promesa.
Los rayos de sol dieron de lleno con su rostro logrando que sus ojos pestañearan una y otra vez sorprendidos ante su reciente intrusión.
Observó a su alrededor mientras se desperezaba lentamente. Sasuke no estaba. Generalmente siempre que despertaba lo encontraba dormitando sobre su amplio sofá de cuero negro. Pero al parecer, sus negociosos esta vez lo obligaron a despertarse más temprano de lo habitual y partir, dejándola a ella completamente sola en la amplia habitación.
Cuidadosamente, se puso de pie y comenzó a caminar hacia la puerta esperando que la misma estuviera sin cerradura. Pero no fue tan afortunada, Sasuke siempre era sumamente cuidadoso y con Sakura tendía a serlo aún más por lo que encontró la puerta firmemente cerrada.
Frustrada se dejó caer en la cama cansinamente. ¿Acaso las cosas siempre serían igual? Temía pasar mucho tiempo más encerrada en aquella habitación sin que las cosas progresaran.
De repente, recordó las palabras que Dios le había dicho en su extraño sueño "Confianza, paciencia y, por sobre todas las cosas, amor" la clave para el éxito de su misión. Pero se preguntaba cómo lograría eso con el pelinegro, realmente no sería nada fácil.
Se mantuvo en silencio durante varios minutos, pensando el la mejor estrategia de acercarse al muchacho. Llegó a la conclusión de que si quería que las cosas fueran distintas tendría que confiar de una vez por todas en él y decirle su nombre. Anteriormente no lo había hecho porque no se sentía suficientemente cómoda pero si seguía de esa manera dudaba enormemente que las cosas tomaran un buen rumbo. "Cuando llegue se lo diré" pensó decidida, no quería que hubiera secretos entre ambos y ese sería el primer paso para ganarse la confianza del Uchiha.
Pasaron un par de horas más las cuales ella aprovechó para asear la habitación. La verdad era que todo estaba acomodado y limpio pero decidió limpiar de todas formas para mantenerse ocupada, odiaba ensimismarse porque siempre sacaba conclusiones pesimistas.
Cuando finalmente terminó, notó que había sudado bastante por lo que decidió darse una rápida ducha en el baño contiguo. Seguramente Sasuke tardaría mucho más por lo que no se preocupó por ese asunto y se encaminó sin miramientos a darse su merecida ducha.
Las tibias gotas de agua rodando sobre su espalda lograron relajarla, amaba el agua debido al efecto que esta producía en ella. Una vez terminado su baño envolvió una toalla a su delgada figura y, dándose cuenta de que había olvidado traer prendas limpias con ella, salió de esa manera a la habitación.
Por otro lado, Sasuke se dirigía bastante estresado a su departamento luego del día ajetreado que había tenido. Y es que, se suponía que esa mañana venderían una gran carga de cocaína a un respetable grupo de mafiosos en las afueras de la ciudad pero, todo se anuló debido a un inesperado imprevisto relacionado con la policía y el camión con la carga se desvió hacia una ruta más segura para evitar inconvenientes. Lo más probable era que al día siguiente las cosas se normalizaran pero aún así el estrés lo estaba consumiendo. Lo único que quería era llegar, bañarse y dormir.
Con ese pensamiento, una vez en el apartamento, se dirigió a su habitación. Su cabeza le dolía de sobremanera por lo que necesitaba una ducha con urgencia para poder despejarse.
Metió la llave en la cerradura y finalmente entró a su alcoba. Lo que vio lo dejó sin aliento por varios segundos.
Allí, parada inocentemente frente a él, estaba Sakura con solo una toalla. No se había percatado de su presencia ya se encontraba dándole la espalda mientras revolvía en un cajón buscando alguna prenda que pudiera utilizar.
Esa chiquilla estaba ocasionando un terrible revuelo en la vida de Sasuke sin siquiera percatarse. El joven había tenido que hacer uso de todo su auto control a lo largo de esos cinco días que ella llevaba con él para mantenerse a raya y no cometer una locura de la que más tarde se arrepentiría.
Ella le resultaba de lo más tentador, esa inocencia que poseía junto a su total ingenuidad provocaban que el deseo en él cada vez fuera mayor. Desde que había probado sus dulces labios lo único que pasaba por su mente era repetir esa acción, ese era el principal motivo por el cual se había mostrado tan distraído en su trabajo y los negocios no salieran de la mejor manera.
Con notable esfuerzo salió de su transe y se dispuso a hablar.
- ¿Qué haces desnuda en la habitación? – preguntó notablemente irritado logrando que Sakura pegara un pequeño brinco en su lugar y se volteara a enfrentarlo temerosa
- B-Buenas tardes Sasuke-kun – saludó ella con las mejillas rojas – Lo siento, me había olvidado de llevarme ropa al baño – continuó apenada. Sin embargo no era su actual estado lo que la avergonzaba, ella desconocía totalmente las sensaciones que provocaba en el pelinegro. Lo que lamentaba, por el contrario, era haber enfurecido nuevamente a Sasuke
- Hmp, ve a cambiarte de inmediato – ordenó Sasuke mientras se masajeaba el tabique. El dolor en su cabeza cada vez se intensificaba más. Sakura notó esto y, ignorando la orden que le había encomendado, se dirigió preocupada a su lado.
- ¿Sasuke-kun te encuentras bien?
- C-claro que si, ahora vete – pronunció el joven pero, de inmediato, sus sentidos le fallaron y calló arrodillado al suelo siendo preso de un punzante y agudo dolor en su cabeza
- ¡Sasuke-kun! – grito alterada la ex serafín mientras se arrodillaba para quedar a su lado
- E-estoy bien, es solo un dolor pasajero – aseguró Sasuke
- Ven, te ayudaré a recostarte – contestó ella firmemente
Algo atontado Sasuke aceptó su ayuda y se dejó guiar hacia su amplia cama. Sakura de inmediato se dirigió al baño y humedeció un trapo para luego correr de nuevo a la habitación y colocárselo en la frente a Sasuke.
- C-creo que esto ayudará – sentenció la joven
- Supongo – susurró el mientras cerraba los ojos e intentaba tranquilizarse
- Sasuke-kun, tal vez no sea el momento pero… quiero decirte algo importante – dijo ella luego de unos minutos. Sasuke volvió a abrir los ojos fijando su penetrante mirada en la de ella, notó que se mordía el labio inferior con insistencia y jugueteaba con sus dedos índices nerviosamente
- ¿Qué? – preguntó sin rodeos
- Quiero…Quiero decirte – comenzó a decir con notable esfuerzo
- ¿Decirme qué? – la interrumpió él impaciente
- Sakura – soltó ella sin preámbulos
- ¿Cómo? – preguntó él notablemente confundido
- ¿Tú querías saber mi nombre verdad? Bueno, lo acabas de escuchar… es Sakura
- Sakura – pronunció el lentamente, al fin sabía el dichoso nombre de la misteriosa joven – Y dime Sakura… ¿qué tienes tu que ver con Amai? – soltó, necesitaba saberlo cuanto antes
- ¿Amai? – pronunció ella, jamás había oído ese nombre
- No te hagas la desentendida. Se muy bien que me estas ocultando algo y presiento que ese algo esta relacionado a ella
- Yo no se de que hablas – contestó la joven con sinceridad. Sin embargo, algo en su pecho se estrujó. Presentía que aquel nombre era el principal motivo por el que Sasuke se había sumido en tan aberrante oscuridad
Sasuke furioso ante la negativa de la ex serafín se levantó y, en un rápido movimiento, se las ingenió para tener a la joven acorralada bajo él, le sostenía las muñecas fijamente para evitar que escapara.
- Dímelo – espetó él duramente
- Yo de verdad no lo se – dijo la joven con la voz quebrada, en cualquier momento el llanto haría acto de presencia
Sasuke acercó su rostro peligrosamente al de ella observándola fijamente, intentando inútilmente indagar en la mente de ella. De una manera irracional, sabía que ella tenía mucho que ver con Amai.
Aquello bastó para que los sentidos de Sakura se desestabilizaran por completo y algo desconocido comenzara a arder intensamente en su ser. ¿Qué era aquella extraña sensación? Se pregunto confundida.
De repente y sin previo aviso, sitió el fuerte colisionar de los labios de él sobre los de ella. Sasuke finalmente había perdido su auto control. La necesidad de hacerla suya lo había consumido en su totalidad y ahora solo deseaba cumplir su deseo.
Lo que ocurrió a continuación fue algo que tomo completamente desprevenido al pelinegro… Sakura comenzó a corresponder el exigente beso.
"Por sobre todas las cosas, amor" Amor… ¿Acaso eso sería amor? Se preguntó ella. Tal vez si, tal vez no… ahora solo era capaz de degustar los labios de él y sumergirse en aquella placentera y totalmente nueva sensación.
Holaaa queridos lectores! Tercer capítulo de "Ángel Caído" al fin XD ¿Qué puedo decir? Me costó bastante escribirlo, esto del misterio es algo complicado de sobrellevar (por lo menos para mí) así que estoy haciendo lo mejor que puedo =P Como ven, ya se reveló la manera en que Amai murió u_u y el por qué de la furia de Naruto hacia Sasuke =/ Muy trágico D: jajaja Recuerden que el fic no va a tener más de 10 caps por lo que las cosas se van a ir revelando medianamente rápido
Bueno, como algunas sabrán participé en un concurso de OS con el fic "Bendición" ¿y saben cómo me fue? …¡Muy mal! JAJAJA Las críticas fueron muy muy duras pero bueno, al principio me deprimí un poquito pero después me dije ¡vamos Melisa! ¡No vale la pena! XD Por el contrario me tiene que ayudar a crecer como intento de escritora frustrada que soy XDDD Así que bueno, ¡a seguir adelante!
En fin, nos leemos en "Elecciones" o un OS que planeo hacer que no tiene nada que ver con el fandom =P Ya veremos e_e
Gracias a todos los que leen y por sobre todo a los que comentan =D
¡Saludos!
¿Me dejarían un review? =D
P.D: Teme you rock! (? Arigatouuuuu my dear friend! =D
