Herederos

Todos en el mundo nacían con un don otorgado por una estrella. Este don podía ser una bella voz, una belleza cautivadora o poder ver en la oscuridad, o bien cosas como hacer crecer plantas de la nada, curar heridas al instante o volar.

En la antigüedad se creía que las estrellas más hermosas daban los dones más poderosos, pero con las nuevas tecnologías se descubrió que eran las más cercanas. Mientras más cerca estuviera una estrella, más grande sería la persona a la cual le otorgaría su don.

Y, por supuesto, la persona más poderosa del mundo siempre era aquella a la cual el mismísimo sol le otorgaba un don, los herederos solares.

Cada cien o doscientos años el sol le otorgaba un don a un humano, y este siempre se volvía la persona más poderosa del mundo, o eso se creía, hasta que descubrieron que los demás planetas y lunas del sistema solar también otorgaban dones. Y como estos estaban más cerca, podían llegar a ser dones casi tan poderosos como los que otorgaba el sol.

Muchas veces, los bendecidos por el sol o los planetas se volvían tiranos en la Tierra, hasta que el mundo se cansó y formaron una legión, la legión Estelar, que reclutaba héroes poderosos para enfrentar a los posibles tiranos o villanos poderosos que causaran tragedias en el planeta. Esta liga estaba formada en su mayoría por gente con el don de la inmortalidad y con dones de visiones para poder encontrar a los héroes adecuados para unirse a la legión. Y en la actualidad se convirtió en la organización más prestigiosa del mundo.

Era un honor formar parte de la legión, y las tiranías se redujeron casi a cero. De hecho, los bendecidos por el sol o los planetas querían formar parte de la legión, ya sea por la gloria o por los valores de justicia que se empezaban a esparcir por todo el mundo.

Kohaku también quería formar parte de la legión Estelar, sobretodo porque este siglo ella fue la persona con un don otorgado por el mismísimo sol.

Odiaba las historias de bendecidos solares corrompidos y malvados, ella quería limpiar el nombre de los bendecidos por el sol, ¡quería hacer solo el bien y ser una gran heroína!

Últimamente se adoptó la costumbre de ocultar las verdaderas identidades, así que un día Kohaku se puso un vestido dorado, una pechera y botas altas, se colocó una máscara y voló ayudada de sus llamas a los cuarteles de la legión Estelar, presentándose como Solsticia, la nueva heredera del sol.

De inmediato se volvió una celebridad, pero ella no quería eso, ella solo quería ayudar a la gente, así que constantemente se escapaba de las entrevistas y los intentos de amistad falsa o coqueteos de otros héroes, solo haciéndoles caso cuando la llamaban para combatir contra las injusticias.

Fue solo al enfrentarse a los tiranos y villanos que se dio cuenta de las verdaderas personas en las que podía confiar. Personas como Suika, cuyo don fue otorgado por la décima estrella más cercana a su sistema solar, Epsilon Eridani o algo así. Ella podía controlar la atmosfera, cosa que sería peligrosa de no estar en unas manos tan buenas como las suyas.

Otra persona confiable era Chrome, bendecido de Marte, que tenía el don de conocer y controlar los componentes más básicos del suelo, lo que le permitía por ejemplo levantar en el aire rocas gigantes, despegar porciones del piso o dispersar las partículas del suelo o de diversos materiales para volverlas polvo. Él era algo torpe a la hora de controlar sus habilidades, pero era muy poderoso.

Otra persona en la que confiaba era en Senku, que tenía el don de una estrella lejana: el don de una inteligencia prodigiosa. O al menos, eso era lo que solía creer…

Resulta que Senku siempre la engañó. Los engañó a todos.

Él no era un bendecido de una estrella lejana, él era un bendecido de la luna.

Los dones que provenían de la luna terrestre no eran nada comunes, y en los pocos casos registrados solo eran dones que tenían que ver con la capacidad de ver las almas gemelas o controlar las mareas. Sin embargo, Senku tenía el poder de controlar la gravedad, y, como la luna era el cuerpo celeste más cercano a la Tierra, Senku se había convertido en la nueva persona más poderosa del mundo, incluso superándola a ella, la heredera del sol.

Y resulta que Senku era otro tirano.

Kohaku intentó enfrentarlo, usó todas sus fuerzas, creó un sol en miniatura para arrojárselo, pero él dispersó el plasma y lo envió al espacio, y luego la aplastó contra el piso sin que pudiera hacer nada, Senku solo tuvo que mover un dedo y la derrotó fácilmente. Aunque la cualidad de controlar el plasma vino con gran resistencia y fuerza que fue aumentando con duro entrenamiento, ella no podía hacer nada con tanta gravedad pesando sobre su cuerpo.

Todos vieron a la heroína del sol ser derrotada por el villano de la luna, demostrando que la cercanía del cuerpo celeste vencía a todo.

Y a Senku no le bastó solo con humillarla con esa derrota, sino que directamente la secuestró y se la llevó a su nueva base secreta.

Ella luchó con todo lo que tenía, pero no pudo contra su poder.

—¿Por qué te interesa tanto escapar? —preguntó Senku, apuntando una mano en su dirección para mantenerla quieta—. Me confesaste tu amor hace solo unos días. ¿Tan rápido se evaporan tus sentimientos? Incluso después de la noche que compartimos. Esperaba que estuvieras de mi lado.

—¡Ja, ese amor del que hablas fue antes de saber que eras una escoria tan egoísta! —Lo miró con profunda rabia—. ¡Bastardo, quieres estrellar la luna contra la tierra y matarnos a todos!

—No, eso no es lo que quiero, ¿por qué querría matarme a mí mismo y de paso destruir la fuente de mi poder? —Rio como si ella fuera una total estúpida—. Solo quiero acercar más la luna a la tierra. Con eso, mis poderes aumentaran y podré controlar la gravedad de quizás el mismo sol. —Su risa se volvió desquiciado—. ¿Tienes idea de lo mucho que avanzaría la ciencia? Hemos estado demasiados años estancados por confiar demasiado en los dones y poderes, no puedo permitir que la humanidad se siga estancando. Voy a crear mi propia legión científica y nos expandiremos como especie hasta llegar a colonizar otros sistemas solares. ¡No tienes idea de lo mucho que puedo hacer con la luna solo a 384.400 kilómetros de distancia! ¡Con mi poder, puedo acercar más a la luna y cuando eso pase puedo crearle un campo magnético y podemos terraformarla! ¡¿Cómo pueden querer detenerme?!

—Senku, el Dr. Xeno, Sai, y muchos científicos brillantes con dones de inteligencia están de acuerdo en que si acercas la luna tanto como quieres acabará estrellándose con el planeta, ¡nos matarás a todos!

—¡Yo la controlaré! Puede que mi don no sea la inteligencia, pero fui lo suficientemente listo para engañar a toda la legión por años, ya hice los cálculos necesarios, puedo acercar la luna tanto como quiera. Aunque las mareas serán una amenaza, pero hay muchos héroes que pueden controlarlas, que ellos se encarguen. —Rascó su oído con desinterés con la mano con la que no la controlaba.

—¡Ja, como si fuéramos a confiar en ti después de que robaste tanto equipo de la legión, aparte de que hiciste que varios de los nuestros nos traicionaran! ¡Eres escoria y nunca te lo perdonaré!

—Era necesario, necesito construir una plataforma lo suficientemente alta para que me permita estar casi saliendo de la atmosfera. Entonces, podré influir lo suficiente en la luna para acercarla tanto como quiera y así comenzar una nueva era de la humanidad.

—¡Eres un tirano, eso es lo que eres! ¡Quieres que todo el mundo se someta a tus deseos egoístas! ¡Quieres esclavizar a la humanidad!

—Dijo la heroína del sol, que viene de la línea de dictadores y esclavistas más larga de la historia. —Rio cruelmente y ella lo miró con profundo odio—. Sabes, no es que ningún otro heredero de la luna hubiera tenido el poder de la gravedad, solo que no sabían usarlo, no sabían acceder a su verdadero potencial. Yo obtuve mi poder no solo por la suerte, sino porque estudié y aprendí a sacarle todo su provecho. Quizás tú también podrías, si aprendieras más de tu querida estrellita.

—Quizás sea una ignorante en muchas cosas, pero al menos le soy fiel a mi corazón y a mis ideales, peleó por aquellos a quienes amo y sigo solo a lo que creo correcto.

—Entonces sígueme, porque eso es lo correcto para el progreso humano.

Kohaku cerró los ojos, tomando un gran suspiro.

—Senku… sabes que te amo… Yo… de verdad quiero estar contigo, no hay nada que quiera más… —Cuando dijo eso, la presión en su cuerpo se hizo más tolerable, solo un poco, y ella de inmediato se lanzó hacia Senku en un estallido de plasma, estrellándole un puñetazo tan fuerte en el rostro que lo desmayó en el acto.

Se sentía sucia, uso un truco rastrero para distraerlo, pero no había creído que funcionaría.

Ja… aparentemente Senku sí tenía sentimientos.

Aun así, lo que quería hacer estaba muy mal, por eso tuvo que llevarlo a los cuarteles de la legión Estelar, donde una heroína con la habilidad de anular poderes se encargó de mantenerlo controlado mientras desarrollaban una tecnología capaz de bloquear los poderes de Senku para no tener que matarlo, aunque no porque la legión no estuviera dispuesta a matar, sino porque Kohaku lo pidió.

El mundo, anteriormente desesperanzado, volvió a llenarse de esperanzas al ver que la heroína del sol venció al villano de la luna, constantemente querían preguntarle cómo lo hizo, pero ella se negó a decir nada, porque no estaba nada orgullosa del modo en el que lo venció.

Los meses pasaron, el mundo siguió su curso, y finalmente desarrollaron una tecnología que mantenía "dormida" la parte del cerebro de Senku que se encargaba de controlar su poder. Como efecto secundario, él perdió parte de su personalidad y muchos de sus recuerdos, por lo que no era el mismo. En realidad, se comportaba como un niñito de ocho años.

Kohaku lo visitaba de vez en cuando, disfrazando sus ganas de verlo con interrogatorios de dónde estaba el material que robó, ya que nunca lo encontraron.

—¡Solsticia, bienvenida! —la saludó con admiración la encargada de la prisión en turno.

—Gracias, vengo a ver a Senku, como cada mes, para interrogarlo.

—Claro, te esperaba. Pasa.

Entró a la celda de Senku y lo vio sentado en un rincón, jugando con un cubo rubik, viéndose incapaz de resolverlo.

—Ah… tú otra vez… —La miró con desinterés—. ¿Vas a intentar besarme otra vez? Eres asquerosa, le diré a mi padre. —Se apoyó contra la pared.

Ella rio amargamente, apretando los puños con fuerza, antes de quitarse la máscara y acercarse más a él.

—Senku… Tengo que decirte algo. ¿Tú sabes cómo se hacen los bebés?

—Sí, es asqueroso.

—Bueno… hace unos meses, tú y yo hicimos eso.

—¡No es cierto, es asqueroso! —La miró con repulsión.

—Pues te gustó. —Lo miró ofendida, antes de tomar aire y obligarse a recordarse que no era el mismo—. Bueno, tendremos un bebé gracias a eso, así que será mejor que lo creas.

—¿Tendrás un bebé?

—Tendremos.

—¿Cómo voy a tenerlo yo? Los hombres no se embarazan.

Kohaku se frotó las sienes.

—Mira, no podré venir por los siguientes meses, no quiero que mis enemigos sepan de mi embarazo, así que me tomaré vacaciones de ser Solsticia. Volveré en un año, te traeré fotos de nuestro bebé.

—No me gustan los bebés. —Hizo una mueca de fastidio.

Ella sonrió tristemente, sabiendo que este no era realmente Senku, pero no podía traer de regreso al hombre que amaba. Solo volvería si desactivaban el chip en su cerebro que lo mantenía bajo control, pero al hacerlo también volverían sus poderes y sería imposible detener sus peligrosos planes.

—Te veo en un año, Senku…

Pasaron los meses y tuvo a una niña igualita a su padre, a la que llamó Tsukiku. Estaba emocionada por saber de qué cuerpo celeste obtendría un don, pero eso solo lo podría decir ella cuando aprendiera a hablar, ya que lo sabían gracias a sueños o visiones.

Cuando su pequeña tuvo seis meses, volvió a ser Solsticia y volvió a ver a Senku, llevándole las fotos de su niña.

—¿La ves? Se parece a ti. —Le sonrió dolorosamente.

—Que fea es… —murmuró desinteresadamente.

—¡No lo es, es hermosa! ¡Vuelve a decir eso y te mataré! —Levantó un puño envuelto en llamas.

Él pasó a otra foto y sus cejas se arquearon.

—Ah, aquí se puso más linda. Antes parecía un sapo, con los ojos tan saltones.

—¡No le digas así, es tu hija y estaba recién nacida! —se quejó, pero bajó el puño.

—No es mía, yo no tengo hijos. —La miró mal, antes de pasar a otras fotos—. Mmm, sí es muy bonita, ¿no la puedes traer?

—No, no quiero que sepan que tengo una hija, tengo muchos enemigos. —Y uno de esos eres tú.

—Bueno. —Le devolvió las fotos y volvió a jugar con sus dominos.

Se le rompió un poco el corazón al ver su desinterés, pero estas eran las consecuencias de enamorarse de quien no debía.

No volvió a visitarlo sino hasta un año después, para mostrarle más fotos de su hija y decirle cómo aprendió a hablar y caminar, hasta le mostró videos, cosa que le interesó más, pero no demasiado.

Le dolía mucho ver tan poco interés de su parte, así que le dijo que ya no volvería y él ni siquiera pareció triste por eso, simplemente volvió a leer su libro de ciencia para niños.

Sin embargo, cuando su hija cumplió tres años, empezó a manifestar poderes.

Pero lo raro era que ella podía hacer temblar la tierra, hacer que crecieran plantas, controlar el clima, controlar el mar, sanar heridas… y también controlar la gravedad. ¿Eran varios poderes? ¿Cómo?

—Hijita, ¿tú sabes… cuál es tu cuerpo celestial?

—Sí. —Asintió, pero no lo dijo.

—¿Y cuál es? ¿Ya te dijo su nombre?

—Sí. —Le sonrió lindamente—. Se llama Tierra, es donde vivimos.

La boca de Kohaku cayó.

De inmediato la dejó al cuidado de su hermana y corrió con el Dr. Xeno para preguntarle si eso era posible.

—No hay ningún precedente conocido. —El hombre mayor estaba boquiabierto—. ¿Y dices que ella tiene muchos tipos de poderes? —Kohaku asintió y le hizo un listado rápido—. Hmm… es posible que controle todo lo que está en la Tierra… Tendríamos que hacerles muchas pruebas para estar seguros.

—No le harán pruebas. —De inmediato se opuso—. Tiene tres años.

—Solsticia… ¿Crees que aquí en la legión no sabemos quién eres? Por algo tenemos personas que leen mentes, Kohaku. —Ella lo miró horrorizada—. Tu hija es o una gran amenaza o una gran oportunidad para aplastar de una vez toda oposición a la legión. Deberías estar agradecida.

—¡Si crees que los dejaré tocarla estás muy…! —Se calló cuando de pronto múltiples dardos se insertaron en su cuello.

Se tambaleó y trató de luchar contra la somnolencia, pero inevitablemente acabó desmayándose.

Cuando despertó, estaba en una celda muy parecida a la que contenía a Senku, y podía ver a la chica que anulaba poderes al otro lado de un ventanal, controlándola para que no pudiera escapar.

Bajó la cabeza, llenándose de miedo inmediatamente.

¿Qué iban a hacerle a su niña?...

Los ojos se le llenaron de lágrimas y apretó los puños con rabia, intentando con todas sus fuerzas sacar algo de poder, aunque sea la más pequeña gota, gruñendo de rabia y sin detenerse por varios minutos hasta que, de repente, toda la celda estalló en llamas, haciendo volar a la mujer que la contenía y también abriendo un agujero en el techo.

Se quedó boquiabierta.

¡¿Qué demonios había pasado?!

No le importó y de inmediato voló para buscar a Xeno, sintiéndose inusualmente poderosa, tanto que dejó una estela de fuego por cada lugar que volara.

Al salir fuera, noto al sol extrañamente más brillante, o quizás solo fuera impresión suya.

Llegó a la oficina de Xeno y gruñó al no encontrarlo. ¡¿Dónde estaba ese bastardo?!

—No lo encontraras. —De repente, Ryusui, heredero de Neptuno, llegó a la oficina, con su hermano Sai siguiéndolo detrás, tecleando furiosamente en su computadora.

—¡¿A qué te refieres?!

—Muchos de los altos mandos de la legión nos opusimos a su plan de quitarte a tu hija. —Cruzó los brazos—. Por eso él y otros altos mandos a favor se marcharon quién sabe a dónde. Lo siento, pero se la llevaron y no sabemos dónde está.

El corazón se le paralizó de inmediato y de inmediato su cuerpo empezó a arder por completo, sus lágrimas cayeron como lava al suelo, atravesando el piso de metal. Luego de unos minutos, las llamas que la envolvían empezaron a arder con más intensidad.

—¡Ahí está otra vez! —gritó Sai de pronto—. ¡Otra erupción solar! ¡Otra tormenta solar llegando a la tierra! Y otra vez la gente en redes sociales está twitteando que no pueden usar sus poderes…

—¿A qué te refieres? —preguntó Ryusui.

—Algo hizo. —Señaló a Kohaku, que lo miró confundida—. Su conexión con el sol lo hizo lanzar una erupción solar a la tierra, y por alguna razón eso anuló los poderes de todos los demás y aumentó sus poderes, o esa es mi teoría. Porque ahora no estoy usando mi conexión tecnológica, estoy haciendo todo a mano. Estoy sin poderes.

—Eso es ridículo. —Ryusui movió las manos, queriendo juntar agua de la atmosfera como acostumbraba, pero no pasó nada—. ¡No puede ser, en serio nos quedamos sin poderes! ¡¿Qué nos hiciste?!

—Yo no hice nada. —Bajó lentamente, y de pronto Ryusui pudo juntar agua.

—¡Ahí están, volvieron! —Rio, aliviado.

—Fueron llamaradas cortas, pero significativas. —Sai miró a la computadora atentamente—. Quizás fue algo involuntario… debido a las fuertes emociones que experimenta.

—Eso no importa ahora. Tengo que encontrar a mi hija. ¡Tienen que ayudarme!

—Te ayudaremos, claro. —Ryusui ajustó el cuello de su traje—. Solo intenta no dejarnos sin poderes.

—Pero no será fácil —le recordó Sai—. Hablamos de miembros muy poderosos de la legión, incluso algunos fundadores, deben tener los mejores escondites del mundo y muchos de los héroes más poderosos de su lado.

—Haré lo que sea necesario. —Bajó la mirada, antes de correr hacia el área de celdas otra vez.

—¡¿A dónde vas?! —Los hermanos la siguieron.

—Voy a sacar a Senku de su maldita celda —dijo con voz decidida—. Y juntos vamos a rescatar a nuestra hija, ya sea que quiera o no.

Héroes o villanos, nadie se metía con su familia. Estaba dispuesta a todo por salvarla.

Fin.

O tal vez no, depende de si les gusto la idea... q supongo q no, porq está bien rarita xD

En fin, este fic es otro para la Semana SenHaku!

Tema: Villano x Heroe!

Ojala q les haya gustado!

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!