Dr. Stone no me pertenece, es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo prestado a los personajes para fines de esta historia.
~I. Última oportunidad.~
(Primera aparición: Xeno.)
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Suika detuvo sus pasos en el dintel de la puerta, tranquilizando el leve escalofrío que estaba causando estragos en su cuerpo y el que creía no era más que resultado de las bajas temperaturas en esa cruda temporada invernal.
Cuán equivocada podía estar.
La hermosa jovencita no se atrevió a dar un solo paso más y en su lugar observó casi con tristeza contenida el nombre en la placa de plata que se encontraba junto al viejo timbre inservible de esa desgarbada casona. "Wingfield e Ishigami" era lo que falsamente rezaba aquella placa, porque ahora este lugar era simplemente conocido como propiedad de "Ishigami".
Suika no supo cuánto tiempo permaneció perdida en sus pensamientos hasta que el sonido de la puerta al abrirse con ese estridente y casi molesto chirrido la hizo volver a la realidad. Un rostro conocido y ligeramente abatido por el cansancio, pero sin perder un ápice de entusiasmo en esa sonrisa de antaño la saludó.
— ¿Qué haces aquí Suika? —Chrome detuvo abruptamente su carrera hacia la salida debido a que la chica estaba obstruyéndole el paso.
Ella observó cómo los dientes de Chrome parecían castañar y se frotaba las manos en busca de un poco de calidez debido a la fricción, como si incluso estando aún dentro de esa vieja morada no pudiera encontrar alivio al frío invernal.
No le sorprendió pues ese lugar era tan frío como el alma del hombre al que una vez perteneció.
—Vine a ver a mi hermano, ya sabes, como cada año —un viejo hábito que adquirió con el pasar de los años en la víspera más notable—. Senku ¿Él está ocupado? —tenía la esperanza de que él la recibiera.
La entusiasmada expresión en el rostro de Chrome se borró casi de inmediato ante la sola mención del motivo de la visita de Suika al lugar, siendo sustituida por algo parecido a la pena mezclada con incomodidad. La misma expresión que el chico guardaba para ella en sus visitas cada año sin falta.
—Deberías darte por vencida, sabes que no vas a convencer a Senku.
—Es mi hermano y me preocupa —señaló Suika, la misma parafernalia de cada año, sin embargo no estaba mintiendo y cada vez esa preocupación crecía mucho más—. Quiero hacer algo por él, siempre está sólo en estas fechas y soy la única familia que tiene.
Ante la última expresión, Suika notó extrañada algo en el semblante de Chrome, como si el hombre estuviera debatiéndose internamente sobre decir algo o guardárselo para sí mismo. Sin embargo ella tenía una idea de lo que él quería exteriorizar pero no podía, la verdad universal que cada amigo y conocido cantaba a voces en esa ciudad.
Pero Chrome no dijo nada, quizá por el respeto que le debía al que era su jefe, y en lugar de eso se conformó con negar insistentemente con la cabeza mientras soltaba un pesado y cansado suspiro. Suika tampoco insistió al respecto, Chrome no necesitaba hablar pestes del hombre que le pagaba (una miseria por cierto, que ni siquiera le alcanzaba para costear las medicinas de su enfermiza esposa) y menos a unos metros de distancia donde el buen oído de Senku podría escucharlos.
—Sabes cuál será su respuesta y en estos momentos será peor, Senku está tan enfrascado en el trabajo que ni siquiera ha salido de ese laboratorio para probar bocado.
— ¿Él no se está alimentando bien? ¡Entonces con mayor razón me esforzaré para que acepte mi invitación de ir a casa a cenar!
—Entonces buena suerte con eso, la vas a necesitar —con un último suspiro de resignación, Chrome se hizo a un lado para darle acceso a la joven al interior de la casa—. Yo debo salir por unas cosas que me encargó, de todas maneras ya sabes dónde está el laboratorio… pero de verdad Suika, deberías de dejar de hacer esto, él no cambiará.
Y él tenía toda la razón, ni siquiera el invierno más riguroso era tan inflexible como Ishigami y mucho menos en estas fechas. Él era un hombre solitario y retraído, ensimismado en sus propios intereses y pensamientos sin comunicar.
—Ya lo sé —la voz de Suika pareció quebrarse por una fracción de segundo antes de recuperarse—. Pero lo seguiré intentando hasta lograrlo.
Lo cual era verdad, incluso si su testarudo hermano quería ir solo por el ancho sendero de la existencia apartando a todo aquel que intentara acercarse, ella no lo permitiría y en cambio lucharía hasta el cansancio por ayudarlo a encontrar nuevamente su camino. Era la promesa que ella había hecho frente a la tumba de sus padres y lo cumpliría a como diera lugar porque no estaba dispuesta a perder a otro ser amado en su vida.
Sin más demora entonces, le dio la espalda a Chrome para ir con su hermano.
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La puerta del laboratorio estaba cerrada pero la del pequeño estudio improvisado estaba sin llave y Suika aprovechó aquello para colarse al interior, la temperatura pareció descender aún más en ese casi lúgubre lugar iluminado únicamente por unas lamparillas de aceite colgadas en las paredes y una sobre la mesa donde Senku se encontraba garabateando algo en una hoja de papel con demasiada insistencia y aparente preocupación.
Suika lo observó mejor, notando la desgarbada y casi amarillenta bata de trabajo que siempre solía cargar encima, así como lo pálido y casi demacrado que se veía su rostro debido a la falta de sueño. Chrome tampoco estaba mintiendo, Senku parecía no haber probado suficiente alimento durante esos días y la pérdida de peso era más que notable en sus brazos y rostro.
Quizá él no era un hombre fornido de antaño y su complexión era delgada y casi patética, pero eso ni siquiera competía con su situación actual y tampoco era sano para un hombre que estaba en sus treinta y cinco.
Aún si el trabajo era la vida y razón de ser de Senku, aquel desmedido amor por la ciencia estaba comenzando a cobrarle factura.
— ¿Estás ocupado?
El simple sonido de la voz de Suika rompiendo el sobrecogedor silencio de la habitación interrumpió el incesante movimiento en la mano de Senku, pero él ni siquiera dignificó su presencia con una simple o fugaz mirada.
—Estoy trabajando ¿Se te ofrece algo? —como si la presencia de la chica no fuese absolutamente nada, él retomó su escritura sin apartar ni un solo momento los ojos de aquella pequeña bitácora.
Y a pesar de la evasiva y hostil bienvenida, Suika ignoró el tono áspero en la voz de Senku. Los labios de la jovencita se suavizaron al saber que él al menos le estaba dirigiendo la palabra en lugar de levantarse de su asiento y salir del laboratorio en completo silencio como muchas otras veces en el pasado lo hizo. Quizá, se dijo, lo que fuese que estaba haciendo era tan importante que no podía ser interrumpido por una huida repentina.
Y por los rumores que se esparcieron sobre el más reciente trabajo de Senku, tal vez no estaba tan equivocada.
—Sólo quería pasar a felicitarte, mañana es navidad. —Suika trató de mantener en todo momento el tono alegre y jovial, como si la manera en la que él estaba ignorándola no le afectara.
— ¿Entonces me estás diciendo que pasaste aquí por un asunto tan ilógico y absurdo como ese? —no fue un cuestionamiento retórico ni mucho menos sarcástico.
La mirada carmín de Senku se deslizó por fin en dirección a la chica y el corazón de Suika se rompió por la frialdad reflejada en sus ojos, así como el claro mensaje de que su presencia no era bienvenida en aquel lugar. Algo a lo que ella debería estar ya acostumbrada pero que de igual manera dolía sin importar cuántos años pasaran.
—N… No, también pasé para invitarte a la cena de hoy… es noche buena y Joel y yo queremos que vengas a casa para festejar.
En perspectiva ese era el motivo principal de su visita, más por deseos suyos que los de su prometido Joel, quien a duras penas soportaba la idea de compartir la mesa con el "engreído y grosero de Ishigami" (a palabras del mismo Gear), sin embargo lejos de toda esperanza para Suika, aquel objetivo parecía cada vez más lejano con el pasar de los minutos.
— ¿Festejar? ¿Crees que puedo perder el tiempo en algo como eso? —el tono de Senku era más firme, rayando casi en lo aprehensivo—. La consumación del trabajo de mi vida está tan cerca que no puedo pensar siquiera en algo tan ilógico y absurdo como estas estúpidas celebraciones… Además, tú mejor que nadie debería saber que no hay nada que celebrar en estas fechas.
La sola insinuación de Senku con el ligero veneno y dolor impregnado en su tono desgarraron aún más el corazón de la chica al comprender de sobra a lo que él estaba refiriéndose. Algo que sin lugar a dudas jamás olvidaría y que representaba el estigma de la fracturada relación con su hermano.
—Yo lo sé… pero si pudieras venir… —sus ojos brillaron con lágrimas no derramadas, fruto del dolor lacerante en las palabras de Senku.
—Mi respuesta sigue siendo la misma y es mejor que entiendas de una vez que no cambiará, Suika —Senku se dio cuenta que esa absurda conversación no llegaría a ninguna parte, exactamente como cada maldito año. Se pellizcó el puente de la nariz entre el pulgar y el índice con evidente fastidio y entonces tomó su decisión—. Ahora vete, necesito terminar con esto antes del anochecer.
—Por favor hermano, considera mi oferta. De verdad me gustaría que pudieras acompañarnos esta noche —insistió nuevamente Suika y fue consciente de la manera en la que Senku levantó las cejas ligeramente sorprendido quizá por la vehemencia en sus palabras y el hecho de que no se hubiera marchado aún—. Sé lo solo que debes sentirte… y también —dudó un poco sobre lo que estaba a punto de decir debido a lo delicado del tema en sí—. Sé lo mucho que extrañas a Kohaku…
El violento sonido de la pasta de la bitácora al cerrarse cortó abruptamente las palabras de Suika y cuando ella lo miró supo cuál fue su error y el motivo que había coaccionado semejante reacción en su hermano: la mención de ella.
Los ojos de Senku se centraron momentáneamente en un punto delante de él pero parecían totalmente desenfocados, Suika supo entonces que probablemente estaba entrando en un lugar oscuro de sus recuerdos.
—Senku… —Suika se acercó a él y colocó la mano en su hombro para llamar su atención.
Saliendo de su ensimismamiento, Senku se puso de pie inmediatamente y se alejó un paso de ella para romper el contacto de su toque como si este simplemente quemara. En el siguiente instante sus miradas se encontraron y Suika pudo ver en los ojos de su hermano la sombra de un profundo sentimiento que ella no supo bien cómo identificar. Dolor, enojo, desprecio, culpa y algo medianamente parecido a la tristeza… todo en una turbulenta mezcla tormentosa que amenazaba con consumirlo por completo.
Sin decir una sola palabra más, Senku tomó su bitácora y se dirigió hacia la puerta para huir de ese lugar y de ella.
Suika simplemente lo vio marcharse sin tratar de detenerlo y en el fondo le dolió ver a su hermano de esa manera… tan roto y miserable.
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Ni siquiera sabía con exactitud hacia dónde se dirigía, Senku salió de la propiedad de su antiguo mentor como alma que lleva el diablo y sin mirar atrás en ningún momento. La niebla y la oscuridad se estaban intensificando aún más, haciendo difícil a los transeúntes caminar por las estrechas y congeladas calles de la ciudad ¿Quién siquiera querría estar afuera con el punzante, penetrante y mordiente frío? Definitivamente él no, quién además era un hombre demasiado friolento.
Ignoraría eso por ahora y regresaría a la vieja casona de Xeno cuando estuviera seguro que Suika se había marchado ya ¿Hasta cuándo seguiría con sus molestas e insistentes invitaciones? ¡Él jamás aceptaría ni una! Esto no era en gran medida por el trabajo, la cuestión era que él no podía perdonar a la asesina de sus padres.
Las trémulas vibraciones del viejo campanario de la iglesia irrumpieron sus pensamientos al marcar la hora, resonando en un estridente sonido castañeante en lo alto de la antigua torre que parecía perderse en las grises nubes de la antesala nocturna.
Senku miró con recelo la iglesia como si ésta estuviera espiándolo sigilosamente. Él no era un religioso ni mucho menos un creyente, Ishigami sólo podía confiar en la ciencia como única verdad. Pero hubo un tiempo… este lugar despertó nuevamente crudos recuerdos en su memoria…
— ¡Cuidado! —alguien gritó a lo lejos.
Él apenas fue consciente de dicha advertencia cuando algo chocó contra él y lo hizo tambalearse hacia adelante y arrojar su pequeña bitácora al suelo. Los ojos de Senku miraron con horror cómo un descuidado coche tirado por un bello ejemplar de caballo pasó sobre su librillo, mancillándolo y ensuciándolo a su paso.
— ¿Está bien señor? —la voz infantil profirió desde un lado, demasiado cerca para su propio gusto.
El causante de semejante incidente (nada menos que un niño de no más de diez o quizá once años) se apresuró a recoger la preciada bitácora del suelo para tendérsela a Senku sin remordimiento o culpa alguna. E Ishigami no dijo nada, simplemente se limitó a mirar con evidente enojo al infante y arrebatarle su tesoro de las manos con tal energía que el niño pareció ligeramente sorprendido ante semejante ataque de irritación.
Con apuro Senku inspeccionó su bitácora en busca de todos los daños posibles y con la certeza pesimista de que estaba genuinamente arruinado, sin embargo grata fue su sorpresa al ver que la pasta era la única cosa dañada.
— ¡Deberías fijarte por dónde vas, niño! —Reprendió al chiquillo con toda la intención de hacerle entender su punto—. Casi me haces perder el trabajo de mi vida… —Senku frunció el ceño hacia él.
—El suelo está resbaloso debido al hielo y la escarcha, no pude detenerme. —se justificó el pequeño castaño cruzándose de brazos.
Y Senku no pudo más que estrechar la mirada en él a modo de advertencia. Esos ojos azules le devolvieron aquel gesto pero dejándole en claro que no fue enteramente culpa suya.
— ¡Touma! ¿En dónde estabas? Te he estado buscando por un largo rato. —un segundo niño se acercó a ellos, pero a diferencia del primero éste se veía mucho más alterado.
— ¿Acaso sus padres los dejan pasearse a sus anchas y molestar a los transeúntes? —Se quejó Senku, comenzando a perder la paciencia por la nueva presencia—. Largo de aquí, antes de que llame a sus irresponsables padres para que vengan por ustedes.
El segundo niño (que a diferencia del primero se encontraba cubierto casi en su totalidad por un grueso abrigo, bufanda y un gorro de lana que ocultaba en su totalidad su cabello) miró al hombre con desprecio ante sus palabras. Si las miradas pudiesen matar, entonces Senku quizá estaría diez metros bajo tierra pues los afilados ojos aguamarina parecían clavar dagas en él.
—Váyase al diablo —una mirada seca y llena de indignación acompañó dicha declaración—. Ni siquiera te tomes la molestia de disculparte con un sujeto como este, Touma, no vale la pena. —Estaba de pie con los brazos cruzados y los pies bien abiertos, como si esperara un contraataque del hombre.
Senku frunció el ceño confundido y ligeramente sorprendido por la repentina actitud del chiquillo.
—¿Qué dijiste? —siseó Ishigami antes de querer tomar al niño por el brazo, pero fallando en el intento cuando él se alejó.
—Ya basta —el castaño tomó a su compañero con la firme intención de apaciguar su humor y detener el pequeño ataque de altanería y falta de educación—. Busquemos a papá y vámonos a casa By…
—Sí, sí, sí como digas. —el pequeño revoltoso no le dejó terminar, desestimando tal sugerencia con un gesto de la mano.
Senku iba a protestar, pero todo quedó en un mero intento cuando la figura familiar de su ayudante de laboratorio terció por la esquina y se apresuró a llegar a ellos mientras gritaba el nombre de uno de los molestos chiquillos.
—¿Son tus hijos? —Ishigami cuestionó sin esperar, mirando de manera casi aprehensiva a ambos y en especial al pequeño friolento insolente que al igual que él, trataba de controlar su tiritar—. ¿Pero qué clase de educación les has dado?
Chrome esbozó una tímida sonrisa antes de mirar a ambos niños y responder a su "mentor".
—¿Te causaron problemas, Senku? —El aprendiz de científico cambió súbitamente el tema para evadir dicha cuestión.
Senku no tuvo reparo en informar a Chrome sobre la pésima actitud de su hijo, Chrome por su parte no pudo evitar mirar de soslayo al susodicho y negar una y otra vez con la cabeza en un gesto desaprobatorio y asegurarle a Senku que el niño recibiría una reprimenda de su madre por tal acción. Y eso pareció molestar aún más al chiquillo, quien no escatimó en soltar un audible gruñido de disconformidad.
—De todas maneras ¿Qué haces aquí? Se supone que te envié por un encargo pero en lugar de eso estás paseando con tus hijos. No me dejas más opción que descontar el día en tu próxima paga. —y por cómo Chrome frunció el entrecejo, Senku tuvo la impresión de que estaba intentando asimilar la decisión o quizá refutarla.
El aprendiz se estremeció interiormente ante la noticia, si Senku estaba haciendo eso por el encargo o por la insolencia del chiquillo, fuese como fuese, no era justo que ejerciera dicha acción y menos cuando no fue culpa suya el no encontrarlo en el laboratorio cuando regresó con lo que él había pedido y de paso, no fue culpa de Chrome el no poder pedirle personalmente la tarde libre a Senku por una urgencia familiar que involucraba directamente a su amada esposa.
—Por favor Senku, no puedes hacer eso… necesito ese dinero para las medicinas de mi esposa. Regresé al laboratorio con tu encargo y para avisarte que necesitaba llevarla al médico pero no te encontré, así que te dejé una nota —las palabras salieron en un completo caos—. Además hoy es noche buena, mi familia…
Honestamente, pensó Senku, ese no era asunto suyo y de alguna manera eso le enseñaría a comprometerse aún más con el trabajo.
—Medio día… y que no se vuelva a repetir. —concedió con ligero aburrimiento mientras hurgaba en el interior de su oreja como si tal declaración no fuese absolutamente nada.
Chrome dudó, sin saber cómo responder a eso pero consideró que aquello era mejor a perder un día entero de paga. Con la enfermedad de Ruri a cuestas y empeorando con el pasar de los días no podía darse ese lujo. Sin reproche alguno, vio a Senku seguir su camino de regreso a la vieja casona de Xeno, ignorando a su paso el barullo infernal de la calle.
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Senku se entretuvo el resto de la noche releyendo su ahora desgarbada bitácora en busca de errores que él pudiese corregir, sentado con intermitentes y dolientes meditaciones frente al casi extinto fuego de la chimenea que no alcanzaba a calentar del todo las paredes de esa vieja y lúgubre casona cubierta por la espesa niebla y escarcha del exterior.
Estaba tan solo, acompañado únicamente por su deseo de seguir con el legado de su antiguo mentor y terminar el trabajo que ambos iniciaron en el pasado. Y por extraño que pareciera, esta era la primera vez en mucho tiempo (cinco años) desde la muerte de Xeno, que él venía a los pensamientos de Ishigami. De hecho, quizá (pensó Senku con escepticismo) fue debido al cansancio y la falta de sueño efectivo que le pareció ver en algunas ocasiones la figura de su antiguo mentor escondido en las sombras del desvencijado edificio.
Figura que, muy en contra de toda lógica y apelando a la imaginación que claramente Senku no podía poseer, se veía más viva que cualquier sombra invisible e incluso más siniestra. Y él reconoció casi a regañadientes la inquietud que la misteriosa figura le causó, fue por eso entonces que se aseguró de cerrar con doble candado la puerta esa noche.
Aun inquieto y con la sensación de que algo podría saltar de entre las sombras en cualquier momento, decidió quedarse un rato más sentado en el envejecido sofá que una vez perteneció a Xeno, mirando inconscientemente las ascuas del fuego arder y crepitar en el silencio de su soledad.
¿Cómo fue que las cosas terminaron de esta manera? No lo sabía, ¿Se arrepentía? Definitivamente no, este era el camino que él había elegido. Con ese único pensamiento en mente, sus ojos comenzaron a cerrarse debido al peso del cansancio hasta quedarse profundamente dormido.
Pero poco duraría tan plácida necesidad pues un molesto ruido se hizo perceptible, acrecentando conforme parecía acercarse a la estancia donde él se encontraba. Senku abrió los ojos con ligero estremecimiento y con la respiración agitada ante su abrupto despertar, el sonido de cadenas arrastrándose por el piso de la habitación se detuvo entonces con un estrépito exponencial, como si alguien hubiera arrojado a propósito el pesado montón de eslabones.
—¿Qué demonios? —profirió entre la molestia y la inquietud.
Pero cualquier otra queja quedó en el olvido cuando notó a aquella siniestra sombra atravesar la puerta sin mayor dificultad. Entonces, como si todo fuese parte de su presentación, el mísero fuego en un acto tan mezquino que él no pudo llegar a entender del todo, generó un fulgor espectral y fugaz para luego extinguirse por completo, dejándolo en la más frívola oscuridad con el intruso en su morada.
Senku, quien definitivamente no podía creer del todo en estas cosas debido a la falta de pruebas en el repertorio de lo sobrenatural, miró con inexplicable terror y fascinación cómo la espesa y oscura sombra comenzaba a tomar forma frente a sus ojos.
Él conocía esa cara libre de enfado o ferocidad, la tácita expresión de antaño que conoció por años, ojos tan negros como una aceituna lo miraron como sólo Xeno solía hacerlo. Su rostro fantasmal dominado en su mayoría por esa peculiar frente y su canoso cabello moviéndose como si desafiara las leyes establecidas de ese mundo. El lívido color no hizo más que adjudicar una apariencia casi horrorosa, a pesar de ello no tuvo duda de que era él.
Y entonces también se dio cuenta de otra cosa, de la fuente del molesto sonido de las cadenas. Xeno las llevaba ceñidas fuertemente en el cuerpo dándole la impresión de que estaba aprisionado por éstas sin remedio alguno. Eran tan largas y al mismo tiempo tan etéreas, como si no pertenecieran a este mundo y sólo fueran una lúgubre proyección, al igual que Xeno.
Cada eslabón unido en una infinita cadena rodeada de candados y objetos tan pesados de acero que tiraban de ellas con tanta fuerza que parecía imposible que Xeno (por decirlo de alguna manera) se mantuviera erguido y en "pie".
¿Qué significaba esto?
Senku lo observó de arriba a abajo, incrédulo ante tal aparición ¿Estaba soñando? ¿Era esto acaso un mal sueño producto del estrés, la falta de alimento y el cansancio? Porque de otra manera esto no podría ser real. Xeno había muerto de un ataque al corazón cinco años atrás ¿Quién o qué era esta criatura que estaba frente a él, observándolo con un escalofriante influjo en sus mortecinas pupilas oscuras?
La mirada mortalmente seria que Xeno sólo reservaba para situaciones de extrema preocupación e importancia.
— ¿Qué significa esto? ¿Eres tú, Xeno? —exclamó, tratando de encontrar algún atisbo de lógica que no apuntara efectivamente a una poca cordura mental—. Tú estás muerto…
—Entonces recuerdas a tu antiguo mentor, Ishigami —a pesar del tono rasposo por el desuso de las cuerdas vocales, Senku reconoció la voz del hombre—. Y efectivamente, morí, hace cinco años ¿No fuiste tú el que firmó mi acta de defunción?
Por supuesto que lo fue, Senku como el único candidato para realizar los trámites del acaecimiento de su vida.
—No puedes ser real… los fantasmas no… —dejó la expresión flotando en el aire.
A buen entendedor, pocas palabras.
—Quizá nunca hubo pruebas pero incluso la ciencia no puede descartar aquello que no comprende o aún no conoce, muchacho.
Y al menos él le dio la razón en eso al espectro, sin embargo semejante afirmación no podía tomarse como un axioma en esa realidad.
—Esto no es una prueba contundente de nada —rebatió Ishigami al respecto—. Mis sentidos podrían estar engañándome o jugándome una mala pasada, cualquier cosa puede alterarlos y hacerme desvariar de esta manera.
—¿Desvariar? Pero qué poco elegante de tu parte dudar de esa manera de tus sentidos. —los vidriosos ojos del espectro lo miraron casi con burla, como sólo Xeno Wingfield podría llegar a hacerlo.
Aquello no hizo más que poner en jaque la lógica de Senku al encontrar a esta reproducción mental fantasiosa tan real y fiel a la imagen de su antiguo mentor. Su memoria era increíble pero quizá no tanto para reproducir de semejante manera cada expresión de Xeno.
—¿Qué es lo que quieres? —se resignó al fin, pero no del todo a soltar su idea de una certera alucinación.
Esto tenía que ser un sueño, bien, entonces seguiría con el rumbo de acontecimientos hasta poder despertar.
Ante semejante cuestión, Xeno sacudió sus largas cadenas causando un estruendoso y aterrador sonido que resonó en las paredes de esa habitación. Los ojos de Wingfield quedaron casi inmóviles en él, y su apariencia pareció adquirir un halo casi infernal.
—Mira estas cadenas Ishigami —siseó con un tono mucho más serio y dejando de lado cualquier atisbo de afabilidad y buen humor—. Cada eslabón que forma esta interminable cadena que me aprisiona en muerte es la que forjé en vida, y la que estoy condenado a cargar por toda la eternidad debido a mi nulo arrepentimiento al momento de exhalar mi último aliento como el alma mundana que fui. —Xeno levantó los brazos para dar énfasis a su declaración, bajándolos casi de inmediato debido al peso en sus extremidades—. ¿Sabes cuál es el peso y la longitud de la cadena que estás forjando? Hace cinco años, al momento de mi muerte, ya era tan larga y pesada como esta. Imagina entonces los interminables eslabones en los que has trabajado en todo este tiempo ¡Es impresionante!
—¿De qué estás hablando? Eres sólo un sueño… una alucinación. Y esas absurdas cadenas de las que hablas…
—Las que tengo que cargar como parte de mi penitencia, atado en el limbo de este mundo sin posibilidad de descanso y las que tú puedes evitar cargar cuando el final llegue por haber desaprovechado de esta manera tu vida al seguir mis pasos —replicó con molestia apenas contenida debido a la actitud de su joven pupilo—. Entonces escúchame bien Ishigami porque no tengo suficiente tiempo, he conseguido una oportunidad para ti, de evitar este castigo.
Senku pareció ligeramente impresionado por las palabras de espectro, pero aún escéptico a lo que él le estaba ofreciendo. ¿Oportunidad de salvación? ¿Salvación de qué?
—Te visitarán tres espíritus esta noche.
— ¿Más alucinaciones? —replicó con una evidente mueca de desagrado.
—Tres espíritus y una sola oportunidad de redención para tu alma es todo lo que pude conseguir. Cuando el reloj marque la una, te visitará el primero de ellos y aguardarás al segundo cuando la campana resuene exactamente a las dos, y por último el tercero te visitará a las tres.
— ¿Qué hay de ti?
—Yo desapareceré y no me volverás a ver, pero recuerda mis palabras Ishigami y cambia tu destino.
Tras esta última declaración, la figura de Xeno se puso en marcha hacia una de las ventanas cercanas, caminando hacia atrás sin dejar de mirar fijamente a Senku, quien se levantó casi de inmediato del viejo asiento que alguna vez perteneció al hombre. Una cruda ventisca abrió violentamente la ventana, sacudiendo los cristales y haciéndolos vibrar con la amenaza de terminar resquebrajados.
Senku se acercó lo suficiente antes que Xeno le advirtiera que no diera un paso más, entonces ruidos confusos inundaron el aire, muy parecido a sonidos incoherentes de lamentos y tristeza indecible. Con una última y sombría sonrisa, Xeno se desvaneció hacia la negra y siniestra noche invernal.
Y entonces, nuevamente aquella insaciable curiosidad hizo de las suyas, Senku miró a través de la ventana y fue inevitable no soltar una exhalación de asombro cuando percibió a más espectros como Xeno pululando en la oscuridad de esa noche, cargando largas y pesadas cadenas a cuestas y lanzando profundos gemidos de dolor y desesperación.
¿Qué demonios estaba sucediendo?
Pero fue tan efímera esa visión sobrenatural antes de que la espesa niebla de la noche las engullera por completo.
Sacudiendo la cabeza, Ishigami cerró con apremio la ventana y se frotó con insistencia los ojos para tratar de esclarecer su visión. ¿Qué había sido todo eso? se preguntó con una extraña intranquilidad.
¿De verdad se trataba de un mal sueño? ¿Una pesadilla quizá? Necesitaba descansar, el cansancio estaba jugándole una mala pasada a su estabilidad mental.
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N/A:
¿Qué es esta cosa rara? Bueno yo tampoco lo sé, pero agradezco un montón a Yashira por la idea y por recomendarme la versión de Scrooge Sugar Daddy de Netflix XD ok no
Y bueno el resultado fue este, aunque sí bien es una especie de adaptación del viejo cuento de Navidad sobre el viejito cascarrabias, la verdad es que quiero enfocarlo más que nada en el Senhaku 7u7 y aderezarlo con drama :v
Senku no es un viejito avaricioso pero sí ha cometido varios errores en el pasado y aún los sigue cometiendo en el presente… y Kohaku… bueno ya aparecerá XD
Y por supuesto, estoy abusando del Ooc (personajes fuera de carácter) así que están advertidos :3
En fin, espero que esté especial de Navidad fuese de su agrado si lo fue agradecería un montón que me dejaran saberlo :3
Pd. Perdonen los horrores ortográficos y de redacción que esto pueda tener.
Hasta la próxima!
