Traducción del inglés del fanfic TO EACH THEIR OWN de GrandBother; tengo su permiso para la traducción; todos los créditos por la creatividad al autor. Considérenlo un two-shot.
Como nota de traducción, si han leído el original, hay algunas oraciones adaptadas para que suenen bien al español; estoy en un proyecto personal de traducir todos los fics que alguna vez faveé en esta página, así tengan 15 años. Parece sorprendente que mi inglés no mejore con los años, pero espero este proyecto ayude.
A CADA QUIEN LO SUYO
Two Shot
Capítulo 1
Tomioka Giyuu era un hombre con muchos remordimientos en su vida.
Se arrepentía de su debilidad que forzó a su hermana a morir para proteger su lamentable pellejo.
Se arrepentía de su incompetencia que le impidió rescatar a su amigo caído en batalla y a todo el inútil esfuerzo que tomó el examen de entrada aquel año.
Pero más que nada, se arrepentía los asuntos pendientes que tenía con Kocho Shinobu.
No recordaba un momento en el que la encontrara discreta. Ella había sido muchas cosas para él, pero un conocido desconfiado no había sido una de ellas. Ella se burlaba de él (con frecuencia), lo intimidaba (ocasionalmente, si es que se podía llamar de esa forma), se entrometía en su vida con el entusiasmo de una madre gallina que él no podía encontrar en sí mismo para reprenderla.
No se le había ocurrido que esa actitud fuera problemática en ciertos aspectos, no hasta que un comentario improvisado de Kanroji le cayó como un balde de agua fría.
—Oh, Vamos, Tomioka-san. Es como si ustedes dos fueran una pareja.
La declaración probablemente no fue lanzada con una intención particular. No cuando acababan de terminar una reunión que definía el destino de los hermanos Kamado, no cuando se había murmurado solo como una broma que Kocho se había agitado defendiéndolo del evidente antagonismo de Shinazugawa y de las desagradables burlas de Iguro. Mientras él se encontraba parado allí, reaccionando con lentitud para responderles y observando a Rengoku riendo, formando parte de lo que se estaba convirtiendo en una especie de pelea, Kanroji solo lo omitió e hizo el comentario jugando. Ella no esperó por alguna respuesta y se movió para ayudar a Kocho a salir de aquella situación sin echar una mirada de reojo al desconcertado Pillar del Agua detrás de ella.
Esa fue la ocasión en la que Giyuu se dio cuenta de que la manera en la que Kocho había estado actuando a su alrededor hasta ese entonces era… problemática. Ella era una chica, casi una mujer. Lo recordó sorprendentemente. Eso significaba que su honor y su reputación tenía que estar reluciuentemente limpia si ella quería casarse en el futuro. El hecho de que ella era una guerrera que parecía volar mientras tasajeaba demonios con la punta de una espada ahogada en veneno era ya un enorme impedimento en términos de elegibilidad que los comportamientos cuestionables con alguien del sexo opuesto que no fueran parientes deberían no darse a conocer. ¿Sus conductas eran custionables entonces? Tomioka dio vueltas y vueltas la cama ponderando esta pregunta. Ellos habían estado juntos en muchas misiones… Los Pilares raramente creaban equipos, se dio cuenta de repente. Incluso durante todo ese tiempo solo había estado en una misión con Rengoku dos veces y con Tokito una. Mientras que él y Kocho comían juntos dentro o fuera de las misiones, nunca menos que una vez al mes, a pesar de su agotadora agenda. Ellos solían entrenar con ligereza, pero todo tipo de contacto físico no había llevado ninguna pizca de intimidad o había sido inapropiada. No para él, de cualquier forma. Giyuu comenzó a sudar. ¿Y si ella se había sentido acosada por esas acciones? Por interacciones verbales… él trataba de zafarse de esas mortificaciones. Ella jugaba todo el tiempo y, aunque la mayoría de esas bromas no iban a ninguna parte, ella había hecho una sobre su supuesta impotencia ya en dos ocasiones. ¡¿Era eso un comportamiento cuestionable? Si su hermana hubiera estado viva, Giyuu hubiera pulverizado a cualquier hombre que se hubiera atrevido a estar a menos de 5 metros de ella, sin mencionar el contacto físico, compartir vagas bromas sexuales o comer con alguien sin un apropiado chaperón.
En defensa de la virtud de Kocho, Giyuu decidió mantener su distancia por un periodo indeterminado de tiempo.
Durante la mayor parte tuvo éxito.
Hasta que ya no lo tuvo.
Cinco días después de la noticia de la muerte de Rengoku, se encontraron el uno a la otra en una misión que cruzó sus caminos y ella lo llevó a una parte abandonada de la estación del tren. Por primera vez en sus veintiún años de vida, Tomioka Giyuu presenció un kabedon que, por cierto, estaba siendo empleado en él.
—san… —Kocho estaba sonriendo; una sonrisa aterradora que él sintió los cabellos de su nuca erizarse. Los ojos de ella se estrecharon y sus venas saltaban en su frente. Giyuu se preguntó cuánta ira podía caber en el cuerpo de una persona tan pequeña.
Por un momento se debatió entre si aconsejarle que se abstuviera de mostrar esas venas palpitantes (dado a que era un rasgo poco atractivo) o ignorarla con gesto imperturbable y esperar que ella se fuera por su propia cuenta. Pero, a pesar de sí mismo, él terminó diciendo:
—Te ves delgada —entonces, antes incluso de que él pudiera detenerse a sí mismo— ¿Has estado comiendo adecuadamente?
Ella estaba delgada. Demacrada, se podía decir. Rengoku había sido su allegado más que cualquier otro Pillar (excluyéndolo a él, por supuesto), y su muerte parecía haberla afectado en demasía. Eso, y quizá el alarmante número de heridos y camas ocupadas dentro del escuadrón, inundando constantemente ala Finca Mariposa con pacientes haciéndola trabajar en exceso.
Algunas de las venas desaparecieron y su sonrisa falsa se desvaneció un poco, pero el kabedon permaneció y él estaba cada vez más sofocado de cuán cerca se encontraban el uno del otro.
—¿Eso es lo que vas a decir? ¿Eso? ¿Después de meses de estar evadiéndome? —su voz se elevó y su ceñó volvió a fruncirse—. ¿Y yo me veo delgada? ¿Tú siquiera has estado comiendo apropiadamente?
Por supuesto, no había notado que estaba perdiendo peso, aunque admitió que sus pantalones se sentían más holgados últimamente. El numero de demonios había incrementado, y avistamientos de supuestos miembros de las Doce Lunas Demoniacas habían estado resonando en todas partes. Giyuu echó la mirada al cielo y sabiamente permaneció en silencio.
Normalmente ella habría iniciado una retahíla de reproches y palabras de desaprobación en su contra hasta que hubiera conseguido alguna clase de confirmación de su parte. Algunas veces incluso conseguía una disculpa si él se sentía lo suficientemente culpable por sus descuidos. Pero no esta vez. El profundo silencio llenaba el espacio entre los dos (un espacio muy pequeño, puesto que las manos de alguien seguían pegadas a la pared, previniendo que otro alguien escapara) y podía sentir su mirada inquisitiva clavada en un costado de su rostro. La escuchó suspirar y la ardiente atención se movió.
—Podríamos morir en cualquier momento, Tomioka-san. Igual que Rengoku-san.
Giyuu tuvo que mantenerse estoico ante la tristeza en su voz.
—Y una vez que lo hagamos, me gustaría al menos saber por qué mi amigo no quiere verme a la cara.
Giyuu se encogió esta vez, tan violentamente que incluso Kocho parecía sorprendida por su expresividad, aunque no quitó sus manos de la pared. Qué chica tan terca. Él la miró adecuadamente, intentó verbalizar sus pensamientos de forma clara y precisa.
—No quiero… no ver tu cara.
Ella lo estaba mirando, sus ojos violetas, más grandes de lo que recordaba, aunque podría haber sido por lo hundidas que sus mejillas lucían. Tomó una bocanada de air ey decidió ser conciso y honesto:
—Estábamos siendo demasiado casuales con el otro. Las personas comenzaban a malinterpretar.
Una pausa. Él la miró y ella le miró a él. Entonces, repentinamente, Kocho se convulsionó de risa y podría haberse caído sino fuera porque él tenía una mano sosteniendo su hombro. Ella jadeó entre risas:
—Tú, que fuiste mordido por todo tipo de animales, que fuiste arrestado a donde quiera que fuiste por ser un cabeza hueca con su espada, que confundes tanto las etiquetas sociales que ni siquiera entiendes cuando alguien te está tomando el pelo… ¡Precisamente tú! ¿Estás actuando como un padre debido a qué…? ¿Mi maldita virtud?
Frunció el ceño un poco.
—Kocho, cuida tú leguaje.
Ella estaba doblándose sobre sí misma, secando las lágrimas de risa y resoplando de una manera impropia para una dama.
—Lo siento, simplemente es tan gracioso. Dios, Tomioka-san. Pensar que te estuviste preocupando por eso. Conociéndote, probablemente ni siquiera podías dormir por pensar en ello, ¿me equivoco?
Él valientemente se contuvo de retroceder ante la precisión con la que ella lo percibía. Ellos de verdad eran demasiado cercanos si ella era capaz de adivinar incluso eso.
Ahora que el kabedon había terminado, él pudo respirar apropiadamente una vez más y de forma subrepticia tomó un paso lejos de ella. Ella se dio cuenta y lo encontró divertido, puesto que le dio una de sus sonrisas juguetonas y muy empáticamente tomó un paso hacia él, conduciéndolo una vez más contra la pared de nuevo. (Él debería parar de ser acorralado por una chica tres años menor que ella. Era bastante vergonzoso).
—Terminemos esto primero, Tomioka-san —pronunció su nombre en voz cantarina mientras Giyuu se puso pálido y escalofríos recorrieron su espina.
—No… —comenzó, desconcertado por su agresividad.
—No me vas a evadir de nuevo —lo cortó—. Podemos morir en cualquier momento, Tomioka-san. Y probablemente yo moriré como mi hermana y todos los espadachines antes que ella, a las manos de algún demonio. Apenas ha habido un puñado de matrimonios en los cientos de años en los que ha existido el Cuerpo de Exterminio de Demonios, muchos menos para los miembros femeninos. Si ese es el caso, ¿no es realmente estúpido preocuparse innecesariamente por las virtudes y reputaciones de las personas mientras existen cientos de cosas más importantes de las que preocuparse?
Se encogió de hombros, incómodo.
—No me preocupo todo el tiempo…
—Bueno, al menos te preocupas lo suficiente como para evadirme, ¿cierto?
Eligió permanecer en silencio ante esa observación. Pero no pudo ignorar fácilmente sus siguientes palabras:
—Y, por cierto, si estás tan preocupado por mi reputación como una dame, podrías simplemente dar un paso adelante y tomar la responsabilidad.
Su parpadeo en respuesta fue lento y confuso. ¿Responsabilidad? ¿Ella estaba…? Oh. Oh? Oh. Nunca había existido un momento en el que Giyuu hubiese estado tan agradecido de sus genes Tomioka como en ese momento, los cuales apaciguaron el rubor bajo la capa gruesa de su piel, sino, hubiera lucido furiosamente ruborizado. Pero incluso así, su respuesta verbal fue tan ininteligible que se sintió avergonzado de sí mismo.
—Yo… agh… ¿qué?
Su sonrisa se amplió de forma traviesa; Kocho tomó un paso hacia atrás y concluyó:
—Entonces está dicho. Vamos a volver a comer juntos, no vas a volver a evadirme y tomarás responsabilidad por mi virtud y mi reputación —dio la vuelta sobre sus talones, se alejó de él con un gesto burlón como despedida—. Fue agradable hablar contigo, Tomioka-san. Ten un grandioso día. Te veo por ahí.
No por primera vez, Giyuu se preguntó si habría un día en el que no sería burlado para que se sometiera en cada conversación que mantenían.
La siguiente vez que se reunieron fue después de la reunión sobre La Marca.
No fue una conversación feliz. Ella estaba frustrada y preocupada de que él fuer atan poco cooperativo por su propio bien, ¿le había golpeado la pubertad otra vez, en serio? Nada podía ser tan importante como ellos ganando la guerra. Ellos eran Pilares, por el amor de Dios. No había tiempo para sollozos, remembranzas o arrepentimientos. Él sabía todo eso, lo hacía, incluso sin que ella se lo recordara. Él la conocía así de bien después de todo.
Pero saber y estar dispuesto a responder era dos cosas completamente diferentes.
No podía hablar sobre Sabito. No aún. No a ella. Ella era…importante, incluso él mismo se había dado cuenta de ello. Un poco demasiado importante, reconoció con creciente horror. Lo cual era precisamente la razón por la que no era capaz de confiarle a ella esto. Existía solo cierta cantidad de vergüenza que estaba dispuesto a mostrarle a alguien así de importante.
Así que la dejó allí, sola, cansada y decepcionada.
Él la pudo hacer a un lado, con cierto margen de éxito. Pero no podía hacer de lado a Tanjiro, aunque lo intentó hasta donde pudo. Además, Tanjiro era… Tanjiro. No podías hacer nada más que confiar en él y dejar fluir las palabras. Giyuu no fue una excepción y no se avergonzó de hacerlo unos días después. Trillado, pero realmente fue como si le quitaran una piedra del pecho.
Estaba todavía arrodillado, despidiéndose de Sabito cuando sintió su presencia. Una vez más, era alarmante como había memorizado incluso sus pasos. Pero ese día era uno para las despedidas, así que no pudo distraerse con sentimientos más amables.
Kocho fue silenciosa mientras estaba de pie detrás suyo, no del todo amenazante pero definitivamente no tan tranquilizadora como lo era a menudo. Sintió como si fuera el momento, así que dejó las palabras salir casi sin contexto:
—Él hubiera sido el mejor Pilar del Agua que hubiese existido. No es digno que el esté allí mientras yo estoy aquí.
El silencio fue profundo. Casi pudo sentir su aliento a sus espaldas, aunque ella no estaba parada tan cerca. Un cambio en la atmósfera, pequeño, pero allí estaba; entonces ella se arrodilló a su lado. Con calma, sin mirarlo, hizo una reverencia hacia la tumba de Sabito.
—Gracias por salvarlo —fue solemne y conmovedor, entonces continuó—. Él está haciendo un alboroto por eso, pero estoy eternamente agradecida por tu amabilidad.
No pudo encontrar la fuerza dentro de sí mismo para molestarse, por lo que se quedó en silencio. Luego ella se puso de pie, le ofreció una mano (que él tomó) y se alejaron juntos.
Esa fue la última vez que la vio. Y su corazón se rompió al pensar en ello.
Había estado corriendo y, sin darse cuenta, regocijándose con la adrenalina. Todo esto sucedió tan rápido, el plan, la muerte de Oyakata-sama, la devastadora confusión que sobrevino, la ira y el dolor que los envolvió con su sacrificio. Alcanzó a Tanjirou en el camino, lo cual fue algo bueno, ya que estaba preocupado por el chico y tenerlo cerca disminuía al menos una preocupación. Corrieron a través de los pasillos en constante cambio, derribando paredes y evitando las trampas tanto como les era posible.
—¡Muerta! ¡Kochou Shinobu está muerta! ¡Murió después de un enfrentamiento con la Luna Creciente número dos! —el cuervo chilló.
Giyuu casi tropieza. Casi. Sin embargo, se compuso y no interrumpió su paso. Pudo sentir a Tanjiro casi tropezar detrás suyo, sollozando y dejando salir todas las lágrimas que él mismo no se permitía. Giyuu no podía, no debía. Ël era un Pillar- No tenía el derecho de llorarla, no cuando la Luna Creciente Número Tres y la Número Uno, sin mencionar a Muzan, estaban ahí afuera, respirando, vivos, mereciéndose ser cortados en pequeños pedazos.
En el exterior, así era.
Pero en el interior, su cabeza estaba llena de increíble furia y dolor. "Mentirosa, ¡mentirosa!", le había prometido que comerían Salmón con Rábano juntos una vez todo hubiera terminado. Ella lo había molestado y había bromeado con tener que intimidarlo para que le contara sobre sus días entrenando con Sabito. Y ahora se había ido, sin siquiera despedirse.
¿Por qué siempre fallaba en proteger a las personas que eran importantes para él?
Fue difícil derrotar a Akaza, pero casi imposible acabar con Muzan. Aunque lo lograron, de alguna manera. No sin algunas muertes y muchos heridos de gravedad. Giyuu no sabía sinceramente en cuál de las dos categorías se encontraba. Estaba gravemente herido, cierto (si así era como uno percibía el haber perdido un brazo, tenía la columna casi rota y un corte profundo en diagonal que partía su torso en dos) y sentía que la muerte lo saludaba con entusiasmo al otro lado del río. La muerte le era reconfortante, ya que casi sentía que podía ver los ojos morados profundo de Kochou en el rostro de la muerte. Él quería verla, el sentimiento se hundió como una tonelada de plomo en su pecho. Quería verla y le preguntó por qué había hecho eso sin decírselo (Tsuyuri sollozó toda la verdad cuando intentaba en vano curarle, y él estaba incrédulo de la ira).
Él sabía que ella era un Pilar y que había cosas para las que los Pilares no podían ser tímidos. Él sabía que ella había tenido una hermana a la que había amado más que a nada en el mundo y que nada la detendría de obtener su venganza. Él lo sabía, pero aun así no podía aceptarlo. Ella no se lo dijo. ¡E incluso así le había prometido…! Le había prometido…
No. No era culpa de ella. Estaba consciente de eso. Era suya.
Se arrepintió de no decirle antes. Podría haber sido tan solo tiempo robado, pero al menos antes de su muerte ella habría sabido que la amaba. Hubieran pasado esos pequeños últimos momentos juntos. Hubieran terminado lo que sea que había comenzado entre los dos desde hacía años.
Y ahora estaba muerta y él estaba al filo de la muerte también, sin saber con certeza si le sería permitido encontrarse con ella en el otro lado.
Dios, el dolor en su torso era insoportable, ¿y por qué Tanjiro lloraba tanto? El chico había llorado tantas veces por tantas personas que Giyuu había esperado que todas sus lágrimas se hubieran agotado para el momento en que llegara su turno, pero se había equivocado, aparentemente.
No pudo escuchar lo que el chico estaba diciendo, su visión se tornó borrosa y no pudo sentir más sus brazos y piernas. Incluso el dolor comenzó a parecer distante. Ah, al parecer Tsuyuri, Nezuko y otros que no conocía se habían unido a Tanjiro. Aquello se había convertido en un carnaval de llantos. Quería decirles que se callaran porque no deseaba ir al más allá con todos sus mocos en el pecho. Pero ya no podía abrir la boca, y la sensación en su pecho se había reducido a la de un susurro. Sentía que debería estar triste, pero no lo estaba. Sintió una anticipación enfermiza extendiéndose por su corazón. Se encontraría con su hermana, con Sabito y con Kocho.
La próxima vez, pensó adormilado, iré hacia ti, Kocho.
Y luego todo era oscuridad.
El capítulo será editado cuando se me quite la ceguera de taller. Los comentarios y sugerencias son apreciados.
