Harry Ryddle suspiró con suavidad, frotándose la cabeza con su mano mientras dejaba el libro y dejaba que sus ojos se desviaran hacia la vista de su ventana, el jardín. Ha pasado una semana desde que se despertó en Gringotts y se encontró en un mundo bastante diferente. Un mundo mágico, al que pertenece. Después de descubrir que tiene un padre del alma y ver las propiedades que poseía su padre —en teoría ahora él las poseía por derecho de conquista, pero preferiría no recordar eso y optar por la creencia de que las poseía porque es en esencia el hijo del Señor Tenebroso Slytherin, también conocido como Tom Sorvolo Ryddle—, eligió vivir en la "mansión Ryddle", según la sugerencia de Sharptooth. Según él, personas muy limitadas conocen el nombre real del Señor Tenebroso y aún menos personas conocen esta mansión, por lo que estará más seguro aquí mientras su padre del alma no esté.

Harry suspiró, mirando al jardín donde podía ver a Bailey, una elfina doméstica no reclamada que Sharptooth le recomendó, y le pidió que dijera algo que llamó "palabras de unión" para reclamarla. Siguió mirándola mientras Bailey trabajaba en el jardín, cuidando los huertos y los árboles frutales recién plantados vestida con una de sus nuevas blusas bígaro y falda floral, un uniforme de trabajo para que su ropa no se ensuciara, y los guantes que Harry le encargó en lugar de la vieja y sucia funda de almohada que llevaba. Los duendes llenaron algunas cosas muggles y despidieron al viejo jardinero, luego establecieron y renovaron las antiguas barreras de privacidad alrededor de la mansión Ryddle para su seguridad. Con la elfina doméstica, Bailey, la mansión Ryddle pronto regresó a su antigua gloria, a pesar de que Harry aún no lo ha visto.

Gracias al cuidado adecuado de Bailey y las visitas regulares y las pociones de los sanadores duendes, Harry, que estaba postrado en cama, comenzó a mejorar. Sus órganos internos y huesos empezaron a sanar de forma correcta. Cuanto más saludable se está volviendo, más brillantes han sido sus escamas esmeraldas. Bailey se preocupaba por él, lo obligaba a quedarse en la cama y lo ahogaba en poción tras poción, y lo obligaba a comer hasta que sentía ganas de vomitar. También se ocupaba de sus necesidades de baño usando una especie de orinal después de que Harry experimentó un descubrimiento bastante vergonzoso de su sistema urinario y digestivo. Harry nunca se había sentido tan mortificado antes.

Tenía ocho años. ¡No necesita un orinal! Pero, al parecer, tanto su destino como Bailey diferían.

Al menos Bailey le traía algunos libros para principiantes sobre magia, serpientes y herencias de criaturas de las librerías mágicas para mantenerlo ocupado usando una de las bóvedas de su padre. Pero no pudo encontrar ningún libro sobre los nagas, dado que son criaturas tenebrosas y, al parecer, tienen la orden de "matar al instante", por lo que los libros sobre ellos están prohibidos. Incluso el sanador Sharptooth no puede decirle mucho, aparte de algunos hechos básicos como que su dieta consiste —en su mayoría— en verduras crudas y carne, y que puede volver a tener dos piernas y ocultar las escamas de su cuerpo después de que su cuerpo haya terminado de curarse, pero cómo, eso no puede explicarlo en detalles. También le informó lo que significa ser un metamorfomago cuando preguntó. Al parecer, hacer que creciera su cabello una vez podría haberse considerado magia accidental, pero hacerlo una y otra vez no lo es. Harry se sorprendió al escucharlo. Si Sharptooth no le hubiera informado, es probable que nunca se haya enterado.

Extasiado con la noticia, tan pronto como Sharptooth se fue, Harry le pidió a Bailey un espejo y trató de cambiar su cabello. Para su sorpresa, un cambio de color de cabello fue tan fácil como respirar, el problema ocurrió al cambiar el tamaño.

Cuando Harry se concentró demasiado en cambiar el tamaño del cabello, al principio sintió que una sensación de cosquilleo recorría su cuero cabelludo y cuando abrió los ojos, descubrió que su cabello se había vuelto tan largo que casi pasaba su cola.

Harry quiso esconderse en su habitación y no salir nunca.

Para su asombro, Bailey pareció muy encantada cuando lo encontró y le ofreció un corte de cabello adecuado. Harry se mostró escéptico al principio, lo cual era comprensible después de lo de Petunia, pero decidió intentarlo como beneficio de la duda dado que Bailey es mucho mejor que la tía Petunia en todos los aspectos. En un minuto Bailey preparó una silla con diferentes tipos de tijeras, un gran espejo y un lavabo. Y Harry no se sintió decepcionado cuando vio su cabello en el espejo después de que Bailey lo cortara, le diera forma, lo lavara a fondo y luego lo peinara.

Ahora caía sobre sus omóplatos en ondas, rodeando su rostro estrecho y hueco dándole volumen. Decidió que le gustaba mucho más que la monstruosidad del nido de pájaros que era su cabello antes y Bailey se echó a llorar cuando le dio las gracias profusamente.

Pero después del error particular, decidió no usar más la habilidad. Al menos hasta que encuentren a su padre, ya que él es un mago brillante que podría explicarle cómo hacerlo y guiarlo de manera correcta, y un naga, y los duendes prometieron buscarlo cuando les ofreció oro.

Pero la pregunta es cómo. Nadie lo ha visto en siete años. ¿Podrán encontrarlo?

Por supuesto que pueden. Harry se negó a pensar en otra cosa. Pueden hacer magia, incluso mejor que los otros magos que son seguidores de su padre, como afirmaron. Podrán encontrarlo.

Pero ¿y si el Señor Tenebroso no quiere tener nada que ver con él? Después de todo, él era un producto no planeado de su experimento, como dijo Sharptooth.

Harry negó con la cabeza, negándose a pensar en eso. Había pasado toda su vida solo, viviendo de las sobras. Puede hacer lo mismo hasta que sepa suficiente magia para valerse por sí mismo. Si en verdad el Señor Tenebroso cuida de todas las criaturas tenebrosas, ¿al menos puede darle un pequeño techo para vivir y algunos trozos de carne? Si no, tendrá que aprender a cazar y tal vez construir una cabaña cerca del bosque. ¿Quizás Bailey lo ayudaría a construirla y le traería carne y algunas frutas hasta que aprenda a cazar?

Pero antes de todo, primero necesita aprender a deslizarse, Harry pensó cuando miró su cola. Mientras trataba de recuperarse la semana pasada, tuvo suficiente tiempo para explorarse a sí mismo.

Su gran cola medía al menos dos metros de largo y estaba cubierta de escamas de un hermoso color esmeralda profundo con bordes oscuros brillantes alrededor de cada escama. Cada escama brillaba en diferentes tonos de verde bajo la luz, como si estuviera cubierta de polvo esmeralda cada vez que se movía o movía un músculo. También había escamas salpicadas a lo largo de sus costados y su ombligo. Incluso había algunas escamas en sus brazos, clavícula, cuello y espalda, como describió Bailey. También tenía garras retráctiles que podían cortar madera y metal con bastante facilidad. También ha notado que el interior superior de su paladar se ha oscurecido, al igual que su pupila, que se ha ensanchado y oscurecido.

Harry también había notado que, si estaba enojado, espantado o asustado, lo que sucedió cuando el sanador duende Sharptooth le informó lo que el Señor Luminoso y el lado luminoso podrían hacerle si alguna vez lo descubrían, colmillos largos y delicados con veneno descenderían de extraños agujeros en sus encías por encima de sus dientes normales. Saber que tienen veneno lo asustó aún más ya que pensó que morirá si se lo tragaba. Pero, para su fortuna, Sharptooth le aseguró que se suponía que el veneno era parte de su propio cuerpo, y que lo ayudaría a digerir su comida. También le aseguró que ningún otro veneno, excepto el de un basilisco (investigó sobre eso y agradeció encontrar que su especie es más rara y está casi extinta), supondría daño a un naga. Al menos tiene un arma para defenderse en caso de necesidad.

Pero no había intentado deslizarse desde que se enteró de su cola. Aún no. Pero quizás ya sea hora de que empiece a practicar, dado que se siente mucho mejor de lo que se ha sentido desde que tiene memoria. A pesar de que todavía está flaco hasta los huesos. Pero el duende Sharptooth dijo que, con la poción y la comida nutritiva, estará bien en unos meses más o menos. Le habría llevado mucho más tiempo y habría retrasado su crecimiento si se hubiera quedado con los Dursley más tiempo del que ya estuvo.

Harry dejó el libro a un lado, luego se agarró a los bordes de la ventana y apartó su cola de la cama con las manos. Era extraño intentar ponerse de pie cuando no tenía piernas sino una cola gigante. ¡Harry nunca pensó que extrañaría sus piernas! Se giró, de cara a la pared, de modo que tenía las manos presionadas contra la pared antes de intentar poner su gigantesca cola debajo de él para levantarse usándola. La sensación de controlar un apéndice tan largo y musculoso era inverosímil y bastante difícil, aunque a Harry le gustaba su cola, lo hacía mucho más grande que Dudley.

En un intento de deslizarse, Harry se apartó de la pared y trató de lanzarse hacia adelante al mismo tiempo en que trató de deslizarse como había visto hacer a las serpientes reales en el jardín cuando solía deshierbar las flores.

Terminó cayendo de cara al suelo y lastimándose la nariz.

¡Santo cielo! ¡¿Qué… cómo rayos todas esas serpientes hacían que el deslizamiento pareciera tan fácil?!

Bueno, nacen con una cola, ¡no tenían piernas antes! ¡Tal vez es por eso por lo que es tan fácil!

Tal parece que su pequeño experimento no pasó desapercibido para los ojos siempre atentos y vigilantes de Bailey, ya que llegó con un pop, luciendo semi histérica.

—¡Amo Harry! ¿Cuántas veces Bailey le estará diciendo que no se levante de la cama? —Bailey frunció el ceño, agitando su pequeño puño—. El amo Harry debe quedarse en la cama —chasqueando su dedo, Harry con su larga cola y su dignidad rota flotó de regreso a la cama—. ¿Por qué se lastima? —gimió.

Harry quería esconderse debajo de la manta y, si fuera posible, de la cama, y nunca salir.

—Necesito aprender a deslizarme, Bailey —Harry murmuró culpable y, para ser honesto, un poco asustado.

¡No se puede discutir contra un puño! Le recuerda al tío Vernon. Aunque Bailey no se parece en nada a él.

Bailey lo miró con los ojos entrecerrados e hizo un pequeño sonido de "uhm", luego chasqueó su dedo y un frasco de poción apareció frente a Harry.

—Necesita su poción ahora.

Harry suspiró, lo descorchó y lo bebió sin protestar. Bailey puede ser persistente si quiere que se haga algo. Después de tragarlo, Bailey desapareció, pero no sin antes regañarlo.

—Primero debe curarse antes de caminar.

Harry supuso que Bailey no se equivoca, pero al menos ahora puede intentar practicar moviendo su cola. ¿Quizás podría mover su cola, digamos, hacia la pared frontal? ¿Cerca de la puerta?

Cuando trató de hacer que su cola se moviera hacia la pared frontal, el nuevo apéndice terminó meneándose y retorciéndose en la cama un poco mientras trataba de averiguar cómo se movían los músculos. Sin embargo, notó que cuanto más abajo estaba su cola, menos control parecía tener. Necesitaba hacer un mayor movimiento para mover un músculo cerca del final de su cola. En un momento, su cola se enredó sobre sí misma luciendo como un nudo complicado, haciendo que Harry suspirara de frustración y centrara su atención en desenredar su propia cola con sus manos. Durante varios minutos, luchó con la cola retorciéndose y moviéndose y al fin lo logró. Suspiró y decidió que era suficiente practica por ahora.

Necesita aprender poco a poco.

[…]

Durante la semana siguiente, Harry aprendió de forma lenta pero segura a usar su cola para moverse. Para su consternación, deslizarse requería mucho más trabajo que solo mover la cola hacia adelante y hacia atrás por el suelo como pensaba que podría ser. Después de una larga investigación y exploración, decidió que necesitaba comenzar el movimiento en sus caderas y dejar que el movimiento ondulara hasta el final de su cola escamada. Su cola tampoco permanecía plana en el suelo; en cambio, se elevaba un poco a intervalos y bajaba para empujarlo hacia adelante. Era involuntario, pero no estaba menos fascinado.

Había tantos pequeños movimientos sucediendo que cuando Harry trataba de pensar en eso, estudiarlos todos y descubrir cómo controlarlos, se tropezaba y terminaba cayendo de bruces y una elfina semi histérica aparecía y comenzaba a regañarlo mientras lo devolvía a la cama. Le tomó al menos 2 días aprender a dejar de pensar en mover sus músculos cuando quería mover su cola.

La habitación que había elegido era la primera habitación habitable que pudo encontrar en la planta baja de la mansión Ryddle. Ha estado confinado ahí debido a su salud. Pero, desde luego, para un nuevo naga que deseaba aprender a deslizarse, la habitación era demasiado pequeña para practicar, y si la compara con la alacena a la que estaba acostumbrado antes, es bastante lujosa dado todo el espacio y la luz y el aire que entraba por el ventanal. Así que, aunque había aprendido a deslizarse por la habitación, sus movimientos eran bastante lentos y rígidos. Harry descubrió que tenía un mejor control de sus movimientos si movía las caderas hacia adelante y hacia atrás como lo hacen las chicas en esas series de televisión que los Dursley solían ver. Pero era factible, al fin puede moverse por la habitación y eso lo hizo más feliz, se sintió mejor con su situación. Aprenderá a ser mejor con más experiencia.

¡Y para tener experiencia, necesitaría deambular por el jardín!

Para su fortuna, logró persuadir a Bailey lo suficiente como para que lo deje salir al jardín después de que el duende Sharptooth aprobara que podía recibir un poco de sol para su salud. Y sabe que los duendes habían puesto protecciones de privacidad alrededor de la mansión Ryddle, prometiéndole que ningún muggle o cualquier visitante no deseado se acercaría a la mansión Ryddle, por lo que era seguro para Harry vagar por el jardín sin preocuparse por ser atrapado.

Harry miró alrededor, Bailey no está a la vista. Aprovechando la oportunidad, Harry se levantó con cuidado de la silla de jardín y comenzó a mover las caderas de un lado a otro para mover la cola. Se sentía extraño, y de cierta estimulante, que sus escamas se deslizaran por el suelo. Se deslizó por las ásperas piedras por el jardín. Sintiendo toda la tierra, hojas y palos que cubrían el suelo del jardín. Podía sentir cada pequeño hundimiento y ascenso en la tierra, sin importar cuán pequeño fuera, podía sentir las asperezas de las piedras, los leves rasguños que hacen en sus escamas. Los palos rebeldes se rompen cuando se desliza sobre ellos. Al darse cuenta de que tan lejos estaba de la silla de jardín cerca de la fuente, Harry comenzó a sentirse más seguro con sus movimientos. Cruzó con cuidado y lentitud el jardín y avanzó hacia el bosque. Harry sabe que la barrera también se extiende hacia el bosque. Dado que el terreno del bosque pertenece a los Ryddle, está a salvo allí.

Harry entró en el bosque, yendo más profundo. Las alas de los pájaros aleteando y gorjeando sonaba a los alrededores. Mientras entraba más profundo, mirando alrededor del bosque con asombro, un tronco caído llamó su atención. Al mirarlo, Harry sintió de repente la necesidad de treparlo. No es como sí el tío Vernon o la tía Petunia estuvieran aquí para golpearlo si hace algo que desea, así que gustoso fue hacia el tronco. Las escamas de su cola rasparon la suave y húmeda madera muerta y por pura curiosidad envolvió su cola alrededor del tronco caído, inclinándose para ayudar a su cola a envolverlo de forma correcta, queriendo saber qué tan fuerte era. Después de asegurarse de que se había enrollado de forma adecuada, Harry tensó sus músculos lo más fuerte que pudo.

El tronco del árbol muerto se agrieto y rompió con bastante rapidez bajo la fuerza de su cola y Harry no pudo evitar reír con entusiasmo ante la madera rota y destrozada. Nunca había sido tan fuerte antes, por lo que ser capaz de aplastar cosas con su cola lo dejaba sintiéndose engreído y emocionado. Desearía tener la oportunidad de aplastar a esas morsas Dursley también. Si estaba atrapado siendo una criatura, al menos era una fuerte que podía protegerlo y defenderlo con la fuerza de sus músculos y su veneno mortal. Se preguntó qué tan fuerte se volverá cuando sea mucho más sano y adulto. También tendrá magia para respaldarlo. Casi se sintió mareado mientras miraba el tronco, examinándolo, estudiándolo con detenimiento, tomando notas sobre su amplitud y preguntándose si podría hacer lo mismo con un árbol vivo también.

Se rio por un momento antes de mirar emocionado a su alrededor, encontrando otro tronco para envolver su cola y aplastarlo para tomar notas de cómo los troncos gruesos se pueden aplastar debajo de su cola. Más risitas se le escaparon mientras aplastaba uno tras otro. Hasta ahora, fue capaz de triturar seis troncos de varias circunferencias, siendo el más grueso de alrededor dos metros. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que comenzara a cansarse. Harry sonrió con alegría. Una semana antes —sin dudarlo— se habría estrellado justo después del primer tronco, ¡pero ahora está mejorando mucho! No puede esperar para alcanzar su salud óptima y ver qué más puede hacer con su nuevo poder y magia. Hay tantas posibilidades y no puede esperar para aprender más.

No queriendo regresar demasiado pronto, se hundió más cerca del suelo y se sentó en las espirales de su cola, disfrutando del sol en su rostro. En realidad, nunca tuvo la oportunidad de tomar el sol de forma adecuada, todo el que obtuvo fue por el tiempo que trabajaba en el jardín trasero en Privet Drive. Bailey apareció y le ofreció un plato lleno de guayabas y manzanas. Cogió el plato sin protestar y empezó a mascar mientras disfrutaba del sol.

No está seguro de cuánto tiempo ha pasado, pero abrió los ojos cuando sintió la familiar sensación de hormigueo en el fondo de su mente que le dice que alguien ha entrado en la barrera. Movió la lengua y olió el aire, sonriendo cuando olió a su amigo duende. Se había acostumbrado a su olor, dada la cantidad de veces que lo visitaba, incluida la primera vez en Gringotts. Se desenrolló y comenzó a deslizarse de regreso a casa.

—Sanador Sharptooth —Harry sonrió feliz y encantado de verlo, apoyándose contra un cerezo—. Que tu oro siempre crezca.

—Y que tus arcas se desborden, pequeño Harry —Sharptooth asintió, sonriéndole con cariño al pequeño mago.

En las últimas semanas Sharptooth se ha encariñado con él. Siempre ha sido tan educado, respetuoso y humilde que no pudo evitarlo. En su defensa, Harry es más que un simple mago, es un naga muy inteligente y curioso con una fuerte personalidad que los muggles no pudieron romper, por lo que se permitió encariñarse.

—Veo que has aprendido a deslizarte con éxito.

—Supongo que sí —Harry miró hacia atrás a su cola enviando un pequeño movimiento ondulado a lo largo del apéndice, viendo las escamas brillar. Nunca se cansaba de verlas brillar.

—Te traigo una buena noticia.

Harry jadeó, mirándolo. Sólo podría haber una noticia que se considere buena noticia en este momento.

—¿Han encontrado a mi padre?

—Sí —Sharptooth sonrió.