41. La extraña chica de hielo
En un pequeño espacio asemejado a un circulo dentro de un bosque de árboles marchitos. Unas pequeñas explosiones se podían escuchar incluso a varios metros a la redonda. Como nubes de polvo salían de entre los árboles en dirección a las nubes, como algunos de estos caían derrumbados también por alguna fuerza poderosa que provocaba esto. Algunas esferas luminosas que eran esferas hechas de energía pura, salían volando en cualquier dirección en el cielo para después caer en el bosque, destruyendo solo pequeñas áreas sin mucha destrucción. Enormes columnas de hielo se formaban hacia el cielo, para después seguir en línea horizontal recta, cortando cualquier árbol u objeto que estuviera en su camino.
Algo parecido a la nieve comenzó a caer producto de esto, inundando el lugar de un ambiente frio como si fuese invierno. En el centro de estos desmanes, en el espacio en forma de círculo se encontraba la causa de todo esto. Una figura sudorosa se encontraba arrodillada mientras exhalaba cansado después de las acciones que acababa de realizar. El suelo a sus pies era hecho de hielo prácticamente y nieve caía en el lugar, dándole una atmosfera como si se estuviese en la estación de invierno, a pesar de encontrarse aun adentro en pleno 'verano' o lo que se le asemejaba a eso un poco, ignorando los cielos nublados en su mayor parte (Si es que había alguna otra estación además de esa dentro de este submundo apartado del exterior.)
Kay Namura se encontraba jadeando mientras trataba de recuperar la respiración, después de haber practicado algunos de sus ataques conocidos por todo el lugar, comprobando si su poder ahora podría funcionar dentro de la barrera. Por los resultados que saltan a la vista, uno podría concluir que sí, pero…
"¿Ya terminaste? Llevamos varias horas en esto, y poco has descansado y hemos tratado de comprobar por todos los medios si podías usar tus poderes con la ayuda del anillo espiritual. Hemos comprobado que si es posible, pero sigues insistiendo. Si sigues así, sobre esforzándote, eso acabara matándote en vez del mismo poder de la barrera, que es un milagro que hasta ahora no te haya hecho casi nada."
Quien hablaba con tono preocupado era nadie menos que Kurama, conocido bajo el alias de Shuichi Minamino en su forma humana. El chico de cabello largo hasta su cintura y de color peli rojo, se encontraba a unos metros al frente de Kay, aguardando la respuesta que él podría decirle después de lo que dijo. Kurama era alguien lo bastante inteligente como para predecir los comportamientos de las personas basados en su personalidad y formas de ser, por lo que él estaba seguro que las siguientes palabras que Kay hablarían serian algo así como:
"¿De que estas hablando? Esto aún no es suficiente. Mi poder está muy bajo, por alguna extraña razón la barrera me deja encender mi poder hasta un límite permitido, pero después de eso comienzo a sentir dolores de cabeza y nauseas… seguido de que la barrera intenta matarme arrojándome rayos." Hablaba Kay como viraba su vista al anillo de color dorado en su dedo del medio de su mano derecha
"Aun así debo seguir intentando hasta donde puedo seguir, el nivel que tengo ahora no es suficiente." Se decía a si mismo Kay como intentaba pararse a duras penas cansado
"¿De que estas estás hablando? El poder que sentí fácilmente podría llegar al nivel de clase B. Y ese poder marca el inicio de la escala alta de poder de los demonios y de aquellos que poseen poderes espirituales o demoniacos. A pesar de que la firma de tu poder siga pareciéndome extraña, he venido analizándola basado en la cantidad y volumen, así como la cantidad y calidad de tus ataques. Realmente es poderosa te lo puedo decir."
Las palabras de Kurama trataban de calmar a Kay, pero este no se sentía lo suficientemente feliz por escuchar eso, por lo que respondió algo frustrado.
"Según tengo entendido los seres de clase o rango A, aquí eran considerados como dioses en el pasado. Un ser de rango S menor fácilmente podría destruir el mundo si quisiera, y los de rango S superior van más allá del límite nunca antes visto, pueden abrir brechas entre mundos, cortar las realidades, y quien sabe cuántas cosas más. En otras palabras, esos pueden considerarse casi verdaderos dioses aquí. Y yo no puedo defenderme estando dentro de esta barrera, aunque esta nos protegiera adentro de cualquier ser con rango elevado. Aun así…"
Las palabras de Kay fueron cortadas por las de Kurama que añadió más, "El director Mikogami tiene permitido que el poder Youki se libere libremente mientras se esté aquí, pero este tiene su límite también. Yo no podría usar todo mi poder al máximo de rango S con temor a que la barrera me neutralice o me mate. También el poder de Moka en su verdadera forma es de rango S, pero debe ser a un nivel bastante menor, comparado con los seres de rango S mediano o superior, por ende que ella pueda hacer uso de su poder sin restricciones. Creo que hasta ahí está el límite de la barrera que el señor oscuro ha permitido… claro que eso se aplica a aquellos que tienen poder demoniaco. Cualquier otro tipo de poder no será permitido aquí adentro y será erradicado. Eso les paso a los detectives espirituales que entraron aquí al usar su poder espiritual. Aun es extraño que tu poder que es claramente diferente a cualquiera aquí aunque tenga sus parecidos, no haya sido neutralizado aun. Pero parece que este tiene su límite también, por ende que no puedas aumentar más tu nivel y que la barrera no te ataque para matarte en represalia."
Kay se quedó pensando un momento en lo dicho, si bien había un punto en lo que decía Kurama, podía denotar que había bastante huecos en la teoría, por lo que pregunto llevado por la curiosidad mientras se sentaba en el suelo visiblemente agotado
"Pero Moka no ha mostrado hasta ahora una capacidad destructiva que pudiera afectar al mundo, claro, basado en lo que he visto de su verdadera forma. Y que tanto de nivel de intensidad ella maneje."
"Puede ser. Pero creo que la causa estaría en el rosario que lleva en su cuello. Si tengo entendido basado en lo que he oído y observado. Ese rosario en su cuello actúa como un limitador, ¿cierto? No solo suprime su poder sino también su personalidad combativa o violenta, digámoslo así, su verdadera personalidad la cual es típica de la raza de los vampiros. Fuertes, orgullosos, arrogantes, y no es para menos basados en lo que se sabe de ellos. Quizás el estar años sujeta a ese rosario que sellaba sus poderes y verdadera personalidad, ¿la hayan atrofiado demasiado? No he visto que la Moka peli rosada demuestre saber combatir o tener experiencia de combate comparada cuando el rosario de su cuello es removido. Por lo que su poder fluctué y crezca con el pasar del tiempo a medida que siga combatiendo es factible. Tengo entendido que los vampiros maduran en su poder llegados a su adolescencia, donde alcanzan todos el rango S el cual ya es una parte que nace prácticamente de su naturaleza, aunque de pequeños son bastante poderosos también y no son unos angelitos. Los vampiros entrenan a los suyos desde niños para combatir debido a la sangre guerrera y llena de sed de sangre que corre por sus venas. Hace parte de su naturaleza el alcanzar la cúspide de lo mejor entre los demás monstruos."
Kurama cortaba su historia como observaba a un Kay pensativo en el suelo, este respondió a medida que pensaba en ciertas cosas, "podría ser. Quizás Moka con el tiempo alcance su verdadero poder, ahora debe estar adaptándose de nuevo debido a los años que paso sellada. Según me dijo… la otra Moka, la que hablo con ella todos los días (Kay no se atrevía a diferenciarlas una de la otra, aunque últimamente tenía sus dudas si eran la misma o diferente.) Ella lleva con el rosario y su poder sellado desde que era una niña. Quizás su poder no haya madurado todavía en ese punto, por lo que no se sentía alguien tan 'fuerte' cuando estuve fuera de la barrera en la batalla de la 'colina de la bruja'."
"Rango S o no, ella es fuerte. Enfrento a Oyakata hábilmente y casi la derrota si no fuese por la intromisión del libro maldito. En aquella batalla su poder iba creciendo a medida que combatía según pude darme cuenta. Cuando peleo contra Hei y estuve presente, pude denotar eso también. En Hei vi algo parecido; ambos están creciendo en poder y llegando a rozar el rango A, aunque sea rango A menor, y ahí una diferencia significativa con los de rango S bajo, mediano y superior, no hay duda de que si ambos siguen así. La barrera no podrá sostener a ambos aquí y podría matarlos a ambos. O quien sabe que más podría suceder, según las palabras que dijo el director Mikogami la última vez que lo vimos."
"Puede ser, pero por eso estoy tratando de ver cuánto poder puedo sacar de ello. Si Hei y Moka son fuertes, debo tratar de llegar a su nivel al menos aquí adentro para estar completamente seguro ante cualquier emergencia." Decía Kay se ponía de pie a duras penas
"Pero no a costa de tu salud. En unas pocas horas has logrado exteriorizar un gran poder emergiendo de ti, quizás basado en el nivel de intensidad te encuentres en el nivel de clase B, y muy pocos Ayashi pueden llegar a ese nivel. Además no sabemos si puedes seguir haciéndolo, quizás Mikogami coloco un límite o la barrera aun no determina que seas una amenaza ante un poder desconocido. Sea como sea el caso, deberías parar por hoy. También tú estás muy cansado después de la pelea de esta mañana y el entrenamiento excesivo."
Aunque Kay no lo demostrara, las palabras de Kurama se le hacían muy ciertas como parecía tambalearse estando de pie, por lo que a regañadientes decidió aceptarlo por hoy y terminarlo. Tenía que ver a sus amigos también de todas formas y ver que nada malo ha sucedido con Hei rondando por ahí aun con el trato que hizo y la vigilancia puesta sobre él.
"De acuerdo Kurama tienes razón, creo que por hoy hicimos un gran avance, pero…" Kay se quedó observando al anillo que sostenía en su dedo del medio, quizás esta era la oportunidad que tendría de poder emparejar las cosas y estar más preparado ante cualquier otro incidente como el de esta mañana; ya no necesitaría ponerse en más en riesgo a sí mismo o a sus amigos, aunque pareciera ya tarde para escapar de eso
"Supongo que es mejor regresar, tengo tanta hambre que me comería un…" Kay no pudo terminar la frase como casi se desploma al sentirse fuera de fuerza y extremadamente cansado Afortunadamente no llego a tocar el suelo como Kurama logro atajarlo y sostenerlo en pie en un movimiento veloz para un ser humano. Kurama lo sostuvo apoyando su brazo derecho en su hombro izquierdo y cargándolo en él.
"Si, se nota que ya no puedes seguir de pie. Afortunadamente estoy aquí; vayamos a la cafetería, debes de estar hambriento. Ya terminamos por hoy el entrenamiento, tenemos muchos días para seguir comprobando."
Kurama trataba de sonar amigable porque sabía que Kay no estaba con ganas de un sermón. Por lo que cuando el chico peli castaño asintió en respuesta, ambos caminaron volviéndose por el mismo camino que vinieron hacia la escuela.
"Gracias Kurama, de verdad." Le decía Kay como estaba algo cabizbajo producto del cansancio
Kurama solo alzo los hombros no dándole importancia a ello, "descuida, muchos queremos esforzarnos al máximo por nuestras metas, que a veces terminamos cargándonos de más peso sobre nuestros hombros del que queremos soportar. Sé que lo haces por querer proteger a tus amigos, yo mismo he estado en esa situación antes. Solo sé que entendí que debo de confiar más en ellos, a pesar de que ellos no lo sepan todo. Quizás preparándolos para cualquier eventualidad sería mejor que agotarse uno mismo y terminando perdiendo solo contra sí mismo. Eres humano después de todo, Kay."
"Cuando hablas de prepararlos, ¿te refieres a entrenarlos para combate o algo así?" Preguntaba Kay hipotéticamente, aunque esa idea si se le hubiera pasado por la mente antes, solo que recientemente había venido a empezar a cobrar más fuerza
"Pues sí, aunque sé que ellos no quisieran seguir entrometiéndose en asuntos tanto del mundo espiritual como de los Centinelas sin ellos saberlo, así como tú no quieres seguir arriesgándolos más. Debemos aceptar que ellos mismos se han convertido en un objetivo por sus ayudas y contribuciones a nuestras luchas. Quizás un entrenamiento intensivo para que puedan adaptarse a luchar contra seres más poderosos que ellos no estaría de más. Claro que no creo que ellos lleguen al nivel de clase S, pero quizás aumenten en algo su nivel y puedan defenderse mejor. Es una idea por el momento, ya que no sabemos cómo se seguirán desarrollando las cosas a partir de ahora."
Kay no podía evitar pensar en eso, cierto que en algunos momentos había pensado en eso, pero inmediatamente el descarto esa idea. Por muchas razones, ellos no debían involucrarse más en sus luchas, además que podrían salir más lastimados que antes. Además que los que conocía, él sabía que de todos, Tsukune era el más débil dada su condición de humano. Aunque aún no sabía que decisión tomaría el chico respecto a querer adquirir poderes, esperaba que él lo pensara mejor y no tomara una decisión tan apresurada.
"Eso habrá que esperar a ver, y como se dan las cosas primero." Respondió el sin muchos ánimos, como los dos chicos prosiguieron el camino en silencio de regreso a la escuela
…
"¿Acosadora?"
"Si… parece que a Tsukune-San le coquetea otra chica de su clase."
Estas palabras eran parte de la conversación que en ese momento sostenían las chicas Kurumu Kurono y Yukari Sendo, quienes después de terminadas las clases del día, se dirigían por los pasillos de la escuela a su salón del Club de periodismo.
"¡Los acosadores dan miedo! Oí que en el primer semestre había una chica que se le declaro a un profesor que le gustaba. Después de que el profesor la rechazo, esta lo convirtió en un tempano de hielo."
Eran las palabras que Yukari le decía a su compañera peli azul, como esta cargaba en sus manos una bandeja de galletas recién hechas.
"Wow, eso suene misterioso… y terrorífico. Como sea mejor olvidémonos de eso, no tengo ganas de seguir escuchando ese tipo de historias, sobre todo cuando tenemos a alguien tan peligroso como Hei cerca de nosotros de nuevo." Decía Kurumu apesadumbrada
"Es verdad, no hemos sabido nada de Kay ni de Kurama-san desde esta mañana. Quizás el asunto a discutir es demasiado serio o estarán trabajando por su cuenta en algún caso que no sabemos." Decía Yukari de forma intuitiva colocándose su mano bajo su barbilla en actitud pensante
"Como sea, solo espero que no quieran involucrarnos de nuevo, ya estoy cansada de muchas batallas y que mi vida esté en peligro. Desde lo de la 'colina de la bruja' estoy asustada por lo que vi y sentí en aquella ocasión. No quisiera repetir aquella experiencia nunca más." Hablaba Kurumu tajantemente
Y es que para recordar aquella escena que vivieron ambas, no podían más que sentir que un escalofrió les revolvía la espalda, al recordar aquellos tentáculos que exudaban un poder tan enorme y oscuro que quizás estuviesen ante un ser que sobrepasaba la clase S. Quizás fuese un clase S media o superior, no tenían forma de saberlo pues nunca habían estado ante uno.
"Cierto. Ese tipo de poder fue algo que nunca hemos sentido… nosotras las brujas si hemos escuchado leyendas de los seres oscuros de los abismos, mismos que son los mencionados en el Necronomicon y sus historias. Pero en si hay pocas de nosotras que nos hemos dedicado a estudiar el tipo de magia oscura que tiene que ver con aquellos seres de oscuridad, las brujas actuales nos dedicamos a la magia que tiene que ver más con la naturaleza y sus derivados de la 'magia de luz' que a la magia negra. Sé que en el pasado eso era una rama de estudio más, pero debido a que muchas de aquellas brujas se sobrepasaron en sus estudios de magia negra, al realizar sacrificios y rituales oscuros de muerte de magia negra, rituales como la Noche de Walpurgis, fue lo que provoco que los humanos nos cazaran y casi nos exterminan durante la edad media y buena parte después de ese periodo. Hoy día eso ha sido abandonado y la mayoría de nosotras hemos olvidado aquellas enseñanzas al quemar y destruir los libros que nos enseñaban eso. A la larga fue un bien que hicimos al desechar todo eso y por eso ahora aun existimos."
Kurumu se mantuvo silenciosa durante toda la conversación de Yukari hasta que decidió hablar, movida por la curiosidad.
"Entonces, ¿puede que el Necronomicon fuera uno de sus esos libros entre los que contaban las brujas en su posesión? Lo digo porque puede que el mundo espiritual se los haya arrebatado en la cacería. Digo, es trabajo de ellos el impedir esas cosas, ¿no?"
"No estoy segura. Sé que el libro fue escrito en el pasado según leyendas por un árabe loco llamado Abdul Alhazred. El cual se dice que su autor murió devorado por algún demonio invisible a plena luz de día, frente a numerosas personas. Desde entonces se dice que el libro ha estado en manos de mucha gente pero todos son rumores y leyendas sin confirmar. Lo que se decía es que aquellos que se dedicaran a leer el libro, sus mentes no podrían soportarlo y podrían romperse o algo peor."
Yukari solo se rascaba la cabeza ante esto, tratando de pensar y recordar datos sobre aquello pero había muchas cosas que desconocía. Quizás porque los registros históricos de aquellos hechos fueron borrados por las propias brujas al tratar de salvarse de la inquisición, y de la cacería y quema de su especie, en aquellos días tan locos y salvajes de la edad media.
Kurumu sentía algo de irritación mezclado con temor al querer saber más de eso, algo le decía por dentro que era mejor parar ahí, ya que recordar aquellos hechos que vivieron en la 'colina de la bruja' y aprender más de ello, le resultaba atemorizante sin duda alguna. Llámenla cobarde, pero bien dicen que más vale ignorar que lamentar después.
"M-mejor olvidémonos de eso Yukari. Ahorita es mejor estar concentrados en la fiesta. Mira esto, ¿Qué opinas? Estas son las galletas que llevo a la fiesta. Tienen poción de amor y cuando Tsukune las coma, se enamorara de mí."
Decía una Kurumu orgullosa como mostraba su bandeja de galletas recién horneadas, Yukari solo suspiro al ver que la chica cambio de tema a propósito, pero ya acostumbrada a los cambios de tema que no le gustaban a su amiga, la pequeña chica decidió seguirle la cuerda. La verdad es que ella tampoco quería hablar de aquello que le causaba escalofríos de solo pensarlo.
"! Eso es genial! ¡Kurumu-san es menos ruda que un acosador!" Fue lo que decía la pequeña niña como ambas chicas sonreían continuando su camino hacia el salón del Club de periodismo
…
En un estanque de agua en medio del bosque de árboles muertos y pastizal de color cobre, musgo y asfalto destruido por todo el lugar. Un par de figuras se encontraban en ese momento arrojando piedras al tanque de agua para ver las ondas que salían a la superficie con el impacto. Ese par de figuras eran Aono Tsukune y la misteriosa chica Shirayuki Mizore.
La chica de cabellos morados largos arrojo una piedra que sostenía al estanque en forma horizontal al nivel del agua, esto provoco que la roca saltara encima de la superficie para un total de nueve veces antes de hundirse en el agua.
"¡Yay! ¿¡Vistes eso Tsukune!? ¡Esos fueron nueve saltos! Hizo nueve saltos." Decía emocionada la chica mientras saltaba
Tsukune solo le aplaudía reacio como paso a mirar el reloj que tenía en la muñeca de su brazo derecho. Viéndosele que ya se le estaba haciendo tarde para la fiesta del Club, decidió terminar con todo eso ahora.
"Ohm Shirayuki-San. Tengo que hacer varias cosas y debo de irme. Seria buenos irnos ya…"
Tsukune trataba de convencerla pero la chica solo se dedicó a atraparlo entre sus brazos, muy emocionada como hablaba en un tono cargado de euforia.
"No, es tu turno Tsukune. Tsukune es un novato por lo que tiene que hacer al menos cuatro saltos."
"Esto no está bien. Debo de irme ya, pero esta chica parece no querer dejarme ir. Aunque yo decidí venir con ella, aun me da algo de miedo. Ya debe de ser hora de que comience la fiesta, seguro que Kay-san ya debe de estar allá disfrutando junto a Kurama-San, y yo aún aquí…" Eran los pensamientos de Tsukune como angustiosamente trataba de mirar para todos lados, tratando de encontrar una abertura por donde escaparse
Mizore al observar este comportamiento, su expresión cambio a una mirada más oscura como sus pupilas parecían contraerse, se quitó de su boca su piruleta como comenzó a exhalar aire frio a la vez que su poder daba rienda suelta por todo el lugar.
"¿Tu… quieres ir donde están ellos verdad? Tus preciosos 'amigos', en especial esas chicas como Akashiya Moka… o la otra chica peli azul… ¿Verdad Tsukune?"
Tsukune se quedó paralizado al oír las palabras frías salir de la boca de la chica, así como sentir que su cuerpo comenzaba a darle escalofríos por el frio que comenzaba a inundar el área.
"Por favor Tsukune, no te vayas, no sé qué haría si lo haces… quizás… decida matar a todos en el lugar."
Mientras Mizore hablaba, todo el lugar parecía congelarse, el estanque de agua, la hierba en los pies, los arboles alrededor, todo parecía cubrirse de nieve y escarcha blanca
"Shi… Shirayuki-San ¿Q-que?" Tsukune ahora si parecía atemorizado como observaba a la chica dar rienda suelta a su poder, mientras daba unos pasos pequeños hacia atrás
"Serás mío. Solo mío." Decía la chica con una enorme frialdad que parecía helar el cuerpo de Tsukune como el lugar se iba congelando
Sin darse cuenta, las dos figuras en ese momento habían estado siendo observados por una tercera figura que había sabido como esconder su poder y su presencia. Esto no sería nada raro para alguien que puede escabullirse con facilidad donde sea y robar cualquier cosa que no le perteneciera, aun si estuviera fuertemente custodiado; alguien como un experto ladrón. Y quien mejor que reunía esas características que el mismo Hei, al antiguo ladrón de artefactos mágicos.
Este se quedó observando cómo se desarrollaban los eventos sin que el interviniera, aunque algo le decía que pronto tendría que hacerlo. El clima frio en extremo no le representaba ninguna molestia como seguía observando como claramente la Yukionna o mujer de las nieves, apresaba al chico en una prisión parecida a un témpano de hielo.
"Algo me dice que tendré que intervenir pronto al ver como se den las cosas. Porque si esto sigue así y los otros se dan cuenta… alguien estará en serios problemas y no seré yo… realmente la estupidez no tiene remedio, ni evolución ya que parece estancarse en las personas aun cuando pase bastante tiempo…"
Así pensaba aquel chico como observaba la escena desarrollarse con sus característicos ojos fríos de color azul oscuro, que dependiendo de su humor, su mirada podría derretir o congelar a cualquiera que se cruzara en su camino.
…
Kurama y Kay estaban caminando por los pasillos casi desiertos de la escuela después de clases. En menos de una hora anochecería por lo que los chicos aprovechaban en dirigirse al salón del Club de periodismo, para encontrarse con el resto de sus compañeros, que debían de encontrarse en su respectivo Club después de clases. Kay iba bebiéndose un jugo en caja con pitillo como Kurama caminaba a su lado, parecían estar conversando también en ese momento.
"Bueno, por lo que comprobamos hoy, tu poder ha podido llegar a niveles altos de estándar para nosotros. Claro que quizás alguien como tú no le gustaría ser clasificado con alguien de clase B o cualquier otra clasificación de ranking de poder en este mundo. Pero así es cómo nos basamos aquí y por la intensidad de tu poder fue que me dio la impresión de que llegabas a ese límite. Eso es bueno ya que ese es un límite que marca el comienzo del rango de los poderes más elevados aquí."
"Pero aún es insuficiente," decía Kay. "Aún hay seres poderosos contra los cuales tal vez, y solo tal vez, tengamos que defendernos y no me gustaría ser tomado con la guardia baja solo por confiarnos en el poder de la barrera aquí adentro que nos mantendrá a salvo. Ya esa percepción debió ser eliminada cuando luchamos contra Hei y este casi abre un agujero entre dimensiones a causa de su poder."
"Lo sé. Siempre está de más prevenir y pensar en corregir todos los errores que cometimos antes. Aun así como dije antes es mejor no sobrepasarse, ya que tendemos a desgastarnos en demasía y eso no ayudara a nadie, ¿Cómo te sientes? ¿Ya vas recuperando algo de tu fuerza?"
"Está regresando poco a poco, pero por suerte con lo que descanse y comí en la cafetería al regresar aquí. Ya me siento mejor."
Los dos seguían caminando y charlando como sin previo aviso se encontraron con Kurumu y Yukari al doblar una esquina del pasillo. Queda más de decir que los cuatro chicos casi impactan de frente.
"¡Oww! ¡Fíjense por donde caminan! Espera, ¿Kay, Kurama?" Preguntaba la chica peli azul Kurumu como se daba cuenta de quienes eran
"Kurumu, Yukari. Que sorpresa encontrarlas por aquí, ¿iban también al salón del Club?" Preguntaba Kay
"Kay-san, Kurama-san, ¿Dónde se habían metido? Estábamos esperándolos para que nos dijeran que sucedía, pero en todo el día no los hemos visto, ¿y dónde ese tipo que da miedo? Hei al que llaman."
"Lo siento Yukari, estuvimos todo el día discutiendo y examinando unas cosas antes de volver. Sobre Hei… anda por ahí, pero está siendo vigilado, o eso es lo que me asegura Kurama." La mirada de Kay se posaba en el compañero peli rojo a su lado que de inmediato entendió la pregunta no dicha
"Si, descuiden. No hará nada que intente lamentar después de haber hecho el trato con nosotros." Decía Kurama tratando de tranquilizar pero eso solo provoco el efecto contrario
"¿Trato? ¿Cuál trato? ¡Ustedes como siempre están ocultándonos cosas-Desu!" Decía una molesta Yukari con quien Kurumu compartía su misma expresión de hastió
Viendo que Kurama se había metido en una buena y que ellas no dejarían de preguntar, pues de una u otra manera era justo que supieran el porqué de esto, pues también les competía. Kay suspiro y procedió a explicarles buena parte de lo que le había dicho Kurama, pero solo referente a lo de Hei y del porque su estadía y presencia en este lugar.
…
Moka seguía esperando al grupo de sus compañeros y amigos mientras esperaba sentada en una silla en el salón del Club. Si bien por su mente aun pasaban los hechos que sucedieron esta mañana con la batalla contra los Ayashi mestizos y la posterior reaparición de Hei, además que no estar segura en qué tipo de nueva amenaza pudiera estar, ya que la presencia de aquel sujeto que derrotaron a duras penas hace tiempo, no parecía augurar nada bueno. Su mente también recordaba lo sucedido con su amigo Tsukune, de la discusión que tuvieron y como posteriormente lo vio con aquella chica extraña que por alguna razón tampoco le entraba confianza.
"Supongo que solo puedo esperar a que Kay y Kurama-san vengan, para poder decirles." Así pensaba la chica como se recostaba pesadamente en la silla y suspiraba
No le agradaba tampoco tener que depender en decirles a los otros de los problemas de su amigo, pero esto tenía que hacerse porque ante todo ellos eran un grupo, y habían funcionado como tal hasta el momento, en las buenas y en las malas. Un solo problema con algún integrante del grupo y esto podría desbaratarse, y ella sabía cuan duro había sido el formarse desde el principio, cuando la mayoría de ellos se conocieron siendo prácticamente enemigos.
Ella podría entender los sentimientos de Tsukune hasta cierto punto, como no le gustaba depender de los demás y sentirse una carga, ella misma tuvo esos sentimientos anteriormente cuando vivía en el mundo humano, y en las primeras batallas donde muy poco ella misma podía hacer, sin depender del poder que ella tenía sellado. Aun así la confianza y apego que ella misma había desarrollado en el transcurso de ese tiempo para consigo misma y sus amigos, era lo suficientemente fuerte como para haber dejado enterrado aquellos sentimientos hace mucho tiempo. Aun así parecía que para Tsukune no era el caso y eso le estaba empezando a pagar factura. Quizás lo de esta mañana fue la primera señal de que debería haberle prestado más atención, pero no podía culparse por estar distraída, pues con todos los acontecimientos que habían sucedido de forma rápida últimamente y no solo por lo de esta mañana…
Desde que regresaron a la Academia Youkai, extraños sueños aparecían mientras dormía, sueños que parecían de algún pasado lejano, quizás de cuando era niña, curioso ya que ella poco recordaba de su niñez por alguna razón que hasta hoy día le era desconocida… algunos sueños eran bastante terroríficos que la hacían despertar de un sobresalto en mitad de la noche, sueños que parecían que ver con lo que experimento de forma indirecta con su otra personalidad en la 'colina de la bruja', una sensación de terrorífica familiaridad la había embargado mientras estuvo ahí, y en los sueños también que eran poco nítidos que no podía recordar, excepto una cosa que se hacía claramente visible en su mente, sobre un hecho que parecía haber sucedido hace demasiado tiempo por la sensación de lejanía que si fuese algo reciente… un recuerdo sobre algo enorme y monstruoso… un recuerdo lejano sobre un monstruo gigante de enormes tentáculos que llegaban hasta el cielo…
Fue en ese momento de reflexión cuando el sonido de la puerta corrediza del salón se escuchó, indicando que alguien había entrado; la chica peli rosa se giró pensando que eran sus amigos, pero se llevó una sorpresa cuando la persona que identifico era la menos esperada.
"Vaya, lo siento… ¿esperabas a alguien más?" Hablaba nadie menos que la misma Mizore
Shirayuki recostada en un pupitre observando a Moka de forma altiva
"Pero… tu eres…" Una sorprendida Moka no pudo más que tartamudear sorprendida mientras se levantaba de su asiento
"Tú, a medio día en el almacén del campus. Estabas espiándonos, ¿cierto Akashiya Moka?" Decía la chica de hielo como una especie de humedad parecía caer de ella dejando un charco a sus pies mientras se dirigía a la chica
"La verdad, es que no me gustas nada, ni me gusta tu presencia cerca de Tsukune… veraz él no puede pensar en mi por completo mientras tú y las otras chicas de este Club existan… por lo que…"
La chica de cabellos morados termino de hablar como de improviso ella tomo desprevenida a Moka del cuello con sus frías manos, con intenciones de ahorcarla.
"aghh… ¿Q-que estas h-haciendo…?" Decía la chica peli rosada tratando de hablar pero el frio de las manos de la chica que se convertían en hielo le impedía casi esto
"Lo que mejor pasaría seria que tú y los otros desaparecieran… sería mejor empezar contigo que tanto mal me caes… no puedo tolerar a gente como tú, que lo tiene todo y es popular… gente como tú nunca entenderá a gente como Tsukune y yo, por lo que desaparece."
Mizore aumento la presión sobre el cuello de Moka que se revolvía debido al frio que su cuerpo sentía, como su cuello parecía comenzar a congelarse debido a las manos frías de la chica. Moka en un intento desesperado con el dorso de su mano derecha, intento usar toda su fuerza vampírica que sentía mermada debido a la humedad que la chica de hielo transmitía, tratando de golpearla al lado de su rostro con la suficiente fuerza como para noquear a un ser humano grande, pero…
El sonido como de cristales rompiéndose hizo eco en su lugar…
…
Aquel sonido hizo estruendo debido al eco de los pasillos vacíos en ese momento, llamando la atención del grupo conformado por Kurama, Kay, Yukari y Kurumu. Quienes estaban charlando a medida que caminaban, dirigiéndose al salón del Club, cuando aquel sonido los interrumpió.
"¿Qué fue eso?" Menciono Kay
"Parece como el sonido de algo rompiéndose, como cristales rotos, y parece que viene desde nuestro salón del Club." Comentaba Yukari con su aguda observación
De inmediato Kurama y Kay se observaron mutuamente y asintiendo ambos, se dirigieron rápidamente hacia el salón seguidos de las chicas que iban detrás de ellos.
…
Sorpresa y choque fue lo que se podía vislumbrar en el rostro de Moka, al observar el resultado del golpe que acababa de dar a la chica. Literalmente parecía que esta se estuviera rompiendo, como si estuviera hecha de cristal o hielo. Pues su rostro adquirió un tono pálido blancuzco a la vez que su cabello parecía estar hechas de fibras de hielo, la mitad izquierda de su rostro se estaba desmoronando como hielo recién derretido a la vez que varias rayas y fragmentos se podían vislumbrar en su cuerpo.
"Que mal… esta es solo mi marioneta de hielo, mi verdadera yo es la que esta con Tsukune en estos momentos…" Eran las frías palabras de la chica de hielo a la vez que al hablar exhalaba un tono frio
"Q-que…" Moka estaba choqueada por la sorpresa y atino a hacer poco, lo que aprovecho la copia de hielo
La copia convirtió su brazo izquierdo en una lanza de hielo fragmentada, pero aun con la suficiente fuerza para apuñalar. La apunto directo al pecho de Moka, adonde debía de estar su corazón. En tono frio le hablo antes de realizar la mortal acción.
"Ya es hora de despedirse Akashiya Moka. Muere de una vez y sal de mi camino." Fue lo que la copia de hielo dijo como estaba a punto de apuñalarla
Los últimos pensamientos de Moka fueron para sus amigos, sobre todo para cierto chico peli castaño, cuyo rostro fue lo que ella vislumbro en su mente antes de pronunciar su nombre.
"K-Kay…" Decía Moka compungida como parecía prepararse para su final
Pero lo que no se esperaba es que en ese momento la puerta se abrió de golpe derrumbándose con fuerza, y rápidamente un látigo hecho de raíces de rosas entro intempestivamente, y se enrollo con fuerza en el brazo convertido en lanza de la copia de hielo, como detuvo el golpe mortal y la aparto de la chica.
"Q-que…"
"¡Kurama! ¡Kay!" Fue el grito de Moka de felicidad al ver a sus dos amigos que habían sido los que habían entrado y salvado a la chica
Kay y Kurama estaban en medio del salón, como el chico de cabello peli rojo largo, sostenía en sus manos su típico látigo hecho de enredaderas de raíces de rosas, el cual uso de forma rápida para detener el brazo de la chica de hielo.
"Ustedes…" Decía la copia de hielo con frialdad con una pizca de ira en su tono al obsérvalos y ser detenida
"¿Quién eres tú y porque atacas a nuestra amiga?" Kay hizo énfasis en las últimas palabras como su mirada parecían arrojar dardos a la chica de hielo que por un segundo, pareció encogerse de miedo, pero duro poco como recupero la compostura
"Eso a ti no te importa." Respondió de forma fría la copia de hielo como de inmediato ella alzando su brazo izquierdo, apunto hacia los dos chicos
Rápidamente lo que parecían ser lanzas y shuriken hechas de hielo comenzaron a volar en dirección a los dos chicos, los cuales rápidamente tomaron acción. Kurama no espero y usando su enredadera logro moverse más allá de la velocidad del sonido, logrando con su látigo de raíces y de espinas de rosas, detener y destruir los ataques de los objetos de hielo. En cuestión de segundos acabo con todos los objetos, lo cual fue la señal para que Kay actuara. Rápidamente este moviéndose a una gran velocidad igual a la de Kurama, se trasladó rápidamente al costado derecho de la chica de hielo la cual la tomo desprevenida. Y no fue para menos cuando su estupor fue interrumpido por un fuerte puñetazo en la mejilla derecha de su rostro, la cual tuvo la suficiente fuerza de salir volando hasta estrellarse contra el marco de la ventana del salón del Club, la cual termino reventando algunos cristales en el proceso.
Kay no perdió tiempo en aquella chica como de inmediato su atención se trasladó a Moka, la cual jadeaba debido a la casi asfixia que sufrió a manos de las manos gélidas y húmedas de aquella chica de hielo, recordando también que los vampiros eran vulnerables al agua por lo que su atención fue rápida.
"Moka, ¿estás bien? ¿Esa chica no te hizo más daño?" Preguntó el chico preocupado como le paso un pañuelo que cargaba en el bolsillo derecho de su chaqueta verde
Moka lo aprovecho para limpiarse y recuperar el oxígeno y fue cuando a la vez apuntaba hacia donde estaba la chica que la ataco, la cual hacia acopios por levantarse.
"Ella… no es… real… es una… copia…" Fueron las palabras que salieron de los labios temblorosos de Moka como rápidamente ambos chicos captaron el mensaje a la vez que observaron la evidencia frente a sus ojos
"¡¿Qué paso aquí?! ¿Eh? ¿Pero qué diablos?" Fue lo que dijo Kurumu apenas había llegado a la puerta del salón junto con Yukari detrás de ella y ambas fueron testigos del fenómeno al igual que los demás chicos dentro
La susodicha chica lucia ahora de un color azul pálido trasparente como varias grietas comenzaban a formarse en su cuerpo, mientras parecía agrietarse más y más. Kay hizo crecer la uña de su dedo índice derecho como este se tornaba color carmesí, antes de apuntar para despacharla con la aguja escarlata, él se dirigió hacia ella.
"Antes de terminar, ¿puedo saber por qué estabas atacando a mi amiga y quien eres tú?"
La única respuesta que recibió fue una mirada fría como simplemente se oyó un "vete al diablo," de parte de la chica de hielo, a lo que Kay no espero y apuntando su dedo hacia la chica, una bola carmesí se fue formando hasta que salió disparada en dirección hacia la chica. Esta era la técnica de la aguja escarlata, el color carmesí era representante de esto, aunque también podían existir los ataques de la aguja basados en ningún color e invisibles, pero Kay sintió que no debía guardarse nada como solo se desquito con aquella cosa que se había atrevido a hacerle daño a uno de sus amigos. La copia de hielo de inmediato se destruyó como la aguja la impacto y destruyo en pedazos de hielo, repartiéndose por el suelo de la habitación, ante la sorpresa de Kurumu y Yukari que no entendían nada ya que recién llegaron y seguían en la puerta.
Kay solo se volvió hacia la chica como esta ya recuperaba el aliento a la vez que se limpiaba los últimos rastros de humedad de ella, el chico cerciorándose de que estuviera bien, la convido a sentarse en una silla, mientras le preguntaba.
"Moka, ¿Qué paso aquí? ¿Quién era esa chica? Dijiste que era una copia y por lo que vi, estaba hecha de hielo… ¿Qué paso mientras no estuve aquí?" Le preguntaba el chico en tono suave como se agachaba para quedar frente a frente
Nadie dijo nada del como Kay trataba a la chica con suavidad al levantarle el mentón con su dedos y como parecía acariciar su rostro en un acto inconsciente, para tratar de calmar a la chica, aunque para los demás que veían aquella escena, pareciera que esto fuese reciente como la chica peli rosa parecía estremecerse ante la mirada y contacto del chico, pero igual mantuvo su compostura como le observo directo a los ojos antes de hablar.
"Esa chica que vistes basada en la copia de hielo de hace un momento… se llama Mizore Shirayuki y es una compañera de nuestro mismo salón. No sé mucho de ella más allá de que ella no vino el primer semestre en su totalidad, por lo que no la habíamos visto hasta ahora y… que parece tener una especie de fijación en Tsukune."
Lo último dicho hizo prender las alarmas a todos en el salón, en especial a la súcubo Kurumu quien se denoto sorprendida y ansiosa por saber a qué se refería con eso. Pero Kay fue más rápido que ella y tomo la palabra.
"Dime más, cuéntamelo todo por favor." Fue el tono serio de Kay como escuchaba a medida que Moka le relataba lo que había visto
…
Aono Tsukune tenía un tiempo muy difícil como casi la mitad de su cuerpo estaba atrapado en hielo y seguía congelándose y la temperatura del lugar continuaba decayendo. Tsukune traslado su mirada a la de la chica en frente de él, cuyas manos se habían transformado en enormes garras de hielo, lo mismo que su cabello.
"No te dejara escapar. Yo controlo el hielo a voluntad. Mira." Decía la chica como apuntaba con sus garras izquierdas a una formación de hielo cercana que se iba agrandando y tomando forma
"Hasta puedo crear un clon mío de hielo y hacerlo mover." Decía como la figura hecha de hielo tomaba la forma de la chica en una apariencia que era idéntica a ella, no dejando espacio para pensar que fuese una copia
Tsukune veía aterrado todo esto e intentaba zafarse para poder huir, pero todos sus esfuerzos parecían en vano como sus fuerzas parecían irse debido al extremo frio y perdida de calor que estaba sufriendo en ese instante, como la prisión de hielo continuaba aumentando y aprisionándolo cada vez más.
"No te vayas, quédate quieto. Por favor, Tsukune, no me dejes." Decía la chica en tono suplicante como dejaba entrever su verdadera forma de Yuki-Onna (mujer de nieve.) Ante la vista asustada del chico
Bite Size Monster Dictionary: Yuki-Onna
Estos Ayashi solo aparecen durante una tormenta de nieve o helada. Tienen la costumbre de congelar los viajeros solitarios y secuestrar los hombres de los que se enamoran.
"Si te congelo, no iras a ningún lado, ¿verdad? Si hago eso, serás solo mío." El tono de la chica parecía el de un maniaco enloquecido, anudado a su apariencia siniestra cubierta de hielo y mirada fría con ojeras no podía más que ser una descripción muy exacta
"Tsukune, nos conocimos porque era nuestro destino." Decía la chica como procedió con su garra derecha a acariciar el rostro del chico con suavidad aunque para el chico esta sensación era demasiado fría y estremecedora
"Nos conocimos porque solos solitarios. Definitivamente nos podemos entender el uno al otro, y ayudarnos a calentar el frio de nuestros corazones. Eres el único Tsukune, por eso, se solo mío."
Tsukune quería replicar ante las palabras de la chica, pero no pudo lograrlo como se dio cuenta de la realización de lo que hizo, la discusión con Moka esta mañana, su frustración por intentar ayudar y ser fuerte; si había logrado llegar vivo hasta el momento fue gracias al apoyo de sus amigos durante las batallas, quienes siempre salían lastimados para protegerlo. El chico no pudo más que sentir dentro de sí, un sentimiento de culpa como su conciencia iba desapareciendo debido al frio de la prisión de hielo que lo rodeaba, mientras seguía estremeciéndose de frio.
Lo siguiente que sucedió fue solo cuestión de segundos y muy rápido. Una columna de fuego que irradiaba un intenso calor de coloración negra, pareció haber salido de la nada como este impacto en el tempano de hielo que tenía de prisionero a Tsukune, una sorprendida Mizore retrocedió debido a la intensidad de las llamas negras, como el hielo que rodeaba el lugar se derretía, dejando libre a Tsukune quien trataba de recuperar el aliento de rodillas en el suelo aun semi congelado del lago.
La Yuki-Onna no sabía que fue lo que los golpeo hasta que una presencia se había visible dentro de la nieva provocada por el impacto y derretimiento del hielo. Esta presencia estaba al lado de Tsukune quien aun jadeando volteo su mirada a su lado derecho, solo para que sus ojos se agradaran de la sorpresa al descubrir la persona quien lo había salvado aparentemente.
Era nadie menos que Hei Jaganshi, el antiguo ladrón de artefactos mágicos y ahora, aparentemente aliado del mundo espiritual y de Kay y sus amigos.
"P… pero ¿Tu eres…?" Pregunto un Tsukune vacilante que aun sentía temor ante la presencia de aquel sujeto
No sabía porque, ya que muchos de sus enemigos se terminaron por convertir en sus amigos, como Kurumu, Yukari o Ruby. Pero había algo en Hei que le decía que eso no podría ser, quizás porque esa sensación de miedo era la misma que siente cuando casi muere a manos de Kuyou, el antiguo jefe de la ya destruida comisión de seguridad pública; realmente no quería estar cerca de ese sujeto, aun si pareciera haberlo salvado, pero si fuese así, ¿por qué lo hizo? o más importante, ¿Qué hacía aquí?
"¿Qué sucede? ¿Acaso el frio te paralizo la lengua? Como siempre te vez muy patético y siempre estás en peligro. No se cómo tus amigos aguantan tener que cuidarte siempre, Tsukune." Eran las palabras socarronas de Hei como solo se dedicó a sonreír de igual modo mientras miraba al chico hacia abajo
Tsukune solo trago saliva como apretó los dientes y volteo la mirada, no queriendo seguir soportando esa mirada más. Fue cuando la atención de Hei se centró en la chica que los observaba con una mirada fría, pero cuyos ojos parecían querer irradiar un aura de furia contenida y odio sin fronteras, en especial hacia el por haber interferido en su 'búsqueda del amor' maniaca.
"Pero veo que aquí hay alguien aún más patético. Escuchar todas las estupideces que decía esta tipa, sobre eso de la búsqueda del 'amor destinado' mientras intentas matar congelando a la persona que tanto dices 'amar', es algo gracioso. Es como ver una mala novela o una buena comedia del teatro del absurdo. No se por cual inclinarme, pero si me entretuvo mucho ver a estos perdedores haciendo este teatro."
Las palabras de Hei tuvieron el efecto deseado como inmediatamente el nivel de Youki de la chica comenzó a elevarse, a la vez que una enorme ventisca comenzó a generar fuertes vientos que terminaron por congelar completamente todo el área y decenas de metros a la redonda. Por supuesto nadie al ver esto trataría de meterse con una Yuki-Onna al hacerla enojar, debido a que son seres de hielo y de carácter frio, hacer enojar a una que sería lo opuesto a su naturaleza, sería contraproducente y arriesgado. Claro que esta especie tampoco es que sea tan fuerte aun si podían exhibir esta clase de poder, ya que comúnmente estas preferían mantenerse ocultas y en secreto, que arriesgándose a la crueldad del exterior tanto del mundo demoniaco como humano. Por ende, que aun existieran Youkais de niveles y rangos de poder más elevados, que podrían vencerlas fácilmente, así como seres humanos con armas o alta conciencia espiritual como los psíquicos.
"Tú, ¿por qué intervienes? ¿Quién eres? ¡Lárgate de aquí en este instante!" Las palabras de la chica peli morada eran bastante intensas como sus garras convertidas en hielo apuntaban hacia aquel que se atrevió a interrumpir su 'encuentro de amor destinado'
"Ohm. Oblígame." Fue la respuesta de Hei ante todo como sostuvo su mirada impasible
Lo siguiente que sucedió fue predecible para él, la chica comenzó a lanzarle ataques de hielo, con formas de lanzas, flechas y shurikens hacia el chico con intenciones asesinas. Claro que nada de esto funciono como el chico peli azul contrarresto, moviendo una mano y extendiendo sus llamas negras que anularon y derritieron aquellos ataques. Pero Mizore no se detuvo como se lanzó directo hacia el chico alistando sus enormes garras de hielo, lista para despedazar a aquel intruso.
Hei por toda respuesta esquivo el ataque saltando varios metros por encima en el cielo, e irónicamente sujetando a Tsukune del cuello de su camisa, moviéndolo del sitio del ataque que estaba cerca. Cuando las garras de Mizore despedazaron el lugar donde estaba, se supo porque el chico peli azul había hecho tal acción, como cayo algunos metros más adelante aun sujetando de forma poco cuidadosa al chico peli marrón.
"¿Qué te pasa? Sueltamente, no me dejas respirar, ¿eres idiota o qué? ¿Qué crees que estás haciendo?" Decía un Tsukune frustrado mientras intentaba soltarse de aquellas poderosas manos como quería recuperar el oxigeno
"Realmente debo de ser idiota, arriesgándome solo para salvar a un idiota que es aún mayor, no, que debe de ser retrasado mental que siempre se pone en peligro, solo por actuar como un 'niño bueno', para que después lo ataquen por ser demasiado estúpido y confiado. Tu exceso de estupidez me hace doler la cabeza de solo pensarlo, ¡maldito idiota!" Decía un enojado Hei con los ojos cerrados aguantándose su frustración
Esto por supuesto no tomo de mucha gracia a Tsukune, que quizás dejándose llevar por todos los eventos que se suscitaron hoy, añadido a sus sentimientos de enojo e ira reprimidos, no pudo evitar responderle de igual forma, aun tratándose de alguien que podría matarlo en cualquier instante y olvidando que este sujeto le daba temor por haberlo intentado de hecho, hace meses.
"¿¡Que dijiste!? ¿¡Me dijiste idiota!? ¡Si tú mismo sabes que eres idiota y te llamas a ti mismo idiota! ¡No deberías llamar a otros idiotas entonces! ¡Maldito idiota!" Vociferaba Tsukune como agitaba los brazos y piernas enojado a la vez que decía aquello en una forma bastante inmadura
Hei solo apretó los dientes como levantaba el chico a la altura de su rostro para quedar frente a frente, mientras el chico hacia aun acopios por intentar respirar de las manos que lo sujetaban fuertemente.
"¿Quién te crees que eres para llamarme así? ¿Buscas que te mate acaso? Además, ¿Qué eres tú al actuar así? ¿Un niño acaso? Sera mejor que te controles que no te salve de buena gana; ya que no tengo paciencia para tratar con niños estúpidos como tú. Al menos decídete no comportarte como uno ahora, maldito descerebrado."
"¿Qué me dijiste maldito?" Tsukune aún no quería dejarlo ir, su frustración e ira estaban a niveles altos hoy, además de su poca tolerancia a querer tratar con alguien que le desagradaba internamente que no media lo que decía
Por supuesto aquella 'discusión' infantil tenía que terminar como nuevamente Mizore, quien había estado observando aquel intercambio con el ceño fruncido y algo confundida, volvió a la carga atacando con sus garras de hielo, lo que hizo que nuevamente Hei se alejara sosteniendo al chico del cuello de su camisa como este sentía ahogarse aun. Ataques basados en hielo desde lanzas, flechas, shurikens y demás objetos filosos hechos a partir de hielo se lanzaron hacia los chicos, a pesar de que Mizore trataba de mantener cuidado de no lastimar a Tsukune, mismo caso no parecía preocuparle a Hei, como seguía llevando de una forma bastante inhumana a Tsukune.
"¡Suéltame! ¡No puedo respirar! ¡Sabré defenderme yo mismo, no necesito tu ayuda! ¡Ella quiere es matarte a ti de todas formas, ya que tú fuiste quien la provoco!" Era lo que vociferaba el chico peli marrón a duras penas con su voz entre cortada
"¿Ah, sí? Bien, entonces probémoslo." Dijo Hei como rápidamente acerco a Tsukune hacia él y de una patada izquierda al costado derecho de Tsukune, literalmente lo saco a volar como este se estrelló en el duro suelo echo de hielo del lago congelado y se deslizo varios metros más por causa de su humedad
"Eres un maldito hijo de…" Tsukune quería terminar la frase como lastimado que estaba observaba la pelea ahora desarrollarse frente a sus ojos con expresión amarga
La chica atacaba con sus enormes y poderosas garras de hielo a Hei, quien solo se dedicaba a esquivar aquellos ataques que eran fáciles de esquivar y de predecir para él, como el chico contraatacaba también pero esta vez eran ataques basados en hielo también, para sorpresa de la chica quien estaba confundida del porque alguien, que había estado atacando anteriormente con ataques basados en fuego y calor de llamas negras, podía despedir ataques fríos también lo cual la dejaba confundida, pero no tanto como para no seguir atacando y defendiéndose.
Hei contraatacaba con fuertes ventiscas de viento frio que para cualquiera que entrase en contacto con esta, se congelaría casi que al instante. Claro que esto no significaba nada para dos chicos que eran de naturaleza fría, por lo que si bien para ambos estos ataques de corrientes y ventiscas frías no significaban nada, era usado con fines de saber golpear o desequilibrar por el impacto del viento, buscando crear una abertura. No queda decir que Hei era más poderoso por lo que era la Yuki-Onna la que tenía dificultades en sostenerse de pie, como era arrastrada por la fuerte ventiscas de vientos congelantes.
La chica intentaba contrarrestar atacando con objetos corto punzantes hechos de hielo, e incluso creando clones de hielo de ella, que se encargaran de atacarlo mientras estuviera distraído con ella; pero todo era en vano como Hei tenía agudos sentidos, mientras atacaba y se defendía al mismo tiempo. Esto quedó demostrado como con las llamas negras, el calcino y derritió a varios clones de hielo de la chica, que lo rodeaban para atacarlo en grupo en cerca de una decena de estos.
"Ohm… puedes intentarlo más, pero no creas que estos patéticos clones de hielo tuyos, podrán hacerme algo." Decía el chico como de un fuerte puñetazo rompía a uno de los clones que se había acercado a él por detrás
Mizore solo apretó los dientes más, con tanta fuerza que corto el palo del chupete de su boca, cayendo este al suelo, pero poco le importaba ahora a ella, como solo se enfocaba en acabar con aquella molestia que le había interrumpido.
Mientras tanto, Tsukune solo veía la batalla, recuperándose en parte de las heridas que tenía en su cuerpo por causa de aquellos dos. Si bien sabía que Hei había hecho esto por salvarlo, poco o nada sentía que debía de estar agradecido con él, ya que no sabía con qué propósitos lo había hecho, ya que ese chico le entraba un sentimiento de desconfianza aun clavada, quizás por su actitud y carácter. Aun así, el chico no pudo evitar pensar que Hei parecía contenerse o algo, hace meses cuando lucharon contra él, no había sido así; y les había dejado en claro las intenciones de matarlos, usando toda su fuerza y poder con el que contaba aquella vez. Pero aquí…parecía que no fuese el caso, ya que por alguna razón solo se dedicaba a contener a Mizore, no derrotarla, o peor, matarla.
Lo cual se le hacía extraño, teniendo en cuenta como era el, y como recordaba las habilidades superiores que el demostró la vez pasada. Si Hei quisiera herir a la chica, ¿no haría uso de su alta velocidad, que traspasaba la barrera del sonido para ir hacia la chica en un abrir y cerrar de ojos? ¿O aumentaría el nivel de sus llamas negras para rostizar todo el lugar junto a la chica? ¿O solo aumentaría el nivel de poder que su rango le otorgaba, para simplemente matar a la chica de un simple puñetazo? Algo raro estaba pasando aquí y hasta Tsukune se estaba dando cuenta de eso.
"¡Tu! ¿¡Que eres tú!?" Vociferaba con odio Mizore como seguía y seguía atacando al lanzar objetos filosos, creando más clones de hielo que eran destruidos con facilidad, atacando con sus garras de hielo cada vez que tenía la oportunidad de acercarse o creando fuertes ventiscas de viento y neblina para cegar la vista o desequilibrar a su adversario… pero nada de eso había funcionado hasta ahora
"¿Qué pasa? ¿Ya estás perdiendo los estribos? Algo raro ya que dicen que las Yuki-Onnas tienen una carácter frio debido a su naturaleza, pero veo que tú estás demostrando lo contrario." Decía Hei en un intento por hacerla enojar y que perdiera el control que poco a poco estaba logrando
"¿Y que eres tu acaso? Tú qué sabes usar fuego y hielo, solo significa que eres un mestizo. Lo sé, por las historias que he escuchado y porque ya he estado en contacto con uno de ellos hace mucho tiempo. No es así, ¿Imiko?"
Las palabras de Mizore cargaban una gran pulla cuyo propósito era hacer enojar al chico, y que pareciera que el efecto funcionara como el rostro de Hei por unos segundos cambio a una expresión agria, mientras apretaba los puños fuertemente que casi parecieran sangrar de la presión. Sin embargo, después de unos pocos segundos su expresión parecía relajarse como su expresión adquiría increíblemente una de tristeza para después sustituirla con una sonrisa socarrona, mientras la misma adornaba su rostro, como si todo aquello solo le diese risa.
"Esa fue buena puedo decir. Seguro que tienes más de esos aun guardados ahí. No debería de enojarme con algo así, ya que peores insultos o ataques he recibido en mi vida para molestarme con eso ahora. Muchos Ayashi odian a los mestizos, pero no las Yuki-Onnas ya que necesitan procrear hijos con machos, a pesar de que claro, existen diferentes variaciones de raza dentro de su especie. Una cosa es segura, y es que la gran mayoría de ustedes, temen y desprecian a los Imiko o niños malditos; aquellos hijos cuyas madres procrean con demonios u seres de fuego. Y el resultado soy yo, un chico de ambas razas, capaz de usar y soportar el clima más frio como el calor más intenso. Así que no tengo nada que ocultar ni avergonzarme de mi existencia. Caso contrario tuyo para ti y tu patética raza, Yuki-Onna."
Mizore había tenido suficiente de las palabras y burlas de Hei, mientras estaban hablando, ella controlaba el hielo que se iba formando debajo del agua del lago congelado, y justamente en un momento en el que el chico había terminado su discurso; una decena de enormes columnas de hielo cuyas puntas estaban afiladas en piquetes, traspasaron el suelo debajo del chico con intenciones de empalarlo, pero este, gracias a sus sentidos desarrollados, logro prever este movimiento debajo del hielo desde mucho antes, por lo que cuando esta acción se dio, él ya estaba saltando varios metros al costado derecho, mientras esquivaba cada columna que salía de debajo de él, tras la capa de hielo.
Sorpresivamente o no tanto, varios clones de hielo de la chica, empezaron a atacar desde diversos ángulos a Hei, aprovechando que aun esquivaba cada columna. Estas aprovechaban para lanzarles lanzas, dagas o puñales hechos de hielo al chico; otras se acercaban hasta el con intenciones de perforarlo con sus enormes garras de hielo, algunas eran destruidas por el chico con ataques de fuego o hielo combinados, otras por las columnas de hielo que las destrozaban si bien estas terminaban por encima de una de ellas, y otras por la excelente defensa de cuerpo a cuerpo del chico, que se defendía con una combinación de puños y patadas muy fuertes que destrozaban a cada clon hecho de hielo.
"Si esto es todo lo que tienes, déjame decirte que ya tengo ganado esto desde…" Hei no podía continuar como sorpresivamente se giró detrás de el
Una de las figuras de la chica se aventuró detrás del chico, levantando su garra derecha con intenciones de rebanarle la cabeza al chico. En otros momentos Hei se hubiera defendido y contraatacado más rápido que esta y destruido aquella copia, pero… el problema es que no era una copia. Era la misma Mizore quien iba al ataque.
Tsukune se dio cuenta de eso también y abrió sus ojos desmedido ante la acción, al observar que ya no había ningún clon de hielo y que Mizore no estaba en el lugar de antes, era fácil suponer que era ella la que ahora atacaba.
"Oh no." Se decía Tsukune a sí mismo al observar aquello, temiendo irónicamente, por la seguridad de la chica quien intento hasta hace poco matarlo, que por la vida del sujeto que aún le temía pero que aun así había venido a 'salvarlo'.
"No. Hei es más rápido y se dio cuenta ya. Si contraataca el, es probable que la llegue a matar…" Pensaba asustado Tsukune como intentaba gritar para detener lo que iba a suceder, cuando algo lo dejo sin habla
La chica con sus garras logro con éxito apuñalar al chico con sus enormes garras filosas de hielo, cuando este se giraba, rasguñándole parte del costado y cortando carne y derramando gran cantidad de sangre, para sorpresa tanto de Mizore como de Tsukune que se quedó sin habla ante la escena.
Pronto Hei tomo de las muñecas de la chica con sus dos manos, aun a pesar del dolor de la perforación y rasgadura grande de su costado izquierdo, como ambos cayeron en el duro suelo deslizante hecho de hielo, mientras ambos se deslizaban un par de metros por lo resbaloso del suelo. Tsukune solo se había quedado estático observando la escena sin creerse lo que vio, ¿acaso Hei no actuó como el bastado que era y mato a la chica cuando tuvo la oportunidad? ¿Quizás no podía? O quizás, ¿no quería? Porque llegar a ser herido de esa manera voluntariamente, era algo que no esperaba ver en alguien como él.
Hei se encontraba de espaldas al suelo frio de hielo, mientras la herida de su costado izquierdo iba derramando más sangre, como el aún seguía sin soltar de las muñecas a la chica de hielo llamada Mizore; la cual estaba justo encima de él, con sus garras apuntando a su cuello, solo salvándose por cuestión de centímetros de perforar al chico.
Mizore tenía una mirada oscura en su rostro como estaba inclinada de rodillas hacia el chico y la espalda recta con su rostro hacia el suyo, separada por unos cuantos centímetros, el aire frio que ella inhalaba y exhalaba daban hacia el rostro de Hei, quien no hacia intentos de moverse o soltar sus manos, como su rostro hacía apenas una mueca por el dolor de la herida que tenía su costado. El suelo debajo de ellos estaba en cuestión de segundos, salpicado de sangre como se este se expandía, como si fuese una pequeña laguna de color roja oscura, pero que con el extremo frio, esta no tardaba en solidificarse como el hielo.
"Tu… pudiste haber esquivado ese ataque, incluso contraatacar, entonces ¿Por qué no lo hiciste? ¿Dejaste que te hiriera a propósito? Ridículo, vi cuando te diste cuenta de que iba detrás de ti y aun así…"
La voz de Mizore se oía más mortal y fría que antes, como nada le impedía crear una lanza o estaca de hielo de sus garras y lanzarlas hacia la garganta del chico para terminar con su vida. Pero algo le impedía terminar esta acción, parecía que Hei lo sabía cómo una sonrisa autosuficiente se vislumbró en su rostro a pesar del dolor, pero recordando que él era un Youkai, por lo que heridas como estas no lo matarían y habría sufrido ya anteriormente peores que estas, por lo que no tenía ninguna preocupación en ese momento.
"Pude como no pude, ¿eso que importa ahora? Lo importante ahora es… ¿vas a terminar lo que empezaste? ¿Vas a tener la osadía de matar a alguien? ¿Aquí y ahora? Si es tu primera vez, te aconsejo que no dudes nunca, porque muchos otros en su posición no dudarían."
Mizore por toda respuesta hizo crecer la punta de sus garras unos cuantos centímetros más como esta vez solo se separaban por milímetros, las puntas de las garras de hielo al cuello del chico, pero parecía que por la expresión de Hei, esto no le preocupaba como seguía sonriendo socarronamente.
"¿Y qué te hace pensar que no dudaría? ¿Crees que no se lo haría a alguien que se ha interpuesto en mi camino y me ha insultado a mí y a mi raza? Mi instinto me dice que debo hacerlo."
"Si, tu 'instinto', ese es el instinto primario Ayashi; aquel que incluso ustedes las mujeres de hielo tienen a pesar de su naturaleza fría. Aquella naturaleza violenta que nos hace pelear siempre contra todo y todos, y que los humanos, otros Youkais y el mundo espiritual intentan aplacar y domesticar. Vaya burla. Y aun te veo a ti, aquí, tratando de seguir tu naturaleza de robarte a un hombre como hacen todas de tu tipo, para después ¿abusar de el? O perdón, obligarlo a tener crías a la fuerza, porque es parte de ustedes debido a lo frio de su corazón que muchas veces resulta ser. Y por tanto necesitan compañía que las haga sentir cálidas, más aun, que su raza está en un máximo declive y tienen una tasa de nacimiento baja desde hace años, que es lo último que escuche de ustedes."
Hei puso una mirada determinada en su rostro, lejos de todo rastro de burla como siguió hablando esta vez.
"Realmente, ¿para que sirvió esta idea de una escuela de monstruos en primer lugar? Nosotros que somos descendientes de los demonios del mismo infierno, casi no podemos suprimir nuestros instintos. Tu eres un ejemplo de ello, me vas a matar llevada por tu ira e instinto, y todo lo que la escuela lucha dentro de este submundo, no sirve para nada, ¿A dónde hemos llegado, eh?"
"Eso es algo que me tiene sin cuidado. Yo vine aquí en búsqueda de un hombre, debido a nuestro problema de bajo nivel de nacimientos de nuestra raza como dices, y también por algo más. Pero eso es algo que no necesito decirte a ti."
"¿En serio? Tu comportamiento me lo dice todo. Y lo que le dijiste a ese perdedor de allá que sigue viéndonos boquiabierto, escuche todo. ¿Así que te sentías sola y en soledad? No me sorprende de ti y de tu raza que son regulares, pero aun así, me siguen pareciendo patéticas. Sobre todo tu, que al parecer no has aprendido nada aun."
Mizore frunció el ceño ante sus palabras, no quería seguir perdiendo el tiempo con aquel tipo, no le importaba lo que le dijera, a pesar de que un creciente sentimiento de enojo hervía dentro de su interior ante sus palabras, que se traslucían en la mirada fría pero cargada de odio que le mandaba al chico debajo de él. Aun así no quiso perder tiempo y dejarse llevar por él, con unas últimas palabras tenía pensado en despedirse antes de acabar con él.
"Mejor deberías morirte de una vez y así cerrar la boca para siempre."
Mizore se preparaba para arremeter contra el chico, arrojándole dagas y lanzas de hielo de sus garras de hielo, aun ante la sonrisa socarrona del chico que se formaba en su rostro. Pero de pronto su sonrisa desapareció cuando se dio cuenta de algo; Mizore tomo esto como que el chico se dio cuenta de su 'próxima muerte' a manos de ella, y por un segundo, disfruto de ese momento, pero no duro mucho como Hei pronuncio una palabra que advirtió del próximo peligro.
"¡Mierda!"
La chica fue tomada fuera de guardia como Hei rápidamente de un rodillazo de su pierna derecha, le dio de lleno en el estómago de la chica, la cual le saco el aliento, seguido de la patada de la punta del pie del chico en el pecho de la chica, lo cual tuvo la suficiente fuerza como para elevarla unos pocos metros en el aire, sin embargo tal acción, lejos de dañarla, 'salvaron la vida de la chica' como inmediatamente un segundo después de tal acción; un par de látigos hechos de enredaderas o raíces de plantas de rosas con espinas, atacaron la vieja posición de la chica con intenciones de herirla. Hei se había percatado antes y había hecho tal acción para quitarla de encima, como también el dio un salto ascendente horizontal desde la mitad inferior de su cuerpo y esquivo el ataque de espinas, aunque solo fuese un daño colateral por encontrarse cerca en su caso.
La chica también se había dado cuenta en su 'vuelo' por al aire antes de caer pesadamente de espaldas en el duro suelo hecho de hielo, pero debido a su condición resistente de Ayashi, pudo resistir aquel golpe y caída, que sin duda matarían o herirían gravemente a un ser humano. La chica rápidamente se incorporó adolorida y se puso de pie algo encorvada por el dolor en la zona de atrás de su cuerpo, pero aun dispuesta a resistir. Fijando su vista, pudo denotar de donde había venido tal ataque y quien había sido. Y la sorpresa no pudo dejar de invadirla…
Cinco nuevas personas hacían presencia en el sitio, reuniéndose cerca al chico Tsukune quien se alegraba de verlos. Mizore los reconoció como los chicos de esta mañana, al parecer la mayoría eran del Club de periodismo igual que Tsukune, ella los recordaba por haberlos vistos en fotografías de periódicos anteriormente.
"¡Chicos! Ustedes…" Decía un muy feliz Tsukune mientras hacía acopios de pararse, aun debilitado por el extremo frio y leve hipotermia que sufrió hace unos minutos
"¡Tsukune!" Exclamaba eufórica nadie menos que Kurumu como pasaba a abrazar al chico con fuerza excesiva, enterrando su rostro en sus pechos y no dejándole espacio para respirar
"Ku… ru… mu-chan…" Decía entrecortadamente Tsukune con el rostro rojo color tomate por la situación incomoda en la que estaba
Mientras ocurría esta escena siendo observada por unas fastidiadas Moka y Yukari, los otros dos hombres del grupo, Kurama y Kay estaban lado a lado del otro, observando lo que había estado aconteciendo y teniendo puesta su mirada fija en la chica que había atacado a sus amigos. No tuvieron que dar la vuelta al cerciorarse de que Hei se había puesto a su lado, con su mano derecha sosteniendo su herido costado izquierdo, a la vez que el usaba su poder frio para congelar la herida y detener la continua pérdida de sangre.
"Veo que se tardaron su tiempo en aparecer, ¿eh? Ya me parecía que no vendrían y tendría que haberme encargado yo solo, quizás su amigo hubiese muerto por su 'descuido'." Eran las palabras sarcásticas de Hei
Los aludidos no respondieron, como solo se limitaban a obsérvalo con la esquina de sus ojos mientras no perdían de vista a la chica, fue cuando uno de ellos se volteo hacia el resto del grupo, llamando su atención silbando. El grupo de chicas y Tsukune solo pudieron más que acercarse, esta vez más calmados y algo cautos, debido a la proximidad de Hei, alguien que aun recordaban por su sadismo y crueldad, y contra quien lucharon aguerridamente la última vez para derrotarlo a duras penas, demostrando este chico un alto nivel de poder, que podría rozar o tener un nivel de rango al A. Era algo que muchos chicos aun mantenían cierta distancia del chico, estando más cerca de Kurama y Kay para mejor seguridad.
"Tsukune, dime algo, ¿es cierto lo que me dijo Moka acerca de ella? Supongo que ya te lo habrá contado, un clon de hielo hecho por ella intento matarla, y al parecer te lastimo también. Sería mejor que explicaras rápido para salir de esto."
Era lo que decía Kay volteándose al chico peli marrón, el cual algo apenado comenzó a relatarles todo lo que había acontecido desde esta mañana. Ni bien hubo terminado de relatar su historia, el chico que había tenido la cabeza mirando al suelo todo el tiempo, levanto la vista para ver la reacción de sus amigos. Las chicas Yukari, Moka y Kurumu solo lo veían con aprensión y aceptación como intentaban consolarlo a él (más la última que se le pagaba demasiado.) Kurama solo le sonreía amigablemente lo mismo que Kay, Hei era el único que le observaba con una mezcla de disgusto y enojo en su mirada, pero eso le era poco importante al chico comparado con el resto.
Kay fue quien hablo primero, "de acuerdo, ya creo entender la situación. Aun así hay cosas que parece que necesitaremos hablar Tsukune, pero antes…" Kay volteo la mirada a Hei con expresión dura, lo mismo que Hei quien se la devolvió
"No esperaba que aparecieras y que terminaras 'salvando' a mi amigo. Una parte de mi me dice que debería de agradecerte, pero algo me dice que eso no te importa nada, y que poco o nada te hubiera interesado salvar a Tsukune desde el 'fondo de tu corazón' (si es que tienes uno.) Supongo lo hiciste más llevado por tu obligación de acuerdo al trato que hiciste con el mundo espiritual y ganar puntos con nosotros, que por algo genuino."
"Tch," Hei solo hizo ese ruido chasqueando la lengua como respondió de forma altanera, "me da igual lo que pienses, quizás tengas en parte razón, pero eso poco importa ahora. Le salve el culo a tu amiguito, cuando hacía algo realmente estúpido. Aunque aquella estúpida mujer de las nieves es igual de estúpida a él, quizás fue por eso que lo busco primeramente. Para estar con su 'igual'."
Kay no dijo nada como se mantuvo silencioso, no era porque no quería no responderle, sino porque al parecer, la chica a quien conocían por el nombre de Mizore no espero más, una fuerte ventisca se hizo presente, haciendo que el grupo se protegiera con sus brazos, mientras Kay, Hei y Kurama denotaron los numerosos ataques que venían en pos de ellos. Kurama con su látigo de espinas no tuvo problema para desenrollarlo y alargarlo, extendiéndose una decena de metros como prosiguió a detener los numerosos ataques de hielo, basados en lanzas, picas, churikens, dagas, etc… Que eran lanzados hacia ellos, como movía su látigo en forma circulares que abarcaban un amplio espacio y no dejaba margen para que ninguno de esos entrara en su perímetro, como los destruía. Kay por su parte detuvo un fuerte viento convertido en un tornado que podría congelar a quien lo recibiera de lleno además de embestirlo fuertemente. Este tornado cayó justo encima de ellos, pero Kay solo tuvo que levantar su brazo izquierdo para detenerlo con la palma de su mano, como de un fuerte movimiento de su mano hacia un lado, este término desvaneciéndose en la nada sin llegar a causar tanto daño. Hei solo levanto la palma de su mano de su costado intacto, como comenzó a generar llamas negras de fuego y procedió a quemar y derretir, a la decena de clones de hielo de la chica que se habían formado y los estaban rodeando.
En cuestión de segundos, el ataque termino. Y los chicos poco o nada se habían movido de su posición como habían logrado bloquear y neutralizar cada ataque, razón por lo cual ni Tsukune o las chicas tuvieron que moverse de su sitio para resguardarse. Tal era el poder de los tres ahora, que por unos momentos Mizore los miro en confusión, pasando por unos segundos de miedo y sorpresa, para luego pasar a verlos con odio.
"Bueno, tal parece que aquella no esperara pacientemente a que termínenos nuestra charla. Sera mejor arreglar esto de una vez." Decía Hei en tono socarrón como Kay no pudo más que asentir a regañadientes por lo que él decía
El chico de cabellos castaños con coloración rojiza, dio un paso al frente como sin voltearse se dirigió a sus compañeros y amigos, "yo me encargare de esto, ustedes manténganse al margen, eso va para ti sobre todo."
Decía Kay al mismo tiempo que observaba por el rabillo de su ojo a Hei, el cual solo levanto los hombros y rezongueo sin darle importancia; Kurama le dio una mirada de seguridad, dando a entender que él se haría cargo de la seguridad de todos desde aquí. Las chicas más atrás asintieron tímidamente de acuerdo, pero era Tsukune el único quien no parecía estarlo.
"Espera Kay-san, espera un minuto. ¿En serio vas a ir a pelear contra ella? ¡Eso es osado! Ella tiene un poder y es libre de usarlo, contrario a ti que estas dentro de la barrera. ¿No te haría daño estar intentar sacar tus poderes a flote como dices siempre?"
Las palabras de Tsukune eran de notable preocupación hacia su amigo, no era para menos, pues el desconocía los últimos acontecimientos suscitados en pocas horas.
"Descuida Tsukune, esa limitación que tenía aquí adentro, quedo removida. Ahora puedo hacer uso de mis poderes, o una buena parte de eso, gracias a esto," Decía Kay como levanto el anillo dorado en su dedo 'corazón' en su mano derecha, el cual era perteneciente al mundo espiritual, que le había entregado Kurama
"Con este anillo puedo canalizar y hacer uso de mis poderes sin restricción. Con la salvedad de que el nivel de mi poder no es el que quisiera, y terminaría agotado después de unos momentos, pero servirá mientras lo use." Decía Kay mientras contemplaba el anillo en su mano antes de pasar a ver a Hei
"A mí no me mires así, eso ya lo sabía desde que vi el anillo en tu mano derecha, no soy un ladrón experto por no saber de cierta cosas de mis enemigos. Además no hace falta recalcar que estamos de aliados, y aunque dudes, pienso mantener mi palabra, siempre y cuando no sea yo al que traicionen." Fue toda la respuesta del peli azul como volteo la mirada con expresión aburrida
Kay solo suspiro como procedía a marchar nuevamente cuando fue detenido nuevamente por Tsukune.
"Espera un momento Kay-san. Aun si puedes y tienes el poder para hacerlo… ¿de verdad vas a hacerlo? Quiero decir, ella no tiene la culpa. Ella necesita ayuda, ha estado sola todo este tiempo y…"
"Tsukune, no necesito escuchar eso ahora, en el campo de batalla muchas veces esas cuestiones son irrelevantes. Lo único que sé, es que intento matar a Moka, intento congelarte vivo, nos atacó a todos hace unos momentos. Y eso la pone claramente como alguien peligrosa y en necesidad de detener, dudo que las palabras surquen efecto con ella; ya deberías de haber entendido después de todas las luchas que hemos librado, que muchas veces no queda otra opción más que luchar."
"Pero…"
"Descuida, no soy alguien tan frio como para matarla, pero al menos una advertencia será necesaria. He aprendido que en los Youkais está la sangre guerrera de la violencia que evoca de su espíritu de lucha, quizás por ser descendientes de los demonios del infierno. Por lo que luchar será necesario."
Fue todo lo que dijo Kay, como dando por terminado esa conversación y sin ganar de seguir, marcho hacia el frente del campo de batalla. Tsukune intento insistir, pero fue detenido por Kurama quien le impidió el paso con su brazo derecho levantado.
"Déjalo, él tiene razón. Deja que se solucione esto de una vez, el entiende perfectamente la naturaleza del lugar donde está ahora. Por ende que esto es necesario, además tenemos muchas otras cosas de que preocuparnos luego." Fue lo que le respondió el chico peli rojo
Tsukune solo se mordió la lengua como no pudo más que quedarse callado y observar lo que sucedería a continuación impotente una vez más.
"¿Creen que Kay estará en sus óptimas condiciones para luchar?" Pregunto Kurumu aleatoriamente como veía preocupada la siguiente batalla a desarrollar del chico
"Kay-san nos explico la función del anillo espiritual de camino hacia acá, sus efectos secundarios y lo que eso conlleva. No creo que el haga uso indebido de él, si creyera que no pudiera ganar o afectarle negativamente. Así por lo menos es mi impresión de él, al verlo luchar en sus anteriores batallas." Respondía la pequeña niña Yukari Sendo a pesar de que un matiz de preocupación se podría vislumbrar aun en su rostro
Nadie dijo nada más como se quedaron desde donde estaban observando los siguientes eventos a desarrollarse.
Kay se quedó a unos cuantos metros de frente a la chica de largos cabellos morados, quien lo observaba con una expresión fría pero con la mirada de sus ojos, trasmitía la suficiente agresividad e ira como para derretir el hielo, irónicamente hablando.
"Escúchame tu, no voy a perder el tiempo hablando contigo de cosas sin importancia, se las razones por las cuales atacaste a mis amigos y a mí también básicamente, por lo que voy a ser claro desde ahora. Largo de aquí, largo y no te vuelvas a acercar a nosotros, de lo contrario, no seremos tan amables la 'próxima vez'."
Kay no estaba en disposición para perder el tiempo, tenía muchos problemas que tratar, como los enemigos en las sombras que habían hecho uso del poder oscuro del primordio para sus fines. Por lo que cualquier incidente menor, debía de ser resuelto rápidamente para tener tiempo de seguir preparándose en caso de algún otro ataque hacia ellos. Por lo que aquellas duras palabras eran en vano, el tratar de forzar una retirada y deslizarse de aquel problema rápidamente como el incidente con los Youkais mestizos de esta mañana. Por supuesto, en lo que ha aprendido sobre la naturaleza sobrenatural de este mundo y sobre aquellos que la habitan, es que la mayor parte casi siempre…
"Vete al diablo."
Esas fueron las palabras que Kay necesitaba saber para dar por terminado aquella muestra de 'dialogo'. Como se preparó como la chica con sus enormes garras de hielo que tenía ahora por manos, hizo el primer movimiento.
Un conjunto de decenas de lanzas, estacas, dagas y demás objetos corto punzantes, creados por las garras de la chica a partir de hielo sólido, fueron dirigidas hacia el chico quien no se inmuto ante esto. El chico solo se dedicó a estar parado donde estaba mientras su campo AT se encargaba de parar cualquiera de los ataques que iban dirigidos hacia él. La chica de nombre Mizore no podía estar más que sorprendida y extrañada después de haber parado el ataque un momento.
Ella había observado que algo había detenido cada uno de sus ataques, pero no podía especificar que era ese 'algo'. Solo pudo vislumbrar por unos segundos intermitentes entre cada ataque detenido, una especie de barrera invisible en el aire en forma de octógonos concéntricos que parpadeaban en una especie de luz anaranjada. La chica no tenía forma de saber que el campo AT del chico, era el que había detenido cada uno de sus ataques, y que si bien el poder del usuario estaba bajo aun dentro de la barrera y con apoyo del anillo, era lo suficientemente fuerte para resistir los embates de la chica; por lo que no tenía que preocuparse que ella no demostrara ser tan poderosa.
"Aunque es extraño que alguien como Hei resultara herido por ella en este punto, dudo que ella tenga un nivel de rango elevado de energía Youki. Igual en mi mejor forma un campo AT podría resistir los embates de una bomba nuclear incluso… no sé qué tan efectiva seria contra los Youkais de clase S. Igual ella no es uno, por lo que mejor no preocuparse al respecto con eso." Eran los pensamientos del chico cuando se cercioro del siguiente movimiento de la chica
Al parecer está, dándose cuenta de que ningún ataque físico podría funcionar en él, decidió usar otro tipo de ataque. Ella comenzó a acumular una gran cantidad de viento gélido, el cual termino transformando en una enorme ventisca gracias al poder que ella dejaba entrever, como el aura Youki de azul pálido se manifestaba en ella, como sus ojos adquirían un brillo nublado y centellante a la vez, su cabello se convertía en una extensión hecha de hielo y escarcha blanquecina y semi transparente, mientras invocaba más viento que iba acumulándose en la parte superior de ella, ayudada por sus garras de hielo a modo de controlarlo.
Para el chico era obvio lo que quería hacer por lo que solo se quedó estático donde estaba, si ella quería jugar con hielo, le 'enseñaría' como usarlo mejor. No tardo tiempo para que la chica terminara impulsando el fuerte viento en forma de tornado y fuerte ventisca que congelaba todo el camino hacia su paso, en dirección hacia el chico quien no se inmutaba ante esto. El ataque dio de lleno, todo el lugar en un radio de varios metros a la redonda, comenzó a congelarse y transformarse en un tipo de hielo más sólido y duro que antes, como el viento arrecio bastante fuerte y los chicos desde lejos tuvieron que cubrirse con sus brazos y a duras penas sostenerse de pie en el mismo lugar; a excepción de Kurama y Hei quienes veían incólumes esto sin moverse de su sitio.
Pareciera que la chica estaba ganando, pero luego ocurrió algo que sorprendió a casi todo el mundo, más a la misma Mizore quien si hubiera tenido su chupete en la boca en ese momento, se le habría caído por tenerla tan abierta de la sorpresa como ahora. Su ataque gélido estaba siendo contrarrestado por uno similar, o más bien superior. Era la técnica del puño de hielo ejercida por Kay, quien estaba ganando terreno y contrarrestando la del viento gélido de la Yuki-Onna, para sorpresa de esta.
Para muchos de los chicos quienes veían esto, esto no era nada raro, pues ya los chicos del Club y Kurama, habían sido testigos de estas técnicas anteriores usadas por Kay, en la batalla contra la comisión de seguridad pública y en la 'colina de la bruja' respectivamente. Los únicos quienes veían esto por primera vez eran Mizore, y también Hei. Quien tenía el ceño fruncido así como una mirada agria al darse cuenta, que aquel por quien fue vencido, ejercía las mismas técnicas que el ejerce sobre ataques basados en hielo y frio. Algo que amargo más por dentro al chico peli azul oscuro.
No se tardó mucho cuando la técnica llamada Diamond Dust o Polvo de diamante, empleada por Kay, barrio todo el tornado ganando terreno y llegando hasta la chica, la cual no pudo hacer nada como el ataque la impacto de lleno y la hizo tropezar y caer de espaldas contra el duro y frio suelo de hielo, unos pocos metros. Kay permaneció en el mismo sitio sin moverse, sabía que un ataque de esa índole no lastimaría a la chica. Ya que por lo que sabe, a las Yuki-onnas no les afecta el frio en lo absoluto, pues como seres de esa naturaleza, sería poco menos que una 'brisa fresca'.
Y no estuvo mal en sus apreciaciones cuando vio levantarse a la chica con algo de dificultad, hasta quedar nuevamente en pie pero algo encorvada. Quizás el impacto y no el frio en sí, la hayan lastimado más.
"Eso que tu hiciste… era un ataque congelante muy similar a lo que hago… ¿Quién eres tu acaso? ¿Eres otro Imiko también?" Le profesaba Mizore mientras le miraba con ira y odio, por primera vez con su rostro contorsionado y expresando sus emociones de una manera descontrolada
"No lo soy, aunque sé que es uno. Es un mestizo, ¿no es así? Un ser varón que es nacido de una Yuki-Onna y un ser de otra especie Youkai, aunque mayormente son de los demonios de fuego. Lamento decirte que no, solo soy alguien que conoce y hace uso de técnicas basadas en el hielo también. Y aun si tú eres una criatura de esa naturaleza, dudo que estés al nivel por la cual yo las empleo."
Aquellas palabras molestaron más a la chica, quien miraba con mueca agria al chico. Pareciera que de un momento a otro, ella perdiera el control y se arrojara hacia el de frente, ya que sus garras crecían más grandes y afiladas que antes, listas para abalanzarse sobre aquel engreído y destazarlo, según pensaba la chica peli morada.
Pero Kay no iba a dejarle tiempo, como de pronto un aura de color blanco, comenzó a envolver al chico como lo que parecían ser escarchas de hielo, comenzaban a caer y circular por el viento gélido, el cual el grado y temperatura del lugar, comenzaban a bajar aún más, haciendo del cual ninguna criatura de sangre caliente sobreviviría más en ese estado. Solo los chicos quienes estaban más alejados del lugar podían sentir el cambio en la temperatura del ambiente. A Hei no le preocupaba nada debido a su naturaleza dual, Kurama se protegía con su Youki, mientras Yukari creaba una especie de barrera mágica, para protegerse a ella y sus amigos, en especial Tsukune del insoportable frio del ambiente.
La mano derecha de Kay comenzó a congelarse, cubriéndose es una materia blanquecina hecha de hielo y escarcha blanca. Mizore no podía más que observar sorprendida esto, que otro ser aparte de ella pudiera ejercer tal control del frio. Obviamente deberían existir más seres capaces de hacer esto además de su especie o los Imiko, pero ella no conocía a ninguno y ver esto por primera vez la dejo sin habla y observando casi que embelesada desde su lugar. Momento aprovechado por Kay para atacar.
"¡Polvo de diamante!" Grito Kay como lanzando su mano derecha hacia adelante, la descarga de intenso frio y aire congelante con escarcha en forma de pequeños cristales de hielo cortantes a través de un poderoso e intenso frio
Quizás el frio en si no afectara a la chica, pero el impacto sumado al nivel de poder superior, además de los pequeños cristales de hielo que cortaban carne, le afectaría demasiado. Y así fue.
El ataque impacto a Mizore la cual lo resintió en su cuerpo y le hizo encorvarse más, antes de salir disparada y arrojada varias decenas de metros más, mientras daba volteretas en el aire y se estrellaba a orillas del lago congelado, produciendo una gran avalancha de nieve por el impacto, mientras esta caía y parecía enterrarla debajo de esta. La batalla por fin termino.
Kay solo suspiro como se dio la vuelta, a la vez que el aura que lo envolvía desaparecía. En el lugar comenzaron a caer numerosas escarchas de cristales de hielo, haciendo el efecto de nevar. Cuando Kay llegó hasta donde sus amigos vio las distintas expresiones que tenían en su rostro. Moka y Yukari se acercaron a él sonriendo, como la peli rosa le palmeaba el hombro y la pequeña niña se abrazaba a él, quien devolvía el afecto a la pequeña. Kurumu le levantaba el dedo pulgar afirmativamente, Kurama le asentía y Hei solo le rehuía la mirada. El único cabizbajo era Tsukune, pero ya tendrían tiempo para hablar de ello.
"Por lo pronto regresemos, tenemos muchas cosas que hacer. Ya les contare cuando estemos de nuevo en el salón del Club. Y tú," decía mirando hacia Hei, "vienes con nosotros, sin trucos ni reclamos. ¿Entendido?"
El chico no respondió como se quedó mirando al lugar donde Mizore había quedo prácticamente que 'sepultada' después de su derrota. Después de unos segundos observando el lugar con mirada impávida, solo suspiro no más, como decidió seguir al grupo de chicos sin más ánimos de replicar en ese momento.
Pareciera que fuese el final de este incidente, pero debido a esto, el día de mañana se suscitaría otro evento que involucrarían otra vez al grupo del Club y a la chica de nombre Shirayuki Mizore.
Comenzando porque ella no asistió a clases ese día.
FIN DEL CAPITULO
