Capítulo 42: El pasado casi olvidado de la chica de hielo

En algún lugar perdido de algún lugar y de un tiempo indeterminado atrás

Era un bosque cubierto de nieve. Era la temporada de invierno, y la nieve estaba más alta de lo normal, cubriendo el pasto del suelo de escarcha blanquecina como pareciera que la vida en este bosque estuviera silenciada, quizás porque todos los animales debían de estar resguardándose en sus madrigueras, a la espera de volver a salir con el sol de primavera.

A pesar de eso, era de día aun, y que aun con los débiles rayos de sol que no dejaban entrar casi luz dentro de los angostos arboles cubiertos de nieve, se podría tener aún la suficiente visibilidad para darse cuenta de una figura pequeña que se encontraba en medio de aquel sitio, sin miedo alguno a estar en la oscuridad, como si no fuese la primera vez que hiciese eso. Esa figura pequeña era una niña, de unos siete años aproximadamente. Vestía una especie de kimono blanco, tan blanco como la nieve en el suelo, o la piel de la chica, la cual era pálida dándole un aire sobrenatural y casi etéreo. Tenía cabello corto que le llegan hasta los hombros de color morado claro, sus ojos eran azules, pero con color púrpura rodeando su parte superior de la córnea, sus pupilas eran las azules. Tenía una especie de piruleta en la boca también.

La niña en cuestión recorría los bosques sin importarle mucho las ventiscas de viento fríos y gélidos, que helarían la sangre a cualquiera con sangre caliente; eso claro, si se cree que aquella niña poseía sangre caliente alguna. La chica solo dejaba que la brisa gélida la bañara como cerraba sus ojos y se dejaba llevar por aquel viento frio. Después de unos momentos abrió sus ojos, y seguía caminando mirando para todos lados, sin encontrar nada que hacer. Su hogar no estaba lejos, pero le aburría el regresar allí y quedarse todo el día sin hacer nada, las mujeres de las nieves o Yuki-onnas no eran conocidas por hacer mucho, más que atender a sus hijos y arraigarse en sus costumbres milenarias, por lo que, para una niña como ella en esta etapa de su vida, no quería sentirse sola o aburrida, algo irónico tratándose de mujeres de naturalezas frías y solitarias como estas.

Comenzó por recoger nieve del suelo y amontonarla encima, una detrás de otra, con intención de recrear una figura, quizás un muñeco de nieve serviría para liberarse de su aburrimiento. Lo que no sabía la pequeña niña, es que estaba siendo observada por otra figura en ese mismo instante, una figura de casi su mismo tamaño, aunque un poco más grande por unos pocos centímetros, la cual observaba a la niña encima de lo alto de un árbol oculto por las ramas y tronco del mismo, la nieve también ayudaba a ocultar su visibilidad, pero él no perdía ningún segundo en no dejar de observar a la pequeña en el suelo recogiendo nieve. Esta figura se dejaba entrever como la de un joven chico, de una edad aproximada a la misma edad de la chica que observaba, pero unos centímetros más alto.

Este tenía el cabello color azul oscuro, sus ojos eran del mismo color y del mismo aspecto de la chica, con un borde negro rodeando sus corneas. Su piel no era tan pálida, teniendo algo de color claro tipo piel, pero no mucho color haciéndolo ver como alguien más bien fuera de lugar entre los demás. Vestía ropas que parecían de un indigente, aunque tampoco estaba tan mal, vestía jean color azul y una camisa sin mangas color blanca, con zapatos negros, no parecía afectado por el extremo frio aun así vestía sin protección, pero quizás, debía de ser de la misma naturaleza o una cercana, a la de la chica que observaba atentamente desde lo alto del árbol.

El chico suspiro dejando exhalar una corriente de aire frio de su boca, debido a la temperatura del ambiente, el solo se recostó contra el tronco y se sentó en una gruesa rama de árbol sin apartar su vista de aquella niña que parecía seguir empecinada en su propio mundo. Viéndola ahí tan desprotegida, que parecía casi irrisorio par el chico. Él nunca había dejado de espiarla desde hace tiempo según tenia uso de razón, ¿quizás desde hace dos años cuando llegó aquí? No lo sabía pues poco lograba recordar antes de eso, quizás una bendición comparado con todo lo que tuvo que vivir en sus primeros años y poco recordaba, y que, su madre se encargaba de hacerle olvidar, al cambiarle de tema y fingir con una sonrisa que todo 'estaba bien ahora', lo cual comparado con antes podría ser cierto a medias. La verdad es que no se sentía tan así, quizás por eso siempre que podía, recorría solo estos bosques sin mucho que hacer, quizás buscando algo con que perder su tiempo. Su madre le había pedido que no se alejara mucho de la casa (si es que se le podría llamar a esa pequeña cabaña en mitad del bosque, pero peor era el tener nada como antes.) Y que, sobre todo, se mantuviera alejado de las mujeres de las nieves y sus casas, las cuales vivían no muy lejos al otro extremo del bosque en su llamada 'tierra de las Yuki-onnas', lugar donde gente como él y su madre no eran bienvenidas pese a que aceptaban el dejarlos vivir en su territorio, con la condición de que se mantuvieran alejados y con contacto al mínimo con sus habitantes, exceptuando en la búsqueda de víveres o comercializando productos para cuando se acababa la comida.

Al chico poco le importaba esto, pues él se sentía en competencia de cazar y buscar su propia comida, algo un poco difícil en un sitio donde literalmente se vivía en la estación de invierno casi perpetuo como era acá. Por ende, que su madre siempre le había pedido paciencia para con esto y se dejara ayudar. El chico solo refunfuñó recordando eso, como decidió pasar a mirar de nuevo a la pequeña chica aun amontonando nieve, ¿pareciera que estuviera haciendo una especie de castillo hecho de nieve y hielo? Podía ver la figura tomar forma, debía de haber practicado mucho para que el estuviera dando resultado. Nada extraño seria en un lugar con nieve y hielo todo el tiempo. Fue en eso que denoto que la chica no debía de ser tan buena, como la figura del castillo se derrumbó bajo su propio peso, y la pequeña chica solo puso mala cara como refunfuño por lo bajo. El chico que la observaba se rio, le parecía hermosa cuando estaba molesta y no es que no lo fuera cuando no lo estaba. ¿Quizás por eso es que siempre él se dedicaba a espiar específicamente a esta chica? Quizás debido a que esta era una de las pocas que se aventuraba lejos de su casa para venir hasta aquí al bosque, no es que hubiera demasiados peligros aquí dentro con el poder de las mujeres de hielo controlando el lugar, pero aun así…pareciera que ella se veía solitaria como la veía siempre sola al venir aquí. Incluso algo más solitaria de lo común para una Yuki-onna dada su naturaleza.

No fue que reparo que su risa se escuchaba más fuertemente y que aquella niña paso a observar el lugar exacto de donde venía, que decidió callar rápidamente, refunfuñando por lo bajo por ser tan tonto de dejarse notar. Pareciera que ella no lo había escuchado y ya el chico estaba por suspirar de alivio cuando ella hablo, con una voz en tono fuerte que se oyó hasta su sitio en lo alto.

"Sé que estás ahí, sal de una vez por favor."

El chico por increíble que parezca, comenzó a sudar, algo tan extraño en un sitio con temperatura baja, pero así se sentía al verse descubierto por la pequeña chica. Sentía que se lo tragaba la tierra y no sabía qué hacer, cuando la chica volvió a hablar.

"Sé muy bien que estás ahí, siempre estás ahí, me he dado cuenta desde hace tiempo que me espías, así que ya no hace falta esconderse más, sal de ahí 'por favor', no pienso repetirlo."

El chico casi ahogo un jadeo, ¿¡desde cuando sabía que el la seguía!? ¿¡cuando se dio cuenta!? O ella era muy buena en sentir a los que la siguen en silencio, o él era muy malo en ese trabajo. Sea como fuera, solo tenía que prepararse y huir rápidamente y…

"¡Swing!"

Un sonido rápido cortando el aire, corto irónicamente sus pensamientos como una especie de proyectil en forma de estaca hecha de hielo, surco el aire hasta dar en su posición. El chico solo pudo más que dar un respingo como sorprendido por la acción, termino directo al suelo cayendo de cola, como su rostro quedo enterrado en la nieve. Para un ser humano normal, caer desde una altura de varios metros seria mortal, pero para este aun chico, esto no significaba nada, como sopándose su cabeza del dolor, se levantó sin mayor complicación, dando a mostrar en evidencia su naturaleza sobrenatural.

"Ya era hora de que salieras, me cansaba de esperar." Decía la pequeña chica como retraía su mano izquierda, convertida en una enorme garra de hielo que resplandecía de forma trasparente igual que su cabello convertido en hielo y escarchas

"¿q-que demonios? ¿¡qué crees que estás haciendo!?" grito iracundo el chico con la cara roja como se volvía hacia la chica, la cual increíblemente no se inmuto como volvía a su forma humana

"Te dije que salieras, me canse de esperar, ¿es que no escuchaste?" respondía la chica en actitud 'fresca' como seguía observando de modo indiferente al chico mientras lamia su piruleta

El chico la miraba con una expresión de hastió como después relincho volteando la cabeza, rehuyendo a su mirada. Fue cuando entre tartamudeos, le pregunto lo que le rondaba la cabeza en esos momentos.

"¿Y cómo supiste que estaba ahí? ¿O…que te vigilaba desde hace tiempo?" para el chico admitir esto era vergonzoso, como no pudo evitar que su cara se pusiera roja y no quisiera observar a la chica

"Lo sé porque yo acostumbro a hacer esas cosas casi todo el tiempo." respondía la chica encogiendo los hombros sin vergüenza

El chico solo puso mala cara recordando que, de hecho, había observado a aquella niña, o pequeña chica como fuese, le gustaba espiar a las personas. Siempre la observaba detrás de árboles o arbustos, espiando a quien fuese, entre conversaciones y demás de gente de su propia especie o hasta animales incluso. Era llamada una 'acosadora' por todas las demás mujeres de las nieves, las cuales decían que era un habito que había adquirido de su madre, que hacía lo mismo y que esas mañas las había heredado su hija.

Por supuesto esto no debería sorpréndele algo al chico, ya que las Yuki-onnas eran perfectas para espiar en tormentas de nieve, las cuales aprovechaban para secuestrar viajeros que se adentraban en sus montañas para procrear con ellos después…o matarlos de frío, sea como fuese. Era parte de su naturaleza, aunque esta niña sea algo más 'anormal' que el resto por espiar entre ellas y ser mucho más solitaria que las demás de su especie, que habitaban en grupos y comunidades, aisladas muchas veces del exterior, tanto de los humanos y otros Youkais agresivos.

"Seguro que sí, te he visto hacerlo, pero que acosadora." Dijo el chico con mala cara, aunque su boca se curvo en una sonrisa sarcástica por eso

Esa respuesta le valió que una estaca hecha de hielo casi le diera en la frente cuando volteaba la vista, y esquivándola por pocos segundos.

"¿¡Qué diablos fue eso!? ¿¡Que te pasa!?" respondió el chico como vio a la chica mirándola fríamente como retraía su mano convertida en garra

"Eso fue por decir eso. Yo solo me aburro con facilidad y es lo único que tengo para entretenerme, además que viniendo de ti que haces lo mismo, no es algo que quieras decir."

El chico solo suspiro porque sabía esto y no podía refutar. Fue cuando denoto que la chica se acercaba hacia el con confianza, como si no tuviera miedo alguno de él. Lo cual era desconcertante.

"Sé quién eres, al principio estaba confundida sobre quien eras, sintiendo tu presencia siempre cerca de mi hacia donde iba. No sabiendo quien eras y lo que querías. Pero el espiar yo misma a las personas, me dio la respuesta que necesitaba para saberlo. En conversaciones entre las demás en la villa, averigüe quien eras y donde vivías, además de muchos otros datos interesantes."

La chica de cabellos morados se detuvo a unos pocos centímetros del chico, poniéndolo nervioso, el cual retrocedía unos pasos casi que inconscientemente.

"Eres un Imiko, ¿un niño maldito verdad? Un chico que nació de la concepción de una Yuki-onna y un Youkai de fuego, ¿verdad?"

Aquella pregunta solo hizo que el chico pusiera mala cara como apartaba su mirada, pero la chica decidió proseguir de todos modos.

"Vives cerca, por los alrededores con tu madre, a quien no quieren cerca debido al peligro que conlleva tu propia existencia. Pero según tengo entendido…tú y tu madre ¿no son de por aquí cierto? Al menos ella no es de la misma raza que nosotras, pese a ser de la misma especie."

El chico solo apretó los dientes, no quería hablar de eso y ya estaba por responder de forma cortante, cuando miro hacia los ojos de la chica que lo observaba fijamente. No había ningún atisbo de rechazo o repulsión en su mirada, solo una mirada fría pero que, si se podía distinguir bien, y vaya que él había visto muchas miradas y expresiones distintas en su corta vida, quizás… ¿entendimiento? No por el rechazo en sí, sino quizás por… ¿la soledad?

Él sabía que la mayoría de Yuki-onnas experimentan este tipo de sensación, debido a su naturaleza fría y de reclusión, aun cuando estas se formaban para vivir en grandes comunidades para protegerse mutuamente, y hacer subsistir su especie. Había algunas variantes de razas de estas mismas también, por ejemplo, su madre no pertenecía a la misma raza que vivían en esta villa, su aspecto físico era ligeramente diferente, lo mismo algunas partes internas de su fisiología como la reproducción, pero igualmente pertenecía a la misma especie. Solo que debido a que estas tenían muchas más similitudes que diferencias, ella es que fue expulsada de su hogar, por tenerlo a él, un Imiko, un niño maldito. Un niño que podría enloquecer y ser consumido por la naturaleza de fuego heredada por su progenitor paterno. Comenzando a quemar e incinerar todo lo que encontrara a su paso, por el simple placer de ver todo incendiarse. Esa era su naturaleza. En el pasado fue una de las razones del declive de la especie de las mujeres de hielo. Eso y la persecución humana y espiritual, así como de otros Youkais agresivos, quienes en su mayoría eran varones, las sometían para abusar de ellas, debido a su poca capacidad o habilidad de lucha. Por ende, que ellas se juntaban para protegerse y subsistir.

Su madre era una Korime, o doncella de hielo, una sub-raza de Yuki-onnas, que vivían en el Makai o mundo demoniaco, completamente aisladas del resto de este y viviendo en una especie de isla flotante llamada Hyouga. También referido comúnmente en otros términos como villa glacial. El cual existe en algún lugar en los cielos del Makai, siendo un pueblo aislado y sumamente difícil de encontrar. También prohíbe los hijos varones y el ingreso de hombres, ya que se los considera problemáticos. Todo lo contrario, a esta otra villa y a esta otra raza de Yuki-onnas con quienes compartían él y su madre territorio. Claro que había sido la gentileza de la líder de este territorio, quien había permitido que él y su madre se instalaran acá, primeramente, cuando en la otra villa, con su propia raza, no dejaron a su madre vivir solo por tenerlo a él. Y todo era debido a su naturaleza y como fue concebido. Por ende, que ella tuvo que marcharse con el aun siendo un bebe y llegar hasta aquí. No significaba que las demás Yuki-onnas no mantuvieran su distancia de él, porque lo hacían las pocas veces que tenían contacto, pero era mejor porque al menos toleraban su existencia.

Las Korimes se diferenciaban de estas otras Yuki-onnas puras, debido a dos líneas puras que son distintas a las que vivían en esta villa. Una era que no podían pelear ni transformar sus manos en garras de hielo o sus cabellos de forma igual. No podían crear hielo para protegerse o usar las tempestades de las nieves y vientos congelantes como medio de ataque. Eran débiles en comparación, aun si las Korimes vivían en el Makai, mientras que estas otras con quienes compartía territorio, y eran consideradas las más puras de esta raza, vivían en otra dimensión apartada del exterior del mundo humano. Estas podían hacer todo lo anterior, transformarse y usar ataques basados en hielo, nieve y vientos fríos, con lo que podían defenderse de humanos y Youkais agresivos bastante bien. Aunque todo dependía del nivel de poder con quienes contaban los últimos, y que no fuesen detectives espirituales los primeros, peor aún Psíquicos. Aunque hoy día cuenten con una relación estable con el mundo espiritual, debido a que han dejado de parte los secuestros hacia humanos con fines reproductivos. Lo cual ha sido un duro golpe para ellas, quienes ahora las propias razas las resienten.

Lo otro tenía que ver con la última diferencia, su naturaleza para reproducirse y perpetuar la especie. Las Korime podían reproducirse solas, de forma asexual. Y ese proceso solo podía hacerse cada 100 años, por ende, que siempre las crías que estas concebían eran mujeres, solo mujeres; y generalmente estas eran casi que idénticas a la madre, como clones. Ya que la reproducción asexual consistía en desprender una célula o parte del cuerpo, estas formaban un nuevo individuo completo genéticamente idéntico al primero. Solo cuando las Korime mantenían contacto sexual con varones de otras especies, es que ese proceso era interrumpido y podían quedar embarazadas de niños varones. Y casi siempre estos niños nacían con las características hereditarias del padre, como lo opuesto eran con las féminas. Por ende, que su hambre y sed de violencia y sangre eran mayores, contrarias a la naturaleza estoica, fría y recluida de las Yuki-onnas.

Contrario a las Korime, las Yuki-onnas puras, y eso aún estaba en debate. Podían tener hijos varones y mujeres sin ningún problema, claro que el peligro de los niños Imiko aún estaban presente, pero eran mejor educando a sus hijos y estaban mejor preparadas para lidiar con eso, que con sus otras 'primas' en raza y especie. Sin embargo, debido a los cambios en su naturaleza y fisiología, sobre todo reproductiva. Estas maduraban rápidamente y entradas cerca de la adolescencia, ya estaban lo suficientemente maduras para concebir y tener hijos. Si no se hacía pronto, después de cierta edad llegadas a puertas de la edad adulta, ya no podrían tener hijos. Ósea que se quedarían estériles para toda la vida. Por ende, de la costumbre de estas mujeres de raptar viajeros por los caminos en bosques o montañas, sobre todo en invierno y cuando había grandes tormentas de nieve; aunque también gracias a su poder, podían raptarlos en otras estaciones del año, ya que sus pasos podían congelar el camino que recorrían y traer ventiscas de vientos fuertes con ellas, haciéndolas peligrosas igualmente donde fuesen. Mayormente estas elegían a los humanos como sus presas y consortes de toda la vida, sea que estos estuvieran de acuerdo o no, en concebir y seguir perpetuando la especie.

"De una u otra manera, poco pueden hacer ellas para no sentirse solas, aun viviendo en grupo, solo relacionando con otros fuera de su especie y concibiendo con el único propósito de reproducirse y perpetuar la especie. Pensándolo fríamente, realmente son una raza solitaria." Pensó el chico como seguía observando a la chica frente a el

"Sí, soy el." Respondió el después de mucha pausa que ya había hecho sentir amarga a la chica pues en su expresión se denotaba

Su expresión se suavizo cuando el, le respondió después de mucha espera, aun así, decidió seguir preguntándole llevada por una curiosidad extraña.

"Ya, es algo extraño, pero no raro. Muchos de los que nacen como ustedes aquí son controlados a la fuerza o sacrificados cuando suponen un riesgo que no se puede asumir. Igualmente, como nuestras primas que viven en el Makai. Cuando tu madre vino contigo hubo oposición, pero al final le permitieron dejarla quedarse aquí, a buena distancia claro, debido a que tiene buenas amigas, pocas, pero las tiene aquí en esta villa. Entre ellas mi madre, Tsurara Shirayuki."

"Si, mi madre me ha hablado de ella también, aunque no la he visto personalmente, quizás al igual que las otras, se mantiene alejada de mi porque me teme o siente asco."

"No es así, ella no te ha conocido, porque tu madre no la deja, supone que aún no estás acostumbrado a estar cerca de otros."

El chico solo tenía una expresión amarga como más seguía hablando con aquella chica, de cosas que no quería hablar, aun si esta podría ser la primera vez en mucho tiempo, que mantenía una comunicación con alguien fuera de su madre.

"La mayoría se aleja de mi porque me temen o les da asco mi existencia. Como dices soy el niño maldito, que no debió nacer, nacido del hielo y del fuego e inmune a ambos, porque ambas son mi naturaleza y mi fortaleza, y ninguna debilidad mía. Suponen que enloqueceré y matare a todos tal y como mi padre, aunque nunca lo conocí, podrían estar en lo cierto."

El chico alzo su mano derecha la cual apretó en puño, la cual comenzó a volverse roja que pareciera que pudiera sangrar en cualquier momento. Fue cuando una mano fría se posó en ella, haciendo desistir al chico. Era la chica de cabellos morados quien con su mano izquierda hizo desistir al chico, como con su derecha, la llevo al rostro del chico y lo toco suavemente en una de sus mejillas. Aquel acto tomo por sorpresa al chico, y por unos momentos no supo que hacer, como si el frio del ambiente o la propia mano de la chica que tenía en su rostro, lo hubieran dejado congelado en el sitio.

"Ya veo. Significa que fuera de tu madre, no tienes a nadie más. No padre, ni amigos. Tan solo…"

El chico solo se movió unos segundos después de que la chica hablara quitando bruscamente su mano del rostro y apartándose medio metro de la chica, como paso a verla con mirada enojada.

"¿Y eso que? ¡No los necesito! ¡No lo hice hasta ahora y menos será después!"

"Mentira."

"¿Qué?"

"Sé que es mentira porque tu mirada me dijo lo contrario, durante unos segundos pude denotar en tu mirada eso, te duele estar solo casi todo el tiempo. Que te rechacen por ser raro, incluso estando entre monstruos, aun en este mundo sobrenatural, no estamos unidos. Lo sé, porque yo muchas veces he sentido eso, la gran carga de la soledad, no somos una raza muy sociable sabes. Así que, por eso, sé que como te sientes, aunque sea un poco."

"¿Y? ¿Adónde quieres llegar? Tanta charla no es por nada ¿verdad?"

"No, como dije antes me he dado cuenta de tu presencia antes, gracias a que en parte yo también hago eso, espiar a la gente a veces. Es herencia de mi madre supongo." La chica curvo una sonrisa, la primera que el chico observaba y por un momento se quedó viéndola pensando que era linda, hasta que aparto la mirada avergonzado

"Por eso, ya que puedo comprender en parte lo que sientes...es que puedo pedirte algo." La mirada del chico volteo a observarla para estar seguro si oyó bien

¿'Pedirle algo'? ¿Quién era ella para pedirle algo a el? Quien no tenía nada y poco menos mas allá de su madre. Por un momento un sentimiento de frustración iba embargándolo hasta que oyó las siguientes palabras de la chica, que removerían su núcleo de lo que creía hasta ahora.

"¿Quieres ser mi amigo?"

"¿Qué?" preguntó el chico con los ojos bien abiertos de la sorpresa que estaba escuchando

"Te lo acabo de decir. No tengo ningún amigo, nuestra raza acostumbra a tener pocos, además que mi habito de espiar ha hecho que otros niños no se acerquen mucho a mí. Pero ya que tú y yo compartimos aficiones y nos parecemos un poco, ¿no sería bueno unirnos para no sentirnos más solos?"

"Pero, yo…yo soy…"

"No me importa quien seas. Yo ya no quiero sentirme sola, y creo que tú tampoco. ¿Qué dices? Podemos jugar y hacer lo que queramos, no necesitamos acércanos a la villa si no quieres; también podemos jugar por aquí en el bosque o en el lugar que quieras, ¿Qué dices? ¿quieres ser mi amigo?"

La chica por toda pregunta, levanto su mano derecha y sosteniéndola como si invitara al chico a tomar su mano. El chico por un momento dudo, dejando que diversos pensamientos se arremolinaran en su mente, pero fueron los ojos de la chica, aquellos que, aunque se denotaban fríos como era su naturaleza, él pudo vislumbrar algo, una especie de brillo o algo, un anheló. El anhelo de finalmente no sentirse solo nunca más. De terminar su soledad, talvez fue por eso que no dudo en responder y tomar su mano con la derecha igualmente como paso a mirar a la chica a los ojos seriamente.

"Gracias, de verdad." Decía la chica con un tono de voz entrecortado pero que cargaba una inmensa felicidad que no quería manifestarse al exterior

"Me llamo Mizore, por cierto, aunque ya deberías saberlo. Mizore Shirayuki."

"Si, por lo que me decías, ya debí de suponerlo, sobre todo por el nombre de tu madre."

"¿Y tú cómo te llamas? Nunca escuche tu nombre pese a que te nombraban mucho, aunque con otros...sobre nombres que es mejor no decir."

"Me imagino. Pero mi nombre es…Hei… Jaganshi…"

.

Tiempo presente actual, Dimensión Interna de la Academia Youkai

En el lago congelado donde hace unas pocas horas, tuvo lugar el enfrentamiento entre los chicos del Club de periódico y la Yuki-onna, Mizore Shirayuki. La chica en cuestión que fue derrotada, comenzó a despertar del sueño de la inconciencia en el que estaba después de su aplastante derrota.

Comenzando a removerse, saliendo de la 'tumba' de hielo y nieve que tenía encima, para respirar aire fresco. Con mucha dificultad y debilitada aun por la lucha anterior, pudo salir de ese montículo de nieve para después comenzar a arrastrarse por la orilla del lago congelado, mientras se apretaba con uno de sus brazos su pecho dolorosamente. Fue después de un momento, cuando deteniéndose comenzó a toser sangre. Debía de tener una o varias costillas fracturadas, pues sentía un dolor punzante en su pecho, el cual se apretujaba demasiado.

Esto no sería un problema para ella, como muchos Youkais podían curarse haciendo uso máximo de su poder y aura Youki. Claro que en algunos casos cuando estos eran graves, debían de ser remitidos a hospitales creados para tal fin por los propios Ayashi, que emulaban a los humanos y que había uno dentro de esta misma escuela irónicamente. Pero la chica desistió de esa idea, y prefirió comenzar a incorporarse de pie con mucha dificultad, como el dolor en su pecho parecía agravarse más.

"Maldito bastardo, maldito él y todos ellos…se interpusieron en mi camino…ugh… ¡nunca los perdonare!" eran los pensamientos oscuros de la chica como seguía caminando débilmente por el lago a pequeños pasos

Necesitaría horas para recuperarse a fuerza de usar su poder y aura Youki congelante, debería de encerrarse en su habitación e intentar hacer el procedimiento adecuado para eso, al menos tendría más privacidad dentro de su habitación que hacerlo aquí sola a la intemperie.

"Esos malditos, haciéndome ver como una tonta. ¿de dónde demonios viene ese tipo que usa el mismo tipo de poder de hielo que yo? Del Imiko ese podría entenderlo, pero ese chico peli castaño, realmente no. Peor que se jacte en mi cara que sabe usarlo mejor que yo, ¡cuando eso hace parte de mi naturaleza! ¡Malditos todos ellos! ¡Espero que ardan todos ellos en el pozo más oscuro y profundo del infierno!" así pensaba oscuramente la chica cuando otro pensamiento la hizo parar en seco al darse cuenta de algo

Tsukune se había ido. Se había ido con ellos de buena gana. Ni siquiera se detuvo a comprobar si estaba bien. Solo se fue…aun cuando pensó que ella y el eran el uno para el otro, quien mejor lo entendía, pero…al final el la dejo. Lagrimas comenzaron a formarse en los ojos de Mizore como se derrumbó de rodillas en el suelo, mientras más lagrimas que parecieran congelarse al caer de su rostro, seguían cayendo.

"¿Qué he hecho mal?" se decía a sí mismo la chica

El dolor en su pecho comenzaba a molestar, por lo que la chica tomando respiraciones cortas y pausadas, toco la zona afectada con una de sus manos donde sus costillas habían sido aplastadas. Comenzó a congelar aquella zona y podía sentir el dolor en el aligerar poco a poco. La chica apretó los dientes como comenzó a incorporarse de nuevo y salir de aquella zona donde no quería estar. Fue cuando de improviso al tocar uno los bolsillos de su camiseta larga blanca. Al meter la mano en uno de sus bolsillos, saco lo que era la libreta de recuerdos que había dado a Tsukune anteriormente, sobre los recortes de su periódico. Un dolor aún más intenso comenzó a invadirla, pero esta vez no era del cuerpo, sino de su alma. Todo lo que había hecho y trabajado fue para nada.

"¿Por qué Tsukune? ¿Por qué?" se decía a sí mismo la chica como comenzó a caminar a paso lento para salir de aquel lugar, donde no quería estar por los recuerdos amargos que le atraían esa zona

Como comenzó a avanzar un poco más rápido debido a la lenta recuperación de su cuerpo gracias a su poder congelante, la chica pudo denotar que ya era de noche como todo estaba oscuro. Avanzando por el tétrico camino que llevaba hacia el edificio principal de la escuela y cerca de ahí a los dormitorios. Ella no paraba de llorar y sentirse amarga, como recuerdos comenzaron a inundar su frágil mente en aquel instante.

Un recuerdo lejano de un chico humano que le gustaba, y que este la desprecio cuando se enteró de su naturaleza demoniaca. Fue el primer recuerdo triste y doloroso de la chica, el segundo recuerdo era cuando su mejor amigo en aquellos tiempos, un joven varón de casi su misma especie, solo que este tenía la naturaleza tanto del fuego como del hielo recorriendo sus venas, la había abandonado sin decir adiós, solo se fue, sin nada más, nunca supo nada más de él. El tercer recuerdo era cuando a ella le gustaba un profesor de esta misma escuela, y cuando esta se le había confesado, solo para descubrir lo depravado que este era cuando intentó violarla; había huido aquella vez después de defenderse de aquel nefasto profesor, aquel a quien esperaba no volver a ver nunca.

Y finalmente el último y más reciente, cuando pensó que después de tres recuerdos dolorosos que la habían marcado, termino una vez más fallando cuando Tsukune la rechazo, fue golpeada y humillada por sus amigos, y dejada a su suerte después. Estos recuerdos acumulados en la mente de la chica la hicieron caer de rodillas una vez más, en medio del camino de tierra y polvoriento. Lagrimas seguían surcando su rostro como jadeos se podían escuchar salir de su boca, su respiración entrecortada como una sola palabra podía oírse repetir muchas veces.

"¿Por qué? ¿Por…que?" ¿Por qué siempre tenía que estar sola? Era algo común en la naturaleza de las Yuki-onnas, pero igualmente no podía evitar sentirse así. Fue cuando escucho unas voces y pasos detrás de ella que la sacaron de sus pensamientos

"Hey, mira, hay alguien allí que está llorando."

"Es cierto."

Una falta de sensación a excepción de una furia oscura de tono frio, comenzó a embargar a Mizore como esta se puso de pie y se dio la vuelta. Vio que las personas que hablaron eran dos estudiantes varones de aspecto ordinario, parecían preocupados y preguntaban si estaba bien. La chica solo oscureció su mirada debajo de su cabello morado como no quería tener nada con nadie ahora en ese momento, fue cuando uno de los chicos hablo que la saco de sus casillas.

"Oye, mira que es guapa. Tiene buenas piernas."

Eso fue suficiente para hacer entrar a la chica en una profunda rabia que quiso exteriorizar debido al conflicto de sus emociones, algo que puede resultar fatal si se tratase de una Yuki-onna las cuales estaban casi que eternamente reprimidas debido a su naturaleza y crianza. Pero cuando explotaban, era mejor estar lejos.

"¡Cállense, los dos!" Grito la chica con fuerza

Sin siquiera pensarlo, hizo crecer su mano derecha en una enorme garra de hielo, la cual fue expandiéndose en tamaño y tratando de llegar hasta los dos chicos, como estos solo se quedaron helados en el sitio debido a la sorpresa y el miedo. En unos segundos todo había terminado.

Después de terminar de congelar a ambos chicos, ella solo se alejó como seguía llorando y pronunciando el nombre de 'Tsukune' a la noche nocturna, mientras que el dolor en el pecho seguía latente y creciendo más, solo que este dolor no era físico.

.

A la mañana siguiente, en el salón 1.3 de la Academia Youkai

En aquel mismo salón donde tanto Kay, Moka y Tsukune asistían a sus clases, un evento curioso estaba dando lugar en ese mismo momento.

"Todos, tenemos dos nuevos estudiantes que vienen a asistir clases en este semestre, debido a que este el único salón que aún tiene cupo de estudiantes, así que démosles la bienvenida y sean amables con ellos por favor." Decía la Sensei felina Shizuka Nekonome como daba paso a dos figuras que estaban en la entrada

"Mucho gusto, mi nombre es Suichi Minamino, es un gusto conocerlos." Decía nadie menos que el mismo Kurama, vestido con el uniforme de la escuela y quien saludaba inclinándose como era tradicionalmente

"Mi nombre es Hei Jaganshi, es todo lo que tengo que decir." Terminaba de decir de forma hosca nadie menos que Hei, vestido de igual forma y quien tenía una expresión amarga por estar ahí

La mayoría de la clase se quedó en silencio unos segundos, tratando de procesar a estos nuevos invitados, fue cuando una gran ola de gritos y tumultos se formó, viniendo en su mayoría de las chicas del salón.

"¡Kyaaa! ¡Son lindos!"

"¡El chico de cabello peli rojo largo es increíblemente guapo! ¡Tiene una mirada delicada como si fuese una chica!"

"¡El chico peli azul tiene mirada hosca y parece amargado, pero es lindo también!"

Y voces aquí y voces allá, que hacían solo resoplar de ira a los estudiantes varones, quienes, con una mezcla de celos y odio, miraban a los dos chicos recién llegados, los cuales Kurama solo sonreía nerviosamente como Hei ni hacia contacto visual con ninguno de ellos, aunque su expresión agria solo hacían más que intentar ignorar aquellos gritos que se le hacían molestos.

Los únicos que no reaccionaban de la misma forma que el resto de la clase, eran Kay, Moka y Tsukune, quien el primero tenía una mirada aburrida en su cara mientras miraba hacia afuera, cansado de toda la bulla que se estaba haciendo en ese momento, como los últimos chicos solo observaban todo nerviosamente, mientras contenían sus risas.

La entrada de los dos nuevos chicos, quienes para algunos no eran desconocidos, debido a que ambos participaron en una pelea junto al Club de periódico el día de ayer, contra algunos Ayashi mestizos que quisieron atacarlos. Por lo que un centenar de preguntas tenían la clase para los dos nuevos chicos, pero que tuvieron que ser zanjadas por la maestra Shizuka, como ya era hora de empezar las clases, por lo que la mayoría del grupo tuvo que desistir, por ahora.

En horas de descanso del medio día, tanto Hei y Kurama salieron del salón rápidamente, en compañía de sus compañeros, Kay, Moka y Tsukune; tratando de evitar a los demás miembros de la clase que querían hacerles más preguntas y algunos el querer invitarlos a sus respectivos Clubs si aún no se habían unido a uno.

"Que molestos, todos ellos. Parecen insectos que quieren pegársete a ti, y no paran de molestar." Decía visiblemente molesto (algo nada raro) por todo el ajetreo de ese día, mientras caminaba detrás del resto de los chicos por los pasillos de la escuela

"Solo están intrigados, es todo. Mas con lo que sucedió ayer, no tuvimos tiempo de presentarnos formalmente a la escuela como nuevos estudiantes. Es obvio que tienen sus dudas, y preguntar es parte de aclarar eso." Respondía Kurama tranquilamente mientras caminaba adelante con Kay a su lado, y Tsukune y Moka detrás de ellos

El resto de chicos no decían nada como continuaban su camino, cuando fueron parados en seco por un grupo de estudiantes, en su mayoría de féminas, quienes sonreían al grupo, con confianza, ese grupo de chicas que sobrepasaba increíblemente la docena, entre chicas lindas, hermosas y normales sonrieron mayormente a los dos chicos como estos solo se quedaron ahí, observándolas confundidos

"Kurama-san, Hei-san. ¿Ustedes ya pertenecen a un Club?" les pregunto una de las chicas de cabellos dorados lisos, bastante hermosa con ojos esmeraldas, sin duda un buen disfraz a pesar de ser un Ayashi

"De hecho si, los dos vamos a unirnos al Club de periódico, lo siento mucho." Respondió Kurama con pesar

No era la primera vez desde que temprano en la mañana, que le preguntaban a él y en menor medida a Hei (por miedo a su mirada de muerte y actitud.) Si ya se había unido a algún Club; invitaciones para unirse no faltaban, peor el cortésmente rechazo a todas, alegando que tanto el cómo su compañero, ya tenían en mente unirse a uno oficialmente después de clases.

"Ah ya veo, que lastima. ¿Pero podrías al menos firmar un autógrafo y tomarte una foto con nosotras?" decía la misma chica rubia

Kurama solo enarco una ceja confundido cuando hablo "Claro, no hay problema, aunque no entiendo del porqué de eso."

"Obtener la firma y una foto del chico más guapo de la escuela es un logro que hay que presumir. Obtendremos a muchas de nuestras compañeras envidiosas, y muchos chicos celosos también." Respondió sin tapujos la chica lo cual sorprendió a Kurama

"Claro, no veo porque no."

"¡Oh qué bien! ¿Y podrías pedirle a tu amigo si podría también? Es que tiene una cara que da miedo, a pesar de ser lindo también."

Kurama solo paso a mirar a Hei quien observaba enfadado y fastidiado de todo, pero el chico solo respingo y voleo su mirada por toda respuesta.

"Solo que sea una foto, no exijas demasiado de él, ¿sí?" respondió Kurama nerviosamente mientras se rascaba la nuca

"Por mi está bien."

Kurama se vio casi que, obligado por su buena voluntad y amabilidad a firmar algunos autógrafos, y tomarse algunas fotos con las chicas, como algunas pocas con Hei, todo a petición de Kurama que tratara de parecer más amigable, pese a que se sentía que fastidian mas al chico.

"Wow, Kurama-san se ha convertido en famoso apenas ha entrado, que increíble." Decía un sorprendido Tsukune ante la atención que recibía de las chicas y que no podía evitar sentir algo de envidia ante su posición

"No es nada raro, Kurama-san es lindo, además que en lo poco que lleva aquí, he escuchado de parte de las chicas en sus chismes, que es considerado el chico más guapo de la escuela y el más apetecible. Muchas ya están pasando la voz en eso a toda la escuela también." Respondía Moka nerviosamente mientras observaba todo aquello con Tsukune y Kay, algo apartados de toda esa masa de gente

"Jjejeje y veo que Hei no está tomando muy bien toda esa atención, pese a que algunas también parecen interesadas en él." Respondía Tsukune mientras se reía bajamente, pero una mirada de muerte de Hei, quien había podido escuchar eso, lo hizo callar de inmediato

"Pues sí, pero bueno es mejor que sean ellos, y que nosotros no tengamos esa clase de…" las palabras de Moka fueron interrumpidas cuando una de las chicas del grupo llego hasta ellos

"Disculpen, ¿Kay-san?" pregunto nadie menos que la misma chica de cabello liso y dorado al chico peli castaño, el cual se sorprendió de que se dirigieran hacia el

"¿Eres amigo de Kurama-san y Hei-san?" pegunto la chica mientras parecía nerviosa ante la presencia del chico

Kay solo atino a asentir por toda respuesta, no es que estuviera mintiendo acerca de Kurama, aunque de Hei era otro cuento, pero no quería tener que explicar algo como eso tan complicado.

"Ah ya veo. ¿Podrías tomarte unas fotos con nosotras también? Si no es mucha molestia claro." Pregunto la chica ansiosa, lo cual hizo confundir y sorprender a cada momento más al chico

"Claro, no veo por qué no." Respondió sin más Kay no entendiendo todo eso, aunque algo intrigado también

Moka no pudo evitar ser apartada del chico, cuando un grupo de chicas se arremolino entorno al chico peli castaño, el cual estaba sorprendido por este giro, aunque hacia intentos de no demostrarlo.

"Aquí por favor, una firma."

"¡Tomate una foto con nosotros, por favor Kay-san!"

Entre gritos y acosos, el chico solo asintió a todo queriendo salir de allí mismo rápidamente. Más atrás Moka solo veía esa escena, entornando los ojos e inflando las mejillas, como mordía labios, y se aguantaba los celos al seguir observando. Tsukune solo podía observar allí, sin poder hacer mucho.

"Bueno, al menos no toca a mí tener que ser acosado por fa…" Un pensamiento rápido cruzo la mente de Tsukune, al recordar a la chica de cabellos morados y piruleta del día de ayer, la cual claramente estaba interesada en el

"Bueno, mejor ni pienso en eso." Se decía a si mismo mentalmente Tsukune como no quería recordar los eventos del día de ayer, el cual un escalofrió subía a su espalda de solo recordarlo

"¡Muchas gracias!" gritaban algunas chicas como comenzaban a irse de a poco

Algunas chicas habían conseguido su propósito, como se iban embelesadas, otras aprovechaban la ocasión para rápidamente y de forma descarada, besar las mejillas de los chicos, mientras tomaban fotografías como recuerdos para la posteridad. Kurama y Kay fueron los sorprendidos, ya que aún estaban tratando de adaptarse a esto, como no estaban muy acostumbrados a este tipo de atención; Kay solo hacia intentos de no exteriorizar entre su confusión y molestia, por el espacio cercano y el aumento de volumen de las voces que le molestaban mucho y retumban su cabeza, solo Hei era el único que lo hacía, y las chicas estaban los suficientemente cuerdas, para no intentar nada gracioso contra él. Después de unos minutos, fueron despejando el corredor, dejando al grupo nuevamente como estaban, desde antes que esto comenzara.

"Bueno, eso fue…interesante. Me sentí como uno de esos famosos de televisión o cine por unos momentos, fue molesto, pero no podría decir que no fue agradable." Decía Kay como encogía los hombros y se rascaba la nuca sonriendo

"No es la primera vez que me pasa esto, en mis días de escuela, esto era común conmigo. Era el más deseado en la escuela por las chicas, y el más odiado por los chicos. Aunque siempre podía defenderme bien." Decía Kurama recordando aquellos tiempos

"Bah. Para mí fue un fastidio y una molestia, ojalá ni se les ocurra volver a acercarse a mí." Decía hoscamente Hei como siempre

"Aunque puedo entenderlo de Kurama y…hasta de Hei, creo…no entiendo porque me pidieron autógrafos o fotos…llevo medio año aquí y no habían pedido eso nunca las chicas de aquí." Comentaba Kay extrañado ante este comportamiento

"Bueno, tu club de Fans, debió de generar confianza al ver que eres amigo de los dos nuevos chicos más lindos de la escuela, y decidieron aprovechar y acercarse a ti por lo que veo." Decía una Moka en tono inusualmente frio, que hacia recordar a su otra mitad Inner, como resoplaba molesta

"Ya veo…espera… ¿Desde cuándo yo tengo un club de fans?" decía Kay aún más extrañado mientras miraba a Moka

La chica solo volteo molesta mientras se cruzaba de brazos, tal actitud hizo confundir más al chico, como la chica respondió:

"Desde hace tiempo, desde los tiempos en que derrotaste a Kuyou, el jefe de la comisión de seguridad pública. Ya que ganaste fama por tal acción, no solo género que muchos quisieran retarte y te vieran con miedo y respeto entre muchos alumnos, algunos entre su mayoría chicas, comenzaron a admirarte por eso, recordando también que rescataste antes a un grupo de estudiantes femeninas de las garras de la ex-maestra de arte Ishigami Hitomi, cuando estas fueron convertidas en piedra y devueltas a la normalidad cuando tú la derrotaste, estas mismas chicas formaron un club en torno a ti, que ha ido creciendo conforme las noticias y rumores acerca de ti han ido aumentado por nuestras acciones aquí."

"Vaya eso es…interesante…" decía Kay como se rascaba la barbilla y ponía expresión algo pensativa, pero una ligera sonrisa se vislumbró en sus labios ante la notoriedad de los acontecimientos

"Y yo que quería pasar desapercibido la primera vez que vine aquí, ahora eso mismo puede irse al diablo, aunque no podría quejarme por eso, ninguno de los tres ¿verdad?" Decía Kay en tono sarcástico tratando de hacer una broma, cosa que solo a Kurama y Tsukune hicieron gracia como sonrieron también

Pero para Hei no, como solo puso mala cara y volteo la vista; ni menos para Moka la cual paso a mirarlo de una forma que pareciera que sus ojos arrojaran dardos, que simplemente dejó sin habla al chico peli castaño. Fue cuando la chica continua su avance por el corredor a paso rápido, que el resto del grupo siguió el camino igualmente. El chico peli castaño de tono casi rojizos, solo pudo más que resoplar cansadamente ante esto no queriendo hacerle caso, como sus recuerdos de casualidad iban directo hacia el día anterior, después de la batalla en el lago congelado.

.

Flashback del día anterior, después de clases, salón del club del periódico

En el salón se encontraba toda la mayor parte del grupo que conformaban dicho Club; los cuales eran Tsukune, Moka, Yukari, Kurumu, Gin Morioka el presidente del club, quien había sido llamado y el propio Kay. Kurama y Hei también se encontraban allí en ese momento por los temas a discutir.

Kay se encontraba en una silla recostado y descansando, después de haber usado parte de su poder y quedar demasiado agotado, debido al uso del anillo de nuevo en la batalla reciente contra Mizore Shirayuki. Moka estaba a su lado, mientras le pasaba un refresco y cuidando al chico con sumo cuidado, el chico solo agradecía a Moka con una sonrisa por estar atenta. Nadie comentaba en ese momento que parecían evocar más la visión de una pareja que la de amigos, pero decidieron no mencionarlo por discutir cosas más serias. Tsukune estaba envuelto en una manta gruesa, con los pies descalzos y ensabullidos en una tina de agua caliente, debido al extremo frio que tuvo que soportar, cuando fue prisionero de la chica de hielo. Hei estaba sentado en una silla cerca de una de las esquinas del salón, mientras estaba siendo curado con magia curativa, por una renuente Yukari.

Ella había sido pedida por Kay y Kurama que le ayudara a Hei a curarse rápido, ya que la curación de youkais podía durar muchas horas para heridas severas, y aunque la chica estaba algo renuente al principio por temor hacia aquel chico, con el convencimiento y advertencia de parte de ambos hacia Hei, decidió hacerlo como prosiguió su trabajo ayudada por su varita mágica.

Fue cuando el principal punto del tema decidió darse a colación.

"Entonces, ¿eso quiere decir que aun el trabajo de detective del mundo espiritual aquí, no ha terminado? Por eso tienen que haber venido hasta aquí Kurama, y…hasta el mismo Hei, contra quien luchamos duramente una vez, ¿y que casi nos mata y destruye este lugar?"

Las preguntas dichas por Gin Morioka tenían su veracidad, aun viniendo de parte de alguien a quien no venían tan serio. Muchas dudas seguían asaltando las mentes de los chicos, y solo los tres susodichos, Kay, Kurama y Hei; conocían la verdad en su totalidad del porque estas circunstancias de estaban dando. A muchos no les agradaba la idea de volver a involucrarse en peligro, y más en algo que es asunto del mundo espiritual, aquel mundo que los tenía casi que controlados y oprimidos en el mundo humano; pero debido ya que estos mismos se han involucrado en muchos incidentes y batallas ajenas, es que el grupo quedo fichado en su totalidad por los enemigos del otro lado, de aquellos quienes observan todo desde las sombras y quienes podían preparar ataques contra ellos en cualquier momento.

"Pues sí, dicho de esa forma, así es." Fue lo que respondió Kurama casi que encogiendo los hombros

"Por supuesto, una vez más, el mundo espiritual quiere intervenir en donde no lo llaman, y vuelven a voltear todo patas arriba." Decía con amargura Gin como se frotaba sus cabellos con frustración

"No otra vez, dijeron que el asunto ocurrido en la 'colina de la bruja' había terminado. ¿Otra vez tiene que ver algo con eso o tenemos que volver a sentir el miedo de la vez anterior?" Le secundaba Kurumu como solo parecía agitarse sentada en su silla

"Chicos entiendan, que casi nunca un caso queda cerrado permanentemente, tal y como ocurre muchas veces en el mundo humano, a veces hay cosas que pasamos por alto cuando pensamos que todo ha terminado. Pequeñas cosas que terminan saliendo a la luz con el tiempo. Y una de estas es que el prisionero Rando, a quien ustedes conocieron en la batalla contra la bruja Oyakata, no escapo solo, sino que fue ayudado, creemos que aquí puede haber pistas que nos lleven hasta sus posibles cómplices. Además, para prevenir futuros ataques, tenemos que cerciorarnos que este lugar este óptimo para resistirlos, además de servir como un puente en las relaciones entre los Youkais y el mundo espiritual. Me enviaron a mí en vez de a otro detective como Kay, debido a mi experiencia y conocimiento en infiltraciones y demás, puedo ayudar a que ambos mundos lleven una buena correlación debido a mi naturaleza como Youkai y mi alianza con el mundo espiritual; y evitar también incidentes futuros como los ocurridos en todo el transcurso del semestre pasado, como los que escuche que ustedes tuvieron con la comisión de seguridad pública."

"En otras palabras Kurama-san, la misión aquí es compleja ¿verdad? Al igual que Kay-san es vigilar este sitio e irse cuando no encuentre nada extraño, ¿estoy en lo correcto?"

"Estas en lo cierto Tsukune, no solo Kay, sino también yo ayudare en lo que pueda, oscuras fuerzas intentan desestabilizar el equilibrio de nuestro mundo, por eso estamos aquí para ayudar a prevenirlo, y que todo siga como ha estado yendo."

"Está bien Kurama-san, puedo creerte. Pero no me imagino que podrían haber pensado en traer a alguien como Hei hasta aquí para 'ayudarnos', ¿en que estaban pensando?"

Las palabras de Tsukune eran sinceras, podría llegar a creer en lo que le ha dicho, pero la excepción a explicar de una manera más convincente, era la propia presencia del mismo Hei, podía llegar a serlo de otro modo, pero tenía que ser dicho de una forma que entendieran.

"Él está aquí como aliado, ayudándonos y fungiendo de protector de ustedes, cuando Kay y yo no estemos cerca, el fungirá de su protector, no queda decir que en todo momento deben estar juntos y no separarse, con todo lo acontecido este día con la lucha contra los mestizos y aquella extraña chica de las nieves, queda más que decir que esto es en serio."

Todo el mundo en el salón quedo en silencio ante lo dicho por Kurama, los chicos trataban de procesar como que es podía alguien como Hei, fungir de su 'protector' después de todo lo que pasaron para detenerlo. La idea era simplemente ridícula.

"No estarás hablando en serio. ¿El será nuestro 'guardaespaldas'? Ahora sí que veo todo esto jodido, será difícil confiar en el, sin que decida en cualquier momento apuñalar nuestra espalda, que es la que se supone debe de proteger."

Las palabras de Gin Morioka cargaban veneno, pero Kurama con una mirada impávida volteo a mirarlo y a todo el grupo antes de responder.

"Según recuerdo Gin, tu intentaste matar a Kay y al resto del grupo del Club, la primera vez que se conocieron, querías arrebatar a Moka y forzarla a ser tuya, no fue hasta cuando Kay y yo te dimos una paliza que rectificaste."

"¡Oye! ¡Eso fue hace tiempo! ¡Además…!"

"Y tu Kurumu, hiciste alianza con Hei la primera vez para eliminar fuera del camino a Moka, Kay y Tsukune, porque ellos se interponían en tu camino de conseguir el mayor 'harem masculino' de la escuela y ser la numero uno más bella aquí, ¿estoy en lo cierto?"

"¡Oye! ¡Yo no sabía quién era él y que me estaba engañando!" trataba de defenderse Kurumu de las acusaciones, pero Kurama continúo hablando

"También Yukari se comportó muy groseramente contra ustedes la primera vez que la conocieron, haciéndoles bromas pesadas y que muchos la consideraban una molestia por eso, ¿es verdad?"

"¡E-eso fue un error! ¡Yo aún no los conocía ni tenía amigos-Desu!" Yukari trato de decir algo, a su lado Hei no podía evitar mostrar una sonrisa irónica ante esto

"Y, por último, aunque ella no está aquí y no puede defenderse, y no me gusta hablar a espaldas de los demás, hay que recordar que la primera vez que la conocieron, su amiga Ruby Tojo de la 'colina de la bruja' intento matarlos a ustedes, en especial a Yukari y Tsukune, quienes fueron los que más la defendieron e intentaron ayudar. Aunque después rectifico y nos ayudó en la lucha contra su antigua maestra Oyakata y el primigenio Cthulhu."

"Como pueden ver, cada uno aquí ha tenido conflictos con el otro, pero logramos superar las barreras y llegar a conocernos mejor, ustedes pudieron comenzar a llevarse bien y ser ahora verdaderos amigos, eso es lo que se intenta con esta escuela, ayudar a juntar las dos naturalezas de las dos especies que habitan este mundo; los humanos y los youkais, no podremos hacerlo si aún hay discriminación y desconfianza entre nosotros mismos. No digo que les tiene que caer bien Hei, o comenzar a llevarse bien con él, sé que su actitud es desagradable para muchos y puede tener mala voluntad para algunos. Pero sepan que mientras estemos aquí, y mientras haya una oportunidad de que él no sea cazado de nuevo, ni perseguido una vez más por todos los mundos; el sostendrá su palabra y ayudara en lo que más pueda. Es su oportunidad de redimirse y dudo que él vaya a desaprovecharla. Ya que de esto depende la suerte de su alma, ya que podría ir al infierno cuando muera en algún momento, y su alma tenga que rendir cuentas en el mundo espiritual. De una u otra forma, él no tiene opción."

Lo que decía Kurama solo parecía molestar más a Hei como volteaba el rostro, no queriendo hacer contacto visual, le molestaba que reconocer que el chico peli rojo estaba en lo cierto, así que solo permanecía callado con expresión amarga, teniendo su brazo derecho levantado mientras Yukari le hacía curación. Todo el salón quedo en silencio después de eso, quizás como si el grupo pensara seriamente en las palabras dichas. Algunos tenían que admitir que lo dicho por el chico peli rojo es cierto, muchos en ese salón fueron enemigos y, sin embargo, pudieron resolver sus problemas y congeniar aun después del conflicto. ¿Quizás deberían darle una oportunidad a Hei, que paso por lo mismo? Uno de ellos hablo, transmitiendo sus pensamientos al resto, fue Gin nuevamente.

"Bueno, como sea, yo no necesito protección, soy un hombre lobo, uno de los monstruos más fuertes que existen, pocos compiten conmigo en velocidad sobre todo en noches de luna. Igualmente, debido a mis deberes y responsabilidades, ya saben que no puedo estar todo el tiempo junto al grupo."

Esas palabras de 'deberes y responsabilidades' solo trajo un par de miradas acusadoras y agrias, sobre todo de parte de las chicas, Kay y Tsukune quienes lo conocían también solo sonrieron irónicamente ante eso, ya que sabían que aquellas 'responsabilidades' en su mayor parte de ese lobo pervertido, era espiar a las chicas de la escuela cada vez que podía.

"Por eso, creo que yo puedo defenderme solo muy bien, dejemos que aquel chico escalofriante de allá," lo decía apuntando con dedo en dirección hacia Hei, "se encargue de cuidar a los demás chicos. Creo que tanto tu Kay y Kurama pueden defenderse bien solos, sobre todo Kay ahora que puede hacer uso de sus poderes de detective espiritual aquí adentro, con ayuda de ese extraño anillo que tienes, ¿verdad?"

"Si, así es, ya lo expliqué antes." Decía Kay como pasaba a observar el anillo en uno de los dedos de su mano derecha

"Si, y creo haber entendido bien que solo es una parte y te agotas rápido, igualmente te aconsejo que no lo uses siempre, ¿quieres?"

La pregunta de Gin hizo fruncir el ceño de Kay, quien lo observaba confundido por esto.

"Debido a que tus poderes son de índole espiritual, muchos reconocerán estos como alguien proveniente del mundo espiritual, y habrá problemas. Y si no, podrían identificarte como un psíquico, un ser humano con altos índices de poder espiritual; y entonces ya sabes que aquí adentro ese tipo de gente no es muy querida ¿cierto?"

"Lo que quiero decir es que, si vas a luchar o algo cuando no tengas opción, no lo hagas enfrente de los demás, sino que sean en hechos aislados. Ya que nosotros como Youkais que somos empleamos el Youki como nuestro principal y único poder, que seas capaz de usar otro tipo solo recaerá en preguntas que podrían llevar hasta todos nosotros. Por eso te pedimos que sepas usarlo con prudencia."

Las palabras de Gin cargaban sinceridad, algo pocas veces visto en aquel lobo que se la pasaba acosando a chicas y haciendo burlas a los demás. Pero Kay sabía, el resto del grupo sabían, que después de la batalla conjunta contra la comisión de seguridad pública, lo sacrificado que podía llegar a ser Gin con los suyos, y que aun debajo de todas esas capas, el realmente se preocupaba por sus compañeros y amigos.

"Descuida, lo hare, gracias por tu preocupación." No es que Kay no hubiera pensado eso con anterioridad, pero debido a que todo el día hubo bastantes problemas, incidentes y luchas, era difícil mantenerlo en la cabeza todo el rato

Igualmente sabía que como decía, debía de ser prudente en este sitio. Según Kurama, su rango al máximo hasta donde podía elevarlo, era el Rango B intermedio, eso era algo bueno, pero no suficiente, si es que quería enfrentarse o defenderse de los números más altos, como los pocos que conocía oscilaban un rango mayor, eran Kurama, Gin, Hei y la propia Inner Moka; pero debía de ser cauteloso de ahora en adelante, lo que conllevaba a la siguiente pregunta.

"Bueno, ya Tsukune nos debe una explicación de lo ocurrido hoy, hay algunos que no saben aún, pero igualmente, creo que mencionar lo que ocurrió hace un rato con aquella chica es importante." Kay pasaba a mirar al mencionado chico terminado de hablar

Todos los ojos recayeron en él, Tsukune no pudo evitar sentirse un poco incómodo, pero decidió contar su versión de la historia de la ocurrido con el incidente de la chica Shirayuki. Terminado de relatar, una vez más el salón quedo en silencio; algunos como Kurumu solo se apegaban al chico en un intento por confortarlo, Kay le ofreció su simpatía lo mismo que Kurama, como Hei solo lo miraba fríamente, como si su sola mirada pudiera matar.

"Bueno, parece un caso de trastorno por lo que podía deducir, la chica debía de sentirse de una forma bastante inferior o diferente a los demás, lo que con lleva a que actué de una forma bastante antisocial ante el resto. Si a eso le añadimos que las Yuki-onnas son conocidas por raptar a sus presas, a los futuros padres de sus hijos, debido a su naturaleza fría y su problema de natalidad, el problema aumenta. Quizás creyó encontrar en Tsukune un igual, alguien con quien ella pudiera identificarse. Por lo que intentar raptar al chico, y eliminar cualquier 'competencia' que ella haya podido ver en las demás chicas cercanas a él, no importando que fueran sus amigas. Puede entenderse."

Las palabras de Kurama solo hacían sentir culpable a Tsukune, por creer que habían metido a su grupo en otro peligro involuntario, y por no haber podido entender ni ayudar a la chica en el momento, si solo…

"Igualmente, eso no quita que haya intentado atacarnos y que casi mata a Moka." Las palabras de Kay cargaban un tono duro y fuerte, por la acción que se hizo contra una de sus mejores 'amigas'

"No sabemos si intentase lo mismo otra vez, es mejor ser cuidadosos y mantener esa chica alejada de nosotros, no sabemos si se encuentre bien mentalmente como para atacarnos de nuevo."

Las palabras de Kay solo hicieron que la mayoría del grupo asintiera en respuesta, con tantos problemas, un incidente más como este no debía ser prioridad. Moka, Kurumu, Yukari, Gin, y Kurama estuvieron de acuerdo. Los únicos que no asintieron eran Tsukune y Hei; el primero por encontrarse todavía dudoso con respecto a la chica, el segundo por claramente sus emociones y sentimientos personales jugaban aquí, pero eso era algo que no tenía que contarle a nadie.

"Por cierto, esta mañana recibimos un llamado de atención de parte del comité de profesores. Al parecer están enojados debido a que rompimos reglas de la escuela, que prohíben develar la verdadera forma de nuestras respectivas naturalezas a los demás. Claro que entendieron que fue una necesidad, y que no fuimos los únicos, pues los mestizos que fueron los que nos atacaron primero, también rompieron reglas. Por lo que podría decirse que estamos fichados. Como si no tuviéramos más problemas con todo lo que nos aconteció el semestre pasado." Relataba Kurumu como suspiraba debido a esto

"Si, ahora que la comisión de seguridad publica ya no existe, se han vuelto algo estrictos los maestros de la escuela, igualmente el semestre pasado no hubo tanto problema porque la mayoría de nuestras batallas eran aisladas y apartadas de los demás. Ahora con todo este problema, tendremos más trabajo y estrés encima-Desu" decía Yukari la última frase-slogan con desgano sin su habitual energía jovial

"Bueno, como sea. Ya las cartas están sobre las mesas, tendremos que estar cerca lo más que podamos después de clases, y no irnos solos por los caminos solitarios a nuestros dormitorios por la noche. Los que somos más fuertes podemos defendernos en nuestros dormitorios, pero los que necesitan ayuda, les ayudaremos a reforzar sus habitaciones, quizás colocar alguna alarma para advertirnos y dar aviso al resto del grupo de algún incidente que llegue a pasar. Quizás con magia pueda funcionar. Se que esto debe ser molesto para algunos, pero por su bien, les pido paciencia. Les aseguro que esto terminara tarde o temprano."

Las palabras del mismo Kay hicieron poco por aliviar la molestia y tensión de algunos de los miembros de su grupo, pero sabían que, en el fondo, ellos estaban conscientes del peligro siempre, después de todo, estaban cargando con las consecuencias de entrometerse en asuntos del mundo espiritual y ajenos a ellos.

"Aunque solo sea para ayudar a un amigo. A alguien a quien ellos consideran importante para valer el riesgo." Eran los pensamientos de Kay al denotar cuan sus amigos estaban dispuestos a sacrificarse por alguien querido, realmente desde la primera que se conocieron todos y cada uno, ha habido muchos cambios y para bien

"Bueno, ya que terminamos de hablar lo importante, creo que deberíamos introducir a Kurama y Hei correctamente a este Club, ya que estaremos unidos y harán parte de nuestro grupo de trabajo, estaría bien unas explicaciones de lo que tienen que hacer."

Después de decir eso, Kay se volteo hacia el presidente del club de periodismo, Gin Morioka. Este al sentir la mirada de la mayoría del grupo sobre él, solo suspiro como tenía que dar las explicaciones.

"Bien, ya que pertenecerán a este Club, deben de saber ya que soy el presidente y harán lo que yo diga, bien lo primero es…"

Y así se pasaron el resto de la hora explicando los pormenores a los chicos nuevos sobre su papel en el club de periodismo, y que podían aportar. Hei parecía aburrido con la cháchara y poco cooperativo, aun así, sabía que por obligación tenía que hacerlo así no le gustara un ápice esto. Kurama era el que si se denotaba interesado en esto. Después de esto, el grupo hizo como acordó, y regresaron juntos al dormitorio ya entrada la noche en el lugar.

Fin del Flash Back

.

Tiempo presente actual, después de clases, salón del Club de periodismo

El grupo actualmente completo, se encontraba trabajando en sus quehaceres del Club, recortando periódicos, buscando noticias nuevas, pegando papel, buscando información, y demás cosas cotidianas que hacen en este lugar. Kurama se había adaptado rápidamente al lugar, denotándose interesado como era uno de los encargados de buscar información y subirla después de haberla pasado por un minucioso examen de filtro, para corregir cualquier dato desactualizado o falso. Con ayuda de la información recogida en un computador portátil, y de algunas notas escritas también recogidas en sus investigaciones anteriores, recorriendo la escuela. Estaba haciendo ayudado por Yukari de todos modos, la cual era una de las encargadas también en ese ámbito y bastante inteligente para su edad.

Hei era el que parecía fuera de lugar ahí, sentado en una silla de mala gana, aunque bastante concentrado en lo que hacía, recortando y pegando papel y retazos de periódico de la información que le suministraban. En un principio tuvo problemas ya que era de hecho, la primera vez que usaba tijeras y pegamento en su vida, aun así, rápidamente y con una corta explicación, aprendió rápido el manejo de estos utensilios, así sea con cierta reticencia. A pesar de que el grupo no confiaba por completo en él, al menos verlo callado y trabajando era un adelanto, que estar todo el día enfurruñado y con mala cara.

El ahora grupo numeroso y completo estaba concentrado en sus quehaceres, cuando alguien entro por la puerta del salón (recién arreglada por el incidente de ayer con Mizore en el mismo lugar.) Era la maestra titular y encargada del Club, Nekonome Shizuka. Al parecer esta vez no cargaba su usual actitud jovial, como parecía tener una cara ansiosa por algún motivo, lo cual trajo algunas miradas curiosas del grupo hacia la mujer felina.

Fue cuando la mirada de la mujer se posó en Tsukune, que ella rápidamente sonrió y llamo su atención mientras se dirigía hacia él.

"¡Tsukune-kun! ¡Gracias a dios que te encuentro!"

"Shizuka-Sensei ¿pasa algo?" decía Tsukune dejando el trabajo de escribir artículos de periódico que estaba haciendo, y levantándose de su puesto para ver que quería la Sensei felina

"Si, es sobre Shirayuki-san."

Escuchar el apellido de la chica contra quien lucharon ayer, hizo que todo el grupo pusiera más atención e interés en lo que decía la maestra, en especial Hei, quien fue el más atento de todos en lo que pudiera decir sobre la chica.

"¿Sobre Shirayuki-san? ¿Qué pasa con ella?" decía confundido Tsukune, aun con una leve preocupación filtrada en sus palabras al recordar el incidente de ayer y como termino

"Como te habrás dado cuenta, ella no vino al salón hoy, en todo el día no se presentó a clases. Normalmente esto no sería extraño tratándose de ella, pero las noticias que corren ahora sobre ella son graves y temo que podrían generar repercusiones drásticas si no hacemos algo."

Tsukune parecía mas confundido cada vez que su maestra hablaba, ¿acaso Mizore seguía herida por lo del día de ayer? ¿Acciones drásticas contra ella? ¿Pero qué es lo que estaba pasando?

"Anoche ingresaron graves al hospital de la escuela dos chicos, estudiantes de aquí, semi-congelados y casi que muertos. Al parecer según un testigo, vieron a la chica huir de la escena, después de haber atacado a los dos chicos sin justificación alguna. Esta acción junto a sus numerosas ausencias durante el primer semestre, podrían dar lugar a su definitiva expulsión de esta escuela."

Las palabras de la Sensei solo hicieron poner una expresión de sorpresa en el grupo, excepto en Kay y Kurama, quienes veían todo eso con expresión impávida mientras analizaban la situación, Hei solo apretó los dientes de furia, como trataba de contener su expresión lo más que podía neutra, aunque por dentro el irradiaba fuego.

"Es por eso Tsukune-kun que vine a pedirte tu ayuda. Tu aun eres el representante temporal de la clase hasta que se decida lo contrario. Por tanto, es parte de tu deber, además que algo me dice que hago bien en pedírtelo a ti. ¿Tú ya has estado en contacto con Shirayuki-san cierto?"

Tsukune no parecía querer responder a las preguntas de la Sensei felina, su mente se debatía en lo ocurrido en el día de ayer, y la lucha que sostuvieron contra la chica de hielo. Una parte de él, muy grande de hecho, se sentía culpable por lo ocurrido. Una chica que al igual que al igual que una parte de él, se sentía sola. Claro, que él tenía amigos preciosos, amigos que no darían en defenderlo ante cualquier amenaza y se sabía apreciado. Pero más eran sus sentimientos pesados de inutilidad y debilidad comparado con ellos, lo que lo hacían sentir menos comparado con ellos, quizás podría entender a Mizore algo. Una parte de él, realmente la entendía y quería ayudarla.

"Lo hare Sensei, lo hare."

Las palabras del chico trajeron una sonrisa en el rostro de la Sensei felina, así como miradas de sorpresa en las chicas, Kurama veía esto con curiosidad mientras Kay resoplaba aburrido por haberlo predicho, solo Hei observaba al chico peli marrón como si quisiera despedazarlo en aquel mismo instante.

"Bien dicho. Aquí está el número del dormitorio donde ella vive," le dijo mientras le pasaba un papel al chico quien lo recogió "también si no la encuentras en su habitación, debe de estar observando el mar rojo, en la punta del acantilado cerca de su casa. Cuento contigo Tsukune-kun."

Fueron las palabras de la maestra como le guiñaba y sonreía cálidamente, antes de retirarse del salón. Un pesado silencio callo en este cuando la maestra había salido. Todas las caras estaban observando a Tsukune, quien se sentía cohibido, pero que observaba el papel con la dirección en su mano derecha, con determinación.

"¡Tsukune! ¿No pensaras en hacer lo que dijo Nekonome-Sensei ¿verdad?" hablaba una ansiosa Kurumu como se levantaba de su puesto e iba hasta el chico, sujetándolo de su brazo derecho

"Tengo que hacerlo. Ayer no le di la oportunidad a ella de hablar, de enmendar las cosas…yo…"

"¡Pero ella te atacó! ¡Intento matar a Moka! ¡Quizás Kurama tenga algo de razón respecto a que eso mismo sucedió antes entre nosotros, pero igualmente ella no se denota bien mentalmente hablando, está obsesionada contigo, ataco a dos chicos sin ninguna provocación y casi los mata! ¡Están que la echan también! ¿No sería mejor eso, que intervenir en otro problema otra vez, de los tantos problemas que tenemos cargando sobre nuestros hombros en este instante?"

Las palabras de Kurumu sonaban fuerte, aunque cargaban un matiz de desesperación por hacer desistir al chico, después de los incidentes de ayer, ella no quería despegarse de él, ni un instante, por ende, quería cuidar y no hacerlo meter en suficientes problemas. Pero eso solo hacía sentir más mal chico, provocándole una baja autoestima al estar siempre defendido, agravando sus sentimientos de inutilidad e inferioridad ante el grupo. Por ende, que quería hacer algo por su cuenta, algo que no tuviera que ver con la violencia que conocía y que había visto en muchas ocasiones como soluciones a conflictos, en los cuales él no podía luchar.

"Tsukune, adelante, ve."

Esas palabras inesperadas hicieron que el grupo volteara hacia el chico quien las había pronunciado, eran de Kurama.

"Si crees estar listo para ayudar a alguien a tu manera, entonces no te detendremos, es tu deber como dice la maestra, además que quizás encuentres la fuerza que necesites con esto. Ve."

Esas palabras hicieron aparecer una sonrisa en los labios de Tsukune, como sin perder tiempo ni queriendo voltear a observar a sus demás compañeros, salió del salón a toda prisa. Kurumu intento ir tras él, pero fue detenida por Kurama quien llamó su atención.

"Déjalo ir, él debe de hacer esto solo."

"¡Pero no puedo quedarme aquí mientras Tsukune va hacia donde esa mujer peligrosa! ¡Podría pasarle algo malo!"

"¿Y quién dice que lo dejaremos ir solo? Solo le dije eso para que el intente agarrar confianza y buenos ánimos, después del bajo animo con que se ha visto últimamente, además que, si no hace esto, él podría caer en depresión y llevarlo a cometer locuras. Si él cree que puede solucionar este problema por su cuenta, hay que darle la oportunidad, igualmente nosotros no nos quedaremos sentados sin hacer nada. Hay algo en este aspecto sobre el ataque a esos dos chicos que me entra curiosidad."

"¿Curiosidad? ¿Porque dices eso Kurama-san?" Hablaba Yukari curiosa por esto

"Si bien no podría dudar que después de lo que sucedió ayer, la chica pudiera estar en un estado mental más débil que antes, lo suficiente como para atacar a dos chicos sin provocación. Igualmente, siempre he sido curioso en las cosas, y una de mis virtudes que siempre he tenido, es hurgar lo suficiente en un asunto hasta destapar la verdad, y casi siempre esta resulta ser diferente a como nos la imaginamos. Por ende, quiero preguntarle a Shizuka-Sensei más sobre el caso y ver que puedo obtener de esto. Somos el club de periodismo de todos modos ¿hacer esto es parte de nuestro trabajo cierto?"

El grupo solo asintió como Kurama convido a Yukari a que lo acompañara en esto, debido a la inteligencia nata de la chica, y que para ambos era su trabajo el de investigar. Antes de salir Kurama se volvió hacia Kay, asintiendo a lo que sabía que él iba a hacer.

"Supongo que por tu expresión y ver cómo te contienes no ayudara mucho. Si quieres puedes ir y echarle un ojo a Tsukune mientras nosotros dos nos vamos a investigar."

"Eres bueno en denotar las expresiones de la gente ¿no es así?" Le preguntaba nadie menos que Kay con una sonrisa amigable

Kurama solo se encogió de hombros mientras le respondía, "soy bueno para predecir los movimientos de las personas, basados en lo que puedo llegar a conocerlos o predecir su carácter. Ya deberías saber de ese rasgo particular mío."

Kay solo encogió los hombros de igual forma sonriendo, como Kurama salió del salón junto a Yukari; ya el chico peli castaño iba a hacer lo mismo cuando fue abordado por Moka y Kurumu.

"Espera un momento Kay, tal vez yo podría…" Pero la chica Akashiya fue interrumpida como Kay hablo

"No es necesario que vengas Moka, puedo hacerme cargo de esto yo solo esta vez, gracias a esto." lo decía el chico mostrando el anillo espiritual colocado en uno de los dedos de su mano derecha

"Tratare de no usarla mucho, para no agotar mi energía. Pero del resto, creo que puedo manejar esto solo."

Moka parecía cabizbaja como sabia esto, temía que aun así el chico pudiera lastimarse o algo peor por confiarse, ya estaba por rebatir cuando fue Kurumu quien hablo esta vez.

"Entonces yo puedo ir, me preocupa Tsukune, el ir donde esa mujer…"

"¡Eso no! ¡Tenemos mucho trabajo que hacer y ya han salido muchos de clase ahora! Que vaya Kay no más y que el resto se queden para seguir trabajando."

Quien hablo había sido Gin Morioka, pero casi nadie quiso ponerle atención, sobre todo a la mirada pervertida con la que había dicho aquellas palabras, al saber que podría quedar solo con las chicas. Kay solo le hablo rápidamente a la chica peli azul para zanjar cualquier protesta más.

"Es mejor que no, ya somos demasiados los que saldremos por fuera, y Gin tiene algo de razón, tenemos trabajos que hacer en el club, y hemos estado atrasado mucho en esto; además no te preocupes, no dejare que nada malo le pase a Tsukune, descuida."

Kay realmente decía eso porque quería tener la oportunidad de probar más su fuerza y poder, y ver hasta que límite podría llegar aquí, por ende, no quería poner más en peligro a nadie si las cosas no saldrían bien, la peli azul trato de decir algo más, pero una mano en el hombro de ella le hizo desistir.

"Confía en el, Kay no dejara que nada malo le pase a Tsukune."

Las palabras de Moka hacia su amiga, lograban aliviar así sea por poco su tensión y ansiedad; Kay dio gracias a Moka con una mirada agradecida, a lo cual la peli rosa volteo su rostro sonrojada, pero Kay no tendría tiempo de verla así, como el ya salía del salón y cerraba la puerta rápidamente.

En el salón solo quedaron Kurumu, Moka, Gin y Hei. Las primeras solo se resignaron a seguir con el trabajo, como la peli rosa trataba de levantarle los ánimos a su amiga la peli azul. Gin no se atrevía a hacer alguno de sus típicos movimientos en las chicas, por temor a Hei, quien no parecía lo suficientemente paciente para tolerar ese tipo de comportamientos, no por moralidad o deseos de ayudar, sino por molestia y perturbar su estado de ánimo.

El salón quedo casi en silencio, como el grupo siguió en su trabajo del periódico, sin saber que, en todo momento, Hei observaba para todos lugares, esperando una oportunidad para ir…

.

Kurama y Yukari había llegado hasta el salón de profesores a buscar a la maestra Shizuka, por suerte ella se encontraba ahí en ese momento, por lo que aprovecharon para preguntarle sobre el caso del incidente de la chica de nieve.

"Según tengo entendido el testigo que presencio aquel acto, es un profesor. Tan pronto como Shirayuki-san ataco a los chicos, se alejó como el maestro socorrió a los dos chicos rápido, llevándolos al hospital de la escuela. Los reportes de los médicos y enfermeras del hospital, afirman esto mismo y hay pruebas presentadas."

"¿Y qué hay de los chicos Shizuka-Sensei? ¿Ellos no han dicho o confirmado nada?"

Kurama trataba de sacarle la mayor información posible a la maestra felina, como alguien especializado en el uso y manejo de la información, necesitaba corroborar todo antes de emitir un veredicto, tan era su cualidad más excepcional.

"Hasta ahora no. Están muy lastimados y fueron puestos en cuidados intensivos. Shirayuki-san debía de estar muy enojada o algo, para hacerles tal daño aun siendo Ayashis." Respondió la mujer compungida mientras revisaba sentada algunos archivos

Kurama aún se denotaba algo escéptico, para él, las cosas aun no estaban claras, aun si la supuesta prueba 'irrefutable' era la palabra de un maestro contra el alumno. Este tipo de casos siempre demostraban el abuso o muestra de superioridad de alguien sobre alguien más inferior.

"¿Cuál es el nombre de este maestro Sensei? Necesito más descripción para escribir en el periódico de mañana."

Kurama debía de admitir que trabajar en el club de periódico tenía sus ventajas, podía pedir información sin ser sospechoso, con la excusa de usarlo en su investigación en el diario que imprimían.

"Déjame ver, su nombre según recuerdo es…Kotsubo Okuto. Sí, es el. Es el profesor de gimnasia de la escuela."

"Ya veo, supongo que debe de estar en clase de gimnasia en este momento, ¿no es así?"

"En este momento si, aunque pueden pedir unos minutos si quieren preguntarle lo sucedido."

"¿Cómo es su descripción? Para poder ubicarlo cuando lo busque."

Shizuka Nekonome le da la descripción física del profesor de gimnasia al chico, quien asiente con la cabeza cuando ya le quedo prácticamente grabada la información en su cabeza.

"Gracias Sensei, se los agradezco mucho. Vámonos Yukari."

Los dos chicos comenzaron a hacer su camino a la salida del salón que en ese momento había pocos profesores debido a las clases de algunos cursos, pero eso no impidió que los dos fueron abordados antes de salir por uno de los maestros que había escuchado la conversación.

"Hola chicos, ustedes son del club de periódico ¿cierto? ¿Ahora qué nuevo problema se andan metiendo ustedes?"

Kurama solo enarco una ceja algo curioso por el aspecto de la maestra que les estaba hablando; la maestra vestía una blusa la cual llevaba una ranura abierta dejando ver parte de sus senos y un traje de cuero que llevaba debajo, su falda era muy corta junto a unas media negras trasparentes, que dejaban ver sus hermosas piernas.

El chico peli rojo no entendía como permitían la apariencia de una maestra así en la escuela, pero recordaba que, en una escuela para monstruos, las cosas debían de ser diferentes, aun siendo el uno de ellos, fue criado en su mayor parte de su vida humana en el mundo humano, por ende, el ver algo como esto le dejaba entre confuso y curioso.

"Sensei Ririko Kagome, ¿Qué podemos hacer por usted?" hablaba Yukari con algo de cautela lo cual hizo poner en guardia a Kurama

Quizás ella conocía a la maestra y no debía de tener buena relación con ella.

"Escuche lo que hablaban con Shizuka-Sensei respecto al incidente de anoche con la chica Shirayuki, y no pudo evitar entrarme curiosidad cuando mencionaron al profesor de gimnasia Kotsubo Okubo."

La profesora Ririko Kagome, una de las maestras con las cuales tuvo conflictos anteriores con algunos miembros del club de periodismo, principalmente con Tsukune y Kurumu a finales del primer semestre.

"Ustedes deberían de alejarse de ese hombre, ustedes saldrán heridos si siguen metiéndose en problemas como los de ayer. Nuestros maestros no son nada amables como yo, podría decirse que todos son muy peligrosos." Decía la maestra de matemáticas Ririko dando una conferencia

"Eres la menos indicada para decir eso." Decía Yukari en voz baja para ella y Kurama quien alcanzo a escucharla

Yukari recordaba como ella había hipnotizado a Tsukune antes, como forma de 'ayuda' cuando este necesitaba estudiar para los exámenes de matemáticas de finales del primer semestre, el chico se hubiera convertido en su esclavo sino fuese por ayuda de Kurumu, quien derroto a la mujer con forma de lamia.

"Sea como sea, ese Kotsubo-Sensei es famoso por actuar rápido con las mujeres, es muy estricto también. Si el poner sus ojos en una chica nunca la dejara ir. Creo que en el primer semestre hubo una chica de la escuela, que fue suspendida por culpa de él."

Esta información fue bienvenida de parte de Kurama, por lo que, aprovechando esta oportunidad, no demoro en querer preguntarle más.

"¿Ha habido algún tipo de queja o algo acerca del profesor? ¿Otras menciones o rumores respecto a él y su trato?"

"mmm según recuerdo sobre el incidente del semestre pasado, algunos estudiantes mencionan que él quería propasarse con una estudiante, pero esta se defendió congelándolo y este tuvo que ser ingresado al hospital gravemente. Claro que era la palabra del maestro sobre la estudiante, y ella quedo fichada, a pesar de que creen de que la culpa es la del maestro por pasarse de listo."

"¿En esta escuela no investigan nadie ese tipo de casos? ¿Salió en el periódico o fue mencionado o algo?"

"mmm según recuerdo tu eres el estudiante nuevo, pues mira eso fue a comienzos del primer mes del semestre pasado, cuando aún no había muchos integrantes dentro del club del periódico, cuando apenas los estudiantes ingresaban y las solicitudes a ingresos de clubes no se habían realizado, quizás por ende pocos recuerdan y se pasó por alto. Además, esta es una escuela para monstruos, la ley aquí es la del más fuerte, esto no es como el mundo humano, debes de saber defenderte siempre y cuando no infrinjas ciertas reglas como transformarte a tu verdadera forma, destruir propiedad de la escuela, o llegar hasta a matar; del resto no hay ningún problema, eso creo te lo dicen en la fiesta de apertura antes o en la introducción en la escuela."

"Por supuesto que me acuerdo, tales reglas me hacen recordar a la ley del mundo demoniaco, donde el más fuerte siempre vive y el débil muere. Bastante darwinista, pero entre monstruos siempre ha sido así, aun dentro de esta escuela que prepara a monstruos para coexistir con las leyes más 'igualitarias' del mundo humano." Eran los pensamientos de Kurama ante todo esto como hacia una mueca recordando su anterior vida en el mundo demoniaco

"Entonces Sensei ¿usted dice que ese maestro es de tener cuidado, y no muy confiable que digamos?"

"Como te digo, sí. Es mejor no tener a Kotsubo-Sensei de enemigo, es un consejo."

Fue lo último que dijo la maestra de matemáticas Ririko Kagome como se retiró. Kurama se quedó en el lugar donde estaba pensando, hasta que Yukari le llamo la atención.

"No sé si deberíamos confiar en la información de ella. El semestre pasado tuvimos un incidente con ella también."

"Regresemos al salón del club, cuéntame esa historia en el recorrido, hay mucho de qué hablar y necesito saber."

Los dos chicos salieron del salón de maestros como continuaron el camino de regreso al club, como Yukari iba narrándole la historia del incidente de Ririko Kagome del semestre pasado, como Kurama a la vez, tenía pensamientos y hacía conjeturas basado en todo lo que escucho y como trataba de imaginar el escenario anterior…y el siguiente.

.

Academia privada Youkai, dormitorio estudiantil femenino

Tsukune caminaba entre los bloques de habitaciones de los edificios de los dormitorios estudiantes, los cuales eran de la sección de las chicas. Había venido aquí con determinación, dispuesto a arreglar lo que paso ayer, y algo enojado consigo mismo y los demás por la situación difícil que sabía, debía de estarlo pasando la chica llamada Mizore.

"Maldición, ¿qué sucede? ¿Por qué nadie trata de entender a Shirayuki-San? Ella esta tan sola, quizás una mano que la ayude es lo que necesite…" Así pensaba el chico peli marrón como llego hasta habitación de la chica

"Habitación 106, bloque B según recuerdo. Miremos a ver si está aquí." Fue lo que pensó el chico como se dispuso a tocar la puerta

Sin saberlo, más al fondo y encima de un gran y enorme árbol seco, estaba en una de sus ramas nadie menos que el mismo Kay, observando todo y cerciorándose de que el chico no saliera lastimado. Ahora mismo estaba en poder defenderse gracias al anillo que tenía colocado en su mano derecha, pero debía der ser precavido como sabía que este tenía un límite de energía. Sus apreciaciones no eran infundadas como lo siguiente que aconteció fue…

.

Mizore POV

Me cerré a mí misma en mi dormitorio y yo simplemente estaba tirada en el suelo. No congelar cualquier cosa. Simplemente me quedé allí. Inmóvil e indiferente, que apenas sabía si respiraba. Se podía oír el tictac del reloj en la pared.

Perdí la noción del tiempo y, finalmente, me quedé dormido. Soñé, soñé que Tsukune estaba conmigo. Soñé que me sostuvo y me consoló con su cálido abrazo. Un abrazo que me hizo pensar en cuando mi madre también me sostenía igual a cabo. Soñé que me susurró al oído que me quería. Y soñé que lloré. Lloré lágrimas de felicidad. Y soñé que él y yo compartíamos un beso. Un beso, una de esas que sólo podría ser compartida entre los amantes de la misma alma.

Pero entonces algo de la realidad me sacó de mi fantasía. Abrí mis ojos. Un ruido insistente desde la puerta de mi habitación resonaba. ¿Quién podría ser? No tengo a nadie más que quiera venir hacia mí, excepto Shizuka-Sensei; si era ella no tenia deseos de hablar o abrirle la puerta. Solo quería estar sola y tranquila, quería que todo estuviera silencioso y tranquilo de nuevo para regresar a mis sueños.

Fue cuando una voz inesperada me hablo desde el otro lado de la puerta.

"Shirayuki-San, soy yo, soy Tsukune."

¿Tsukune? Me incorporé inmediatamente. Sin embargo, me tomó unos minutos para soportar el estar de pie, porque había perdido un poco de sensibilidad en las piernas. Cuando finalmente fui capaz de soportar mi propio peso, fui con prisa hacia la puerta y estaba a punto de abrirla cuando Tsukune comenzó a hablar de nuevo.

"Discúlpame por venir tan pronto…quería disculparme por lo de ayer."

Simplemente quedé en mi habitación escuchando lo que decía. Empecé a convertir mis manos una vez más en las garras de hielo. Tsukune continuó hablando.

"Sé que herí tus sentimientos. Las cosas terminaron muy mal ayer. ¡Lo siento! De verdad, me pregunto si me perdonarías…"

Había oído suficiente. Clavé mis garras en la puerta, la puerta era débil y la rasgue aparte, ninguna barrera se situaría entre mí y Tsukune.

Fin del Mizore POV

.

La puerta de la habitación de Mizore fue rasgada aparte como Tsukune casi sale volando debió al impacto de la 'mini-explosión', como fue impulsado por la fuerza unos metros a tierra. Debía de agradecer que se encontraban en el primer piso, porque si no hubiera caído unos metros hacia abajo al suelo.

Kay fue testigo de esto, pero decidió mantenerse al margen aun, solo si la chica mostraba más hostilidad y síntomas de atacar, intervendría, pero por el momento quería ver hacia donde podía llegar más esta situación.

"Fue decisión de Tsukune de todos modos, hay que ver hasta dónde quiere llegar su determinación." Eran los pensamientos del chico peli castaño casi rojizo

Tsukune solo intento incorporarse mientras se limpiaba el polvo de su uniforme, cuando vio a la figura de la chica salir de entre el polvo de la anterior mini-explosión, con sus manos ya transformadas en garras de hielo y expresión letárgica.

"¡E-espera Shirayuki-San! ¡No me ataques! ¡Yo solo quiero ayudarte!" Decía Tsukune como agitaba las manos desesperadamente tratando de aplacar a la chica

"El día de ayer heriste a dos estudiantes, ¿verdad? Parece que los dos están gravemente heridos en el hospital, se ha hablado mucho entre los profesores acerca de este incidente. Los profesores quieren expulsarte Shirayuki-San."

Mizore se detuvo como una mirada sorprendida surco su rostro ante esas palabras, Tsukune continúo hablando, sin medir el impacto y peso que esas palabras tendrían en el corazón casi frio de la chica de hielo.

"Pero tú no hiciste eso a propósito, ¿verdad? Yo creo en ti Shirayuki-San, puedo ayudarte."

"Expulsarme…" Eran las palabras entre cortadas que la chica mencionaba aun sorprendida por esto

"Lo sé, pero vayamos juntos y pidamos disculpas. Estoy seguro que te perdonaran si admitimos los errores." Decía Tsukune convencido de sus palabras

Mizore se dedicó a colocar una expresión de shock, para después oscurecer su mirada con el pelo de su largo cabello peli morado. Si siguiente tono de voz, cargaba un gran dolor encima, como trataba de pronunciar las palabras dolidas.

"¿De que estas hablando? Esa no era yo." Mizore apretaba los puños como intentaba digerir las palabras

"Yo admito que congelé a dos chicos ayer, pero fue en un momento en el que perdí la compostura. Inmediatamente me di cuenta y los descongelé. Esos dos chicos no deberían estar gravemente heridos."

La expresión de Tsukune fue de sorpresa y confusión, el recordaba oír de Shizuka-Sensei que aquellos estudiantes estaban graves en el hospital. ¿Qué estaba pasando entonces? ¿Acaso alguno de los dos mentía, o se exageró en algo?

Una pequeña risa vino de Mizore, a lo que el chico volvió su mirada solo sorprenderse con la visión del rostro de la chica, bañada en lágrimas.

"Deja de actuar tan inocente de repente, Tsukune… ¿crees que yo podría haber atacado a gente inocente?"

"Yo si pienso que serias capaz, más en tu estado mental tan ambivalente." Eran los pensamientos de Kay, quien no sentía ninguna simpatía hacia la joven, como seguía observando la escena encima de una rama de unos de los enormes árboles secos del lugar

En un momento por la esquina del ojo izquierdo de Kay, observó una figura detrás de otro árbol, observando la misma escena. El, la había detectado desde antes, pero decidió ignorarla por el momento, como su atención debía de estar a la vista de su amigo, pero hizo nota mental de no dejar pasar el cerciorarse de quien pudiera ser aquella figura que espiaba.

"Te pasaste de la raya Tsukune…eras el único que quería que en el fondo me entendiera." Fueron las últimas palabras que profirió una triste Mizore como rápidamente comenzó a alejarse del lugar

Tsukune había quedado impactado por la mirada genuinamente triste de la chica, y ya hacia el ademan de ir tras ella, cuando una mano se posó en su hombro derecho. Era Kay, quien pensó que era justo y necesario el parar eso ahora.

"Déjala ir Tsukune, como está ahora, es mejor darle un momento sola. Hiciste lo que pudiste para ayudarla, vámonos de regreso."

Tsukune quería decir algo, pero sabía que sería inútil, lo que acabo de suceder era una prueba de esto.

"Quizás al final ella tenga razón, yo nunca la entendí." Eran los pensamientos de Tsukune como cabizbajo comenzó a seguir a su amigo Kay, de regreso al salón del Club

Kay solo por mientras, había dado un rápido vistazo a la figura que se había escondido detrás del otro árbol cercano, comenzar a moverse. Él había alcanzado las características del sujeto quien también había estado espiando la escena, y no pudo más que confundirse cuando el identifico a uno de los profesores que daban clases en la escuela.

"Creo que era el profesor de Gimnasia. Aunque no recuerdo el nombre…Kotsu… ¿Kotsubo? No me acuerdo en este instante." Era lo que pensaba el chico peli castaño mientras regresaba a la escuela en compañía de su cabizbajo amigo

.

De vuelta en el salón del Club, Kurama y Yukari ya habían regresado y se encontraban hablando con el presidente del Club, Gin Morioka. Algo se le hacía raro a Kay como llego junto a Tsukune al lugar, para observar la conversación o más bien discusión, que se estaba llevando a cabo. O más bien era Gin quien alzaba la voz, mientras Kurama pacientemente escuchaba mientras Gin seguía su diatriba. A su lado Yukari tenía sus mejillas como delataba su molestia y fastidio de la situación, mientras las otras chicas solo seguían trabajando en lo suyo del periódico, algo incomodas por las palabras fuertes que profería Gin en ese momento.

"¡Como te estoy diciendo, no sé, ni me importa una mierda, donde pudo haber ido ese pendejo! ¡No es como si fuera su niñera o algo así!"

"¿Qué esta pasando aquí?" Preguntaba Kay como se acercaba curioso por saber que estaba pasando

"Hei se ha ido." Fueron las únicas palabras que profirió Kurama en tono neutral

Kay dándose cuenta al mirar para todos lados dentro del salón, se dio cuenta que el chico de cabello azul oscuro, efectivamente no se encontraba en el lugar. Las chicas más atrás, Moka y Kurumu, parecían incomodas al denotar su mirada interrogativa, como dando estas a entender que no había nada que pudieran haber hecho para detenerlo, como Kay solo les dio un asentamiento de cabeza tranquilizándolas.

"Prácticamente el salió de aquí sin más. Cuando intente preguntarle me mando al diablo y dijo que era su asunto. Obviamente yo no voy a ir detrás de él, para empezar una pelea o que destruya la mitad de la escuela y mate a alguien en el proceso." Eran las palabras con las que Gin trataba de excusarse

Pero en honor a la verdad, era cierto que nadie aquí pudiera haber detenido a aquel chico, cuando estaba empecinado en algo. Prácticamente aquí medio salón no podía estar al nivel de Hei, exceptuando Gin en su verdadera forma de hombre lobo, aunque necesitaba la potencia de la luna llena para ser más rápido y fuerte. Y Moka con solo liberarse del sello de su rosario a su verdadera forma vampírica.

"Como sea él debe de saber cuidarse. No es que confié mucho en él, pero estando aquí adentro debería de estar vigilado como dices Kurama, además que deberá de mantener su trato si quiere salir bien."

"Eso lo sé, pero no es eso lo que más me preocupa ahora mismo."

"¿A qué te refieres?"

"Tiene que ver con el caso de la Yuki-onna, Mizore Shirayuki."

Ante lo dicho por Kurama, Tsukune levanto su cabeza y parecía recobrar su sentido anímico, después de la escena anterior tan deplorable que tuvo con la chica hace unos momentos.

"Al parecer como siempre supongo, hay algo más de lo que se pudo apreciar a simple vista en este caso." Decía Kurama como sonreía de una manera misteriosa que pocas veces el grupo podía ver en el

"¿Y que se supone que significa eso?" Decía Kay frunciendo el ceño

"El testigo quien había presenciado el ataque de Mizore hacia los dos chicos, es nada menos que el profesor de gimnasia, Kotsubo Okubo. Alguien quien no tiene una muy buena reputación en la escuela."

Kurama prosiguió a contar la información que adquirió en base a las maestras Shizuka y Ririko Kagome, entre más iba relatando, más una expresión de confusión iban adquiriendo en los rostros de quien los escuchaban, excepto Kay quien tenía el ceño fruncido en todo momento, tratando de pensar en lo que Kurama pudiera estarle diciendo, no fue difícil dilucidarlo después de pensarlo bien.

"Entonces, ¿estás dando a entender que ese maestro tiene que ver con aquel incidente?" Preguntaba Kay yendo al grano

"No podría confirmarlo al cien por ciento, ya que necesitare más pruebas, como tener una confrontación cara a cara, y tratar de descubrirlo en eso." Respondía Kurama

"Esperen un momento, Kay-san lo que dijo Shirayuki-san cuando fuimos a verla, debiste haber escuchado también. Ella me dijo que ella no había sido, que, si los ataco, pero inmediatamente los descongelo, no deberían haber estado tan graves como para ir al hospital según afirmo ella. ¿Además, no que ese maestro era el principal testigo? ¿Por qué mentiría con algo como eso?" Decía Tsukune como parecía estar llegando a algo, que no fue necesario que lo respondiera como Kay fue quien respondió por el

"Porque fue el quien ataco y lastimo a los dos chicos, dejándolos graves y enviándolos al hospital luego. Como forma de echarle la culpa a Mizore, quizás por desquitarse con ella porque debió de ser la estudiante que lo congelo el semestre pasado, defendiéndose de él cuando intento propasarse con ella, debido a su fama de propasarse con las mujeres y ser bastante acosador con las estudiantes."

Lo que había explicado Kay, basado en toda la información que recibió de parte de Kurama, genero un movimiento afirmativo de cabeza de parte del mencionado chico peli rojo y Yukari, y varias miradas de sorpresa de parte de los demás chicos en el salón.

"¡Pero eso significa que van a echar a Mizore injustamente! ¡Tenemos que hacer algo!" Exclamaba Tsukune con enojo

"Todo esto es en base a suposiciones y no pruebas concretas. Deberíamos esperar a que despierten los estudiantes, para que ellos den su versión de los hechos." Decía Gin tratando de ser racional

"No se puede esperar tanto, pronto expulsaran a la chica y no habría tiempo. Si se quiere hacer algo, es mejor hacerlo ya. Hay que ir a buscar al profesor y hacerlo confesar." Decía Kurama entornando la mirada seriamente

"Creo que no podremos esperar, habrá que hacerlo ahora." decía Kay como todos los pares de ojos se posaron en el

"Vi al profesor de gimnasia espiando la conversación que tuvo Tsukune con Mizore hace unos momentos, me fijé en el pero no le di importancia en el momento. Recordando la descripción física que habías dicho Kurama, no hay duda de que es el según recuerdo de las clases que él nos imparte. Lo que vi después de terminar, fue que comenzó a alejarse siguiendo una dirección igual a la de Mizore cuando esta se fue."

"Eso significa… ¡Que Mizore está en peligro!" Tsukune ya iba a correr cuando Kay lo detuvo de su brazo

"Espera un momento Tsukune. Kurama tu que eres bueno en la lectura de Youki más que yo, ¿Puedes seguir el rastro de la chica o del profesor?"

"Lo hare." Kurama solo necesito se enfocó en seguir la pista de la firma de energía Youki con sus agudos sentidos de zorro

Como con un guiño los condujo fuera del salón, el grupo completo de chicos, incluyendo Gin, salieron del salón siguiendo al peli rojo. Fue en eso que Tsukune agarro uno de los brazos de Kay, haciendo voltear al chico, curioso de lo que quería mientras los demás seguían caminando por el pasillo de la escuela, siguiendo a Kurama.

"Kay-san, antes de ir por ella, necesito que me hagas un favor, sé que no soy quien para pedirte nada, pero…"

"¿Es sobre Mizore, cierto?"

"Si, necesito que me ayudes con eso…"

.

Mizore POV

Caminé y caminé hasta llegar a los acantilados y fue cuando me quedé mirando las olas rompiendo abajo entre las rocas, que tuve mi primer pensamiento suicida. Me gustaba siempre en mis ratos libres el ir aquí y mirar hacia abajo en el agua por debajo. Me gustaba ver la estrellada de la poderosa ola contra el lado del acantilado... lentamente erosionando ella, transformándola. No había sido suicida hasta este punto... pero a veces me preguntaba que si alguna vez saltaba de estos acantilados y estrellarme en el agua abajo. ¿Hay alguien que me extrañaría?

Yo sabía que mi madre me echaría de menos. Pero, ¿alguien más, alguien siquiera se preocupa? Talvez no; yo era sólo otra cara en la multitud. Esta persona invisible que uno podría tomar un simple vistazo y luego olvidarse de un momento más tarde.

Después de un mes en la escuela empecé a perder la esperanza de que iba a encontrar a alguien aquí que me entendería. Mi vida se caía a pedazos. Había un vacío donde estaba mi corazón. Y el agujero negro lamentable oscuro carente de todo sentimiento excepto la soledad.

La soledad es lo que llena mi vida.

Una sensación constante de que yo sabía que nunca se desvanecerá porque yo estaba solo... Yo siempre había estado sola... nunca había conocido el sentimiento de amor... por lo menos yo ya no quería sentirlo... por cada vez que había intentado amar... este se habría convertido en dolor. Sólo el amor me llenó de tristeza y dolor.

Recuerdo haber tenido de pequeña a un amigo de cerca de mi edad, un paria como yo, un mestizo; un Imiko. Había sido mi mejor amigo por años cuando nos conocimos, y por ese tiempo no me sentía tan sola ni apartada de los demás, curioso que me llevara bien con alguien a quien las demás mujeres de mi raza no miraban con buenos ojos, y a quien siempre mantenían a sus niños apartados del chico. Siempre yo pensaba que debía de sentirse lo suficientemente solo sin compañía, más que la de su madre que vivía con él en medio del bosque de nuestra villa, con permiso nuestro pero reticente. Quizás por eso yo siempre me adentraba dentro del bosque, buscándolo, porque debía de saber cómo se sentía y no quería estar sola nunca más, ambos. Aunque mis sentimientos hacia el estaban seguros que eran de solo amistad, quizás él pensaba diferente, no lo sé. Desapareció después de unos años, y no sé nada de él hasta ahora. Quizás se debió al incidente por el cual yo si conocí a mi primer amor.

Mi primera vez con el amor había sido con un pequeño niño humano. Yo había querido ir a ver hacia los pueblos humanos cerca de mi pueblo oculto tras una gran barrera como la de esta escuela. Mi mejor amigo no estaba seguro, pero después de muchas insistencias lo convencí de acompañarme, no tenía miedo, pues me sentía protegida con él. A pesar de que las Yuki-onnas siempre tenían cautela cuando estaban cerca de los seres humanos... nosotras no los odiábamos, como lo hicieron otros monstruos, ya que eran nuestros compañeros perfectos para ayudar en nuestra reproducción. Y así como niños ya grandes, nuestras madres nos animaban el ir a poblaciones humanas cercanas, no sólo para observar a los niños humanos, pero para jugar e interactuar con ellos también.

El muchacho y yo habíamos jugado. Nos habíamos convertido en amigos. Aunque a mí otro amigo mestizo, creo que no le agradaba el para nada, y con el tiempo él iba apartándose de mí, quizás celoso u ofendido, no lo sé, no le di mucha importancia, pero debía haberlo hecho. Crecí lo suficiente como para llevar a mi nuevo amigo a mi pueblo oculto entre las montañas nevadas y la gran barrera. Aún no había sabido que yo era un monstruo y sin embargo yo le mostré nuestro pueblo de hielo. Había sido sorprendido y asombrado por la belleza de ella. Estaba feliz cuando estaba con él, y él parecía feliz conmigo. Tanto que descuide a mi otro amigo el Imiko, el cual nunca más hizo ademanes de querer acercarse a mí después de eso. Era extraño, pero pensaba que, si lo buscaba y arreglaba las cosas un día con él, todo se arreglaría. Que ingenua fui.

Entonces decidí decirle un día a mi enamorado. Así como yo era una niña, sabía de nuestras leyes en el pueblo. Nos la inculcaban siempre a temprana edad. El período en el que un Yuki-Onna de nuestra raza, tiene hijos es muy corto. Por lo tanto, hay que casarse a la edad de diecisiete años y comenzar el apareamiento tan pronto como sea posible, con el fin de aumentar la natalidad y evitar la extinción de nuestra especie. Muy mermada estos últimos siglos por las persecuciones de los detectives del mundo espiritual, los psíquicos del mundo humano y por otros Youkais incluso.

Me imaginé que el mejor lugar para decir lo que sentía, estaba en el campo de las flores blancas de la nieve. Era un lugar hermoso donde el olor de las flores se dice que llevar a cabo los sentimientos de amor. Tenía la esperanza de que cuando supiera la verdad iba a entender y estar dispuestos a pasar su vida conmigo. Pero estaba equivocada. Cuando supo la verdad de mi naturaleza de monstruo, que estaba disgustado por mí. Me llamó un monstruo de alimentación humana y luego corrió... se escapó y que fue la última vez que le vi.

Nunca volví a la ciudad humana. En su lugar me quedé en mi habitación durante días y lloré. lágrimas congeladas cayeron de mi cara mientras yo lloraba amargamente. No permití que nadie entrara en mi habitación. Me congele todo lo que había en ella. Lo hice mucho más frío a continuación, incluso de lo que estaba acostumbrado demasiado. Yo quería estar solo en mi mundo congelado. Después de mi tercer día de llanto mi madre vino por mí; se arrodilló al lado de mi forma de ovillo y me atrajo hacia ella. Ella me abrazó y aunque somos una especie de frío y hielo... todavía podía sentir el calor de su abrazo.

Ella susurró en mi tipo oreja con palabras suaves. "No pierdas la fe mi hija, con el tiempo tu encontraras al que quieres decir esas palabras, a esa persona a la cual esperas retribución y que tanto esperas para ti y sólo para ti."

Me mantuve en sus brazos por lo que parecían ser horas, cuando ella me hablo de una mala noticia, una más que acuchillaría mi corazón ya demasiado herido, para alguien de mi edad. Era sobre mi mejor amigo, aquel a quien no había prestado atención e ignore durante semanas. Hei, se había ido. Solo…se fue, sin decir adiós.

De inmediato salte de los brazos de mi madre y corrí, llevada por una fuerza y energía que no creí que tuviera aun, corrí hasta el bosque, y hasta la cabaña donde él vivía junto a su madre. Noté que algunos árboles parecían chamuscados, como el color negro de estas eran visibles con ramas corroídas y sin hojas, pero no le di tanta importancia como seguí corriendo. Al llegar hasta ahí, la vista de esta me sorprendió bastante. Estaba muy dañada, con la madera destruida y con signos de haber parecido incendiada en fuego, como la madera de color negruzco aun parecía demasiado reciente. Me quede inmóvil allí sin hacer nada, hasta que mi madre llego y me sacudió, despertándome de mi letargo.

"Dicen que la cabaña fue atacada por Youkais, no sé cómo entraron aquí ni lo que sucedió después. Pero una enorme y gran nube de fuego se elevó y quemo toda la cabaña y una buena parte del bosque. Muchas opinan y están de acuerdo en que fue el niño. Se tardó horas hasta que el fuego se apagó gracias a la nieve y el clima frio de esta área, aunque nuestros poderes ayudaron también. Encontramos cuerpos carbonizados, entre ellos de la madre del chico, la Korime. No sabemos que paso con el chico, ya que no lo encontramos, y muchas afirman verlo el irse entre la tormenta de nieve, lejos de la montaña. Lo siento Hija."

Fue cuando más lagrimas salieron de mis ojos y me abrace a mi madre una vez más, había perdido a otra persona importante, a la persona que mantuvo mermada soledad durante años; a la cual injustamente ignore y no trate durante semanas, mientras me dejaba llevar por un amor fallido que resulto dolerme en el fondo de mi corazón, y que ahora con esto nuevo, me dolía el alma.

"Hei." Exclame de mis labios en tono de dolor como seguía mirando el extenso océano en aquel acantilado

Solo suspiré como cerré los ojos y seguía pensando. Si tan sólo saltara en este momento, tal vez podría simplemente desaparecer. Tal vez podría desaparecer de toda la existencia. Tal vez toda la memoria de mi desaparecería de las mentes de todas las personas. Tal vez todo rastro de mi ser y la sensación de estar vivo de repente se habría ido. Y tal vez sólo tal fin, pudiera encontrar la felicidad en la dicha eterna del olvido.

Pero antes de que pudiera continuar con estos oscuros pensamientos, oí que alguien venia por detrás de mí.

"Tú nunca cambias. Siempre vienes a sitios así cuando te deprimes, ¿cierto Mizore?" Dijo la voz de la persona a mis espaldas

Así que, dándome vuelta, no pude dejar que la sorpresa abandonara mi rostro que casi se cae mi chupete de la boca, como vi al mismo chico con quien luche ayer, aquel que estaba segura se había dejado derrotar sin más, y que estaba a unos escasos menos de diez metros frente a mi ahora. Aunque recuerdo que nunca oír o supe su nombre, aunque siempre sentí algo familiar en él, que aún no me explico…sus ojos fríos, carente de cualquier delicadeza o calidez antes y aun ahora, casi igual que los míos ahora. Me pregunto si no nos pareceremos en algo…

Fue cuando el hablo, haciéndome salir de mi ensimismamiento.

Fin del Mizore POV

.

Hei Jaganshi no había perdido tiempo, y rápidamente al salir del salón del club de periódico, pudo localizar rápidamente a Mizore al seguir su firma de Youki presente en el aire. Dudaba que ella supiera mantenerla 'apagada' debido a que sabía que ella no era una guerrera, ni estaba preparada para eso casi. Encontrarla de pie cerca del borde del acantilado que daba al mar eternamente rojo frente al peñasco, encendió sus alarmas. Pensó que por un momento ella iba a saltar, pero decidió actuar rápido y desestimar eso, por lo que apareció de improviso y le hablo rápidamente, haciéndole llamar su atención.

"Tú nunca cambias. Siempre vienes a sitios así cuando te deprimes, ¿cierto Mizore?" Le hablo con su típico acento en tono frio, aunque lo siguiente que dijo fue en un tono más cálido, para sorpresa de sí mismo y la chica

"¿Por qué sigues lastimándote así? Sigues y sigues buscando, pero nunca encuentras lo que quieres. Quieres que desaparezcan esos sentimientos de soledad a la vez que quieres ayudar a tu raza, en seguir preservando su especie. Honestamente las mujeres de hielo como ustedes, sí que deben sufrir tanto debido a su naturaleza, su corazón esta tan en busca de calor, que no dudan en hacer lo que sea, desde secuestrar hombres humanos para que supriman esa frialdad que tienen por dentro, aun cuando se engañan todas a sí mismas en que lo hacen por seguir preservando su especie."

Las palabras del chico la descolocaron por completo, fue en ese momento que recordó quien era y donde estaba, por lo que rápidamente se restregó las lágrimas de su cara, y transformo sus manos en garras de hielo, lista para defenderse en dado caso.

"No tiene caso, sabes que no puedes hacerme nada. Ayer fue una ocasión especial que no se repetirá. No me dejare vencer o herir de nuevo, sabes por dentro que soy fuerte. Mucho de hecho. Pero no he venido aquí a lastimarte, aunque lo dudes."

"¿Entonces a que has venido?" Pregunto ella con cautela

"A evitar que cometas una locura, ¿estabas hace un momento dispuesta a saltar, no es cierto?"

Mizore por unos momentos tenía una expresión de sorpresa y shock, peor fue reemplazada rápidamente por una máscara de frialdad, aunque el tono enojado de su voz contrastara con su semblante.

"¿Y eso a ti que te importa? Mi vida es mía, y puedo hacer lo que quiera con ella."

"No."

"¿Q-que?"

"He dicho que no, tu vida no te pertenece a ti mismo, no de forma completa."

Mizore frunció el ceño, y por un momento su expresión de su rostro, adquirió un rictus de furia, mientras observando a aquel chico que, desde el día de ayer, se le había presentado como una molestia.

"Muchas personas estarían tristes, aunque no lo creas, solo que no te has puesto a pensar demasiado en ello, y te has dedicado a auto compadecerte patéticamente, creyéndote que eres la única en el mundo que ha sufrido, cuando muchas personas, y algunas cercanas a ti, lo han pasado peor que tú."

A pesar de sus palabras, lo última frase que dijo cargaba un tono de tristeza a pesar del semblante serio del chico, que la chica detecto y la hizo confundir un poco más.

"Deberías pensarlo mejor, aunque lo dudes, ese idiota de Tsukune y los demás amigos suyos, son unos blandengues que no dudarían en venir por ti y detenerte de cometer una estupidez, aun cuando los atacaste ayer."

La chica comenzó a volver a la normalidad sus manos, como parecía adquirir un semblante más 'tranquilo' pero sin dejar de ser cautelosa frente al chico.

"Pero me van a expulsar de la escuela, me culpan de que ataque a dos chicos, cuando ellos deberían de estar bien, no deberían estar graves, pero…nadie me cree. Todos piensan que fui yo, no los culpo, sé que no qué sido la mejor persona, y soy tan rara y solitaria que sería fácil pensar eso de mí, pero…"

"He escuchado de ese rumor, pero si dices que no fuiste tú, entonces descuida, probaremos que no lo hiciste. Vamos a ver si esos del club del periódico donde estoy ahora, no resultan inútiles en su investigación."

"¿Tú me crees?" Decía Mizore mientras sus ojos se abrían de la sorpresa, al nunca imaginar que aquel chico con quien tuvo tantos problemas, le creyera

"Si." La respuesta del chico la descoloco aún mas

Ya estaba por preguntarle acerca del porqué de esto, cuando una risa se escuchó haciendo eco en el lugar, debido a la acústica del acantilado. Hei no necesita voltearse, como ya sabía que una presencia los había estado vigilando todo el tiempo, pero no le dio casi importancia, porque sabía que su poder, era inferior al de él, y presentía que tarde o temprano este mismo saldría a la luz. No necesito esperar demasiado para eso.

"Pero que cursi, esperaba que ella cumpliera su cometido y desapareciera de este lugar, pero veo que ahora tendré que hacerme cargo yo de todo como siempre." Decía una figura masculina como iba riéndose mientras se acercaba al grupo

Mizore se tensó y su mirada adquirió un brillo de sorpresa y terror mezclados, al volver a ver su antiguo maestro y casi violador, Kotsubo Okubo. El hombre era bastante alto, de cabello desordenados rubios y ojos amarillos, debía de figurar entre la veintena y los treinta, con barba de chivo pequeña en el mentón; vestía una camisa de lana blanca con pantalones jean azules holgados, y tenis de gimnasia. Quizás lo que más llamaba de su aspecto eran los tatuajes en sus brazos en forma de figuras geométricas y su mitad depredadora, la cual observaba fijamente a Mizore.

"jejejej mira las cosas que han pasado por tu culpa Shirayuki, si no fuera por mi ellos hubieran muerto. Solo estaba jugando contigo al principio, pero ahora no puedo perdonarte."

El maestro paro como Hei le hizo frente con una mirada tan fría, que podría congelar todo lo que observara con esos dos ojos que parecían témpanos de hielo.

"Vaya, así que tienes a otro, ¿Cuántos hombres necesitas para sentirte a gusto Shirayuki? En el primer semestre me congelaste casi hasta la muerte, una estudiante tan peligrosa como tú, debería de ser arrastrada en el océano." Decía siniestramente el profesor Okubo, como señalaba con una mano el acantilado, como si convidara a la chica a saltar y perderse bajo las olas

"Pero, eso no es lo que… ¡Esa vez trataste de violarme! ¡Solo me protegí en defensa, ya que estaba desesperada!" Fue lo que soltó fuertemente la chica de cabellos morados

Sin saber que aquellas palabras, solo provocaron que Hei moliera los dientes, y su mirada parecía encenderse, adquiriendo un brillo de 'pasión' y 'fuego' como miraba intensamente al maestro ahora, dispuesto a saltar y destrozarlo en cualquier instante.

"Dijiste que te gustaba, ¿cierto?" prosiguió el maestro, sin saber lo que estaba desatando, "Dijiste que me amabas, ¿verdad? Entonces no deberías de quejarte con cualquier cosa que te hubiera hecho. Veras, yo solo estaba jugando, pero tú te lo tomaste bastante en serio, pero al mismo tiempo; estabas muy a la defensiva…no podía lidiar con eso. Además, eso puede aún ser peligroso, si empiezan a circular rumores, de los muchos que ya tengo acosándome y no quiero seguir manchando mi reputación. Hubiese sido genial si solo hubieras desaparecido antes o ahora."

Hei solo aumento una parte de su Youki como advertencia al maestro, para que se callara. Tal muestra de poder hizo retroceder de sorpresa y miedo al maestro, pero decidió guardar su compostura como intento hacerle frente al chico, sin saber con quién se estaba metiendo.

"Vaya, ¿pero que tenemos aquí? ¿Estas defendiendo a esa zorra? ¿No será que ella te gusta verdad? No sería raro, porque es un 'tronco' de mujer que…"

"Cállate. Cierra la boca y lárgate, o simplemente muérete." Advirtió Hei con una mirada de muerte

Por supuesto Okubo desafiando la cordura, aun sin saber que aquella muestra de poder Youki del chico, era de hecho, inferior a la de él, pero solo a propósito que era lo que Hei quería que sintiera, ya que, en el fondo, quería que el maestro atacara y el tener una excusa de eliminarlo de la existencia.

"Bueno, bueno chico; mira que no puedes simplemente amenazar a un maestro de la escuela, aun si eres nuevo. Tu nombre según recuerdo es… ¿Hei cierto? Hei Jaganshi según recuerdo que escuche; te has hecho muy popular rápidamente dentro del cuerpo estudiantil, debido al espectáculo de la lucha que montaron ayer tú y el otro chico nuevo, al luchar y defender al club del periódico contra aquellos grupos de mestizos."

Hei solo entorno la mirada, como no volteo para observar la expresión de la chica detrás de él, estaba seguro que debía de ser un choque para ella, el oír nuevamente el nombre de su antiguo amigo de la infancia, incluso si hayan pasado muchos años y ella haya olvidado su rostro, su nombre debía de hacerle recordar algo. Y así fue de hecho, la expresión del rostro de Mizore era tan perpleja, que dejo caer su chupete de la boca debido al tenerla abierta de la sorpresa.

"¿H-hei…? ¿Tu eres Hei?" Preguntaba anonadada la chica peli morada, como si no pudiera creerse lo que acaba de oír

Ahora que ella lo recordaba, ella nunca supo su nombre, aun con todo el conflicto de ayer, y del hecho de que ninguno de sus amigos (?) quienes iban con él, nunca mencionaron su nombre en ningún momento según recordaba. Habían pasado tantos años, casi una década, que recordar el rostro de aquel perdido amigo suyo de mucho tiempo atrás, era una hazaña lo cual ella había dejado de intentar, pero que ahora volvía a estar presente en su vida, era como un choque de tren veloz en ella.

"¿Eh? Espera, ¿acaso tú conoces a este…?" El maestro Okubo fue interrumpido como Hei hablo en tono cortante

"Cállate tú, no volveré a decirlo, no me importa que seas un 'maestro' de esta escuela, si sigues fastidiando, me volveré a asegurar que nunca vuelvas a molestar a nadie, eso te lo garantizo." "No puedo matar a nadie o lastimar a alguien que sea de esta escuela, a no ser que sea extremadamente necesario como en defensa propia; es uno de los tratos que hice, creo que la situación garantiza esto, no estoy mal si solo lo rostizo un poco, ¿verdad?" Así era lo que decía y pensaba Hei como se preparaba para el siguiente movimiento, que no tuvo que esperar tanto

La risa estruendosa del maestro hacía eco en el acantilado, como su cuerpo parecía sufrir una transformación. No importándole las reglas de la escuela sobre mostrarse a sí mismo tal cual era su apariencia monstruosa, como sendos tentáculos parecidos a pulpos, comenzaron aparecer detrás de él, mientras su apariencia iba adquiriendo una de esos cefalópodos mencionados.

"Un Kraken ¿eh? Creí que eran más grandes, aunque el tamaño no importa." Se decía a si mismo Hei como miraba impasible la verdadera forma del maestro Okubo

Bite Size Monster Dictionary: Kraken

Un Ayashi que parece un pulpo o calamar. Las leyendas dicen que un Kraken gigante, puede tener cientos de miles de kilómetros de largo. Y que asustaban a los antiguos viajeros de los mares, en especial a los vikingos. Normalmente son criaturas pacíficas, pero cuando se enojan, estas arrastraran cualquier cosa que agarren con sus tentáculos, al fondo del océano.

"No deberías subestimarme por mi tamaño, quizás no sea tan grande como mis antepasados, quienes fueron casi que exterminados a causa del mundo espiritual y los psíquicos del mundo humano. Puedo enseñarte mucho más que lo que maestro de gimnasia puedo dar." Decía el maestro Okubo transformado a su forma de Kraken con sus enormes tentáculos, los cuales median cerca de diez metros, con su propio tamaño del cuerpo que alcanzaban los veinte metros de largo

"Seguro, aunque aún tengo entendido que existen algunos pocos vivos más grandes que tú, en lo profundo de los océanos muy escondidos. Pero eso no importa, ahora mismo cumpliré con lo que dije anteriormente."

El aura de Hei estaba conformada de fuego y llamas negras de fuego, como el chico se acercaba sin miedo a la enorme criatura, y hacia retroceder en algo a la chica de hielo, quien se sentía acongojada debido al intento calor que comenzaba a circular en el área y que la ahogaba, debido al ser ella una criatura de frio.

Y entonces la pelea comenzó…y termino más pronto de lo que se imaginaba…

.

El grupo de chicos que pertenecían al club del periódico habían llegado hasta el acantilado, siguiendo la firma de la energía de la chica, pero también habían sentido la firma de Youki de Hei en el área, por lo que fue fácil localizar el sitio exacto. El grupo completo conformado por Moka, Kay, Kurumu, Tsukune, Yukari, Gin y Kurama, habían llegado para presenciar la escena cerca del desfiladero del peñasco que daba al inmenso mar rojo.

Hei estaba de pie rodeado de llamas negras, las cuales iban bajando su intensidad hasta desaparecer, como una enorme extensión de área en círculo se vislumbraba en el sitio donde estaba parado. Un cuerpo grande, semi-chamuscado con quemaduras graves pero que no parecían poner en peligro al sujeto, quizás a propósito. Este ser parecía un enorme pulpo o calamar grande con enormes tentáculos, algunos de estos cortados y otros chamuscado, pareciendo solo pedazos de carne cuyo olor a quemado, inundaba el área, y hacia que algunos de los chicos se taparan la nariz y boca ante esto.

Kay solo vio aquel cuerpo de ese enorme pulpo o lo que fuera, y un dejavu se le vino a la mente, recordando su pelea contra Cthulhu en la 'colina de la bruja', una sensación horrible lo inundo por dentro, como hacia acopios por querer quitarse esa sensación, cuando era más que obvio que estos acontecimientos no tenían nada que ver con aquella lucha que pareció una pesadilla. Algunos de los otros chicos que fueron testigos de aquella batalla también tuvieron la misma sensación, pero sin saberlo, la reacción más fuerte fue la de Moka que aparto la vista, con una expresión de asco y terror, recordando nuevos y viejos recuerdos que le inundaban la mente en ese instante.

Más atrás, la chica conocida como Mizore se acercaba después de haber estado alejada presenciando lo que fue la muy corta batalla, entre Hei y el maestro de gimnasia, Kotsubo Okubo. No hace falta ser adivino para saber cuál fue el resultado, al estar presente frente a sus ojos.

Los chicos del club solo se iban acercando más como algunos tenían muecas y expresiones de asco y cautela, como iban acercándose hasta la escena. Pero se detuvieron cuando vieron lo que la chica Mizore hizo, tan pronto estuvo cerca de Hei y este se volteo a verla.

¡SLAP!

Una fuerte cachetada hizo resonar gracias al eco del acantilado, lo que hizo que varios de los chicos, abrieran los ojos de sorpresa al ver a la temeraria chica, abofetear a uno de los chicos a quienes, para la mayoría del grupo, excepto quizás Kay y Kurama, temían.

"Tienes descaro de aparecerte de nuevo después de todos estos años, no me dices tu nombre y me atacas ayer, luego vienes a tratar de 'aconsejarme' después de todo lo que ha pasado entre nosotros. Parece que tú tampoco has cambiado nada…Hei." La última palabra la escupió con disgusto la chica peli morada, como sus ojos parecían dagas que quisieran atravesar al chico

Hei no dijo nada como se quedó impasible, con la cara roja y volteada por la bofetada que le propino la chica. Mizore no quiso decir nada más, no quería. Había tenido demasiadas emociones por un día, y necesitaba irse a pensar, realmente no soportaba estar cerca del chico quien había sido su amigo de antaño, y de los otros del club también.

Fue cuando se volteaba y caminaba unos metros alejándose, que una voz la detuvo.

"¡Espera!" Dijo una voz fuerte, que al voltearse la chica se dio cuenta que era Tsukune quien caminaba hasta ella

Tsukune caminaba con paso firme hacia ella como pasaba de largo el cuerpo chamuscado, pero aún vivo, del maestro de gimnasia Okubo y a Hei sin voltear a mirarlo. Quedándose a una distancia prudente, el chico hablo.

"Shir…no…Mizore…no tienes que irte a ningún lugar. Ya sabemos que el culpable de haber lastimado a los dos chicos gravemente, fue el profesor Okubo que intento inculparte para echarte. Pero ya no hay necesidad como podemos atestiguar todos, basados en lo que hemos descubierto y hacer confesar al maestro. Con eso serás exonerada y podrás seguir quedándote aquí, Mizore…"

Era la primera vez que el chico peli marrón se refería a la chica por su nombre, pero aun así ella se mantuvo impasible, como volteaba a mirarlo con su penetrante mirada gélida, ya no quería tener falsas esperanzas.

"¿Qué importa eso ahora? Incluso si me quedo, seguiré estando sola, preferiría irme de este sitio cuanto antes, que seguir quedándome aquí a seguir teniendo malos recuerdos vivientes."

"Pero ya no vas a estar sola Mizore, ya no más."

Los ojos de Mizore se ensancharon ante la declaración del chico, como este con una sonrisa sincera, continúo hablando.

"He hablado con mis amigos en el camino, ellos están de acuerdo en ayudarte y dejarte entrar dentro del club de periódico. ¿Te gustan nuestros periódicos y artículos verdad? Pues ahora podrás ayudarnos en lo que más te gusta, y escribir lo que quieras expresar de ti. ¿Qué dices?"

Tsukune le tendió la mano a la sorprendida chica, la cual no podía creer lo que decía el chico peli marrón, como paso a mirar a cada integrante del grupo reunido para constatar que no fuese una mentira.

Moka, Yukari, Kurumu (aunque de forma forzada y renuente.) Kurama, Gin (con una sonrisa pervertida en su mayor parte.) asentían y sonreían sinceramente a las palabras del chico, Kay solo tenía expresión seria pero también asentía, convidándola a venir también. Hei aún tenía su rostro volteado por la acción de la bofetada de la chica, pero ella podía ver que, en su mirada impasible, el chico la observaba de reojo con un extraño brillo en los ojos; eso fue lo que le basto a Mizore para decidirse.

"¿Quizás sea hora de un cambio? ¿Aprovechar la oportunidad que se me presenta? Aun quiero estar cerca de Tsukune, el hizo lo posible para que me acepten, significa que debe de entenderme en alguna parte, además…" Su mirada se posó un momento en la de Tsukune, para después posarse en la de Hei un momento, antes de bajar la mirada y seguir reflexionando, "¿es mi oportunidad de saber lo que paso hace tiempo y recuperar el tiempo perdido? Dudo que eso pase ahora."

Mizore alzo la vista y con un asentamiento de cabeza y una simple palabra, deja clara su posición.

"Si."

Esa palabra trajo una inmensa felicidad al rostro de Tsukune como le tendió la mano derecha amigablemente, y la chica peli morada, algo dubitativa, se la acepto.

Ese sería un día cambio para ella a partir de ahora.

.

Mizore POV

Por lo que habíamos hablado con los miembros del comité de profesores, se encontró evidencia sobre los cuerpos de los dos estudiantes varones heridos, que aportaban evidencias sobre un ataque de un Kraken. Claro que en parte fue gracias a las pruebas aportadas por ese chico nuevo…Kurama, creo que se llama así…el cual demostró las heridas de ataque y fueron comparadas con los tentáculos del Kraken atacante, gracias al examinar al gravemente herido profesor Kotsubo en el hospital, después de haber sido casi que chamuscado por Hei…mi suspensión fue revocada y Kotsubo fue despedido, acusado de atacar a una estudiante y el casi abuso de mí misma y varias otras estudiantes de sexo femenino.

Y ahora me quedé en mi habitación y me miré en mi espejo del baño. Todo estaba cambiando ahora...mi torturador se había ido, me vuelven a dejar ingresar a la sociedad de la escuela, Tsukune y el grupo del club del periódico me habían recibido como un compañero y amigo más. Aún no había hablado con Hei, pero poco quería hacerlo, no me sentía cómoda al querer volver a estar cerca de él, con todo lo que nos ha pasado, con toda la tensión y dolor que sentimos al estar cerca el uno del otro, pero yo podía aguantar eso, si tenía a Tsukune a mi lado…todo estaba cambiando y que necesitaba cambiar junto con eso. Me acerqué al espejo y cogí un par de tijeras del lavabo.

Fin del Mizore POV

.

Los rumores acerca de la hospitalización del profesor de gimnasia Okubo, así como las noticias acerca de su implicación en herir a dos estudiantes para inculpar a una chica, volaron durante todo el resto de la semana; como una nueva semana llegaba a aquel submundo de la academia Youkai.

Comenzando la semana, en el camino del trayecto que llevaba hacia la escuela, los estudiantes cuchicheaban entre ellos sobre los rumores, como el grupo del club del periódico, que en ese momento estaban conformados solo por Tsukune, Kay y Moka; caminaban mientras trataban de hacer caso omiso de aquellas noticias, aunque sin éxito.

"Buenos días Tsukune." Saludo Mizore como apareció detrás de un árbol de improviso, sorprendiendo a los chicos

"Tú-" tartamudeó Tsukune al principio y luego dejó escapar "Te has cortado el pelo?"

Y era verdad, esta vez el cabello de Mizore estaba más corto, le llegaba hasta los hombros, además que ya no le cubría su rostro también, y las ojeras de sus ojos ya no se notaban. Un aura que irradiaba felicidad emanaba de la chica, como sonreía con su piruleta aun en la boca.

"Te ves hermosa." Moka felicitó y la chica se inclinó dando las gracias por el elogio, denotando cuanto ha cambiado, sobre todo con la chica a quien intentó matar la semana pasada

Luego le paso a sonreír a Tsukune. "Gracias a Tsukune, me siento mucho más ligero ahora. Y a todos ustedes también, muchas gracias." Fue lo que respondió la chica feliz mientras daba una vuelta con los brazos abiertos

El trio de chicos del club, solo sonrió ante la vista, constatando que habían hecho bien en ayudar a la chica.

"Aunque aún queda descubrir qué relación tiene ella con Hei, por lo que pudimos oír el grupo entero, la semana pasada en el acantilado cuando abofeteo a Hei, pero…" Los pensamientos de Kay se interrumpieron, como sonreía al denotar la ahora felicidad de la chica de hielo, "Solo por esta vez, dejemos eso para después."

El grupo del club, caminaban junto a su nueva integrante, a la escuela para un día más de clases, y de ahí a trabajar en el periódico. Sería un día ajetreado como siempre que trabajan en el club, pero ahora que el grupo estaba creciendo más en personal, y más en cercanía y amistades nuevas. La carga ya no iba ser tan grande.

.

¿Está todo listo?" decía una figura oscura grande, observando a través de las sombras de un cuarto oscuro, solo su silueta grande podía verse, como otras tres figuras estaban junto con él, de diferentes tamaños y formas

"Así es, hemos hecho un seguimiento minucioso, al parecer uno de sus integrantes tendrá una cita con una de sus compañeras, creo que es la con vampiresa si los rumores son ciertos."

"Tch." La figura grande solo se mordió los labios como sangre fresca salía de estos, producto de la fuera de sus dientes, ocasionada por la ira que sentía en ese momento

"Ese maldito, sí que no desperdicia el tiempo, el miserable ya debió de haberse cogido a la chica a estas alturas. Maldito, debí matarlo en aquella oportunidad."

"Ya, ya, no te sulfures por esos dos tortolitos, aun cuando muchos dentro de la escuela ya han ido rumoreando la posible relación de noviazgo entre los dos, ya que siempre se han visto a los dos más solos y juntos, que cuando están con el resto de su grupo."

"¡No tienes que recordármelo! ¡Voy a matar a ese cabron cuando lo tenga entre mis manos! Lo bueno es que los altos mandos de Antítesis nos han dado la orden, el fiasco de la semana pasada debe de ser corregido de inmediato, y esta vez debemos hacerlo sin fallas."

"Debe de hacerte feliz Saizou, finalmente tendrás la oportunidad de ellos, a la vez que cumples una orden directa de nuestros superiores."

"Por supuesto que sí. Haremos que el nombre de los OutCast Ayashi sea recordado y respetado de ahora en adelante, sobre todo cuando destruyamos a ese maltado club del periódico, que tantos problemas han causado, y que tienen tanta fama por dizque haber destruido a la comisión de seguridad pública. Vamos a ver qué tan ciertos son esos hechos, no somos los débiles que enviamos la semana pasada, los cogeremos por sorpresa y acabaremos con su 'miembro más fuerte' y seguiremos con el resto. La chica peli rosada es mía para que queda claro."

"Por supuesto que sí, esto lo hacemos por el bien de nosotros como mestizos, por los OutCast Ayashi. Es hora de ganar respeto dentro de este lugar. Eliminemos a la basura elitista que se creen fuerte, y tomemos nuestro lugar en el mundo. ¡Por los OutCast Ayashi!"

"¡Por los OutCast Ayashi!"

Una de las figuras, la más grande de todas, salió de las sombras, dejándose denotar un poco su figura, era la de Saizou Komiya, el estudiante y monstruo que tantos problemas dio a Moka, Kay y Tsukune en su primer día de clases. Una mirada de odio se denotaba en su mirada, como ansiaba el momento de cobrarse la revancha.

FIN DEL CAPITULO