Capítulo 57: La forma del futuro (Parte 2)
Hace tiempo, en algún lugar:
Dos figuras caminaban por un sendero cubierto de nieve, en algún lugar perdido de algún bosque. Este lugar era uno que no aparecía en los mapas o cualquier lugar del mundo gobernado por los humanos, era parte de un submundo propio, gobernado por mujeres de hielo y corazones fríos. Las dos figuras que caminaban eran un alta y otra baja, y el alta parecía llevar a arrastras a la baja del brazo, como avanzaban a paso rápido en el sendero de nieve, sendos copos de nieve caían suavemente en el lugar, dándole un aspecto 'mágico', para aquellos que desconocían la realidad dentro de aquella dimensión.
La figura alta era una mujer, y la más joven era la de un niño que no debía de rondar menos de diez años. La mujer era una mujer de las nieves, una Yuki-Onna, la cual arrastraba a su hijo pequeño que parecía tener su mismo aspecto, al tener ambos cabellos azules oscuros, que podría confundirse con negro a la distancia. La mujer como es habito de su especie vestía un Kimono, mientras que su hijo podía vestir a duras penas, ropas de niños del mundo humano, difíciles de buscar, sino fuese porque otras mujeres de su raza la ayudaron, otorgándole ropas usadas de aquellos humanos varones que habían secuestrado ellas para hábitos reproductivos y hacer crecer su población; aunque estas estén decreciendo últimamente debido a la presión y vigilancia del mundo espiritual, y a los humanos con habilidades y poderes espirituales llamados Psíquicos tambien.
El niño era arrastrado fuertemente de su brazo derecho por su madre, quienes avanzaban a toda prisa por el camino de nieve sin dificultad. El niño jadeaba de dolor por el fuerte agarre, sabía que era más fuerte que su madre, pero nunca le haría daño a la mujer que le dio la vida. Aun así…
"Madre, para, por favor…me estas lastimando…agh…" Decía el niño quien no era otro más que Hei, quien hacia una mueca ante la evidente muestra de ira de su progenitora
La Yuki-Onna, su madre, volteo hacia él y con ira, le volteo el lado izquierdo de su rostro con una fuerte bofetada que hizo eco en el lugar. El pequeño Hei, solo pudo más que llevarse su mano a su mejilla roja, debido a la acción de su madre más que al dolor. Esta era la primera vez que su madre le levantaba la mano, nunca tuvo necesidad de eso para con él, por lo que sentir un golpe, de los muchos que ha recibido de su corta vida, de la persona que más ama, lo desconcertó e hizo que sus ojos se aguaran en lágrimas no derramadas.
"¡Cállate! ¡No tienes ningún derecho de hablar después de lo que hiciste! ¡¿En que estabas pensando Hei?! ¡Quemar todo ese pueblo y matar a todos sus habitantes! ¡Tras que es cruel, ahora nos has puesto a todos en peligro! ¡No solo las Yuki-Onnas de aquí nos echaran! ¡Sino que eso llamara la atención del mundo espiritual, quienes pueden enviar a sus detectives o psíquicos tras de nosotros!"
Hei sintió el repentino deseo de llorar, pero no quería hacerlo, no quería parecer débil, en especial ante su madre, a quien el sentía que al ser el 'hombre de la casa', debía de ser fuerte, por eso, entre irritado y con ganas de llorar, el hablo:
"Ellos iban a matarla, esa turba de humanos, dirigidos por ese niño humano a quien Mizore dio su amistad desinteresadamente, ¡no podía permitir eso! ¡Los del pueblo se hubiesen dado cuenta de la desaparición de los humanos de la turba y hubieran dañado a más Yuki-Onnas, a Mizore, a ti o a nosotros mama! ¡Tenía que hacerlo!"
Otra bofetada esta vez del otro lado de su mejilla recientemente golpeada, impacto e hizo eco en el lugar, como las primeras lágrimas de Hei resbalaban por sus mejillas por los golpes de su madre, los primeros que él había recibido de ella en toda su vida.
"Hei, ¿no piensas en las consecuencias de tus actos, cierto? Puedo entender lo que hiciste para proteger a Mizore-chan, yo misma lo hubiera hecho si pudiera, pero lo que hiciste después…fue cruel e innecesario, te he educado mejor que eso. Ahora has puesto un blanco sobre nosotros, las Yuki-Onnas de aquí, nos han dejado vivir en su territorio con condiciones, y ahora su principal fuente para humanos se ha ido, eso las pone más en peligro de extinguir su especie, y más aún si el mundo espiritual al darse cuenta, enviara a sus detectives y guerreros, eso si algún humano psíquico no viene primero para cazarnos, por destruir una villa de su especie. Las Yuki-Onnas no nos van a proteger, ya te lo había dicho, ahora tendremos que irnos de aquí si queremos sobrevivir."
Hei solo trataba de aguantar el no derramar lágrimas, aunque era difícil en este punto. La lógica de su madre era innegable, y el tendía ahora el gran problema en el que se había metido y arrastrado a su madre. Lo que hizo lo lleno de una gran culpa y arrepentimiento, no por las vidas tomadas, sino por las consecuencias que esto caerá sobre ellos. Y no necesitaba ser un genio para saber lo que tenían que hacer ahora.
Necesitaban huir de este lugar, donde había sido su hogar por muchos años. Lastimaba a Hei el tener que hacer huir a su madre una vez más, donde antes pensaban haber conseguido un asentamiento por mucho tiempo, volver a la vida de nómada, yendo de un lugar a otro sin hogar. Lastimaba hacerle esto a su madre, pero no tenían opción en este punto. Si querían sobrevivir, ya no podían depender del santuario otorgado por las Yuki-Onnas aquí, ellas no gustaban de pelear, aunque eran más combativas que la otra raza de la que venía su madre. Pero antes preferían dejarle abiertas las puertas de su submundo al mundo espiritual para perseguirlos, que ensartarse en una lucha inútil, ya que su número ha ido reduciéndose debido a las leyes cada vez más duras del mundo espiritual. Por lo que no podían confiarse en resguardarse aquí dentro, tenían que marcharse ahora.
Pero el destino se interpondría, cuando su casa, la cabaña que había sido su hogar, se hubiese rodeada por Youkais hambrientos y buscadores de recompensas. Aquel momento que se convertiría en tragedia, quedaría marcado para siempre dentro de la mente de Hei.
….
Día Presente
30 de octubre (Día 2 de 3)
Oscuridad era todo lo que rodeaba la penumbra de su mente, siendo cortada de vez en cuando con los ataques de recuerdos de varios años atrás. Recuerdos que se quemaron a fuego en su memoria para siempre. Si solo hubiera sido más inteligente, su madre aún podría haber estado viva, y podrían haber estado viviendo juntos, sin un cuidado en el mundo. Quizas él podría haber crecido con Mizore, y venir juntos a esta escuela, ella no se hubiera sentido tan sola ni hubiera caído en depresión, lo suficientemente desesperada como para ser casi abusada por ese cruel maestro Kraken.
Arrepentimientos. Era lo que estaba formada la vida de Hei, de las cosas que hubiera querido y le hubieran encantado hacer, si hubiera tomado una decisión diferente. Pero sabía que no había vuelta atrás, no si aún no había cumplido su cometido, no sé si aún se hubiera vengado de su padre, aquel quien uso a su madre, lo engendro, y luego los abandono a su suerte. Él se prometió encontrarlo y vengarse por su madre, aunque aún no había tenido éxito. Tampoco el proteger a Mizore.
Rabia y odio surcaban su cuerpo, causándole espasmos por dentro, ya que no podía moverse en el exterior. Su cuerpo estaba entumecido por el frio, aunque poco podía hacerle daño, pues estaba en su naturaleza ser parte del frio, por lo que más que el ambiente en sí, era el hielo quien aprisionaba su cuerpo, y el frio mantenía adormecida su mente. No sabía cómo alguien como Namura había logrado hacer esto, si bien sabía que él podía hacer ataques basados en el frio. Él estaba en esa posición entumecida, manteniendo su mente en un limbo, cuando de pronto, comenzó a escuchar una voz.
"¿Qué sucede? ¿Por qué no te liberas? No debería ser un problema esto, eres de naturaleza tanto fría como caliente, ¿cierto? Entonces libérate", Hablaba la voz, la cual taladraba en su cabeza instándolo a obedecer
Él no era tonto para no saber que se trataba de Raigo, uno de los 'dioses' del inframundo, el cual controlaba su mente y cuerpo. Gran parte de él quería incinerarlo por atreverse a controlarlo sin su voluntad, pero le era difícil resistirse al poder de su Jagan, ese tercer ojo en su frente el cual podía metérsele hasta dentro de su misma alma. Ahora que recordaba, su padre Hiei, poseía uno tambien; bueno eso podría ser una ironía del destino que el cayera ante el mismo poder que poseía su padre. Sin embargo, no iba a permitir eso, primero quería liberarse de este bloque de hielo, y después…quizas…
"Ya leí el truco de lo que tienes que hacer para liberarte, según escuche de Namura…si bien no puedes ejercer el mismo poder que tienes, puedes liberarte usando todo su poder de frio hasta llegar al cero absoluto, y desde ahí puedes superarlo, usa tu poder de fuego para incinerar todo desde adentro…puedes hacerlo Hei, ¿no quieres volverte lo suficientemente poderoso para escapar y cumplir tu objetivo? ¿El vengarte de tu padre? Entonces libérate, y acaba con los que llamas tus 'amigos' para hacerte más fuerte".
Hei no podía decir que tenía amigos, quizas compañeros o aliados, pocos de ellos le tenían plena confianza, aunque se habían acostumbrado a su presencia, algo recelosos de él, quien había sido antes su enemigo, algo hipócrita ya que muchos de ellos habían sido enemigos uno del otro e intentaron matarse, como esa súcubo Kurumu y la bruja mayor Ruby. Aunque claro ellas habían tenido mejor integración dentro del grupo por ser más amigables y abiertas, mientras él se mantenía apartado en una esquina, mayormente callado. Incluso su amiga Mizore, había tenido mejor integración y estaba formando poco a poco lazos con cada uno, aun si había sido introducida justo después de él. Quizas la culpa sea suya, aun así, no sentía ni animosidad hacia ellos, lo suficientemente como para matarlos, le disgustaba que Namura y Kurama mantuvieran una vigilancia en él, aunque pequeña, recordándole la frágil alianza entre ellos, mientras el resto le parecían una molestia, aunque había visto pequeños intentos de acercarse a él, que se uniera a su Club justamente lo mantenían cerca. Aun así, no debía ignorar las ordenes que le quemaban la mente, y por ende accedió a lo que le pidió, con el fin de liberarse de esta tortura.
Comenzó a hacer lo que decía, comenzando a bajar su temperatura a igualar el punto del cero absoluto, muy pocas criaturas en el mundo, incluso Youkais de gran poder no podrían sobrevivir en semejantes temperaturas tan bajas. Pero él era hijo de una mujer de las nieves, las cuales si podían y el frio hacia parte de ellas y su ser. Por lo que no fue difícil descender su temperatura, como comenzó a agrietar el hielo que le rodeaba, a la vez que el poder que lo mantenía prisionero comenzaba a ceder. Fue en eso que, en un segundo, volvió a subir su temperatura con una explosión.
….
Kay Namura elevo su cosmos, todo para escapar del control mental que ejercía el tercer ojo, el llamado Jagan en la frente del sujeto llamado Raigo. No era la primera vez que combatía el extraño poder de un tercer ojo o un Jagan, si recordaba de su lucha contra Hiei la primera vez. Aun así, una de las cualidades del cosmos, al ir creciendo y adquiriendo experiencia, es que puedes memorizar y predecir los anteriores ataques y formas de pelea del enemigo, por lo que el mismo ataque no funcionaría dos veces. Y Kay ya había enfrentado ataques de naturaleza psíquica anteriormente, y había podido repelerlos con su cosmos. Por lo que esta vez no fue diferente cuando su aura blanquecina brillante lo envolvió y repelió el ataque psíquico del Jagan. Pero volteo preocupado a sus compañeros.
De Kurama parecía muy afectado cuando se levantó al haber caído de rodillas, su cabello anteriormente rojizo, cambio a color plateado y el color de sus ojos antes verdes, pasaron a convertirse en dorados, y tenía lo que parecían ser un par de orejas similares a un zorro de color plateado sobre su cabeza. Esta era la forma Ayashi de Yoko Kurama, cuando vivía en sus tiempos en el mundo demoniaco. Su ropa seguía siendo la misma con el uniforme de la escuela, aun así, Kay sintió alivio cuando Kurama volteo a verlo y le asintió con una débil sonrisa, dándole a entender que aún era el, y no estaba controlado. Tal parece que había regresado a su verdadera forma de Yoko, aunque tal parecía ser solo el caso de forma física, y no mental. Él se tranquilizó por eso, pero mismo caso no pudo con Moka.
Ella seguía de rodillas mientras se apretaba su cabeza con sus manos, ocultando su rostro. Kay rápidamente fue hacia ella y colocando ambas manos a los lados de su cabeza, el cerro los ojos y se concentró. Extendió su cosmos hacia Moka, tratando de sellar cualquier influencia del Jagan pudiera ejercer en ella, y tratando de aligerar su mente para que se tranquilizara y el pudiera entrar en su mente, debía de hacerlo con cuidado, y solo yendo a las partes que él quería, y no tratar de meterse en la zona de memorias o recuerdos, pues él no era alguien que invadiese la privacidad de las personas adrede, sin permiso y sin ser enemigos; solo quería romper la influencia del control ejercido del Jagan y no tardo demasiado en encontrarla, la cual era sorprendentemente fácil y repeler, pues su presencia era débil. Parece que, como Kurama, el Jagan no había tenido un efecto tan fuerte en ella, como el eliminaba los últimos rastros de ella, cuando sucedió algo.
Una pequeña explosión ocurrió en sus mentes, que se conectaron por un segundo, pero ese segundo basto para que la mente de ambos fuese bombardeada por los recuerdos del otro. Recuerdos extraños inundaban la mente de Kay, memorias que él no podía entender en su mayoría, algunas de cuando ella era niña, viviendo en una especie de castillo, pero los recuerdos parecían borrosos, así como el rostro de la mayoría de personas que él podía observar. El decidió cortar la conexión antes de poder vislumbrar más, pues sabía que estaba en medio de un campo de batalla, y no quería vislumbrar nada que no lograse entender ahora, suponía que Moka pensaba lo mismo, como ella bajo sus manos que sostenían su cabeza y la expresión de su rostro se hizo visible; estaba jadeando y tenía una expresión confusa donde antes su expresión era fría, si el no supiera mejor, casi parecía humana, ignorando su forma y su verdadera naturaleza. Ella toco con la punta de sus dedos de su mano derecha su rostro, como si estuviera acariciándolo o mapeando un mapa y el dejo que ella hiciera eso, dejándose llevar por la caricia. Solo duros unos segundos, cuando Moka se detuvo y como si estuviese saliendo de un trance, su expresión cambio y ella se levantó, el hizo lo mismo. Los dos no hablaron ni se miraron, sino que solo decidieron dejar eso atrás por el momento, y enfocarse en el enemigo que les había hecho esto.
"Bueno, debo admitir que estoy un poco decepcionado que el Jagan no haya funcionado, pero no me extraña ante esto. Tu como Centinela que eres, debes de conocer algunos trucos para escapar de la influencia del control mental de mi Jagan, ¿cierto?" Raigo Hablaba con una sonrisa engreída en su rostro
Moka frunció el ceño ante lo que dijo Raigo, preguntándose por el termino de 'Centinela', miraba a Kay por el rabillo del ojo, pero no decía nada, ya que sabía que este no era el momento ni lugar para explicaciones. Kay sentía la mirada de Moka a su espalda, pero decidió no fijarse en eso por el momento y respondió.
"Supongo que sentir que tampoco funciono en Kurama y Moka debió de haberte sorprendido, aunque en mi caso ya he experimentado luchar contra el Jagan anteriormente. Por lo que sé lo que puede hacer y como contrarrestarlo, supongo que querías que lucháramos entre nosotros, ¿cierto? Tal parece que solo tendrás que hacerlo tú solo", Kay respondió fríamente
Raigo solo rio como parecía burlarse de lo que decía, "Ah, honestamente no, esperaba que Yoko Kurama, al ser un antiguo Youkai de gran poder del mundo demoniaco, y haber tenido experiencia cercana con alguien similar que posee un Jagan, Hiei, sabia como eludirlo, y veo que tu tambien has luchado contra ese enano porque es el único otro usuario de Jagan que existe. De la vampiresa es extraño, aunque supongo que el estar sellada por ese rosario, sea la causa de que no haya sido tan afectada".
Kay no dijo nada, pero tambien pensó lo mismo, quizas el rosario de Moka además de sellar sus poderes, la protegían contra influencias de control mental, aunque parece que no era tan perfecto ya que él tuvo que ayudarla a eliminar rastros de esa influencia dentro de su mente, lo que dio a que rastros de recuerdos se arrastraran en su mente. El solo sacudió su cabeza, no era tiempo de pensar en eso, tenía que enfocarse en el enemigo primero.
"No supones bien, ya que luché contra Hiei, pero a diferencia de ti que moriste por sus manos, yo al menos le vencí", Kay no se jactaba demasiado, pero quería ver hasta qué punto podía llegar al enojar a Raigo y poder ver una debilidad en su defensa
Por lo que parecía ser, su provocación pareció tener un efecto leve, más allá de la perdida de la sonrisa y que su visera blanca con forma de hueso que cubre su ojo izquierdo, que está oculto detrás de un lente rojo, brillaba más intensamente, quizas dejando entrever sus emociones burbujeando detrás de su apariencia fría. Pero, aun así, Raigo respondió en un tono que sonaba jactancioso y que parecía dar a entender algo que el resto aun no descubría.
"Deberías tener cuidado con lo que hablas Centinela, no soy el único aquí, mis demás compañeros ya recibieron órdenes de acabar a tus amigos y destruir el resto de esta dimensión, mientras hablamos ellos ya deben haber llevado a cabo sus órdenes y tus amigos son historia". Raigo terminaba de decir de una forma perversa
Kay solo apretó los dientes no dejando ver su frustración, como pequeñas gotas de sudor bajaban de su cuello. Debía de sospechar que algo así pasaría y no se quedarían quietos, aprovechando el caos de su pelea para detener a Hei. Pero no debía de perder la calma, con una mirada hacia Kurama, este le devolvió la mirada, ambos quedaron mirándose a los ojos, con Kay observando el nuevo color de ojos dorados de Kurama, tan fríos y sobrenaturales, tan diferentes de los cálidos y humanos que Kurama en su forma humana. Kurama, a pesar de su cambio de forma, asintió con la cabeza entendiendo lo que quería solicitar, sin más, el desapareció moviéndose a una velocidad superior a la del sonido, casi que desapareciendo en un segundo del lugar en dirección a la escuela. Moka enarco una ceja ante esto, aunque no tan sorprendida, ya que fue capaz de ver su partida. Kay no se inmuto ni Raigo.
"Da igual quien vaya a ayudar, ya es tarde", Raigo hablaba con suficiencia, pero Kay solo lo ignoro como paso a observar a Moka
"Deberías ir tambien tú, Kurama no tendrá tiempo de encargarse de todos, pese a ya mostrar su verdadera forma y poder, necesitaran tu ayuda".
Moka frunció el ceño, "¿Crees poder encargarte de este sujeto tu solo? Es conocido como una de los 'dioses' del inframundo, será muy fuerte y un hueso duro de roer".
"No creo que haya problemas, deberías sentir la barrera, cuando eleve mi cosmos y use mi técnica del puño de hielo para congelar a Hei en un cubo de hielo. Sentí que el poder de la barrera se ha debilitado o cedido, así que no tengo problemas en contenerme ahora", Moka enarco una ceja por como sabia esto, pero él no respondió
Él sabía que desde la batalla contra Hokuto y Antítesis, donde el poder de la barrera casi es desintegrado, él había llegado a un entendimiento en cuanto a la composición y estructura de la barrera desde su panel de control, a partir de sentir su elevada aura Youki, y ya que él había hecho uso del poder demoniaco en las pocas ocasiones gracias a la sangre de Moka, el preferiría evitar usarlo siempre que pudiera para evitar consumirlo, aun así le había ganado un conocimiento de momento superficial acerca de la composición mágica tambien de la barrera, lo cual le servía para al momento de elevar su cosmos y no sentir más la presión de la barrera que amenaza por destruirlo, se diese cuenta de que el director debió haberla liberado aunque sea temporalmente. Esto se explicaba porque estos intrusos podían hacer uso de sus poderes por completo. Él iba a hablar con el director de esto después, pero por el momento debía de concentrarse en la amenaza inmediata.
Pero fue en eso que sintió algo, el sonido de algo quebrándose. No tenía que pensar demasiado, ya que al observar la sonrisa satisfecha de Raigo, y la mirada de Moka atrás de ella en dirección al sonido, para darse cuenta de que se trataba. El solo pudo voltear y observar como el enorme témpano de hielo que tenía aprisionado a Hei, se estaba quebrando de adentro hacia afuera para su incredulidad. No podía entender cómo era posible, a menos de que Hei lograse alcanzar una temperatura similar al cero absoluto o llegar hasta ella, para comenzar a destruirla con su propia aura gélida aun sin cosmos, aunque él no debía de subestimar el poder demoniaco, como todo el témpano de hielo se agrieto, y después, una fuerte explosión de llamas oscuras salió disparada en todas direcciones. Kay se hizo frente a Moka cubriéndola y protegiendo a ambos con su campo AT, mientras observaba con incredulidad como alguien, quizas la primera persona que conoce, en ser capaz de quebrar la técnica ataúd de hielo que le había enseñado su maestro Camus de Acuario.
Tras unos segundos a que las llamas oscuras se retrajeran, Kay pudo vislumbrar la figura en medio de ese mar de fuego y llamas negras, Hei parecía un demonio salido del mismo infierno. Sus ojos eran blancos, su cuerpo estaba cubierto de escarcha blanca de hielo que no se derretía, a la vez que una corriente de flamas negras lo rodeaba en espiral, con una forma de un dragón negro mimetizándose detrás.
Kay realmente había enfrentado peores cosas en su vida, desde seres del mismo infierno hasta entidades primigenias, aun así, no pudo evitar que sendas gotas de sudor recorrieran su cuello, como una mueca se hacía en su rostro ante la vista. Suponía que, a pesar de tener todos sus poderes desbloqueados, la batalla no sería tan fácil.
"Debí sospechar que para Hei, siendo un hijo de hielo y fuego, ese ataúd de hielo no iba a detenerlo, mi error…ahora deberé pensar en otra manera de someterlo, supongo que no me queda de otra que hacer uso de mis más poderosas técnicas, ahora que siento que el límite de la barrera se ha disuelto, quizas por obra del director…aun así, tengo que seguir usando el anillo espiritual, ya que no quiero extralimitarme y despertar el sello que tengo para evitar que el poder demoniaco salga de mi debido a la sangre de Moka, y me consuma de nuevo en un Ghoul. Ya he aumentado mi cosmos, aunque no al máximo, ni tampoco mi KI. ¿Quizas pueda hacer algunos hechizos mágicos?"
Los pensamientos de Kay iban rápido, pero no tan rápido como quería como Hei comenzaba a avanzar lentamente hacia ellos, sus pasos incinerando el suelo donde pisaba. El no tuvo que otra que voltear a Moka y dirigiéndose a ella le hablo:
"Moka, debes irte de aquí y dejarme esto a mí. Los chicos te necesitan ahora, si bien confió en Kurama y su fuerza, no creo que pueda proteger a tantos a la vez con demasiados enemigos, por eso debes ir a ayudarle",
Moka paso a verlo frunciendo el ceño y observándolo incrédula como si se hubiera vuelto loco, "¿Estás loco? ¿Piensas encargarte tu solo de los dos?"
"No creo que ese tal Raigo intervenga, ya que quiere dejar que su marioneta haga el trabajo sucio, y yo puedo luchar ahora con todo mi poder, gracias a que el director libero el límite de la barrera, lo mismo que tu; puedo usar algo más para detener a Hei, y encargarme de ese falso dios del inframundo, pero no podre contigo aquí y preocupándome por los otros",
"¿Me estás diciendo que soy una carga?" Moka lo veía de forma viciosa, preparando para darle una de sus fuertes patadas si decía eso
"No, no es eso. Confió en tu fuerza Moka, pero ahora te necesitan en otra parte, no tardare con Hei y pienso encargarme yo solo, pero no podre concentrarme contigo cerca, debes de confiar en mí en esto",
"¿Cómo tu confías en mí? ¿Quien quiera que seas? Ya que al parecer eres más que un detective espiritual por lo que dicen estos sujetos", Moka le señalo con fuerza y entornando la mirada
"Si ya viste algo o no, en los recuerdos que obtuviste de mí, sabrás eso en poco tiempo, como yo tambien de ti, pero no hay tiempo, si nos separamos, podemos cubrir mayor espacio, podremos hablar con Kurama después si tienes dudas", Kay observaba como Hei se acercaba y estaba a medio camino de ellos, podrían sentir lo caliente del área debido a las llamas oscuras que rodeaban a Hei, "ahora es el momento en que confíes más en mi Moka, como yo en ti".
Moka pasó a observarlo a los ojos por un momento, su penetrante mirada carmesí se sostuvo contra la mirada firme de Kay. Ella por lo pronto aparto la mirada y suspiro, y sin decir más, de un gran salto, quedo encima de la colina que daba a la entrada al túnel de la escuela y comenzó a correr rápido, en dirección a la escuela. Kay solo suspiro aliviado, contento de que ella lo escuchara y poder dejar de lado las explicaciones de momento.
"Ahhh, parece que ella te abandono, aunque no me preocupo por eso, mis compañeros podrán encargarse de los demás, por lo pronto, es momento de que caigas tú". Raigo Hablaba como solo sonreía viciosamente y se alejaba de la pronta confrontación
Kay no le hizo caso a él y se preparó para atacar primero, sin esperar el levanto su palma derecha y congelándola, ataco extendiéndola hacia el frente.
"¡Polvo de diamante!" Un corriente aire frio poderosa impacto en Hei, barriendo todo a su paso y apagando las llamas y fuego oscuro, aunque Hei permaneció sin inmutarse como se sacudió el hielo y las escarchas que le impactaron
Kay dio una voltereta de 180 grados por encima de Hei, cayendo a espaldas de él, como este se dio la vuelta lentamente como un zombie, Kay rápidamente se movió al encender su cosmos y en una milésima de segundo y usando su brazo derecho en forma de puño, aumento su cosmos y ataco de frente.
"¡Plasma Relámpago!" El poderoso ataque impacto a Hei por todo su cuerpo, golpeándolo con los haces de luz, como lo arrastraba lejos en dirección al acantilado del mar rojo y cayendo por este en dirección hacia abajo
Kay sabía que esto no detendría a Hei por mucho tiempo, si bien ahora podría seguir luchando en igualdad de condiciones, debía de recordar el seguir usando el anillo espiritual, ya que no quería despertar la sangre de Moka dormida dentro de él, y rebajarse a convertirse en un Ghoul de nuevo; podría ser más fuerte que antes, pero eso no significaba nada si moría o peor, por eso debía de ser más inteligente y pensar con estrategia. No tuvo que pensar demasiado cuando a pocos metros por encima del nivel del mar, una enorme columna de agua carmesí salió disparada al cielo, para después esta encenderse en llamas negras y salir un Hei con sus ropas algo deshechas, pero con mirada salvaje, flotando por encima del nivel del mar a varios metros hasta quedar frente a Kay, separados por unas pocas decenas de metros.
Kay solo dio un suspiro cansado, como paso a sonreír de forma socarrona, ya que sabía que esto no iba a ser fácil, pero algo dentro no podía evitar sentir una mezcla de emoción y ansiedad recorrer su cuerpo. Iba a ser una batalla dura, pero él se aseguraría de terminarla.
Sin esperar más, él se lanzó de un gran salto e impulsándose al estallar su KI, se dirigió hacia Hei donde ambos chocaron produciendo una fuerte explosión de sonido, como el mar debajo tembló y se remeció la tierra cercana.
….
Mientras tanto, cerca de los restos del edificio de la escuela; el grupo conformado por el hombre lobo Ginei Morioka, las brujas Yukari Sendo y Ruby Tojo, y los dos padres de Yukari, seguían combatiendo escarnecidamente contra el revivido Yasha, antiguo enemigo del mundo espiritual y ladrón del sello del príncipe Koenma, derrotado y muerto a manos del grupo del antiguo detective espiritual Yusuke Urameshi. Pero ahora estaba de vuelta a la vida para terminar con una misión, y esa era acabar con todos los que fueron señalados de objetivos dentro de la Academia Youkai, y destruir esta subdimension. Pero los que estaban adentro no iban a dejársela fácil.
Yukari y su madre atacaban con una combinación de lanzamiento de objetos, entre estas enormes ollas gigantes de ancho, que caían desde lo alto de los límites de la barrera a una velocidad imprimida mágicamente como si fuesen cayendo desde la estratosfera. Estas caían sobre Yasha, el cual, hacia acopios de alejarse de los sitios de impacto, que, si bien no le afectaban de sobremanera debido a su mayor poder, le obstaculizaban el tener un enfrentamiento 'parejo' con el hombre lobo Gin, el cual sobrepasaba a Yasha en velocidad, atajándolo y cortándolo en puntos clave de su cuerpo, debajo de su armadura protectora que recubría casi toda la piel de su cuerpo. Yasha intentaba contraatacar con su cola, el cual Gin evadía como intentaba atacar al cuello de Yasha, uno de los sitios más desprotegidos de su armadura de piel, pero la cola del ser era igual de rápida que Gin y lograba cerrarle el camino, a pesar de la asistencia de las brujas.
Ruby invocaba con su vara mágica una multitud de cartas tarot que podían cortar hasta el metal. Ellas las dirigió hacia Yasha, pero el solo sonreía con una gran agilidad y velocidad, y usando sus manos que estaban convertidas en garras filosas protegidas con su armadura, el las cortaba en pedazos antes de que pudieran tocarlo; pero esa la intención de Ruby como de los pedazos de las cartas tarot estas se transformaban en una veintena de cuervos negros, que volaban hacia Yasha, el cual disgustado trataba de alejarlas, como usaban su cola para deshacerse de ellas. Gin se alejaba de Yasha, a una señal de Ruby, como los cuervos se fusionaban todos en el aire, formando un enorme cuervo negro, el cual arremetió contras el Youkai, pero este lo contuvo, aunque fue arrastrado unos pocos metros, haciendo deslizar tierra y polvo, como clavaba firmes sus pies de dos dedos al suelo. Yasha sonreía victorioso, pero a una señal de Ruby, el cuervo brillo y después explotó, inmolándose a su mismo y causando una estruendosa explosión, que hizo remecer la tierra, polvo, piedras y escombros.
Los participantes de la lucha observaban en silencio el sitio de la explosión, esperando que haya funcionado, pero Ruby no creía que alguien como Yasha, quien en poder los superaba, hubiese caído con esa explosión, que podría matar a humanos y ayashi más débiles. No tuvieron que esperar demasiado cuando la figura de Yasha salió del lugar de la explosión, incólume, aunque ensuciado de tierra y ceniza. El solo sonrió de una forma socarrona como se burlaba de ellos.
"¿Eso es todo lo que tienen? Unos miserables brujos y un hombre lobo inútil, no son nada ante mí, tendrán que esforzarse más si quieren llegar a hacerme sudar". Yasha hablaba como se limpiaba las cenizas de su cuerpo con sus enormes manos
En eso sin esperar a una réplica, fue atacado por una criatura parecida a un centauro con una lanza, el cual tomo por sorpresa a Yasha, casi siendo empalado en el pecho, pero protegido por su armadura pectoral. Yasha no tardo en contraatacar con las púas de sus hombros, despedazando al centauro, aunque sus restos se desvanecían como si estuviese hecho de papel para su consternación. No tuvo que esperar demasiado cuando un enjambre de criaturas, entres insectos gigantes, animales grandes como osos feroces, cocodrilos, así como criaturas mágicas como centauros, sátiros, manticoras, ciclopes, etc. Le caían a Yasha sorprendido, tratando de defenderse, cortando a cuanta criatura se le arrimara.
Esta era la técnica de invocación hecha por brujas, hechiceros y otras criaturas con habilidades mágicas; la técnica de invocación es una técnica de invocación de demonios que utiliza el propio Youki del usuario como alimento. Si el usuario continúa invocando incluso después de quedarse sin Youki, eventualmente devorará su energía vital, lo que conducirá a su muerte. El que hacia estas invocaciones era el padre de Yukari, Tamanori Sendo, el cual usaba su libro mágico o grimorio para potenciar y guiar la técnica, ya que, para usar la técnica de invocación, el usuario necesita algún tipo de enfoque u objeto para convocar. Tales ejemplos de esto son talismanes, varitas mágicas, etc. El hombre rubio con gafas y bigotes, lucia cansado como sudaba profusamente, sabía que invocar repetidamente criaturas y hacer uso de esta técnica agotaría todo su Youki, lo que lo conduciría a la muerte. Aun así, debía de persistir para su hija.
Yasha se estaba enfureciendo más a cada segundo que pasaba, como eludía y despedazaba con sus garras y púas en los hombros a las criaturas que le arremetían. Corto con sus garras en dos a un ciempiés gigante, arrugo a un oso gigante en la cara, mando a volar con la fuerza de su cola a una manada de lobos, y detuvo con sus garras los enormes colmillos de una enorme araña gigante, quien, con sus decenas de ojos, lo observaba como un bocadillo para devorar. Yasha solo arremetió y con fuerza, arranco los colmillos a la enorme araña y con un poderoso puño derecho, atravesó su cabeza y pulverizo su cerebro, desplomándose esta al suelo. Pero no tuvo tiempo de descansar, cuando algo comenzó a sujetarlo con fuerza, era Ruby Tojo, quien, invocando sus alas de cuervos negras a sus espaldas, voló hasta el Youkai y con sus alas, estas se desdoblaron como si dé enredaderas fuese, sujetando a Yasha de sus extremidades y torso, restringiendo sus movimientos y causando más molestia al Ayashi.
Fue un par de puntas de estas alas negras, las cuales eran tan fuertes como el metal y tan filosas como eso, arremetieron contra el cuello vulnerable de Yasha, para buscar decapitarlo de un tajo. Pero Yasha con una gran agilidad y rapidez, logro eludir los dos pares de alas puntiagudas, aunque igual les provocaron pequeños cortes a ambos lados de su cuello, aunque de corte no muy profundo, pero igual la sangre comenzó a filtrarse, lo que enfureció más al Ayashi. El cual haciendo estallar su Youki con fuerza, deshizo las alas enredadas en su cuerpo e hizo retroceder con fuerza a Ruby lejos. Él ya iba arremeter contra ella, pero Gin se le cruzo en el camino velozmente, arremetiendo contra él sin darle tiempo de reaccionar, y con sus garras filosas, logro causarle una herida en la base de su cuello, donde borbotones de sangre verde oscura, salieron disparadas de él, haciendo a Yasha retroceder y sostener su cuello con su enorme mano derecha para detener el sangrado. Gin iba a atacar de nuevo, pero Yasha arremetió con su cola, golpeando a Gin en el pecho, cortándolo con las aletas de púas filosas en su cola, haciéndole escupir sangre de su boca y mandándolo a volar varios metros hasta estrellarse contra los escombros de la escuela.
Ruby intento contraatacar de nuevo con sus alas filosas, pero Yasha de un enorme salto de varios metros por encima de Ruby, quien reacciono tarde, y con una fuerte patada de su pie derecho, impacto en el pecho a Ruby, la cual cayó al suelo y fue arrastrada por la fuerza del impacto por todo el suelo, derrapando polvo y tierra. Yasha no tuvo tiempo de descansar cuando le caían enormes ollas desde el cielo arriba de él, pero el, enfurecido por sus heridas en el cuello que aun no cierran, e indignado porque criaturas débiles pudieran herirlo, uso las tres púas que sostenía en cada par de hombros, las cuales cada una se dividieron en una docena más pequeña de púas, pero aun filosas, las cuales empalaron las más de una docenas de ollas que caían del cielo, deteniendo su movimiento, dejando sin habla a Yukari y boquiabierta a su madre (quien no puede hablar) por esta acción.
Yasha sonrió de forma socarrona, como les devolvió el ataque de las ollas, lanzándoselas con fuerza con sus púas, en dirección hacia ellas. Madre e hija tuvieron que cubrirse, usando sus varas mágicas como un círculo de un símbolo mágico se hizo bajo sus pies para hacer un campo de fuerza, aunque débil, por lo que, al impactar todas las ollas enormes, poco duraron en resistir, como ambas brujas quedaron casi que, enterradas al suelo cubiertas de tierra y polvo. Yasha sonreía como observaba a la mayoría de sus enemigos caer, aunque no tuvo tiempo de disfrutar su 'victoria', como tenía que eludir los ataques de las criaturas mágicas invocadas por ese brujo, padre de Yukari. Yasha no perdió tiempo y observando al hechicero encima de una montaña de escombros, se le denotaba cansado, con su rodilla izquierda tocando el suelo como seguía tratando de mantenerse erguido; pero fallaba debido a la pérdida de su Youki.
Yasha sonrió ante esto y se movió rápido en dirección hacia el brujo masculino, el cual al ver acercándosele el Youkai, rápidamente invoco una veintena de criaturas mágicas, entre enormes insectos, manada de osos y otras criaturas mamíferas salvajes del bosque, incluso centauros, sátiros, mantícoras, hipogrifos, etc. Pero Yasha solo dio un enorme salto en dirección hacia el frente, atravesando a cada criatura por el medio hasta acercarse más a Tamanori, quien no podía eludirlo en su estado tan cansado. Yasha solo sonrió de forma sádica, como con su hombro izquierdo, con las puntas de sus tres púas apunto en dirección al hombre. Y sin perder un segundo, las extendió a escasos metros del brujo, el cual solo pudo más que lamentarse el no poder estar ahí más para su esposa e hija. Un segundo después de esto las tres púas de metal, lo atravesaron, dos de ellas en la base de su cuello y la otra a través de la boca. Sus lentes y grimorio cayeron al suelo como un chorro de sangre salió disparado de los agujeros hechos por las púas de Yasha, mientras el observaba todo con una sonrisa, parado en la base de la mini montaña de escombros. El retrajo sus púas de nuevo hacia él, como el cuerpo Tamanori, ya sin vida, cayo de la montaña rodando hasta su base, a la vez que las invocaciones de criaturas invocadas se desvanecían al morir su invocador y apagarse la conexión con el Youki del usuario.
Yasha solo sonrió sin darse la vuelta, cuando sintió el grito de la pequeña niña Yukari al ver a su padre caer sin vida. Su madre la sostenía fuertemente para que no corriera hacia el cadáver de su padre, cerca del monstruo que le quito la vida. Lagrimas surcaban los ojos de la madre de Yukari, como debido a su mudez no podría ni gritar de dolor como hacia su hija, quien se sostenía contra su madre llorando y gritando. Ruby se estaba levantando a duras penas, como se llevó una mano a su boca, mientras sus ojos derramaban lágrimas, había conocido al padre de Yukari brevemente pero el dolor de perder a otro brujo de su raza, y ver a Yukari sufrir, hicieron doler su corazón.
Gin, el hombre lobo semi transformado a su apariencia humana a excepción de sus brazos que aún estaban convertidos en garras; mascullo de furia al ver esto, como hacia acopios de levantarse y gruñir al miserable Ayashi responsable de esto. Yasha solo se quedó ahí imperturbable, como pateaba el cadáver del brujo muerto, al ver que no se movía solo sonrió más como se volteo al resto de sus contrincantes.
"Eso es lo que obtienen por desafiarme. No tendré más piedad ni consideración, los mandare al Inframundo, donde Yakumo-sama hará lo que quiera con sus miserables almas. Pueden estremecerse, pueden llorar, pueden pelear, pueden suplicar. Pero no podrán escapar, ya que mi objetivo es no dejar a ninguno de ustedes vivos. Ustedes junto con esta escuela, junto a ese irreal sueño de 'convivir con los humanos', desaparecerán para siempre. Y pronto los Youkais del mundo entenderán de una vez que es momento de atacar el mundo humano y recuperar nuestro lugar en el mundo", Yasha avanzaba hacia ellos a medida que hablaba
Ruby solo apretó los dientes con furia como hacia acopios de levantarse aun con su cuerpo lastimado. Quizas tenía algunos huesos rotos, pero no podía usar su magia para curarse, debido a que la necesitaba para luchar. Gin hacia lo mismo como volvía a transformarse a su forma completa de hombre lobo. Ruby podía ver a Yukari siendo atendida por su madre, y ella no tenía el corazón para negar ese momento de madre e hija, ahora que recientemente habían perdido ambas a su esposo y padre respectivamente. Iba a dejar sola a Yukari por su bien, pero increíblemente Yukari se levantó, se secó sus lágrimas y mocos; se paró erguida y sosteniendo su varita con ambas manos con fuerza, como su energía demoniaca o Youki se elevaba, cubriéndola con un aura sobrenatural azul brillante, como en su mirada con su iris iluminada con su Youki podía denotarse su determinación a seguir luchando.
Esto sorprendió a Ruby, no sabía que había sucedido entre ella y su madre durante ese lapso, ya que según recordaba su madre era muda, pero lo que sea que ella hizo, le hizo entrar fuerzas a Yukari, incluso para pensar de forma racional, sin dejarse consumir por el dolor. Era algo que internamente hacía que Ruby admirara a la pequeña niña, ya que ella recuerda no habérselo tomado a bien cuando sus padres habían muerto. En secreto ella se prometió seguir protegiendo a la niña, incluso a costa de su vida, era lo menos que podía hacer por ella, como ella tambien elevo su Youki, como su corriente mágica se elevaba corriendo dentro de sus venas potenciada por su Youki y un aura de color morado la cubría. Gin hizo lo mismo, cubriéndolo un aura amarilla tenue.
Pronto, los cuatro estaban listos para luchar. Yasha solo seguía avanzando sonriendo.
….
Tsukune intentaba avanzar hacia una Ishigami sonriente encima de una colina, con sus brazos extendidos y cantando una canción tétrica que le venía ideal a su rostro oscuro con una expresión de satisfacción sádica. Tsukune apretó fuertemente el palo largo entre sus anos, entre Ishigami y el, había casi una docena de Ayashi de la escuela convertidos a sus verdaderas formas monstruosas, y siendo controlados bajo el poder de Yakumo, Rey del Inframundo, con la distinguida forma de una cruz negra en la frente de los que estaban bajo su influencia y usados por Ishigami como matones para sus planes enfermizos.
Tsukune sabía que no tenía alguna oportunidad contra estos Ayashi, pero maldita sea la exmaestra de arte y esos malditos aliados si dejaba que destruyeran la escuela, y el no hacía nada. Un Ayashi de forma humanoide verde y ojos rojos, que tenía la apariencia de un Saibaman se le encaro a Tsukune, el cual este apretó los dientes y sosteniendo fuertemente su palo con sus dos manos, se lanzó contra el Ayashi en forma de Saibaman. Lanzando su palo de forma horizontal, esperando golpea al Saibaman por su costado derecho, pero este eludió el ataque y con una gran velocidad y con sus tres dedos en formas de garras, corto el costado derecho de Tsukune, provocándole una herida severa, pero haciéndole encoger de dolor, llevándolo de rodillas al suelo mientras apretaba su costado sangrante.
"¡Tsukki!" Gritaba su prima Kyoko Aono al ver a su primo herido
Ishigami solo contemplaba esto como se burlaba de forma despiadada del chico, "Ahhhh. Tsukune. Pobre chico. ¿En verdad crees que un solo humano débil como tu tiene alguna oportunidad contra todos nosotros? Te habrás salvado antes por la intervención de tus amigos y habrás llegado lejos durante todo el año gracias a su protección. Pero que no sé te olvide que, en el mundo sobrenatural, ustedes humanos sino tienen poderes psíquicos, no podrán sobrevivir. Y tú suerte ya acabo hace mucho tiempo Tsukune. Es hora de que el karma de ser una carga para tus amigos se cumpla". Ishigami terminaba con una sonrisa ancha
Tsukune apretaba sus dientes de dolor, como se apretaba su costado herido, sangre filtrándose por su camisa y pantalones, y dejando un enorme charco debajo de él. A pesar de todo, tuvo la fuerza para responderle a Ishigami: "si es así, ¿Por qué entonces te convertiste en maestra de este lugar? Si no creías en nada de lo que aquí pregonan, ¿para qué perder tu tiempo viniendo aquí?"
Ishigami solo sonrió de forma condescendiente, como paso a hablarle a Tsukune, de una manera que pareciera explicarle a un niño, "Tsukune-kun, ¿sabes que es considerado la 'cosa más bella del mundo'? Esa es la 'destrucción'".
"Como un escritor de tragedias, aisukyurosu, o como un filósofo griego que llega a ser conocido por escribir historias sobre la caída de los héroes… ¿no te divertiría ver caer un alborotado festejo como flores de cerezo? El cómo vivir y amar. Son más bellas en el punto cuando van a morir. Como un artista, he anhelado ver los momentos finales de esta Academia. Ver como se tambalea al borde de la destrucción junto a su sueño ideológico de 'convivencia con los humanos'". Ishigami hace una pose dramática, llevando su mano derecha señalando a su pecho, como su brazo izquierdo se abría como si presentase una obra de teatro o musical, "Esto es lo que yo dejare en mis memorias en este lugar".
Tsukune no podía creer lo que estaba escuchando. Si antes pensaba que Ishigami era cruel y sádica, ahora piensa que definitivamente debe de estar loca. Supo en ese instante que no podía razonar con ella, por lo que, haciendo acopios por levantarse, lo hizo, aunque con un esfuerzo notable, Ishigami enarco una ceja ante esto intrigada, y no pudo evitar sonreír de oreja a oreja, como veía al chico tratar de sostenerse parado aun a pesar de su herida del costado.
"Me sorprendes Tsukune-kun, aun tienes bastante energía pese a tu daño, pero no me extraña de ti, siempre has debido ser protegido por tus amigos y ahora que no estan, debes de apañártelas solo. Un esfuerzo admirable para ser humano, pero inútil igualmente", Ishigami comentaba con condescendencia
"Aunque no me queden energías, seguiré levantándome. No dejare que destruyas los sueños de las personas que vinieron aquí Ishigami-sensei. Mis amigos estan luchando para vencer a quienes vinieron a esta escuela con esas malas intenciones, no permitirán su destrucción. Yo poco puedo hacer para ayudar, pero prometí hacer lo posible para defender ese sueño y no decepcionarlos, he hecho amigos con los Ayashi, estoy seguro que algún día ese sueño tambien se hará realidad en el mundo humano", Tsukune sostuvo su palo con fuerza mientras el resto de los seis Ayashi lo rodaban como una presa
Ishigami solo rio estruendosamente como se llevó una mano a su rostro, "Ah. Tsukune-kun eres tan ingenuo. Hablas de la misma escuela donde casi te ejecutan por incluso sospechar que eres humano. Aunque Kuyou y su guardia ya no estan, dudo que los sentimientos aquí hayan cambiado si tu solo finges ser otro Ayashi del montón. Pero ya que te veo con tanta emoción, probare tu punto", Ishigami trono sus dedos y un Ayashi en forma de mantis religiosa gigante, que tenía entre sus garras a la prima de Tsukune se acercó hasta quedar al lado izquierdo de Ishigami
"Tsukki", Kyou estaba llorando ante la vista de su primo sangrando y con dolor, pero aun con ganas de seguir luchando, su primo a quien consideraba un hermano menor, seguía teniendo energías para no rendirse aun pese a su obvia vulnerabilidad. Tan grande había crecido su primo desde aquel pequeño niño llorón que rehuía a las peleas y le tocaba a ella defenderlo
"Si puedes llegar hasta mi aun en ese estado, y tratas de golpearme al menos una vez, te dejare ir a ti y tu prima. Te dejare las cosas fáciles", ella volvió a tronar sus dedos y el grupo de Ayashi rodeándolo se retrajeron de él, unos pocos metros, "muéstrame tu fuerza, la fuerza de tus palabras e ideales, intenta llegar hasta donde tu prima, alcánzala y sálvala, entonces te dejare ir, es mi palabra".
Tsukune no creía en las palabras de la demente maestra, mucho dentro de él le decía que no debía de confiar en su palabra. Pero en ese momento no tenía otra opción, no vendría nadie a ayudarlo, ya que sus amigos tenían sus propias batallas, y él no era la excepción. Esta era su batalla.
Haciendo acopios de fuerza, Tsukune sostuvo el palo con fuerza con ambas manos y se dirigió corriendo, aun ignorando el dolor en su costado, directo hacia Ishigami, quien le espero con los brazos cruzados, y una sonrisa ancha. Tsukune estaba siendo llevado por la adrenalina y el shock en su cuerpo, producto de su herida, haciendo inhibir el dolor temporalmente y dándole fuerza momentánea. Justo cuando estaba cerca de Ishigami, lanzo su palo con todas sus fuerzas contra la exmaestra de arte, esperando que al menos pudiera acertarle. Desafortunadamente, ella pudo esquivar su ataque fácilmente haciéndose a un lado. Tsukune casi se va al suelo, pero logra recuperar su trayectoria, pero no puede evitar que una fuerte patada de Ishigami de en su estómago, provocando que se encorve de dolor y cayendo sobre sus rodillas.
Tsukune no tuvo tiempo de defenderse como las serpientes en la cabeza de la Medusa, se lanzaron hacia el pobre chico. Poco podía hacer el chico cuando cuatro de estas le mordieron los brazos, causándole dolor, como una pequeña hilera de sangre saliera como lluvia de sus brazos como el chico gritaba y soltaba su palo. Ishigami sonrió extasiada, como retrajo las serpientes de nuevo a su cabeza, mientras Tsukune colapsaba de espaldas al suelo. Podía ver que los brazos del chico se entumecían, como pasaban a convertirse en piedra. Tsukune sentía sus brazos tensos e inmóviles, pero sabía lo que estaba sucediendo, se estaba transformando en piedra a causa del poder de medusa de Ishigami. Y no había nada que pudiera hacer al respecto, no había podido salvar a su prima Kyou, ni siquiera a el mismo. Sendas lagrimas resbalaban por su rostro mientras tenía sus ojos observando al cielo azul. Una sombra le quito la luz, y no tenía que voltearse para saber quién era.
"Ahaha Tsukune-kun, mírate como quedaste, distes una buena pelea, pero eso fue todo lo que tu fuerza pudo reunir. No te preocupes, es todo lo que un humano aspiraría a llegar en cuestión de fuerza contra nosotros los Ayashi, descontando los que tienen poder espiritual claro. No te preocupes por el veneno, me asegure de inyectarte poco, para que no te conviertas en piedra completamente y el proceso de tus brazos sea lento, por lo que podrás moverlos lentamente, pero a riesgo de romperte los huesos con eso", Ishigami le hablaba en un tono condescendiente, el cual le hacía apretar los dientes de ira a Tsukune
"Pero el mismo caso no será para tu prima", Sin esperar una respuesta, Ishigami lanzo tres de sus serpientes en su cabeza llena de ellas, hacia la prima de Tsukune mordiéndola en varios lugares de su cuerpo
"¡Kya!" Kyou grito como las serpientes la mordían en su hombro derecho, su cuello y su mandíbula, haciéndola sangrar y provocándole un profundo dolor
"¡Kyou-chan!" Tsukune grito con fuerza e hizo acopios por levantarse, solo para mirar con espasmo la horrorosa escena
Kyou tenía la mirada perdida y en blanco, como las serpientes seguían mordiéndola, y copiosas cantidades de sangre se desparramaban al suelo y surcaban su cuerpo y los brazos largos de la enorme mantis religiosa que la aprisionaba. Tsukune quería gritar, quería pelear, quería hacer algo. Pero solo pudo impotentemente arrastrarse por el suelo debido al dolor en su costado por la herida de desgarro, y las mordeduras de las serpientes de la medusa, que ya comenzaban a surcar efecto en sus brazos, poniéndolos rígidos, aunque aún sin transformarse.
Ishigami observaba todo esto con una sonrisa. Como se paseaba alrededor del chico, "no te preocupes Tsukune-kun. Ella no ha muerto…todavía; pero el proceso de convertirse en piedra comenzara en breve. La única manera de que ella vuelva a la normalidad es si me matas, ya que mi poder ha crecido desde la última vez que luche contra Namura, y se necesitara más para desaparecer los efectos de mi poder. Pero eso ahora no te es posible, ¿cierto? Bueno, como no me gusta aburrirme te llevare a ver el resto de tus amigos, si es que Yasha ya se deshizo de ellos. Será una vista espectacular, verte observando como poco a poco tu expresión va cambiando a una de desesperación y muerte por dentro. Si, es una expresión que pintaría en un cuadro para tenerla para siempre".
A una orden de Ishigami, un par de Ayashi tomaron a Tsukune por sus brazos, y lo arrastraron de vuelta a la escuela. El chico no decía nada ni se movía, no se resistió. Por dentro de él, todo un mar de desesperación amenazaba con explotar.
….
En medio del claro en el bosque con el pequeño lago se estaba desarrollando una batalla. Una batalla a temperatura bajo cero. Todo el lugar lucio como si pareciera entrados en invierno, con nieve cubriendo toda la tierra, el lago congelado en hielo, y témpanos de hielo repartidos por todo el lugar. Solo el ruido que se escuchaba en el lugar, hacia desconcentrar la vista de la extraña belleza de contraste entre este lugar y el resto del bosque.
El ruido era de la batalla entre las Yuki-Onnas Mizore Shirayuki y su madre Tsurara, contra la bestia sagrada o llamado tambien 'dios del inframundo' Majari. Este último contaba con habilidades basadas en espejos. Puede imitar la apariencia de otro detrás de una superficie de agua, y también parece hábil para predecir movimientos. Su principal habilidad especial es imitar las técnicas de su oponente de manera similar a Rando. Las mujeres de las nieves, habían transformado sus manos en grandes garras, como sus cabellos resplandecían como hielo los cubría y sus ojos se nublaban como una neblina brillante. De sus manos lanzaban una andanada de hielo en forma de estacas, dagas, y lanzas contra su objetivo. Pero Majari era hábil replicando sus mismas habilidades y contrarrestándolas de igual manera. Majari se burlaba como se relamía los labios a la vez que seguía contraatacando con fuerzas a las dos Yuki-Onnas, las cual retrocedían al ver sus mismos ataques replicados y contenidos por estos.
Mizore jadeaba por el esfuerzo, pero aún se negaba a rendirse, se había enfrentado a peores cosas, como a todo el ejército de ayashi de Antítesis, y había salido airosa. Este solo individuo no sería rival, no con todo el entrenamiento que realizo junto a Kurumu con Gin Morioka de instructor. Ella sabía que su fuerza, sentidos y velocidad habían aumentado desde entonces comparados con su madre, aun así, pareciera que ese mal llamado 'dios´ del Inframundo, parecía replicar sus energías, como esquivaba y contenía cada uno de sus ataques.
"Mizore, tenemos que cambiar de táctica, no podemos seguir atacando de forma directa, él puede copiar cada una de nuestras habilidades y fortalezas. Puedo ver que has mejorado hija desde que llegaste aquí, pero eso no podría funcionar si ese sujeto puede replicarte. Si es como dice, es como un espejo que solo necesita observarnos para copiarnos. Tengo una idea, pero necesitare tu ayuda para contrarrestarlo". Tsurara le hablo a su hija a su lado, lucia sucia con su kimono desgarrado en varias partes, dejando ver algunas heridas de cortes, y su piruleta se había caído de los labios
Mizore asintió a las palabras de su madre, y poniendo atención al frente, la escucho susurrar en sus oídos. Mizore lucia casi en el mismo estado de su madre, su ropa y uniforme escolar casi hecho jirones, tenía heridas que se esforzaban con sanar con su poder demoniaco, y su piruleta igualmente se había perdido. Majari por todo solo aguardo en su lugar, demasiado confiado para intentar atacar. Fue en eso que vio a ambas mujeres de hielo terminar de susurrarse, como ambas pasaron a mirarlo.
"¿Ya terminaron de formar un plan inútil contra mí? Les aseguro que eso no les servirá, con que puedo copiar sus habilidades, debería de darles una idea de que lo que puedo hacer", Majari se burlaba como ambas mujeres comenzaron correr en direcciones opuestas
Mizore comenzó a correr por el costado izquierdo de la 'bestia sagrada', como Tsurara a su costado derecho. Majari solo dio un suspiro de cansancio como se preparó. Mizore corrió hasta su costado, y comenzó a lanzar ataques de sus garras que consistían en dagas y estacas de hielo, pero que Majari interceptaba con sus propias y las repelía. Fue en eso que Tsurara invoco una tormenta de nieve que arreciaba fuertemente, haciendo que Majari se replegara molesto. Ese momento aprovecho Mizore para congelar el lago usando su energía demoniaca, y de los témpanos de hielo que salían por invocación de su poder del lago congelado, una docena o más, de esos témpanos se transformaban en clones de hielo de Mizore, traslucidos y sin color, pero lo suficientemente resistentes tras el entrenamiento con el hombre lobo, para resistir golpes más fuertes. Majari solo apretó los dientes con fastidio como procedió a evadir los ataques de las garras de los clones que se acercaban a él, y algunos otros atacaban lanzándoles ataques de dagas y estacas de hielo de sus garras a distancia.
Tsurara invoco el mismo tipo de técnica a partir de su poder demoniaco, y otra docena de clones de hielo suyos, hechos del lago congelado emergieron para unírseles a los de su hija. Majari solo suspiro de fastidio, pero apretó sus labios en una extraña sonrisa. Había visto a través de su táctica y técnica, por supuesto, para alguien como el, que ha combatido contra las mismas fuerzas del mundo espiritual antes, estas aficionadas no eran rivales para él. Como Majari se trababa en una lucha cuerpo a cuerpo con los clones de Mizore y su madre, a la vez que tenía que esquivar o hacer muros de hielo para protegerse de los ataques a distancia de los otros clones. Ese momento fue aprovechado por la verdadera Mizore para atacar de frente a Majari, trenzándose ambos en una lucha cuerpo a cuerpo, donde las garras de hielo primaban, tratando de cortar y desgarrar al otro. Mizore había sido entrenada en este tipo de pelea por su entrenamiento por el hombre lobo Ginei Morioka, ese lobo podrá ser un pervertido, y varias veces aprovecho los entrenamientos para tocarla indebidamente; pero no debía dudar que esas horas de sesión tuvieron sus frutos.
Majari parecía a la defensiva ahora, como retrocedía hacia el lago congelado, cuando él estuvo con sus espaldas al lago, ese momento de oportunidad fue aprovechado por Tsurara, la cual creo a partir del hielo congelado, un clon de hielo, pero solo desde la cintura para arriba estaba completo, como el resto de su cuerpo estaba atrapado en el lago. Aun así, fue suficiente para tomar por sorpresa a Majari, como una larga lanza de hielo puntiaguda penetro su espalda por detrás, momento que aprovechó Mizore para apuñalarlo en el cuello con su garra izquierda. Pareciera que las Yuki-Onnas hubiesen reclamado la victoria, como la mirada de Majari permanecía en shock, con sangre saliendo de la comisura de su boca y de las heridas de penetración. Sin embargo, aquel sentimiento feliz término cuando la expresión del rostro de Majari, cambio a una de burla.
"¡Mizore! ¡Cuidado!" Tsurara grito alertando a su hija del peligro
Mizore apenas tuvo tiempo de esquivar la estocada de una lanza de hielo que atravesó su abdomen y la hizo escupir sangre. Ella rápidamente se alejó, como la figura de Majari se descoloro en un color trasparente como hielo antes de quebrarse. Detrás de la figura caída de Majari, estaba el verdadero Majari agachado en posición de cuclillas, sosteniendo la lanza de hielo que atravesó a Mizore. La chica de hielo se alejó sosteniendo su abdomen estocado, como intentaba detener el flujo de pérdida de sangre, congelando la herida con su poder.
"¿En serio creían que no podría copiar sus técnicas con la misma rapidez una vez que ustedes la dieran a mostrar? Sabía de sus habilidades para hacer copias de ustedes mismas, una notoria técnica de las mujeres de hielo que conozco como uno de los antiguos 'dioses' del Inframundo. Claro que no podía recrearla fielmente, sin verla antes con mis propios ojos, hasta que ustedes me mostraron, y como soy un espejo, puedo reflejar las mismas capacidades de sus técnicas con la misma eficacia y rapidez con que ustedes la muestren. Solo me hicieron un favor para agregar una habilidad más a mi colección". Majari se reía de una manera suave como lamia la punta de lanza la sangre de Mizore de forma sádica
"¡Mizore! ¡Hija, déjame ver!" Tsurara comenzó a atender la herida de Mizore, tratando de detener la hemorragia y usando su propio poder congelante para cerrar la herida, a pesar del dolor de la chica visible en su rostro
"Debo decir que tuviste suerte, si no te hubieras dado cuenta a tiempo, te hubiera empalado completamente y te hubiera izado al aire como un cordero al sacrificio. Aunque supongo que solo me has dado más oportunidades para imaginar diversas formas en las que puedo usar sus poderes y habilidades para hacerlas sufrir lentamente y matarlas. No me es imposible como no solo puedo copiar, sino tambien aprendo a hacer un mejor uso de las habilidades de quienes copio. Entonces, ¿Estan dispuestas a rendirse ahora y dejarme proclamar la victoria? Les aseguro que será menos doloroso y seré más piadoso con ustedes si lo hacen". Majari se deleitaba internamente cuando una voz profunda hablo
"No".
Esa voz acompañada de un tono mordaz y profundo que hizo eco en el claro del bosque, hizo erizar a ambas Yuki-Onnas, irguiéndolas como unas estatuas. Majari solo abrió los ojos sorprendido, como dio vuelta a su cabeza para detrás de él, a la dirección del bosque, desde donde vino aquella voz que identifico como claramente femenina.
"Todavía es muy pronto para que puedas proclamar o gozar de tu victoria". La dueña de esa voz hablo, dejándose ver y aparecer en el claro, y dando luz a la imagen de la joven y muy poderosa vampiresa, Akashiya Moka.
"Moka…" Mizore hablo en un tono que se entremezclaba entre dolorosa pero eufórica
Majari solo observo impasible, aunque en sus ojos podía denotarse un brillo que podía confundirse con un temblor, como si estuviese temblando por dentro ante la llegada de la nueva chica, la cual exudaba abiertamente su aura carmesí cubierta de murciélagos negros. La chica peli plateada observaba con una expresión arrogante al 'dios' falso del Inframundo, dispuesta a acabar con su título falso y demostrar la superioridad de su casta entre los Youkais. Pero tambien…Aunque ella se mintiese a sí misma, estaba allí para ayudar a una amiga.
….
El bosque lucio silencioso, como una pesada neblina parecía envolver y cegar cualquier visibilidad disponible. Todo ruido, incluso el canto de los pájaros y demás animales, se había ido. Solo un silencio asfixiante que se veía roto por el sonido bajo de algo parecido a un péndulo de un reloj. Las dos súcubos, Kurumu Kurono y su madre, Ageha Kurono. Ambas estaban transformadas a sus verdaderas formas, con sus enormes alas parecidas a murciélagos a sus espaldas, sus largas colas, sus orejas puntiagudas y sus uñas transformadas en largas garras, tan fuertes que podían cortar hasta el metal.
Ambas súcubos estaban pegadas espalda contra espalda, como ambas tenían sus sentidos agudos puestos en señal de cualquier amenaza. Alrededor de ellas, se podía ver las muestras de árboles cortados, madera rasgada, musgo arrancado, tierra y polvo dispersados; todo lo que demostraba lo que ellas habían hecho para defenderse de ataques sorpresa y buscar el destruir aquellos péndulos que inducían un ruido hipnótico, el cual creaba ilusiones. Pero la raza de ambas mujeres era una que se especializaba en crear e inducir ilusiones, sobre todo en varones para buscar reproducir su raza moribunda. Por lo que no se veían tan afectadas por ese tipo de técnicas.
"Dime hija, ¿puedes escucharlos?" Ageha le hablaba a su hija a sus espaldas, como mantenía su respiración lenta a la vez que exhalaba una corriente de aire frio producto de la extraña neblina que las rodeaba
"Si. Son como media docena de esos péndulos. Apenas hemos conseguido descubrir y destruir la mitad de ellos. Hasta ahora ninguna ilusión de alguien ha aparecido, pero ataques de distintos tipos nos han sido arrojados. Aunque nos hemos salvado por saber que son solo ilusiones, y no provocan realmente daño. Creo que parece que quien esté haciendo esto, nos está probando". Kurumu terminaba con una sonrisa
"Bien por discernirlo hija", Ageha hablaba con orgullo para con su hija, "obviamente el Ayashi que hace esto, ya debe de saber de nuestra raza y nuestra especialidad en las ilusiones, por ende, que nos esté probando para medir como proceder, ahora que vio que no puede engañarnos con sus ilusiones. Quizas de todos, nosotras seamos los peores rivales con quienes se haya tenido que enfrentar".
Una risa comenzó a hacer eco por todo el bosque al terminar sus palabras. Era como si lo que hubiese dicho la Súcubo mayor, le hubiera causado gracia a quien estuviese escuchando.
"Son muy graciosas ustedes. No me extraña que las ilusiones no funcionen del todo en ustedes, debido a que ustedes Súcubos, tienen el don tambien, para seducir hombres y convertirlos en esclavos sin mente, llevados por el deseo y lujuria para poder reproducirse y salvar su raza al borde la extinción. Pero gracias a los nuevos tiempos, con la fuerte vigilancia del mundo espiritual y el crecimiento de humanos cada vez más fuertes para hacerles frente, es que comenzaron a descender, ¿cierto? Nada extraño si después llevadas por la desesperación, ustedes caen en la bajeza".
Ageha solo frunció el ceño ante las palabras que se decían por eco en el denso bosque. Sintió ganas de replicar, pero no tenía caso, ya que podría ser una trampa. Su hija, Kurumu, a pesar de ser más impulsiva, las semanas que paso entrenando con Gin, la ayudaron no solo físicamente, sino tambien mentalmente, a tratar de concentrarse en el campo de batallas y estando atenta todo a su alrededor, puede que aun fuese un poco infantil en sus discusiones con sus compañeras del Club, pero cuando se trataba de vida o muerte…Sabía a qué atenerse.
"Veo que mis palabras no las afectan. Bien. Entonces, menos palabras y más acción".
Fue en eso que muchas ilusiones comenzaron a aparecer, rodeando a ambas mujeres, eran ilusiones de hombres, algunos jóvenes y otros mayores. Eran más de una docena, esto desconcertó a Kurumu, que no entendía quiénes eran esos desconocidos. Pero su madre, Ageha, se puso rígida al reconocer a muchas de las figuras masculinas al recordarlas.
"No entiendo. ¿Quiénes son estas personas?" Kurumu se preguntaba para sí misma, pero su madre respondió por ella
"Ellos…Fueron hombres con quienes estuve hace tiempo, hija…Hombres que esclavicé con mi poder para satisfacer mi placer…" Ageha solo mencionaba esto un poco rígida, aunque su tono de voz estaba lejos de sonar avergonzado, sino más bien distante
Kurumu entendía perfectamente esto bien. Sabía que su madre se había aprovechado de muchos hombres humanos en el pasado, nada extraño si su madre siempre se jactaba frente a ella desde muy joven. Tambien sabía que cuando un hombre se convierte en un esclavo del amor, el Súcubo continuará drenándole la vida hasta que finalmente muera; era algo que nunca le había preguntado a su madre, porque nunca sintió la necesidad de saber sobre aquel aspecto de su raza que ella conocía y que no veía nada de malo. Aunque ahora que ella encontró a su Único Destinado, Tsukune, ella se sentía completa sin necesidad de seducir o inducir ilusiones a compañeros masculinos; eso y que su único destinado no tomaría con buenos ojos esto, conociendo el buen corazón de Tsukune.
Ella hizo una mueca al saber que el destino desafortunado de algunos de esos hombres, si su madre los dreno de su energía vital o no, y si alguno podría haber sido su padre. Sabía que era probable, porque su raza era mayoritariamente femenina, y su contraparte masculina, los Incubus, comenzaban a escasear más, por ende, que las Súcubos al no tener compañeros de su misma raza para aparearse, buscaban el esperma de los varones humanos para prolongar su raza, ya que consideraban a los humanos adecuados, ya que, de su unión nacían Súcubos completas, o en menor medida Incubus. Teniendo pocas características humanas al suprimirlas con su naturaleza. Siendo una raza de pura sangre, tenían el suficiente orgullo para preferir esto, que asociarse con otras razas Ayashi, de las cuales podrían nacer mestizos que pondrían en peligro su raza. Justo como sucede con los ejemplos de los Imikos, los llamados 'niños malditos' para las Yuki-Onnas.
"No te preocupes por eso madre. Prefiero no juzgar lo que hiciste en el pasado, fui concebida gracias a eso, ¿no? Aunque prefiero no pensar en nada de eso, ni en cual rostro de esos desconocidos es de mi posible padre. Agradezco venir al mundo, y haber tenido la suerte de encontrar a mi Único Destinado tan pronto. No necesito de esclavizar a ningún hombre nunca más. Y si tengo hijos, será por amor, y tendrán padre. Me asegurare de eso". Kurumu solo veía a su madre sorprendida por sus palabras, pero ella solo no pudo más que sonreír de forma orgullosa a su hija
"Sin duda me has superado hija. No solo en poder, sino tambien en convicción. Me avergüenzo de algunas cosas de mi pasado, pero no me arrepiento de tenerte. Nosotras las Súcubos somos criaturas hechas por y para el amor, pese a la creencia popular de que somos demonios de la lujuria. A veces, al no encontrar a una nuestra pareja predestinada, lo tomamos bruscamente y a la fuerza de otros, buscando asegurar nuestra vida al absorber su esencia vital, debido a que moriremos si no lo hacemos. Si un Súcubo no es amado, morirá; Quien persigue a un hombre que ha elegido como Compañero del Destino, pero no es amado por él, básicamente se está suicidando lentamente. Por ende, buscamos hacer sobrevivir nuestra raza a cualquier costo, nuestros varones son lo mismo con las mujeres humanas, al ser más pocos que nosotras. Por ende, me alegra que tu hayas encontrado a alguien a quien amar y tu Único Destinado. Comparado conmigo que no pude, me hace feliz".
Kurumu sonrió ante las palabras de su madre, y dicho y hecho, Ageha procedió sin culpa a cortar todas las ilusiones de todos los hombres de su pasado. No podría más que culpar a su naturaleza, pero no se arrepentiría de haber traído a su hija al mundo. Kurumu observaba a su madre, cuando sintió una presencia a sus espaldas. Al voltearse en guardia, jadeo cuando observo la figura masculina que ella reconocía muy bien. Era Tsukune.
"¿Tsukune?" Kurumu pregunto sorprendida, pero algo dentro de ella, le alertaba a sus super desarrollados sentidos que se mantuviera alejada
"Hola Kurumu-chan. Qué bueno es verte. No sabes cuánto es mi felicidad que estés bien", Tsukune o quien fuese hablaba de una forma sueva que expresaba preocupación mientras se acercaba
"¡Kurumu! ¡Rápido! ¡Ale…!" Ageha no tuvo de tiempo de advertir a su hija como las figuras masculinas comenzaron a rodearla, y extrañamente observaba como los árboles y arbustos parecían 'cobrar vida' para impedirle el paso, aunque ella sabía que eran ilusiones, el sonido hipnótico de los péndulos ocultos, la hacían marear y debilitar sus barreras mentales
Kurumu estaba sintiendo sus barreras mentales ceder ante la presión de poder presenciar a su Único Destinado a salvo, frente a ella. Todas las señales indicaban que podría ser falso, pero sus sentidos no parecían equivocarse en sentir la presencia de Tsukune que avanzaba hacia ella, con una sonrisa cálida, su mano derecha en el bolsillo de su pantalón, mientras caminaba erguido en una pose varonil. Algo extraño en el chico por demás tímido que conocía, que pero que ella no podía evitar ver su encanto.
Cuando Tsukune estaba frente a ella, separados por unos pocos centímetros, el joven extendió su mano izquierda para acariciar la mejilla de Kurumu, la cual sentía erizarse en su lugar. Una parte de ella, le decía que se alejara, que podía ser una trampa, pero otra más fuerte, le gustaba ver a Tsukune siendo tan cariñoso con ella, en una actitud que no le había visto. El chico parecía querer acercar su rostro al de ella para besarla, y ella no podía separarse, aunque quisiera; lo que no sabia la chica mientras estaba embelesada, era que el Ayashi que hacia estas ilusiones era más poderoso que ambas Súcubos, por ende, que su poder pudiera influenciar en ellas, pese a sus barreras no era tan extraño.
Cuando la figura que denotaba ser Tsukune acercaba su rostro al de ella, y Kurumu cerraba sus ojos para el inminente beso, la figura de Tsukune sacaba su mano que tenía en el bolsillo oculto, sacando lo que parecía ser un largo cuchillo, el cual lo izaba cerca de la garganta de Kurumu.
"¡Kurumu!" Ageha se dio cuenta y grito, dándose cuenta que no llegaría a tiempo para su hija
Fue en ese momento que se escuchó un ruido sordo, seguido de un corte y salpicadura de sangre, seguido de un grito grave. Un brazo salió volando cercenado con una lluvia de sangre roja. El supuesto 'Tsukune' dio un grito como el brazo del cual sostenía el cuchillo, y del cual iba a cortarle la garganta a Kurumu, fue cortado cuando unas especies de pétalos de flores habían interrumpido su acción, rodeando su brazo y rápidamente, lo envolvieron y cortaron en cuestiones de segundos. Kurumu se alejó conmocionada por esta acción, sangre roja le manchaba su cara y uniforme, pero pronto se dio cuenta de a quien le pertenecía al observar la figura de 'Tsukune' cambiar a la verdadera forma de la persona de quien tomo su apariencia.
Era un Ayashi raro, tiene la apariencia de un demonio bajo pero musculoso color rojizo y pelo amarillo. Parecía estar adornado con lo que parecía ser una armadura de hueso. Con una especie de casco o visera rodeando su cabeza, con orejas puntiagudas de hueso a sus costados.
"Ha pasado un tiempo Kaiki. Nunca espere volver a vernos". Una voz fría hizo eco del bosque
Ageha, Kurumu y un dolorido Kaiki que sostenía el muñón de su brazo cercenado, viraron su vista a donde vino la voz. La persona que salía del bosque se le hizo familiar a Kurumu, vestía el uniforme de la escuela de color verde y pantalones cafés, incluso algo en su voz se le hacía familiar, pero el color de su cabello y ojos era distinto. El Ayashi de nombre Kaiki pareció reconocerlo, y sus palabras sobresaltaron a Kurumu de la sorpresa al haberse dado cuenta.
"Yoko Kurama".
Kurama en su verdadera forma, una forma que prometió dejar atrás y nunca volver a usar, observaba con ojos fríos a la bestia sagrada o 'dios' del Inframundo, prometiendo darle una muerte lenta y dolorosa, por recuerdos dolorosos del pasado.
….
Yakumo, antiguo Rey del Inframundo. Se encontraba encima de un enorme árbol de pino, en su punta, tenía una vista panorámica de todo el submundo que rodeaba este lugar oculto. Tambien podía sentir con más precisión las firmas de energía, mayormente demoniacas que se encontraban luchando en ese momento. El solo expreso una sonrisa pequeña en su rostro, como podía sentir que su grupo llevaba la delantera en sus respectivas batallas, así como ya sentía la desaparición de firmas de energías del lado de sus enemigos, lo que indicaba algunas bajas. Eso era bueno para él.
Pero aún no era suficiente. No era la razón por la cual fue traído a la vida. La mayor parte de su cuerpo está envuelto en una capa negra brillante con forro rojo. Debajo de él, usa pantalones y guantes oscuros, así como una camisa verde sin mangas con cuello alto. El saco algo debajo de su capa negra, era una especie esfera que cubría toda su mano por su anchura. Casi como una perla de diamante o esfera de adivinación de alguna bruja. Pero esta esfera representaba más. Era el instrumento que creía destruido al final de su batalla contra Yusuke Urameshi y su grupo de aliados, hace más de una década. Era el instrumento que intento usar para traer de vuelta el Inframundo del control del mundo espiritual, y expandir uno nuevo en el mundo humano.
Quería vengarse del mundo humano y del mundo espiritual por sus derrotas pasadas. Quería vengarse de Yusuke y sus malditos amigos, quienes se interpusieron en el camino de la realización de sus sueños. Quería vengarse de aquellos que lo trajeron de vuelta a la vida, solo para humillarlo y tratarlo como un vil sirviente, cuando el antes era un Rey. Pero sobre todo, quería vengarse de aquellos malditos Centinelas, quienes de forma de subterfugio, impidieron la primera vez que el pudiera ganar su guerra contra el mundo espiritual y robaron la Esfera de Poder, fuente de la energía del Inframundo que se creyó primeramente que fue robada en la antigüedad por el mundo espiritual, pero que se enteró más tarde que fueron los Centinelas quienes lo hicieron, y se la dieron al Rey Enma para ganar la guerra, sellar el mundo infernal, y arrojarlo a él y a sus dioses demoniacos a la fría oscuridad del espacio vacío.
Ahora tenía en sus manos la Esfera de Poder de nuevo. O lo que podría describirse como una réplica de esta. Sabía que se le fue otorgada por las fuerzas oscuras que buscaron revivirlo, y que les sirviese en sus planes de venir hasta aquí y destruir a sus enemigos. Pero tenía sus propios planes. Usaría la energía pequeña de este submundo, a la energía que fue sostenida por el enorme poder de los Tres Señores Oscuros, para abrir una brecha entre este y el mundo humano. Luego con el enorme poder de esta realidad, abriría una brecha entre las realidades, para traer de regreso el mundo infernal desde el mundo espiritual, sellando a este último y cualquier posible amenaza que le enviasen. Sabría que cómo la última vez, se altera el equilibrio entre mundos, el rio Estigia que estaba en el mundo espiritual, se saldría de control y lo inundaría nuevamente, y esta vez no necesitaba destruir los cinco sitios elementales, que eran como 'tanques de almacenamiento' para la energía espiritual. Él podía hacerlo solo combinando el poder de la Esfera de Poder, su propio nuevo poder otorgado por la resurrección, y la energía conjunta de este submundo junto a los tres grandes Señores Oscuros. Él sonríe de forma más siniestra, como recuerda el último fragmento de conversación que sostuvo con aquel, quien lo trajo de vuelta a la vida.
Flashback, hace una semana.
Yakumo se encontraba observando las estrellas en la oscuridad de la noche, encima de un muro de piedra de lo que parecía ser una especie de castillo medieval. Sabía que en las próximas horas debía de marcharse a cumplir el propósito por el que fue traído de vuelta a la vida. No recuerda mucho tras su muerte, solo oscuridad, sabía que, como antiguo Rey del mundo infernal, donde las almas de los Ayashi iban tras la muerte, su alma no conseguiría el descanso eterno, ya que su mundo fue absorbido por el mundo espiritual, y sus encargados no permitirían que su alma fuese hasta ellos a ser juzgada, ya que él podía usar sus conocimientos para escapar de la sentencia, y era considerado demasiado peligroso para ser enviado al infierno de ellos. Por lo que fue más fácil dejarlo en el limbo junto a los suyos.
Claro que eso permitió la facilidad de que su alma fuese traída de vuelta por factores externos, aunque odiaba la idea de convertirse en una especie de lacayo para quien lo trajo de vuelta. Fue en eso que fue sacado de sus cavilaciones por un par de presencias. No necesitaba voltear para darse cuenta que era el sujeto vestido elegantemente, dueño de este castillo y quien había usado el Necronomicon para traerlo de vuelta. Detrás de él, parecía estar su lacayo, quien estaba en vuelto en capa y capucha que ocultaba todo de él, aunque Yakumo podía vislumbrar debajo de él, un enorme poder oculto que solo tras años de experiencia, podía sentirlo. Solo por él, es que no quería romperle el cuello al sujeto elegante, y robarle el libro maldito para que no hiciese control de él. Estaba seguro que sería una batalla infernal, y el que no tenía los ánimos para eso, ya que debía de ser más listo.
"¿Bonita noche? ¿no es así?" Hablaba el hombre de cabellos negro lacio que le llegaba hasta los hombros, y quien vestía a la moda elegante masculina del siglo XVIII
"Para mí es igual. Pronto deberé ir a la batalla con aquellos que no conozco para cumplir las órdenes de otro". Yakumo hablo, su tono de voz filtrando su amargura
"No digas es, Rey del Inframundo. Podrás vengarte, uno de los objetivos es un Centinela, de aquellos que te robaron la victoria en la primera oportunidad al robarte la Esfera de Poder, y dársela al Rey Enma, que deseaban que ganase el mundo espiritual, ya que ellos se adecuan a sus deseos de cómo debe regirse este mundo". La voz del sujeto tenía un tinte aristocrático que no se escondía
Yakumo solo se tensaba de la ira silenciosa al recordar esto. Como iba a vengarse de aquellos malditos Centinelas, y de aquellos que fueron culpables de sus derrotas.
"Tengo algo para ti, que creo se adecua a tu necesidad de venganza, y que podría ayudarte a cumplir tus propósitos de volver a restaurar el mundo infernal. Algo que nadie en el mundo espiritual, ni sus aliados los Centinelas se esperan".
Yakumo paso a observarlo con un ceño fruncido, aunque trataba de disimular su curiosidad. No fue hasta que el hombre de rasgos finos y barba saco algo de su chaleco fino, que el abrió desmesuradamente sus ojos. Era una esfera trasparente del tamaño de su mano, pero no cualquiera, se parecía a la Esfera del Poder.
"Esta no es tu Esfera del Poder que recuerdas, pero contiene el poder suficiente para atraer de vuelta al mundo infernal a la tierra. No necesitaras destruir los cinco sitios elementales de la tierra, para sellar el mundo espiritual para siempre, y hacer emerger el Inframundo en el mundo humano. Solo debes necesitar despertar su poder, usando la energía demoniaca grande de Youkais poderosos. ¿Y qué mejor que usar la de la Gran Barrera en donde se esconde el submundo de la Academia Youkai, la cual esta embutida con la energía demoniaca de los Tres Señores Oscuros? Con eso puedes abrir una brecha entre las dimensiones, a partir de ese pequeño submundo y usarla para traer de regreso con tu poder al mundo infernal de vuelta. Como Rey que eres de ese lugar, podrás hacerlo. Ya que sabes de la frecuencia con la cual vibra cada mundo, y puedes usarla para traerla, y sellar o destruir el mundo espiritual en el proceso. Solo tú puedes usar esta Esfera de Poder, ya que eres el Rey del Inframundo, y esta esfera guarda su poder".
"No entiendo, ¿Cómo pudiste traer de regreso la Esfera del Poder? ¡Fue destruida en mi última batalla!"
"Es una réplica. Las mismas fuerzas oscuras que te trajeron de vuelta, regresaron esto. Aunque esta embutida con la energía oscura del lugar de donde vienen, servirá a tus propósitos". El hombre se la paso a Yakumo, quien la tomo con sospecha en sus manos
"En otras palabras, si esta esfera contiene más la energía del lugar donde habitan los seres que me trajeron de vuelta, significa que es su propósito ser traídos a este mundo, y no el mundo infernal. No estoy recibiendo mucha ayuda en nada". Yakumo sonaba peligroso por su tono de voz, pero el hombre se encogió de hombros
"Aun así te servirá, ya cuando estés allí, puedes tratar de cambiar las energías embutidas dentro de la Esfera con tu propio poder, solo tendrás que sincronizarte usando tu poder demoniaco con la Esfera, y tratar de usarlo para sincronizarte con el poder oscuro de tu mundo. Podrás tener ayuda, usando la energía demoniaca de los Tres Señores Oscuros de su Gran Barrera para direccionarte y usarlo de soporte. No es tan difícil, según tengo entendido, el dragón negro o Kokuryūha es una técnica poderosa que convoca llamas negras desde las profundidades del mundo demoniaco. Solo tendrás que hacer lo mismo e invocar el poder del mundo infernal, liberándolo del control del mundo espiritual, ya que eres su Rey, podrás hacerlo fácilmente".
Yakumo no dijo nada, como tenía que estar de acuerdo, él era el rey del mundo infernal, no importaba si fue absorbido por el mundo espiritual, él lo recuperaría porque eran sus dominios, impreso con su propia energía demoniaca.
"Aunque te instaría a que no te demores, ya que según tengo entendido, no eres el único que busca el dominio del mundo infernal al traerlo de regreso, y gobernar en todos los mundos. El Leviatán está de regreso y activo, junto a sus 'teólogos de la Orden de la Incisión'. Sabes a quienes me refiero".
Yakumo solo hizo una mueca despectiva. Creía que había expulsado a esos malditos y su líder hace milenios de su reino. Ahora perecen estar de vuelta.
"Aprovecharon el tiempo tras tu primera derrota con el mundo espiritual, para tomar poder. Han hecho muchas escenas y causado muchos incidentes en el mundo humano desde entonces. El mundo espiritual a veces ha pasado sus acciones por alto debido a sus anteriores políticas de no inmiscuirse en los asuntos humanos, más allá de su protección contra amenazas de Ayashi y sus aliados humanos. Pero tras los eventos de hace más de una década, estan cambiando sus políticas, y las cosas aquí y en todos los mundos estan tomando otro rumbo. Por ende, que necesitamos regresar todo a los viejos tiempos. El Leviatán quiere crear su propia forma de infierno en la tierra, y ya está haciendo sus jugadas desde hace tiempo. Para adelantarnos y tomar la delantera, esta misión que llevas a cabo es esencial. Por ende, que después de que las condiciones para entrar de forma segura al submundo de la escuela, estén dadas, partirán de inmediato. Ishigami está siendo útil en ese aspecto, al buscar en el mundo humano a una familiar de uno de los chicos allí dentro".
Yakumo solo permanecía en silencio, enojado porque no solo tenía que lidiar con aquellos malditos del mundo espiritual y Centinelas, tambien debía de ir contra el Leviatán de nuevo, si quería tener dominio sobre su reino completo.
"Te dejó para que pienses, que veo lo necesitas. Te avisare cuando sea momento de partir". El hombre vestido elegante, aunque anticuado, se marchó dejándolo solo
Aunque la figura alta en capa y capucha que parecía ser su guardaespaldas se quedó observándolo un momento, haciendo incomodo y molesto a Yakumo, "¿necesitas algo? Porque no estoy de humor".
"Solo estaba curioso. Conocer a un Rey, tener una meta, regresar a su mundo y reinar sobre eso. Yo tambien tenía una meta, convertirme en el más fuerte y conquistar el universo de dónde vengo. Aunque al final quede vencido, espero algún día regresar y vengarme".
"¿Y en que nos parecemos exactamente? ¿En que fuimos vencidos antes de tiempo? Yo recuperare todo lo que perdí, y eliminare a todos aquellos que se atrevieron a cruzarse en mi camino en el pasado. Si eso incluye a los que me revivieron para que fuese marioneta de sus planes, así será. Puedes ir a decírselos, que no me importa, no seré un sirviente como tú". Yakumo hablaba con su típico acento soberbio al ser de clase alta y un Rey
La figura solo bajo su capucha, dejando ver a un hombre de altura grande, de complexión morena, ojos oscuros, tiene el cabello de color negro con puntas y un brillo gris, este consiste en tres mechones colgando a la derecha de su frente y dos colgando a la izquierda, su cabello también se levanta en la frente con cuatro picos y tres mechones por detrás.
"Puedes creer que les sirvo, pero solo estoy siendo paciente. Llevo aquí más de un año, y pocas veces he salido de aquí, más que para hacer los recados de estos que me trajeron de vuelta a la vida. Pero tambien tengo mis planes, que pronto podre poner en marcha, cuando sea el momento adecuado. Aunque eso solo sería posible si tanto tu fracases como tengas éxito. Me ayudaría mas que no consigas tu objetivo, pero tambien estoy preparado si lo haces. De una u otra forma, tomare mi venganza, regresare a mi universo luego de arrasar este, y lo conquistare tambien. Esta vez tengo más tiempo y planes de que los que tenía antes, y sé que esperar aquí y en mi universo, gracias a la información que recabe por las fuerzas oscuras que me trajeron de vuelta. Aunque no planeo ser su sirviente toda la vida. Por eso, mi 'querido Rey del Infierno', te 'deseo suerte', ya que ganes o fracases, me ayudaras en mis objetivos". El sujeto hablaba en un tono soberbio y sarcástico como solo se retiró del lugar
Yakumo solo sentía hervir su sangre al verlo retirarse, pero se aguantó las ganas de dispararle una descarga por detrás, no le ayudaría ahora, y debería mejor guardar sus fuerzas para cuando se enfrentara al mundo espiritual, sus aliados y el maldito Centinela aquí, que todos hablan. Cuando usara la energía de la Esfera de Poder para traer de regreso el mundo infernal, y desatarlo sobre el mundo humano, bien podría ser el último en reírse de todos aquellos tontos quienes lo subestimaron.
Final del Flashback.
Yakumo recordaba esa conversación, y aprieta fuertemente la esfera en su mano con amargura al recordarlo. Les haría tragar su humillación. Les recordaría quien fue una vez Rey del mismo Infierno, y les haría pagar su burla. Estaba en sus cavilaciones, cuando sintió una presencia detrás de él. No parecía una presencia hostil por lo que no hizo nada más que voltearse para ver a la figura, sobre la copa de otro pino, que lo observaba con sus ojos brillantes. Estaba vestido en hábitos blancos que parecían ser algún tipo de monje o lo que usaban los seres humanos religiosos en el mundo humano, según recordaba, aunque poca importancia les daba a esos aspectos. La figura solo hablo en un tono que parecía considerarse 'jovial', extraño dadas las circunstancias.
"Saludos, Rey del mundo infernal, soy el director de esta escuela, Tenmei Mikogami. Supongo que no necesito saber de la razón de vuestra visita, ya que tu regreso a la vida es bastante claro. Además de las intenciones hostiles que has causado atacando a mi escuela y mis estudiantes. Supongo que tendrá que ver con esa esfera que sostienes en tu mano". Mikogami no detonaba ninguna otra expresión más que su sonrisa siempre postiza y sus ojos brillando
Yakumo lo observaba con una mirada aburrida, aunque una ligera sonrisa se podía vislumbrar en sus labios, "Así que tú eres de esos famosos llamados 'Señores Oscuros', ¿cierto? Interesante. Bueno, algo me dice que debes de sabes para que sirve esta esfera. Planeo destruir todo este submundo que te esmeraste en crear, y que me ayudara a traer de regreso al mundo infernal con la energía de la barrera que tu creaste. ¿Tienes algo que decir o hacer al respecto?"
"Ya veo, ¿y fuiste tu quien ataco uno de mis escondites en el mundo humano y robo el espejo de Lilith y La Caja de Lemarchand?" Mikogamia parecía bastante tranquilo hablando frente a un poderoso enemigo, quien fue en su tiempo el Rey del Inframundo
"¿Y que si fuese así?" Yakumo solo lo observo con una expresión socarrona, como si tratara de retarlo
"Solo me quedaría advertirte, aunque creo que eso caería en oídos sordos, ya que debes de saber con quienes te estas enfrentando. Las personas que te trajeron de vuelta, saben que es lo que quieres, cuál es tu deseo. Y lo usaran contra ti. Quizas ya lo hayan hecho al darte esa replica de la Esfera de Poder, la cual ya debiste haberla sentido, contiene los poderes contenidos, no de tu mundo, sino del que ellos quieren abrir. Un poder oscuro que supera al demoniaco. No creo que ellos logren su propósito debido a las defensas que rodean las barreras que sostienen este mundo unido a los demás, pero le causarían suficiente daño como para abrir brechas, y que horribles criaturas logren pasar. Es lo que quieren, y tú les estas proporcionando esa ayuda, una vez que no te necesiten, se desharán de ti. Ya se han deshecho de sujetos más fuertes y con más 'títulos reales' e importancia que tu".
Yakumo solo miraba de forma agria al sujeto que lo insultaba de forma sutil. Una parte de él, quería dejar de perder el tiempo y eliminar una posible amenaza; pero otra dentro de él, le instaba a esperar y seguir teniendo la conversación. Nunca tuvo un contacto con ninguno de los Señores Oscuros, tenía curiosidad de conocer el poder real de uno, y si serían tan fuertes como el, o como lo fueron los antiguos Reyes del mundo demoniaco.
"Ten cuidado, Señor Oscuro. O te mostrare la superioridad que sostengo del cómo, a la fuerza me convertí en el Rey de un mundo tan temible y oscuro como el Inframundo, lo mismo que Enma cuando se hizo Rey del mundo espiritual. Dudo que el poder que hayas alcanzado como Señor Oscuro aquí, en el mundo humano, lo iguale".
"Bueno, nunca he luchado contra adversarios de tal línea, aunque si contra enemigos de un nivel de destrucción mundial. Y no debes de olvidar que incluso los antiguos Reyes del mundo demoniaco sobrepasaban tus poderes y los del Rey Enma. En ese sentido, no deberías subestimarme a mí ni a mis otros compañeros que comparten mi título". Mikogami solo tenía una débil sonrisa en sus labios, aunque su expresión se denotaba altanera sobre todo por el brillo en sus ojos
Yakumo lo miraba con una mirada pétrea, borrándose toda la expresión sarcástica de hace momentos.
"Entonces deberías prepararte para cuando destruya esta escuela y todo lo que has construido se evapore. Sobre todo, cuando el mundo humano sea destruido, y tu sueño ridículo de buscar una convivencia con los humanos se arruine. Este lugar se convertirá en cenizas, y tus sueños serán solo polvo en el aire, como tu contemplas todo impotente. Si quieres detenerlo, te reto a lo que lo hagas". Yakumo lo observaba desafiándolo a hacer algo, pero Mikogami permaneció imperturbable
"¿Eso crees? ¿Estas tan seguro?" Mikogami le pregunto con un tono de voz plano que no traicionaba la mirada oscura de resolución de lo poco que podía verse en sus rasgos a través de su capucha
"¿Qué?" Yakumo frunció el ceño confundido por esto, ya le había expresado su resolución, entonces, ¿Por qué le preguntaba eso?
"No necesito intervenir directamente, porque en lo que he visto en mis años como Señor Oscuro, y después como director de esta esta escuela. Es tener fe en las probabilidades. He observado las luchas que han plagado este mundo desde siglos. No poseo el estudio ni la habilidad de estudiar matemáticamente el destino, como lo hacen los Centinelas con la psicohistoria. Pero puedo sumar la fe, basado en la percepción de lo que he visto. Puedo ver futuros posibles, gracias al estudio de las acciones del pasado. Y puedo ver…La fe de las personas. Sean humanos o Youkais. Vi la fe cuando Yusuke Urameshi y su grupo de amigos, pudieron sobrepasar los distintos obstáculos y salir victoriosos contra el Torneo Oscuro, contra los Psíquicos y detectives espirituales rebeldes, y contra los tres antiguos Reyes del mundo demoniaco. Incluso contra ti cuando intentaste destruir el mundo humano y espiritual. Vi la fe cuando el joven portador de la lanza bestial, Ushio, logro unir a humanos y Youkais por igual contra el poderoso Hakumen y su ejército que casi devastan al mundo. Vi la fe cuando el profesor Nube defendió a sus alumnos de los ataques diversos de Youkais malvados, que querían devastar al mundo, incluso con el temor de convertirse el mismo en uno de ellos. Vi la fe en las distintas luchas del joven Kitaro, que buscaba la paz entre humanos y Youkais. He visto muchos ejemplos y puedo asegurarte, que esto no será el fin. Tus planes estaban condenados al fracaso desde un principio, cuando el primordio, más específicamente Cthulhu, se metió en tu mente, poniéndote ideas de rebelión y grandeza, que te motivo a conquistar el mundo espiritual y humano, y usar la energía que emanan ambos mundos, para hacerte más poderoso hasta alcanzar la 'omnipotencia'. Sin saber, que ese era el juego del primordio, que buscaba que provocaras un desequilibrio tan fuerte, que ellos aprovecharían para entrar y consumir todo, en especial a ti. Un ser tan fuerte al absorber la esencia y energía de todos los mundos y volverlo uno solo, les hubieras facilitado las cosas a ellos, y hubieran usado tu cuerpo como marioneta para que ellos lo controlasen, y así invadir otras dimensiones".
Yakumo estaba furioso por las palabras del Señor Oscuro, como solo podía extender su mano izquierda, y apuntarle como su energía demoniaca se concentraba en ella, pero el director de la escuela se mantuvo imperturbable como siempre.
"Maldito, ¿dices que soy un esclavo y que todos mis sueños son producto de la manipulación mental de otros? ¡Soy el Rey del mundo infernal! ¡Todas las almas de los Youkais venían a mí al morir, pero anhelaba la de los humanos tambien al ser tan oscuras y retorcidas como la de los Youkais! ¡El mundo espiritual las sostenía, supuestamente pensando en que la otra vida podría 'cambiarlos' y llevarlos en la dichosa 'evolución espiritual' que tanto pregonan los Centinelas! ¡Tonto el Rey Enma por creerle a los Centinelas y buscar complacerlos! ¡Nadie! ¡Ni siquiera esos Primordiales pueden hacer nada contra mí! ¡Ellos estan durmiendo o encerrados en prisiones como Cthulhu! ¡¿Cómo podrían tener el suficiente poder para interferir?!" Yakumo quería disparar para desintegrar a ese Señor Oscuro, probando de una vez su superioridad
"Subestimas el poder del primordio. No es la primera vez que ellos buscan maneras alternativas de extender su influencia, por eso existen cultos de seres hacia ellos en toda la Existencia, que buscan complacerlos. No digamos sobre los acechadores, quienes recorren el vasto universo, buscando maneras de liberar a sus amos, atacar a sus guardianes, influir en mundos y destruir a los Centinelas y Vigilantes por igual. Además, alguien con un gran ego como el tuyo, siempre sirven de influencias para alimentar la energía del Primordio. Dime, cuando fuiste derrotado la primera vez por el mundo espiritual, fuiste enviado al universo de la oscuridad, al vacío del espacio que se encuentra entre las barreras de este universo y los otros. Habías declarado que fueron las malas energías oscuras de las almas humanas, que al morir e ir al mundo espiritual, los encargados del mundo espiritual purificaban las almas para su estadía y posterior ascensión en su elevación espiritual, tal como pregonan los Centinelas; las energías oscuras producidas por la maldad de los humanos, eran desechadas al vacío del espacio, en ese límite de oscuridad entre universos, donde por extensión el Primordio tambien tienen su influencia. El Rey Enma te arrojo allí con la esperanza de deshacerse de ti para siempre, para servir de alimento al Primordio por toda la eternidad. Pero los seres que habitan allí fueron más listos, y usando la fuerza del poder de las energías oscuras que eran desechadas por las almas humanas, de los cuales los Primordiales se alimentan, lograron derribar los sellos de la barrera que sostienen el vacío con nuestro universo, no era lo suficientemente poderoso como para liberarlos a ellos mismos, ya que necesitarían más poder oscuro e infinito que no encontrarían solo en nuestro universo, pero fue lo suficiente para sacarte de allí a ti y tus hombres. Ya que tus les ayudarías en sus planes al causar desequilibrio y abrir brechas para ellos cuando destruyeras y consumieras el mundo espiritual y humano. Uno pensaría que, tras tus dos derrotas serias desechado y consumido, siendo tu espíritu su alimento por toda la eternidad, pero una vez más te han dado la oportunidad de probarte, falla de nuevo, y tú y tus hombres no la tendrán de nuevo. Créeme cuando te digo, es preferible morir y pasar una eternidad en el Infierno del mundo espiritual que no controlas, que volver a la oscuridad de nuevo con ellos, porque esta vez no tendrás más oportunidad".
Yakumo solo disparo una descarga de energía demoniaca de su mano izquierda, destruyendo el árbol y una buena porción del bosque donde se encontraba el director. Pero el antiguo Rey del mundo infernal, sabía que no estaría ahí. Con quien había hablado todo el tiempo, era solo una ilusión creada más que probable, por la magia del Señor Oscuro; se había dado cuenta durante su conversación. Y eso en parte lo molesto más, que ese Señor Oscuro no tuviese la valentía de mirarlo de frente.
"Yo de ti debería cuidarme tambien del Centinela. Él no es alguien para ser subestimado, no importa cuánto quieras tener tu revancha, ocasionada por las acciones de sus antecesores. Él no tiene idea de lo que sucedió en el pasado, cuando sus antecesores Centinelas hicieron lo que hicieron, según me he dado cuenta. Pero él no es el típico Centinela que puedes destruir, porque ellos acostumbran a ocultarse en las sombras y hacer todo de forma sutil. Muchos de ellos no exhiben los poderes que nosotros tenemos. Pero…Este chico…Tiene un gran poder. Uno que podría rivalizar con el tuyo, y hasta superarte. El terminara lo que sus antecesores empezaron, y lo que otros han dejado inconcluso. Él te eliminara de la Existencia para siempre. Esa es una promesa". La voz del director Mikogami resonaba entre el eco de los árboles, haciéndola más grave a los oídos del antiguo Rey del mundo infernal antes de desaparecer
Yakumo se mordió los labios, con la suficiente fuerza como para extraer sangre, mientras trataba de controlar su ira interna. No importaba lo que dijera ese Señor Oscuro, el cumpliría sus planes y vería realizada su meta; no importara si el Primordio, el Centinela o cualquiera se metiese en su camino.
"No importa. Si intentan detenerme, serán destruidos junto con este submundo. Ahora no debo perder más tiempo". Yakumo pensó como de un salto se alejó del lugar, para dirigirse a una buena dirección para comenzar los preparativos de su plan
Mientras, a una distancia segura, sobre una colina, el verdadero director Mikogami se encontraba observando a Yakumo irse a la distancia. Sabía que fue buena idea usar su magia para crear una ilusión y hablar al antiguo Rey, porque teniendo conocimiento de su personalidad, aparecer daría lugar a una batalla dura que podría dar lugar a que todo este submundo se destruyera, y le ha puesto mucho esfuerzo en construir esto como para que eso ocurriese.
"¿Estás seguro en dejarlo ir, director?" El chofer del auto bus le preguntaba detrás de él, fumándose un habano como siempre
"Si. No es seguro para mi enfrentarlo ahora. He sellado mis poderes para cuando venga el día de enfrentar la mayor amenaza", Mikogami se descubría una parte de su brazo derecho bajo las solapas de su ropa, dejando entrever una especie de cadena que debía de unirse a un candado de sello mágico, "cuando el día de liberar todo mi poder llegue, será el último día que pasare sobre la tierra vivo. No puedo perder esa oportunidad en enfrascarme en luchas inútiles. Quizas tenga la fuerza de derrotar al antiguo Rey del Inframundo, pero eso tomaría mi vida, y aunque no quiero sonar egocéntrico, aun soy necesario, los planes que he trazado para enfrentar a las próximas amenazas serán grandes. Solo me queda tener fe en los chicos que puedan crecer para superar estas adversidades".
"Es un poco cruel para enseñarles a esos chicos eso, pero tienes razón señor director, ellos deberán aprender a valérselas por si mismos sin ayuda, para cuando llegue el momento de enfrentar la verdadera amenaza". El chofer el auto bus solo inhalo y exhalo el humo de su habano, como observaba al director con sus siempre iguales ojos brillantes
"Aunque presiento que al Centinela no le hará gracia esto. Parece muy unido a esos chicos, creí que ellos serían más pragmáticos, y verían la utilidad de hacer ese tipo de cosas por el bien de la Existencia…O algo así…Admito no conocerlos bien". El chofer del auto bus solo tenía una sonrisa en un costado de su rostro como exhalaba humo a la vez
"Quizas él sea diferente a los otros. Pero es ese tipo de Centinela el que deseo, no hubiera funcionado con otro…Alguien que entendiese los problemas de este mundo, y la búsqueda de la paz y comprensión que necesitábamos…Alguien externo a este universo, que se relacionara con todos los aspectos de este mundo y ayudara a cambiarlo desde adentro. Quizas mi antiguo amigo entendió esto, y lo envió específicamente a él. Solo puedo esperar agradecerle a él, si lo vuelvo a ver…" Mikogami hablaba como observa el cielo con una expresión melancólica
"¿Su antiguo amigo el Centinela? ¿Cree que siga vivo?" El chofer del auto bus hablo
"Quien sabe. Han pasado siglos. Quizas ya lleva tiempo muerto, el tiempo entre dimensiones ocurre de forma diferente". Mikogami termino de hablar como solo quedo callado observando el cielo y esperando que los chicos salieran airosos, los necesitaría para más adelante
….
Habían pasado varios minutos desde que comenzó la batalla. Y las cosas no habían ido demasiado bien al grupo, a pesar de ser cuatro contra uno. Ruby, Yukari y su madre, y Gin contra Yasha. Aquel Youkai resucitado. Pese a sus esfuerzos combinados, el grupo lucia cansado y agotado, con marcas de heridas de batallas recorriendo todo su cuerpo. Ruby tenía su falda rasgada a la mitad, lo cual dejaba denotar más sus piernas, aunque sus medias largas yacían rotas. Su camisa que parecía un corpiño de color rosa, lucia con varios agujeros y marcas con heridas sangrantes y arañazos, su cabello se había soltado de sus dos coletas, y lucia sucia, cubierta de polvo y sudando del cansancio. Aun así, no soltaba su vara mágica como su Youki seguía acumulándose en torno a ella. Las otras dos brujas lucían casi igual, marcas de heridas y arañazos surcaban sus cuerpos, ambas, madre e hija habían perdido sus capas, su madre perdió su sombrero de bruja, y estaban entre sucias y sudando del cansancio igualmente. Gin se encontraba aun en su forma de hombre lobo, aunque la mitad de su uniforme escolar estaba hecha jirones, su chaqueta verde se había ido, su camisa blanca lucia rotos de arañazos con tintas de sangre, como jadeaba pesadamente, su forma lobuna exhalando aire, tratando de mantener su respiración estable.
Solo Yasha lucia incólume, en medio de aquel grupo que le rodeaba. Tenía sus brazos cruzados y expresión satisfecha, como las huellas de la batalla se denotaban por todo el lugar.
"Deberían de darse por vencido. Ustedes, brujas, no tienen el poder suficiente para ganarme, ni invocando toda su absurda magia. Y ese hombre lobo podrá ser más rápido que yo, pero es menos resistente y menos fuerte. Solo es cuestión de tiempo antes de todo este submundo sea eliminado, acepten su derrota". Yasha hablaba con expresión satisfecha y segura que hacía hervir la sangre de los presentes
"¡Como si en verdad creyeras eso! ¡Maldito asesino!" Ruby exclamo con asco mientras le daba sendas miradas de odio al Youkai, quien se sonreía satisfecho por su expresión
"Oh. ¿Y por qué es eso? ¿Por qué es ese tono de desdén? ¿No será porque mate a ese brujo debilucho? ¡Ja! No me sorprende de ustedes brujas y hechiceros. Ustedes son mitad Ayashi, la otra mitad es humana. Que usen poder demoniaco como nosotros, nos lo hace más cercanos. De lo contrario, sabrían que esos pobres conceptos de 'asesino' son tontos e infundados por culpa de los humanos. Por culpa de Youkais débiles, como los que construyeron esta escuela, es que hemos olvidado nuestra verdadera naturaleza. ¡Somos depredadores! ¡Los superiores a los humanos! ¡Así fue durante siglos y ahora mírenos ahora! ¡¿Una escuela donde enseñan a los Ayashi como convivir con los humanos en su mundo?! ¡Ridículo! ¡Deberían los Youkais de clase S invadir el mundo humano y destruirlo! ¡No durarían una semana con su débil poder, ya que no existe nadie en el mundo humano que pueda hacerles frente!" Yasha exclamaba con un aire de enojo y superioridad
"¿Es por eso que robaste el Sello de oro del Rey Enma en el pasado?" Ruby le pregunto cómo le apuntaba con su enorme vara mágica, mientras canalizaba su poder demoniaco
Yasha solo cerro los ojos y sonrió, recordando esos tiempos en donde planeo y logro llevar a cabo su éxito, "siempre considere usar ese Sello de oro para apoderarme del mundo espiritual y derrocar al Rey Enma. Ya que quien posee el Sello controla el Mundo de los Espíritus. Me hubiera apoderado de ello, y hubiera logrado salvar del declive a los Youkais oprimidos del mundo por los humanos y los espíritus del mundo espiritual. Hubiera sido un héroe, pero caí como un villano".
"Que es lo que eras, y sigues siendo".
"¿Qué?" Yasha miro sorprendida a la joven bruja, quien le miraba con asco y odio
"¿Acaso quieres que sintamos simpatía por ti? Difícil hacerlo por lo que estas siendo. Según recuerdo de los cuentos de Kurama, fuiste un ladrón de cuarta que se hizo pasar por guardia de Koashura, para tener fácil acceso de robar el Sello de oro a Koenma, por el odio y rivalidad que sostenía Koashura contra Koenma. Nunca hiciste todo tu solo, y solo te aprovechaste y traicionaste a otros. Ni pudiste dar una buena pelea, ya que caíste a manos de Yusuke Urameshi, y todos tus planes se esfumaron. Solo lo hiciste por tus propias ambiciones y caíste como el resto. Incluso ahora, solo atacas por aquellos que te revivieron, y matas de forma indiscriminada, incluso a aquellos que dices 'ser de los tuyos' a tu propia especie. Así que, de mi parte puedes regresar al Infierno a donde perteneces y nunca debiste regresar". Ruby le escupió con una sonrisa satisfecha después de hablar
Yasha la observo con una mezcla de irritación e ira, como bajo sus brazos y le mando a la joven bruja, una mirada de muerte, "¿Es así? Entonces no te importara ir primero".
"Después de ti". Ruby le replico como ataco usando su magia
Ruby uso su magia para hacer emerger raíces de árboles bajo Yasha para apresarlo, como este las rompía usando su enorme fuerza, a la vez que Ruby volaba con sus alas de cuervo negras que ella atacaba con sus alas, tan fuertes que podrían cortar el metal. Yasha se defendió, evadiendo algunas de las cuchillas, como unas pocas lograban llegar a causarle heridas de cortes en su cuerpo, incluso en lo que pensaba era su resistente armadura. Esto enfurecía a Yasha, quien arremetía contra la bruja, aunque Ruby hacia intentos de evadir sus embestidas. Gin en su forma de hombre lobo, atacaba a Yasha, cortando sus tobillos con sus filosas y poderosas garras, los cuales lo dejaba incapacitado temporalmente, para disgusto del resucitado Youkai, como ese momento era aprovechado para que Yukari y su madre atacasen, Yukari invocaba todo tipo de criaturas mágicas y las mandaba a atacarlo, mientras su madre Fujiko, contraatacaba con enormes ollas de metal que caían desde el límite de la barrera; por lo que los impactos dejaban sendos cráteres, los cuales algunos impactaron a Yasha, hundiéndolo en el suelo.
Ruby se acercaba volando con cuidado, apuntando con su vara mágica al cráter como Gin hacia lo mismo, y trataba de oler el rastro de Yasha, con su super sentido del olfato, propio de los lobos. Sabían que ese ataque no detendría a alguien como Yasha, por lo que estuvieron atentos en esperar de una señal. No se tardó muchos segundos cuando sus suposiciones se confirmaron. Las tres estacas que Yasha sostenía en forma esférica sobre sus hombros, y que se podrían expandir hacia adelante en una especie de jabalina. Emergieron de la tierra, apuñalando a Gin en las piernas y haciéndole retroceder como gruñía de dolor. Yasha emergió de la tierra, esparciendo polvo y tierra, cegando la visión de Ruby, como con su cola puntiaguda, golpeo a Ruby por un costado, haciéndola jadear por aire, como caía con estrepito al suelo.
Las dos brujas, intentaron contraatacar, siendo la madre de Yukari quien invoco una norme olla para caer encima de él. Pero Yasha ya estaba preparado para esto, como dando un enorme salto, espero a que la enorme olla estuviese cerca de su posición, como al verla descender con fuerza, el logro llegar hasta ella, y de una poderosa patada con su fuerza física, desvió la trayectoria de la olla, mandándola en dirección hacia las brujas quienes quedaron perplejas ante esto. Ambas intentaron protegerse, usando su magia de sus varitas, pero la olla impacto cerca de ellas y las impacto en parte, arrojándolas al suelo violentamente, y causando un gran estremecimiento, remolcando polvo y tierra.
Yasha cayó al suelo de pie, victorioso, como veía a sus enemigos tratando de erguirse a duras penas. Él no les iba a dar más oportunidad, viro su vista a la pequeña niña, la brujita quien era hija de aquel brujo que mato hace poco. Iba a llevarla al lado de su padre en ese momento. Se puso de costado derecho apuntando su hombro con sus tres protuberancias redondas apuntando a la joven Yukari, como esta hacia acopios de levantarse, muy maltratada por el ataque anterior. Yasha sonrió como en unos segundos sus esferas salieron disparadas como estacas directo hacia la brujita, quien no se había percatado hasta que fue tarde.
"¡Yukari!" Ruby grito mientras hacía acopios por levantarse y observo la terrible escena
El sonido de carne siendo desgarrada y sangre filtrándose se escuchó. Todo el mundo queda en suspenso, horrorizados ante la escena, menos Yasha quien parecía una mezcla entre sorprendido y emocionado. Yukari solo pudo mirar con horror como su madre se había interpuesto en el camino de las tres estacas, que se alargaron hasta ella e iban a atravesarla, solo para que su madre se interpusiera y fuese ella la atravesada.
La bruja, Fujiko Sendo, fue empalada con dos de las estacas atravesando su estómago, y la otra a la altura de su pecho, en el esternón. Yukari queda con expresión entre estupefacta y horrorizada, con la boca abierta en una especie de grito pero que no podía exhalar, por su estado de shock. Su madre solo la miraba con una sonrisa, como un hilillo de sangre se escurría de su boca. Ella pareció mover sus labios, como si hablara, aun pese a ser muda, pero aun podía mover sus labios lo suficiente como dar la idea de conjurar palabras. Yukari sabia de esto por haber vivido con su madre toda su vida. Sus últimas palabras fueron: 'Te amo' y 'cuídate'.
Yasha retrajo sus estacas de nuevo a sus hombros, como el cuerpo ya sin vida de Fujiko cayó al suelo, cerca de los pies de Yukari. La cual se quedó sin habla en un estado de shock. Nadie se movió ni hizo nada, era como si el silencio hubiese descendido al lugar, toda tenían una expresión de sorpresa muda, excepto Yasha quien tenía una sonrisa satisfecha en su rostro. Después de un minuto, Yukari lanzo un grito como sus ojos comenzaban a derramar lágrimas, mientras acunaba el cuerpo de su madre entre sus brazos.
"Yukari-chan…" Ruby no podía más que derramar lágrimas tambien. Ver a su pequeña amiga perder a sus padres rompió su corazón, era demasiado similar a ella cuando perdió a los suyos, cerca de su edad. Sabía que sería un dolor que llevaría consigo para siempre.
Gin solo apretaba sus puños convertidos en garras, sacándose sangre de la ira, como lanzaba un aullido dolorido al cielo como todo su cuerpo se transformaba en lobo, en respuesta al dolor de la joven niña de quien él se sentía responsable por ser su Senpai.
Yasha solo tenía sus brazos cruzados como observaba todo con expresión satisfecha como comenzó a reír, "que patética vista. Si fuesen Ayashi de verdad, nada de esto les molestaría. Ustedes han sido lo suficientemente adoctrinados por esta escuela y su contacto con el mundo humano, que ahora se creen humanos 'que lloran por sus seres queridos'. Realmente lamentable, si viviesen en el mundo demoniaco como hice, entenderían lo inútil de esto".
Ruby y Gin se volvieron furiosos ante él. Pero Yasha solo los ignoro como seguía riéndose. Ya estaban los dos chicos en pensar en atacarlo otra vez, cuando sonó otra risa ajena al ambiente, tanto que hizo callar a Yasha, y pasar su mirada con irritación al lugar de donde provenía.
"Bien hecho Yasha. Parece que te has divertido y llevado a cabo tu misión a la vez".
"Ishigami". Yasha resoplaba con fastidio
La antigua maestra de arte de la escuela, Ishigami Hitomi, posaba encima de los restos elevados de la escuela, como era rodeada por una multitud de Ayashi controlados por el poder del Inframundo, a órdenes del Rey Yakumo, la cruz en sus frentes denotaba esto. Al lado de Ishigami una enorme Ayashi con forma de mantis religiosa, sostenía a la prima de Tsukune entre sus garras, una inconsciente Kyoko Aono. Lo mismo iba un convaleciente Tsukune, quien sentía su conciencia venir e ir entre la inconciencia, sostenido de sus brazos por un par de Ayashi de forma indescriptible, parecían una combinación de insectos, como hormigas gigantes por sus cabezas, pero cuerpo de hombre, aunque su tono de piel era oscuro.
"¡Tsukune!" Ruby exclamo horrorizada
"¡Maldición!" Gin vociferaba
Ishigami se reía burlonamente ante la angustia que aparecía en los rostros de los chicos del Club. Algo que ella quería deleitarse por mucho tiempo. Yukari solo observaba todo con lágrimas en los ojos, observando como sus amigos eran apresados. Quería hacer algo, pero el dolor de perder a sus padres, le hacía sofocar el pecho. No podía concentrarse en canalizar su Youki, ni sentía deseos de invocar su magia. Solo podía junto a sus compañeros, ver como se perdía toda esperanza.
….
Moka ataco sin esperar ni hacer intentos de entablar conversación. No valía la pena con el enemigo. Majari solo pudo más que atener a esquivar el ataque de la patada de la vampiresa, bastante sorprendido por la frialdad y rápida ejecución de un ataque en velocidad récord, con una calculada trayectoria, ya que la patada derecha de la chica salió directo a su rostro, con una velocidad que hizo que Majari solo podía cruzar sus brazos e intentar resistir el golpe. No le funciono tambien como pensaba, como sintió sus huesos de sus brazos crujir y romperse algunos. Majari expreso dolor por todo su rostro como el impacto lo hizo salir casi que, volando varios metros, estrellándose en el suelo y remeciendo el polvo, sorprendiendo a las dos Yuki-Onnas quienes presenciaron todo.
"Mizore-chan…Tu amiga vampiresa ciertamente es fuerte. Logro hacer lo que nos costó a las dos en poco tiempo", Tsurara hablaba casi que con la boca abierta
Mizore aun dudaba si podía llamar a Moka su 'amiga', más a esta versión de ella. Aun así, estaba agradecida de la llegada oportuna de Moka a ayudarlas, sea intencional o no.
"¡Conoce tu lugar!" Moka hablo con su firma patentada como camino hasta las Yuki-Onnas
"Ustedes dos, ¿se puede saber qué diablos hacen aquí? No deberían de verse inmiscuidas en esto, sobre todo tu Mizore, pensé que ayudarías a los demás a resguardarse en la escuela". Moka hablo con tono frio como las observaba con esos ojos rojos carmesí enviándoles dagas figurativas
Mizore no se acobardó, no era tiempo de eso, por lo que, tomando aire, le respondió, "mi madre y yo tenemos que ir donde Hei. El necesita nuestra ayuda para regresar a ser quien era. Hei nos conoce desde hace años, ya deberías de saberlo, somo la única oportunidad que tenemos para traerlo vivo de nuevo a nosotras".
Moka solo frunció el ceño, ella conoció poco acerca de la relación que sostenían Mizore y Hei, más allá de ser conocidos en el pasado. Nunca se interesó y su otra mitad exterior, era demasiado respetuosa para preguntar cosas personales. Quizas Kay lo sabía, o Kurama, eso no importaba en ese momento. Moka podía sentir a aquel sujeto proveniente del extinto Meikai (Inframundo) levantarse a duras penas. Lo que demostraba que su título era pura exageración. Aun así, si algo había aprendido Moka de su entrenamiento cuando era niña, era siempre mantener la cabeza fría, y buscar analizar a su oponente, ya que nunca esperarías algo de sorpresa, eso según le había enseñado su madre. O eso recordaba de los fragmentos de recuerdos acerca de su pasado que eran nebulosos en el mejor de lo casos, pero eso ahora no importaba.
"Moka, por favor. Déjanos ayudarte a derrotar a ese sujeto antes. Cuanto antes podamos derrotarlo, más podremos ir nosotras donde Hei a tratar de intervenir". Mizore parecía suplicarle, algo extraño por el tono de la chica quien siempre parecía helada y distante
"Tengo que ir a donde está la escuela, o lo que queda de ella. El resto de nuestros compañeros estan vulnerables ante cualquier ataque enemigo de cualquiera de los queden rezagados por ahí, como Ishigami. Quería acabar con ese maldito del Inframundo antes, pero veo que ahora me costara más". Moka solo se sonrió como vio al Ayashi de nombre Majari levantarse a duras penas y usar su aura demoniaca para curar sus brazos, posiblemente rotos tras su fuerte patada
"Moka, por favor. Déjanos ayudarte, ese sujeto tiene la habilidad de copiar los poderes y habilidades de sus enemigos, según hemos comprobado de primera mano, los logra efectuar con una destreza similar a la nuestra. Sus poderes ahora deben ser de hielo, y sabemos que el agua te afecta, él podría usarlo como debilidad contra ti, ya que eso es prácticamente un secreto a voces sobre los Vampiros. Si nos dejas ayudar en un plan, podemos terminar esto cuanto antes". Mizore parecía bastante convincente con sus palabras
Moka incluso pensó que no dolía escucharla, y aunque le molestara, sabia sobre su condición de debilidad debido a las propiedades del agua que afectaban a su raza. Además, ella no lo expresaría, pero desde hace un momento se sentía extrañamente cansada, como si le costara mantener el ritmo, pensó que debía ser producto de su anterior batalla contra Hei, pero sería extraño, ya que los Vampiros son casi una fuente inagotable de Youki, y quienes mejor saben manejar el aura demoniaca. Se sentía rara, por lo que decidió seguir el plan de las Yuki-Onnas para terminar, e ir rápido a la escuela. Por lo que, apretando los dientes, asintió con renuencia y escucho a las dos mujeres de las nieves.
Majari solo se levantaba limpiándose el polvo fuera de él, tras haber curado sus brazos. Podía ver con una mirada aguda como las tres mujeres parecían discutir algo entre sí, con la expresión de la recién llegada de cabellos plateados agria, como si le disgustara lo que estuviesen planeando, pero que no parecía tener otra opción. Una vez terminado de hablar, la recién llegada se iba acercando a él, Majari tenía sus sospechas sobre quien podría ser la recién incorporada a la batalla. El, una vez perteneció al Inframundo, y sabia acerca de las distintas razas de Youkais que llegaban después de morir. Su tipo de aura demoníaca le confirmó alguna de sus sospechas, pero tenía que estar seguro antes de actuar. Sabía que no podía equivocarse con el tipo de rival que ahora le tocaba.
Moka no dijo ninguna palabra, no necesitaba hacerlo, solo de un paso veloz, ella ataco con su brazo derecho formando un puño, que Majari detuvo a duras penas con su mano izquierda transformada en una enorme garra de hielo. Moka amplio los ojos un poco, como si pareciera sorprendida. Majari se sonrió ante su expresión, orgulloso por haberle sacado algo a la entonces inexpresiva y fría vampiresa.
"Vaya, no debería sorprenderte. Ya debiste haber averiguado de mi por lo que te dijeron esas Yuki-Onnas, puedo imitar a cualquiera como si se estuviese reflejando en la superficie de un espejo. Sus habilidades, técnicas, estilo de peleas, todo". Majari se sonreía con suficiencia con cada palabra, como Moka chasqueo la lengua fastidiada y sin decir nada, siguió atacando
El combate cuerpo a cuerpo, parecía ir a favor de la vampiresa, como Majari intentaba defenderse, pero los sendos golpes entre puños y patadas de la chica, lo hacían retroceder como algunos impactaban su cuerpo, dejándole contusiones. Aun así, él era paciente, como poco a poco iba aprendiendo del estilo de combate de la chica, un estilo de arte marcial mixto que Majari reconoció de algunos viejos oponentes y que podría replicarlo.
Moka en cambio, intentaba contenerse, sabía que ella podría hacer estallar su energía demoniaca más grande y acabar con esto, pero por alguna razón ella se sintió cansada. Como si algo la estuviera reteniendo de hacer estallar todo su máximo poder, a temor de agotarse, lo que era antinatural para un Vampiro y sus enormes fuentes de aura demoniaca. Pero decidió confiar en Mizore por alguna razón; era extraño, ella podía hacer equipo para luchar contra alguien más fuerte, o contra un grupo enorme, pero confiar implícitamente en el plan de otra persona, con pocas vistas a la victoria, era nuevo para ella. ¿Acaso su tiempo con este grupo la habían cambiado sin darse cuenta? ¿Era por la influencia de su otra yo exterior en ella? No lo sabía, y no tenía tiempo de pensarlo como esta vez, ella era la que retrocedía con el contraataque de Majari.
Majari comenzó a contraatacar con una lluvia de fragmentos de hielo en formas de estacas y lanzas, invocados desde sus garras, en dirección a la chica, pero Moka era buena y veloz en eludirlas, sobrepasando la velocidad del sonido. Majari cambio de táctica creando clones de sí mismo en hielo, como estos parecían rodear a la chica, pero esta solo se sonrió a si misma con suficiencia.
"Estas pobre marionetas, ¿crees que podrán hacerme algo?" Moka solo dio una mirada como sus ojos carmesíes parecieron brillar por unos segundos
Luego, todos los clones de hielo de Majari se rompieron en mil pedazos, fragmentos pequeños de escarcha de hielo agitándose en el viento. Tal era muestra del poder demoniaco de la vampiresa, que solo necesitaba una mirada para extender su poder, y romper en pedazos a los débiles con su aura demoniaca.
Pero tal cosa era el deseo de Majari, como de improviso Majari con sus garras, cambio el vuelo de las escarchas, los pequeños fragmentos de hielo volaron en circulo alrededor de la vampiresa, luciendo consternada.
"Si algo he aprendido de las Yuki-Onnas, y de los enemigos que he copiado, es que aprendo rápido a usar sus poderes, incluso de aquellas que ellos no han aprendido a controlar. Y si algo recuerdo sobre tu raza, es que los Vampiros son débiles al agua, ¿no es cierto?"
Moka solo parecía abrir sus ojos en incredulidad, como Majari se sonreía ante la vista de la desconcertada chica. Con un ademan, el cambio las escarchas de hielo, volviéndolas liquidas, transformándolas en agua de nieve y hielo, y arrojándola como un enorme torrente a la vampiresa, la cuál se cubrió con sus brazos impotente, mientras Majari esperaba que funcionara.
No tuvo que esperar cuando observo el agua liquida golpear a la chica, empapándola de pies a cabeza, lo que hizo que Majari sonriese, esperando que el agua surca efecto. Pero algo sucedió que hizo que la bestia sagrada abriese mas aun sus ojos de la sorpresa. No solo el agua no había resultado, sino que la vampiresa ahora le observaba con una sonrisa socarrona, como su apariencia comenzó a volverse traslucida, tan transparente como el tempano de un hielo antes de quebrarse en fragmentos pequeños de hielo. Fue ahí cuando Majari se dio cuenta que se trataba de un clon de hielo hecho por las mujeres de las nieves, quizas hecho cuando ellas estaban 'ocupadas' formulando un plan, y el curándose los brazos. Fue cuando sintió un frio helado que subía por sus piernas, y al darse cuenta, observo como desde sus pies hasta que piernas, parecían congelarse como el recubrimiento de hielo y nieve subía, congelándole las piernas, haciendo que Majari gritase de dolor al sentir el aguijonazo del frio penetrar en su piel. Dando vuelta observo a una de las Yuki-Onnas, la mujer mayor si recuerda, arrodillada en el suelo, con sus manos tocando el suelo congelado, como observaba una corriente de aire gélido moverse por el suelo, hasta llegar al sitio donde estaba parado, comenzando a congelar desde la planta de sus pies hasta elevarse hasta sus muslos, y extenderse mas arriba. El no era criatura de hielo, solo podía copiar habilidades, por lo que sentir el congelamiento de su sangre y articulaciones, así como el 'resquemor' en piel, músculos y hueso, le provocaron dar un grito de dolor; como intentaba zafarse de la trampa.
Fue en eso, que sintió que algo le penetraba en la espalda a la altura de su corazón, observando su pecho, Majari denoto una especie de punta de lanza de hielo, que sobresalía por encima del sitio en donde se alojaba su corazón, espesa sangre roja se filtraba de la herida en donde la lanza sobresalía empapándola y haciendo un camino hacia el suelo, donde un gran charco se hacia abajo sus pies.
"¿Cómo…?" Majari preguntaba débilmente
"Tu error fue subestimarnos. Estabas mas preocupado por la vampiresa, que te olvidaste de nosotras", Mizore era la que le explicaba detrás de Majari, ya que había sido ella la que, creando una lanza de hielo con sus garras, pudo atravesarlo por su armadura de huelo blanca, "fue en ese momento que aprovechamos mientras enfocabas tu atención en ella, para movernos y rodearte. Gracias por servirnos en eso, ahora creo que debería dejar el resto a Moka. Ella no querrá irse sin reclamar un pedazo de su victoria".
Mizore hablo lo ultimo en un tono sarcástico y oscuro, como alejándose de la bestia sagrada, se pudo sentir estallar una poderosa energía demoniaca en el lugar. Era la energía de Moka, la cual aparecía al costado derecho de Majari, quien la observaba sorprendido, como ella lo rodeaba y se hacia al frente de él.
"No te sorprendas mucho, 'dios del Meikai'. Puedo encender como desaparecer mi energía demoniaca a voluntad, ya que nosotros los Vampiros como unos expertos en su uso y manipulación. Decidí seguir el plan de las mujeres de las nieves, porque no podía perder el tiempo contigo, ni caer ante la obvia debilidad mía que debiste de conocer que es el agua; no será una victoria total para mí, pero…" Moka sonrió con una expresión cruel, con una sonrisa que hacía sobresalir sus colmillos filosos, como le observaba con una expresión que prometía derramamiento de sangre
"Al menos tengo la libertad de darte el golpe final. ¡Conoce tu lugar!" Moka exclamo como con su pierna derecha, la izo a la altura de su cintura, y con una fuerte patada, esta impacto en el pecho de Majari, destrozando la punta de lanza de hielo y haciendo explotar su corazón y pulmones como esta se hizo añicos dentro de él, junto con el fuerte impacto que le destrozo costillas y demás órganos internos y que tuvo la suficiente fuerza de mandarlo a volar varios metros del suelo en el cielo, antes de impactar en el lago congelado, destrozándolo con su cuerpo con un fuerte impacto que se llevó lo último de la vida de la pobre 'bestia sagrada', como sus ojos estaban en blanco y su boca abierta en un estado de perfecto shock, como el cuerpo de Majari comenzó a hundirse en las profundidades del lago para siempre
Moka solo se quedo observando como el lago congelado volvía a su cauce, como el hielo se desprendía y todo se calmaba, sintiendo desaparecer la energía demoniaca de aquel ser revivido del mundo infernal. Ella solo suspiro aliviada como bajaba su pierna, y se limpiaba las partículas de escarchas de hielo y nieve que le cayeron con cuidado, ya que no quería que se derritiesen en agua encima de ella. Sintió las presencias de las Yuki-Onnas caminar hacia ella, por lo que ella solo aliso su cabello plateado de un modo fino a un costado, que recordaba a sus raíces aristocráticas como se volteaba con expresión neutra hacia ellas.
"Muchas gracias por ayudarnos Moka. Te estamos agradecidas". Mizore le hablo como bajaba la cabeza en un modo de agradecimiento típicamente japones
Moka solo chasqueo la lengua, como hablo en un tono que aparentaba indiferencia, aunque su mirada demostrase incomodes por todo el asunto del agradecimiento que no estaba costumbrada, "esta bien. Lo importante es que nos deshicimos de uno de ellos. Pero no es momento de perder el tiempo. Ustedes dicen que pueden ayudar a volver a traer a Hei a despertar de su inconciencia, ¿cierto?"
"Se que quizas sea peligroso, y lo que intentemos sea en vano", Tsurara tenia una expresión decidida que denotaba que no iba a retroceder, sucediese lo que sucediese, "pero si algo se sobre el chico, es que ha sido mi familia desde hace tiempo. Se lo debo a su madre que fue mi amiga de muchos años. A Mizore-chan que fue su mejor amiga por años y sufrió tras su partida. Y para mi misma, que no tuve la fortaleza de hacer más por el en un momento de necesidad. Así que no importa que suceda, se que al menos abre intentado lo necesario para traerlo de vuelta".
Mizore tenia la misma expresión decidida en su rostro, haciéndola ver cuan similar era en apariencia a su madre, salvo el color de su cabello y ojos. Moka solo suspiro, no quería discutir y no tenía tiempo, como con su dedo índice derecho señalo la dirección que debían de seguir hacia donde se libraba la pelea. Les indico que siguiesen las firmas de energía que se encontraban en pugna, como las convido a tener cuidado, pues además de Kay y Hei luchando, había otro ser del mundo infernal revivido en el lugar observando, y que podría tratar de ejercer el control mental en ellas. Ellas dos solo le agradecieron con un ademan de cabeza y Tsurara le dijo que no se preocupase por eso, que ellas sabrían como arreglárselas; como las Yuki-Onnas emprendieron marcha sin perder tiempo por la dirección donde Moka les apunto.
Moka solo las observo internarse en el bosque hasta desaparecer, como ella viro su vista en dirección opuesta, y sin perder tiempo se dirigió en dirección hacia donde estaba la construcción de la escuela, esperando que aun continuase en pie, junto a sus compañeros sanos y salvos.
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El antiguo 'dios del Meikai', Kaiki. No temía a muchas cosas, al ser un sirviente del Rey del mundo infernal, n había muchas cosas que le asustaran, incluso ir en una guerra total contra el mundo espiritual n el pasado. Pero tras su posterior segunda derrota, cuando lograron escapar del vacío entre espacios donde fueron a parar el y los seguidores de su Rey, tras su derrota hace siglos. Él había tenido miedo de volver a fracasar, donde por segunda vez lo hicieron. Y todo era a causa del miedo intrínseco que tenia contra quien lo derroto en aquella época, Yoko Kurama. Y es que su ultimo encuentro aun lo tiene planteado en el fondo de su mente, recodándole desde que resucito su humillante y horrible derrota a manos de este ser tan perverso. Pr eso al verlo en lo que supondría era su verdadera forma de Youkai, con su largo cabello plateado, orejas de zorro blancas encima de su cabeza y esos siempre ojos amarillos tan fríos como una glacial, y que ahora le observaban con una mirada como si le enviara dagas, prometiéndole mas dolor. No resta decir que en s verdadera forma, este Yoko Kurama era mucho mas cruel e inmisericorde que su versión humana de cabello pelirrojo, según recordaba de los recuerdos que leyó de su mente hace años.
"Yoko…Kurama". Kaiki no podía evitar pronunciar su nombre con miedo al verlo en su verdadera forma y desatado en su verdadera naturaleza como uno de los antiguos y poderosos Youkais del mundo demoniaco
"Veo que volvemos a vernos Kaiki. Aun recuerdo tu horrible rostro de aquella vez, cuando mostraste tu verdadera forma después de hacerte pasar por mi viejo amigo Cuervo Negro. Y veo que aun sigues con tus ataques basados en ilusiones, como el cobarde que eres. Que bueno que volvimos a vernos, esta vez te regresare a la tumba definitivamente, ya que no quedara ni tus huesos ni nada tuyo después de esto". Kurama saco de entre su largo cabello plateado una especie de semilla de planta carmesí, la cual embutió con su energía demoniaca provocando un 'despertar' y nacimiento inmediato
Esta planta pronto creció en tamaño en color rojo carmesí, con sus raíces extendiéndose alrededor del brazo derecho de Kurama, que se arremolinaba en este, es una planta a base de raíces que contiene enormes bocas al final de cada raíz. Sus bocas al final, contenían lo que parecían ser dientes en forma de colmillos que escupían sabia en el suelo, la cual era degrada al contacto con esta. Es un árbol carnívoro con una saliva ácida capaz de derretir carne y hueso fácilmente. Instintivamente esta golpea todo lo que se mueve. Esta horrible planta estaba a ordenes de Kurama, como con una mirada fría observaba a su presa como si fuese un depredador.
"Árbol de la Muerte. Así es como la llaman, su saliva es tan acida que puede derretir tus huesos y músculos en menos de 3 minutos. Actúan como las plantas carnívoras del mundo humano al entrar en contacto con los insectos. Dime Kaiki, ¿te gustaría ser una de sus víctimas? Es menos de lo que alguien como tu se merece". Kurama tenía una expresión sin emociones, peor el extraño brillo en sus ojos amarillos y la pequeña sonrisa en la comisura de sus labios, indicaban un gusto por la crueldad propio de quien era el como uno de los mas poderosos Youkais que existieron en el mundo demoniaco
Incluso hizo que las Súcubo que observaban todo, temblaran de miedo ante la perspectiva si tuviesen a Kurama de enemigo. Kurumu pensó que era una suerte tenerlo de su lado, ya que ella recordaba las historias que Kurama, su otra versión pelirroja, cuando vivía en el mundo demoniaco como Yoko, y antes de reencarnar como humano en el mundo humano a la fuerza. Incluso ella había escuchado rumores de alguien como el, cuando ella era más joven y los cuentos que llegaban desde el mundo demoniaco hasta su hogar escondido en el mundo humano, denotando la fama y reputación que el solía mantener en los tres mundos. Si, realmente era una suerte tenerlo de su lado.
Kaiki observaba con terror como aquellas plantas carnívoras, babean saliva acida, hambrientas y dispuestas a comérselo a lar ordenes de Kurama. Pero el no iba a morir así, al menos no de nuevo y si se iba a ir, entonces lo haría según sus términos, y no lo haría solo. Kaiki aprovecho para correr en dirección a las Súcubos, quienes se sorprendieron por su acción, aunque no Kurama, ya que el esperaba esto, y sabía que ellas no eran tan indefensas como aparentaban. Justo cuando Kaiki estaba cerca de atajar con su único brazo a la mas joven de las mujeres, Kurumu; su madre se pone delante de ella para defender a su hija y hace una acción inesperada.
Del escote de su vestido, se bajo para mostrar sus enormes y llenos senos los cuales estos se iluminaron en una luz casi rosada, como de estos salieron desprendidos una especie de rayo de ambos, un ataque basados en energía demoniaca, los cuales dieron de lleno en un sorprendido Kaiki, quien recibió en el pecho el impacto con la boca abierta. El ataque lanzo a Kaiki varios metros de nuevo a los pies de Kurama. Quien había observado por unos segundos, con las cejas abiertas una mirada incrédula el tipo de ataque que había efectuado la mujer mayor, la cual lucia orgullosa como se acomodaba de nuevo sus senos en el escote de su vestido violeta.
"¿Cómo la vez? Yo llamo a ese ataque 'Tetas de Misiles'. Es algo que ningún varón se esperaría si solo se quedan observando mis pechos, admirando su hermosura". Ageha parecía orgullosa de sí misma, como le guiñaba un ojo a Kurama, como su hija detrás de ella solo podía lucir avergonzada por las acciones y comportamiento de su madre
Kurama solo dio una sonrisa nerviosa, como luego volvió a su expresión fría como observaba a Kaiki levantarse del suelo a duras penas. El no espero mas y decidió acabar en ese instante.
"Es hora de decir adiós, Kaiki. Aunque ya no hay Infierno que domines, vuelve a la oscuridad y quédate allí para siempre". Fueras las ultimas palabras que le hablaría Kurama, como a una orden mental de este, las plantas carnívoras se abalanzaron sobre el indefenso Kaiki
Kaiki no pudo ni proferir ningún grito cuando las numerosas bocas de las plantas cayeron sobre él, dándose un festín, sus mordidas arrancando carne, y su saliva acida corroyendo huesos. Este horrible espectáculo era visto por un impasible Kurama, y unas temerosas Súcubos, las cuales apartaron la mirada para no seguir viendo aquella dantesca escena. En cuestión de unos pocos minutos, no quedo nada que diera a entender de la existencia de aquella bestia sagrada del mundo infernal. Porque hasta las plantas bebieron de toda su sangre, y su saliva la corroyó dejándolo en poco o nada, más que un agujero en el suelo de pocos centímetros de ancho y profundidad, hecho por el acido de la saliva de las bocas de las plantas, las cuales no dejaron evidencia alguna de su víctima.
Después de eso, Kurama hizo retraer las plantas de vuelta a la semilla que germino, como volvían a anidar, y Kurama volvía a guardar la semilla bajo su cabello. Luego, camino hacia las mujeres, mientras Kurumu le observaba con atención a su nueva apariencia, Kurama resoplo como trato de hablarle en un tono amable, tratando de hacerle recordar que aun era el mismo.
"Siento que hayas tenido que ver eso Kurumu, tu y tu madre. Pero no tenia otra opción. Él me había hecho daño en el pasado, y verlo resurgir de nuevo a la vida. Bueno, me hizo traer malos recuerdos. Pero sigo siendo yo mismo, aunque regresar a esta forma, me hace mas proclive a dejar que mis instintos demoniacos se hagan cargo, logró mantenerlos bajo control, mi mente sigue siendo la mía". Kurama trataba de hacerle disipar el miedo, lo cual conseguía un poco como Kurumu le sonrió y negó con la cabeza como tomo de la mano izquierda de Kurama para su sorpresa
"Descuida Kurama, entiendo esto. Solo me sorprendió un poco, no debería sentirme así ya que recuerdo las historias que nos contaste, y entiendo tu ira con el y la situación. Tambien se que no debo temer de estas situaciones, soy una Youkai tambien, y la violencia, aunque es parte de nuestra naturaleza, tambien soy una Súcubo, y fuimos hechas para el amor. Aunque no somos ningunas pusilánimes que huyen de la violencia cuando hace falta. Ya me has visto luchar antes de ese modo. Se que no debo temer de ti. Y si muchas de estas situaciones tendrán que volver a repetirse. Prometo no volver a encogerme de miedo ante eso". Kurumu le hablaba, como todo el tiempo sostenía su mano y se la apretaba en señal de respeto y confort
Kurama solo se quedo sin palabras, como la expresión en sus ojos amarillos ya no era fría, sino amable y una pequeña sonrisa, esta vez amable, se podría vislumbrar en sus labios. El momento fue roto por la madre de Kurumu, Ageha, quien tosió para dar a entender su presencia, haciendo que los dos chicos se separaran sonrojados, como Ageha se le acerco con confianza al chico peli plateado.
"Bueno, bueno. Kurumu-chan, ¿no me presentaras a tu guapo amigo? Se que lo he visto de lejos, y tú me has hablado de él, aunque creo recordar que en su forma escondida tenía el cabello peli rojo". Ageha parecía bastante confiada como apoyaba sus manos en los hombros de su hija detrás de ella, mientras le enviaba miradas coquetas a Kurama
Por supuesto Kurama seguía siendo el mismo, como sonreía con su típica personalidad 'humana' con una sonrisa abierta amable y cerrando los ojos en forma de U. Algo que parecía contrastar hace un momento cuando su personalidad parecía fría y cruel. Pero Ageha no discriminaba, aunque tenia una preferencia por varones humanos, sabia no despreciar una muestra excelente de un Ayashi cuando lo veía con sus propios ojos, y el espécimen que observaba parecía bastante galán y hermoso, irresistible para miradas femeninas. Sean de cualquier especie, y su reputación de temido ladrón del mundo demoniaco, que ella había escuchado por años, haría suspirar a más de una, sobre todo las Ayashi femeninas. Ya que sus instintos amaban a un espécimen fuerte y poderoso, y odiaban la debilidad, propio de su especie los Youkais. Incluso las Súcubos tambien, aunque a veces tenían que contentarse con cualquiera que fuese su Destinado, pero ellas seguían teniendo lujuria por los mas fuertes. Era algo irrevocable de las féminas de su especie, a diferencia de las mujeres humanas.
Kurumu solo le presento a su amigo Kurama a su madre, no necesitaba decirle el nombre que el guardaba en el mundo humano, ya que estaban dentro del mundo sobrenatural, y creía que Kurama prefería guardarlo en secreto. Además, que el nombre de Kurama, era de por si bastante conocido por su reputación en los tres mundos como para esconderlo. Kurama le agradeció con un asentimiento a Kurumu, entendiendo su gesto quien le fue correspondido en igual modo. Aunque a la vista de la madre de Kurumu, quien no dejaba de tratar de acercársele al joven Kurama, tratando de hacerle llama su atención, incluso tratando de acomodarse su escote a su vista, para obvia vergüenza de su hija y de Kurama, quien sentía una gota de sudor resbalarse detrás de su cabeza por esta situación tan cómica.
Pero Kurama pronto dejaría eso de lado, para volverse seria su expresión, coincidiendo con la de Kurumu, incluso haciendo que su madre Ageha, dejase sus maneras coquetas al ver las expresiones de los jóvenes, y sentir un ambiente pesado en el ambiente.
"Debemos de ir a la escuela de inmediato. Aun quedan muchos enemigos sueltos, que podrían ser una amenaza para nuestros amigos y las demás personas vulnerables allá. En estos momentos Kay se esta encargando de contener a Hei, y hay otro de esos resucitados, otro de las bestias sagradas del mundo infernal observando. Acabo de matar a uno, por lo que eso dejaría a otros dos sueltos, tres si contamos a otra figura encapuchada si recuerdo bien. No se como volvieron a la vida, pero como sucedió con Kaiki, habrá que regresarlos a donde vinieron". Kurama hablaba en un tono frio que no señalaba tregua alguna ni misericordia para esos sujetos, no es como a que Kurumu le importase eso
"En estos momentos Mizore y su madre fueron hasta el sitio de batalla de Hei. Si dices que Kay se esta encargando de contenerlos, ¿no es eso peligroso con otro de esos resucitados por allí?" Kurumu expresaba sus preocupaciones para con su amiga de las nieves
"No te preocupes por eso, Moka le estará ayudando. En dado caso lo que mas me hace temer, es cuan vulnerable esta la escuela y el resto de estudiantes e invitados allá. Entre ellos Tsukune y su prima, debemos ir a ayudarlos". Kurama comenzó a correr en dirección a la escuela tan pronto como termino de hablar
Kurumu no tuvo que convencerse demasiado, al escuchar que Tsukune podría estar en peligro. Ella iría hasta los confines del mundo para protegerlo, a su Único Destinado; por lo que corrió siguiendo a Kurama a través del bosque, seguida a su vez de su madre, quien le gritaba a Kurumu que fuera más despacio, que no podía correr por sus tacones, pero ella la ignoro. No había tiempo que perder.
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Mundo Demoniaco (Makai).
El cielo del mundo demoniaco es de color carmesí, con nubes oscuras durante el día. Gran parte de este mundo parece ser un terreno, que incluye terrenos baldíos intactos, bosques, regiones montañosas, desiertos, etc. Se dice que el mundo de los demonios es más bien como un sótano sin fin, con fuertes demonios viviendo más y más profundo dentro de sus profundidades. Con su superficie habitada por los demonios de gran poder justa y notoriedad, los demonios dentro de sus últimas profundidades son divinos y una mera encarnación de la destrucción hasta el punto en que incluso uno solo de estos demonios podría devastar completamente la Tierra sin que nadie los detenga. Sin embargo, a pesar de este entorno natural y primitiva, la tecnología del mundo demoniaco supera a la de mundo de los humanos, teniendo a seres con una capacidad científica superior a la humana, capaces de crear tecnologías como cámaras de curación y máquinas artificiales de nacimiento que han sido empleados por los antiguos Reyes en diferentes ocasiones. Además, el mundo de los demonios parece tener ciudades con tecnologías como la televisión, donde el espectáculo que más se televisa cada cuatro años es un nuevo Torneo del Mundo Demoniaco donde se decidí a su líder. En las profundidades de este mundo inhóspito, cerca de lo que parecía ser un despeñadero descubierto de cualquier vida vegetal, nada extraño en un momento como este. Excepto que la paz del lugar era perturbada, además por los fuertes relámpagos que poblaban los cielos carmesíes diariamente, tambien se podía oír el eco de una batalla desde kilómetros a la redonda. Dos figuras se movían a gran velocidad, apareciendo y desapareciendo sus figuras, como estas se batían a duelo, con sendos golpes de sus puños y patadas que impactaban, y que cuyo impacto hacia eco sonoro en todo el lugar en un radio de cientos de kilómetros a la redonda. Aquellos habitantes que sentían aquel poder eran inteligentes en mantenerse alejados, ya que no querían inmiscuirse en el camino de unos de los antiguos Reyes del mundo demoniaco. Eran bien conocidos por su enorme poder, quienes una vez gobernaron todo aquel mundo donde se originaban la existencia de los Youkais. Uno de ellos se encontraba en un intenso entrenamiento en ese momento, y nadie perturbarlo en eso, ya que, aunque era conocido por su ceguera, eso no disminuía el enorme poder que tenía, capaz de hacer temblar todo el mundo demoniaco o el human si quisiera. Este era Yomi, quien se encontraba entrenando en aquel momento con su ya crecido hijo, Shura.
Estos se encontraban entrenando, tras años de seguir viviendo solos en el interior del mundo demoniaco. Entrenándose mutuamente para superarse a si mismo, y seguir participando en los siguientes Torneos del mundo demoniaco, donde se elige al siguiente Rey. Esa era la meta de ambos, padre e hijo, quienes exhausto después de entrenar durante varias horas, sonrieron y se dieron un descanso, como el lugar que los rodaba estaba rodeado de enormes cráteres y fisuras, son sendas partes del bosque destruidas o quemadas debido al enorme poder de ambos. Lo cual era una muestra pequeña del porque muchos Youkais preferían mantenerse alejados de los dos. Para Yomi ha pasado una década o más, desde que revoco su titulo de Rey, para permitir la inauguración del Torneo, donde se celebrarían para ganar su próximo líder, durante el plazo de tres o cuatro años. No se arrepentía de su decisión de dejar todo, ya que ha encontrado una satisfacción que no encontró cuando era Rey, y gobernaba a través de grandes planes y maquinaciones. Aunque sus planes de dominar el mundo demoniaco no han cesado, por ende, que sus largo entrenamientos necesarios que esperaba que lo fortalecieran para ganar el siguiente Torneo. Yomi solo tenía dos orejas, pero después de perder la vista, ganó cuatro más, ya que su cuerpo se vio obligado a adaptarse a una existencia ciega. Tiene el pelo largo y negro hasta la cintura y dos cuernos prominentes que sobresalen de su frente, pero parecen enmarcar su cabeza. Además, tiene cuatro cuernos en la cabeza, dos a cada lado y uno que sobresale de la parte posterior de la cabeza, lo que le da un total de siete cuernos. También usa una prenda ligera debajo de la túnica roja y tiene una musculatura definida. Su hijo Shura vestía prendas ligeras similares a una túnica de origen oriental. Él se parecía a una versión joven de su padre, pero no era ciego por lo que no mantenía sus ojos cerrados, y tenia cuatro cuernos, dos en su frente similares a su padre, y otros dos pequeños atrás de su cabello corto negro, que le llegaba hasta los hombros. Ambos lucían cansados, con algunas rasgaduras de sus ropas, sudando con algunas muestras de heridas y moretones que surcaba sus cuerpos, tras otro largo día de sesión de entrenamiento.
Yomi estaba jadeando como podía sentir su fuerza elevarse aun mas que años anteriores. Estaba orgulloso del desarrollo que había hecho en estos largos años de entrenamientos, y derrotas ante otros participantes en los anteriores Torneos. Esperaba que el próximo Torneo pudiese ganar y cumplir su sueño de dominar el mundo demoniaco e implementar sus ideas. Tambien esta orgulloso de su hijo, de quien ha crecido en estos años para volverse aun mas fuerte. Aunque su actitud fuese como el en su juventud; la de ser impetuoso, arrogante y terco. Aunque él había tratado de hacer templar su temperamento, convirtiéndolo en un luchador analítico y despiadado como es ahora. Aun así, no pudo evitar darle una palmada a la espalda de su hijo por sus logros. Que esperaba buenas cosas de él durante el próximo Torneo, y que no importase si de nuevo perdiesen o luchasen de nuevo entre los dos, lo harían sin resentimientos ni culpas, para decidir un ganador. Shura a pesar de todo su comportamiento tosco, acepto el gesto de su padre como le sonrió amablemente. Pero tal momento de padre e hijo seria perturbado cuando del sonido de un relampagueo que ilumino el área por segundos, nada extraño en aquel mundo que aquellos fenómenos eran a diario. Dos figuras que estaban encapuchadas de oscuro, una grande de casi dos metros, y la otra pequeña que le llegaba hasta la cintura, fueron iluminadas por el relámpago. Pero fue más la muestra de poder que exudaban ambas, y como Yomi no había podido sentir ni escuchar su presencia con su poderosa audición de sus seis orejas. Quizas estaba demasiado metido en el entrenamiento, y la certeza de que pocos seres se acercarían hasta su posición que los paso por alto. La figura grande pareció sonreír a través de la capucha, como habían logrado encontrar a sus presas. Pronto una enorme batalla remecería el mundo demoniaco, que traería consecuencias imprevistas a este y todos los demás mundos cuando se escuchase la noticia.
FIN DEL CAPITULO
