N/A: Bueno, más de alguno de mis seguidores actuales notará que esto está muy fuera de mis historias o temas usuales. En un momento me explico. Si quieren evitarse leer una nota de autor cargada de divagaciones personales, recomiendo saltarse hasta el disclaimer.

Hoy, 18 de febrero, se cumplen diez años desde que cree esta cuenta, al menos según la página, bajo el nombre de Red-y-Yellow. Diez años es bastante tiempo, y bueno, da espacio a que ocurran varias cosas. Los gustos cambian, la gente va y viene, experiencia se acumula y el tiempo malgastado queda atrás, dejando lecciones y preguntas de "¿Qué hubiera ocurrido sí…?" en su lugar. Aún recuerdo la comunidad de Wocial donde leíamos el manga de PokeSpe hace ya varios años, las conversaciones por redes sociales y los juegos de rol. ¿Soy la misma persona que hace diez años? Meh, ¿quién sabe? Eso queda a discreción de otros, aunque quiero pensar que sí. Y si me imaginaron encogiéndome de hombros con esa respuesta, no estarían equivocados.

Si alguien más conoció ese meme de hace algunos años que iba "-Si tu yo del pasado te viera ahora, ¿qué diría? +Mejor me mato. -Neta sí.", pues así más o menos va la cosa, XD.

Dado que he borrado prácticamente todo vestigio online de mis fanfics de antes del 2016, incluyendo borrar todo lo relacionado a cierta primera historia militar mía (cosa de la que me arrepiento bastante), decidí hacer una pequeña conmemoración personal rehaciendo mi primer fanfic, un drabble de Specialshipping sin nada destacable, aprovechando que también olvidé cuando lo subí. Pero bueno, todos partimos de algún lado, ¿no es así?

En fin, los dejo con el fanfic en cuestión. Quizás suba la versión original en un capítulo 2 para hacerme autobullying y ver el progreso, pero eso queda a elección de otros. ¿De quién? Ni idea, ni siquiera sé si alguien leerá esto.

P.D. Aquí se usa "Blue" para la protagonista femenina de la Saga Red, Green and Blue. Green es el hombre. Fight me.

Disclaimer: Pokemon Special, así como el resto de la franquicia, no me pertenece. Este es un trabajo de un fan sin fin monetario en absoluto.

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Encuentro en el Bosque

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El Bosque Viridian siempre ha sido el lugar favorito de Yellow, al menos desde que tenía memoria. Aquel santuario de la naturaleza la llamaba como el hogar llama a uno después de largo tiempo alejado de este, y la chica no dudaba en dejarse seducir por este. Le encantaba caminar bajo las mullidas copas de los árboles y sentir el frondoso césped bajo sus pies, rodearse de ruidos de los pokémon salvajes que recorrían el río y hacían del lugar su casa, observar el cielo azul desde los claros en el bosque rodeados de vibrantes hojas verdes, tan saludables que parecían brillar por su cuenta independiente de cuanta luz del sol las alcanzara por entre sus compañeras. Su tío Wilton constantemente le advertía sobre los peligros del bosque, incluso pidiéndole que no saliera sin su cuidado en ocasiones, pero el que Yellow conociera el lugar mejor que la palma de su propia mano siempre terminaba por darle la victoria cuando eso ocurría.

En definitiva, el Bosque Viridian, un área de naturaleza virgen entre las zonas habitadas de las ciudades Verde y Plateada, podía llamarse el mejor lugar para desconectarse del estrés de la vida diaria y descansar las emociones personales.

Y pese a todo eso, Yellow se encontraba enfurruñada en su lugar, sentada entre las raíces de un centenario árbol a la vista de un pequeño lago en mitad del aclamado bosque. Su pikachu, Chuchu, se encontraba jugando en la orilla, intentando en vano levantar una pequeña torre con la tierra mojada por la cristalina agua. Apoyado contra sus rodillas se hallaba su bloc de dibujos, mostrando una hoja blanca que era atacada una y otra vez por los expertos movimientos de una mano acostumbrada a trazos rápidos y precisos como las de ella.

Su atención, sin embargo, no se hallaba en la obra de arte que sus dedos creaban, sino en lo profundo de su mente, ausente del mundo físico y totalmente sumida en sus pensamientos.

Su amor por Red no era algo desconocido para la mayoría de los Pokedex Holders con los que había interactuado en algún grado significativo, con la notable excepción del pelinegro en cuestión. Que pensara que ella era un chico al inicio, y por ende pensara en ella más como un hermano menor que una potencial pareja, no hacía mucho por mejorar la situación. Pese a eso, sentía que había logrado avances desde que Red descubrió que era una chica: aunque algo incómodo al inicio, habían recuperado la confianza mutua casi de inmediate después del hecho, y desde entonces no era raro que se vieran cada vez más seguido.

Había llegado al punto en el que Blue bromeada que era más raro verlos separados que juntos, algo que hizo que su cara se tomara la apariencia (o al menos el color) de un tomate y Red desestimara el intento de burla con una risa y un gesto, lo que, a su vez, provocaba que las burlas de Blue se dirigieran casi exclusivamente hacia ella.

Suspiró para ella misma. La mención de sus dos amigos le recordaba el motivo por el cual estaba dibujando en el bosque en primer lugar, buscando algo de tiempo a solas aprovechando que todos sus amigos tenían planes el día de hoy.

Hace cosa de unos días, Red admitió que le atraía Blue.

El solo recordar el evento le traía lágrimas a los ojos, y era parte del motivo por el cual la frecuencia a la que se veían decrecía con el pasar de los días, hasta llegar a su momento a solas actual.

Un nuevo suspiro escapó de sus labios. Negar la realidad no le ayudaba en nada, y por eso se rindió a los pocos días. Era un resultado esperable, de cierta manera. Red y Blue no solo eran amigos muy cercanos que habían compartido más aventuras juntos de las que Yellow podría imaginar, sino que la chica tenía todo lo que un hombre pudiera desear en una pareja: buena apariencia, un aún mejor cuerpo, fama, un hogar agradable, una gran familia, un increíble equipo pokémon y una personalidad pícara pero amable y atenta. Había que ser ciego para no ver en Blue una gran oportunidad de formar una relación.

Pero si a Red le gustaba Blue, entonces… ¿quién era ella para entrometerse? Aunque a la castaña le gustara Green, algo que de momento creía solo conocer ella (y para nada porque una vez encontró el diario de Blue abierto en su habitación), podía ser solo cuestión de tiempo que se rindiera con él y correspondiera a Red. ¿Y entonces? ¿Qué sería de ella? ¿Se vería obligada a torturarse viendo a su mejor amiga y al chico de sus sueños formar una feliz pareja con ella detrás como tercera rueda para siempre?

Ok, tiempo fuera. Estaba siendo muy dramática. Enfocó su mirada en el papel en sus piernas, no pudiendo musitar una mueca al ver el resultado de lo que sus manos crearon.

Frente a ella había un boceto de sus dos amigos sonrientes y tomados de la mano. Cerró el bloc de inmediato al darse cuenta, desviando la mirada. Tenía que dejar de torturarse con esto, se dijo. Chuchu la miró extrañada, pero de un gesto le indicó que todo estaba bien y que podía volver a jugar. El pequeño pokémon asintió y volvió a lo suyo, esta vez haciendo dibujos en la tierra húmeda, dejando a Yellow de nuevo con sus pensamientos.

Añadió un tercer suspiro a su día y abrió el cuaderno una vez más, observando con más detalle su dibujo. No era el mejor que ha hecho, en parte porque lo hizo prestando poca atención, pero aun así mantenía una calidad destacable para ser solo un boceto. La postura de los dos protagonistas indicaba que estaban caminando, seguramente dando un paseo por algún lugar cercano a ambos como Pueblo Paleta, y el "punto bajo," de haber alguno, sería el punto donde se unían sus manos: algo peor que el resto en términos de calidad de dibujo, aunque todo el mundo tenía problemas dibujando aquella parte del cuerpo. Sí, seguro era por eso.

—En realidad hacen una buena pareja… —se escapó de sus labios. Cerró los ojos, descansando su cabeza contra el tronco del árbol. El día era plácido, más allá de sus pensamientos, y el agradable calor del sol se filtraba por entre las hojas sobre ella, sumiéndola en un estado de paz que lentamente iba arrastrándola al mundo de los sueños. Si tan solo fuera tan sencillo solucionar sus problemas como lo era caer dormida…

—¿Quiénes hacen una buena pareja?

De un brusco movimiento saltó en su puesto y cerró el bloc en sus manos, protegiéndolo entre sus brazos. Levantó el rostro, temerosa, con dos familiares pupilas carmesí devolviéndole la mirada a los suyos ámbar. Su nombre se deslizó de su boca de forma tan natural que no alcanzó a procesarlo:

—Red…

—El mismo.

Le tomó apenas unos segundos más reaccionar totalmente, parpadeando varias veces para asegurarse de que lo que tenía enfrente no era un espejismo. Revisó el lago: Chuchu seguía jugando en la orilla, pero ahora acompañada de Pika, el pikachu de Red. Debió haber estado tan centrada en sus pensamientos que no los sintió venir.

—¿Y entonces?

—A-ah… etto… —Pensando rápidamente cómo evitar que Red preguntara por su dibujo, Yellow hizo la siguiente pregunta que se le ocurrió—. ¿Q-qué haces aquí?

—Que, ¿acaso no puedo visitar a una amiga?

Amiga. La sola mención de la palabra golpeó a Yellow con más fuerza de que le gustaría admitir jamás, su corazón recibiendo el dolor de mil puñaladas y solo comparable con el que sintió durante su batalla con Lance en Isla Cereza. No era una sensación agradable en absoluto.

—…sí, sí puedes…

Red observó a Yellow con algo de escepticismo, sus brazos cruzados sobre su pecho. Había algo molestando a la sanadora, y sospechaba que la razón se encontraba en el cuaderno de dibujo.

—Con permiso~

Antes de que Yellow pudiera reaccionar, tomó el cuaderno de un rápido movimiento y buscó la última página dibujada. La chica reaccionó un segundo después, pero el pelinegro abusó de su mayor fuerza y altura para mantener el block fuera de su alcance con un brazo mientras que con el otro seguía explorando las páginas.

—¡Red, devuélvemelo! ¡Ahora!

—En un momento, en un momento…

Red dejó de moverse de golpe, gatillando que Yellow lo imitara por reflejo. Había llegado a la última página usada del cuaderno. Yellow sintió sus mejillas encenderse y lamentó no tener su sombrero a mano para ocultarse de Red. Había visto su dibujo de él y Blue de la mano. Por muy denso que fuera, hasta él podía conectar su comentario previo con el dibujo en cuestión y su estado de ánimo. Estaba todo perdido, luego empezaría a hacer preguntas, se enredaría con sus propias palabras y terminaría confesando todo. Quizás, si negaba todo y solo mentía diciendo que los apoyaba como pareja…

Un sonido interrumpió sus pensamientos. Red estaba de espaldas a ella, y acababa de arrancar la hoja de su cuaderno. La hizo una bola y, con un practicado movimiento, la arrojó con una parábola perfecta sobre sus dos pikachu directamente en medio del lago.

Yellow saltó de inmediato al ver su obra descartada como si nada.

—¡¿Qué estás haciendo?!

—Si eso te molesta, mejor deshazte de él.

—P-pero… pero…

—Yellow. Yellow. —La rubia desvió la mirada. No se atrevía a encarar a Red. El chico no se dio por vencido, agachándose para reducir su altura y colocándose frente a la rubia—. Dime, ¿qué pasó? ¿Por qué tenías ese dibujo si te hace daño?

—Y-yo… yo solo… —Tomó aire, exhalando lentamente para calmar sus nervios. Si no lo decía ahora, ¿cuándo?— Cuando escuché que te gustaba Blue, pues… eso… salió sólo…

Red no dijo nada, limitándose a observar a Yellow. Luego, sorpresivamente, la tomó de los hombros y la trajo hacia sí, atrapándola en un abrazo.

—Ssshhh… tranquila. Cálmate, y cuando puedas, habla.

Le tomó a Yellow varios minutos el poder hablar de nuevo. ¡¿Cómo podía siquiera ordenar sus pensamientos cuando Red la estaba abrazando?! ¡Era casi como un sueño! Pero tampoco podía disfrutarlo (o avergonzarse) como usualmente lo hacía: las emociones recientes seguían pasándole factura, y el conocimiento, aun rondando por su cabeza, de que los sentimientos de Red estaban con Blue en lugar de con ella mermaba cualquier energía para hacer algo aprovechando la situación, hasta el punto en que se quedó inmóvil, solo descansando su mente en el calor que le proporcionaba el luchador.

Finalmente, cuando pudo volver a articular palabras, solo pudo hacer una pregunta:

—¿Por qué?

—¿Por que qué?

—A-a ti te gusta Blue… —alcanzó a murmurar, las palabras débiles en lo que intentaba apartarse, sin éxito, del abrazo de su ídolo—. ¿Por qué intentarías hacerme sentir mejor? ¿No deberías guardar esto para la chica que te gusta?

Para confusión de la rubia, una amplia sonrisa atravesó el rostro del chico pelinegro.

—Pequeña tontita. —Le golpeó suavemente la frente con el índice, despertándola de su estado en trance—. Puede que me guste Blue, eso no se puede evitar. Tiene muchas cosas que a todo hombre le gustaría, y es algo que viven muchos hombres de Kanto.

Yellow se estremeció, atisbos de lágrimas asomándose en sus ojos. Cada palabra que salía de los labios del luchador era como una daga clavada en lo más profundo de su corazón, como una herida mortal y bien apuntada para provocar el mayor dolor posible en su mente.

—E-entonces… ¿por qué…?

—Sí, como a muchos hombres de Kanto, me gusta Blue —reafirmó el de cabello azabache, con su brazo atrayéndola junto a si—. Pero en cambio, a la que yo amo es a ti.

El mundo se congeló para la sanadora de los Pokedex Holders. ¿Acababa Red de decir las palabras con las que tantas veces había fantaseado en sus sueños, y, lo que es más, en medio de un colapso mental suyo por creer que le gustaba su mejor amiga?

Empezó a temblar. Si este era un sueño, no quería despertar. Se aferró a la chaqueta de Red como si su vida dependiera de ello, sus brazos rodeando su torso y cruzándose detrás de él para sujetarlo del mayor abrazo que hubiera visto en su vida. Su visión era totalmente borrosa, lágrima de tristeza, impotencia, alivio y alegría mezclándose e impidiéndole ver con claridad la mancha roja que ahora la rodeaba con sus propios brazos, confortándola con la calidez de alguien que está ahí para ti incondicionalmente.

—Y-yo… yo… —Tuvo que detenerse, su cuerpo negándose a responderle en aquel momento de extrema felicidad e incredulidad que la asediaba—. Yo… yo también… también te amo…

—… lo sé —admitió el chico, un rubor imperceptible para la rubia expandiéndose en sus mejillas—. Lamento haber tardado tanto en darme cuenta, Yellow. De verdad lo lamento.

No importaba. Había tardado su tiempo, pero por fin se había dado cuenta. Sabía de sus sentimientos. Los correspondía. Eso era lo único que cabía en su mente, y era la razón por la que Yellow no dejaba ir su chaqueta, su propio rostro hundido en su pecho y reusándose a encarar al causante de todas esas emociones. Lastimosamente, sus avergonzadas facciones debieron salir a la luz del día cuando Red la obligó a despegarse de él, una avergonzada sonrisa reemplazando la usual que denotaba confianza en lo que fuera que hiciese.

—Esto… entonces, Yellow…

La chica tragó saliva. Si había un momento que podía llevar este día a las alturas del mismo reino de Arceus o fijarlo como el peor de su día, este era.

—Yellow… —Red carraspeó, cerrando los ojos y tomando una respiración profunda para controlar su rubor descontrolado. Exhaló lentamente, abriendo los ojos nuevamente y enfocando sus orbes rojos en los dorados ella—. Dime… ¿te gustaría ser mi novia?

Una vez más, el mundo se detuvo para la sanadora. Red le acababa de pedir que fuera su novia. No creía que este día fuese a llegar en algún momento. Sin embargo, el azabache debió de interpretar su silencio de forma errónea, pues sintió sus músculos desinflarse en su agarre y notó su mirada cabizbaja. ¡No! ¡Reacciona, Yellow! ¡No puedes dejar que se vaya con la impresión equivocada! ¡Si lo dejas ir, ¿quién sabe lo que pasará en el futuro?! ¡Red se ha enfrentado a tantos peligros en su vida, que si desaparece por un momento puede que esta vez sea para siempre! ¿De verdad vas a dejar que se vaya así nada más? Pero, ¿cómo transmitirle todos los pensamientos que pasaban por su mente a velocidad que a ella misma la dejaba perpleja, en el mejor de los casos? ¿Había una acción que, por su solo hecho, pudiera comunicar todo lo que sentía pese a que sentía su lengua enredarse sola ante el nerviosismo que la consumía? Bueno… solo quedaba una opción.

Y así, convencida por su mente, Yellow se arrojó hacia Red, esta vez por su cuenta, y unió sus labios con los suyos.

El hecho tomó por sorpresa a ambos. Ambos sintieron como so una corriente eléctrica recorriera sus cuerpos, Red instintivamente cerrando sus brazos alrededor de la cintura de la chica en lo que los de Yellow hacían lo propio con su cuello. Era un beso tierno, pero de larga duración, como si sus cuerpos lo hubieran estado pidiendo desde hace tiempo y solo ahora podían dar rienda suelta a los sentimientos que tenían embotellados dentro suyo.

Cuando sus labios al fin se separaron, sus mejillas rojas ante el acto, solo pudieron mirarse a los ojos por lo que parecía la eternidad misma. Ambos intentaban procesar qué es lo que había pasado. Red le ofreció una sonrisa radiante a Yellow, y esta la correspondió con una tímida propia. Sin palabras, el chico sentó a la rubia en su rezago, invitándola en silencio a estar junto a él mientras observaban la escena que era el atardecer en el Bosque Viridian. Al terminar el espectáculo, celosamente cuidados por sus pokémon desde la distancia para evitar intrusos al momento, Red escoltó a Yellow hasta su hogar, despidiendo aún sonrojado y con promesas de verla al día siguiente. Luego, aún con su mente en un estado de ensoñamiento ante lo que acababa de vivir, volvió a Pueblo Paleta repasando la sensación de los labios de Yellow junto a los suyos.

De más está decir, quedaron unidos para siempre.

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N/A: Bueno, no pensé que esto quedaría tan largo. Seis veces la longitud original, huh… 2700 palabras. Es una sorpresa, la verdad.

Tengo la costumbre (actual) de hacer las notas de autor al inicio del capítulo cuando lo empiezo, y la de cierre al terminarlo. Me tomó cerca de una semana escribir esto (gracias vida real), y la verdad fue una experiencia el reescribir algo que sabes de memoria pero nunca te atreviste a tocar. Para un proyecto personal, al menos no fue malo.

Donde vivo aún es 18 de febrero, así que sigo dentro del plazo. Tenía pensado terminarlo el jueves, pero no se pudo por diversos motivos. También, escribo esto en mi última noche en mi residencia universitaria, lugar del que me marcho mañana. Debería sentir algo, supongo, pero no hay mucha emoción en cambiarse cuando no es ni de lejos la primera vez en la que se vive un cambio de vivienda.

En fin, ahí está. Mi remake de 10 años de escritura. Cuando pienso en ese tiempo, lo primero que se me viene a la mente es tiempo perdido (lo que me recuerda también al fic del mismo nombre de este fandom), aunque menos con el pasar de los años. ¿Errores? Muchos. ¿Importantes? La mayoría no. ¿Me hubiera gustado ser más claro en lo poco que me importaba socializar con mis compañeros de colegio o haber sido más hijo de puta en ocasiones? Por supuesto. También me hubiera gustado mantener conexiones que se perdieron hace tiempo. Lo que sea. Al menos aún hay cosas que puedo hacer, como leer desde el inicio un par de novelas ligeras que nunca alcancé a terminar por falta de traducción.

A veces siento que debería dejar de ser tan serio respecto al futuro y por un momento dejar de lado las restricciones autoimpuestas para mantener un equilibrio en mi convivencia con otros, pero no es tenga una oportunidad a mano. Por toda la honestidad que puede tener uno, siempre hay que mantener una capa de apariencias para evitar meterse en problemas. Y desquitarse con algo, idealmente que no moleste a nadie.

Para una nota de autor, esto ya se extendió demasiado (creo yo, al menos). En fin, si alguien por algún motivo quiere hablar conmigo, siempre están los reviews y los MPs.

Nos vemos,
RedSS.