Sus dientes se encajan en la piel de mi cuello. Sus manos viajan al borde de mi cintura, presionan levemente llevándose consigo un dulce gemido de mi parte.

¿Cómo hemos llegado a esto?

¿En qué nos hemos equivocado?

No puedo pensar de forma correcta, he tenido la osadía de querer sumergirme por completo en este lúgubre abismo donde mi acaramelado punto está en éxtasis.

No lo odió.

Pero desafortunadamente, he resbalado de mi camino.

Y, aunque Karma lo ha hecho junto a mí, sigo sintiendo que esto es sólo mi culpa.

Sin querer lo he arrastrado conmigo por la fuerza, aunque no parece tener alguna objeción.

Sólo lo he confundido.

Con mis sentimientos...

...Con mi vago amor de adolescente...

Suelto otro gemido sin poder callar, me avergüenzo al instante. No quiero detener esto.

—Karma...

Él no me mira, pero mientras se hunde en mí, puedo sentir el como disfruta esto tanto como yo.

Estamos juntos, como siempre lo quise.

Pero entonces; ¿Por qué siento que aún hay algo mal?

Cristo, sé que todo enlazado a este tema está más que mal. Es prohibido.

Sus manos me tocan, sus labios besan los míos, juega con los finos lazos de mi cordura mientras yo me dejó guiar.

Karma me ama, ¿Cierto?

Sé que es así, de lo contrario, jamás se atrevería a tocarme como ahora lo está haciendo. Mucho menos me dejaría besarlo a mi antojó.

—Nagisa...— Él me habla entre jadeos mientras comienza a tocarme, más allá de lo que puedo imaginar. Mi entrepierna está más que despierta para ese entonces.—. Sólo por hoy... Sólo este día dejaremos de ser familia... Dejaremos de ser hermanos...

Y asiento sin pensarlo mucho.

No tengo nada que perder, porque ya lo he hecho todo. Esto se ha salido de mis manos.

Yo lo he provocado, yo lo he de terminar.

Mis manos corren a su entrepierna, lentamente saco su ropa con temor a lastimarlo. Él se deja guiar por mí, observando cada movimiento que hago.

Y, cuando tengo su ya despierta erección entre mis manos, la sumerjo en mi boca sin dudarlo.

Es cálida... Casi dulce...

Lo escuchó suspirar, pidiendo más. Le agrada lo que hago, el como nerviosamente mi lengua lame su extensión de forma lenta, casi tortuosa.

Lo estoy haciendo...

Mis labios levemente muerden la punta, causándole un gemido aún más profundo de excitación.

Continuó con frenesí.

Él me está mirando, gritando con su mirada que sencillamente ya no puede más.

No soy un experto, ni siquiera he visto vídeos sobre esto, pero mi deseó de siempre haber querido hacerlo me ha dejado sin palabras incluso a mí.

—Levántate.— Me dice en un momento determinado, sin objeciones, hago caso a su petición.

Karma toma asiento en uno de los sillones, sentándome sobre de él para luego besarme cálidamente...

Un beso lento, apasionado... Casi como si se tratará de una despedida...

No, estoy pensando de más.

Me sujeta fuertemente, alinea su extensión a mi entrada aún virgen. Él sabe que es mi primera vez en algo así, pero no parece pensarlo mucho.

—¡Ah...!— Gimo sin pensarlo cuando comienza a abrirse paso dentro de mí.

Lentamente avanza, es horrible, mi espalda y bajo vientre comienzan a doler.

Más guardo silenció.

Karma pega su frente a mi pecho, suspira gustoso y un poco ido antes de volver a moverse.

Es una sensación dolorosamente exquisita.

La cual, no deseó detener.

—¿Quieres hacerlo ya?

—Tú sólo... Sólo sigue, Karma...

Lentamente, el dolor pasa. Aunque transcurren primero casi diez minutos para que eso suceda.

Todo en mí duele.

Mis piernas se hallan temblando, queriendo acabar de una vez por todas, pero también queriendo continuar sólo para mantener a mi hermano y hacerle ver que yo puedo ser mejor que cualquier otra mujer.

Yo soy mejor.

¿Ahora él podrá verlo también?

Sólo puedo desear silenciosamente que así sea.

—Nagisa...

Por unos momentos, ambos nos perdemos.

Yo aferrado a su espalda, —Visibles rasguños han quedado perfectamente marcados.— Él perdiéndose en mi pecho y dentro mío en éxtasis del placer puro.

Mis movimientos suelen ser torpes, aunque él logra acomodarme en mi punto.

El placer me envuelve, en locura y amor.

¿Para él qué es todo esto? ¿Sólo una noche más de pasión? O acaso; ¿Un acto de amor verdadero?

Aún lo recuerdo...

Sus manos se entrelazan con las mías, busco desesperadamente su calor. Lo he encontrado en sus húmedos y tiernos labios.

—Te amo...— Me es susurrado en aquel momento.

—Yo... También... Karma...

La sensación en mi bajo vientre vuelve.

Pero ahora, me es exquisita. Lo puedo sentir, me hace casi tocar el cielo con cada movimiento profundo, con cada suspiro pesado que ambos damos al unísono.

Podemos sentir nuestros corazones latir tan fuerte que puedo asegurar, ambos tememos de que en algún momento puedan escapar de nuestros pechos.

Nos conectamos tan bien...

...Estamos hechos el uno para el otro.

Me ha quedado claro.

¿Qué más puedo decir?

No estamos cometiendo un error, mucho menos un pecado como varios creerían, sólo tratamos de demostrar nuestro amor de forma libre. Sin barrera alguna que pueda existir.

Porque así es. Porque así debe de ser.

Al final, las reglas se hicieron para romperse, ¿No?

—Karma... Por favor, dime que nunca... Nunca te volverás a alejar de mí... Por favor...

—Perdón...

Aún duele.

Entonces, finalmente he llegado.

Y, así como he disfrutado, mi corazón a dolido profundamente.

No...

Me dejó caer, delirante en total profundidad con el sueño. Me he ido en total alegría junto al viento aquella noche.

Me gustaría repetirlo en algún momento...

A la mañana siguiente, mi costado se halla vacío, Karma ya no está.

En su lugar; Una vieja nota se encuentra escrita.

"Perdón, Nagisa.

Pero no puedo hacerlo,

No podemos seguir con esto.

Sé que me amas, y yo también lo hago.

Pero no es correcto.

Lo mejor es que cada quién vuelva a su camino, como antes. Fue un error.

Te amo, y no puedo negarlo.

Ya me he mentido lo suficiente como para ahora también hacerlo con esto.

De todo corazón, te pido que no me odies.

Hace tiempo hable con nuestra madre.

Comentamos la idea de irme al extranjero para continuar mis estudios y mantener un futuro seguro.

Cuando leas esto, yo tal vez ya halla partido.

Desgraciadamente, no puedo llevarte conmigo.

Te amo.

Una vez más, perdóname.

Pero volveré. Así que espérame.

—Karma."

Yo lo amaba. Lo hago con locura. Él dice que me corresponde de la misma forma; Y yo le creó. Porque sé que él nunca ha mentido.

Una vez me dijo que lo más fuerte de él, siempre serían las promesas que haga. Por más pequeñas o estúpidas que sean.

Creó en él y en sus palabras.

Y hoy, quince años después; Me hallo relatando esto, desgraciadamente me encuentro aún esperando su regresó.