Las diminutas gotas de rocío por las mañanas hacen que mi piel se erice, mis labios tiritan debido al frío mientras lentamente tomó algo de calor gracias a mis pasos.
No es una rutina que haga diariamente, sólo cuando necesitó despejar mi mente de los pecaminosos deseos a los cuales me he encaminado.
Y es que, aquel afán no he podido evitarlo.
El ver tan de cerca aquellos bellos cabellos rojos junto a una piel tan blanca que pareciera ser de porcelana, hacían de mi ya mártir en un completo caos aún mayor.
Sé que esta mal; Pero cualquiera con empatía sabría lo duro que fue el dejar de pensar de tal forma.
¿Acaso me equivocó?
En cuanto llegó lo suficientemente lejos, veo hacía atrás y trató de volver por sobre mis pasos.
Pues el sol ya está dando sus primeros rayos de luz. Y si mi madre cae en cuenta de que he vuelto a salir de casa sin su consentimiento, estoy seguro de que está vez, no será un sólo regañó de su parte.
Así que camino. Pero pongo un límite a mi velocidad, ya que tampoco deseó el llegar antes de tiempo.
Pues sé que Karma estará allí.
Esperándome tal vez. Como otras veces ha hecho.
Y yo, de nuevo tendré que contenerme para no lanzarme a por él, para no rodearlo y formar aquel intenso ambiente que hasta ahora he evadido, para no besarlo como desde hace tiempo he añorado...
¿Qué tan normal es el querer a alguien de tu propia sangre?
No me refiero a aquel "Querer" Sólo de familia, mucho menos al "Querer" Normal de hermanos.
Sino a aquel "Querer" De forma romántica. Aquel singular sinónimo que rebosa el significado de Amor.
Yo no lo decidí, aunque tal vez sí pude evitarlo.
Tampoco he descubierto el por qué, pero tampoco es como si me interesará tanto.
Si algo le he querido decir desde hace tiempo, es; "Perdóname, Karma."
Lo conozco bien, así que tal vez me odié después de confesarselo.
Tras cruzar el umbral, me deshago de mis zapatos habituales, los dejó a un lado antes de notar que estos se encuentran húmedos. Suelto un alto suspiró, entonces, notó que mi hogar aún se encuentra en silenció profundo.
Agradezco antes de comenzar a subir a mi habitación, pues ese apagado ambiente me indica que he logrado burlar a mamá una vez más.
Me siento con aires de grandeza y pareciera que ya pudiese trabajar como espía, aunque tal vez este exagerando.
Sin embargo, aquel hecho no lo he logrado con Karma. Pues al abrir la puerta —Como ya me lo había temido.— Él está ahí, sentado al borde de su cama mirando hacía la puerta. Supuse que me estaba esperando, ya que su expresión cambio al verme.
De gesto serio, paso a uno de molestia e intriga.
—¿Dónde has estado?— Pareciera sólo estar molestó sin razón aparente, aunque en cierta forma lo entiendo.
—Sólo he salido a caminar.
—¿A las seis de la mañana?
Su mirada me observa sacarme de encima la chamarra gris que me protegía del viento frío mañanero, luego pareciera presionarme para que le diera una clara respuesta sin titubeos.
Aunque desearía no haber contestado, sus ojos parecieran tener cierto poder sobre mí.
Mis pensamientos se han neutralizado al igual que mis labios se han hecho torpes.
Nuestras miradas se han cruzado.
—Lo siento.
Es lo único que he dicho, sé que le molesta el haberme ido sin siquiera haberle avisado.
Él refunfuña molestó mientras se pone de pie, en su hombro trae su típica mochila azul obscuro. La acomoda antes de dirigirse a la salida de la habitación.
Nuestra habitación.
—¿Irás al instituto?— Preguntó de forma casual. En un vago intentó de remediar el tenso ambiente.
Karma asiente.
—Quedé en hacer un trabajo de grupo, no tardaré. Dile a mamá que estaré aquí máximo a las tres, aunque tampoco prometo nada.
Él me lanza una dulce sonrisa que hace latir mi corazón más rápido de lo usual.
Tan bello... Tan perfecto...
Me es imposible el no perderme en aquellos carmines que cargan sus ojos, tan profundos como la noche... Pero tan cálidos como una manta hecha de Cashmere.
—¡Ah, Karma!— Por instinto es que he actuado.
Por ende, un rápido beso he dejado en su mejilla tras llamarlo, sé que debe de estar confundido, ya que estos actos de mi parte no son si quiera habituales.
Aún así, la diferencia de altura se ha mostrado, tuve que pararme de puntillas para alcanzar su mejilla. No ha sido tan vergonzoso como llegué a pensar.
Pero tampoco su reacción ha sido una como la que tanto llegué a soñar.
No me miró con asco, pero tampoco pareció agradarle mucho mi forma de despedirme. Yo ya había pensado en hacer este paso desde hace mucho tiempo.
Y aunque la realidad no había sido tan buena como la expectativa, me alivio el frágil rojizo que pude vislumbrar unos segundos después.
Yo estaba igual...
—Adiós, Nagisa.
Karma realmente no es muy expresivo.
Suele ser frío y negativo ante algunas situaciones.
Pero también, sus bellas facciones hacen que incluso sus acciones o reacciones negativas, se vean atrayentes e inclusive adorables para la simple vista.
Él me encanta...
Diario recurro al baño de nuestra habitación una vez que él deja nuestro hogar. Hoy tampoco ha sido la excepción.
Dejó correr el agua caliente por sobre mi piel, hasta tocar mi miembro ya erecto, suelo cerrar mis ojos.
Sé que está mal. Pero también es excitante.
Al principio, sólo lo admiraba, Karma era un ejemplo a seguir.
Aunque después, noté que aquello eran sólo capas de mentira que me había obligado a creer para no sonsacar mis verdaderos deseos de lujuria.
Soy un asco, como persona y también como hermano.
El ocultar mis jadeos a veces son intentos vanos, sino fuese por el agua cayendo contra el azulejo, desde hace tiempo que estos toques mañaneros ya se hubieran mostrado a la luz.
Sin embargo, estoy a tan sólo unos pasos de la puerta, a sólo unos metros de la cama de Karma. Pero tampoco es que quiera arriesgarme tanto...
Inconscientemente, muerdo ambos de mis labios, al cerrar mis ojos, trató de concentrarme en el tacto no sólo de las gotas por sobre mi piel, sino también, del dulce movimiento que hacen mis largos cabellos por sobre mis hombros e incluso mi espalda.
Mis manos, dejaron de ser mías desde hace unos minutos.
Ahora, son las de Karma, aquellas grandes y suaves con las que tanto he fantaseado.
Ni siquiera he caído en el momento de cuando he tomado lugar en aquel frío suelo. Pero es estimulante.
—Karma...
Sé que después me sentiré mal, pero ahora; ¿A quién le importa eso?
No quiero parar, este tacto, es reconfortante.
Pero aunque sería mucho mejor que Karma me acompañase, por ahora esto es lo que me basta.
El imaginar su tacto... Su sonrisa mientras me mira en está forma...
Totalmente a su merced...
Añorando en silencio un seductor beso suyo, ya que el besar su mejilla sólo me ha hecho desear más.
Soy un completo desastre en estos momentos...
—Te quiero, Karma...— Sólo son susurros, pero siento que en verdad lo tengo frente a mí.
¿Qué más podría desear además de eso?
Una respuesta afirmativa de su parte tal vez.
Cuando los espasmos se han hecho presentes, mi corazón se ha acelerado con suma notoriedad. Pues he recordado el beso que he depositado en su mejilla hace tan sólo unos minutos.
Me encantaría sentir con más profundidad su piel, sus manos por sobre mi cuerpo, tocándome a su antojó... Aunque sea sólo una noche, un; "Te quiero, no sólo como hermanos." Es lo que tanto sueño.
Y ahora, aquella frase es lo que ha hecho a mi semilla brotar.
La cual, ha sido llevada con el agua a su paso.
—También te quiero, Karma...
Momentos después, avergonzado es que le he cerrado al grifo de agua ahora tibia.
Recargó mi frente en una de las paredes, evitando mirar mi reflejo en el espejo que ahí mismo se encontraba. Suelto un bajo suspiró mientras cierro mis ojos por un momento.
Tal vez él no me ve como yo a él...
Mucho menos ha pensado en mí de otra forma que no sea en una relación de hermandad.
Ojalá pudiera saber el cuánto es que esto me daña...
¿Por qué tuvimos que ser hermanos?
Al final, esto es sólo una relación enfermiza, una que, aunque ni siquiera a comenzado, ya ha llegado a su fin.
