Carta de Lana
Por TomasAlpha98
"La primera vez que lo ví me pareció un chico lindo y simpático. No podría decir que en ese entonces me gustaba, pero cuando él decidió unirse a la escuela pokemon pensé que sería divertido tener un amigo más como mis amigas Lillie y Mallow.
Pasaron los días y poco a poco iba descubriendo su personalidad. Sentí admiración y curiosidad al ver que a él le gustaba mucho a los pokemon. Nunca conocí a alguien que tuviera ese entusiasmo y aún más esa pasión por las batallas pokemon. Cuando lo vi pelear al lado de Kiawe contra esos chicos malos del team skull o cuando tuvo su pelea contra Tapu Koko, nuestro guardián de Melemele, supe que él era fuerte, muy fuerte.
Cuando estábamos en clase, había ocasiones en donde yo platicaba con él a solas y nos estábamos conociendo mejor. Sentí confianza y seguridad al estar a su lado, no se por qué. Tal vez por que descubrí que ese chico era de confianza".
—¡Lana! —gritó mi madre desde la cocina y es en ese momento en que dejo de escribir y poso el lápiz y el papel sobre la mesa. Lo que estaba haciendo era una carta para mi misma. Lo sé, suena como algo patético, pero la verdad es que es un buen ejercicio para liberar algunas cosas que uno quisiera decir. La idea fue gracias a mi madre, que por cierto, tengo que ir a verla.
—¿Que sucede? —le pregunté al verla y ella volteó para verme. Ella sonrió al verme y me preguntó:
—¿Te gustaría aprender a hacer chocolate? —No me esperaba esa pregunta, tal vez por que mañana es el día de San Valentin y mi mamá quiere aprovechar para enseñarme a cocinar. Es lindo por parte de ella, pero no estoy segura si yo estoy hecha para esto. A mi me gusta pescar, pero dudo mucho que pueda regalar pescado en el día del amor y la amistad.
—¡Claro! —dije animada. Y así fue como mi madre me enseño. Mientras preparamos el chocolate, ambas platicamos. No era nada importante o algo por el estilo, solo pasábamos tiempo de madre e hija y era feliz hacerlo.
No tardamos más de una hora, y una vez terminado, fui a mi habitación para seguir escribiendo mi carta, pero al momento de entrar encuentro algo feo: ¡Mis hermanas estaban leyendo la carta!
—¿¡Que rayos están haciendo!? —dije sonrojada a más no poder. Me acerqué a ellas rápidamente para quitarles la carta.
—Encontramos esta carta —dijo Sarah inocentemente sin entender lo que pasaba
—¿Se trata de tu novio? ¿Te gusta? —me preguntó Harper igual de inocente que su hermana y eso causó que me avergonzara más.
—¡Primero no es mi novio! ¡Segundo no me gusta! ¡Y por último, no lean lo que no es suyo! —dije reprochandolas. No me gustaba que ellas se metieran en mi vida privada, sé que no lo hacen con malas intenciones, pero deberían madurar un poco y saber que no es bueno inmiscuirse en cosas ajenas.
Mis hermanas dejaron la habitación dejándome sola. No sabría si dejar o seguir escribiendo. Aún quería contar más cosas por ejemplo el día en que me ayudó a buscar a Popplio o de la vez que le conté mi sueño de bucear por todo el mar con las burbujas de Popplio.
—Creo que debo escribir más —me dije a mi misma mientras me sentaba y tomaba el lapiz y el papel. Busqué entre mis recuerdos, pero nada se presentaba. Pasaron unos 10 o 15 minutos sin haber escrito algo. Incluso llegué a juguetear con el lapiz entre mis labios con el fin de tener algo que escribir.
"Me gustaria pasar más tiempo con él".
Casi como por arte de magia, había escrito una ultima cosa más. Miré la punta del lapiz donde se ubicaba en el final de la oración. ¿En serio mi mano lo había escrito?
—Bueno, quemaré la carta más tarde. Asi que supongo que eso no importa —pensé en voz alta mientras leía nuevamente la carta en voz baja y detenidamente.
—¡Hermana! —el sonido me asustó para luego darme cuenta que eran mis hermanas nuevamente. Antes de que ellas pudieran verme, escondí la carta entre las paginas de mi libreta, bueno, no es como si ellas ya supieran del contenido de mi carta.
—¡Tienes llamada de tu novio! —dijo Sarah avisándome felizmente. Me sonrojé nuevamente, parecía que lo hacían aproposito simplemente para divertirse de mi. Sin embargo, no entendí hasta que me di cuenta: ¿¡Ash me estaba llamando?!
Corrí para atender el teléfono y con algos de nervios, contesté tímidamente:
—¿Que ocurre, ash? —pregunté mientras jugueteaba con los cables del teléfono. Se sentía tan extraño escuchar su voz tan cerca.
—¡Alola, Lana! —saludó enérgicamente— ¿Recuerdas que mañana es el día de san valentin y en la clase nos pidieron que formáramos parejas? ¿te gustaría que tu y yo formáramos una?
¿Escuché bien? ¿Ash me estaba pidiendo que fuera su pareja para la clase? ¿Que debía decirle? No se me ocurría nada.
—¡¿Y-yo...?! —tartamudeé demasiado, creo que no me entendía, tenía que buscar algo que decir y rápido— ¿Y q-que me dices de Li-llie o Ma-maallow? ¿N-no las i-invitaste a ellas?
—Iba a hacerlo, pero cuando las llamé me dijeron que se sentían muy mal, que no iban a venir mañana y me dijeron que te preguntara a ti.
Algo me decía que ellas precisamente no estaban enfermas, pensé incredulamente, creyendo que no me iba a dar cuenta, pero al parecer Ash si les creyó.
—¿Y bien? —dijo Ash esperando mi respuesta y es que no sabría que decir. ¿Tambien debería decir que estoy enferma? Me sudan las manos y tengo fiebre en mi mente, técnicamente no le estaría mintiendo. No es que me disgustara ser su pareja, es que me aterra la idea de enterarme que tal vez yo no soy lo que esperaba. No sé, tal vez él vea que no soy divertida o le parezca rara. Cuando estaba por negarle la propuesta recordé lo último que había escrito en mi carta.
"Me gustaría pasar más tiempo con él".
—¡S-si! —dije con un tono de volumen alto, más de lo que debería ser.
—¡Genial! —exclamó Ash con alegría, me hizo feliz ver que a él tambien le entusiasmaba— No puedo esperar a que sea la clase de la mañana.
Con eso terminamos la llamada y sin darme cuenta estaba sonriendo tontamente, quedé así por unos momentos hasta que recobré la compostura y fui a mi cuarto. Tenia ganas de escribir lo que acaba de pasar en mi carta, pero una amarga sorpresa me golpeó abruptamente.
—¡La carta no está! —grité mientras llevaba mis manos hasta el rostro. Busqué y busqué sin tener éxito. Hasta que pensé que esto era obra de mis hermanas. Realmente odio que se metan en mi vida personal.
—¡¿Donde está?! —fue lo que les pregunté al momento de verlas. Ellas estaban en la sala viendo un programa infantil pokemon.
—¿Donde está "que"? —fue lo que me respondió Harper
—Nosotras no hemos visto una carta —acompañó Sarah, pero ese fue su error.
—En ningún momento mencioné una carta —dije de brazos cruzados mientras veía que Harper le daba una palmada como si de un castigo hacia Sarah se tratase.
—Nos atrapaste —dijo Harper y luego Sarah intervino—: ¡La escondimos y no la volverás a ver hasta que seas honesta con tu novio y le digas tu misma lo que ocultas en esa carta!
—¿¡Pero que?! —¿de donde habían sacado tremenda idea? Y casi como si fuera ironía de la vida, escucho algo proveniente del televisor.
"No volverás a ver tu diario si no eres honesta con tus amigos y les digas tu misma lo que ocultas en tu diario"
—Ya vi porqué...—dije irónicamente mientras descubrí la respuesta por mi misma. ¿Que clase de programas ven los niños hoy en día? Bueno da igual, lo importante era recuperar la carta— Escuchen. Si me devuelven mi carta, les daré dulces a cambio.
—¡Dulces! —dijeron y casi iban a buscarla para traérmela, pero nuevamente un dialogo de un personaje resonó en la sala.
"No nos comprarás tan fácilmente. Preferimos la verdad antes que un bien material".
—Olvídalo, hermana. No nos comprarás tan fácilmente. Preferimos tus sentimientos antes que los dulces —dijeron ambas al unisono y yo no podía creer lo ridículo que se estaba volviendo la situación. Primero apagué la televisión, así mis hermanas ya no se verán influenciadas y solo faltaba volver a convencerlas de que me regresaran lo que es mio.
—Si me regresan la carta, les daré el chocolate que hice con mamá hace rato —mis hermanas lo pensaron unos segundos y en menos de lo que canta un Pikipek obtuve mi carta de regreso. Nuevamente la volví a leer y pensé que ya había descargado todo lo que tenía adentro y rompí la carta para darle fin al ejercicio.
Llegó el día de San Valentin y tal como acordamos ayer, yo sería la pareja de Ash para la clase especial de San Valentin. La clase consistía en una clase de natación con los Luvdisc, y que las parejas tendrían que intentar nadar con ellos.
—¿Estas nerviosa? —me preguntó Ash. Nosotros estábamos en traje de baño mientras veíamos al profesor Kukui traer una pecera con Luvdisc.
—Solo un poco... —le respondí tímidamente.
—Clase, pongan atención —comentó nuestro profesor llamándonos la atención —. El ejercicio consiste en que ambos integrantes tendrán a este ejemplar con forma de "corazón". Lo que tienen que hacer es que cada uno nadara desde el extremo de cada lado de la piscina hasta el centro con su Luvdisc. Una vez en el centro van a intercambiar su Luvdisc con el de su compañero. Lo especial de este ejercicio es para observar y analizar a este curioso Pokémon que tiene buena corazonada para las parejas.
—¿Te importa si hacemos una demostración? —dijo una voz que apareció de la nada y resultó ser la profesora Pimpinela. Ambos profesores, quienes ya estaban preparados para entrar al agua, empezaron a hacer el ejercicio de la clase. Fue sorprendente ver como los Luvdisc nadaron sincronizadamente y se intercambiaron sin problemas. ¿Eso quiere decir que el profesor Kukui y la profesora Pimpinela serían una bonita pareja?
—Espero que hayan observado bien —dijo el profesor Kukui— El Luvdisc es una especie pokemon muy perspicaz. Por algo es muy común que estos sean regalados entre las parejas.
Pasaron primero Kiawe y Sophocles, quienes pasaron con sus respectivas parejas, pero no les fue muy bien que digamos, ni siquiera los Luvdisc los siguieron.
—¡Que mala suerte! —dijo el profesor Kukui— Los Luvdisc tienen un buen sentido para percibir la confianza de las personas.
—¡intenten romper el hielo con su compañero —les aconsejó la profesora Pimpinela, pero aún así fracasaron mis compañeros que ni siquiera pudieron llegar al centro con los Luvdisc.
Ya era nuestro turno. Estaba nerviosa, yo me puse de un lado de la piscina y Ash en el otro extremo. El profesor Kukui dio la señal y empezamos a nadar.
Por un lado me gustaba nadar con los pokemon de tipo agua. Nadar con Luvdisc sería un honor para mi, pero mi sorpresa fue que el Pokemón no me estaba siguiendo. Dejé de desplazarme y me quedé mirando al Luvdisc.
—¿Que ocurre, Luvdisc? ¿Por que no me sigues? —le pregunté con tristeza. No sabía que era exactamente, pude pensar varias cosas, tal vez seria por que mi inseguridad o tal vez no era la indicada para Ash. Iba a rendirme, iba a darme por vencida...
—¡Tu puedes, Lana! —era Ash quien me animaba desde su lado, su Luvdisc lo venía acompañando. No me sorprende, ya que Ash siempre ha sido muy bueno con los Pokémon, era obvio pensar que él lo conseguiría, pero yo...— ¡No tengas miedo! ¡Confio en ti!
Aquellas palabras de animo hicieron que volviera a intentarlo. No podía fallarle y no quería hacerlo. Empecé a confiar en mi y nadé, tal vez eso hizo que mi Luvdisc me siguiera. Pude escuchar las palabras de mis compañeros quienes se emocionaron por ver como iban las cosas.
Los dos habiamos llegado al centro, pero nuevamente algo nos impedió realizar el ejercicio: ¡Los Luvdisc no se intercambiaban!
—¿Que hacemos? —preguntó Ash, pude ver la frustración en su rostro. Se nota que él no sabía que hacer... ni yo tampoco.
¿Por qué pasaba esto? Logramos pasar el comienzo, pero al final todo siguió igual. ¿Que era lo que faltaba? Recordé las palabras del profesor: "El Luvdisc es una especie pokemon muy perspicaz" y tambien recordé lo que dijeron mis hermanas: "sé honesta".
¿Honestidad? ¿Eso era lo que Luvdisc percibió de mi? De ser así, entonces... ¿de que debería sincerarme? recordé lo que escribí en mi carta.
"Me pareció un chico lindo y simpático".
"Supe que él era fuerte, muy fuerte".
"Sentí confianza y seguridad al estar a su lado".
Todas esas razones son reales, pero no creo que se tratase de eso. Debe de haber algo más y es cuando recordé lo último que escribí.
"Me gustaría pasar más tiempo con él".
—¡Ash...! —grité, pero no pude hablar bien por que me entró un poco de agua en mi boca— Hay algo que tengo que decirte. Me pareces una persona increíble, eres un entrenador fuerte y confiable. Me gustaría aprender más de ti... —tomé una pausa para hablar bien, después de todo ambos estábamos nadando y no podíamos hablar con normalidad. Lo último que diría lo diría con mucha fuerza —¡Y para ello me gustaría pasar más tiempo contigo!
¿Lo dije? Por supuesto que lo dije y se siente... ¿bien? A pesar de que estaba en el agua, me sentía aún más ligera. Es como si me hubiera liberado de una gran carga. De repente unas palabras me sacaron de mi trance.
—¡Por supuesto, Lana! ¡A mi también me gustaría pasar más tiempo contigo! ¡También me pareces increíble! —dijo Ash dándome una respuesta y mi corazón se alegró. A pesar de que estaba en el agua sentí un inmeso calor en mi cuerpo. Y para nuestra sorpresa, mi Luvdisc se pasó con Ash y su Luvdisc pasó a mi lado. ¡Se habían intercambiado!
—¡Felicidades Lana! ¡Felicidades Ash! Ambos superaron el ejercicio —dijo el profesor Kukui y así es como terminó la clase especial de San Valentin. El resto del día transcurrió con normalidad hasta llegar a mi casa.
—¡Llegaste hermana! —dijeron Sarah y Harper dandome la bienvenida. Las abracé y las acaricie y ellas notaron algo de mi —¿Te ocurre algo, hermana?
—No es nada. Solo que quisiera darles las gracias por hacerme darme cuenta que quizás lo mejor es decir lo que uno siente. Claro, las cartas ayudan, pero es mucho mejor hacerlo directamente —les dije explicándoles lo que ellas me habían enseñado, pero al momento de terminar ellas intercambiaron miradas y luego una sonrisa apareció en sus pequeños rostros.
—¡¿Se lo contaste a tu novio?! —dijeron al unisono. Luego habló Harper—: ¿entonces ya se van a casar? —después habló Sarah—:¿cuantos hijos van a tener?
En verdad, ellas son expertas en hacerme sonrojar y antes de hacer o decir algo. Miré detrás de ellas de reojo y miré que estaban viendo la televisión, específicamente el mismo programa del día anterior. Así que con la máxima tonalidad rojiza que pude tener, les grité:
—¡Dejen de ver ese programa!
Fin
Notas del autor:
¿Les gusta el día de san valentin? Pues a mi no :v nah es broma. Pero la neta aprecio este día más bien por la persona a la que se conmemora que del significado en sí. Osea, a un sacerdote le vale verga seguir ordenes y casa a las personas a pesar que eso le costara la vida. Es inspirador. y más por la parte de no seguir ordenes xD.
Si gustan ver más contenido mio visiten mi canal loquendero. Subo gameplay loquendo del mario maker 2.
