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—Marzo uno, Once con diez de la noche. Hogar de Nagisa.—

Mi mente estaba pérdida. Sus labios se movían, pero yo no escuchaba palabra alguna.

Un gran eco lleno de vacío opacaba mi mente.

Karma sonreía mientras hablaba, lo miraba, al parecer sin expresión alguna.

Su dedo índice recorre la hoja de un libro de estudió; Delineando con suma lentitud las oraciones ahí presentadas mientras al parecer, me explica algunas cosas que él considera importantes.

Trató de ver el libró, trató de concentrarme, pero al hacerlo, mis ojos comienzan a sentirse pesados y cada vez me cuesta un poco más de trabajó mantenerlos abiertos.

De vez en cuando cabeceó.

Esto... Es aburrido.

Mis ojos son tallados por mi antebrazo para evitar perderme por completó en aquella plácida y cómoda nube del sueño.

Trató de convencerme una vez más de que esto acabará rápido, quiero dormir, eso es lo único en lo que mi mente se puede concentrar por ahora.

Bostezo, dos, tres, hasta casi cuatro veces de manera seguida. Al mismo tiempo, trató de no hacer aquéllos bostezos tan obvios para Karma; algo difícil, ya que él me voltea a ver de vez en cuando para cerciorarse de que le estoy poniendo suficiente atención, la cuál, él realmente necesita.

Decido apartar mi vista del libro y la dirijo hacía Karma.

Sus labios se mueven en sintonía, aún sin verme, puedo ver el egocéntrico brillo en sus ojos que lo caracteriza, aquel brillo de los mismos que provocan temor, pero de alguna manera pueden transmitir gran confianza a la vez.

Me gustan.

Su piel es pálida, pero al sentirla, es más cálida de lo que uno se podría esperar.

Y al recibir un abrazo de su parte, es como si una gran manta te acobijara haciéndote entrar en calor de manera inmediata.

Me gusta.

—Nagisa.— Su voz es distante para mi.

He dejado caer mi cabeza de manera lenta hacía la mesa de cristal mientras mis manos han formado una almohada de improvisación para a penas recargarme y no sentirme tan incómodo en el frío que el cristal trasmite.

—Nagisa.— De nuevo lo escuchó.

Como respuesta, de mis labios salió un leve gemido, dándole a entender de esta manera que a pesar de todo, le trataba de poner atención.

—Si tenías sueño, debiste haberlo dicho antes, ¿Tienes idea de cuánto me duele la garganta por tanto hablar?— Karma tomó de mis hombros, y aplicando algo de fuerza trató de levantarme para al menos quedar un poco enderezado. —Vamos, te llevaré a tu habitación y luego me iré. Ya es bastante tardé, mi madre debe de estar muy enojada por incumplir el horario que ella me indicó.

Karma buscaba una manera de poder cargarme sin hacer tanto alborotó mientras movía algunos libros y hojas de papel que habían quedado en el suelo.

Mi espalda estaba levemente rozando su pecho, Karma, al moverse demasiado, hacía que cada vez más, mi cuerpo fuera bajando hasta casi dar con sus piernas.

—¿De verdad estás tan cansado?— Tomó de mi espalda para evitarme el caer por completó. Mi cabeza había quedado recargada en su brazo, tal como si se tratará de un niño pequeño. Su mano estaba totalmente abierta tras mi espalda para darme un mejor soporte.

Asentí ante su pregunta en un movimiento a penas perceptible, realmente me sentía agotado.

—Vamos.— soltó una leve risa por lo que pude escuchar.

En su mente de seguro se esta burlando de mi, pues no puedo si quiera abrir un poco mis ojos.

Su mano sobrante pasa por debajo de mis piernas seguido de su brazo.

Al acomodarse y sujetarme con firmeza, se ayuda a si mismo a levantarse recargandome un poco en su rodilla.

Inmediatamente siento el leve impulsó hacía arriba.

Indicándome que Karma se ha levantado y comenzado a caminar con dirección a mi habitación.

El sonoro sonido de sus pisadas, me hacen mantenerme despierto y alerta de cierta manera.

Sus manos son bastante cálidas, una de las mías pasa por alrededor de su cuello para sostenerme mejor.

A él parece no molestarle.

—¿Mañana quieres que vuelva a venir?— Habló de manera leve, parece que a pesar de todo, no quiere irrumpir tanto en mi comodidad con el sueño.

—Si, ven... por favor...— Me aferró más a su cuello en un último intento de acercarme más a él.

Antes, he abierto mis ojos como pude, viendo de manera muy borrosa una risa juguetona en sus labios.

Inmediatamente, me pierdo en mi mente, he dejado de escuchar las pisadas de Karma, su respiración e incluso su presencia.

Solo hay un gran silenció envolviendo mi entorno.

Uno...

Dos...

Tres...

Cuatro...

Los segundos pasan siendo marcados por un TIC TAC que poco a poco puedo escuchar con más claridad.

De manera lenta, todo se ilumina de nuevo, me siento mejor y no me cuesta abrir mis ojos por completó.

—Nagisa...— De nuevo... La voz de Karma atraviesa mis oídos de manera fugaz.

—¿Karma?— Doy media vuelta con esperanza de encontrarlo. —¿Dónde estás?

Vuelvo a preguntar.

Mi vista recorre el lugar, no encuentro si quiera un rastro de Karma, por más que buscó, me veo envuelto en una gran manta de tono blanco que tal parece, no tener final.

Escuchó una leve risilla juguetona.

Una risa que caracteriza bastante a Karma.

—Estoy aquí, Nagisa.— Siento un leve peso en mi hombro que me hace voltear de manera casi inmediata. Pues he tardado un poco en reaccionar como se debe.

Al voltear, Karma esta frente a mi, su mano estaba posada en mi hombro, y he notado que el blanco del lugar había cambiado.

Estábamos en... Mi habitación, ambos sentados en la cama, Karma parecía confundido, pero se mantenía con una leve risa delineando sus labios.

—¿Ha pasado algo? Te veo confundido.— Pregunta.

Karma toma de mis manos, las envuelve con las suyas por unos segundos regalándome un poco de su calor corporal.

—No... Es solo que... Me he sentido extraño por unos segundos.— Sonrió, tratando de hacerle ver que todo esta bien. —Pero tranquilo, ya todo paso, sabes que estando contigo... Siempre me siento seguro.

Él sonríe para luego dirigir mis manos a sus labios. Karma amablemente deposita un beso en estás, uno que ha durado menos de un segundo.

—Me alegro, Nagisa.— Toma de mi mejilla con una de sus manos mientras que la otra aún sujeta una de las mías.

—Estás sonrojado, ¿Acaso estás avergonzado?— Con su pulgar comienza a dar leves caricias a mi mejilla de manera lenta. Es muy amable.

—Tú eres quien me hace sentir así.— Trató de verme ofendido, aunque como respuesta, solo obtengo una gran y sonora carcajada de burla.

—Si, claro, siempre soy yo.— Karma acaricia mis cabellos, los revuelve un poco al hacerlo.

—Tonto.— Sonrió, me acercó a él y me aferró a su cuello envolviéndolo con ambos de mis brazos.

Inmediatamente, él me corresponde, sus dos brazos envolvieron por completó mi cintura, aplicando la suficiente fuerza para mantenerme cerca de él, pero no la necesaria para hacerme algún tipo de daño.

—Pero soy tuyo, ¿No?— Una de sus manos sube y baja por mi espalda de manera lenta, es... Una sensación agradable la que me ocasiona.

Al hacer ese movimiento, de vez en cuando, sube un poco parte de mi playera para luego dejarla caer de nuevo, aquel movimiento, daba la libertad de que el aire helado, pasará hasta recorrer por completo mi espalda y me ocasionará un pequeño escalofrío que me hacía tensarme.

—¡Karma!...— Él ha pasado una de sus manos por debajo de mi camisa en un movimiento rápido e inesperado.

Sus manos son frías, muy frías.

—¿No te gusta?— Se separa un poco de mi. Me mira con una leve sonrisa de satisfacción.

Sus dedos comenzaron a marcar leves caricias por toda mi espalda formando líneas invisibles e incomprensibles aún en el tacto.

No paso mucho para que tanto mi espalda como su mano, retomarán un poco de calidez, que por supuesto, era mucho mejor.

—No es eso... Es solo que...— Mi voz a sido interrumpida, un fuerte y sonoro golpe nos ha hecho voltear hacía la puerta.

Todo volvió a ser un gran silenció acompañado de incomodidad.

Finalmente... Desperté.

Mi corazón latía rápido, sentía mi respiración muy pesada, y al posar una mano por sobre mi pecho... Sentí el claro palpitar de mis sentimientos a un ritmo acelerado.

Cerré mis ojos y me permití suspirar de alivió.

Aquel sueño... Había sido un poco diferente a los demás.

Usualmente, siempre despertaba, antes de que algo así llegará a pasar pero ahora... Habían pasado más cosas realmente... Agradables.

Sonrió un poco apenado de mi pensamiento, veo a mi alrededor y procedo a apartar las sábanas de encima mío.

Inmediatamente, una pequeña hoja de papel cayó de las mantas, es cierto... Karma fue muy amable al traerme a mi cama anoche.

—"Nagisa, antes de irme me tome la libertad de hacerte algo para desayunar, todo lo dejé en la nevera, solo debes de calentarlo, no sé si te guste, pero hice lo mejor que pude. Guarde tus cosas e incluso preparé tu uniforme..."— Sonreí instintivamente de manera cálida. —"...A propósito, ¿Qué estabas soñando?"

Sentí en mis mejillas, un leve cosquilleo seguido de una gran vergüenza al recordar lo que había soñado.

Acaso... ¿actúe de manera extraña mientras dormía?

Aún con el leve sonrojó, doblo la hoja y la guardó en uno de los bolsillos de mi pantalón.

Suspiró.

Esto... Es vergonzoso.

Aún con el leve cosquilleo en mis mejillas, decido dirigirme al baño.

Mis pies están descalzos, y al pisar el frío suelo, puedo sentir con claridad algunas partículas de polvo, que con el paso de mi caminó, se han quedado en la planta de mis pies ensuciándolos un poco.

Inmediatamente me dirijo al espejo, al ver mi reflejo, notó de manera inmediata, unas leves ojeras formadas en la parte baja de mis ojos, unas cuantas manchas de saliva seca alrededor de mi boca, y al parecer, mi cabello se encuentra enmarañado por completó, grandes bultos se encuentran en mi cabeza, siendo lo más voluminoso de mi en ese momento, dan una leve apariencia de una rata situada en mi cabeza.

Dispuesto a tomar un baño rápido, comienzo a quitar rápidamente mi ropa para después dirigirme a la parte central del baño, justo dónde se encuentra la regadera.

Como Karma había dicho, pude observar mi uniforme completamente arreglado en un gancho, justo en un tubo dónde las toallas estaban situadas.

Tras diez minutos, dónde solo podía escuchar las gotas de agua cayendo contra el suelo del baño y solo podía sentir los latidos calmados de mi corazón, tomé mi uniforme, el cuál Karma había arreglado solo para mi.

Tomó unas cuantas cosas, libros y un jugo de naranja que he guardado el día anterior. Justo cuando llegué a casa con Karma para estudiar.

Salí de casa, no sin antes cerrar la puerta con seguro, luego, me encamino hasta la estación de tren más cercana a mi casa.

En mi caminó, de vez en cuando me encuentro con alumnos que asisten al mismo instituto, pero... con la única diferencia de que ellos asisten al edificio central.

Así que no me hablan, ni siquiera me han mirado por curiosidad.

Algunos susurran cosas, por lo que logró escuchar, son de mi y de los demás alumnos de conforman la clase E.

Pero he decidido no tomarles importancia, se creen más importantes y superiores a nosotros, si es así, esta bien, no hay por que discutir por algo que yo creo, no vale la pena.

—Nagisa, buenos días.

Al subir la montaña para ir a clases, me encuentro con Kayano, su humor es el de siempre, alegré y amable, pero he notado algo diferente en ella el día de hoy.

—Kayano, ¿Por qué has dejado tu cabello suelto?— Preguntó con suma curiosidad. Ciertamente no se veía nada mal con ese estilo de cabello, pero prefiero sus coletas, me hace sentir mejor al ver que no soy el único al tener un peinado así.

Ella toma una de las puntas de su cabello y lo mira por unos segundos.

—No lo sé.— Contesta. —Pero de lo que si me acuerdo es que pensaba en alguien cuando decidí dejarlo de esta manera cuando desperté hoy en la mañana.

Me vuelve a mirar, e inmediatamente un ligero sonrojo ha aparecido en sus mejillas.

—¿Quién es esa persona?— sonrió de manera cálida.

Tratando de hacerle saber, que puede confiar en mi a pesar de todo.

—¿En verdad quieres saber?— Se nota insegura.

Sin mencionarlo, o tan siquiera notarlo, ambos hemos llegado al salón de clases, no hay muchas personas aún, solo unas diez por lo que noté, entre ellos, Karma.

Al notar mi presencia, él me mira para después sonreír.

Mis mejillas han tomado un tono carmesí.

Lo puedo decir con seguridad, ya que he vuelto a sentir aquel cosquilleo en las mismas.

—Claro que quiero saber, Kayano.— Comentó al tiempo que dirijo mi mirada hacía ella.

Por su parte, puedo ver que Kayano se pone aún más nerviosa, sus ojos recorren toda el aula en busca de algo o alguien.

—Allá.— Trata de señalar un lugar en específico sin ser tan obvia, ese lugar se encuentra justo a mis espaldas.

Doy medía vuelta, al hacerlo, notó que en todos esos segundos ha estado señalando un lugar que aún se encuentra vacío.

Tal parece que es el de Nakamura.

—Ella... Es... Ella.— Vuelve a hablar. De nuevo e dirigido mi mirada hacía Kayano. —Nagisa... Por favor, no se lo digas a nadie.

Kayano esta sonriendo, parece que se ha quitado un peso de encima y se ha quedado más tranquila al confesarme aquello.

—Nunca lo haría.— Le devuelvo una pequeña sonrisa de calidez.

Luego, cada quién toma su propio caminó para dirigirse a su asiento respectivo en la clase.

Las horas pasan siendo bastante aburridas... Tal como se ha hecho costumbre las últimas semanas.

—Marzo 2, Dos con tres de la tarde, hogar de Nagisa.—

—¿Lo has entendido, Nagisa?— Karma me ha vuelto a explicar las cosas que ayer no pude entender del todo.

—Si, gracias Karma, al menos aprobaré con un ocho, o bueno... Eso esperó.—Una risa nerviosa se ha posado en mi rostro.

Karma río de manera leve al escucharme y se ha recargado por completó en el respaldo del sillón. Este mismo soltó un leve rechinido cuando lo hizo.

—A propósito, ¿Qué es lo que hablabas con Kayano hoy en la mañana?— Llamó mi atención una vez que callo su risa, tal parece que ha tomado un tono de voz algo serio.

—Nada serio.— Me puse de pié y tome mis libros para guardarlos en un estante a un lado de la televisión.

—¿En serio? Yo la note algo extraña, como... Preocupada, algo así, no sabría como decírtelo correctamente.— Al dirigir mi mirada de nuevo hacía él, notó que ha tapado sus ojos con su antebrazo para luego dar un leve suspiró.

—No, no es nada de eso, es más, al decirme...— Fue... Cuando recordé aquéllas últimas palabras de Kayano, ella no quiere que le diga a alguien sobre su atracción hacía Nakamura. —Ella... Esta más tranquila ahora.— terminé de hablar no muy confiado de mis palabras.

Karma soltó un comprensible gemido, el cuál me da avisar que me ha entendido a la perfección.

—¿Te dijo que le gustas o algo así?— Notó un fallido tono de burla en sus palabras.

Ese cosquilleo volvió a mi en cuestión de segundos... Karma... Solo él me hace sentir así.

Pero... Me gusta, sentir esa sensación, es muy agradable y satisfactoria para mi.

—¿Qué? ¡No! No ha sido nada de eso, bueno... Si me dijo la persona de la que gustaba, pero créeme, esa persona no soy yo.— Vuelvo a tomar asiento a su lado, tomó de su brazo y lo apartó de su mirada para que me vea de nuevo.

—A mi... Me gusta alguien más.— Comentó por último, totalmente serio.

Mi voz tal vez puede sonar confiada, pero en mi mente, no dejo de preguntarme si lo que he dicho a estado bien para esta ocasión, de igual manera, mi estómago se revolvía más con cada segundo que pasaba.

Temeroso, sería mi descripción para mis sentimientos en conjunto.

—Entonces...— Karma comenzó a hablar. —...¿Quién te gusta?

Tragó saliva sin ser muy ruidoso en mi acto.

Ahora, ¿Qué se supone que deba decir?

—Karma yo... Bueno, en realidad no sé...— Desvío mi mirada totalmente apenado e inseguro. —En realidad, no tengo a alguien en específico... Más bien... He pensado en una persona... Incluso... He soñado con la misma, pero... Creo que él nunca debería de enterarse, si llega a saber la clase de sueños que e tenido con él... Es seguro que se alejé de mi al instante y yo... Eso es lo que menos quiero, tenerlo alejado... Supongo que sería una de las peores cosas que me pueden pasar...

Imitando a Karma, me recargo de llenó en el respaldo del sofá, igualmente mi mirada, queda viendo directo hacía el techo.

—¿Él? Ya veo... Así que es un chico. No es tan malo como pensé.— Al escucharlo, he cubierto mis ojos con ambas de mis manos.

No había caído en cuenta de que yo mismo le había dicho el género de aquella persona.

Si tan solo karma supiera que en realidad es él con quién he soñado... ¿Cuál sería su reacción?

Seré... Más cuidadoso con mis palabras.

—Y tú Karma, ¿Gustas de alguien?— Decido preguntar, quisiera... Hacerlo sentir igual como él lo ha hecho conmigo sin saberlo.

—Bueno... Si te digo que siento una atracción hacía mi mejor amigo, ¿Qué pensarías?— Su voz ha sonado sería, más de lo que normalmente es.

—En realidad, Karma, no me importaría en absoluto.— Él me voltea a ver con cierta sorpresa notable en su rostro. —verás, eres un amigo muy preciado para mi, así que tampoco le daría importancia a tu orientación sexual, mientras seas feliz con esa persona, es más que suficiente para mi, y mientras él te sepa dar tu lugar, te respeté y te sea fiel... Lo demás no importa. ¿Acaso no piensas igual?

Lo miró al tiempo que le dedicó una cálida sonrisa, una, que él solamente ha visto.

—Nagisa...— Me sonríe de vuelta con la misma sinceridad que yo le he dedicado. —Gracias, en verdad.

Posa su mano sobre mis labios, cubriéndolos por completó. Un poco confundido, lo miro detenidamente a sus ojos.

El verlo... Hace mi corazón latir con suavidad.

Puedo sentir su respiración un poco más cerca de la mía, él... Ah besado su propia mano mientras aún esta cubriendo mi boca.

—¿Karma?— Trató de alejarme un poco, pero al intentarlo, su mano sobrante se ha dirigido a mi nuca, impidiéndome así... El paso a alejarme.

Comienza a remover su mano con lentitud, poco a poco aparta su mano de mis labios, inmediatamente vuelvo a sentir la corriente de aire frío contornear los mismos, pero el frío no ha llegado a la parte central de estos, los labios de Karma sobre los míos... Impiden el paso, y en cambió, me envuelven y sumergen en una gran calidez.

Sus ojos están cerrados... Así que he decidido hacer lo mismo.

Me aferró a su camisa, esto... ¿Es otro sueño? O acaso... ¿Realmente estoy teniendo la oportunidad de sentir el calor corporal de Karma en la vida real?

Sus manos se dirigen a mi cintura, sin notarlo de manera inmediata, me he acercado más a Karma de lo que debería.

Mis piernas tiemblan, no estoy seguro de que hacer en un momento como este... Solo... Dejarme llevar.

Es Karma, así que... Esta bien.

Sus manos pasan por toda mi cintura, contorneandola por sobre mi ropa, de vez en cuando, sube y baja sus manos por mis costados, me hace sentir aquel cosquilleo tan anhelante que siempre deseé.

Una de sus manos baja hasta mi pierna, comienza por acariciarla pero luego su dedo índice a comenzado a trazar leves líneas que tal parecen son incomprensibles.

"te"

Puedo descifrar tras un par de segundos, Karma hace líneas tan delicadas en mi pierna, que me causan un gran sentimiento dentro de mi.

"amo"

te amo

Mis ojos se han abierto con notable sorpresa al entender por completó aquellas líneas.

—Karma...— De nuevo a impedido mi escape de sus labios, toma con algo de brusquedad mi nuca y me acerca con bastante necesidad hacía él.

Con su otra mano, aún sostiene mi cintura, aplica un poco de fuerza a su agarré para acercarme más a su cuerpo, claro, si es que aún era posible.

De nuevo suelta mi nuca y su mano se dirige de a mi mejilla, vuelve a dar leves caricias que me hacen sentir totalmente perdido en una nube de sentimientos indescifrables.

Sus dientes muerden mi labio inferior con la suficiente fuerza para poder abrir mis labios y sacar un leve quejido, inmediatamente, su lengua se ha introducido a mi boca sin previo avisó, obligándome a usar la mía para seguirle el pequeño juego que hemos empezado.

Esto... ¿Realmente está bien?

Me abrazo al cuello de Karma con ambos brazos, esto... Se siente realmente bien cuando él lo hace... Tanto, que no he caído en cuenta de cuando he cruzado mis piernas, incluso he comenzado a aplicar un poco de fuerza para intentar hacer reaccionar a mi parte íntima.

Y tal parece que Karma a caído en cuenta de ello también.

Al tiempo que puedo sentir el como la punta de nuestras leguas chocan entré si, Karma baja su mano de manera lenta al tiempo que su dedo índice delinea los lugares por dónde pasa hasta llegar de nuevo a mi pierna.

Aquel leve tacto, me hace sentir grandes punzadas que recorren parte de mi espalda y me hacen sentir bastante nervioso.

—Karma...— Un pequeño gemido ha salido de entre mis labios cuando Karma a contorneado parte de mi zona baja.

—Silenció, Nagisa.— Karma se separó un poco de mi.

Ha hecho mi cabeza un poco de lado con ayuda de la suya y está vez se ha dirigido a mi cuello.

Sus labios se sienten fríos en un principió, luego de pasarlos unas cuantas veces rozando mi cuello sin hacer otro movimiento, retoman calor que me causa un leve cosquilleo, esta vez, ese cosquilleo a llegado hasta mi zona íntima en un par de segundos.

Un espasmo, me ha hecho sentir más placer del normal.

Sus labios recorren la parte derecha de mi cuello por completó, reparte besos en distintos lugares, incluso una de sus manos a apartado y estirado un poco de mi playera, dejando de esa manera, parte de mi hombro descubierto.

Lo besa, dejando un caminó invisible conformado de besos en mi cuello y hombro.

Ahora notó que he dejado de temblar, parece que he tomado algo de confianza y he decidido participar en sus caricias.

Mis manos toman caminó por su cuenta dirigiéndose al pecho de Karma, estas han comenzado a subir y bajar de manera lenta por sobre su ropa.

Dos, cuatro, cinco caricias le he proporcionado, con algo de timidez, mi mano derecha sube su playera, mientras que la otra se abre paso bajo la misma y comienza por recorrer de manera lenta todo su pecho.

Parece gustarle, pues ha parado con los besos que le regalaba a mi cuello y su respiración se ha vuelto un poco errada.

—Nagisa.— Me llama al tiempo que se separa un poco de mi. —Ven...

Toma de mi mano, tal parece que esta dispuesto a ponerse de pié.

—Karma.— Sonrió recordando las palabras que antes él me había dedicado en aquéllas líneas hacía mi pierna. —También me gustas.

Me pongo de pié seguido de él, al hacerlo, Karma pasa sus brazos alrededor de mi cintura desde mi espalda y me acerca de más, he llegado a sentir un poco su entrepierna en mis partes traseras, tampoco he tardado para que un leve sonrojó invadiera mis mejillas.

—Me gustas Nagisa, me gustas mucho.— Recarga su frente en uno de mis hombros por unos segundos.

Sus dedos recorren y acarician un poco más arriba de mi parte íntima, haciendo que suspire una y otra vez por las pequeñas punzadas de placer que me causa.

—Vamos, quiero... Ir a tu habitación.— Su voz suena algo temerosa al decirme aquello.

Tomó su mano y me separó, deshaciendo el abrazó que él me ha regalado, al ver de nuevo su rostro, notó sus mejillas un poco sonrojadas.

Yo... En verdad le he causado aquel leve tono carmesí en sus mejillas.

Él me mira, desvía su mirada y comienza a caminar primero a la habitación mientras aún toma de mi mano.

Nuestras pisadas y el a penas audible sonido de autos pasando fuera de mi hogar, es lo único que se puede escuchar.

Tanto karma como yo, no nos atrevemos a decir ni una mínima palabra, ambos estamos avergonzados.

Karma abre la puerta de mi habitación una vez que nos encontramos frente a esta, jala de mi mano de manera leve indicándome que yo debo pasar primero.

Acatando su indicación, mis piernas se sienten más ligeras de lo normal al pasar frente a él una vez más, mi estómago se siente realmente revuelto, los nervios han vuelto a mi.

—Nagisa.— Su voz a salido con cierto tono de deseó...

Escuchó el ruidoso rechinido de la puerta y luego un golpe que me ha indicado que finalmente ha sido cerrada.

Karma toma de nuevo mi cintura y me da vuelta de una manera algo brusca, obligándome a verlo frente a frente, mientras su mirada se mantiene inexpresiva, al tiempo hemos caminado hasta la cama, he quedado sentado mientras karma toma un lugar a mi lado.

—Me gustas, no me voy a cansar de decirlo. Me gustas.— De nuevo sus labios se dirigen a mi cuello. —Me gusta tu nivel de inocencia...— Ha dejado un beso en el inició de mi hombro. —Me gusta cuando te enfadas...— Esta vez, ha dejado dos besos, mientras lo hace, sus labios se dirigen cada vez más al interior de mi cuello. —Me gusta cuando te pones nervioso...— Aquellos besos que va dejando conforme se acerca a mi barbilla, me hacen sentir espasmos que alertan cada vez más a mi zona íntima... Agradable, sería su descripción. —Y amo... Tu forma de hablarme... Cuando dices mi nombre, "Karma", haces que quiera sentirte, tocarte, tenerte en ese mismo instante.

Se separa de un poco de mi, mis ojos están entrecerrados, las palabras de Karma... Hacen que mi mente de vueltas de alegría, hacen que mi corazón lata más rápido y mi respiración se acelere de una manera considerable.

Simplemente sus palabras me hacen feliz... Escucharlo... Me hace realmente feliz...

—¡Karma...— su nombre ha salido de mis labios en un gemido cuando él ha mordido con algo de fuerza mi pecho por sobre la ropa.

—Lo siento, creo que he excedido un poco mi fuerza al hacerlo.— Se disculpa, él... Es una persona realmente amable.

—No importa.— Contestó con una leve sonrisa.

Mis manos vuelven a tomar de su camisa y lo acercó a mis labios hasta volver a juntar los de ambos... Parece sorprendido por mi acción tan repentina.

Me acuesto por completó en la cama mientras aún jaló de su camisa para evitar separarme de él, Karma solo sigue mi beso, nuestras lenguas juegan entre si, se enredan, recorren toda la cavidad bucal del otro, de vez en cuando solo tocan la punta de la lengua del contrarió, también, Karma muerde la mía de manera leve algunas veces, veces en las cuales no he podido evitar sacar un leve jadeo por su acción.

Tanto mi respiración como la de él, se han vuelto un poco entrecortadas.

Una de las manos de karma baja por mi pecho, mientras lo hace, él me mira a los ojos, su mano baja hasta llegar a mi pierna, parece que no tiene paciencia, pues inmediatamente la ha dirigido a mi entrepierna y ha comenzado a tocarla con la yema de sus dedos con un poco de timidez.

Con la yema de su dedo índice hace un poco de presión sobre mi entrepierna para tener un mejor contacto, los demás de sus dedos hacen leves caricias en forma circular contorneando toda la zona de mi miembro, con esos movimientos presentes en mi zona, he vuelto a cruzar mis piernas sin notarlo y he comenzado a hacer un poco de presión para tratar de aliviar las leves punzadas que el tacto y las caricias de Karma le ocasionan a mi miembro.

—Karma...— Los dispersos espasmos me hacen reaccionar de una manera... Un tanto vergonzosa.

Su nombre a salido de mis labios en un gemido al sentir un espasmo más fuerte de lo normal.

He levantado un poco mi cadera y me he aferrado con más fuerza a la camisa de Karma para tratar de controlarme.

—Karma yo...— Sus labios han vuelto a callar mis palabras.

Me ha vuelto a besar con más necesidad y brusquedad que antes, de nuevo nuestras lenguas juegan entré si, pero el ritmo a aumentado considerablemente.

Los dientes de Karma muerden mi labio inferior, lo jala un poco para luego volver a soltarlo, su lengua se ha posicionado finalmente de la mía.

Esta vez, su mano completa, acaricia mi parte baja más rápido de antes, presionando para hacerme sentir mejor, la presión que antes hacía con mis piernas ha aumentado en la fuerza y en la rapidez.

Varios espasmos envuelven mi cadera y posteriormente se dirigen a mi espalda, hacen que de vez en cuando levante mis caderas por la intensidad de la sensación.

El beso que he formado con Karma se a vuelto aún más rápido.

De igual manera sus caricias han aumentado de rapidez.

Dos, tres, diez segundos pasan.

En cada segundo que pasa, se me ha hecho más difícil contener mis jadeos, mi voz es silenciosa de cierta manera al dejar salir unos cuantos gemidos, pero Karma los puede escuchar con claridad, aunque de vez en cuando, mis jadeos son opacados por sus besos.

—¡Karma...—He dejado salir un gemido más alto de lo normal cuando he sentido mis energías acabar.

Cerré mis piernas con más fuerza de la normal y me he dejado caer por completó en la cama después de sentir un gran espasmo que me había indicado la llegada a mi límite.

He sentido mi pantalón bastante húmedo al pasar unos segundos.

Sonrió.

Tomó de la mejilla de Karma y pegó mi frente con la suya por unos segundos mientras trató de normalizar mi respiración.

—Te amo. Karma.— Río de manera leve.

—Nagisa... Yo... también...— He interrumpido sus palabras, y en cambió, le doy vuelta a las cosas.

Esta vez he sido yo quién esta sobre karma.

—¿Nagisa?— Pregunta algo inseguro al ver mi acción. —¿Qué es lo que...

Pongo uno de mis dedos en sus labios, dándole a entender de esta manera, que debe de dejar de hablar.

—Karma.— Sonrió. —Esta vez, tú, guardas silenció.

Él me regresa una amplía sonrisa y asiente de modo tranquilo.

Mis piernas están a sus costados, trató de retroceder, pero al hacerlo, mis partes traseras han chocado con algo duró, algo que me ha hecho respingar de manera inmediata.

Karma ríe al ver mi reacción, trato de mantenerme tranquilo, suspiró, y bajo de Karma, doy un beso rápido a sus labios para proceder a dirigirme a su parte sensible.

Al caer en cuenta de mi acción, Karma a detenido su risa, y en cambió, se concentra en mis movimientos.

No estoy seguro de que hacer, pero... Mientras Karma se sienta bien, para mi es más que suficiente.

Tocó su miembro con la punta de mi dedo, al hacerlo, Karma a soltado un leve gemido que a penas pude escuchar.

Sonrió para mi mismo.

Procedo a darle caricias en su parte íntima mientras escucho leves jadeos de su parte.

Suspira, una y otra vez.

Mis dedos recorren toda su zona, luego, mi mano se extiende, de manera que pueda tener por completó aquel bulto entré mis manos.

Trató de subir y bajar mi mano con lentitud para que Karma pueda sentir y apreciar aquéllos sentimientos de placer.

Al hacerlo por sobre su pantalón, se me dificulta un poco hacerlo de manera correcta.

Pero parece estar funcionando.

Karma suspira con pesadez y de manera entrecortada, al verlo, puedo notar que muerde levemente su mano para evitar sacar un jadeo.

—Karma...— Susurró su nombre por lo bajo.

Al hacerlo, bajó mi cabeza hasta su zona, y por sobre la ropa, trato de hacer que sienta mi lengua pasar por su miembro.

Lo he logrado, Karma ha soltado un gemido de manera inmediata.

—Nagisa...— Dice mi nombre, inmediatamente una corriente eléctrica recorre mi columna de manera placentera.

También... He sentido aquél líquido caliente proveniente de Karma traspasar un poco su ropa.

Decidido, me acercó de nuevo, para tomar aquel líquido blanco que ha salido de manera leve.

—¡Nagisa!— Karma se apartó cuando notó mi propósito. —No hagas... Eso... Por favor.

Tapa su boca con una de sus manos mientras con la otra vuelve a abrazarme de manera acogedora.

—Es... Suficiente... Por ahora.— Comenta tratando de calmarse.

—Karma... En verdad, ¿Estás bien?— Preguntó no muy convencido de sus palabras.

Él asiente de igual manera.

Parece que se ha logrado calmar un poco... Pues vuelve a sonreír como suele hacer.

Mientras me abraza, él se dirige a una de las paredes y se recarga conmigo entré sus piernas, aún estamos en la cama.

—Sabes...— Vuelve a llamar mi atención. —Tal parece que tu sueño se ha hecho realidad.

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N/A: Siendo sincera, este ha sido mi primer intentó de una escena explícita, por así decirlo, intenté hacerlo lo mejor que pude así que espero que haya quedado algo más o menos, tal vez no haya habido mucho hard pero es lo que puedo ofrecer por ahora.

Espero haya sido de su agradó.

Gracias por leer.

•h0zChan.