En lo profundo de aquel mar descansa el Sumo Sacerdote de los Antiguos, a la espera de un comienzo en el cual ser capaz de gobernar nuevamente la Tierra. Sus fieles seguidores mortales aguardan con cautela en la oscuridad, moviéndose entre las sombras para que El Despertar se vuelva cada vez más cercano.

El durmiente Cthulhu sueña, mueve sus tentáculos de forma inconsciente, azotando la localidad en la que se encuentra encarcelado. Algunas Semillas estelares agitan sus miembros y gritan, expectantes a los movimientos de su Señor.

R'lyeh se sacude y algunas piedras caen. La ciudad que una vez fue un gran imperio ahora estaba cayéndose a pedazos, rodeada de algas y suciedad. La miseria y catástrofe en todo su esplendor.

Pero ya llegaría el amanecer esperado donde todo resurgiría, no habría un Cielo o Infierno al cual acudir porque en realidad todos los humanos iban a sucumbir ante la desesperación y el miedo, el Dios que crearon jamás los rescataría y dedicarían su vida a adorar a la Gran Criatura.

No faltaba mucho para ello, pronto volverían a lo que desde un inicio debió ser: Caos.