Cuando dos demonios se encuentran por primera vez, solo él más poderoso de ellos es incapaz de notarlo. Debido a la inferioridad del otro, de su debilidad, de su falta de poder, el más débil es el primero que detecta a su hermano demoníaco. Puro sentido de supervivencia.
Noir no notó que Sasuke era un demonio. Tsunade se lo dijo, pues le había preguntado sobre el hermano de Itachi a quien había visto en la ceremonia de bienvenida.
También sabía que Sasuke tampoco lo había notado a él.
Todo eso no hacía más que intrigarlo más y más.
¿Qué pasaba cuando ninguno de los dos demonios se percataba del otro?
Noir era un lobo demonio. El último de su especie, por lo cual, el más buscado por los cazadores. Su mera existencia era un trofeo, una muestra de superioridad para cualquiera que logre cazarlo.
Odiaba eso.
Estaba lleno de furia todos los días de su vida. Incluso esa mañana cuando tuvo que ir a HideHouse para la asignación de clases, ya sabía a dónde iba a ir a parar, todos lo sabían ¿Por qué tenía que perder tiempo de su día en esas estupideces?
Jamás había experimentado la paz o la alegria, y menos el amor, en cualquiera de sus formas. Dudaba que alguna vez fuera a hacerlo, y no recordaba haberlo hecho en el pasado, o quisas lo hizo pero fue tan breve y ligero que su mente lo pasó por alto.
Fue entonces cuando escuchó que el hermano de Itachi, su rival en la academia, ingresaría ese año. Recordaba que Itachi tenía sangre de demonio y que fue quien reaccionó a su presencia primero. No por eso Itachi era incapaz de mantener una pelea con él, al darse cuenta de que era más débil que Noir se puso a entrenar tan duro que para fin de año ya era tan poderoso como el lobo.
Itachi era una buena persona. No era del todo un demonio, tenía sangre humana lo cual le permitía hacer algo que para Noir era muy difícil: sentir.
Su hermano no era como él. Lo supo al instante en el que sus ojos se cruzaron. Porque, cuando eso pasó, Noir experimentó la paz por primera vez.
No sabía por qué pero, al ver la luz en sus ojos, el enojo y el estrés que lo acompañaban todos los días se desvanecieron cómo si nunca hubieran estado allí. Ese momento pareció ser en camara lenta, o al menos eso esperaba él, quería que ese sentimiento de tranquilidad durara lo más posible.
Yendo a clases, Noir se preguntaba si la paz se sentiría aun más si lo tocaba. Su mente divagaba con pensamientos de ese estilo cuando lo vio salir de su clase, seguido de un zorro y de Sakura.
La pelirosa lo miró y el desvío la vista, intentando evitarla.
-Noir -lo llamó.
El suspiró y se detuvo en su lugar. No la miró ni le contestó.
Sakura se acercó a el, dejando a sus amigos atrás.
Noir miró disimuladamente a Sasuke quien también lo estaba mirando, lo vio desviar los ojos hacia el costado y una sonrisa traviesa amenazó con escapar de la comisura de sus labios.
-Toma esto -le dijo Sakura, le tendió una pequeña piedra con una runa tallada -Te ayudará con el hambre mientras estés en un lugar cerrado con mucha gente.
El hizo un gruñido de agradecimiento, no le hablaba a Sakura. No podía.
Ella sonrió y le dió una palmada amistosa en el brazo -Cuando termines tus clases búscanos afuera, iremos al bosque a recorrer.
Ahora sí la miró.
Sakura soltó una risita -Tranquilo, no iremos a la parte oscura. Pero... sería bueno si estás ahí por si acaso.
Suspiró y frunció el ceño, lo cual la pelirosa interpretó como un: "Bien, iré".
Ella sonrió y volvió con sus amigos.
Le hechó una última mirada a Sasuke y volvió a atraparlo mirándolo, sus ojos se encontraron y volvió a sentir esa sensación de paz de esta mañana. Le gustó.
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Apenas se acercó al bosque, sintió el aroma de Sakura y de Sasuke. No conocía el del zorro aún, no había estado lo suficientemente cerca de el.
Sakura olía a azúcar y tierra, la escencia de las hadas.
Sasuke... olía a lavanda y a lluvia.
Se adentró entre la maleza, caminó entre los árboles hasta que los vio a los tres caminando y hablando, mientras miraban todo a su alrededor como si fueran niños descubriendo un mundo nuevo.
No fue con ellos de inmediato, se quedó allí, a veinte metros de distancia. Se apoyó contra un árbol y los observó desde la distancia.
Miraba a Sakura y se preguntó si alguna vez podría volver a hablarle.
Luego miró a Sasuke y se preguntó si... también tendría que dejar de hablarle a el.
De repente, el zorro dejó salir sus orejas y las movió hacia donde estaba. Le dijo a sus amigos que había alguien observándolos y se volvieron hacia él.
Tardo más tiempo de lo que pensó, el zorro no era muy de fiar en casos como estos. Necesitaba más entrenamiento.
-¿¡Qué haces ahí!? -gritó Sakura mientras caminaba hacia él -¿¡Por qué no vienes!?
"No quiero estar aquí, en primer lugar" pensó.
Se acercaron a él y Sakura los presentó.
Naruto, el zorro, era muy radiante. La peor clase de persona. Noir sabía por experiencia que ese tipo de gente ocultaba más oscuridad dentro de si mismos que cualquier otro.
Sasuke no era como Itachi, eso ya lo sabía, pero su personalidad tampoco se parecía a la suya. Era más introvertido, y al mismo tiempo más expresivo, era extraño.
-El es Noir -dijo Sakura señalándolo con la mano -es un viejo amigo.
-¿Qué eres, Noir? -preguntó Naruto alzando la mano y mostrando la marca en su muñeca -Yo soy un zorro.
Lo vio darle un codazo suave a Sasuke en el brazo para que haga lo mismo pero no lo hizo. Se limitó a mirarlo con desdén.
Noir mostró su marca.
Ante eso, las palabras se escaparon sin permiso de la boca de Sasuke -¿Qué significa D/L?
Noir sonrió y Sakura contestó -Demonio/Lobo.
