La primera vez que se cuestionó acerca de las relaciones había sido a los tres años, donde con ojos grandes y expresión dudosa le preguntaba a su mamá ¿Qué es un papá?, durante años la pregunta la atormentaba y con un efecto mandela recordaba la respuesta de su madre. A los cinco años nuevamente se cuestionó la existencia de las relaciones, ¿Deberían existir besos? ¿Deberían existir los abrazos? Porque los había con su madre, y existían dentro de las relaciones entre sus compañeros, pero ¿Tendrían que existir en las relaciones afectivas de pareja?

Se quedaba bastante tiempo observando como ese hombre rodeaba con sus delgados brazos a su compañera, y si desviaba la mirada podía observar a dos mujeres besándose, despidiéndose de su compañerito de banca, había entendido que las relaciones eran complejas, y que no necesariamente necesitaba a alguien más que estuviera a su lado, despidiéndola o abrazándola porque su madre hacía eso, para ella era raro ver dos personas involucrarse en una crianza.

Aun así, sabiendo de las familias y de su diversidad no comprendía del todo, ¿Por qué era importante tener dos cuidadores a su cargo? ¿Las parejas eran indispensables? Su madre hacía todo lo que debería de hacer un padre, su madre se encargaba del dinero, de las compras, de las tareas del hogar, de las reparaciones, del estudio y de ella, y de muchas cosas más que a su corta edad le era difícil de hacer.

Conforme fue creciendo la variable seguía sin despejarse, ¿Para qué era indispensable alguien más? Hasta que noto a Utakata como parte de su vida; Se sentaban en el sofá y miraban películas, se ponían en la mesa y comían, no siempre entablaban conversaciones, no siempre se miraban a los ojos, pero ella lo notaba, tal vez era un tipo de papá, de aquellos que solo se aparecen de vez en cuando.

¿Eres mi papá? Recuerda que le había preguntado curiosa, pero no dejó que respondiera, "Porque si eres mi papá ¿Por qué no le das besos a mi mamá?" Aquel soltó una risa burlona, y su madre entro en ese momento hablando de muchas cosas inentendibles para alguien como ella, conversando con Utakata mientras este lavando los platos asentía.

Entonces…si hacía tareas de la casa y si estaba ahí presente ¿Significaba que era una especie de papá? Pero no el tipo de papá que al salir del preescolar te toma en brazos y te da un beso, o de ese tipo de papá que te ayuda con los proyectos de la escuela o va a los días de campo y se sube contigo a los juegos; Tampoco aquel que te canta antes de dormir, o aquel que revisa debajo de la cama para asegurarse que no haya animales raros o que alguien se meta por la ventana, supuso que era algún tipo, y que podía encajar en algún tipo de familia, tal vez no en la familia que tiene dos mamás o dos papás, o en la familia en la que te cuidan tus abuelos, o en la familia donde hay una mamá o un papá y muchas mascotas. Tampoco su familia se veía como la de los libros, o revistas o películas, no tenía hermanos, no tenía mascotas, ni una amiga cercana a ella y por supuesto su color de piel no era tan blanca como las familias de los libros, era más morena.

Y si miraba por la ventana no se vería un jardín extenso lleno de árboles y pasto, lleno de juegos para niñas de su edad, ella no podía dejar la bicicleta afuera, ni siquiera podía dejar sus zapatos porque al siguiente día no estarían ahí. Había vidrios en la cima de la pared, había protección en todos lados, evitando que se metieran los monstruos o los animales rabiosos, su casa estaba pintada con letras que no comprendía y la banqueta de su casa estaba rota, había grietas en medio de la calle, y pozos; Le habían comentado que eran las madrigueras de las mascotas de las hadas, pero ya tenía edad suficiente para saber que no era así. Su madre se había esforzado por mantener macetas, pero a los pocos días ya no estaban, le decía que les habían crecido pies y se habían ido, pero Sarada sabía que no era cierto.

Conforme iba creciendo había comprendido más cosas, como que los papás muchas veces estaban ausentes, porque así era su rol, solo estaban para dar dinero, pero ella no veía que Utakata le diera dinero a su madre, o a ella, tampoco veía que las sacara al parque, o que estuviera presente en casa, es como si solo fueran su madre y ella, pero ¿Y él? ¿Dónde quedaba?

No podía andar por ahí solo, aquí tenía una casa, aquí tenía una familia ¿Por qué se tenía que ir?

Salió de sus pensamientos al ver como el padre de Chöu les daba dos salchichas asadas, miro a su amiga, quejándose de muchas cosas, y su papá escuchándola con una sonrisa.

—No, no es para reírse, Sarada explícale porque

—El exceso de sodio provoca retención de líquidos—Dijo apenada

—Sí, por eso no debemos beber esta porquería, ¡Por dios papá, sé un poco fitness! No podemos estar dañándonos los malditos riñones con esta cosa, pero—Dijo mirando como resbalaban las gotas del envase—No voy a negar que un vaso no nos hará más daño del que ya tenemos—Negó inmediatamente en una lucha consigo misma

Sarada volvía a sus pensamientos, a pesar de que Chöu decía llevarse mal con sus papás, la relación era mejor que la que mantenía con Utakata.

Había creído que él viajaba mucho, pero estaba demasiado confundida cuando escuchó a su madre decir que hicieron la maestría juntos, entonces ¿Eso significaba que todo este tiempo él estuvo viviendo en la misma ciudad que ellas?

Recordó que su concepto acerca de la paternidad había cambiado a uno de fastidio, a uno donde detestaba la presencia de Utakata en su vida, por no cumplir sus expectativas, por estar y no estar, aparecerse y luego desaparecer. ¿Por qué no podía ser como normalmente era? ¿Por qué su madre no lo abandonaba? ¿Por qué no podían ser solo ella y su mamá? y así sería mucho más fácil que tolerar a un fantasma, a una luz intermitente en su vida.

—¿Y te la vas a comer?

—Entera—Le respondió Sarada, provocando la risa de ambas—Sí—Mencionó, dándole una mordida

—¿No pueden ser detestables en otro lado?—Mencionó Karui, la mamá de Chö, ojeando la revista de moda, sintiéndose superior

—Mamá, plis, si vas a estar fingiendo ser alguien que no eres, te puedes ir con las lideresas de la colonia

—Son niñas, se están divirtiendo—Mencionó el papá de Chöu con una sonrisa

—Sí tremendas niñas hablando del aparato reproductor, si creen que no entiendo sus "sutiles" referencias están erradas

Chöu entornó los ojos, riendo nuevamente con Sarada; Esta nuevamente observó la dinámica de la familia, viendo como Chouji intentaba hacer reír a Chöchö fingiendo tener orejas de conejo con dos salchichas en la cabeza, maldijo internamente durante unos segundos, ¿Por qué tenía que darse cuenta de lo maravillosos que podían ser algunos hombres en un rol de padre?

—Sarada, ¿Te quedarás de asistencia esta semana?

—¡Ma-má!—Mencionó chöchö

—Dispensen, sonó como un reclamo, solo considero que es indispensable saber si te tendremos conviviendo esta semana, para añadirte a las tareas del hogar, ¿cierto Chouji?

—Ajam

—No, pero agradezco la oferta—Mencionó amable, con una sutil sonrisa, sabía que a veces podía ser un grano en el culo con la familia de Chöu, cuando su madre tenía que salir y no había quien se quedara con ella, pero ya estaba grande, podía valerse de sí misma o al menos es lo que se repetía constantemente

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—Bueno, la graduación no fue tan mala—Mencionó chöchö quitándose el maquillaje

Ahora había recordado el porqué de su minicrisis, al ver a todos y todas con sus familias alrededor, felicitándoles y aplaudiéndoles, menos mal que la falsa modestia estuvo presente sino nadie la hubiese felicitado.

—Después de un año posponiéndola y digo claro que fue difícil por todo lo ocurrido, pero…ver a todos consiguiendo entrar a la universidad, digo, fue un golpe super en los huevos para mí. ¡Tengo que trabajar para poder entrar a la universidad para poder trabajar! ¿Qué loco no? ¡Sarada! ¡Hola!—dijo moviendo la mano frente a su rostro

—He perdón

—Hoy estás más distraída de lo normal—Mencionó—¿Estás segura de que no te afecto que tu madre no haya podido asistir a tu graduación?

—No para nada, sé que tiene una agenda super apretada—Dijo con una sonrisa incomoda

—Aja, y yo no chupo pitos, por dios, claro que puedes estar enojada con ella, por ejemplo, yo me enoje porque mis padres asistieron, ¿viste la mirada que le daba mi mamá a toda la gente? Como si fuera la mismísima reina de la colonia, ¿Qué le pasa a la chica?

—Creo que fue divertido ver cómo le tiraban un globo de agua y ella solo decía "Oh"

—como si no tuviera permitido decir "Ha no mames"—Mencionó Chöchö riendo—Mi mamá y su extraña competencia por decir que no es de este país con acentos extravagantes y vestimentas raras, digo no es que se avergüence de ser negra, pero no quiere que la gente diga que es negra de barrio, creencias de gente pendeja veda', bueno, pero volviendo, que es lo que te trae pensativa chica

—Es que escuche que Utakata estuvo en la maestría con mi mamá—Lo dijo después de meditarlo tanto

—Mmmm

—Y bueno, si estuvo haciendo la maestría que por cierto era muy demandante…

—Espera, espera, tu mamá tiene como mil maestrías

—Bueno, en una de esas mil, solo me pregunte por el insignificante hecho de ¿Qué jodidos estuvo haciendo? ¡Creí, y verdaderamente creí que estaba de viaje! Eso es lo que me decía mi madre cuando preguntaba por él

—Digo no te has cuestionado si Utakata es realmente tu verdadero padre, chica, no se parecen en nada, ni siquiera en los ojos

Observó durante unos segundos a su amiga, ella tenía los rasgos más significativos de sus padres, el color de ojos y piel de su madre, y la robustez de su padre así como el color de cabello. Tenía las mismas expresiones de felicidad de ambos, los gestos de desagrado de su madre, y las uñas de su padre. Y ella ni siquiera parecía darle un aire a Utakata pese a que tenían el mismo color de cabello.

—Yo qué sé, pude haber sido una jodida inseminación y aun así ¿mi madre no pudo elegir un mejor candidato para que se encargara de mí?

—Pues debo admitir que ese chico sí que está en los estándares más altos ¿No has considerado que sea autista?

—Chöuchöu

—¡Demonios Sarada, ese hombre tiene todo para ser perdonado! Buen cuerpo, buen rostro ¿Qué más quieres para tu santa madre?

Sarada se le quedó mirando con aburrimiento

—Que dejen de justificar las conductas del mínimo esfuerzo de los hombres—Dijo, dejándose caer en la cama

—Here we go again—Mencionó Chöu, dejándose caer al lado de Sarada, ambas miraban el techo—Chica de algún modo ese hombre es tu papá ¿No?

Sarada negó, Chöu entornó los ojos

—¿Entonces porque tanto alboroto?

—no lo sé—Mencionó—Tal vez porque si estuviera presente y contribuyera con mi educación no tendría por qué estar tomando un año sabático por mis indecisiones de financiamiento y mi pobreza

—¿Entonces también te jodió ver como todo el mundo continúo su vida después de la pandemia? Susanadistancia no nos ayudó como esperábamos

—Sí, ver como hablaban de lo increíble que eran sus clases, como algunos no estuvieron viviendo las consecuencias de lo que paso, sé que mucha gente murió y perdieron a sus seres queridos, pero…hay cosas peores que esas

—Sí, que te saquen en medio de la pandemia de tu casa como a las Jensen, o que después estes embarazada de tu esposo que falleció, dios, ¿Cómo se sale adelante después de eso chica?

—O que tus papás mueran en la pandemia y te quedes a cargo de tu abuela alcohólica, sinceramente la realidad me rebaso

—Tuviste más de siete vecinas durante ese año ¿Verdad?—Sarada asintió

—Escuchar los gritos y los golpes, y saber que no puedo hacer nada

—Chica me alegra vivir aquí—Mencionó Chöchö—Pero me pregunto ¿Por qué no se van a la primera? Te lo juro a veces quisiera ir a la casa de mis vecinas y decirle, amiga date cuenta, hay más vergas allá afuera, más grandes que las de tu novio, pero creo que sería una pérdida de tiempo

—No es tan fácil—Menciono Sarada cansada

—Ya lo sé, ya lo sé, pero digo ¿Al final de cuentas que podemos hacer? Las sacas de su casa y a la semana regresan, es la única vida que conocen—Mencionó

—a veces creo que hablas como tu mamá—Dijo Sarada

—Malditasea sí, no me había dado cuenta—Dijo, cerrando la boca y tapándosela con las manos—No puedo creer que me esté convirtiendo en mi mamá, tal vez nos hace falta pasar tiempo con la tuya

Sarada cerró los ojos, tratando de evadir sus pensamientos, ¿Había escuchado mal? ¿O su mamá la había engañado? Nuevamente caía en este efecto mandela, donde no sabía con certeza alguna de la realidad.

—Chica, este fin salgamos, sí hagamos algo—Mencionó Chöchö—pasaron cosas terribles, pero, nos merecemos algo cool ¿No crees?

—Supongo—Tenía la voz apagada, desanimada

—Vamos anímate, vamos a recuperar la adolescencia, mira iniciemos, ya sé que habíamos jurado no abrirlo, pero, hay promesas que se tienen que romper chica—Mencionó descargando la app

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Sarada se asombraba con la facilidad en que Chöu le había agarrado sentido a la vida, ahora se dedicaba a hacer vídeos, a bailar frente a gente desconocida, y se reconocía a sí misma con más ganas de evidenciar su potencial, ella la acompañaba en su travesía, pero aun así se desanimaba al ver su falta de progreso, no sabía cómo aportar los colores a su vida. Hace más de seis meses había terminado con su novio, y se sentía culpable al no sentir dolor por una relación fantasma, una relación donde solo estuvo su imagen, pero no ella, y se seguía preguntando ¿qué estaba mal con ella? ¿Dónde había quedado su afectividad?

Las dudas la bombardeaban, se sentía mal por no sentir una pizca de afecto con él, veía como sufría por una relación que prácticamente no existió, había fotos, había salidas, pero para Sarada no significaban nada.

—Que ridículo, no puedo creer que este haciendo un escándalo por nada

Mencionó Sarada al ver los vídeos de él llorando y como la gente la tachaba como la villana de una relación que no existió

—¡Está sufriendo Sar!—Dijo Chöu viendo el vídeo desde su teléfono—No puedo creer que ya pasaron seis meses y sigue contando más detalles de su historia

—¿Lo has estado siguiendo?

—Sí, digo al principio lo seguí porque no creí que fuera su pedorra historia, hasta que te mencionó como la sardina—soltó una carcajada—es tan tierno

—Se está haciendo viral a costa de mentiras

—Deberías subir la contraparte, ya sabes, hacer que lo cancelen

—No le voy a dar importancia, es un ridículo

—Sería emocionante ¡Puedes decir que te pego clamidia o algo por el estilo! Ahí negará todo, te lo aseguro

—O volverá a victimizarse inventándose una historia peor, ¿Sabes? Empezaba a sentir un poco de lástima por él, pero, no lo vale, ahora entiendo realmente porque no mostré interés en él

—Bueno siendo sincera, y sabes que lo seré porque odiaría mentirte en una situación como esta, es que creo que si has sido un poco perra en todas tus relaciones, Sar antes de que me expliques todo el proceso—Le puso un alto—escúchame chica, solo tienes sexo con ellos y los mandas a la chingada, amiga cualquiera te puede pedir una cita y podría empezar un proceso bonito y romántico, pero tú, maldita sea Sarada lo mandas al carajo, deja que te quieran, así no estarías encerrada todos los días con mi aburrida familia

—No me aburren

—Y ahí vas de nuevo, dime, dime, dime, dime chica, ¿Por qué no quieres que alguien te quiera?

—Creo que es una pérdida de tiempo, relacionarse con alguien, ¿Para qué? Solo te quita tiempo, de verdad, ¿Es tan difícil entender que quiero centrarme en conseguir un futuro para salir del agujero?

—Sí chica, pero ¿Dónde quedan tus necesidades de afecto, comprensión y ternura? ¡Sabes que nuestros abrazos y tardes de chicas no son suficientes!

—Chöu, de verdad suenas como tu mamá

—¡Ya basta! ¿Sabes? Mi misión será encontrarte un novio, de esos raritos que te gustan

Sarada entornó los ojos—Los raritos son lo tuyo—Le dijo

—Sí, sí, pero salir de los weros ojos del cielo estaría bien para ti

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Lo que Chöu se proponía lo cumplía, durante esa semana empezaron a salir a fiestas, conviviendo con antiguos excompañeros, viendo que a pesar de todo lo que sucedió sus vidas continuaban como si nada, sus estudios les daban un peso pomposamente ridículo, alzaban el cuello como si llevaran el título universitario colgado en el, lo que las frustraba más.

—¡Vamos! Esta no es música—Mencionó Chöu poniendo Safaera—Esta sí

—¡Por dios no!—Chillaron todas ahí, reproduciendo otra canción aleatoria

—¿De verdad chicas? ¡Espere tanto para este momento!—Dijo meneando las caderas de un lado a otro

Las chicas miraron a Sar con cara horrorizada—Nosotras no escuchamos reggaetón ¿Qué les pasa?

Los recuerdos de ellas y la preparatoria eran distintos, solían bailar en los baños cuando tenían libre, cantar en los pasillos canciones de La Rosalia ¿Y ahora? Fingían que eran fans de The Killers y Foo fighters, que sabían de música y a diferencia de ellas, dejaron su pasado atrás.

Chöu se sentó al lado de Sarada con los brazos cruzados—¿De verdad? ¡Me están mintiendo en mi bello rostro! Esto es intolerable, digo está bien que hayan entrado a la uni, pero negar así las raíces, diosa que pena

—¿Ya nos podemos ir?

—No chica, te dije que conseguiría a alguien y lo haré

Se levantó de ahí, dejando nuevamente a Sarada. Si era cierto que quizá sus vidas se habían detenido, y que no habían hecho una cosa realmente nueva más que trabajar, no tenían aportes universitarios a las conversaciones de sus amigas quienes tenían harta a Sarada con conversaciones que solían ignorar cuando ella las decía, esa actitud de sabelotodo la tenía asqueada, las veían como ignorantes a ella y a Chöu, solo porque no pudieron acceder a la carrera que ellas querían, las desprestigiaban por decidir trabajar en lugar de continuar estudiando.

Los motivos sobraban, pero para Sarada no era importante hacérselo saber a personas como ellas, para Chöu era distinto, le molestaba la idea de que no quisieran divertirse como antes, de que no bailaran porque era ridículo hacerlo en fiestas universitarias, ahí se iba a platicar sobre lo fabulosas que son las clases y lo asombrosa que es la carrera. Pero cada que Chöu llegaba a un grupo caía bien, con sus chistes y sus anécdotas cotidianas, trabajar en un bar le daba cierto prestigio y en especial esas personas querían estar cerca de ella para obtener bebidas gratis.

—¡Te lo aseguro chico! La cerveza artesanal tiene más alcohol, no puedo creer que seas tan idiota lo dicen las mismas etiquetas—Mencionó riendo, golpeándole el hombro a la persona que tenía al lado

Sarada estaba fascinada de lo amistosa que podía ser Chöu, no tenía dificultad para emitir palabra, o poner buen rostro a las situaciones incomodas, pero por otro lado estaba molesta, porque todas las semanas era lo mismo, ella se quedaba observando mientras Chöu le llevaba hombres sin tema de conversación y podía apostar que ni la universidad o sus carreras les quitaban lo misóginos.

Recordó la conversación anterior con uno de los chicos que Chöu le había llevado, persuadiéndola de ser su sujeta de estudio en la investigación que estaba llevando a cabo de deserción escolar, alzando su ego y menospreciándola por su posición económica.

—Chica, sé que te dije que te presentaría a alguien, pero creo que acabo de conocer al amor de mi vida—

—¿Quién?—Preguntó Sarada, Chöu sin intento de discreción le señalo a un tipo con una coleta

—Es jugador de juegos de mesa ¿Puedes creerlo? Me invito a un lugar más privado—Chilló de la emoción, dándole un beso a Sarada y yéndose de ahí, dejándola con la boca media abierta

Sarada se sentó en un sofá al lado de las escaleras, esperando el regreso de su amiga, agarró una bolsa de papas y observaba todo a su alrededor. En menos de dos minutos Chöu regresó como alma que lleva el diablo.

—Es un idiota, me quiso explicar las reglas del ajedrez, vámonos—Mencionó harta tomándole la mano a Sarada

Llegaron al patio observando con que grupito podían colarse—Sé que en tus planes no está tomar alcohol—Le mencionó Chöu—pero tenemos que adaptarnos, tiempos desesperados, medidas creativas—Agarró dos botes de cerveza vacíos

—Solo te hago saber que esto es anti-higienico si vas a fingir que le vas a tomar

—¿Crees que estoy tan idiota para poner mis labios en esto?

Sarada no le respondió viendo como Chöu la arrastraba hacia un grupito.

—Ey jajajaja si eso chico fue muy gracioso, ¿Podrías repetirlo de nuevo?

—Sí, he dicho que mi papá falleció esta tarde

El rostro de Chöu cambió a otro más pálido e hizo una cara de angustia—Ha te la creíste we—Mencionó golpeándole el hombro—Estás jugando con doña mamona tres mil puñetas

Los hombres alrededor de ella empezaron a codearse y reírse con ella, Sarada seguía analizando la situación.

—¿Entonces tu padre no murió?—Pregunto inocente, ellos soltaron aún más la carcajada

—¿Crees que si su padre hubiese muerto estaría aquí?

—Pues cada quien lo afronta como puede, hay una posibilidad de que sí, si no hubiese tenido una relación sana e hipotéticamente fuese difícil, hasta yo estaría en una fiesta ignorando a la persona que tanto me dañó

—Pinche morra intensa—Dijeron, yéndose a otro lado

—Bueno, no se supone que tengas que sacar esos temas difíciles en una situación así—Mencionó Chöu—La gente viene a divertirse Sar, no a terapia

—¿Lo ves? Por eso no me gusta venir, no encajo en cualquier categoría que me pongas ¿Podemos irnos?

Chöu soltó un gran suspiro asintiendo, caminando hacia la salida.

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—Tenemos suerte de que pase el subterráneo a esta hora—Dijo Chöu, bajando con alegría las escaleras, estaba iluminado, en cuanto el techo inició se detuvo, esperando a su amiga, esta era la señal de ir mirando a todos lados, esperando que nadie las siguiera —Dime que traes dinero en efectivo—Comentó nerviosa, este tipo de situaciones la ponían ansiosa

—Sí—Le mostró las únicas monedas que tenía en sus bolsillos y los boletos que había sacado anteriormente

Bajaron haciendo el menor ruido posible, enlazando sus brazos, mostrando seguridad, Chöu se aferró a gas pimienta que colgaba en su llavero, volteaba a todos lados esperando alguna señal. Se detuvieron, esperando a que llegara el sub. Veían las tiendas cerradas con doble candado, había algunas personas esperando, no las suficientes para sentir seguridad, pero entre ellas había mujeres, los vagos estaban llegando envueltos en cobijas buscando un refugio para pasar la noche, y un guardia todavía rondaba por ahí, intentando sacar a las personas que no tenían hogar.

—Lo de siempre—Mencionó Sarada, echando perfume alrededor para disminuir el olor a orines, lo único que le caía mal de esos lugares eran los olores, no sabías con que olor te encontrarías, podría ser vomito, sudor, incluso a flatulencias, pero hoy había ganado el olor a orina.

—Prefiero que sean miados de gato—Mencionó Chöu—Huele menos peor que los de viejitos

—Al menos las canciones te hacen sentir segura—Mencionó reconociendo las canciones de la quinta estación—Y extrañamente alegre

Subieron al subterráneo, con la vaga esperanza de llegar pronto a su destino, el miedo seguía en la piel, pero Sarada disimulaba mejor que Chöchö

—Bueno, esta salida nos costó un día laboral—Dijo Sarada guardando las monedas

—A la próxima hay que tratar de ser más amables, así conseguiremos a alguien que nos lleve a nuestras casas, nadie en su sano juicio dejaría ir a estás diosas en el subterráneo—Comento convencida de que así seria, Sarada por su lado dudaba de eso

—O podrías decirle a tu papá que pase por nosotras ¿Eso hacen los papás, no?

—Sabes lo anti-cool que sería eso, ¿Qué tenemos? ¿Doce años?

—Tal vez así sentiríamos más seguridad—Dijo, cubriendo sus piernas con la bolsa, evadiendo la mirada de un hombre—Y menos ¡acoso!—Lo dijo alto y mirándolo, este se volteó

—Puede ser

Sarada respondió la llamada de Utakata.

—Pensé que estarías en casa—Le comentó con una ligera preocupación, Sarada le explico dónde estaba y lo que sucedió, este le dio órdenes, diciéndole que se bajara en cierta estación y él pasaría por ellas

—¿Lo ves? Papi Utakata al rescate—Le dijo Chöu, haciendo que esta entornara los ojos

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Iban en el asiento trasero con ambas ventanas abiertas, si Sarada podía evitar hablar con Utakata lo haría, seguía en conflictos con el papel que aportaba a su vida, o si realmente aportaba algo.

—Muchas gracias, señor, por pasar—Mencionó Chöu, codeando a Sarada para agradecerle

—No es nada—Mencionó, dándole un vistazo a Sarada, quien iba con la barbilla en la ventana y un rostro cansado—¿Cómo estuvo su fiesta?

—Bueno…—Chöu se rascó la nuca—Sarada es pésima haciendo amigos—Dijo con una carcajada

—Es de familia—Se excuso ella

—Supongo que lo es—Dijo Utakata

El silencio era incomodo, hasta que pasaron por Sakura, ella las recibió con una sonrisa, preguntando cosas sobre su noche, Sarada fue más participativa con la intervención de ella, las llevaron a cenar, ambas esperaron en una mesa mientras que los padres de Sarada pedían la orden.

—Mi padre definitivamente no hubiera hecho esto—Mencionó Chöu—Chica—Dijo comiendo galletas de la fortuna—Dale una oportunidad al tipo, se ve que se la cotorrea, siempre es incómodo cuando vamos los tres

Sarada se recargó entre sus manos, viéndola con aburrimiento, volteando a ver durante unos segundos la relación que mantenían, parecían más compañeros que pareja, su madre se quejaba mientras que él la escuchaba asintiendo, no hacía grandes gestos como abrazarla o callarla con un beso, rara vez acomodaba un mechón de su cabello y para Sarada esa era la gran muestra de amor que existía en ellos, además del cariño y trabajo mutuo, porque ¿Quién aguanta más de quince años trabajando con su pareja?

Finalizó sus pensamientos con que el relacionarse afectivamente siempre tendrá complicaciones para ella.