Habían llegado puntuales, pero la fila estaba dando la vuelta, Sarada miro su atuendo, y luego miro el de Chöu, y sin que ella se diera cuenta observaba como venían vestidas las demás personas, claramente no encajaban, pese a que se habían tardado más de cinco horas preparando su vestuario sentía que no era suficiente.

—No deberíamos hacer esto

—Te prometí diversión chica, así que nos divertiremos

—Realmente no me interesa venir a un estúpido antro, solo podemos regresar y

—¿Y qué? ¿Estar tomando nuevamente en la sala de tu casa? ¡No chica! No es que no me agrade, pero mi cuerpo necesita un amarre de un hombre grande y fuerte, y por tu casa solo hay amarres de doña pelos o secuestros ¿Entiendes?

—¿Y luego qué? ¿En qué nos iremos?

—Conseguiré a alguien, te lo prometo, además no nos podemos perder esta experiencia ni del alcohol gratis

—No conoces a nadie, sabes que los taxis suben su tarifa si nos llevan hasta allá a las 4:00am

—Tranquila Sarada, estos lugares nos prometen experiencia, y por la experiencia si pago, te juro que valdrá cada minuto de nuestro tiempo en invertirle a ese taxi

—Lo siento es que no creo muy convincente gastarnos un mes de salario en algo tan tonto como esto—Tenía que mantener cerrada su boca, había ocasiones que no media sus palabras y las personas a su alrededor salían lastimadas, pero Chöu era una de las pocas personas que sabían cómo tratarla

—No será tonto chica, tonto sería no regalarnos lo que merecemos, merecemos una salida fina, conocer a gente nueva, ¿No es así? ¿Me entiendes verdad?

A veces se cuestionaba sobre si uno de sus propósitos sería que el príncipe azul apareciera a tiempo para sacarla de la miseria, o esperaba a un príncipe café que compartiera el pan de cada día, así era Chöu una soñadora, imaginando alternativas distintas para si misma, creyendo que siempre merecía más, pero no por su propia cuenta, sino que había gente que tenía que aportarle un sentido, porque el sentido de ella era demasiado aburrido e imposible.

La hora más larga de sus vidas había pasado a saltos de caracol, los pies las estaban matando, usaban tacones y vestidos luminosos, Sarada nuevamente miraba su reflejo, los vestidos de Chöu le iban, ya que ella compraba tallas más chicas para que mostraran más las curvas de su cuerpo, pero no le gustaba andar por ahí llamando la atención, con colores chillones.

Sarada miraba a la gente, vistiendo con vestidos discretos, zapatos bajos, e incluso sombreros ridículos y gorras. Se preguntó porque ellas tenían que dar apariencia de que eran similares a la clase "media-alta", ¿Por qué tendrían que vestirse con vestidos que aparentaban ser caros?

—Nombres—Les dijeron en la entrada

—¿He?—dijo Chöu sorprendida, metiendo su mano a sus pechos

—No hay armbrand entonces ¿Nombres?

—No cariño—Dijo Chöu sacando el dinero de sus pechos—Mira, te pagaremos

Ambos guardias se miraron y las miraron a ellas, pusieron una sonrisa sínica, y sin decir nada les señalaron que se salieran, ignorándolas y atendiendo a las siguientes personas, mostraron la pulsera que traían en sus brazos y accedieron fácil

—Perdón, estuvimos más de una hora en la fila ¿Es enserio que harán esto? ¡No nos pueden hacer esto! ¡Hicimos cola como el resto de la plebe!

Ignoraban las quejas de Chöchö

—Voy a pagar por el servicio, voy a pagar por la experiencia, no es como que me quiera colar duh—Dijo

—¡Oh my god! ¡I can't believe this! No sabía que aquí venía la plebe, me iré de este lugar sino lo solucionan, les podré una estrella en reseñas—dijo alguien, viéndolas de arriba abajo como la mismísima Miranda Priestly

—Darling, tengo mi i phone en mano, estoy a punto de poner la reseña sino sacan a las nacas de aquí

—¿A quien llamas naca?—Le dijo Chöchö, mirándola con odio

—¡ay! La bodypositive—dijo con ternura, al lado de una risa burlona—¡No! ¿Qué me harás? Hablarme de las maneras sustentables de comida por no llamarlo pobreza, ternura

—Basta Chöchö, nos iremos de aquí

—No Sarada, no nos iremos de aquí, es nuestro tiempo, esperamos una hora para acceder a este lugar, no porque las blanquitas estas se ofendan nos iremos, tenemos derecho

—Game over reina, las gatas como ustedes no puede entrar aquí—Dijo con burla

—De verdad me va a dar un infarto si no se las llevan de aquí, mira como me ve, me puede atacar, ha de traer una navaja o un cuchillo, o un machete, lo que sea que utilicen

El de la entrada suspiro, tomando de los hombros a Chöchö

—No me toques, por favor, mi tiempo no es distinto al de cualquiera en la fila, no vale menos, tengo dinero, solo quiero pasarla bien, chico por favor—Chö tenía los ojos llorosos

—Vamos Chöu, no podemos estar en lugares donde el clasismo es evidente—Le dijo Sarada, tomándola de la mano, pero Chö estaba aferrada a entrar, así que arrojo su mano lejos, mirando al guardia nuevamente

—No nos harás esto, somos tu gente, no eres más por trabajar aquí

—Veré que puedo hacer—Les dijo a ambas

Chöu se tragó el orgullo y las lágrimas, aparentando que todo estaba bien.

—Es algo que merecemos Sarada, no me van a arrancar la dignidad tan fácil—Le prometió

—¿Por qué es tan importante para ti entrar? ¿Es por lo que dijo Daisuke?—Chö ladeó la cabeza—Daisuke es un imbécil

—Sí, pero, debo tener una foto aquí

—¿Para qué?

—Para demostrarle que me lo merezco, que puedo pagarme gustos estúpidos, como ese idiota, tenemos el mismo sueldo, ¿Por qué él sí y yo no?

—No tienes que demostrarle nada, ¿vas a gastar un mes de suelo solo para que te diga algo idiota? ¡Chöu!, solo vámonos, estamos a tiempo de tomar el subterráneo

—A eso me refiero Sarada, ¿Por cuánto tiempo tendremos que tomarlo? Estamos más bonitas que Tinny y a ella le llueven los hombres que le consiguen cualquier coche, le mandan flores, ¿Por qué a nosotras no nos pasa eso? ¿Solo porque somos meseras no podemos aspirar a una vida con comodidades? ¡Pagarnos un uber de vez en cuando! ¡Ir al salón a ponernos uñas! O desayuno de señoras de las lomas, ¿Acaso no podemos aspirar a eso? Yo lo quiero Sarada y para eso me estoy matando en conseguirlo, y no me voy a rendir ahora, estando aquí afuera de lo que podría ser nuestra conexión al mundo que merecemos

—Un mundo superficial y capitalista, lleno de clasismo y racismo, de verdad no entiendo esa parte—suspiro—pero sabes que estaré acompañándote en lo que desees—Le dijo, tranquilizándola y cediendo ante los deseos de su amiga, resignándose, queriendo hacer sentir mejor a su amiga

Ambas sintieron el chorro de agua que caía desde arriba, voltearon la vista viendo como las tipas que estaban ahí abajo se burlaban de ellas, arrojándoles hielo, y el contenido de las botellas.

—Ups—Gritaron—Ya váyanse de aquí pobres—Les dijeron con burla

Sarada tomó de la mano a Chöchö y caminaron lejos de donde pudieran aventarles cosas.

—No mames, no quería que pasara esto—dijo Chöchö con los labios temblorosos, se dirigió al guardia—¿De verdad, vas a dejar que nos pase eso?—Le reclamó con miedo, los de la fila se reían de ellas—¿A ellas no las sacas por hacer eso?

—Ustedes no son clientas, lo que les pase no es asunto de nosotros

—Estamos fuera de su cochino establecimiento

—si no te parece vete

Chöchö se giró con Sarada, realmente molesta

—Quítate los zapatos—Le dijo

—¿De verdad? ¿Se los arrojaras?—Sarada negó

—vámonos de aquí

—¡Pero, pero!—Dijo Chöchö molesta

—Ganas no me faltan, pero hay cámaras por todos lados, si hacemos cualquier movimiento nos echaran la culpa y nos llevaran a nosotras, es mejor irnos antes de que llamen a la policía

—Pero—Observó los tacones queriéndolos arrojar

—No tiene caso Chöu, mira, si decides irte conseguiremos a donde ir, te lo prometo

—Bueno—La esperanza volvía a ella— primero tenemos que conseguir algo de ropa ¿No crees?

—Para eso trabajamos—dijo, mostrándole su tarjeta

.

Habían llegado a una tienda, se limpiaron los pies, poniéndose nuevamente los tacones.

—No, no, no estamos por cerrar

—Solo queremos comprar—dijo Chöu poniendo un pie dentro del negocio, pero la encargada hizo que retrocediera dos pasos a punto de cerrarle la puerta

—No, váyanse de aquí

—Perdón, ¿Por qué me está negando el ingreso? ¡Claramente no es porque van a cerrar, ella entro dos segundos antes que yo!

—Ay ya, vámonos, no merece que entremos—Soltó Sarada cansada

—Luego porque se quejan cuando les ponen las denuncias por racistas

—¿Es una amenaza niña?—Dijo la empleada—Porque soy amiga del gobernador

—Sí sí, mi panocha también y no lo anda presumiendo—dijo Chöu, cerrando la puerta con fuerza

Caminaron unas cuadras buscando una tienda "accesible"

—De verdad no creí que este lugar fuera tan blanco

—Es mejor alejarnos de aquí—Dijo Sarada—No dudo un poco que estás personas llamarían a la policía

—Ni yo, pero así de sucias no nos subirá ningún taxi chica

Sarada le dio la mirada de advertencia, Chöchö negó

—No, no, no digas que el subterráneo

—Estamos a buena hora—dijo Sarada

—¿Enserio chica? ¿Y el lugar?

—Bueno, lo conseguiré—Dijo mandándole mensaje a Ada—Pero no podemos ir sucias ¿Me entiendes?

—Te entiendo chica, este ha sido un día de mierda, yo solo quería que nos divirtiéramos, fingir durante unos momentos que éramos las chicas ricas y millonarias que vivían su vida al máximo, lamento todo esto

Caminaron al subterráneo, resignadas

—Incluso aquí está limpio—Mencionó Chöu molesta—¿De verdad? ¿Es mucho pedir que nuestra parte del sub no huela a pedo? Aquí te puedes sentar a comer los tacos de doña pelos

Había un pasillo de luces de colores, con estrellas fluorescentes pegadas en el techo y alrededor, cuadros con luces neón, y alfombra en el pasillo. Salieron y los cuadros y exhibiciones artísticas estaban ahí

—¿De verdad? ¿Hay policías? —Mencionaba Chöu en forma de reclamo

Sarada estaba cansada, se quito los zapatos y los coloco en sus manos, caminando detrás de Chöchö, observando con calma las cosas que tenían en ese lado de la ciudad, pinturas extravagantes, jarrones, alfombras, fotografías. Era tan distinto a su lado de la ciudad, donde había grafitis, popo embarrada, colillas de cigarro tiradas en el suelo. Aquí limpiaban, desinfectaban y mantenían el orden, había puestos de comida, de recuerdos, a diferencia de su lado, tal vez Chöchö tenía razón, no era un pecado aspirar a más de vez en cuando, no era un delito querer ser parte de un mundo al que no podrán acceder si no es por parte de un familiar millonario o un esposo jodidamente rico. Sí el mundo las recompensará debido a sus esfuerzos y dedicaciones, Sarada Haruno estaría nadando en dinero, y Chöchö en oro, pero así de irónica y petulante era la realidad, señalándole su destino cruel, mostrándole el mundo del que nunca podrá ser parte, aquel mundo que le repugna y añora al mismo tiempo.

En esos instantes se cuestionó sobre su propósito, ¿Deseaba aspirar a cosas banales? ¿Las trivialidades de la multitud blanca y millonaria eran suficientes para ella? Tener un auto, una casa grande y dinero que gastar ¿Sería suficiente? ¿Qué le hacía falta? ¿Qué necesitaba?

A diferencia de su amiga ella estaba en blanco, no sabía que quería más, que podría merecerse cosas más allá de lo establecido, salir de su rutina.

Se imaginó viviendo con su madre hasta que pudiera independizarse con una gerencia o un negocio propio, se imaginó a si misma dirigiendo un club de teatro, retomando actividades recreativas en su tiempo libre, pero este año sabático le estaba costando demasiado, cuestionando cada vez más su existencia.

Había acordado con su madre que durante un año se dedicarían a juntar dinero para poder pagar una educación fuera de ahí, pero realmente no sabía si quería irse, ¿De verdad no habría otras universidades que no fueran patito en su zona?

—Sarada—Chöu la saco de sus pensamientos volteando a ver aquella fotografía en la que se perdió su amiga—¿Es un nudo o algo así? De verdad no entiendo este tipo de arte blanco—Mencionó caminando nuevamente delante de Sarada—Chica tú sabes, me refiero a…a cualquier opción donde podamos conseguir a alguien que nos de entrada a este tipo de eventos ¿Te imaginas ser influencer? No es por presumir chica, pero sabes que tengo seguidores debido a mis bailes, imagínate llegar a un lugar y que te reconozcan por eso ¡Ay mira, viene Chöchö, la chica del trasero negro grande! O Mira esa Diosa, es obvio que le dolió el golpe en el rostro cuando cayó del cielo

—No me lo imagino

—Sí, imagínate rodeada de sujetos gritando mi nombre ¡Chöchö, Chöchö! No reina, me daría el infarto

Nuevamente volvió a sus pensamientos

¿Qué pasaría si tuviera los recursos económicos? ¿Cómo sería una forma fácil de conseguirlo?

—¿Ya viste el precio de una simple botella de pulque? ¡No es cierto! Chica, definitivamente no podría comprar una botella solo por apariencia

¿Chöu seguiría siendo su amiga? ¿Seguiría viajando en el subterráneo? ¿Qué es lo primero que compraría?

.

Habían llegado a su zona, lo sabían por el olor a animales muertos, se bajaron con pesar poniéndose los zapatos, a soportarlos unas cuadras más. Salieron a respirar el "aire fresco" pero fue completamente inútil, había contaminación gracias a los mofles de las motocicletas que circulaban, las fabricas de alrededor, la basura que se acumulaba en las alcantarillas

—Hogar dulce hogar—Mencionó Chöchö

Caminaron a la casa de Chöchö, soportando los piropos, el acoso, y las miradas indiscretas.

—¿Por qué vas seria? ¡De verdad lo siento Sarada, mi intención no fue esta!

—No, no, no, no es por eso, solo que, me sumí en los pensamientos, lo siento—Dijo ajustando sus lentes—Te dije que conseguiría a donde ir así que vamos a cambiarnos chica—El tonó de voz intento ser un poco animada, pero fracasaba en esas situaciones, no podía fingir emociones que no sentía

—Eres pésima pero aún así podré fingir que lo dijiste de la forma correcta

Llegaron a la casa de Chöchö, el olor a tocino estaba presente desde dos casas atrás. La fachada de Chöu se caracterizaba por estar hecha de piedra y bambú, llena de plantas y árboles frutales en su patio.

—Ni preguntes—Le mencionó a su madre, quien fingía leer una revista

—Nos tiraron una botella—Mencionó Sarada

—Te dije que esos vestidos eran demasiado chicas superpoderosas

—¡Perdón mamá por no seguir tus consejos obsoletos de moda!

—La sofisticación es mi fuerte querida—Fingió un acento recatado

—Por si no lo notaste, mi fuerte es llamar la atención, soy una diva andante, es normal que sientan envidia de mí, compersss

Entraron a la casa de Chöu

—Que rico huele—Mencionó Sarada, sentándose en el comedor

—Nooooo—La tomó del brazo y la llevó a otro lado—Baño, maquillaje y salida

Durante unos minutos Sarada creyó que Chöchö se rendiría, y que cedería ante el delicioso olor, pero se equivocó, Chöu estaba aferrada a salir. Tomaron la ducha, iniciaron la rutina, y eligieron la vestimenta, Chöu se colocó un vestido azul que marcaba claramente cada curva de su cuerpo y se colocó una gorra blanca.

Sarada estaba indecisa, la ropa de salir de Chö era de colores chillones, lentejuelas, brillos o cuero, dio un largo suspiro, se colocó su camiseta blanca y agarro un vestido corto pegado, de vini-piel.

—No volveré a utilizar tacones—Le advirtió a Chöu poniéndose sus botas

—Bien, porque yo tampoco—Opto por unos tenis de plataforma

—Ada dice que esta en el trabajo, pero nos mandó la ubi de un lugar—Mencionó Sarada—Ya llamé al auto—Dijo retocándose la línea del delineado discreto que traía

Chö agregó sombras brillosas, y el delineado neón, tratando de llamar la atención.

—Necesito ser el centro de atención chica, me lo merezco, además ¿Quién no querría estar cerca de mí? ¡Huéleme! El olor a la victoria

.

Ambas se miraron compartiendo una mirada inquietante

—¿Estás segura de que es aquí?

—Es la misma dirección que mando Ada—Se defendió Sarada

—Tal vez la fiesta sea en el sótano

Mencionó, observando nuevamente el ambiente, estaba tranquilo, no había ni un sonido, pero sí había globos en la puerta tallada de madera.

—¿De cuantos metros crees que sea la puerta?—Mencionó Chöu, viendo la altura

—¿Cinco?

—¡Es lo que mide mi casa, chica! Y esta solo es la entrada

—¿Vas a tocar?

—No, toca tú

—No hazlo tú

La puerta se abrió, dejando ver a alguien delgado de lentes y cabello negro, portaba una camisa de cuadros abotonada, y unas botas con cintas amarradas.

—Buenas noches—Mencionó Sarada

—Hola—Comentó él—¿Vienen a mi fiesta?—Estaba animado, alegre de verlas, de que alguien asistiera, durante la ultima hora se había rendido y no pensó que alguien asistiría a su reunión, al final de cuentas era el nuevo, y nadie querría estar cerca de un bicho raro como él

Chöu y Sarada se miraron nerviosas—Sí chico, venimos a ver pelos y alcohol, ya sabanas

—¡Pasen! ¡Pasen! No importa que no hayan traído regalo, es algo muy banal en estos tiempos que da flojera

—Sí chico, claro—Le dijo Chö, viendo el enorme jardín que tenía, con diversas mesas

—Yo creí que nadie llegaría, pero llegaron ustedes, significa que si leyeron mi anuncio

Ellas se miraron sin saber de que hablaba

—El que deje en el tablero de los avisos de trabajo, trabajamos juntos, soy el chico del bar, de las bebidas ¡Denki!

—Ha—Dijeron nerviosas sin saber que decir, o que pensar—No te reconocí con los lentes

—¿Los lentes? Sí siempre los uso—Mencionó nervioso, al ver que ellas se miraron continuo con la amabilidad—Siéntense por favor, había retirado unas cuantas cosas, pero, no se muevan, enseguida las atenderé—Daba brincos de gusto, si había sido tomado en cuenta

—Esto es raro chica—Dijo Chöchö—E incomodo, juro que jamás en la vida lo había topado

Sarada miraba a Denki, emocionado, preparando bebidas

—Juro por mi calentura que mataré a Ada, esperaba ver más, ya sabes hombres, alcohol, gente, pero esto esta más muerto que mis idas a coger, así que, vamanas

—Espera, solo, no quiero romperle la ilusión, fuimos las únicas que venimos, sería grosero irnos

—Sí, pero no lo conocemos, esto no es típico de ti Sarada

—Sí lo conocemos, es el chico al que le dimos la capacitación

Sarada miraba a Denki, esperanzada a que se apurara con esas bebidas, Chöchö estaba a dos segundos de pararse y salir por la puerta, lo último que quería Sarada es que la abandonara por irse con un hombre, toda la noche había hablado sobre su calentura, entonces se preguntaba ¿Por qué la insistencia de salir con ella?

—Solo, esperemos ¿Quieres? Tal vez si llegue más gente, digo si lo recomendó Ada es por algo ¿No?

—Par de perdedores—Bufó Chöu aburrida—Puede ser un psicópata, admito que su casa está de encanto, pero, chica, así inician las películas de terror, además que pasa si nos hecha algo en las bebidas

—No va a pasar

—¿Cómo sabes?

Sarada entornó los ojos, mostrándole sus uñas, sabían que si el esmalte cambiaba de color es porque la bebida tendría algo.

Denki observaba como platicaban, no podía ocultar esa sonrisa, tal vez la visita de estas chicas era un inicio, sabía que su papá las desaprobaría, pero ¿Qué importa? ¡Es su fiesta!

Chöu era una persona que le agradaba a pesar de que no cruzara palabra, ella cantaba en alto, atendía cordialmente a la gente y contaba chistes escandalosos, poniendo a más de una persona colorada, y Denki disfrutaba de su entusiasmo, en cambio Sarada, para él era un enigma, siempre estando en el rincón, contando el dinero, callada, sin expresión alguna; Se sorprendió cuando la escuchó hablar, fuerte, claro, con la mirada fija y sin ningún miedo en decir lo que pensaba.

Se pellizco nuevamente, no creyendo que esas dos chicas estuvieran en la fiesta de un chico solitario, se había prometido que podría ser un nuevo comienzo para él, que podría dejar los videojuegos y el sedentarismo si alguien venía a su fiesta y el cielo le enviaba a dos de sus mejores soldadas, ahí estaban, el destino quería algo, quería más de Denki. Tal vez este trabajo le dará algunas soluciones para su vida de algún modo, veía el futuro con optimismo.

Su corazón se acelero al ver a Sarada con media sonrisa dirigirse hacia él, exprimió mal un limón haciendo que le botara en el vaso, intentaba sacarlo cuando Sarada llegó hasta él; Sarada le intento dar una mirada de desconfianza a Chöu, tal vez tenía razón, estaban las dos solas en una casa enorme, con un desconocido que les preparaba bebidas.

—Te puedo ayudar con eso

Denki se limpió la frente, frunciendo el ceño—No es necesario, por favor, ustedes son mis invitadas y tengo que ser servicial

—No, insisto—Dijo metiendo el dedo en el vaso—Perdón que torpe, sabes que, no me entrometeré

Mencionó Sarada llevándose el vaso de ahí dejando a Denki con la palabra en la boca, Chöu se pintaba las uñas ideando un plan para salir de ahí, observo a Sarada sentándose al lado de ella

—¿Y bien?—Le dijo, esperando una extensa explicación de un plan para salir de ahí

Denki se limpió las manos, llevando la bandeja de bebidas hasta donde estaban ellas.

—Les preparé mis especialidades con vodka, ron, ginebra—Ambas se miraron sin saber como reaccionar

—Oye chico lo cierto es que no pensamos durar mucho tiempo, se nos hizo tarde y vivimos al otro lado de la ciudad, no me lo tomes a mal—Dijo Chöu al ver su cara de decepción—Pero…

—¿¡Que esta sucediendo aquí!?—Dijo alguien con voz ronca

—Maldita sea Sarada, es el viejo del refresco—dijo Chöu en susurro mostrándole la imagen de internet

—Papá…te dije que tendría una fiesta—Mencionó Denki nervioso

—¿Una fiesta? Yo solo veo a dos pueblerinas mezquinas aquí ¿Son las sirvientas o qué?

—¡Disculpe señor!—Mencionó Chöu señalándolo con el dedo—Ya hemos vivido demasiadas humillaciones para que un viejo culo rancio como usted nos este diciendo de esta forma

—No es que ser sirvienta sea un trabajo degradante—Mencionó Sarada entre dientes para Chöu

Soltó una carcajada que hizo que ellas se miraran entre sí—Estoy de broma con mi hijo, no se lo tomen personal, pensé que entenderían la referencia

—Lo lamento, lamento mucho eso—Dijo completamente rojo, tomando aire

—Pues no lo captamos

—Pero fue buena esa—Dijo aún riendo—Viejo culo rancio, lo agregaré a mi lista de dichos

—Chico, tu papá es una mierda—Le mencionó Chöu al ver que se fue

—Permítanme compensarles la mala noche con sus chistes fuera de contexto

—No creo que eso pueda ser posible—dijo Chöu de brazos cruzados

—O al menos llevarlas a su casa, es peligroso andar por aquí de noche—dijo, quitándole la alarma a su auto

—¡Sí! ¡Te permitiremos compensarnos chico! De esta crisis emocional y psicológica no te recuperas tan fácil—Mencionó haciéndose la mártir, elaborando un plan para que pudieran acceder a uno de esos sitios lujosos, tal vez a Denki lo dejarían entrar—Es por eso, que nuestra manera de perdonarte es…

—Chöchö ¿Qué haces?

—Callate Sarada, tú Binki, para que te disculpemos nos llevarás a algún lugar donde podamos mover todo esto—Señaló su cuerpo

—Sí, sí, soy Denki, pero sí con gusto lo hago—Mencionó nervioso, invitándolas a su auto

Chöu estaba emocionada de subirse a su auto, de oler los asientos, de ir mirando por la ventana. Se sentó en el asiento de adelante, y Sarada iba con los brazos cruzados en el asiento de atrás, mirando a todos lados esperando una salvación.

—Mira chico, si eres un secuestrador o algo por el estilo, quiero que sepas que mi amiga es un arma andante, te golpeará hasta que llores por tu papi, ¿Ok?

—Está bien—comentó Denki con una sonrisa nerviosa, sabría que estaría en problemas por irse, pero ellas eran las únicas personas que habían asistido a su fiesta, y para su padre había fracasado, si la gente de clase baja no venía a una fiesta de él, ¿Qué le hacía pensar que la gente de su clase se relacionaría con su hijo?

Denki se sentía un fracaso, no hacía las cosas bien, tenia prioridades que no estaban a la altura de la familia; Estar como biólogo marino no iba con las necesidades de las empresas familiares, y esta fiesta era para socializar con la crema y nata de la ciudad, pero nadie había asistido; Había desafiado a su padre, diciéndole que la gente importante para él llegaría en cualquier momento, y que con gente así de tu lado no necesitabas a gente millonaria, pero la triste realidad era que esa gente no perdería un día de salario para asistir a una tonta fiesta de un niño blanco privilegiado. ¡Sí, era importante para Denki! Pero para la gente era más importante el trabajo, solo que Denki no dimensionaba la magnitud de vivir un día sin comida, a él no le había faltado nada.

Nuevamente volvieron al sitio donde las habían echado, no tuvieron que hacer fila, Denki se postró ahí frente a ellos, con nerviosismo, ajusto sus gafas.

—Kaminarimon Kidenki—Mencionó y estos les abrieron el paso, Chöu y Sarada entraron levantando los dedos medios hacia las personas que las habían discriminado

—Nos humillaron no sabiendo que éramos las dueñas del lugar

—¿Cómo-cómo supiste que mi papá es dueño del lugar?—Dijo con nerviosismo

—No lo sabía—Dijo Chöu con una sonrisa enorme, posando sus ojos en la mesa de aquellas que le habían rociado la bebida—Significa que eres intocable en sitios como este ¿Verdad?

Se imaginó metiendo la cara de la chica en el baño, humillándola de la misma manera en que ella lo hizo, pero deshecho ese pensamiento, ella estaba aquí para divertirse, y solo por esta ocasión, aunque la venganza estuviese a la vuelta de la esquina, no cedería tan fácilmente,

—¡Vamos a mover el culo par de idiotas!—Dijo, tomándole la mano a Sarada y a Denki al mismo tiempo, guiándolos a la pista, estos se movían de una manera incomoda, pero a Chou no le interesaba, ella estaba en su mundo, finalmente podía acceder a sitios como este, lugares que te vendían la experiencia

—Es mejor solo seguirle el juego—Mencionó Sarada, bailando, soltándose un poco más, Denki lo hizo igual, sintiendo las miradas de la gente ante sus pasos raros—Sigue así, no te detengas—Dijo Sarada, imitando los pasos de baile que hacía, le daban las vibras de Lady Gaga

Sarada no supo la forma en que Denki guardó ese gesto de seguridad, ese aliento que le daba a continuar, estaba aceptándolo de alguna forma, no lo veía como alguien raro, o como algo vergonzoso, la sonrisa que ella ponía era genuina o al menos eso juraba Denki, al igual que las risas, se sorprendió de ver este lado de Sarada, no era la chica gruñona y aislada que contaba dinero, era la chica que también se divertía, que alentaba a los demás a seguir su propio ritmo.

Chöu seguía dedicándoles miradas a las chicas que ya habían notado su presencia y se burlaban de los movimientos que hacía, estaba a punto de darles ese poder, pero decidió ignorarlas, atraía la atención de varias personas, una chica grande como ella bailando de esa forma, sin pena, ni vergüenza era alucinante.

Se escuchaban comentarios alrededor diciendo que querían el autoestima y seguridad que ella manejaba, pero eran discursos cuestionables, ¿Por qué tendría que depender de Chöu el hecho de tener autoestima? Eran discursos revictimizantes llenos de odio hacia la gordura, y era algo que Sarada no podía ignorar, para Chöu el tomar en consideración esos comentarios sería darles importancia y poder a aquellas personas que los emitían.

—Amiga necesito tu autoestima—Mencionó alguien, riendo, bailando con Chöu, esa había sido la gota que derramo el vaso

—¿Por qué? ¡El problema no es el autoestima de Chöchö el problema es tu autoestima!—Le mencionó molesta

—Sarada—La detuvo Chöu

—Sabes muy bien que son discursos—Chöu la cortó

—Lo sé y también sé que no lo dijo con la intención de herir

La chica las miraba de un lado a otro sin saber que hacer—Perdón, es que dije algo malo—Ambas se contradecían en sus respuestas, la chica estaba más nerviosa

—Chica venimos a divertirnos, no a sensibilizar a la gente con las mamadas hegemónicas—Mencionó Chöu—Estas en un ambiente de gente blanca, podemos fingir por unos momentos ser señoras de las lomas ¿Sí?

Sarada asintió de mala gana, al poco tiempo se sentó inquieta, siempre le molestaba esa frase pero más le molestaba que Chöu se quedará de brazos cruzados, fingiendo que nada paso. Denki se sentó al lado de ella.

—¿Qué tiene de malo que haya dicho eso?—Preguntó nervioso, él también desearía tener la seguridad que tiene Chöchö

—Porque es un discurso donde te re-victimiza, mira, siempre culpan al amor propio, si no tienes amor propio significa que por eso estás gorda o si estás gorda ten un poquito de amor hacia tu cuerpo para que adelgaces—Sarada bufó—Nosotras no somos las causantes de que las otras personas internalicen la gordura como algo malo, es cuestión del contexto, pero una siempre debe tener la culpa y ser responsable de lo que aparenta ser, si ven a una chica como Chöuchöu disfrutando inmediatamente llueven comentarios, y cuestionamientos acerca de como obtuvo esa seguridad, es que es tan frustrante

—A ella no parece importarle—Mencionó Denki observando la diversión de Chöu y su fluidez en el baile

—No, porque ella sabe lo que su cuerpo significa para ella, pero no por eso tiene que dejar de molestarme el hecho de que vengan con esos discursos, se supone que toda esta gente tiene el acceso y los recursos para acceder a esa mierda del conocimiento, ¿Por qué siempre tenemos que ser las de abajo las que traigan estas sensibilizaciones para que después ellas se apropien de esto?

—¿Estás enojada con las personas blancas?

—¡No!

—Parece que sí lo estás—Mencionó nervioso, quiso cambiar de tema de inmediato—¿Quieres una bebida?

—Oye—Olvido su enojo por unos segundos—Es tu cumpleaños ¿No?—Recordó vagamente la fiesta

—No, bueno sí, sí es un festejo

—Lamento que te hayamos arrastrado hasta aquí sin preguntar tu opinión

—No, no, no está bien, no creo que haya llegado más gente, espere durante tres horas hasta que aparecieron ustedes, supongo que esta bien—La resignación en su tono de voz se podía notar, era cierto que había esperado todo el día con la esperanza de que sus compañeros laborales llegaran, este podía ser el momento en que se podía sentir importante, su primo le había dicho que al tipo de gente con la que trabajaba le gustaba ir a ese tipo de ambientes, casa grande con piscina, alcohol a morir, pero claramente había fallado el comentario, puesto que nadie había asistido—No negaré que sí estoy un poco molesto por eso, me habían dicho que la gente faltaba al trabajo por asistir a fiestas

Sarada frunció el ceño—¿Quién dijo eso?

—Mi primo Watase

—Evidentemente te mintió—Dijo con media sonrisa

—Sí…supongo, tal vez este ambiente tampoco sea para mí—Comentó bajito, creyendo que tampoco podía encajar

—Somos dos—Le dijo Sarada—Tres, dos, uno—Mencionó antes de que apareciera Chöu mencionando que alguien la había invitado a salir, compartió la ubicación con Sarada y esta memorizo la cara del tipo

—vámonos Denki—Dijo Sarada

—Pero ¿Y Chöu?

—No te preocupes, estará bien—Mencionó caminando a la salida—Tu y yo iremos a festejar tu cumpleaños—Le dijo con una sonrisa—¿Qué te gustaría hacer?

Los ojos de Denki se llenaron de lágrimas, hace mucho nadie había tenido un detalle así con él, sus labios temblaron y agradeció internamente a Sarada por ese gesto. Tal vez no se había equivocado en poder encajar aquí, no en el ambiente laboral, pero si con ella, había demostrado amabilidad e interés en lo que él quería, manejaba una personalidad completamente diferente a lo que él imagino, aquella chica sombría paso a ser esa persona calidad que le abrazaba con sus acciones y rezaba porque continuara así.