Disclaimer: Los personajes de la saga Fire Emblem no son de mi pertenencia, sólo los tomo prestados para entretener sin ningún fin de lucro.


PRIMERA PARTE

Un mundo desconocido

Abrió los ojos levemente, molestándose de la intensa luz que el cielo le otorgaba; Después de acostumbrar su mirar al sol, se cubrió la vista con el antebrazo izquierdo dejando que el aire dejase ir la confusión, tristeza e ira, masajeando su rostro con suavidad. Bajó el brazo y respiró profundamente antes de plantearse la idea de levantarse y emprender camino en busca de respuestas ante un secuestro que ella misma olvidé.

Se sentó en el verdoso y húmedo pasto, cruzándose de piernas y brazos, pensante en cómo seguir. Es obvio que se hallaba en medio de una planicie deshabitada, sus ajustados jeans habían cambiado por una falda que le llegaba las rodillas, su holgada sudadera como playera fueron sustituidos por una blusa beige de tirantes y una tela que se enredaba un poco en su cuello y caía sobre la espalda, como calzado, unas botas cafés hasta las rodillas suplantando sus converse blancos. Su cabello estaba atado en una cola de caballo alta y a su costado, justo en el hombro reposaba un bolso café. A pesar de la situación, no tiene miedo, está extrañamente calmada y con la cabeza dispuesta a buscar soluciones con toda la paciencia del mundo.

—Muy bien —se dijo decidida—. Hora de averiguar qué pasó

Sin embargo, al levantarse y tomar el bolso, fuertes pisadas comenzaron a resonar. Rápidamente, desde la lejana vista, puede apreciar a un grupo de caballos andando por el pasto, obviamente, siendo controlados por sus jinetes.

—¿Y esos? —se preguntó usando su mano para cubrirse del sol—. ¿Habrá algún espectáculo por aquí?

Los caballos apresuraron su cabalgar hasta su posición, rodeándola entre seis y sus jinetes. Llevaban una armadura medieval negra que les cubría la cara y, así como ellos, los corceles vestían esas armaduras. Al verse rodeada, sus sentidos finalmente reaccionan a su situación y el miedo se hace presente en sus tiernas temblorosas y su corazón que late veloz.

—¿Quienes son ustedes? —preguntó, su voz irremediablemente tembló.

—El jefe te busca

Su voz suena profunda y da una edición de eco.

—¿Su jefe? —cuestionó alzando una ceja con confusión—. ¿Quién es su jefe?

—Pronto lo averiguarás

El líder, el que traía la armadura ligeramente cambiada del resto, se dispuso a atacar logrando aún más nerviosismo y pánico en ella; Quiso retroceder, pero no era posible debido a la obstrucción de los caballos... Sólo pudo gritar pidiendo ayuda. El líder, quien había alzado su lanza en alto, la soltó en cuestión de nada, incapaz de sostenerla por más tiempo; Ella miró sorprendida y confundida, inhábil de asimilar el por qué, los jinetes caían muertos mientras los caballos huían.

—¿Pero qué...?

Se acercó para inspeccionar el cuerpo del líder, tomando una rama para picarlo desde una distancia segura, sorprendida de una flecha fina y delgada en la yugular de hombre traspasando la armadura.

—N-No lograrás salvarlos

Se asustó al repentino salto del líder quien hablaba con voz ronca mientras tosía sangre. Se abalanzó contra ella, sujetándole el cuello con fuerza al punto de la asfixia.

—Tú... volvéras... a ella...

Y se debilitó por completo, dejando caer su cuerpo sobre ella.

Realmente sintió miedo al ser asechada en una nación de la cual no tenía idea de su existencia, se quedó sola, incapaz de moverse por terror a ser atacada nuevamente. Incluso dejó el cuerpo encima por temor a que llegasen más o que éste saltase de nuevo en ataque.

—¡Menos mal llegamos a tiempo!

Agitó la cabeza de un lado a otro esperando que sus emociones de preocupación y miedo se esfumaran por un momento, el suficiente para fijar la atención en los personajes que se acercaban con velocidad y la miraban con preocupación. Se quitó el cuerpo de encima al ver su completa inmovilidad, algo difícil tomando a consideración su peso superior al suyo. Pudo reconocer a muy pocos debido al impacto de la situación, o eso intentaba cuando se puso de pie.

Un joven peliblanco de túnica oscura con marcas en la tela, un tomo en la mano derecha y una espada que emitía unas cuantas chispas. El otro, un joven pelirrojo con una cinta en la frente, una espada en su funda colgando en su espalda de manera horizontal vistiendo una armadura azulina y plateada. Y por último, un chico de cabello azul, armadura de color plateado y con el brazo derecho descubierto mostrando lo que ella sabía, una marca especial.

—Ustedes… —susurró con asombro, incapaz de ver a quienes tenía en frente.

—Creo que ya nos conoces —sonrió el chico de cabello blanco—. No es necesario presentarnos ¿O sí?

¡Por supuesto que no! ¿Y así como así?

—¿Qué hacen ustedes aquí! —exclamó más sorprendida—. No... ¡¿Q-Qué hago yo aquí?! ¡¿Cómo llegué?! ¿Qué año es este entonces? ¡Acaso bebí más de la cuenta?

—Son demasiadas preguntas, te las responderemos después —respondió el peliazul—. Robin, Roy, vámonos

—No tienes por qué preocuparte —habló el chico de rojizo cabello otorgándole una sonrisa tranquila—. Estarás bien con nosotros en lo que llegamos al campamento, no está lejos de aquí.

Asintió aún confundida, incapaz de desmayarse ante la vergüenza de ser vista y descubierta. Decidió seguirlos debido a que los conocía bien, ellos estaban del lado de los buenos, a excepción de Robin sanguíneamente, de quién prefería no decir nada hasta estar segura de quién era.

Para ella, no era fácil decir que se estaba refiriendo a la historia de un videojuego, ¿qué eran ellos? ¿sabían su existencia como tal? ¿o qué creían que eran ellos? June tiene muchas preguntas que hacerles, pero no sabe si les responderá o si se las tomarán bien a fin de cuentas. Así que decide seguirles el paso hasta que sean capaces ellos mismos de decirle toda la verdad.

Detrás del pequeño ejército, revisó el bolso que colgaba a su costado; Traía un papel enrollado bastante grueso que prefirió dejar guardado por temor a que éste fuese demasiado grande para leerlo en plena planicie, unas pequeñas bolsillas color café con un líquido y una botellita azul con un líquido parecido dentro.

—¿Nunca has visto las pociones y el elixir? —preguntó el Roy esperándola en el caminar—. Se supone que debes conocerlos bien

—Yo no sé cómo llegué aquí —se excusó encogiéndose de hombros—. Así que dudo que esto sea real.

—Pero lo es. Nosotros tampoco podemos darte información exacta porque no tenemos mucha idea de lo que pasó

—¡Me han traído a un mundo lejano al mío sin saber nada! —alzó la voz—. Porque fueron ustedes, ¿no es así?

—No te apresures —habló Chrom en modo explicativo—. Nosotros no te trajimos específicamente, alguien más lo hizo

¿Alguien más? ¿A qué se refería con ello? Recordaba que la última noche, se hallaba en su departamento jugando Fire Emblem Fates Revelation mientras el televisor anunciaba, como todos los días, noticias acerca de guerras, impuestos y contaminación. Había estado más aburrida, así que decidió jugar el capítulo final mientras bebía una botella de vino que fue su regalo de cumpleaños número diecinueve.

Ahora se hallaba con tres "desconocidos", en una tierra que no existía realmente, hablando de trivialidades según ellos. Realmente su creencia de haber bebido de más, es más fuerte cada segundo.

—Tu papel es simple —respondió Chrom nuevamente deteniéndose mirándonos con seriedad a los tres—. Nos vas a ayudar a acabar con la guerra.

—¿Yo? —preguntó incrédula—. ¿Y cómo haría eso? No sé pelear, no soy tan lista, ¿qué tengo que hacer?

—Aún no lo sabemos, pero tranquila, después serás capaz de volver a tu hogar olvidando todo.

Dudó seriamente en que si cumplirían su palabra de devolverla a su hogar aunque, siendo realista, sabía que sólo la casera la estaría esperando con el pago del mes correspondiente. Resignada, asintió y siguió la marcha intentando olvidar el hecho de la soledad y situación actual. No está segura de su papel, no quiere ayudar si no sabe si el entorno es real, si estará segura en todo el conflicto.

El cielo carecía de nubes dejándose apreciar claramente, las aves volaban con libertad hacia una sola dirección en una formación común y que conocía perfectamente, el ambiente era tranquilo, perfecto para un viaje no tan largo.

No existía la gente en la planicie, sólo ella y con quienes logró reconocer como Chrom, Robin y Roy mucho antes. Al principio, se sintió emocionada y halagada de ser reconocida por grandes estrellas en los videojuegos, porque así era, no eran reales y eso posiblemente fuese un sueño al desvelarse jugando su saga favorita; Independientemente de que fuese un sueño o magia imposible de explicar, se hallaba allí con ellos especialmente

—¿Falta mucho? —preguntó hastiada de caminar

—No realmente —sonrió Roy al final de una pequeña colina señalando algo en la cuesta—. Por ahí está el campamento. ¿Lista para conocer al resto?

"Ya los conozco" quiso responder, simplemente siguió el camino logrando divisar a lo lejos, las cabecillas de los anteriores ejércitos y, tras una cortada intencional, se daba cuenta que no era un sueño.


Sus pasos eran lentos y nerviosos al pensar qué tipo de personas se hallarían en ese misterioso campamento. Roy hablaba maravillas de las personas que eran sus amigos, sin embargo, ella tenía miedo de que quienes admiraba, fueran contrarios a quienes se veían en su realidad. Hasta donde sabía y verificaba como correcto, Roy, Robin y Chrom, mantenían sus personalidades exactas y le daba un ápice de esperanza que el resto fuese así.

—¿Lista? —preguntó el trío

Ella asintió con cierta inseguridad, dejando de lado su nerviosismo, tomando confianza y buscando lograr agradar a los miembros del ejército.

—¡Chicos!

—¡Ya llegaron!

Los tres chicos fueron recibidos por parte de sus amigos con palabras de aliento y alegría tras su regreso a salvo, mientras hablaban acerca de la pequeña pelea que hubo en la planicie no muy lejos de su campamento.

Ella veía el lugar por su lado, sorprendida de que su escondite estaba bien organizado; Había varias tiendas de campaña color beige bastantes grandes para una o dos personas, no podía saber lo que existía dentro, así que se limitó a admirar afuera. Aparte de las tiendas, había una fogata con lo que lucía como la cena de la noche anterior, había unos cuantos árboles entre las tiendas y el terreno de centro para obstaculizar cualquier ataque enemigo de sorpresa.

Habían restos de armas en el suelo y se había enterado que existía un pequeño claro no muy lejos, lo que hacía más fácil su vivencia

Sintió un toque en el hombro volviéndola a su realidad.

—¿Robin? —preguntó curiosa—. ¿Pasa algo?

Él negó, acercándola a donde el resto de líderes se encontraban volviéndola más nerviosa con ganas de volver su desayuno. Antes de que alguno pudiese hablar, se presentó.

—Mucho gusto a todos ustedes... Mi nombre es June. Un placer.

—Bienvenida, June —habló Eirika, la Princesa de Renais, con una sonrisa amable y encantadora

—Así que tu eres la que el anciano mandó—habló el líder del ejército—. Debes conocerme ya...

June levantó el rostro, emocionada por conocer finalmente al mejor Lord de todos, al primero conocido, al rey de reyes, el único dueño del Emblema de Fuego y la Falchion, sin embargo, más allá de su buen ver, en los ojos contrarios hay frialdad y seriedad, toda la bondad que Marth poseía, había desaparecido, según la primera impresión.

—Es un gusto... Rey Marth...

Tras sus frías y nulas palabras, se retiró a la tienda que June creía era suya. Se confundió a la personalidad de quien más estimaba, puesto que creía que él era un joven amable y de buen corazón, sin embargo, se encontró con un chico que apenas la miró.

—Perdona su actitud... —habló alguien más, el Rey Ephraim—. No es el mismo desde hace tiempo

—¿Qué pasó? —preguntó curiosa

—¿Conoces a Caeda? —June asintió—. Bueno...

—Ella perdió la vida durante un ataque sorpresa al castillo de Archanea —respondió Roy—. Fue un golpe muy duro para Marth... No alcanzaron a casarse...

June la conocía y aunque no siéntese un gran cariño hacia el Jinete, conocía el dolor de Marth al perder a quien amó. Pero le causa extrañeza el asunto, ya que sabe que dicho acontecimiento llega a pasar si Chrom estaba ahí con todos los demás, mas parece que en ese lado de la historia, no ocurrió.

Ike la llamó para guiarla a una de las tiendas para que pudiese descansar y que en un momento, le llevarían de comer. Mientras caminaba a su tienda y se dedicaba a mirar el resto del campamento, tiembla de aquellos desconocidos en lo que siente una mirada y presencia cerca. Admitió que sería difícil manejar la situación de tener siempre las miradas encimas.

La castaña admiró el interior de la tienda encontrándose con un catre individual adornado con un par de mantas, y un escritorio donde encima, se hallaban libros del arte de la guerra lo que supone, era probablemente el tipo de escritorio que Robin tenía en su tienda. Se apresuró sobre sus pasos y entró de lleno a lo que sería su habitación. Se lanzó al catre con suavidad y desató su coleta dejando caer su castaño, lacio y largo cabello.

—Ah… Todo esto es tan surrealista.

Comenzó a buscar dentro del bolso con el que despertó al llegar, algo que pudiese distraerle hasta que fuese llamada por alguno de los líderes o por el mismo Rey Marth; Sacó las pociones, el elixir y, al recordar el grueso pergamino, se levantó para tomarlo y extenderlo sobre el escritorio haciendo a un lado los libros.

Se maravilló al ver que el grueso pergamino, al estar extendido, revelaba un mapa de varios continentes; Esos mismos continentes, estaban separados y que conocía realmente bien.

—¡Interesante! —expresó maravillada—. ¡Aquí están todos los continentes! ¡Magvel, Elibe, Archanea!

Sin embargo, había un mapa por separado que mostraba dos continentes.

—¿Valm? ¿Ylisse? ¿Por qué será eso?

Pensó con detenimiento, hasta hallar la respuesta que indicaba la separación de dicho mapa. Al imaginar el por qué la mayoría de los líderes se hallaban juntos tanto en persona como sus continentes que en sus mapas indicaban, pensaba en que era porque todos los acontecimientos, obviamente pasando en diferentes lugares, ocurrían alrededor de las mismas fechas. No lo veía posible debido a las mil y un teorías que escuchó, hizo y leyó acerca de una cronología que no había sido anunciada hasta la fecha y contradecía lo que ella justamente admiraba.

Dejó de molestarse la mente pensando en cosas a las que nunca llegaría esa tarde, regresó a su cama para seguir buscando entre las cosas del bolso alegrándose completamente en el camino.

—¡Mi celular!

Prendió dicho aparato sorprendiéndose de que éste tenía batería, tecleó la contraseña y, después de un par de segundos, se apagó por completo.

—¿Murió? —preguntó tristemente—. Supongo que es normal, esto ni siquiera debería existir

Había descubierto una pequeña libreta que al dividirla en dos, utilizó una de sus partes como diario para relatar sus mayores experiencias, temores y alegrías; En la otra parte, sacó a flote su lado friki, escritor y romántico para realizar todo lo que estratega haría, tal cual Robin hizo... Emparejar a los personajes e incluso, escribió una lista con quienes harían buena pareja, claro está que no le daría tanta importancia como ayudarlos en la guerra y volver a su hogar.

—¿June?

La joven se alejó del cuaderno, cerrándolo y acercándose para abrir la tienda y encontrarse con otro peliazul, abundaban en el campamento.

—Príncipe Seliph...

—No hemos tenido la oportunidad de platicar, ¿verdad? —June negó—. La cena está lista

Siguiendo las órdenes de su estómago, salió energética para formarse esperando su plato donde la pelirroja de Valentia servía la comida, agradeciendo por su porción y sin perder tiempo, tomó lugar entre Seliph y Micaiah. El olor de la sopa de verduras, provocó un fuerte gruñido que sin esperar, comenzó a comer con velocidad dobleteando más de una vez llamando la atención de varios.

—Alguien tenía hambre —rió Eirika

—Hora de formular las estrategias —habló Marth con seriedad sentado exactamente frente a ella—. Como todos saben, las capitales han sido tomadas, unas tras otras, sin embargo, no podemos tomarlas de regreso así como así.

—¿No convendría un ataque sorpresa? —preguntó la sacerdotisa—. Una distracción

—Ya lo intentamos —respondió Leif—. Lenster simplemente reforzó su seguridad

—Además, están reuniendo ejércitos de otros países —explicó Roy—. Una vez nos costó derrotar al ejército de Bern, no podremos con las alianzas que posee.

—Sólo podemos llegar a los países sin llamar la atención... Es con el Outrealm

June dejó de beber el líquido de la sopa para observar el rostro de los líderes.

—¿El Outrealm? ¿Existe? —cuestionó limpiándose la comisura de los labios con el dorso de la mano.

—Así es... —respondió Eirika—. Los únicos que tienen total libertad para entrar son Chrom y Robin..., pero hasta donde sabemos, ellos no son los únicos que se pueden mover entre tierras.

—Hay alguien más —dijo June con sorpresa.

—Así es... Corrin.


Me presento, aunque no tiene sentido porque no es la primera vez que me paso por aquí. Esta historia yacía escrita con el nombre de Strategy Game, sin embargo, por cuestiones de fallas en el lore, vida personal, estudiantil y experiencia, no la seguí y preferí borrarla no hace mucho, pero a través de los años, decidí terminarla y finalmente está lista.

El concepto sigue siendo el mismo, los protagonistas de la franquicia, reunidos para enfrentar un solo mal, con un plus de que esta vez, usaré más abiertamente el contexto de mundos paralelos, como lo que nos ha enseñado Heroes estos seis años. Sólo que no usaré Engage ni Three Houses porque cuando escribí esto, no estaban del todo confirmados, así que no esperen verlos. En Ao3 esta historia se encuentra más avanzada y hay más etiquetas, de todas maneras, iré advirtiendo en cada incio de capítulo lo que se puede presentar. Hay lore extendido, traté de usar a todos los personajes, o en su mayoria, y relaciones de todo tipo porque, mundos pararelos.

Realmente le puse empeño a esta historia, no es nada comparada a las que anteriormente había subido, así que si le pueden dar una oportunidad, se los agradecería muchísimo. Espero que les haya gustado el prólogo y nos vemos en el siguiente capítulo, que ya aclara un poco más cómo se va a desarrollar esta temática.

Uff, que bien se siente volver.