No podía hacerme de la vista gorda para hacer un nuevo especial de San Valentín (aunque algo tarde) para Sono Hanabira ¿Qué ya hay un puñado de historias así por aquí? Sí, pero no por eso hay que abandonar. Toda idea nueva debe ser bienvenida. Disfruten de este Two-shot, que viene bien cargadito, especialmente porque antes pensaba que lograría dejarlo como OS, pero no pude xD.
De amores y amistades en San Valentín
Una reunión sorpresa estaba llevándose a cabo en la azotea de la preparatoria de St. Michael, y la misma estaba integrada por Yuuna, Nanami, Kaede, Sara, Mai (procedo a limpiarme la frente), Reo, Takako, Runa, Eris, Shizuku, Miya (me seco la frente de nuevo), Risa, Rikka y Sayuki (por fin terminé), y todas se habían traído un asiento para así esperar de la manera más cómoda posible. Algo sumamente importante debía ser el motivo para que las congregaran a todas en ese lugar, pero la persona que las había convocado no se presentaba todavía, así que tenían que esperar, cosa que empezaba a impacientar a las chicas rápidamente, lo que llevó a algunas a hacer cosas por cuenta propia, como que Reo se pone a comer unas papas fritas, o que Sara intenta dormir en las piernas de Kaede, o que Runa hace que Takako le masajee los hombros.
─ ¿Todavía no viene? Tengo cosas que hacer para estar simplemente aquí sentada ─ procede a quejarse Shizuku, a lo que Eris la rodea con un brazo.
─ No te preocupes. Si necesitas mi ayuda sabes que siempre te doy una mano.
─ Tengo que hacer una serie de anuncios con kanjis para la clase ─ aclara Shizuku.
─ Pues apoyo moral cuenta como ayuda, ¿verdad? ─ es todo lo que puede decir la sueca.
─ Ya van casi diez minutos ─ Yuuna mira nuevamente la hora ─. Me pregunto si algo estará retrasando a la persona que nos convocó. Es preocupante, y en el comité de protección medioambiental ya nos deben estar esperando a Nanami y a mí.
─ En todo caso deberían avisarnos. Esto es una falta de respeto ─ dice Miya cruzándose de brazos con enojo ─. Con lo que podríamos hacer Risa y yo a estas horas sin estar esperando por nadie ─ dice entre dientes.
─ ¡No sigas, Miya!
─ Ohayo, chicas ─ aparece Rena con varios papeles en sus manos y los deja sobre el asiento que habían traído para ella ─. Ustedes sí que han llegado temprano.
─ ¿Temprano? ─ Shizuku alza una ceja con ligera indignación ─ Usted nos convocó para que estuviéramos aquí a las once de la mañana, y ya pasaron diez minutos.
─ ¿Qué? Creí enviarles un mensaje a todas que la reunión era a las doce… ─ Rena se pone pensativa, a lo que todas estaban boquiabiertas y con una gota en sus cabezas ─ Jeje, usar números arábigos tiene sus detalles. Un mínimo fallo de tecleo puede torcerlo todo. Debí decir la hora en kanji para asegurarme mejor…
─ ¿Podemos empezar ya mismo? ─ dice Reo impacientándose.
─ En veinte minutos estoy empezando con mis prácticas, sensei ─ dice Rikka con urgencia.
─ Bueno, en ese caso seré breve: Chicas, ¿qué tal si hacemos una actividad para este San Valentín?
Las parejas empiezan a mirarse entre sí. La idea de Rena no lucía demasiado pensada, si incluso era predecible que, con San Valentín acercándose, todas querrían hacer algo para sus respectivas parejas, siendo la primera idea que pasaba por sus cabezas el hacer chocolates. Rena, ya habiendo anticipado lo que estaban pensando todas, tenía todos sus movimientos fríamente calculados.
─ Sé muy bien lo que están pensando todas, y les digo que no tienen razón alguna para preocuparse, chicas. Esto lo haremos un poco diferente ─ Rena saca de entre sus papeles un sobre y lo agita ante todas ─. Aquí tengo los nombres de todas. Cada una de ustedes va a venir y sacará un papel del sobre. Se les agradece que desdoblen el papel y lo lean en voz alta, pues en caso de que saquen sus propios nombres tienen que sacar otro, o de lo contrario no hay actividad, y debemos garantizar total transparencia en el proceso. Otra cosa es que no deben decir lo que le van a regalar a la que el sobre dicte que será su pareja, ni deben ver en ningún momento lo que harán las que les darán su respectivo regalo. Ese detalle en específico debe ser un total secreto, y créanme que estaré echándoles un ojo sin previo aviso para cerciorarme de que están cumpliendo con las reglas.
─ Estoy conforme con las reglas. No hay problema por mi parte ─ responde Mai tranquilamente, a lo que Miya, Sayuki y Takako asienten ─ ¿En qué orden salimos a sacar un papel?
─ Pues en el orden que ustedes quieran. Que venga la primera valiente a sacar el primer papel. Aquí las espero.
No pasa un segundo cuando Nanami se levanta de un brinco. Resulta que Yuuna le había pellizcado una nalga para que se ponga de pie, y a Nanami no le queda de otra que dar entonces un paso al frente. Mete su mano en el sobre y revuelve un poco hasta que sus dedos atenazan uno de los papeles, lo saca y lo desdobla lentamente para así leerlo en voz alta.
─Me toca con… Reo-senpai.
─ ¿Eh? ¿Eso quiere decir que Mai no me va a regalar nada? ─ empieza a quejarse la loli Kawamura.
─ Tranquila, Reo. Con algo de suerte te toca hacerme un regalo ─ le dice Mai mientras la rodea con un brazo.
─ Bueno Nanami, para otra oportunidad será ─ le dice Yuuna con una dulce sonrisa en cuanto la pelirroja se vuelve a sentar a su lado ─. De todos modos no es como si no fueras a regalarme nada en San Valentín. De hecho, ya te imaginas que entre las dos nos daremos nuestro especial y amoroso regalo después de que el intercambio haya terminado.
─ C-claro, onee-sama ─ Nanami traga grueso mientras se sonroja.
─ La que sigue ─ Rena alza en alto el sobre.
─ Voy yo ─ Runa estira los brazos y camina hasta su hermana ─. No permitiré que nadie que no sea yo tenga a sensei ¡Ahí voy! ─ Runa mete la mano en el sobre, y ahí mismo saca el papel para desdoblarlo ─ Ehh… Creo que es mi nombre. Mejor saco otro.
─ A ver… ─ Rena echa un vistazo y sonríe de manera maliciosa ─ Runita le hará un regalo a Sawaguchi Mai-san. Felicidades.
─ ¡Me lleva! ─ Reo pisotea furiosa.
─ En ese caso sigo yo ─ Miya se pone de pie y saca un papel ─. A mí me toca con… pues con Sayuki. Lo siento, Risa.
Las mencionadas sonríen brevemente mientras que Rikka alza una ceja. Con eso estaba claro que ella tampoco podría hacer nada para regalarle a su respectiva pareja. El sorteo de Rena estaba lejos de terminar, y ya habían varias parejas que tenían más que asegurado que no intercambiarían regalos. Sayuki es la siguiente en ponerse de pie y agarra un papel para así saber a quién le iba a regalar, y al mostrarlo se ve el nombre de Yuuna. Daba igual realmente para la rubia, pues de todos modos Nanami ya no iba a darle nada en cuanto a este intercambio se refiere.
Ahora era el turno de Eris. La sueca hace calentamientos como si estuviera a punto de salir a jugar a algún deporte, y entonces pone su mano en el sobre, rezando entre dientes que sacase el papel con el nombre de Shizuku, y al sacar el bendito papel y desdoblarlo…
─ ¡Aquí está! ¡Te daré todo mi amor…! ¿Eh? ¿Rikka?
─ Ahí se viene abajo otra pareja ─ dice Miya empezando a reírse por no llorar.
─ Ya que. Esto no puede ir a peor ─ Rikka se levanta para agarrar un papel, y al sacarlo lo lee en voz alta ─. Pues me toca regalarle algo a Risa-chan. Pues ya está.
Miya pasa de reírse a estar mirando a Rikka con ojos asesinos mientras la rodeaba un aura deprimente. Su única esperanza para este punto era que Risa pudiera hacerse con su nombre para así hacerle un regalo. Rena agita nuevamente el sobre luego de anotar la última escogencia.
─ ¿Alguna otra valiente, o acaso me tomo la molestia de escoger por ustedes?
─ No hace falta. Ahora voy yo, que de todas maneras no tengo nada que perder ─ Mai se levanta y va por su papel ─. Veamos… Pues le tengo que regalar algo a Shizuku-sama. Procuraré que sea algo bonito.
─ Cuento contigo, Mai-san ─ le responde la Kirishima con una suave sonrisa.
─ Ahora voy a probar suerte ─ Sara se pone de pie y va dando brinquitos hasta Rena ─. A ver, ¿a quién le tendré que dar un regalo divertido en San Valentín? ¡Ya lo tengo! ─ saca el papelito y lo desdobla ─ ¡Me toca con Kaede-chan!
─ ¡Este sorteo está amañado! ─ se queja Reo de brazos cruzados ─ ¿Cómo es posible que ella sí saque el nombre de su pareja?
─ Pues porque todavía nadie había sacado el nombre de Kaede-san. Por eso ─ le dice tranquilamente Mai.
─ Odio cuando tienes razón.
─ Es mi turno ahora ─ Shizuku se pone de pie y mira tanto a Rena como al sobre en su mano con determinación ─. Esta va por ti, Eris.
─ ¡Tú puedes, Shizuku!
La Yamato Nadeshiko mete su mano con firmeza dentro del sobre y saca el primer papel que agarra ─. Mi regalo de San Valentín va a ser para… ─ pasa a mirar a Eris ─ Lo siento, pero saqué el nombre de Takako-sensei, Eris.
─ Grr ─ Runa gruñe celosa.
─ No importa, Shizuku. Lo importante es que realmente quisiste sacar mi nombre. Que no lo lograras ya es cuestión de mala suerte ─ Eris abraza a su amante en cuanto regresa a su lado.
─ ¡Vamos, Kaede-chan! ─ Sara hace que su prima se levante y vaya por un papel ─ Ya quiero ver a quién le darás tu regalo.
─ Sí, vamos a ver ─ Kaede mete la mano y la saca rápidamente, desdobla el papel y lo muestra a Rena.
─ ¡Kitajima Kaede-san le dará su cariñoso regalo a Kitajima Sara-san!
─ ¿De verdad esto no está comprado? ─ dice Reo con un tic en el ojo.
─ ¡Claro que no! ─ responde Sara con firmeza ─ Esto es así porque el amor que Kaede-chan y yo nos tenemos es fuerte y puede vencer a la suerte misma.
─ Esa frase es buena. Debería usarla para algún verso futuro ─ dice Shizuku mientras saca una pequeña libreta.
─ Parece que me toca a mí ─ Takako se pone de pie y va hasta Rena.
─ ¡Demuéstrale a todas que tu amor por mí no es menos fuerte! ─ dice Runa mientras agita los brazos.
Takako asiente y saca uno de los papeles del sobre de Rena. Cada vez faltaban menos nombres, por lo que la probabilidad de sacar el nombre de Runa debería ser mayor que antes. Con algo de nerviosismo desdobla el papel y empieza a leerlo.
─ Mi regalo de San Valentín es para Miya-san.
Runa se queda boquiabierta, contemplando que tampoco ella obtendría un regalo de su pareja. Sólo se podía entonces limitar a ver a las primas Kitajima, preguntándose cómo le habían hecho para lograrlo.
─ ¿No vas a sacar un papel? ─ Mai mira fijamente a Reo.
─ Todavía no ¿Qué pasa si me termina tocando darle un regalo a la tonta de Eris? Esperaré a que alguien más lo saque para entonces venir yo ─ es la respuesta de Reo con tono de recelo.
─ No pasa nada realmente si sacas su nombre, Reo. Prometo no ponerme celosa sin importar el regalo que le des.
─ Tonta.
La siguiente en tomar un papel es Yuuna. Tenía la esperanza de sacar el nombre de Nanami, pero termina sacando el de Runa. Ya a la menor de las Houraisen le daba completamente igual. Ni siquiera estaba viendo el resto del sorteo, y ni le importaba lo que le fueran a dar, puesto que dicho regalo no se lo iba a dar Takako.
─ Es mi turno de sacar un nombre ─ Risa se acerca y saca un papel, lo desdobla y sonríe ─. Tampoco está tan mal. Te daré un regalo bastante bueno, Nanami-san.
─ Muchas gracias, Risa-san.
─ Y con esto sólo queda un nombre y una persona para elegir ─ dice Rena sacando por su cuenta el último papel y desdoblándolo ─ Kawamura Reo-san le tendrá que hacer un regalo a Shitogi Eris-san.
─ ¿¡QUÉ!? ¡Tiene que haber un error! ─ Reo palidece completamente.
─ Me alegra mucho que me vayas a hacer un lindo regalo, Reo ─ Eris se lanza sobre Reo y la abraza, aplastando el rostro de la menor contra su busto ─. Lo estaré esperando con muchísimas ganas.
Reo hacía todo lo posible para soltarse, pero Eris era más fuerte y la tenía bien aprisionada entre sus pechos, y encima aquellas masas se movían de un lado a otro en medio del forcejeo, frotándose indirectamente contra el rostro de Reo y apretándolo en más de una ocasión. Mai veía aquella escena divertida, mientras que Shizuku estaba algo escandalizada.
─ ¡Y así quedamos! ─ Rena aplaude una vez, y todas le prestan atención ─ El día de San Valentín quiero que todas estén reunidas aquí con el regalo que deben darle a la pareja que ha indicado este sorteo. Aquí se apreciará la creatividad y el esfuerzo, por lo que quiero que piensen en algo más que solo chocolates. Pueden regalarlos, pero no se vale que sea lo único, da igual la forma que le den o la cantidad que empleen, únicamente serviría de complemento para el regalo como tal, y tampoco quiero ver que las ganas con que se quieren y lo mucho que se valoran entre ustedes valga simplemente un mísero caramelo o un lapicero. Advertidas quedan.
─ ¿Y qué ocurre si alguien aquí no cumple con la actividad? ─ dice Eris con curiosidad y sin soltar a Reo.
─ En caso de que alguna de ustedes no sea lo bastante considerada como para dar un regalo bonito y que refleje un grato nivel aprecio por la chica elegida para ustedes, y que encima no sea capaz de presentar una excusa lo bastante bien hecha como para que me la crea, pues me tomaré la licencia de asumir las represalias. Y como dije, estaré pendiente de sus avances, por lo que no van a ser capaces de engañarme fácilmente ─ las palabras de Rena vienen acompañadas con su lengua pasando lentamente por sus labios y por los dedos de una mano moviéndose de manera rítmica y sospechosa.
─ ¡E-espera un momento, nee-sama! ─ Runa traga grueso, viendo a Rena con algo de miedo ─ N-no harías algo así conmigo para castigarme, ¿verdad?
─ La justicia está para impartirla, y yo como jueza debo garantizar equidad ─ dice Rena con una sonrisa maligna.
Runa y Reo eran las más asustadas ante esa advertencia. Con eso Rena dejaba en claro que no iba a permitirles saltarse la actividad sin importar nada. Sí o sí tendrían que empezar a trabajar tan pronto como llegasen a casa. Las demás chicas por su parte no tenían tanto problema para empezar a idear sus regalos en cuanto tengan un tiempo libre.
El juego acababa de empezar, y todas, antes de irse a atender sus respectivos compromisos, recogen las sillas mientras Rena se queda para revisar sus papeles desde allí.
Casa de Nanami
La pelirroja acababa de llegar junto a Yuuna, y ambas van camino directamente a la habitación de la primera. Lo primero era descansar un rato luego de un día de arduo trabajo, y después empezarían a devanarse los sesos pensando en qué le podrían regalar a Reo y Runa. Justamente les habían tenido que tocar a las dos chicas más refunfuñonas del equipo, pero no es que aquello las molestara realmente. El verdadero reto era dar con un regalo que las hiciese agradecer desde el alma. Bueno, Runa era bastante buena cuidando las apariencias, eso no se le quitaba, así que, al menos para estar de buenas con Rena, recibiría cordialmente el regalo y daría las gracias de la manera más elegante posible. Lo de Reo era otra cosa, pues ella sí que podía mantener fieramente su posición contraria, además que era evidente que le costaba llevarse bien con otras personas, así incluso si es por los nervios podría terminar generando un alboroto. Nanami sí que lo tenía complicado.
─ ¿Qué se supone que debo hacer para que Reo-senpai esté contenta, onee-sama?
─ No lo sé. Por lo mismo que dije es posible que llegue a mostrarse reacia ante el regalo incluso si llega a gustarle ─ Yuuna se pone pensativa por un momento ─. Hace falta pensar en algo que puedas hacer que sea tan bonito y especial que Reo-chan no sea capaz de resistirse y muestre su mejor cara mientras te da las gracias, Nanami.
─ Eso suena como algo complicado, onee-sama.
─ Tal vez, pero no es nada que juntas no podamos superar, Nanami.
─ ¿Y qué hay de ti y tu regalo? Tú también tienes que darle un regalo a Runa-san…
─ Ya me las arreglaré. No hay razón para…
En ese momento el timbre de la casa suena. Al ser las únicas en casa, no le quedaba otra alternativa a Nanami que ir a atender a quien estaba llamando. Una lástima, pensaba Yuuna, puesto que quería aprovechar el momento para tener un poquito (o sea mucho) de sexo con Nanami para así calmar las tensiones mientras pensaba en el primer plan de acción que tendrían que llevar a cabo.
─ ¡Nanami-chan! ─ era Sara, y llevaba consigo algunas maletas.
─ ¿S-Sara-san? ¿Qué haces con todo eso?
─ Es la prueba de que no todo lo que brilla es oro, Nanami-chan ─ responde Sara algo molesta e inflando los cachetes ─. Me he separado de Kaede-chan.
─ ¿Eh? ─ Nanami estaba con la mente en blanco ante semejante noticia, y Yuuna se tapa la boca.
─ ¿Qué fue lo que pasó? ¿Acaso pelearon? ─ dice la rubia claramente preocupada pero manteniendo la compostura.
─ No. Lo que ocurre es…
Flashback
─ Kaede-chan, te quiero aquí y ahora ─ Sara ya estaba tirando su ropa en todas direcciones mientras besaba apasionadamente a su prima ─. Te amo mucho, Kaede-chan…
─ Sara… Jeje, siempre mostrando iniciativa.
Ya ambas estaban por acabar en la cama de la mayor de ambas cuando escuchan el timbre sonar. Aquello genera algo de molestia en Sara, puesto que ya había llegado al punto en que empezaba a quitarse la ropa interior y estaba bastante excitada, pero iba a tener que esperar un poco. Ya Kaede la iba a ayudar a bajar sus impulsos más tarde, pero primero era bajar a ver quién era y Sara tenía que vestirse rápido. Ambas bajan juntas para atender la visita, que había resultado ser Rena.
─ ¿Are? ¿Qué hace aquí, sensei? ─ dice Kaede claramente extrañada.
─ Lamento mucho esta intromisión, pero espero que no hayan olvidado que dije que me aseguraría de que no hagan trampas ─ dice la rubia tranquilamente.
─ Pues claro que no lo olvidamos ─ dice Sara no entendiendo lo que quería decir Rena.
─ Verán, ustedes no solo son la única pareja que va a intercambiar regalos, sino que son las únicas que directamente viven con la que les dará regalos, por lo que ustedes son justamente las más probables para ver lo que se van a regalar entre sí.
─ Ah, claro ─ Kaede ya venía captando el mensaje de Rena ─. Con eso dice que nosotras seremos las que más recibiremos visitas suyas, ¿no es cierto?
─ Sí, pero incluso así no podría garantizar que ustedes consigan cumplir la actividad por completo ─ Rena entra finalmente a la casa y mira el salón con interés ─. No es que me guste imponer cosas, y menos a una pareja tan adorable como ustedes, pero si ustedes dos están juntas les va a costar guardar el secreto con sus regalos.
Kaede y Sara se miran mutuamente. Tenían que darle la razón a Rena. Estaban completamente dispuestas a jugar limpio hasta el momento del intercambio de regalos, pero estando juntas todo el tiempo no podían garantizar que lo fueran a lograr. Sara entonces se va a su habitación, alarmando tanto a Kaede como a Rena.
─ ¡Sara! ─ Kaede va tras su prima.
Rápidamente Kaede y Rena llegan hasta la habitación de Sara, donde la ven llenando una maleta, pues las demás ya las tenía hechas, puesto que de vez en cuando tenía que irse para sus sesiones de modelaje. Tan pronto como termina de hacer su maleta Sara trata de llevarse sus cosas, pero le costaba mucho poder con todo.
─ No te preocupes, Kaede-chan ─ Sara tiene que soltar las maletas debido a lo complicado que le era lidiar con ellas ─. Ya hemos pasado por esto algunas veces, y sólo serán unos cuantos días. Podemos superarlo.
─ Sé que lo haremos, Sara. Pero no entiendo qué pretendes hacer con tus maletas.
─ Iré a casa de Nanami-chan. De ese modo podré trabajar en mi regalo tranquilamente sin que me veas.
─Con que era eso. Estaba empezando a asustarme ─ Rena suspira aliviada.
─ ¿De verdad te tienes que ir ahora? ─ Kaede mira con tristeza a su prima ─ Tenía pensado hacer tu plato favorito para la cena.
─ Muoh ─ ahora Sara se pone de mal humor y mira a Rena ─ ¿De verdad no podemos hacer una excepción?
─ Dejé las reglas bien claras, así que lo siento ─ es la respuesta de Rena ─. Pero mira el lado bueno. En cuanto puedan estar juntas de nuevo el reencuentro podría llegar a sentirse más especial que nunca.
─ Tienes razón ─ Sara intenta nuevamente llevarse sus maletas, y Rena la ayuda ─. Suele pasar cuando tengo que irme de viaje por mi trabajo, así que comprendo lo que me dices, sensei.
Fin del flashback
Nanami y Yuuna ahora caían en el porqué de la presencia de Sara ahí. Miran brevemente a la calle y se encuentran con Rena alzándoles el pulgar antes de retirarse, y justo a su lado se encontraba una preocupada Kaede. No es que eso fuera a anular completamente todas las ocasiones en que ambas pudieran tener intimidad a gusto, pero obviamente Nanami tendría que dedicarle parte de su tiempo no solo a la elaboración a su regalo, sino también a Sara como invitada sin invitación. La pelirroja termina suspirando y ayuda a Sara a llevar las maletas hasta la habitación de invitados, y Yuuna también ofrece su ayuda, pensando que en cierto modo terminó siendo beneficioso que Nanami y ella no tuviesen que intercambiar regalos para la actividad de Rena.
─ Puedes sentirte como en casa ─ le dice Yuuna mientras se ofrece a abrir la puerta de la habitación de Sara ─. Supongo que aprovecharás tu nueva situación para pensar en tu regalo para Kaede-san, ¿verdad?
─ La verdad es que ya lo tenía pensado, senpai ─ responde Sara con una pequeña y confidente sonrisa ─. De hecho, creo que es un buen momento para dar inicio a mi plan para hacer el regalo.
─ ¿De verdad? ─ Nanami suelta las maletas y mira a la castaña con un enorme interés ─ ¿Y qué regalo es? ¿Cómo lo vas a empezar?
─ Es una sorpresa ─ es todo lo que dice Sara antes de sacar su teléfono.
Nanami y Yuuna estaban boquiabiertas, pero ver que Sara ya tenía pensado su regalo les resulta en una inspiración para ellas mismas ir planificando sus regalos, por lo que se van de ahí, dejando que Sara hiciese sus primeros movimientos.
Con Kaede y Rena
─ Lo lamento mucho ─ empieza la rubia mientras conducía para llevar a Kaede a su casa ─. Tal vez debí poner de cláusula adicional que fueran a hacer sus regalos a alguien más que no fuese su pareja. Mi idea en un principio era que el intercambio de regalos fuese más variado y que fortaleciesen lazos entre ustedes al dar algo a las demás, incluso si fuese con la que menos suelan hablar.
─ No pasa nada, sensei. Ya está hecho, y no creo que sea justo tener que repetir el sorteo ─ le responde Kaede con tono respetuoso pero algo triste ─. Ya todas se deben haber ido a sus casas y deben haber empezado a trabajar en sus regalos, o por lo menos estarán pensando en qué hacer, por lo que sería injusto interrumpirlas y echarlas para atrás en sus planes sólo para que Sara y yo salgamos mejor paradas.
─ Eres una chica bastante noble. No cabe duda de que Sara-chan está muy contenta estando a tu lado.
─ Y yo lo estoy al lado de Sara, sensei ─ Kaede se pone roja al abrir su corazón de esa manera.
─ Eso me gusta ─ Rena pone una mano en el hombro de Kaede ─. A mí me gustó esa frasecita de que su amor puede con la misma suerte al igual que le gustó a Shizuku-chan, y esta semana que tienen es la oportunidad que tienen para demostrar tal amor en mi actividad. Las demás tienen oportunidades de sobra para trabajar juntas y dar con buenos regalos para las personas que les tocan, pero Sara-chan y tú deben aislarse entre sí para cumplir con el mismo reto. Quiero ver qué harás para lucirte como el príncipe que eres para tu princesa.
─ ¿D-de verdad parezco un príncipe? ─ Kaede se sonroja todavía más y se tapa el rostro.
─ Pues sí, y más cuando te toca auxiliar en cualquier cosa a Sara-chan ─ le responde Rena con una amplia sonrisa.
Kaede suspira largamente. Ahora tocaba trabajar por Sara. Estaba sola, pero eso no iba a detenerla. Aprieta brevemente sus puños y mira al frente mientras pensaba que daría lo mejor en su regalo.
Si Sara necesitaba estar ante su príncipe en la entrega de regalos de San Valentín, entonces un príncipe era lo que iba a tener. Kaede se iba a asegurar de ello.
Casa de Mai
Tan pronto como habían llegado, Mai se había puesto a trabajar en la cena, mientras que Reo estaba jugando videojuegos con los hermanos de su novia. En vista de que tenían previsto que Reo fuera a pasar la noche allí, pues la rubia había aprovechado para cambiarse de ropa usando una muda que tenía guardada en la habitación de Mai.
─ ¡Argh! Esta vez no pude ganarte, onee-chan ─ el hermano de Reo infla los cachetes, y Reo infla el pecho con orgullo.
─ No te sientas mal. No todo el mundo puede ganar siempre.
─ Lo dice la que más pierde de nosotros ─ dice la hermana de Mai con burla, y ahora es Reo la que infla los cachetes.
Mai ríe al escuchar ese comentario mientras se mantiene atenta en sus labores. Justo estaba por echarle un ojo al arroz cuando Reo empieza finalmente a pensar en el regalo que tenía que hacer para Eris. Era un fastidio a su parecer, pero lo mejor que podía hacer era hacer algo al respecto, aunque sea para evitar las consecuencias que había prometido Rena. Deja de una vez el mando a un lado y se pone de pie para hacer su trabajo.
La pequeña rubia ya tenía pensado cuál iba a ser su regalo.
─ Mai, ¿tienes algún caldero de tamaño mediano?
─ Claro que sí, Reo ─ le responde la susodicha sin apartar la mirada del arroz ─ ¿Pero para qué lo quieres?
─ Es que quiero saber si aquí están los materiales que voy a necesitar para hacer el regalo de esa pechugona oxigenada.
─ ¿Desde ya? Pero si tenemos una semana ─ Mai alza una ceja mientras pasa a ver a Reo ─ ¿Qué tienes pensado hacer?
─ Algo muy especial ─ Reo esboza entonces una sonrisa siniestra que le dio mala espina a la mayor de los Sawaguchi ─. En ese caso debo buscar ojos de lombriz, pelos de rana, una pata de perro pulgoso y dientes de un gato chimuelo…
─ ¿Acaso piensas hacer un brebaje de bruja como en las películas infantiles? ─ Mai mira a su novia con una gota en la cabeza ─ Si vas a ponerte con eso mejor usa lo que tengas en tu casa.
─ Pero Mai…
─ Nada de peros, Reo ─ Mai pone sus manos en las caderas mientras sostiene un cucharón ─. En nuestras manos está la tarea de hacer los regalos que corresponderán a Eris-sama y Shizuku-sama, y tenemos que dar lo mejor de nosotras mismas para dar un buen regalo, no gastar una mala broma.
Reo estaba petrificada en su lugar mientras gruñía por lo bajo. No podía responder a Mai si se ponía así, por lo que no le queda de otra que bajar ligeramente la cabeza y regresar con los hermanitos de su novia, en vista de que no iba a poder darle la vuelta al tema. Se encuentra que los pequeños estaban jugando entre ellos mientras la esperaban. Podía esperar su turno, no le molestaba realmente, especialmente porque había algo en su mente, mismo que la hacía reír en voz baja de manera malvada.
─ ¿Onee-chan te acaba de contar algún chiste bueno? ─ el hermano de Mai se la queda mirando.
─ N-no es nada. Y por cierto, ¿me podrían prestar esta semana un caldero mediano?
─ Claro. Podemos hablar con onee-chan y…
─ Pero no deben decirle nada a Mai ─ lo corta Reo con un tono maligno ─. Digamos que es un secreto.
─ Ah, entonces está bien, Reo onee-chan ─ le dice la hermana de Reo con una sonrisa radiante.
Bueno, al menos era un primer paso dado. Ahora Reo tenía una semana para reunir todo lo que necesitaba para hacerle un regalo a Eris. Su sonrisa diabólica delataba sus intenciones, y mientras Mai no lo notara, pues poco le importaba exponerse.
Apartamento de Takako
La sensei se encontraba momentáneamente ocupada revisando su trabajo del día, aunque tenía fijado que en unos minutos empezaría a trabajar en la cena. Runa por su parte estaba tirada sobre la cama de la manera en que cayó al tumbarse ahí, con las extremidades extendidas cual estrella de mar, con una pierna colgando y casi tocando el suelo, y su mirada estaba fija en el techo aunque sus ojos parecían no mirar a nada en particular, teniendo la mente en blanco por el momento y no prestando atención a sus cosas que se caían a un lado de la cama.
─ Bueno, supongo que es todo por el día de hoy ─ dice Takako una vez que tenía todo listo para el día siguiente ─ ¿Qué vas a querer para la cena, Runa?
─ Ahhhhh ─ es la floja respuesta de la pequeña rubia, casi ni dando la impresión de haber escuchado la pregunta.
─ ¿Qué te pasa, Runa? ─ Takako se acerca preocupada a su novia ─ ¿Acaso estás triste porque no quedamos para regalarnos algo en la actividad propuesta por senpai?
─ Esto es así porque el amor que sensei y yo nos tenemos es fuerte y puede vencer a la suerte misma ─ recita Runa, todavía en un tono flojo y apenas audible ─. Quería decir esas palabras, igual que lo hizo Sara-senpai, pero fracasamos. La suerte pudo más que nosotras ¿Eso significa acaso que nuestro amor no es lo suficientemente fuerte?
─ No digas esas cosas, Runa ─ Takako se acercó a Runa y empieza a acariciarle el cabello ─. Sólo fue algo que Sara-san dijo para defender que fortuitamente consiguió que ella y Kaede-san puedan intercambiar regalos, cosa que ninguna de las demás pudo, y no creo que ella lo dijera realmente en serio ni porque piense que el amor de las demás es menos. La suerte es una cosa demasiado impredecible y caprichosa como para que se la pueda vencer así como así, Runa. Además míralo de este modo, si nos tocara intercambiar regalos, pues yo no podría mostrarte lo que hago, y tú tampoco me podrías mostrar nada. Tendríamos que separarnos cada vez que tengamos que trabajar en el cumplimiento de la actividad que nos puso senpai.
─ Puedo vivir con eso ─ Runa finalmente empieza a moverse, usando un brazo para taparse los ojos ─. Pero igual me frustra que no lo lográramos, sensei. De verdad quería decir aquello. Quería demostrar que nuestro amor era lo bastante fuerte.
─ No creo que realmente necesitemos demostrar tal cosa a las demás. Competir presumiendo nuestro amor no me parece adecuado, y posiblemente sólo representaría un perjuicio a la larga. Todas amamos a nuestras parejas a nuestra manera y con todo nuestro corazón, y eso es lo que importa. Ninguna ama a su pareja más que las demás realmente, porque algo así no es algo que se pueda contar como si fuesen manzanas en una canasta.
─ Sensei… ─ Runa se levanta y rompe a llorar de golpe mientras se abraza a Takako ─ Es que me molestaba mucho. No quería sentirme mal por no tener un regalo tuyo.
Takako podía comprender lo que Runa le estaba diciendo. Podía actuar bastante madura y tener más glamour del que ella jamás había podido presumir en su tiempo en la escuela, pero a pesar de todo seguía siendo una niña, y por ello todavía podía ser sobrepasada fácilmente por algunas situaciones que pudiesen llegar a estresarla o frustrarla. Por esa razón era que Takako estaba ahí, para actuar como la adulta entre ambas que era cuando algo así ocurriese, cuando Runa la necesite a su lado.
─ ¿Ya te encuentras mejor, Runa?
─ Sí.
─ Me alegro ─ Takako le da un breve beso en la frente ─. Y de todos modos no es como si no fuéramos a hacer nada entre nosotras en San Valentín. Simplemente vamos a cumplir con lo que senpai propone, pero igual tendremos nuestra oportunidad de darnos algo mutuamente ¿No te parece?
Eso era justo lo que necesitaba Runa para sentirse más animada. Saber que todavía tenía una oportunidad para darle un regalo a Takako era definitivamente una muy buena noticia, así que Runa suelta su abrazo a Takako, llena de energía.
─ En ese caso tenemos que empezar a trabajar en nuestros regalos para… ¿A quiénes debemos darles un regalo? Ya para cuando vi que no ibas a darme un regalo terminé desconectando de todo y se me olvidó a quiénes nos salió en el sorteo.
─ Definitivamente es bueno que yo esté aquí… ─ dice Takako para sí misma mientras ríe.
CONTINUARÁ…
Pues nada, si esta parte les ha gustado, entonces pasen a leer la segunda también .
