Casa de Shizuku
Shizuku en ese momento quería tomarse un momento de descanso luego de todo el día que acababa de tener, mientras que Eris por su lado se pone a buscar en internet, aprovechando su primer momento libre desde que se dio el sorteo de Rena. A Shizuku le resultaba curioso como mínimo que lo primero que hiciera Eris al llegar no fuera saltar sobre ella para hacerlo, si es que había perdido la cuenta de veces que había sido así.
─ ¿Qué estás viendo, Eris? ─ Shizuku se acerca para ver qué hacía su novia con el teléfono.
─ Ah, verás, es que estaba viendo una lista de artesanías de mi tierra para hacerle un regalo a Rikka-chan ─ Eris muestra entonces su teléfono, donde había un resultado de búsqueda de "artesanías escandinavas".
─ Vaya, supongo que de verdad tienes pensado darle un presente bastante especial, Eris, y uno bastante especial.
─ ¡Desde luego! ¿Y qué tienes en mente para darle a Takako-sensei, Shizuku?
─ No lo tengo del todo claro. Rena-sensei dijo que el tradicional regalo consistente en chocolate no sería suficiente, por lo que necesito pensar en algo más que pueda funcionar…
─ Ya veo ─ Eris deja su teléfono de lado por un momento para centrar su atención en Shizuku ─. Tiene que ser algo bonito y especial. Algo que haga que Takako-sensei pueda distinguir fácilmente como algo que tú le diste.
Shizuku se pone pensativa mientras que Eris retoma su búsqueda. Ambas estaban empeñadas en conseguir desde temprano algo que pudiesen hacer para sus respectivas elegidas con sus propias manos, que fuese bonito y que les permita destacar a su manera de los demás regalos que seguramente serán intercambiados el día de San Valentín, aunque les costaba imaginarse lo que podrían hacer las demás, especialmente en los casos de Mai y Reo, que fueron designadas para darles un regalo. Se quedan en silencio durante un rato, pensando y tratando de dar con la solución, cuando en eso…
─ Shizuku-sama, acabo de traer algo de té para usted y Eris-sama ─ aparece la sirvienta y deja la bandeja a un lado de donde normalmente va el futón de Shizuku ─. Puedo ver que se está esforzando bastante.
─ En efecto, tenemos una semana para hacer un regalo para unas amigas. Es por San Valentín.
─ Ya veo. En ese caso no molesto más.
─ Tu compañía no es molestia, y gracias por el té ─ responde Shizuku mientras la sirvienta cerraba la puerta ─. Supongo que un sorbo podría ayudarme a aclarar las ideas.
─ Estoy segura de que sí ─ dice Eris sin dejar de mirar la pantalla de su teléfono ─. Tu sirvienta te conoce de prácticamente desde que naciste. Conoce tus gustos al mínimo detalle ─ remata su declaración con una risita.
─ Tienes razón, Eris. Ella podría perfectamente ver a través de mí, y por eso siempre es capaz de complacerme con lo que prepara para mí.
─ Sí, pero creo que hay algo más ─ Eris consigue que Shizuku la mire ─. También debería tener que ver que te has acostumbrado a lo que ella hace. Al fin y al cabo, ella frecuentemente hace lo que mejor le sale, y a ti siempre te gusta, tanto porque es su especialidad como porque lo hace con mucho cariño, jeje.
Shizuku estaba por darle un sorbo a su té cuando se detiene en seco. Ni siquiera hizo falta dar ese sorbo para que sus ideas quedaran aclaradas. Una enorme y animada sonrisa se dibuja en sus labios, y de un momento a otro deja el té sobre la bandeja antes de saltar sobre Eris y besarla, y en el proceso a la sueca se le cae el teléfono.
─ ¡Creo que ya lo tengo, Eris!
─ ¿De verdad?
─ ¡Sí! Me has dado la respuesta que necesitaba. Siempre estuvo enfrente de mí y no me estaba dando cuenta.
─ ¿De qué?
─ No importa. La cosa es que ya sé qué regalo hacer para Takako-sensei ─ Shizuku besa apasionadamente a Eris, metiendo su lengua y dando pie a aquel baile que a ratos parecía más bien una batalla por el dominio de la boca contraria ─. Pero me pregunto si tú ya sabes qué hacer para Rikka-san.
─ Creo que sí. La última imagen que encontré me gustó mucho, y creo que sería un buen regalo para hacer y darle a Rikka-chan ─ responde Eris mientras abraza estrechamente la cintura de Shizuku.
─ Eso significa que el primer paso de nuestros regalos ya está dado. En ese caso supongo que nos podemos tomar este día ─ Shizuku vuelve a besar a Eris y afloja un poco la ropa de la rubia, olvidándose completamente de su agotamiento previo.
─ No sé qué pasó realmente, pero me gusta a dónde va esto ─ Eris sonríe de manera lasciva.
─ Debería ser así. Te lo acabas de ganar.
Sabiendo cómo acabaría la cosa, ambas chicas se apresuran a beberse el té para luego empezar con la función, sin duda la parte favorita de la rubia pervertida.
Casa de Risa
La pareja compuesta por Miya y Risa descansaba, o mejor dicho Risa estaba descansando mientras Miya echaba una ojeada al cajón de la ropa interior de Risa. De momento sólo deseaban desconectar un rato antes de empezar a preocuparse por los regalos, en vista de que no les bastaría con un chocolate o con un llavero para que sus regalos sean aceptables.
─ Qué aburrido… ─ Miya cierra el cajón y mira a Risa ─. Esta vez no te has comprado ningún conjunto nuevo. Así no es divertido, Risa.
─ ¡No me compro ropa interior para que la hurgues! ─ le responde Risa de golpe, y luego se deja caer nuevamente en la cama ─ Bah. No sé ni para qué te insisto.
─ Se nota que no estás de ánimos ─ Miya se sienta al lado de su pareja ─. Vamos, que apenas tenemos una semana para cumplir con el reto de sensei, que nuestras purezas están en juego.
─ Después de las cosas que hemos hecho, pureza es lo que menos seríamos capaces de perder a manos de Rena-sensei, si hace rato que la perdimos, además que, aunque no quiera subestimar el tiempo, una semana no es que se vaya a ir tan rápido, Miya ─ responde Risa divertida ─. Pero igual te doy la razón. No me haría gracia que Rena-sensei quiera hacer nada con nosotras. Sólo quiero estar contigo y con nadie más.
─ Me alegra saber que sólo pienses en hacerlo conmigo. Siempre me anima saber que el placer que proporciono es suficiente para dejarte lo suficientemente contenta ─ dice Miya entre risas, mientras que Risa se pone roja cual tomate.
─ ¿Es que acaso sólo puedes pensar en sexo, pervertida?
─ Claro que sí puedo pensar en otras cosas, pero el sexo es muy importante, Risa. Y una cosa ─ Miya se acerca a Risa, de modo que sus rostros estaban separados por unos pocos centímetros ─. No te dejes llevar demasiado por lo que te vaya a regalar Rikka, que tu pareja soy yo.
─ Eso lo tengo bastante claro, Miya tonta ─ dice Risa todavía sonrojada, aunque un poco menos que antes, además que esboza una leve sonrisa para darle confianza a su pareja y le rodea la cintura con ambos brazos ─. Aunque yo tendría que decir algo parecido. Que no se te suba demasiado a la cabeza eso de hacerle un regalo a Sayuki-chan ─ remata Risa con una sonrisa burlona.
─ Claro. Buen intento para hacerme sentir incómoda. Vas por muuuuuy buen camino.
Ambas chicas se ríen brevemente, y Miya se tumba al lado de Risa para así descansar juntas un rato. Ya se iban a preocupar dentro de un rato por los regalos, pero por lo pronto iban a disfrutar de la compañía que se estaban dando. Risa sentía que en cualquier momento podría llegar a caer dormida, cuando siente que Miya la abraza. Aquello por sí mismo no debía significar la gran cosa, y de hecho podría generarle el confort necesario para dormirse más rápido, pero es que Miya no para ahí, sino que la mano que rodea a Risa termina parando sobre uno de sus pechos, y Miya empieza a entretenerse apretándolo unas cuantas veces. Risa alza una ceja con cierto enojo, pues estaba viendo cómo pretendía despejar su mente mientras estaba descansando.
─ Definitivamente sólo tienes sexo en tu cabeza, Miya.
─ Son solo alucinaciones tuyas, Risa. Yo todavía no estoy haciendo nada.
Risa no tenía ganas de protestar, así que simplemente la deja hacer mientras sigue intentando despejar su mente.
Realmente estaba cansada. Pero ya empezaba a hacerse una idea de lo que podría hacer de regalo. Esperaba que no se le fuera a olvidar una vez que pusiese manos a la obra con el trabajo del regalo.
Casa de Sayuki
─ Necesitamos pensar ya mismo en un regalo para darles a las demás ─ dice Rikka mientras se tumba a un lado de la cama de su novia ─. Tengo que pensar en algo bonito para poder cumplir con la actividad y que deje contenta a Risa-chan, pero que a su vez me permita prevenirme de problemas con Miya-san, que en San Valentín es lo que menos debemos tener.
─ No te preocupes, Rikka-chan. Si pensamos juntas seguramente damos con una buena solución ─ dice Sayuki poniéndose de rodillas frente a su novia.
─ Pero a ti te toca hacerle un regalo a Yuuna-sama. Al menos Nanami-san no te estará montando caza ni va a estar fastidiándote por el regalo que vayas a preparar. Te envidio en esta ocasión.
─ No digas eso, Rikka-chan ─ Sayuki abraza a la peliazul y le da unas cuantas palmadas en la espalda ─. No debes desestimar la oportunidad que tienes, además que Risa-chan no va a dejar de lado su relación con Miya-chan tan fácilmente sin importar lo bonito que sea el regalo que le vayas a dar.
─ Mi problema no es que a Risa-chan le vaya a generar impresión, sino que se la vaya a generar a Miya, Sayuki.
─ Ah, bueno. De todos modos no tienes por qué tener miedo ante esa posibilidad. Igual creo que Risa-chan estará dispuesta a interceder para que Miya-chan se tome el regalo que le darás a Risa-chan de la mejor manera posible.
─ Eso espero, aunque pensar que Risa-chan me dará una mano en ese sentido no me está ayudando a decidir qué regalarle, que a esta hora estoy completamente en blanco.
─ Tenemos una semana. Todavía podemos idear algo bonito, Rikka-chan.
─ ¿Y qué hay de ti, Sayuki? ¿Ya decidiste lo que le regalarás a Yuuna-sama? Te recuerdo que dar prioridad a mis preocupaciones puede hacer que dejes de lado lo que tú tienes por hacer.
─ No te preocupes, Rikka-chan. Yo ya decidí mi regalo.
─ ¿Qué? ¿Tan rápido?
─ Sí. Ya me había llegado la idea desde el propio sorteo, así que no tengo ningún problema. Incluso lo anoté para prevenir que se me olvide y se eche todo a perder.
─ Wow, Sayuki. Me dejaste sin palabras.
La pelirrosa sonríe contenta mientras Rikka continúa deshaciéndose en halagos hacia ella. En ese caso sí que resultaba mejor darle algo de protagonismo al regalo que debía hacer Rikka.
Y hasta para eso Sayuki ya empezaba a dar con una solución.
Día de San Valentín
Las chicas se habían reunido una vez más, en esta ocasión en el salón del club de música, y esta vez Rena sí había llegado antes que las demás para así organizar y hacer breve la entrega de los regalos, puesto que después tenían que irse todas a sus respectivas clases. Varias de las chicas se encontraban emocionadas, otras estaban un poco nerviosas, y todo eso la mayor del grupo podía notarlo sin ningún problema.
─ ¡Orden, chicas! ─ Rena se pone de pie y mira sonriente a todas ─ Me alegra que todas se presentaran para hacer el intercambio de regalos. Me pone bastante orgullosa ─ todas sonríen ante esas palabras, lo que anima a Rena a continuar ─. Supongo que ya es la hora de que empecemos. En ese caso me gustaría que alguna de ustedes empiece. Puede hacerlo la que quiera, que no hay problema.
Eso era lo que hacía falta que dijera Rena para que así Nanami se levantara antes que ninguna otra. Otra vez Yuuna había recurrido a su táctica de pellizcarle el trasero para que así asumiese la iniciativa. Nanami era una de las que se encontraban nerviosas, pues no sabía si Reo estaría complacida con el regalo, pero ya estaba lista ella, así que avanza y saca de su mochila un paquete con papel de regalo y una pequeña bolsa de chocolates.
─ Muy bien. Este regalo es para Reo-senpai ─ la pelirroja se acerca a la susodicha y le acerca los regalos mientras hace una reverencia algo exagerada ─. Espero que te guste.
Reo no estaba segura de qué responder exactamente. Trataba de no hacerse ver muy hostil, pero el nerviosismo le podía más y terminaba por poner una cara que decía que se comería viva a Nanami si no se trataba de algo que le cambiase la vida. Desenvuelve el regalo y se encuentra que era un libro sobre aves de corral, siendo que habían varios pollitos adornando la portada. Reo se queda boquiabierta y con los ojos bien abiertos. De pronto parecía que se pondría a llorar, lo que hace que Nanami dudara de si había sido una buena idea.
─ ¿R-Reo-senpai?
─ E-está bonito… ─ dice Reo sin pensar y abre el libro mientras empieza a comer un chocolate, quedándose entretenida con las descripciones que el libro daba sobre las gallinas, las codornices y los pavos.
─ Eso viniendo de Reo es un muchas gracias ─ dice Mai sonriente al ver que Reo ni siquiera ocultaba su gusto por el libro.
Nanami sonríe contenta y regresa a su asiento. Era mejor no perder tiempo y dar pie a que la siguiente diera un paso al frente. Rena tacha entonces el nombre de Nanami y da la orden a que alguna otra chica se ponga de pie, y en esta ocasión es Shizuku quien asume la iniciativa y busca en su bolso.
─ Aquí tengo este regalo para Takako-sensei ─ Shizuku saca lo que parecía ser un libro, uno bastante grueso.
─ ¿Eso es una Biblia? ─ dice Takako al recibir el regalo y desenvolverlo.
─ No. Es una compilación resumida de los momentos que todas nosotras hemos convivido a su lado, sensei, además de nuestro sentimiento de gratitud por lo que ha hecho por nosotras y nuestro más sincero deseo de un futuro próspero y donde la felicidad no le falte jamás.
─ ¿Resumida? ¿Esto es una compilación resumida? ─ dice Rikka al poder ver la escena de cerca.
─ ¿De verdad llegamos a tener tantos momentos con Takako-sensei? ─ dice Kaede entre dientes y con los ojos bien abiertos.
Shizuku hace una leve reverencia y regresa a su asiento. Rena tarda un poco en tachar el nombre de la Yamato Nadeshiko porque también ella estaba sorprendida por semejante regalo, pero pronto logra sobreponerse a la conmoción y llamar a la siguiente chica que se ponga de pie, que resulta ser Sayuki, la cual se acerca a Yuuna y le muestra su regalo, consistente en un collar y un brazalete, ambos de plata.
─ Pensé que para Yuuna-sama vendría bien un regalo bastante bonito, pero también quería que estuvieran personalizados.
Yuuna sabe entonces a dónde quería llegar Sayuki, así que se hace con sus regalos y ve que en collar incluía un pequeño grabado de ella y Nanami, mientras que el brazalete incluía la inscripción Muchas gracias por el ejemplo que ha sabido darnos. De parte de la escuela St. Michael para chicas. Yuuna sonríe complacida y le da un breve abrazo a Sayuki ante la mirada conmovida de Nanami y Rikka.
─ Es muy bonito. Prometo llevarlos a modo de gratitud también.
Sayuki hace una reverencia en cuanto Yuuna la deja ir. Ahora tocaba esperar por la siguiente chica que fuera a dar su regalo, y esta vez es Kaede quien se pone de pie. No estaba dispuesta a esperar un segundo más para dar su regalo.
─ ¿Kaede-chan? ─ Sara la mira con creciente curiosidad.
─ Mi regalo para Sara es… ─ Kaede saca de si mochila un vestido nuevo que relucía de modo que todas se quedaban mirando impresionadas, y encima Kaede hinca una rodilla al momento de entregar el regalo ─ Y no conforme con eso, me dedique a hacer algunas modificaciones, de modo que no solo me limitara a comprarlo, sino que también lo personalicé con mis propias manos.
Sara recibe el vestido, notando que efectivamente contaba con un grabado donde decía su nombre, y era la letra de Kaede, que era capaz de reconocerla fácilmente. Sara chilla emocionada y besa a su prima. Habría seguido así un buen rato si no fuera porque había que seguir viendo quién más iba a dar un regalo.
La siguiente en ponerse de pie es Takako, la cual llevaba entre sus manos un libro que parecía tener algunos datos históricos sobre la escuela St. Michael, y no solo de su preparatoria, sino de toda su extensión desde el jardín de infancia hasta su universidad, contando además con ilustraciones que tenían bordes floreados, y para remate estaba envuelto en un lazo rojo. A Miya se le hizo bastante interesante ese regalo y lo recibió con una sonrisa.
─ Pensé que te podría interesar ─ dice Takako tranquilamente ─. Me costó casi todo mi tiempo libre conseguir esta información y pedir que la pasaran a este libro.
─ Ya lo creo que me va gustar mucho, sensei ─ responde Miya.
─ Ahora estás en deuda con nosotras ─ dice Runa entre dientes. Lo que había dicho Takako sobre que le tomó casi todo su tiempo libre había sido literal, por lo que Runa y Takako muy poco pudieron intimar en la escuela por eso mismo.
─ Pues ahora me toca a mí ─ Reo se pone de pie, sorprendiendo a varias por su iniciativa y porque pensaban que Mai tendría que quitarle el libro que le dio Nanami para que volviese a la realidad ─. Aquí tengo este regalo para la pechug… digo para Eris-sama. Está hecho con mucho amor ─ sus palabras no sonaban demasiado convincentes, especialmente porque en sus ojos había un intenso brillo de maldad.
─ ¿De verdad? ¡Muchas gracias, Reo-chan! ─ Eris recibe sonriente el regalo y lo desenvuelve, notando que era un almuerzo, pero no tenía el mejor de los aspectos ─ Se ve… apetitoso.
─ ¿Entonces qué esperas? Pruébalo ─ dice Reo mientras la rodea un aura oscura.
Eris, con una gota en la cabeza, termina aceptando el reto y agarra los palillos que venían con esa comida. Con temor toma un bocado y lo prueba. Mastica lentamente, y de pronto tiene una reacción como si se le hubiese cortado la respiración.
─ ¿Llamo a un médico? ─ dice Rena temerosa.
─ ¡Está delicioso! ─ dice finalmente Eris, dejando a todas sorprendidas (especialmente a Reo) ─ ¿Cómo le hiciste para que esto tenga tan buen sabor, Reo-chan?
Reo estaba boquiabierta, no entendiendo lo que estaba pasando. Shizuku, pensando que podría haber algún error, se ofrece para probar un poco también, y termina por confirmar lo que su novia acababa de decir.
─ Es verdad. Esto esta delicioso. La presentación puede que esté un tanto mejorable, pero el sabor es exquisito ─ es el veredicto de la Yamato Nadeshiko.
─ ¿Eh? ¿Qué fue lo que hice mal? ─ dice Reo para sí misma.
─ ¡Es mi turno ahora! ─ dice Runa, no queriendo más preliminares ─ Mi regalo para Mai-senpai es esto ─ saca de una bolsa un delantal, pero el mismo, aparte de verse pequeño para Mai y estar hecho con una tela bastante delgada, tenía unas secciones transparentes en el área del pecho ─. Creo que esto te servirá para ciertas ocasiones, ¿o me equivoco?
─ Esa es mi Runita. Me llenas de orgullo ─ dice Rena limpiándose una lágrima imaginaria.
─ ¿Eh? ¿Cómo lo consiguió? ─ Takako estaba estupefacta.
─ Es atrevido, demasiado atrevido. Me encanta ─ Mai recibe el delantal sonriente ─. Reo, ya sabes cómo estaré cuando esté haciendo la cena en tu casa.
─ Pervertida ─ se limita a decir Reo antes de volver al libro que le regaló Nanami.
─ Y no me olvido de esto, para que lo disfrutes ─ Runa le da a Mai unos chocolates para así completar su regalo antes de tomar asiento.
─ Ahora me toca a mí ─ Risa se pone de pie, se dirige a Nanami y le presenta su bolsa que tenía un paquete con varias cintas de colores y una bolsita con chocolates ─. Espero que sean de tu agrado, Nanami-san. Me tomé un buen tiempo seleccionando cada cinta.
Las cintas no solo eran de diferentes colores entre sí, sino que también habían algunas con patrones, brillos y demás. Nanami agradece con una enorme sonrisa y un abrazo su regalo, y justo después se quita las cintas del pelo para probar alguna de las nuevas, aunque Yuuna tiene que ayudarla, puesto que Nanami no tenía un espejo a la mano para hacerlo sola.
Una vez que Risa regresa a su asiento es Rikka quien da un paso al frente. Igual no tenía sentido posponer más lo inevitable, además que pensaba que mientras más pronto lo hiciese más pronto podría finalizar la tensión. Se acerca a Risa y le da una camisa con volantes que en el acto deja perpleja a Risa, además de los chocolates. Miya frunce el ceño e infla los cachetes mientras ve a Risa alzar la camisa y ver que le quedaba bien.
─ Puede que sea mucho más simple que el regalo que Kaede-san le hizo a Sara-san, y que encima no te lo esté dando de la misma manera…
─ Y menos mal por eso ─ dice Miya entre dientes.
─…pero igual tengo la expectativa que sea de tu agrado, Risa-chan.
─ Claro que lo es, Rikka-chan ─ Risa abraza brevemente a la peliazul ─. Lo que realmente cuenta es la intención, además que yo ya tenía pensado ir de compras este fin de semana. Supongo que puedo tachar la camisa de la lista.
Rikka prefiere no decir nada más antes de regresar a su asiento mientras dejaba salir unas risitas. Al final el turno de Rikka había sido más sencillo de lo esperado, además que ir al grano ayudó mucho. Risa por su parte le mostro la camisa a Miya, la cual se limitaba a asentir mecánicamente a todo lo que le decía.
─ Ahora voy yo ─ Eris se pone de pie y se acerca a Rikka con el regalo sostenido contra su espalda, y al darlo muestra que estaba envuelto ─. Lo hice yo misma. Disfrútalo.
─ No sé qué decir. Es un detalle… ─ Rikka desenvuelve su regalo y ve que era una figura vikinga ─ ¿Are? ¿Qué es exactamente?
─ Quise hacer algo alusivo a mi país natal, un detalle de aspecto histórico que podrías llegar a comprar como recuerdo si algún día vas a hacer turismo allá ─ responde Eris con calma ─. He procurado hacer que mi figura cuente con una indumentaria de los tiempos vikingos, incluyendo armas, ropaje y algunos amuletos de su tiempo.
─ Pues se ve genial. Muchas gracias ─ Rikka mira nuevamente el regalo, cuando nota algo ─ ¿No falta el casco con cuernos?
─ Los cascos con cuernos son en realidad un invento con el que modificaban la imagen de los vikingos en varias obras ficticias, por lo que dichos cascos en realidad son una imprecisión a la hora de describirlos ─ responde Shizuku en esta ocasión.
─ ¿De verdad? Interesante.
Eris regresa a su asiento, a lo que Rena tacha su nombre y espera a que la siguiente chica se levante. Sólo faltaban cuatro chicas para dar su regalo, y quien se pone de pie en esta ocasión es Sara.
─ ¿Qué regalo tienes para dar? ─ Rena mira interesada a la modelo.
Sara no responde sino que se va del salón, dejando a todas algo sorprendidas. Se suponía que todos los regalos debían estar en el salón, por lo que era inentendible que Sara tuviera que irse. Pasan unos cuantos segundos algo incómodos, y Kaede empieza a ponerse nerviosa.
─ ¿Por qué tarda tanto? ─ Mai rascándose la mejilla.
─ ¿Será que se le quedó en su asiento? ─ sugiere Takako, pero su idea no conseguía hacer menos incómodo el momento.
Pasarían unos cuantos segundos más, cada cual más incómodo que el anterior, cuando Sara finalmente regresa, pero no tenía nada en sus manos. Las demás no entendían lo que estaba pasando.
─ Lo siento ─ dice Sara jadeando un poco ─. Necesitaba pasar el aviso para así darle mi regalo a Kaede-chan.
─ ¿Eh? ¿Qué clase de regalo es? ─ Kaede estaba cada vez más confundida.
Sara alza su mano y da un chasquido, y entonces aparecen varias chicas del club de teatro aparentemente, y junto a Sara empiezan a cantar para Kaede, incluyendo una coreografía. Alternaban el estar delante o atrás en la formación, puesto que se ordenaban en dos filas. Sara también canta, aunque empieza estando atrás. Al final pasa a estar al frente y toma la mano de Kaede, conmoviendo a todo el grupo. Así sí valía la pena la espera al que las había puesto la menor de las primas.
─ Eso estuvo… muy bonito, Sara ─ Kaede parecía que iba a llorar ─. Ese ha sido el mejor regalo que alguien me haya podido dar.
─ Sensei, anota esto para regalarme algo parecido el día de mi cumpleaños ─ le dice Runa a su pareja por lo bajo.
─ Claro, supongo ─ le responde Takako algo nerviosa.
Kaede y Sara se besan nuevamente, y tras agradecer a las chicas del club de teatro estas se van, no sin antes desearle un feliz San Valentín a todas las chicas allí presentes.
─ ¿Alguna valiente que crea poder hacerlo mejor? ─ Rena tira su puya de manera burlona.
─ Aquí es donde entro yo ─ Mai se pone de pie y saca su regalo ─. Esto es especialmente para Shizuku-sama, y en una muestra de mi más sincero respeto y cariño.
Shizuku recibe el regalo y lo desenvuelve lenta y ordenadamente. Era un juego de té con motivos elaborados y con colores bastante bonitos. No era como si Shizuku no tuviera nada parecido, pero sí que resultaban un poco diferentes las tazas y la tetera, lo cual le podía dar un cierto toque especial.
─ Muchas gracias por este detalle, Mai-san. En estos días prometo invitarte a ti y a Reo-san para tomar el té.
─ No puedo esperar a que ese día llegue ─ Mai sonríe contenta antes de regresar a su asiento, a fin de permitir que siguiese la entrega de regalos.
Ahora quedaban dos chicas: Yuuna y Miya. Era cuestión de ver quién se levantaría primero para dar su regalo, y es la rubia quien da ese paso. Tal parecía que Miya era la última en hacer entrega de su regalo, pero no era como que eso la angustiara mucho.
─ Aquí tengo mi regalo para Runa-chan ─ Yuuna tenía un paquete algo curioso, pero finalmente envuelto. Además de unos cuantos chocolates ─. Sé que le vas a dar un buen uso.
─ Claro… supongo ─ Runa no sabía qué tenía su regalo, pero antes de poder desenvolverlo ve que Yuuna se lo impide con una mano.
─ Como estaba diciendo, sé que le darás un buen uso, pero creo que vendrá bien si incluyes esto para que así puedas entretenerte un rato ─ Yuuna suelta además una barra energética en el regazo de Runa.
La rubia menor estaba boquiabierta. No comprendía lo que había querido decir Yuuna, pero supuso que tenía que ver de alguna manera. Yuuna retira su mano, a lo que Runa aprovecha para abrir un poco el paquete para dar un vistazo. Al ver de qué se trataba sonríe de manera sospechosa, llegando a asustar a Takako.
─ Prometo darle el mejor de los usos, Yuuna-sama.
─ Sé que lo harás sin problemas.
─ ¿Q-qué fue lo que recibiste, Runa? ─ dice Takako entre temblores.
─ Ya te lo mostraré cuando estemos en casa, sensei ─ es la respuesta de Runa, y entonces le da la barra energética ─. Ten. Lo vas a necesitar.
Takako estaba boquiabierta, pero no era momento para discutir sobre lo que Yuuna le había dado, puesto que Miya debía ponerse de pie, puesto que era la última que faltaba para dar un regalo. Miya mira entonces a Sayuki, la cual permanece expectante.
─ La semana pasada Rena-sensei dijo que regalar algo tan simple como un bolígrafo no es un regalo aceptable, ¿verdad? ─ la mencionada asiente, aunque no sabía a dónde quería llegar Miya ─ En ese caso, supongo que todo cambia si a Sayuki-san le regalo… ¡Dos bolígrafos! ─ saca los objetos mencionados mientras esboza una sonrisa y a las demás les sale una gota.
─ Muy graciosa, Miya-chan ─ a Rena la rodea un aura oscura ─. Supongo que tú y yo tendremos unas cuantas cosas de las que tendremos que hablar, jeje. Supongo que no habrás olvidado los detalles en mi advertencia.
─ E-es una broma. No se lo tiene que tomar así, sensei ─ Miya ahora saca el paquete que tenía su regalo y lo acerca a Sayuki ─. Aquí está el regalo.
─ Ahora sí nos ponemos de acuerdo ─ dice Rena apaciguándose rápidamente.
Sayuki abre el envoltorio de su regalo y ve que se trata de un par de zapatos nuevos. El verdadero detalle no estaba en el hecho en sí de que fueran zapatos, sino que los mismos tenían un tacón mediano y lucían algo transparentes. Sayuki y Rikka veían anonadadas aquel regalo.
─ Se ven muy bonitos, Miya-san. Muchas gracias.
─ No hay de qué ─ dice Miya antes de regresar con Risa.
Las pparejas reunidas se ponen a charlar por un momento, mayormente comentando acerca de los regalos que habían recibido, y casi todas las que habían recibido chocolates ya habían al menos probado un bocado. Rena ve a todas con una sonrisa y espera un poco antes de pedir que reinase el orden en el sitio y ordenara a las que se levantaron que se sienten.
─ Debo decir que me ha gustado ver todas las iniciativas que han tenido, chicas. Puede ser que no todas lograran tener en la mira a su pareja… Bueno, sólo Kaede-chan y Sara-chan tuvieron esa oportunidad, pero la cosa es que San Valentín va más allá de simplemente comprar o hacer un regalo a la persona que más amas, sino tener también un detalle con las demás personas, demostrar a nuestras amigas que también les guardamos un cariño especial y que estamos dispuestas a hacer algo por ellas ─ todas miran a Rena mientras se pone de pie y se acerca un poco al grupo ─. Como amigas, nunca deben perder de vista a las demás. Cada gesto que puedan tener entre ustedes no lo desaprovechen nunca y procuremos estar de buenas siempre, pues nunca sabemos cuándo necesitaremos que alguna de las demás nos dé una mano para lo que sea.
─ Muy bien dicho, senpai ─ dice Takako contenta.
─ Ha sido divertido romper un poco con la monotonía de únicamente dar regalos a las parejas. Es el día del amor y de la amistad, por lo que también merece ser valorado. Amemos todas las relaciones que vayamos forjando en la escuela y en etapas posteriores, que así la vida se disfruta más.
Todas asienten entusiasmadas, y Rena da la voz de haber finalizado la reunión, no sin antes felicitarlas de nuevo. Las chicas entonces se retiran para atender sus respectivos asuntos, algunas con cierta prisa y otras con la tranquilidad de quien no tiene gran cosa que hacer ese día. Rena sonríe y se estira un poco mientras ve el salón vacío con excepción de Runa.
─ ¿De verdad vas a usar tu regalo? ─ dice la mayor.
─ Claro que sí, nee-sama ─ le responde Runa sonriente ─. Sensei seguramente lo va a disfrutar.
─ En ese caso espera emocionada a que llegue tu momento. Pon en alto el apellido Houraisen.
Ambas hermanas se alzan el pulgar, y Runa se va finalmente. Había sido algo rápido para el gusto de Rena, pero no dudaba que se había divertido mucho.
Ahora debía pensar qué otra cosa podía hacer, y a quiénes podría invitar para que formen parte de sus planes.
Fin
Aquí está, un poco atrasado el especial, pero más vale tarde que nunca. Espero que hayan tenido un bonito San Valentín, que les vaya bonito, y les haré la siguiente pregunta, que pienso que les puede interesar ¿Quieren historias de cómo trabajaron las chicas de este fic sus regalos? Si la respuesta es sí, entonces con el tiempo los iré haciendo, que eso será con calma. Pero bueno, ustedes dirán.
Hasta otra
