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" Y algún día olvidaré todo... excepto a ti"
...Allí en el refugio de su habitación, recostada sobre su cama volvía a recordar como su cuerpo había calzado en forma perfecta con el suyo, sus enormes y largos brazos alrededor de ella, movía la cabeza en un intento fallido por no sentir lo que sentía sin traicionar aquello que ya hacía un tiempo había dejado ir.
el recuerdo de Gilbert poco a poco se desvanecía hasta el punto de ya no reconocerlo en el rostro de Dietfried, cada que buscaba un rasgo un detalle que alguna vez le hizo brillar, hoy ya no existía, ya no lo comparaba, Dietfried era completamente otra pieza en el rompecabezas de su vida.
Pero, aun así, cada vez que sentía que el recuerdo de Gilbert desaparecía la culpa encontraba espacios en los que crecer como una frondosa enredadera alrededor de su corazón, y era eso lo que le impedía ser honesta consigo misma y sus sentimientos.
sus ojos se cerraron intentado encontrar alguna vaga respuesta a sus cuestionamientos en algún breve sueño, pero tal vez, esta noche no sería tan dulce sino una breve pesadilla.
...
Aquella mañana, luego de que Dietfried regresará después de tanto anhelar que volviera con vida de aquella terrible tragedia, Violet ya se había ambientado casi a la perfección a esta nueva vida sin guerras, ni sangre, sin ser dedicada como una muñeca a la destrucción, hoy era otra persona completamente diferente y tal vez, solo tal vez Gilbert en su memoria hubiera sonreído de verla al fin rebozar de una felicidad por la cual él una vez lucho y perdió la vida.
Violet salió de su habitación apresuradamente, olvidando si quiera arreglar su cabello, corrió por los pasillos del primer piso, giro hacia otro cruzando el vestíbulo y bajo las escaleras, al entrar al gran salón es que encontró su mirada a aquella pupila azul, grande fue su sorpresa que con la luz del sol pudo darse cuenta de aquello que no había advertido la noche anterior. Dietfried solo llevaba una camisa blanca sin corbata y con algunos botones desabrochados, dejando entrever los vendajes, ambos brazos también llevaban vendas y en su rostro lleno de rasguños y un parche en la mejilla, su mano derecha estaba completamente vendada también y mientras la mirada de violet procesaba todo aquello que veía hasta llegar a su rostro, Dietfried sonrió con pesar.
Violet se acercó a sentarse a un lado sin decir nada, Dietfried aseguro que se encontraba bien, pero ella podía notar por aquella mirada que la batalla había sido dolorosa, pero él aun le sonreía, pero ella sabía más, si se trataba de guerra, ella sabía aún más.
"... esa era su magia, aun en los días más oscuros, podía ver el atardecer"
Durante el día violet no quito su mirada del paradero del joven amo Buganvillea, pero este no salió de su habitación en todo el día. tal vez las heridas eran más profundas de lo que realmente creía.
Violet regreso a su habitación, y en la oscuridad de su espacio las estrellas y la luna iluminaron su camino, se recostó sobre su cama hasta quedarse dormida, para cuando despertó aún era de noche y estaba sola, pero entonces advirtió una silueta sentada sobre su cama, mirándola, movió la cabeza y refregó sus ojos intentando enfocar la vista hasta encontrarse a Dietfried.
una de sus manos estaba atrapada en la de Dietfried, que sin mirarla de un momento a otro le dice "Jamás dejes de mirarme violet evergarden" apretó su mano antes de levantarse y volver la vista hacia ella, su rostro levemente sonrojado le imposibilito reaccionar o incluso moverse.
precipitadamente Dietfried se atrevió a robarle un beso, pero violet seguía sin reaccionar y le robo otro y sin separarse de ella se atrevió a investigar hasta donde podía llegar, haciendo su union un poco más íntima, pero en la mente y corazón de violet y a medida que los brazos de dietfried la rodeaban y a medida que la cabellera de Dietfried caía sobre el rostro de violet era que unas palabras volvían a arder desde lo más profundo de su ser " ¿qué haces violet?" rezongaban las inaudibles palabras de Gilbert, que resurgían desde el fondo.
Dietfried advirtió las lágrimas en sus ojos mientras la besaba, entonces se detuvo, con sus manos vendadas intento enjugar sus lágrimas, pero Violet no se detenía. Violet se separó de él "No puedo" fueron las palabras que salieron de su boca.
Dietfried atónito intento calmarla, pero Violet estrepitosamente salió corriendo de la habitación y salió de la casa sin rumbo y en pijamas.
"al menos estamos bajo el mismo cielo"