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"Nunca termina aquello que jamás comenzó"
Dicen que aquellos que verdaderamente nos aman, jamás nos abandonan. Y allí en medio del mar el corazón acongojado del capitán de la marina Dietfried bouganvillea trataba en vano de calmar el huracán en su interior. Violet había encontrado la manera de anidar en sus pensamientos y su solo recuerdo desvanecía el terror que oscurecía su mirada, aquel miedo constante e incesante de encontrar un día robado su amor por ella.
Los momentos en tierra de Dietfried se reducían a medida que la guerra en el mar se volvía más brava, el conflicto con países aledaños no parecía tener final, y la batalla naval tomo un importante papel, pues era la marina quienes mantenían las fronteras protegidas de los invasores y la flota del capitán Bouganvillea era la más temida en los mares.
Violet podía ver como el tiempo, que antes era inmenso, se desvanecía y que hoy solo abarcaba una mirada, una sonrisa, un roce en algún pasillo. Aun esa mirada, aquella leve sonrisa, aquel suave roce en algún eran para ella el regalo más hermoso que pudiera existir, quien más sino ella sabía lo cruda que podía ser la guerra, quien más que ella podría comprender los momentos que pasaba el capitán en altamar.
"Tal vez existe algo que temes decir, o alguien a quien temes amar, pero va a doler y dolerá porque importa"
Aun podía recordar su enorme espalda, mientras se alejaba cada vez más rápido y con él viajaban gaviotas llevándole todos sus sentimientos, la añoranza de volverle a ver sano y salvo, los miedos de oír en las radios y en las cartas que el barco fuera hundido en algún ataque.
Violet vivía con el corazón apretado por primera vez en su vida sentía algo parecido al miedo y deseaba que las horas y minutos se acortaran y que el tiempo pudiera, aunque fuera por un instante ser misericordioso con ella y este amor que sin querer había encontrado.
La brisa del mar trajo los recuerdos de Dietfried frescos de altamar, un carruaje se acercaba a toda prisa y la casa bouganvillea despertaba eufórica, violet revoloteaba en sus pijamas alcanzando a tomar su abrigo y correr por entre los pasillos y las sirvientas, bajando por las escaleras a toda prisa y empujándose entre todos para hacerse espacios.
un hombre tan alto como Dietfried bajaba del carruaje siendo ayudado, violet aun no podía ver quien era, o que tan importante era para la casa, se escabullo entre las masas de personas y sus ojos se encontraron de golpe; verdes como el relicario que guardaba con tanto recelo en su habitación, los recuerdos de un tiempo pasado volvieron a hacerla arder en aquel asedio, las palabras de una boca que se suponía se habían perdido en el fuego hoy volvían a atraparla otra vez.
una sonrisa dolorosa esbozo aquel hombre cuya mirada opacada no solo por los años, sino tambien por la culpa tal vez y el remordimiento de una mentira. Violet no reaccionaba; sus ojos divagan tratando de encontrar una respuesta y a sus oídos las voces de las masas daban respuestas " señorito gilbert", "mi señor", la casa le daba la bienvenida a quien fue una vez un fantasma. La mirada triste de Gilbert ocupo todos los espacios del corazón de Violet.
No daba crédito a lo que veía, aquel hombre no podía ser el mayor, no la persona que ella conoció una vez , llevaba un parche en uno de sus ojos y uno de sus brazos ya no estaba en su lugar, en el estudio de Dietfried la familia bouganvillea celebro el regreso de Gilbert y se solicitó de inmediato notificar a Dietfried de la noticia. La mano de la madre apretó la suya, pero ella no reaccionaba estaba absorta en si misma intentando procesar lo que estaba ocurriendo, mientras toda su vida encontrando respuestas a preguntas que el fundo en su corazón volvían a aparecer como una película, y se esparcían como un fuego enorme quemándola tan profundo, tan hondo que ya no sabía si los instantes vividos con dietfried significaban algo o no.
Gilbert pronuncio su nombre, y al instante Violet salto de su silla con lágrimas nublándole la mirada, intento escapar saliendo de la habitación abrumada; pero la mano de gilbert rozo con la suya y las heridas que creía haber sanado, volvieron a abrirse frescas, como quemaduras de tercer grado. escapo de la casa hacia el pueblo, corriendo se adentró en la playa y entro en el mar mientras gritaba.
"Tu robaste mi corazón, y ahora tambien mi felicidad"
Claudia la encontro caminando hacia la casa, empapada y temblando, la llevo de regreso y en las puertas la señora bouganvillea la tomo por los hombros guiándola hacia su habitacion, violet se hizo hacer por las acciones de quien tambien fue como su propia madre, la baño, la vistio mientras le hablaba, pero violet no recordaría ninguna de sus palabras, pues su mente estaba viajando miles de kilómetros atrás en el tiempo, buscando una cajita tan pequeña e insignificante donde habia guardado todo recuerdo de aquel hombre, pero aquella cajita en su interior se habia abierto por accidente y generando un incendio, empezó a consumir todo lo demás, todos aquellos recuerdos y sentimientos vividos con Dietfried se convertían en cenizas.
Violet lloro entre los brazos de la madre, lloro como una niña; hasta quedarse dormida y atrapada entre sus sueños, encontro al menos un poco de calma.
...
Dietfried no era dulce; solo con ella descubrió que podia sonreír; habia sido tan difícil encontrar un camino claro, habia sido tan triste encontrar en la muerte de quien amas otra vez una luz en la oscuridad.
Violet habia encontrado la forma de lidiar con el dolor, aunque fuera escribiéndole cartas a nadie, aunque fuera tecleando noches tras noches letras y letras, contando historias, hablando de cómo se sentia, llorando en un papel todo aquello que apretada su pecho cada vez que sentia que amar a dietfried era la traición hacia quien verdaderamente le habia mostrado lo que era el amor verdadero.
una mano que le tendió en medio del frio, en medio de la oscuridad, una sonrisa, un abrazo paterno salvándola de una muerte segura. solo queria ser feliz, y el viento de primavera solo trajo consigo el trago amargo de la confusión.
apareció sin un ojo y sin un brazo, con la mirada opacada por la culpa y no podia mirarla a la cara, sus ojos se cruzaron solo una vez y solo una vez bastó para traer un huracán de sentimientos que no comprendía, solo una vez fue suficiente para traer tempestad a su corazon que creía inamovible.
todos los recuerdos que habia guardado en una caja en su interior se quemaban, volvían a arder el fuego en su interior, ese que solo le pertenecía a Gilbert, pues Dietfried habia sembrado flores en violet, pero gilbert, el siempre fue de fuego; y su llegada fue convirtiendo en cenizas y dudas el frágil corazon de violet.
Aquellos días, desde la llegada de Gilbert, Violet retrocedía a sus recuerdos convirtiéndolos en terribles pesadillas, despertaba llorando y retorciéndose de dolor a tal punto de que una de las visitas al médico descubrió que violet habia estado abusando de su brazo autómata y una infección habia encontrado camino en su hombro; hubo que removerlo y ya no pudo volver a escribir cartas.
sentia que le habían robado algo importante, el hecho de que Gilbert estuviera vivo para Violet era un robo, sentia que le habían arrebatado su derecho a amar a quien ella realmente queria, la traición de sentir que pudo haber sido diferente había encontrado nido en su corazon y no queria irse, y no sabía como lidiar con esto que sentia, y no sabía como controlarlo, solo queria escapar, correr, desaparecer.
"Nadie dice adiós a menos que quiera volver a verte"
