--CAPITULO 2. A prueba --

Dos días después, Pepper y Claire miraban las noticias. Hablaban, tanto expertos, como no expertos en los medios de comunicación, comentando y opinando sobre las declaraciones de Tony Stark y de cómo bajaban las acciones de la compañía.

En eso, Tony le llamó a Pepper. Ella contestó el intercomunicador.

—¿De qué tamaño es tu mano? —preguntó Tony.

—¿Qué? Es que no te entiendo, Tony.

—Ven, te necesito —le indicó él.

—Tony, ¿Qué es lo que necesitas?

—Que me ayudes —le contestó Tony—. El aparato en mi pecho, tengo un problema y necesito que metas tu mano en mi pecho para…

—¿Yo? —interrumpió Pepper—. No estoy calificada para esto. ¿Sabes qué? Creo que Claire puede ayudarte mejor —le sugirió ella.

Claire alzó la vista, mirando a su prima.

—¿Quién? —interrogó Tony

—Mi prima. Ella es doctora.

—¿Sigue aquí? —cuestionó él—. Con que doctora ¿Eh?

—Sí. Te dije que estaría unos días. De hecho, estaba pensando —continuó Pepper—, Tony, ella podría ser de mucha ayuda aquí contigo, debido a tu situación .

—Así que… ¿Estabas pensando? —dijo Tony.

—Seguro. Será ideal que te ayude —explicó Pepper—. Se graduó con mejores notas e hizo una pasantía en Corea del Sur, ¿Adivina? Sí, en Laboratorios I-GEN. ¿Su mentora? Nada más y nada menos que…

—La Doctora Cho —interrumpió Tony, en tono muy serio.

—Tiene una excelente recomendación de ella —afirmó Pepper—. Y confío plenamente en Claire.

—Planeaste todo esto ¿No? —La acusó Tony.

—¿Qué? No —negó ella, en un tono para nada convincente—. Casualmente vino en estos días y bueno…

—Dile que venga. Veamos que tal resulta —le dijo Tony interesado—. ¿Confías en ella totalmente?

—Por supuesto —afirmó Pepper, sonriendo a Claire.

—Bien, la pondré a prueba —sentenció Tony—. Eso sí, cualquier cosa que salga mal es tu responsabilidad, Pepper.

—De acuerdo.

Pepper colgó el intercomunicador.

—Claire, vamos, Tony tiene un problema con su aparato. Está es tu oportunidad de ayudarlo. Él accedió.

—Bien —sonrió Claire.

Pepper bajó al sótano, donde Stark tenía su Laboratorio-Taller robótico. Claire la siguió, después de haber ido a su habitación por un maletín. Pepper, introdujo un código en la cerradura de la puerta de vidrio y esta se abrió. Tony estaba en una silla sin camisa. En medio de su pecho, el artefacto metálico que lo mantienía vivo y en su mano derecha, sostenía otro artefacto similar.

—¡Dios! ¿Eso es lo que te mantiene con vida? —preguntó Pepper.

—Así es —respondió Tony.

La mirada de Tony hacia Claire, era evaluadora.

—Sr. Stark —se dirigió Claire, formalmente hacia él.

—Entonces, ¿Tus manos son pequeñas, Dra. Bramston? —preguntó Tony.

Claire se sintió un poco intimidada y le mostró sus manos.

—¿Así que hiciste una pasantía en Corea y fuiste discípula de la Dra. Cho? —preguntó Tony, mirándola a los ojos.

—Así es —contestó Claire—. La bioingeniería médica, es una rama que siempre me ha fascinado.

—¿Cómo te ganaste esa pasantía? —inquirió Tony—. Es bastante exclusiva, según sé.

—Estudiando mucho, mucho en realidad —respondió Claire.

—Claire estudió en Stanford —intervino Pepper.

—¡Wow! ¿Stanford, eh? ¿Papá es rico? —preguntó Tony.

Claire lo miró seria.

—Oh… Mi tío murió hace unos años —explicó Pepper, un poco incómoda.

Tony parpadeó un par de veces.

—Lo siento —dijo él.

—Sí, bueno. A diferencia de otros, tuve que estudiar muchísimo, más horas de las que de vida tenía —dijo Claire con voz un poco tensa—. Porque no vengo de una familia millonaria, que fácilmente pueden obtenerlo todo ¿Sabe?. Entonces, conseguí una beca.

Listo. Ahí había acabado su oportunidad de trabajar en Industrias Stark, para siempre. "Ya no había retorno", pensó Claire, quien tenía las mejillas rojas, mientras apretaba sus labios disimuladamente.

Tony la miraba con el ceño fruncido.

—Ella fue la primera en su clase, Tony. Así fue como se ganó la pasantía en I-GEN —aclaró Pepper, tratando de suavizar la situación.

—Impresionante —dijo Tony, alzando las cejas.

Claire supo al menos, que no iba a tener que trabajar con ese patán de Stark.

—Bueno, quizá deba irme ya —dijo Claire, dando la vuelta.

—¿A dónde crees que vas? —le dijo Tony.

Claire giró para verlo y luego miró a Pepper, quien estaba callada.

—¿Ves toda esta basura carísima, que obtuve "fácilmente"? —se dirigió él a Claire, señalando con su mano el taller—. Esta tecnología me ayudará a evitar que muera y ayudará a otros. Aunque tengo millones, heredados sí, tengo una metralla a milímetros de mi pecho, que un día puede hacer boom.

Pepper supo que la situación se había puesto más tensa. Claire no dijo nada.

—Pepper cree que puedes ayudarme, y …¿Sabes qué, niña? Voy a corroborar si todo lo que tu currículum dice, es verdad. —agregó Tony, después de una pausa, mientras la seguía observando.

—¿Qué? —dijo Claire arqueando una ceja—. ¿Me… me está contratando?

—No. Aún no. Te voy a poner a prueba un tiempo.

Pepper miraba a Tony y luego a Claire.

Claire no supo que decir.

—¿Te vas a quedar ahí parada, sin hacer nada? —cuestionó Tony con un semblante más relajado.

—No, Sr. Stark —dijo Claire—. ¿Me explica que debo hacer?

—Sí. En primer lugar, no me digas Sr. Stark, siento que le hablas a mi padre. Dime Tony.

Claire, asintió medio sonriendo, estaba más calmada, ahora. Pepper suspiró aliviada.

Claire se acercó a Tony y observó unos segundos el artefacto en el pecho de él, luego abrió su maletín de dónde sacó una mascarilla para colocársela.

—Si voy a usar mis manos dentro de tu tórax metálico, será mejor que use guantes —agregó ella colocándose los guantes de látex.

Tony alzó las cejas mirando a Pepper.

—Esto me mantiene con vida. Evita que el resto de metralla dentro de mi pecho llegué al corazón y me mate —explicó Tony—. Ahora cambié la unidad por una nueva, pero tuve un problema.

—¿Qué cosa? —cuestionó Claire, mientras sacaba otras cosas del maletín.

Tony le indicó que tenía un cable expuesto debajo de el aparato y está estaba haciendo un cortocircuito. Él se quitó el aparato del pecho y se lo dio a Pepper. Claire se acercó a observar y le pidió a su prima, que sacara una lámpara en el maletín, quien dejó el reactor en la mesa y alumbró directo al agujero de metal.

—Debo hacer asepsia antes, no querrás que una bacteria te infecte —dijo Claire, sacando un spray para colocarlo en el pecho de Tony—. No te preocupes, no interfiere con el metal —agregó ella ante la mirada dudosa de Tony.

Tony volteó hacia Pepper que sostenía la lámpara. Pepper sonrió.

—¿Ya has metido tu mano en el tórax de alguien? —preguntó Tony.

—Soy una experta —aseguró Claire mientras introducía la mano.

—¿Eso es pus? —interrogó Pepper, al ver la sustancia viscosa en la parte metálica del tórax.

—No. Es un plasma inorgánico, no es de mi cuerpo —afirmó Tony.

Pepper arrugó la nariz, al sentir el fuerte olor. Claire no se inmutó, seguía buscando el cable.

Tony le dijo a Claire que el alambre era de cobre, debía levantarlo y halarlo muy despacio, sin tocar las paredes.

—Sí, lo tengo —aseguró Claire halando el alambre.

Su mano estaba fuera del agujero mientras lo halaba poco a poco.

—Pepper, saca lo que parece un monitor tipo reloj del maletín ¿Si? —indicó su prima.

Pepper buscó el aparato en forma de reloj. Claire le dijo que lo colocara sobre el tórax, al lado izquierdo y apretara el botón verde. El pequeño monitor, mostraba el latido del corazón de Tony.

—El alambre tiene al final un imán, debes sacarlo —comentó Tony.

Claire dio un tirón suave al alambre y logro sacar la rueda del imán. El monitor hizo un ruido fuerte y mostraba la frecuencia del corazón alterada. Tony se puso pálido, mientras jadeaba. Claire guardó la calma.

—¿Qué sucede? —preguntó Pepper asustada.

—Un infarto —dijeron Claire y Tony al mismo tiempo.

Pepper se asustó más, la mano con la que sostenía la lámpara temblaba. Tony miró a Claire y le ordenó que metiera el nuevo aparato. El rostro de él evidenciaba dolor. Claire le echó el spray antiséptico al nuevo aparato que Tony tenía en su mano y lo tomó. Ella logró insertar los cables y colocar el aparato finalmente.

Tony estaba blanco, como una hoja de papel, con sudor en su frente y jadeando.

Claire buscó rápido en su maletín.

—Te colocaré este parche de nitroglicerina —dijo Claire—. Pronto estarás mejor.

Tony trataba de respirar con dificultad.

—¿Querías que yo hiciera eso? —interrogó Pepper a Tony, quién aún estaba pálida.

Claire se quitó los guantes. Retiró el monitor del tórax de Tony y guardó sus cosas en el maletín.

Pepper le preguntó a Tony, que quería hacer con el aparato antiguo y él le respondió que lo destruyera.

—¿En serio?

—No soy un nostálgico.

—¿Eso es todo, Sr Stark? —preguntó Pepper.

—Eso es todo Srita. Potts —respondió Tony—. Gracias Dra. Bramston —agregó él, más tranquilo, dirigiéndose a Claire—. Se nota que jugaste mucho "Operación", tienes nervios de acero.

Claire lo miró y sonrió, mientras se desinfectaba sus manos.

—Debes tener mucho cuidado —le dijo Claire—. Eso que tienes allí, es una bomba de tiempo. Hay que estar monitoreando tu corazón. Sé que puedo ayudarte a estabilizarlo y a acoplar mejor el flujo de energía.

Tony frunció el entrecejo. Pepper lo miró.

—Excelente, Claire —expresó Pepper—. Mañana podrían empezar a ver eso. ¿Verdad Tony? —volteó ella hacia él.

Tony miró a Pepper y solo entrecerró los ojos.

—Como dije, estarás a prueba —dijo Tony, mirando a Claire.

Claire asintió mientras se marchaba con su maletín y subió por las gradas.

—Estaré bien, Pepper.

—Estarás mejor si ella te ayuda. Me preocupo por ti, Tony —le dijo Pepper muy seria—. No estás es condición de decir que no. No a mí.

—Sabes que solo te tengo a ti, Pepper.

Se miraron a los ojos unos segundos y luego de un momento de silencio ella se fue.


Tony empezó a trabajar mucho los siguientes días en el taller del sótano. Ahí tenía toda clase de máquinas y aparatos de última tecnología, junto a su colección de automóviles.

Él creaba y construía lo que sería una versión mejorada del robot que hizo en Afganistán.

Al inició, él dudaba de confiarle información de su reactor a Claire.

Ella pasaba unas cuantas horas trabajando ahí. Poco a poco, Tony le asignaba más horas de trabajo. A veces, ambos estaban muy concentrados, cada uno en sus respectivas investigaciones. Era verdad que Tony necesitaba ayuda, aunque no lo admitiera. En ocasiones, pasaban hablando y discutían sobre cómo adaptar la mecánica del robot al cuerpo y les tomaba tiempo poder hacer que se acoplara todo el mecanismo de circuitos y energía con cada parte que Tony iba haciendo. Pepper les llevaba café y bocadillos de vez en cuando.

Claire les había contado a Victoria y a Christian que estaba trabajando ya, sin detallar los pormenores de lo que hacía. Habían cosas que el club de secretismo no podían saber, como ellos bien lo sabían. El secreto profesional ante todo.

—Vaya, ¡Trabajar con Tony Stark! —dijo Christian en la pantalla, mientras tenían una videollamada.

—Claire, estoy tan contenta —dijo Victoria, mientras mordía un sándwich.

—Aún estoy a prueba —dijo Claire, tomando su jugo.

Ambos amigos, estaban en su hora de almuerzo del hospital y Claire también.

Planeaban la salida pendiente para el otro mes.

—No puede ser que tengas un apartamento cerca —dijo Christian—. Oye, deberás invitarnos —Victoria asentía con la boca llena de pan.

—Lo haré, lo prometo.

—Antes que nada, ya que estés bien instalada deberás conocer y salir con algún buen prospecto —dijo Victoria, después de tragar su bocado.

Claire sonrió.


Al pasar los días, Tony observaba que Claire siempre llegaba muy temprano, y realizaba de forma meticulosa, las tareas asignadas, y desarrollaba con eficiencia la investigación.

Un día, Tony le tenía la suficiente confianza a ella. Y como en un inicio le había hecho jurar que no revelaría ninguna información sobre lo que trabajaban. Había compartido con ella los planos, los detalles y las imágenes de su aparato reactor Arc, que tenía insertado en el tórax. Ella pasaba en la computadora, asistida por Jarvis, analizando y revisando la información. (Jarvis ya estaba autorizado para discutir con ella, todas esas cosas de los proyectos de tecnología y robótica de Stark)

Cada día, Claire monitoreaba el funcionamiento del aparato en el corazón de Tony. Los patrones que verificaba y analizaba debían estar en un estándar adecuado y ella trataba de acoplar el sistema de energía para que no hubiera fallos en su organismo ni en su sistema cardiovascular.

Tony trabajaba muchas horas de más. No descansaba bien y bebía mucho café. Incluso, Claire lo regañaba e informaba a Pepper cada día, ya que su prima, requería un reporte para saber cómo se encontraba Tony.

Claire pasaba todos los días a hablar un rato con Pepper antes de irse a su apartamento. Ella tenía su apartamento cerca de la Mansión Stark, cuya distancia le permitía desplazarse muy rápido.

Le preocupaba que Tony se desvelaba mucho. Cosa que Pepper le había insistido a él, igualmente.

Un día, Tony analizaba en el escaner 3D el esquema del brazo del robot.

—Lo voy a hacer igualmente como traje y debe encajar bien —le dijo a Claire.

Claire se había levantado a ver el esquema en 3D. Ella vestía su usual bata blanca que usaba en el laboratorio. Tenía una taza de café en una mano mientras bebía un sorbo.

—¿Cuántas horas has dormido? —le cuestionó Claire.

—Suficientes —contestó él sin mirarla.

Claire se acercó a la pantalla de una computadora y tecleó.

—No. Según Jarvis y su análisis, no estás durmiendo suficientes horas. Veamos... anoche te acostaste a las 3:21 AM —dijo ella mirando la pantalla.

—¿Jarvis te dijo eso? —preguntó él en tono serio.

—Agregué un detector más en tu tórax, para analizar tus patrones de sueño —explicó Claire tomando otro sorbo de café.

—Ya no tengo privacidad —masculló Tony entre dientes.

—Señor —intervino la voz de Jarvis—. La Dra. Bramston me dijo lo importante que era analizar todas las variables del funcionamiento de su organismo, además de sus signos vitales.

—Traidor —espetó Tony.

—Tony, sé que estás empeñado en hacer esto. Pero baja el ritmo ¿Quieres? —le pidió ella.

Pepper entró al taller. Tony probaba el prototipo de brazo que estaba creando.

Llevaba un pichel de café y una caja pequeña.

—Te llamé por el intercomunicador —dijo Pepper colocando el café y la caja en la mesa.

—No lo oí. Me estaban regañando —dijo él, mirando a Claire mientras arqueaba una ceja—. ¿Qué pasa?

—Obediah está arriba —agregó Pepper—. ¿Qué es eso? Pensé que ya no te gustaban las armas —dijo Pepper.

—Gracias. Voy para allá. Es un estabilizador del cuerpo. Es totalmente inofensivo —contestó él.

Tony colocó el brazo mecánico con la palma de la mano hacia arriba y el centro luminoso emitió una fuerte energía que impulso a Tony hacia atrás con fuerza, golpeándolo contra un escritorio.

Pepper saltó asustada y Claire se agachó. Ambas lo ayudaron a levantarse.

Luego de un rato, Tony y Claire subieron. Pepper estaba en la sala sentada revisando unos papeles. Obediah Stane, estaba tocando el piano de cola.

Claire se sentó junto a Pepper.

Stane le contaba a Tony lo mal que había ido en una reunión del Consejo de Industrias Stark. El consenso de ellos era que Tony padecía Estrés Postraumático y querían destituirlo. Tony tomó un pedazo de pizza que Stane había llevado. Las acciones de la compañía habían bajado un 51.5 según comentó Pepper.

—Eso que importa, aún tenemos más acciones —contestó Tony.

Stane le quería hacer conciencia de la situación y que el Consejo también opinaba hacia que rumbo se dirigía ahora la compañía. Ellos discutieron un poco y Tony, un poco molesto, dijo que se iba. Obediah le pidió que sus ingenieros pudieran analizar el aparato del pecho de Tony. A lo cual, éste respondió con un rotundo no. La misma respuesta obtuvo el CEO, cuando insistió bajar al taller con Tony. Obediah se fue evidentemente enojado.

Claire bajó al taller de nuevo. Digitó el código en la puerta de vidrio y entró.

Tony continuaba trabajando. Ella pudo notar que él estaba de mal humor, luego se sentó en la computadora a trabajar de nuevo, en completo silencio.

—Eres la única que sabe de qué está hecho el aparato y como funciona mi batería —afirmó Tony con seriedad—. Nadie, absolutamente nadie, ni Obediah, debe saberlo —agregó él, girando en su silla y haciéndola rodar mientras se acercaba a ella para mirarla de frente.

—Tony, sé lo que implica, es ultraconfidencial. No te preocupes —le dijo ella muy seria—. Puedo guardar secretos. Confía en mí.

—Bien, sí. Solo quería corroborarlo —dijo él y regresó a su puesto rodado en la silla.

Tony continuó construyendo su robot. Ahora probando los propulsores con los diferentes niveles de potencia. Pasó de arruinar un automóvil de lujo que guardaba en el sótano, a estrellarse contra los muros o salir disparado hacia el techo.

Claire tenía mucho trabajo, además, con todos los traumatismos que sufría Tony al realizar las pruebas.