--CAPITULO 3. Un objetivo--
Tras varias pruebas, Tony intentaba, junto con Jarvis y Claire, hacer vuelos cada vez más lejos. Lo que quería era traspasar la atmósfera, muy a pesar de las objeciones de ambos.
En esa ocasión, Tony llegó al punto límite, dónde traspasó la atmósfera. Y sucedió el fallo: la armadura se empezó a congelar. El sistema se había apagado totalmente y Tony cayó al vacío por un momento, pero Jarvis logró reiniciar el flujo de energía. Claire había registrado, desde taquicardia hasta una disminución de temperatura rápida en el cuerpo de Tony, casi llegando a una hipotermia.
Jarvis hizo lo suyo, accionando a control remoto el sistema de circuitos en una interfase de protones. Tony obtuvo de nuevo el control del traje. Claire logró estabilizar los signos vitales de él mientras iba bajando a tierra. Y luego, el traje resultó tan pesado que Tony atravesó 3 pisos desde el techo de la mansión al sótano.
Con la máquina de escáner, Claire se aseguró que Tony estuviera estable y entero totalmente.
—Necesitamos ajustar el termostato del traje —le dijo Claire—. Podemos crear un mecanismo que contrarreste el sobrecalentamiento y las temperaturas bajas —agregó ella mirando a Tony que jadeaba aún.
—Jarvis, analiza los datos y crea un gráfico con un modulador de temperatura —le ordenó Tony mientras seguía estabilizándose.
—Hay que lograr un estándar en los parámetros Tony. El traje no debe enfriar o calentar demasiado rápido —explicó Claire analizando el modelo que Jarvis les proponía.
—¿Que hay en la caja? —preguntó Tony, quien no se había percatado que estaba en una mesa.
—No lo sé. Pepper te la dejó aquí.
Tony se levantó y fue hacia la mesa, abrió la caja y sacó el antiguo reactor Arc de su pecho. Estaba en un contenedor de cristal. Había un lema que decía "Prueba de que Tony Stark tiene corazón"
Tony sonrió. Claire miró la caja de cristal y pensó, mientras sonreía, que era un bonito detalle.
Pasadas unas semanas, habían mejorado el traje, reconstruyéndolo con titanio para evitar el congelamiento y lograron estabilizar los propulsores.
Jarvis continuaba ajustando detalles de todos los circuitos y el sistema.
Claire, supervisaba la adaptación del traje robótico, ya que con cada ajuste que se le hacía al traje, debía reiniciarse el sistema para poder acoplar y controlar todos los factores y parámetros necesarios para monitorear los signos vitales.
Tony bautizó al nuevo traje, como robot MARK II cuando estuvo terminado.
—Listo, prácticamente está hecho —dijo Tony muy alegre. Claire sonrió asintiendo.
—¡Genial! Lo logramos —dijo ella con emoción.
—Claro que sí, Dra. Branstom, ¡lo logramos!
—¿Que falta? —preguntó Claire.
—Nada, que Jarvis inicie la elaboración del diseño.
—Bien, creo que lo veré cuando esté terminado. Debo irme, es tarde, Tony —le dijo Claire, viendo el reloj y guardando sus cosas. Por último se quitó la bata.
—¿Tarde?
—Debo estar con Pepper en una hora. Tu cena benéfica para las familias de los bomberos es hoy ¿Recuerdas?. La que dijiste que no querías ir.
—¿Ah sí? Bueno. Ve con ella.
Claire llegó a la puerta de vidrio de seguridad del sótano, marcó el código.
—Tony no olvides tomar tu reconstituyente.
—No mamá —contestó él con sarcasmo.
Claire se había encargado de crear una composición molecular de nutrientes y vitaminas que ayudarán a Tony a estimular sus sistema inmunológico ya que el reactor en su pecho podría estarle causando algunos problemas.
—Jarvis, puedes pintarla agregando rojo metálico y dejando partes doradas —indicó Tony mirando la armadura.
—Se verá menos llamativo, señor —contestó Jarvis.
Tony ordenó a Jarvis construir el traje con todas las especificaciones, lo cual tomaría alrededor de 5 horas según el análisis de Jarvis.
Un rato después, Tony decidió ir a su función benéfica. Estaba harto de escuchar en las noticias que él sufría un estrés postraumático. Así que iba a hacer su aparición.
Claire estaba ya en la fiesta junto a Pepper. Llevaba un elegante vestido largo de color ocre con cuello halter.
Pepper por su parte se había puesto un vestido azul turquesa largo con cuello en V sin mangas, con un gran escote en la espalda.
—Y ¿Entonces, que hacemos? —preguntó Claire a Pepper.
—Circular, platicar con los invitados, tomar una copas, no mucho —contestó Pepper llevándola de la mano.
—De acuerdo, tú dirás, eres la de las relaciones públicas, prima. ¿Se vale solo limitarse a sonreír? —bromeó Claire arqueando las cejas.
—Somos la cara de Industrias Stark y representamos a Tony. Sonríe, más si es un chico guapo...
Ellas no vieron que Tony había llegado. Él pidió algo en el bar y el agente Coulson se le acercó para pedir una cita informándole que debía rendir el reporte de todo lo que pasó en su secuestro.
Tony no le tomó importancia a Coulson, estaba observando hacia donde estaban Pepper y Claire charlando con unos invitados. Él se dió cuenta de lo hermosa que Pepper se veía esa noche y se acercó donde ellas.
—Me la prestas —le dijo Tony a Claire.
Ambas se asombraron al verlo. Claire asintió, mientras Tony se llevaba a Pepper. Claire alzó las cejas y no dijo nada, siguió tomando su trago mirándolos.
Después de un momento, Tony y Pepper, estaban bailando en medio del salón. Claire decidió alejarse un poco y circular. De pronto se topó con Obediah Stane.
—Doctora, que bueno poder verla aquí —dijo Stane—. Como Tony la tiene acaparada en su laboratorio. Dígame, ¿Cómo está él? Me preocupa su salud.
—Señor Stane. Tony está muy bien de salud —contestó ella secamente pero con una sonrisa.
—¿Sabe? Quiero ayudar. Si usted pudiera darme información del artefacto de Tony —empezó a decir Stane—. Podríamos hacer mucho analizando y perfeccionando el aparato para que se encuentre en óptimas condiciones —añadió él acercándose más a Claire.
—Lo siento, tampoco sé mucho al respecto. Ya sabe cómo es Tony, quiere hacerlo todo él —le respondió ella amablemente.
A Claire no le caía muy bien Obediah, pero no se lo hizo notar. Stane se dió la vuelta y no insistió.
Un chico de traje de saco y corbata, había estado observando a Claire. Ella regresaba la copa vacía a un mesero, cuando el chico se le acercó.
—Buenas noches, señorita. Puedo invitarla a un trago —dijo el chico—. Mi nombre es Greg Turner. No la había visto en estás fiestas. Suelo venir cada año.
—Hola —saludó ella—. Soy Claire. Es la primera vez que vengo.
—Claire, lindo nombre —afirmó Greg con una sonrisa—. Encantado. ¿Te gustaría que bailemos?
Claire en realidad no quería bailar, pero el chico le pareció muy amable, además de guapo. Con su cabello café, muy bien recortado y muy elegante en su traje azul marino.
—Un trago estará bien —sonrió a penas ella.
Claire trató de ver a Pepper o Tony pero ya habían desaparecido de su vista.
El chico le llevó una copa de vino a Claire, ella le agradeció y siguieron platicando.
—Soy abogado, por cierto. Trabajo en la firma de Turner Phelp —dijo Greg—. Vengo siempre con mi padre a las galas benéficas de Stark.
—¿De verdad? —dijo ella tomando un sorbo de su bebida—. Al parecer siempre hay fiestas de este estilo ¿No?
—Sí, es bueno relajarse un rato —afirmó Greg-.
Hablaron un poco, y Claire contó un poco sobre ella y supo que el chico tenía buenos modales, había estudiado en Yale y que su padre, también abogado, tenía una fortuna.
—¿En serio no quieres bailar? —preguntó Greg, cuando terminaron sus bebidas.
—De acuerdo —sonrió ella.
Greg la llevó a la pista, mientras sonaba una melodía tranquila.
—¿Y como va tu trabajo de doctora? ¿Estás en algún hospital? Si puedo saber.
—Eh... trabajo en un Laboratorio —contestó ella, sin entrar en detalles.
—¿Ah sí? Vaya —dijo él—. Una interesante carrera. Una chica bonita que es doctora.
—¿Qué se supone que significa eso? —dijo Claire mirándolo seria.
—Nada. Lo dije como un cumplido. ¿Qué? ¿No sonó bien? —dijo Greg, disculpándose—. En realidad eres muy bonita.
Claire lo miró y no dijo nada. La verdad era que Greg parecía un buen chico.
—Pues... gracias —dijo ella, que tenía una mano sobre el hombro del chico.
—Oye, me gustaría conocerte más. Talvez podemos charlar y tomar más bebidas, mientras estamos aquí —le dijo él sonriendo, mientras una mesera pasaba con copas de vino y el tomó dos—. Si no tienes ningún inconveniente.
Claire no dijo nada. Agarró la copa que Greg le ofreció.
—Bueno...
—Aunque, mejor dime ya si estás comprometida y dejaré de molestarte —dijo Greg muy serio.
—¿De qué hablas? —preguntó Claire arqueando una ceja.
—Hay un hombre que no deja de verte y creo que viene hacia acá —dijo Greg moviendo su cabeza hacia un lado para indicarle a Claire—. ¿Es tu novio o tu esposo?
—¿Quién? —preguntó ella extrañada.
De repente, Claire miró que desde el bar, el agente Coulson la observaba. Él levantó la mano para llamar su atención y caminó hacia ellos.
—Ay, no. No. Él no es nada mío —le dijo Claire a Greg—. En realidad él busca a Tony, no a mí.
—Espera, ¿Tú trabajas para Tony Stark?
—Sí. Mira hablamos luego —dijo Claire sonriendo—. Disculpa.
El agente Coulson se acercó y la saludo.
—Dra. Bramston ¿Verdad? —dijo Coulson.
—Sí —respondió ella, mientras se disculpaba con Greg y se acercaba a hablar con el agente—. Usted es el agente Coulson... ¿De dónde dijo que era? —interrogó Claire.
Ella observó de reojo como se retiraba Greg.
—De la División de Logística y Aplicación de Intervenciones Estratégicas Nacionales —contestó Coulson en un tono que parecía ya cansado de repetir.
—Bien. ¿No tienen siglas? Digo, podría ser más fácil de recordar —comentó Claire.
—Lo tomaré en cuenta —afirmó Coulson—. Doctora, si me permite ¿Podemos tomar un trago?
Claire le dirigió una mirada interrogante. Ella ya tenía una copa en la mano y él también. Estaba segura que esto de "circular" no incluía agentes de donde sea como se llamase esa institución.
—Bueno, ¿Puedo hacerle unas preguntas? —cuestionó Coulson viendo que ella no decía nada.
Ella lo miró unos segundos y después de una pausa habló.
—No creo que deba contestar nada que tenga que ver con Industrias Stark o con Tony —explicó Claire—. No soy la persona adecuada para dar alguna declaración, si a eso se refiere, agente Coulson —concluyó amablemente ella dando otro sorbo a su copa.
—Entiendo doctora. Disculpe que insista, es solo que necesito el informe de Tony Stark debido a todo lo sucedido y aún no he logrado una reunión con él —le dijo Coulson—. Ah, y puede llamarme Phil —agregó él dándole la mano.
—Usted puede llamarme Claire —contestó ella devolviéndole el saludo.
Claire buscaba con la mirada a Tony y Pepper, pero no sabía dónde estaban.
De pronto vio a Tony acercarse por unos tragos al bar.
—Claire —continuó Coulson—. Si no es mucha molestia, ¿podría recordarle a la Srita. Potts que me agende una cita con él? es muy importante —rogó él.
Claire miró que una periodista se le acercó a Tony. Al parecer, él estaba incómodo y ella muy seria, pero no podía oír de que hablaban.
—Eh, claro, claro —contestó Claire sin mirar a Coulson.
—Esta es mi tarjeta. Mi número de teléfono está ahí —agregó Coulson.
Claire la tomó distraídamente y le agradeció al agente, dejándolo ahí y adelantándose al bar. Christine, la periodista ya se había ido. Tony tenía unas fotos en la mano y la miró preocupado.
—Tony ¿Qué sucede? —cuestionó Claire.
—La compañía ha seguido enviando armamento a Afganistán —susurró Tony, tomándola del hombro para mostrarle las fotos—. Ven, tengo algo que arreglar —murmuró él enojado.
Claire dejo la copa en una mesa y lo siguió. Pero en eso, Greg se le atravesó en el camino.
—Disculpa, Claire ¿Te vas ya? Esperaba que pudieramos seguir platicando —dijo Greg.
—Lo siento, no puedo en este momento -dijo ella apurada.
-De acuerdo ¿Puedes darme tu teléfono y te llamo? Podríamos tener una cita ¿Qué te parece? —dijo Greg sonriendo.
Claire sonrió, le dió rápidamente el número de teléfono y se disculpó con él por la prisa.
Afuera del edificio, Tony se adelantó bajando las gradas hacia donde Stane estaba hablando con la prensa.
Al parecer estaban discutiendo. Claire los miraba desde arriba. Stane insistió a Tony tomarse una foto, luego se fue y Tony quedó ahí petrificado.
—¿Tony? —le dijo Claire cuando bajó las gradas hacia donde él estaba.
Él estaba muy serio.
—Vámonos rápido —dijo Tony.
En la mansión Stark, Tony bajaba al laboratorio seguido de Claire, que se quitaba los zapatos de tacón alto, caminando aliviada descalza. Tony le contó que Stane lo había sacado del consejo de Industrias Stark.
—Jarvis, ten listo el traje —ordenó Tony—. Activa la secuencia de acompañamiento.
—Tony, ¿Qué vas a hacer? —preguntó ella seria.
—Iré a esa aldea en Afganistán —dijo él resolutivamente.
—¿Qué? No. Tony, espera. Debemos hacer pruebas.
—No hay tiempo. Necesito que monitorees la función del reactor y todo los parámetros de mis signos vitales —pidió Tony muy serio—. Jarvis enlaza a Claire al control remoto. Necesito que estén sincronizados, Afganistán está muy lejos.
—Tony, espera —rogó Claire—. Esto es muy peligroso. No deberías...
—Señor, la Dra. Bramston tiene razón.
—Jarvis, no estás aquí para darle la razón a ella.
Claire abrió la boca indignada.
—Dime, ¿Puedo contar contigo? Considéralo la prueba —dijo él a Claire, con el entrecejo fruncido y mirándola a los ojos, mientras la tomaba por los hombros.
Claire lo miró, luego de una pausa ella contestó.
—Lo haré —aseguró ella sentándose frente a la computadora.
Tony salió volando rápidamente de la mansión. Llegar a la aldea de Afganistán tomó un poco de tiempo. Por lo que Claire vio en el monitor de Jarvis, hubieron varias explosiones en el lugar. Tony estuvo salvando a varios civiles y luego, él mismo empezó a destruir varios misiles y armamento de Industrias Stark, no sin ser perseguido por las naves del ejército estadounidense. El general Rodhes se enteró que era Tony el que estaba detrás de todo eso.
Más tarde, Tony regresaba al taller donde Claire y Jarvis lo esperaban. Éste trataba de revisar el traje con todos sus robots reparadores. El traje tenía los impactos de las balas, varias abolladuras y rasgaduras.
Al parecer Tony no había sufrido nada de gravedad, algunos moretones que Claire pudo tratar. Ella escaneaba el traje en silencio. Cuando Tony le hablaba, ella seguía su trabajo, ignorándolo.
Pepper bajó donde ellos y al ver esa escena se preocupó mucho.
—Vine lo más pronto que pude... ¿Esos son balazos? —preguntó Pepper que aún llevaba el vestido elegante.
Tony no esperaba que ella lo encontrara así. Él miró a Claire entonces y ella lo miró por un segundo y luego quitó la vista de él.
Tony se quitó el traje con ayuda de Jarvis y Claire. Le ordenó a Pepper sacar información de la computadora de Stane.
—Debo localizar mis armas y destruirlas —le dijo él.
Ellos empezaron a discutir. Claire sabía porque se ponía Pepper tan enojada. Tony tenía ahora está obsesión de destruir sus armas, pero ¿A qué costo?.
Pepper le dijo a él que renunciaba. Y Tony la cuestionó porque había estado con él cuando destruía y hoy que quería salvar vidas no estaría con él.
—Te vas a matar en el intento. Y no quiero participar de ello —le dijo Pepper con mezcla de enojo y preocupación.
Tony se sentó, empezó a decir que él debió morir y que ya sabía la razón de lo que tenía que hacer, que no estaba loco.
Claire los escuchaba mientras continuaba usando el escáner portátil en el traje.
—Sé en mi corazón que es lo correcto —afirmó Tony.
Pepper se acercó tomando la USB.
—Me preocupo por ti, Tony. Tan solo quiero que me escuches y no te metas en problemas que puedan costarte tu vida
—le expresó Pepper a Tony y luego se fue del taller.
Claire los miraba de reojo y continuó analizando el traje con Jarvis, haciendo anotaciones.
—¿Qué tal estuvo como prueba? —preguntó Tony. Claire guardo silencio—. ¿Qué tal los fallos y lo que hay que reparar?
Claire dejó a un lado el escáner y se giró mirándolo muy seria.
—¡Ay no! Tenían que ser familia —exclamó Tony al ver que ella se acercaba—. La misma mirada cuando están enojadas.
Después de un silencio breve, Claire habló.
—Tony, entiendo tus razones, de verdad —le dijo Claire—. Pero, no puedes arriesgarte así como si nada. Sé que tus objetivos son diferentes ahora que todo esto te sucedió, pero si quieres salvar vidas debes mantener la tuya a salvo. Si no ¿Quién va a hacer tu trabajo?
Tony la miraba guardando silencio.
—Mira, Pepper se preocupa por ti mucho —agregó Claire—. Y por esa razón estoy aquí. Es muy importante que te mantengamos seguro y lo más saludable posible. Por eso es que hacemos esto, Tony. Controlar todos esos factores y variables para que utilices tu traje de forma efectiva, no resulta nada fácil mientras te arriesgas. Y más aún, tratar de evitar que tú corazón deje de latir en el proceso.
No puedes ser imprudente, ¿Me entiendes? —concluyó ella con su cara llena de preocupación.
Tony la miró conmovido, asintió y puso su mano en el hombro de ella.
Ella le sonrió y luego continuó con el escaneo.
—¿Eso significa que no debo comer más pizza? —preguntó Tony.
