Capítulo I: 3 de noviembre, 2002
Aquella mañana Frankie se despertó bastante más tarde que de costumbre, desde el primer día que empezó a trabajar para la serie "Malcolm in the Middle" y desde mucho antes de que entrara en ésta, se había acostumbrado a despertarse todos los días temprano, pero ese día en particular, algo le decía que necesitaba descansar un poco más y ahora gracias a ello, tuvo que ponerse en modo turbo para así tener todo listo para salir a trabajar. Además, ese día tenía pensado pasar a buscar a Justin para ir juntos al set, por lo que debía apresurarse para estar preparado en tan solo un par de horas, tras terminar de darse un baño, vestirse y tomar un rápido desayuno, se despidió de su madre prometiéndole llegar temprano del set para comenzar a estudiar y dejar en orden todo lo que le había quedado pendiente las semanas anteriores.
Salió de su casa y se dirigió a la casa de quien sería su mejor amigo para ir juntos al set, mientras eso sucedía, Frankie no pudo evitar pensar en lo mucho que había cambiado su vida desde que lo conoció, si bien le habían pasado cosas increíbles e interesantes en su carrera como actor en esos últimos años, no podía negar que lo mejor que pudo haberle pasado en su vida fue el haberlo conocido a él.
Su vida literalmente dio un giro radical desde que conoció a Justin, el estar con él a diario durante y fuera de las grabaciones era suficiente motivación para querer salir adelante, y si tuviera que dar marcha atrás al momento en que se conocieron, no se arrepentiría ni se arrepentía de haber tomado aquella decisión y la volvería a tomar todas las veces que fueran necesarias.
Fue gracias a él (en parte) que Frankie dejó de ser un chico que carecía de oportunidades para desarrollar una relación cercana con chicos de su edad. Con su carrera y las presiones de tener que ser un actor, el tener que viajar para promocionar la serie junto con el hecho de que sus padres se habían divorciado, quedándose con el mero recuerdo de un hombre que decidió abandonarlo todo, sin corazón alguno para apiadarse de sus propios hijos, el que su madre tomara la decisión de no ir a la escuela y educarlo en casa y las confusiones que vinieron a medida que crecía y alcanzaba la pubertad, cada uno de esos factores en sí mismo era suficiente para llevar a un chico normal al borde de la locura.
Todo aquello combinado había sido más de lo que podía soportar, y hasta que Justin no llegó a su vida, no tenía a nadie más en quien confiar. A pesar de que su madre tomó la decisión de no ir a la escuela para que así tuviera más tiempo para concentrarse en su carrera como actor, ella le dijo que debía por lo menos aprender desde lo más interesante hasta también lo más aburrido como historia, geografía y algebra, de esa forma, ella decía que nadie lo tomaría por tonto, pero a él no podía importarle menos el cómo lo verían los demás.
Una vez que se unió al elenco de "Malcolm in the Middle", los dos chicos se habían convertido en los mejores amigos, no solo porque actuaban juntos, sino porque tenían muchos intereses y experiencias en común. Y si bien, tenía otros amigos además de Justin, ciertamente ninguno de ellos había sido tan cercano, no tenía a nadie más, nadie tan cercano como él, se sentía tan bien tener a alguien que entendía lo que implicaba ser un actor.
Solo otro actor podía entender eso, y solo otro chico podía entender lo que implicaba ser un chico.
No supo en qué momento pasó, pero para cuando salió de sus pensamientos y sus recuerdos, ya había llegado a la casa de su mejor amigo, enseguida detuvo el auto en el que iba y espero a que el otro chico saliera, no era la primera vez que iba a buscarlo para ir juntos al set pero tal vez no se esperaba a que pasara por él. Detuvo el auto a tan solo unos metros del lugar donde vivía su amigo, bajó de éste y se recargó contra la puerta a esperarlo, no pasó mucho tiempo para que viera la puerta principal de la casa abrirse y de ésta salió Justin, quien al ver a su mejor amigo allí esperándolo inconscientemente no hizo otra cosa que alegrarse y sorprenderse un poco pues no imaginó que aparecería por su casa para llevarlo al set, simplemente pensó que se encontrarían allá.
-¡Frankie!-voceó el otro chico apenas notó que su mejor amigo estaba allí, éste se limitó a sonreírle desde su lugar, Justin estaba por ir a saludarlo pero antes de irse, volvió por última vez al interior de su casa para despedirse de sus padres y hermano a quienes no vería hasta dentro de unas horas-¡ya me voy! ¡nos vemos más tarde!-
Apenas salió de su casa, no pudo contener las ganas de acercarse a su amigo y abrazarlo, Frankie se asombró un poco pues no era normal que su amigo lo abrazara apenas verlo, a veces simplemente se saludaban o chocaban los puños, algo que era totalmente normal siendo los buenos amigos que eran… de nuevo esa palabra, Frankie no podía evitar sentir su corazón encogerse al recordarse que entre él y Justin jamás podría ocurrir nada y no podrían sentir nada por el otro más que cariño de amigos y nada más. Decidió dejar esos pensamientos de lado para corresponder el abrazo, el cual se extendió un poco más de lo permitido pero de todas formas le pareció agradable, al sentir la respiración de Justin cerca de su oído, rápidamente se separó de él fingiendo que nada había pasado y lo invitó a subir al auto.
Se dirigieron al set mientras conversaban entre sí y repasaban sus líneas las cuales habían estado memorizando desde hace ya varios días; sin embargo, Frankie no podía evitar sentir un cúmulo de emociones y cómo su propio cuerpo le mandaba señales acerca de la notoria atracción que sentía por el chico que estaba sentado junto a él: sintió frío pero a la vez calor, un terror inmenso pero al mismo tiempo felicidad que recorría cada célula de su cuerpo y sintió lo que se conocen como mariposas revolotear en su estómago. Pero aún así trató de mantener la calma y no hacer nada indebido.
Pero es que no podía evitarlo, en ese momento solo quería tener los ojos, la mente y el corazón para contemplar a su mejor amigo, lo que se le hacía imposible, puesto que debía mantenerse concentrado en seguir el camino que los llevaría al set.
Aquel día el episodio comenzó como cualquier otro, bueno, más o menos, ya que en esa ocasión, a los productores de la serie y quienes hicieron los guiones del episodio se les ocurrió explorar un poco la depresión de Malcolm, además de tener en cuenta otros temas que luego tomarían más relevancia a medida que avanzaba la trama.
El episodio se sitúa durante las vacaciones de verano, la familia protagonista va de visita al zoológico de Los Ángeles [lugar donde se realizarían las grabaciones del resto del episodio] debido a que Lois tiene un cupón el cual era un regalo de un viejo amigo suyo, los demás se muestran un poco animados por estar ahí, con excepción de Malcolm quien sigue deprimido pero Hal se ofrece a comprarle un cocodrilo de cera para animarlo porque odia tener que verlo así en un día donde se supone que todos deben estar pasándola bien. Lois quiere ver una exhibición de animales de la selva tropical que Matt estará organizando. Dewey quiere ir a ver a los tigres y Reese decide ir a golpear a los monos con la esperanza de que nadie se dé cuenta de que lo dijo en serio, Malcolm, en cambio, pregunta si puede ir a esperar en el auto ya que técnicamente todavía está en el zoológico; no obstante, Lois se niega y concluye que, ya que Malcolm está tan comprometido en sentirse mal consigo mismo y verse miserable, decide ponerlo a cuidar a Dewey que está de lo más feliz del mundo.
Por otro lado, Lois y Hal llegan a la exhibición donde está el viejo amigo de Lois, durante esa subtrama se muestran las interacciones entre Lois y su amigo, mientras Hal no puede evitar sentirse celoso por esas conversaciones. En una de las presentaciones del amigo del Lois, Hal es voluntario donde una araña pasa por su cuerpo y es picado por la misma, lo cual genera que terminen por llevarlo al centro de primeros auxilios. Matt se disculpa con Hal asegurándole que Víctor nunca había picado a nadie antes y que una vez que la hinchazón baje, los colmillos deberían caerse, también añade que esto nunca había sucedido, pero Hal admite que en realidad fue su culpa y que tal vez se lo merecía por ponerse celoso.
Luego de hablar con el amigo de Lois, se entera de que Lois salía con varios sujetos a la vez, lo que provocaba demasiada confusión y malentendidos entre ellos por lo que por ese motivo fue que terminaron. En ese momento, Matt se dio cuenta de que quizás dijo demasiado por lo que se retira para que Hal pueda procesar la información.
Más tarde, Lois se dirige al hábitat de los tigres, más específicamente, fuera de los límites del área ya que tras oír que dos niños se habían metido dentro del hábitat, supuso que se trataría de alguno de sus hijos que eran propensos a meterse en problemas y en las más extrañas situaciones, así que fue hasta allá con la intención de verificar que fueran ellos.
-Lo siento, disculpe-dijo Lois abriéndose paso entre las personas que se encontraban allí hasta quedar frente al cuidador del zoológico de nombre Randy-disculpe, necesito pasar. Estoy buscando a mis hijos-
-No hay niños allí, eso téngalo por hecho-le aseguró Randy. En ese momento, Hal llega al hábitat de los tigres para poder confrontar a Lois.
-¿Hal? ¿qué estás haciendo aquí? deberías estar descansando-le dijo Lois.
- Sí, debería, pero luego tuve una conversación con Matt, quien me informó que había otro chico con el que estabas saliendo mientras salías con nosotros-respondió Hal.
-Oh, por dios. Oh… por dios, Hal… Hal, lo siento, lo siento tanto-se disculpó Lois-yo… pensaba decírtelo, debí decírtelo. Es solo… que nunca encontraba el momento correcto, y de todas formas, nunca fui en serio con Larry-
-¿Quién rayos es Larry? ¡estoy hablando de Dennis!-exclamó Hal con exasperación.
-Dennis, eso es lo que quise decir.
-Oh, por dios ¿quién eres?
-Hal, por favor… ¿podríamos discutir esto esta noche?
-Bueno, no lo sé, Lois. Quizás tengas una cita.
-Ok, en primer lugar, eso fue hace veinte años-argumentó Lois queriendo ponerle fin a la conversación-y en segundo lugar, eso no importa porque te amo y tercero ¡tú eras quien salía con una manicurista!-
-¡Rompiste nuestro acuerdo!
-¡¿Cuál acuerdo?! ¡nosotros nunca tuvimos un acuerdo!
-¡Fue un entendimiento mutuo!-dijo Hal-¡al menos de mi parte!-
-Estás exagerando-dijo Lois sin poder creer lo que estaba escuchando-así que, salí con algunos tipos cuando nos conocimos ¿cuál es la diferencia?-mientras Hal y Lois están discutiendo, se enfoca una toma de Reese luchando contra la cabra, la cual (claramente) que es un animal de peluche.
-¿Algunos? ¡¿cuántos fueron en ese entonces, Lois?!
-¿No lo entiendes? eso no importa-exclamó Lois enojada, señalando a Hal con sus manos-¡ganaste! Es historia, se acabó-
Bien, ya que estaban allí discutiendo, diciendo sus secretos y otras verdades suyas, Hal no desaprovechó la oportunidad para revelarle un secreto a Lois que llevaba mucho tiempo ocultándole y del que no se había enterado hasta ahora.
-Tu anillo de compromiso no es una reliquia familiar.
-¿Qué?
-Te mentí. Lo compré.
-Así que lo compraste.
-Para otra persona.
-¿Alguien más?
-Lo siento, he guardado ese secreto durante tantos años. Me ha perseguido-se disculpó Hal-mira, siempre supe que debía decírtelo, pero no sabía cómo-
-¿Quién fue?-preguntó Lois intrigada.
-Farrah Fawcett-respondió Hal-tenía quince años, sabía que había muchos chicos detrás de ella, pero pensé que si tenía un anillo de verdad para darle, me diferenciaría de esos idiotas-Lois sonrió-lamento no habértelo dicho antes-
-Bueno ¿por qué no lo llamamos un empate?
Tras decir eso, ambos se reconcilian y se abrazan justo cuando Randy acababa de recibir una llamada por su walkie-talkie, al parecer uno de sus compañeros preguntaba si los niños que estaban en el hábitat de los tigres aún seguían atrapados allí.
-Bien todos cálmense, cálmense-anunció Randy-obviamente estoy recibiendo una transmisión del zoológico al final de la calle-
-¿Reese y Malcolm?-preguntó Hal sin dejar de abrazar a Lois
-Malcolm y Dewey. Reese no duraría ni treinta segundos-respondió ella, sin perder más tiempo, ambos llegan y se sorprenden del peligro en el que estaban.
Hace unas horas atrás…
Reese mientras explora solo el zoológico de mascotas, se enemista con una cabra que se venga persiguiendo al chico por el zoológico durante la mayor parte de la trama del episodio. Después de darse cuenta de que la cabra de alguna manera escapó del zoológico de mascotas y lo está acechando, Reese intenta arrojarle una lata de refresco, pero se la come rápidamente.
Más tarde intenta esconderse de la cabra en los baños, pero ésta logra encontrarlo nuevamente.
Estas dos subtramas se unen a la escena donde Malcolm y Dewey terminan dentro del hábitat de los tigres, todo porque Dewey quiso ver más de cerca aprovechando que su hermano estaba intentando lidiar con su depresión, y gracias a ello, ahora ambos quedaron en peligro de ser devorados por un tigre que no se encontraba lejos de ellos.
-No te muevas, no te muevas, no te muevas-dijo Malcolm intentando proteger a su hermanito con un brazo mientras lo mantenía a su lado para que no saliera corriendo o hiciera algo que llamara la atención del tigre.
-Has estado diciendo eso por veinte minutos-le dijo Dewey viendo a Malcolm y después al tigre-¿crees que esté enojado?-
-No lo sé. Y no creo que importe, Quédate callado y trata de no parecer carne.
En eso, una mujer que pasaba caminando por ahí logra ver a Malcolm y a Dewey dentro del hábitat de los tigres.
-Oigan, niños. No se supone que deberían estar jugando ahí abajo-les dijo aquella mujer asomada desde la valla que rodeaba el terreno donde ambos hermanos se encontraban.
-Sí, gracias ¿le importaría decirle a alguien que estamos aquí abajo, por favor?-preguntó Malcolm, un cuidador del zoológico llamado Randy llega hasta el hábitat de los tigres y queda en estado de shock al ver a Malcolm y Dewey ahí dentro.
-Oh, por el amor de dios-dijo Randy con un tono de voz ligeramente alarmado.
-No creo que esos niños deban estar ahí abajo-comentó la mujer desviando su mirada hacia el cuidador del zoológico.
-Sáquenos de aquí-dijo Malcolm sin moverse de su lugar junto a Dewey.
-Está bien, está bien… primero que nada tranquilícense-les dijo el cuidador haciendo una seña con las manos-entrenamos para situaciones como esta y hay procedimientos estándar que debemos seguir-
En el centro de primeros auxilios, algunos representantes legales hacen llamadas sobre el límite de su responsabilidad y, si la historia sale a la luz, la prensa debe sonar comprensiva con los niños, pero dejar en claro que es su culpa evitar una posible demanda. Un cuidador del zoológico va a ayudar a los niños después de preguntarles a Hal y Lois si han visto a los koalas.
-De acuerdo, niños, los tigres no fueron por los bistecs que arrojamos-habló otro cuidador llamado Pete-el problema es que se sienten atraídos por ustedes porque están vivos, como si fueran su presa natural-
-Viene un "pero" ¿verdad?-preguntó Malcolm.
-Bueno no-respondió Pete para rápidamente decir-pero tenemos las cosas bajo control. Vamos a disparar dardos tranquilizantes a los tigres.
-¿Cuánto tardan en funcionar?
-Menos de dos minutos.
-Entonces ¿el plan es enojarlos y mantenerlos despiertos el tiempo suficiente para que puedan desquitarse con nosotros?
-Espera un segundo-dijo Pete, tras decir aquello, se reunió con sus compañeros en un estrecho círculo para discutir que es lo que harían a continuación, ya que no les habían advertido que debían hacer estando en ese tipo de situación.
-Bien, ya puedo decir que estos tipos son unos idiotas.
-Malcolm, todo estará bien-intentó tranquilizarlo Dewey.
-Sí, Dewey… yo también lo espero, pero…-antes de que Malcolm pudiera seguir hablando fue interrumpido por su hermanito.
-No estoy esperando. Sé que todo estará bien.
-No puedes saberlo.
-Si puedo.
-No, no puedes.
-Sí puedo-volvió a decir Dewey-y sí, sé que estaremos bien-
-Bien, quédense quietos unos minutos más-dijo Pete llamando la atención de ambos hermanos-aparentemente tienen una situación similar en D.C y estamos intentando averiguar que salió mal allí. Pero lo importante es que todo estará bien-
-¿Lo ves?-le dijo Dewey a Malcolm, ven que uno de los tigres está en posición de acecho y el otro comenzó a gruñir y sacudió la cabeza-creo que Stanley se está enfadando-
-¿Los nombraste?
-Así es-respondió Dewey-ese es Stanley-señaló a uno de los tigres-y ese es papas fritas-añadió señalando al otro.
-Dewey, tengo que decirte algo. Te quiero.
-¡No digas eso!-exclamó Dewey sintiéndose incómodo.
-Es la verdad. Te quiero mucho-respondió Malcolm.
-Solo dices eso porque crees que vamos a morir. Todo esto es parte de tu cosa de odiar la vida.
-Te equivocas-dijo Malcolm-amo la vida, ahora me doy cuenta de eso. Es imperfecta pero eso también me encanta. Y amo a mamá, a papá, a Francis… e incluso a Reese, los amo a todos-
-Ya basta. Vamos a estar bien-dijo el niño intentando calmar a su hermano.
-¿Por qué no te detienes, Dewey? ¿por qué no dejas de pretender que todo está bien y me dices que me quieres? ¿de acuerdo?
-¡No vamos a morir!-exclamó Dewey.
-¡Sí lo haremos! ¡si vamos a morir! ¡esta es la prueba definitiva de que tenía razón todo el tiempo! ¡y no necesito que un estúpido niño me dé falsas esperanzas!
-Bueno ¡yo no necesito que un hermano llorón se lleve toda la diversión de estar en el zoológico!-dijo Dewey, uno de los tigres volvió a rugir-solo estás de mal humor, vamos a salir de esto-
-No, no lo haremos. Ya ríndete, Dewey.
Reese los salva inconscientemente lanzando la cabra, distrayendo a los tigres el tiempo suficiente para que los trabajadores rescataran a Malcolm y Dewey. Dewey sonríe con aire de suficiencia a su hermano y Malcolm se da cuenta que siempre tuvo la razón.
Para cuando terminaron de grabar el episodio, ya era hora de volver a casa, quienes quisieran podían quedarse un rato más para descansar un poco y luego volver a casa o a terminar lo que tuvieran pendiente. Frankie, Justin y Erik estaban caminando por la calle, alejándose del set, de paso los tres aprovecharon para hablar un poco sobre ese casi riesgo de muerte que Frankie y Erik tuvieron que enfrentar al momento de grabar la escena en el zoológico.
-Viejo, si no hubiera sido por mí ¡ustedes estarían muertos!-dijo Justin.
-¿Ves? te dije que todo estaría bien-le aseguró Erik a Frankie queriendo mantener la personalidad optimista que tuvo su personaje la mayor parte del episodio.
-Al menos podrías decirme "gracias"-le dijo Justin a su amigo quien aún estaba esperando oírlo decir aquella palabra luego de que terminaron de grabar el episodio.
-Cállate ¿quieres Justin?-le dijo Frankie a su mejor amigo con un tono molesto.
-Dilo.
-¡No!
-Dilo.
-¡No!
-¡Ya dilo!
-¡No quiero y déjame en paz! ¿ok?
-¡Maldición! todo lo que te estoy pidiendo es que me digas "gracias", no es tan difícil-exclamó el chico con un poco de enojo porque su amigo se negaba a agradecerle por haber salvado su vida en primer lugar-debí dejar que ese tigre te comiera-
-¡Deberías haberlo hecho! te odio y odio mi vida-gritó Frankie con el mismo tono de voz que usó su amigo, Erik se quedó callado y prefirió no interferir en aquella pelea que tenían los dos chicos que estaban con él-¡me habrías hecho un favor al terminar con mi miseria!-frunció el ceño.
-¡También te odio! ¿sabes? ¡y espero que no se te olvide!
Al ver que la situación se estaba poniendo tensa, el menor de los tres chicos decidió irse ya que sus padres lo estaban esperando para volver a casa, así dejaría que sus compañeros pelearan todo lo que quisieran y se disculparan. En el poco tiempo que llevaba conociéndolos, sabía bien que sus peleas fuera del show casi nunca iban en serio, solo eran las clásicas peleas de amigos que ellos tenían a menudo y que solamente las hacían a modo de broma o como un pequeño juego entre ellos, luego terminaban en un abrazo o un "lo siento", "no quise decir eso" o también en "no era en serio lo que dije" y estaba convencido de que ese día no sería la excepción.
Tras despedirse de Frankie, abrazar a Justin y darle las gracias por última vez, Erik se retiró del set dejándolos a solas, no sin antes decirle a Justin que no dejara las cosas así y que se disculpara con Frankie, lo que dejó confundido al chico, puesto que no fue él quien había empezado la pelea, además, Frankie debía disculparse no él y es más, aún no le había agradecido por salvarle la vida y eso era lo que más le molestaba.
Ya estaba anocheciendo para cuando salieron del set y regresaban a casa, durante el trayecto, Frankie y Justin no se hablaron ni se miraron siquiera, Frankie parecía estar con la vista en el camino y el ceño ligeramente fruncido mientras que su amigo, por otro lado, mantenía la mirada baja para no tener contacto visual con el chico junto a él. Estuvieron así por algunos minutos, hasta que finalmente Frankie decidió hablar, no le gustaba ese silencio incómodo que había entre ambos, además se sentía mal por lo que le dijo a su mejor amigo hace un rato y no quería dejar las cosas así.
-Oye, yo…-Justin desvió la mirada al escuchar a Frankie hablarle, éste se percató de que lo estaba observando, se quedó callado un momento pensando en lo que iba a decir, no quería empezar otra pelea (esta vez de verdad) estando tan cerca de llegar a la casa del chico, por lo que respiró profundo, soltó todo en un suspiro y habló-mira, yo… lamento lo que dije ¿sí? no fue mi intención decirlo, no quise hacerlo, sabes que no fue en serio, no te odio-
-Gracias, es bueno saberlo-respondió Justin con indiferencia, algo que molestó un poco a Frankie quien acababa de darle una disculpa lo más sincera posible y el otro solo se limitaba a responderle de esa forma.
-¡¿Qué rayos te pasa?! me estoy sincerando contigo acabo de darte una disculpa ¡¿y tú me respondes de esa manera?!
-¡Una disculpa no será suficiente para arreglar lo que dijiste! Aún sigo esperando a que me des las gracias por salvarte la vida, algo que desde luego no hiciste-le dijo Justin enojado, intentando esconder el dolor que tenía dentro pero también en la voz.
-¿Sigues enojado conmigo por eso? bien, te lo diré, gracias-respondió Frankie con un tono sarcástico en la voz sin dejar de ver hacia el frente, esa respuesta molestó aún más a su mejor amigo.
-¡Así no, tonto! Dímelo como si lo sintieras de verdad.
-¿Estás loco? No lo haré.
-Dilo.
-¿Otra vez con eso? ya te dije que no.
-Dilo-insistió Justin.
-¡No!
-Dilo.
-¡No!
-¡Dímelo o te haré cosquillas hasta que lo hagas!
-¡Ya te dije que no!-le gritó Frankie cansado de la insistencia de su amigo, Justin guardó silencio, volvió su mirada otra vez hacia abajo y no volvió a hablar por lo que quedaba del viaje. Apenas vio que estaban a pocos metros de la casa de su amigo, Frankie detuvo el auto y desvió su mirada hacia el chico sentado junto a él-bueno, supongo que esta es tu parada, ya debes bajarte, viejo-
-Sí, claro. Lo que tu digas-dijo Justin, vio como su amigo quitaba el seguro de las puertas del auto para que pudiera abrirla y salir-nos vemos mañana, creo…-luego de decir eso, el chico se dio la vuelta para salir del auto, Frankie lo vio, desvió la mirada, aferro sus manos con fuerza al volante, respiró profundo y exhaló para calmarse, abrió los ojos y frunció ligeramente el ceño, esto no podía quedar así, la pelea había llegado demasiado lejos, tenía que ceder y agradecerle a su amigo por salvarle la vida cuando estaban grabando las escenas del zoológico. Sin pensarlo mucho, tomó a Justin por el cuello de su camisa y lo metió de vuelta al auto cuando estaba a nada de salir-¿q-qué?-miró a su alrededor y luego a su amigo un poco confundido-oye ¿por qué hiciste e…?-
No pudo seguir hablando, porque sintió una suave presión contra su mejilla, para cuando reaccionó, aquella agradable sensación se fue tan pronto como vino y pudo escuchar como su corazón comenzaba a latir a mil, llevó una mano hacia su mejilla y desvió la mirada hacia su mejor amigo quien no lo veía pero notó que tenía un pequeño sonrojo en su cara.
-No te hagas ilusiones, no es que me gustes ni nada-habló Frankie con nerviosismo sin mirar a su mejor amigo que aún estaba asombrado por el repentino gesto-no sabía cómo decirlo con palabras, así que pensé que esa sería la mejor manera de agradecerte... gracias... p-por salvarme y todo eso...-
Por un par de segundos, Justin no habló, solo se limitó a sonreír ligeramente con una mano apoyada en su mejilla, oyendo los latidos de su frenético corazón hasta que finalmente habló.
-S-sí, s-seguro… no hay de que…-respondió el chico, otra vez abrió la puerta del auto y salió de éste cerrando la puerta tras él, se volteó para ver a su mejor amigo una última vez-bien, te veré mañana-
-Eso espero-después de darle una última sonrisa, Justin regresó a su casa, Frankie lo vio entrar, luego encendió el auto y condujo de regreso a su casa, mientras conducía, no pudo evitar sentir un fuerte sonrojo teñir sus mejillas a la vez que su corazón comenzaba a latir como loco dentro de su pecho-dios mío, ¿qué he hecho? ¿qué-he-hecho?-pensó, las pupilas de sus ojos azules se encogieron de solo recordar aquel beso que le dio a su mejor amigo en la mejilla a modo de agradecimiento-¡no puedo creer que haya hecho algo así! ¡soy tan estúpido! pero estúpidamente enamorado-
No pudo evitar sonreír y reírse un poco de sí mismo, aparentemente, eso de que las personas hacen cosas sin pensar cuando se enamoran no era un mito después de todo.
