Llegas tarde otra vez - fue la manera en la que Runo lo saludo

No es cierto, llegue 15 minutos antes - respondió Dan bajando de su bicicleta, volteo a ver a su novia y se percató de su atuendo; jeans azules, sneakers rojos y una blusa blanca, no se había aplicado maquillaje, pero no era cómo si lo necesitara, ante los ojos de Dan, Runo siempre se veía hermosa.

Y yo 20, por lo tanto llegas tarde - Dan simplemente se encogió de hombros, dándole la razón, saco un ramo de rosas de la canasta de su bicicleta, las había comprado en la florería favorita de la peliazul - ten, te traje esto - dijo entregándoselas.

Las vi en tu bicicleta cuando te vi llegar - las acerco a su nariz para olfatearlas y sonrió, Dan no pudo evitar el devolverle la sonrisa - Sabes que me hubiera visto peor si no hubiera traído nada - sin esperar su respuesta la tomo de la mano y empezó a caminar hacia la puerta principal.

Durante el transcurso de la semana no se le había ocurrido ningún gesto romántico exagerado, así que simplemente decidió comprar boletos para el parque de diversiones al que iban cuando eran niños, "Al menos significa algo para los dos" pensó.

A pesar de las múltiples atracciones, estaba seguro de a cuál ir primero.

De esa manera terminaron en la rueda de la fortuna, observando el cielo desde su cabina.

Tengo que ser honesto - el castaño rompió el silencio - ¿sobre qué? - fue la respuesta de su acompañante - decidí venir aquí porque no se me ocurrió algo mejor - ojos azules y verdes se encontraron.

Está bien - Runo apretó su mano, no las habían separado desde que entraron al parque - elegiste un lugar especial, eso es lo que importa, además... - no pudo terminar la oración por el repentino contacto de los labios de Dan con los suyos.

Fue un beso rápido, inocente y lleno de amor.

Te amo - dijo sin despegar sus ojos de ella - sé que es muy repetitivo decirlo en este día, pero... - está vez fue ella quien lo interrumpió de la misma forma.

Yo también - ninguno dijo nada más, sonriendo mientras se miraban a los ojos, apreciando el momento que estaban viviendo.

Cuando bajaron, siguieron caminando con las manos entrelazadas.

¿A dónde quieres ir ahora? - pregunto Runo, girando la cabeza para ver a Dan - ¿Qué te parece la montaña rusa?.

Ninguno de los dos pudo evitar reír en el momento que lo dijo.

Fin.