La siguiente historia es una adaptación de una película mexicana.

Los personajes de ambas historias no me pertenecen.

"Los novios de mis hijas" año 1964

Argumento original: Mario García Cinedrama: Josefina Vicens

Candy Candy: Keiko Naguita

Los Pretendientes de mis Hijas

Adaptación por Coqui Andrew

Narra Albert

Hola, mi nombre es Albert Andrew, soy abogado, trabajo para un bufet reconocido, mi jefe es el Señor Richard Grandchester. Fui criado por los señores White, Vicent y Rose, ellos son mis padrinos, tienen cuatro hijas, que a mi parecer están locas. Sus nombres son Patricia, Susana, Annie y Candice, lo que no puedo negar es que son muy hermosas, sobre todo Candice, ella es bellísima, pero como mi madrina es viuda, ahora yo tengo que cuidar de ellas. Ya se imaginarán el trabajo que tengo.

El día de hoy pase por ellas para ir a un día de campo, vamos en mi auto descapotable Chevrolet impala del 62, en la parte de atrás van Paty, Susana, Annie; adelante esta mi madrina y Candy, vamos cantando y de repente "la Colorada" se detiene, me bajo, reviso el motor, solo hay que dejarlo enfriar, lo estacionamos cerca de un pueblo, vamos caminando; la pequeña Candy está molestándome, llegamos a la Iglesia, vemos pasar una novia, no sonreía, se veía triste y resignada, iba junto a su padre y atrás el novio. Mi madrina y yo volteamos a ver a Paty, se veía indiferente al ver la comitiva de la boda, caminamos un rato por la plaza y regresamos al auto.

Nos dirigimos al bosque de Lakewood, ahí hay lugares bellísimos, dejamos la camioneta cerca y caminamos hacia el arroyo que hay ahí, bajo un frondoso árbol nos instalamos.

-Paty, te quedaron muy ricos los sándwiches- dijo Annie

- ¡Ah! Ni se diga, el pollo te quedo de-li-cio-so- dijo Susana

- ¡Qué feliz se veía la novia! ¿verdad? - dijo mamá Rose

- ¡Ay! Mamá ¿feliz la novia? No se veía así, ¿verdad, muchachas? – dijo Susana

-Traía una cara de momia, la pobre- dijo Annie

-Como sabe que ya se amoló- dijo Susana

-Ahora, atender al marido, lavar los trastes, la ropa…- dijo Annie

-A lo mejor le gusta, tú qué sabes- dijo Paty

-A nadie le gusta, no me cuentes, dame otro sándwich, por favor, insisto, te quedaron ricos – Susana

-Bonita opinión, tienen ustedes del matrimonio, ¿eh? Yo, mientras su padre vivía…-fue interrumpida mi madrina

- ¡Ay! Ya lo dijiste, mi papá – dijo Susana

-Qué chiste, ¿poco crees que hay muchos como él? – dijo Annie

-No, pues no, pero…- fui interrumpido

-Pero, nada, nadie como él, por eso me voy a casar hasta que encuentre su doble- dijo Candy

- ¡uy! Pues ya estuvo que nunca- dijo Paty

-Y ¿tú sí? – preguntó Candy

Paty, bajo la vista, después de un momento dijo- yo nunca he pensado casarme.

-Ni yo- dijo Susana

-Ni que estuviera loca, ¡Jamás!, viva la libertad- dijo Annie

- ¡Ay! Pues qué tontas, yo si me casaré, pero antes voy a vivir la vida intensamente- dijo Candy suspirando

- ¡Cállate! pequeña, ¡no digas tonterías! - dijo Albert y le arrojo un pedazo de pan, Candy se enoja y me lanza un hueso dándome en la cabeza

- ¡Ay! Me la vas a pagar, pequeña pecosa- digo me levanto para perseguirla, Candy se interna más al bosque, la busco, está atrás de un árbol, rodeo el tronco y el tomo de la cintura, dándole un tremendo susto, ella grita, le cubro la boca con mano, la giro hacia mí, nos quedamos viendo a los ojos por un rato sin decir palabras, acaricio su mejilla, ella se sonroja y sin esperarlo me da un puntapié, Candy se escapa corriendo para regresar junto a sus hermanas y mamá.

Un rato después regreso e invito a mi madrina a dar un paseo ella encantada acepta.

-Si, hijo, vamos; niñas recojan todo, por favor- dijo mamá Rose

-Si, mamá- dijeron todas

Albert y su madrina

Nos adentramos un poco más, le extiendo mi suéter y la ayudo a sentarse, yo junto a ella.

-Madrina, ¿no cree qué ya es hora que sus hijas se casen? – ella me mira extrañada

-No lo creo, aún son jóvenes – dice

-Madrina, ya están en edad de casarse, además de que tienen sus complejos, Susana sueña con ser actriz, Paty tan bonita y cree que es fea, Annie con sus sueños de viajar por el mundo ¡ah! Y Candy… - me interrumpe mi madrina

-Es solo una chiquilla, ¿cuándo sentará cabeza? – dice

-Por eso le digo, tienen que casarse, muchachas de su edad ya están casadas o por lo menos están desesperadas por hacerlo-

-Para eso tiene que tener novios, no estarás pensando que yo se los consiga ¿verdad? –

-No usted, pero yo si – le dije con una sonrisa

-Si es asi, tienen que ser hombres serios, sanos, de buena familia, decentes, respetables, trabajadores …- No la dejo continuar

-No ya déjele ahí, madrina, de dónde voy a sacar esos dinosaurios, ya ni existen…-

-Entonces, no te ofrezcas como casamentero, mejor búscate una muchacha y cásate, deja en paz a mis hijas, es más ya vámonos que se hace tarde.

Llegamos a la casa de mi madrina y al estacionarme, un auto golpeo la defensa del carro.

Me baje y del otro auto bajaron dos cadetes, uno de ellos se disculpó, se ve decente, pero el otro es un inoportuno

¿Cómo nos vamos arreglar? – le digo

El cadete, me extiende una tarjeta – Llévelo a este taller, ahí se lo arreglan – me dice

-Espero que sea cierto –

-Llamo a la patrulla- dice Candy

-No, mejor entren a la casa, yo me las arreglo con estos señores- le digo

-Vamos, niñas – dice mi madrina

-¿Son sus hermanas? – pregunta el otro cadete

-No – le respondo

-¡no seas impertinente, Neal! – dice

-Me presento, soy Albert –

-Mucho gusto, yo soy Stear- Nos damos las manos y le hago entrega de una tarjeta de presentación.

-Estaremos en contacto – me dice y se sube a su auto.

Adentro de la casa de mi madrina, Candy estaba en las escaleras, al pendiente de la televisión y de metiche en la plática que sosteníamos en la sala principal

-A qué te hace tonto – me dice Candy-

-Qué se atreva, por eso soy abogado –

-Buenos si tú lo dices – me dice con burla

-Es que ellos se creen mucho – dice Susana

-¡Ya va empezar la novela! – grita Candy, todas salen corriendo hacia la salita del primer piso.

-Pero ¿qué les pasa? – digo, mi madrina está muerta de la risa, me dirijo hacia ella

-Parecen caballos, mejor ya me voy – digo

-¿A dónde vas? – pregunta Candy

-Al cine, al cabaret, a donde se me dé la gana – digo

-¿Me llevas? – dice Candy

-¡No! –

-¡Grosero! –y me enseña la lengua yo le aviento un cojín

-¡Albert! Pareces un chiquillo peleando con ella – me dice mi madrina

-Madrina, aprovechando que sus hijas no están, le vuelvo a proponer que les busque candidatos a sus hijas-

-Está bien, pero recuerda que tienen que ser intachables –

-Pero, madrina… -

-¡Sin excusas! Tienen que ser perfectos, para que así yo les ponga defectos y ellas se encaprichen- dice la veo sin comprender

-Siempre funciona – me dice con una sonrisa y fue cuando la entendí.

Estoy en mi despacho, discutiendo con mi jefe el siguiente caso que llevaremos, entra su hijo Terry, es mi amigo estudiamos juntos. Recibo una llamada de mi madrina diciéndome que me espera a cenar y que le lleve sus donas preferidas. Es una buena oportunidad de llevar al primer candidato, que está justamente frente a mí.

-Terry tengo algo que proponerte –

-Si, dime –

-Te invito a cenar a la casa de mi madrina – Mi amigo se me queda viendo – No, es broma ¿verdad? – pregunta

-No, te estoy hablando en serio- le digo

-Es que varias veces te he pedido que me lleves y siempre te niegas, ahora ¿Por qué debo creerte? – me dice

-Pues aprovecha, hijo, una invitación asi no se desaprovecha ni se cuestiona- dice el señor Grandchester

-Escucha a tu padre – le digo

-Está bien acepto, ¿a qué hora nos vemos en la casa de tu madrina? - pregunta

-Saliendo de aquí nos vamos –

Narra Annie

Estoy en la agencia de viaje, y feliz porque voy a ser ascendida a sobrecargo.

-Archie, estoy feliz, por fin podré viajar y conocer el mundo – le digo

-Si crees que ser sobrecargo es conocer, estás muy equivocada – dice

-Eres malo, Archie, sabes que es mi sueño –

-Pero estás mal, Annie, por qué mejor no te quedas aquí en la oficina - dice

-No, no quiero, quiero viajar – digo

-Pues asi no creo que avances, qué tal si te invito un café y platicamos – me pregunta

-Hoy no puedo, Archie, tengo que llegar temprano a casa –

-Esta bien, entonces mañana – dice Archie

Narra Susana

Trabajo en una casa de modas, soy modelo, José, es el fotógrafo de aquí, me insiste en qué puedo ser una gran actriz, porque tengo la belleza suficiente, para serlo, así que me pide constantemente que lo deje fotografiarme mostrando más piel.

-No insistas, José, si los productores quieren conocerme, pues haz una cita con ellos – le digo

-No lo entiendes, ellos antes de tener una cita quieren ver todo tu talento, anda vamos, déjame fotografiarte, te aseguro que no te arrepentirás, recuerda que serás la mas grande actriz de todos los tiempos – me dice

-Está bien – le digo

Empezamos la sesión fotográfica.

Narra Candy

Salgo de la universidad con mi compañero de clase Anthony, vamos en su moto -Te invito un helado – me dice

-No, gracias –

-Si traigo dinero –

-No lo creo, pero está bien, préstame unos centavos para hablarle a mi mamá –

-No traigo centavos –

-Ya ves, eres un mentiroso – me muestra un billete- aún así no quiero, llévame a casa, por favor – Me hace caso, dejándome en casa

-Mamá ya llegué –

-Eres la primera en llegar –

-Siempre llego antes que mis hermanas, mamá –

-Así es, pero hoy les pedí que llegaran tempranos, tendremos visitas – dice

-¿Quién? Mami –

-Albert, vendrá –

-¡Ay! Él siempre está aquí a la hora de la cena, mami, no es una novedad – le comento

-Ah si, bueno pues cenará hoy con nosotras – dice

Llega Annie, Paty sale de la cocina. -Ya llegaron, me ayudan a cocinar- dice

Annie y yo le decimos que no, nos dice flojas y se regresa a la cocina.

En eso llega Albert con otro caballero por cierto guapo, pero no más que Albert.

-Madrina, muchachas, les presento a mi amigo y colega Terrence Grandchester, Terry ellas son mi madrina Rose, sus hijas Annie y Candy – nos señala

-Mucho gusto -todos

-¿No están Paty y Susana? – pregunta Albert

-Paty está en la cocina y Susana aún no llega – dice mi madrina

Susana entra a la casa como si fuera una persona importante, Annie y yo nos reímos, su amigo se quedo con la boca abierta, Albert le da un codazo para que reaccione

-Ella es Susana – Terry extiende su mano hacia ella

-Mucho gusto, señorita – Susana, se le queda viendo

- Mucho gusto, señor … -

-Terry –

-¿usted es el jefe de Albert? – le pregunto

-Jajaja, no Candy, nuestro jefe es su papá el señor Richard Grandchester – dice Albert haciendo que el ambiente se relajara

-Bien pasemos al comedor, Candy y Albert vayan a buscar a Paty – nos dice mi mamá

-Si mami -madrina – contestamos, nos dirigimos a la recámara de mi hermana

-Paty, dice mamá que ya bajes –

-Si en un momento, me estoy terminando de arreglar – dice

-Bien – le digo y me dirijo a mi habitación, Albert me sigue, volteo a verlo -¿tu por qué me sigues? – pregunto

-Pensé que te perderías – me dice

-Estás loco – me río

-¿qué hiciste el día de hoy, pequeña? –

-Lo mismo de siempre, ir a la escuela, regresar a casa y como siempre viéndote aquí- le digo

-¿Acaso te molesta verme? –

-Ya me acostumbre a verte todos los días, creo que el día que no vengas, seré mas feliz - lo veo pero él esta serio, parece que mi comentario no le agrado

-Agradecida deberías estar, porque si estoy aquí es para cuidarlas –

-Bueno ya vete, a mi mamá no le agradará que te quedes en mi recámara – le digo y con mi mamo le hago una seña de que se vaya, me mira, pero es tan intensa que me pongo nerviosa.

-¿Me corres? –

-Si, ya vete –

-No, mejor te espero, no vaya ser que te escapes por la ventana – lo veo con sorpresa

-Estas loco, me voy a cambiar de ropa, así que vete – le señalo las escaleras.

Se me acerca y me toma por la cintura, yo tiemblo, ¿por qué se comporta así? Después de un rato me suelta

-No tardes, recuerda que tenemos invitado- Se va, yo suspiro entro a mi habitación y me cambio de ropa, me pongo un vestido color verde y me maquillo un poco, calzo unas zapatillas, bajo ya están en el comedor, cuando tocan el timbre, Albert al pasar cerca de mí, me recorre de la cabeza a los pies, sonríe, se dirige abrir la puerta y son los cadetes, mi mamá se ve molesta, pero al final acepta que se queden, Paty al verlos se pone nerviosa y quiere huir, mamá no la deja, al terminar la cena, pongo discos, me gusta el twist, formamos parejas y ¡a bailar! Y Albert no dejo de mirarme.

Pasan los días, los cadetes sobre todo Stear, es el que más visita la casa, mamá dice que va por Paty, ella lo niega.

Annie me platica que quiere convencer a Archie, quién es su compañero de trabajo, de que hable con mamá para que la convenza de que la deje trabajar como sobrecargo, Susana, sigue con su enamorado Terry, les comento que mi mamá se enojo con ella porque le encontró unas fotografías indecentes, ella salió de la casa, pero regreso al poco tiempo, Terry le hizo ver que por tener belleza, no quiere decir que sea una actriz, se necesita tener talento y estudiar, aunque le dolió acepto su derrota, ahora son novios.

Hoy mamá y Paty van a salir al teatro, viene el papá y mamá de Terry, creo que le van a presentar un primo de él a mi hermana, a ver cómo le va, ella es muy hermosa.

Albert se quedo con Susana y conmigo, suena el teléfono, pero él contesta, se escucha muy cariñoso, cosa que me molesta mucho, antes de que se fueran mi mamá y hermana, llego Stear, pero se tuvo que ir cuando Albert salió de la casa.

Después de una hora, entraron Annie, su compañero Archie y Albert, todos mojados, ellos golpeados, Terry entro después, estaba muerto de la risa.

Yo me quede con Albert cuidándolo, Annie con Archie, Susana y Terry estaban en la otra sala platicando.

-Hubieras visto como nos escapamos de la policía, el auto no se descompuso – dice Albert, estornuda

-Eso te pasa por estar peleando, sin razón – Albert me mira, no puedo sostener esa mirada, me pone nerviosa.

-Estoy enfermo y todavía me críticas, ¿si me muero qué vas hacer?

Lo veo, sonrío – Pues una gran fiesta, porque ni creas que voy a llorar por ti – le digo, vuelve a poner esa mirada, me alejo de él.

-Annie, me hubieras dicho que era Albert – dice

-Pues no te lo dije, porque quería que tuvieras celos – se pone roja

-¿De verdad? Entonces tu me quieres también – la ve con esperanza

-Si, te amo – Archie se acerca y la besa, cuando escuchamos -¡Annie! - ¡Es mamá! – digo

Archie se pone de pie, se presenta

-Señora, yo soy Archibald Cornwell, compañero de Annie –

-Caballero creo que en otra ocasión hablaremos, pues usted no está en las condiciones para hablar conmigo, así que le pido que se retire por favor –

-Esta bien, señora, otro día vendré, pero quiero que sepa que amo a su hija y jamás le haría daño – dice

Llego con los sacos de Albert y Archie se los entrego

-¿Los planchaste? -pregunta Albert

-No, los metí al horno, porque se secan más rápido – digo, Albert me ve sorprendido, los demás sueltan unas risillas

-Bueno, vámonos, antes de que nos metan a nosotros

-Buenas noches – dicen los tres

Mi mamá y Paty siempre se quejan de que no hacemos nada, el día de hoy decidí hacer un pastel, para mí se ve delicioso, mamá tuvo una plática con Paty, parece que no le agrado el primo de Terry, dice que es un pesado, pero en fin.

Bajan mis hermanas y mamá, les muestro el pastel que hice, estoy orgullosa

-No lo comería por nada del mundo – dice Susana

-Por lo menos ella hizo algo, no que ustedes … -

-Mami ¿No me felicitas? – le digo

Ella me ve con ternura y me abraza – Buenos vamos a probarlo-

Suena el teléfono, me apresuro a contestar -¿Bueno? / ¿Quién? / no está, salió con su novia - cuelgo, veo a mis hermanas y mamá que están sorprendidas -Candy ¿quién era? – pregunta mamá

-Una mujer que buscaba a Albert –

-Pero ¡cómo le dices eso! Tal vez era su novia – me dice

-¡Ay! Pues que la deje, se escuchaba horrible – [Albert es solo mío] pienso

-Vamos a partir el pastel- digo cuando tocan el timbre, salgo corriendo para ver quién se atreve a interrumpir, es un señor vestido de militar, pregunta por Paty, lo hago pasar, pero entro corriendo tratando de poner sobre aviso a mi hermana.

-¡Paty! – grito todas voltean y ven entrar al señor

-¿Aquí vive Patricia White? – pregunta

-Si – contestamos

-Soy yo, señor – mi hermana se presenta

-Vengo hablar con usted –

Mi mamá está enoja por la forma que habla el militar, y lo abofetea

-Nadie me había puesto una mano encima –

-Pues que mal, y merecido lo tiene porque es usted un patán – el militar empuña sus manos, aguantándose a contestar

-Yo he venido hablar con la señorita Patricia White porque esta arruinando el porvenir de mi hijo – dice

-Creo que hay un mal entendido, señor, usted me ha ofendido y ni siquiera se quién es su hijo – dice Paty

-Mi hijo es el teniente Alistar Mackenzie – dice

-¡¿Qué?! – dijimos todas - ¿¡El cadete!?

-¿Entonces lo conocen? –

-Si, pero las veces que ha estado con nosotras, siempre está callado – dice mamá

-¿Él le dijo que mi hermana, lo está arruinando? – pregunta Annie

-No, me lo dijo una persona muy cercana a él, conoce todo, sobre Paty y mi hijo – nos dice

-Mi hijo está enamorado de ella – señala a mi hermana- le escribe cartas, no duerme, no come, no estudia – se ve preocupado

-No, señor, yo no he recibido cartas, ni nada, creo que se confundió de persona- dice mi hermana

-No, es a ti a quién le escribe, pero no se las envía, creo que estoy haciendo el ridículo –

-Así es, su hijo ha estado aquí pero no dice palabra alguna – dice mamá

- ¿Mi hijo? Él no es así, si lo vieran discutir conmigo, al que se le ponga enfrente para retarlo, monta el caballo, es un centauro, el pelado – Todas estamos sorprendidas

-Paty, usted aceptaría a mi hijo –

-Ay, señor no me apene – dice mi hermana quien está roja

-Anda acepta a mi hijo si te dice algo –

-Está bien -

-Mire, usted, ni siquiera lo hemos atendido como se merece –

-¿Gusta un café? – pregunta Paty

Tocan el timbre, salgo y veo que … Corro para prevenir

-¡El Centauro! – Paty quiere huir

-¡¿Qué haces aquí?! ¡¿Cómo te atrever a venir a molestar?! – dice Stear muy molesto

-Cálmate, hijo y escúchame-

-¡No! no quiero, así que vámonos –

-Por favor, Stear, escuche a su padre –

-No –

-¡Stear! Deja de comportarte como un patán, esta es una casa decente y vienes a pegar de gritos delante de estas damas – dice ya molesto el general

-Entonces vámonos, tenemos que hablar… -

-No esas estúpido, con quién tienes que hablar es con Paty, y pobre de ti, si no la convences de que sea mi nuera –

-¿Cómo? No entiendo …-dice confundido

-Es muy fácil – le digo – tú papá se le declaro a Paty por poder, él voltea verme con sorpresa

-¡¿Qué?! –

-Candy a tu habitación – me dice mamá

-No te vayas, en cierto modo tiene razón, mira hijo, yo creí que Paty estaba enterada y pues le dije que tú la querías –

-No se preocupe, yo le dije a su papá que no es a mi a quién quiere – dice con tristeza mi hermana

-Si, es a usted a quien quiero – dice ya decido Stear

Todos gritamos de felicidad. Aclarado el tema el señor se despide, pero al tomar su kepi, veo el águila que tiene en el centro, me acerco y le pregunto

-¿Me regala la aguilita? – preguntó

-¡¿qué?! – dice sorprendió

-Ándele, no sea malito, es para apantallar a los de mi palomilla – le digo

-Candy, por favor, respeta –

-¡Vaya! Primero la mamá me da una bofetada y ahora la hijita me quiere degradar –

Me le quedo viendo

-No, pequeña, te voy a mandar hacer una de oro macizo, para que la presumas – no aguanto y me le cuelgo al cuello para darle muchos besos de agradecimiento, en ese momento, entran Albert, Archie y Terry

-Buenas noches – dicen los caballeros

-Buenas noches, señor Mackenzie, le presento a los novios de mis hijas – dice mamá-Mucho gusto, usted es novio de ..¿? –

Terry dice – Susana –

Archie dice – Yo de Annie –

Y al final pregunta -¿A poco usted es el novio de este demonio? – refiriéndose a mí, ambos nos ponemos rojos

-No, él es Albert, mi ahijado –

-Pues felicidades, muchachos, se llevan ustedes unas joyas; ojalá mi hijo corra la misma suerte, me despido, ahora que se ha aclarado todo- se despide el señor, salen detrás de él Paty y Stear.

Al regresar todos charlan en parejas, mi mamá fue a la cocina a preparar café, Albert está sentado, me acerco, pregunto

-¿Estás triste? –

-Si y no, estoy feliz por tus hermanas, ellas ya encontraron novio, solo faltas tu – me ve sus ojos están tristes y preocupados

-¿Por qué? –

-Me preocupa que tu no encuentres a tu pareja y si la encuentras yo estaré más preocupado, no me gustaría que te maltratarán o fueras infeliz – lo veo con sorpresa, realmente se preocupa por mí.

-Albert, qué quieres decir –

-Si, Candy, debes de saber que siempre estaré preocupado por ti, si tu te enamoras de la persona equivocada, sufriré mucho si no te hace feliz, ¿me entiendes, verdad? – veo como se mueve su nuez, me inquietan sus palabras

-Albert, ¿me estás diciendo que tú me amas? – pregunte

-Si, Candy, te amo – acerca su rostro al mi sin esperarlo ¡me besa!, obvio es mi primer beso, me agrada, porque él sabe llevarme a probar esa boca que tanto he deseado. Nos separamos por un grito

-¡Albert! ¡Candy! – es mamá, volteamos a verla está tan pálida, sorprendida y molesta -¿Qué están haciendo? ¿Te estás aprovechado de mi confianza? – pregunta, todos se nos quedan viendo esperando respuestas

-Madrina, puedo explicarlo – dice firme con esa voz que me encanta- quiero pedirle permiso para cortejar a Candy – dice, mi mamá está con la boca abierta

-¡Albert! Estás bromeando, ¿verdad? –

-No, madrina, estoy seguro de lo que estoy pidiendo, amo a Candy y es con ella con quién quiero compartir mi vida – dice viéndome a los ojos. Esa mirada me dio la seguridad que necesitaba para aceptar que realmente lo amo.

-Si, mamá, yo lo amo, nunca me casaría con alguien que no sea Albert, reconozco que no aceptaba que estaba enamorada de él, pero hace unos momentos que me confeso su amor, lo acepté, anda mami linda, dejamos ser novios, ¿o no quieres? – le digo

Mamá se nos queda viendo, al final solo asintió y nos abrazó.

-Les deseo toda la felicidad del universo, y me da gusto que estén juntos, aunque yo te dije que buscarás una mujer, no un demonio como ella, quiero que sepas que tu padrino alguna vez deseo verte casado con Candy, decía que ella era la única que puede hacerte feliz. Él siempre lo supo –

Todos nos felicitan y abrazan.

Fin

Gracias por leer y espero les haya gustado.