Título: Chocolate para Dos
Fandom: Free!
Personajes: Makoto Tachibana y Haruka Nanase.
Género: Vida de adultos. Pre-romance.
Advertencias: Ninguna.
Resumen: Parecía otro San Valentín genérico pero un asistente al acuario lo tomó por sorpresa.
Longitud: 734 palabras.
Estado: Terminado.
Aclaración: Free!, novelas y animes, pertenecen a Koji Oji, Kyoto Animation y demás socios y derivados comerciales. No busco beneficio alguno al escribir y publicar esto más que el placer de hacerlo y la esperanza de que sea leído y guste. Fin.
Nota: Este fanfic participa en el MakoHaru Week 2023 con uno de los promps del día 2: Chocolate para dos (chocolate for two). Aunque quizás pueda funcionar también con el promp «our special date: sweet love on a winter date».
Nota 2: Este fic sirve como continuación para el one-shot anterior: Acuario.
Nota 3: No estoy muy convencida de cómo cerré este one-shot, espero poder arreglarlo en la continuación.
El día había empezado bastante soleado pero cuando terminó su turno estaba viéndose bastante nublado. Normalmente no le molestaba pero todavía era invierno así que si llovía bajaría bastante la temperatura y eso no era agradable.
Además la lluvia arruinaría su inesperada cita.
Una parte de él había estado esperando que fuera una broma extraña y cruel porque lo espontáneo de todo había sido algo extraño, pero ahí estaba Makoto esperándolo cuando salió del acuario, acercándose en cuanto lo vio.
—Hola —saludó el joven con algo de timidez. Haruka asintió pero de inmediato le asaltó el pensamiento de que debería esforzarse un poco.
—Hola —respondió con una pequeña sonrisa.
—Me alegra que aceptara venir, temía que se arrepintiera al final.
La verdad sí lo pensó.
—Admito que me tomó por sorpresa su ofrecimiento, y luego pensé que acepté muy rápido…
—Ejejeje, sí, supongo que fue atrevido de mi parte —respondió Makoto con algo de vergüenza pero en ningún momento dejó de sonreír— por eso me alegra mucho que aceptara.
Todavía sentía que todo iba de prisa pero, de alguna manera, al verlo ahí esperándole a pesar del cielo nublado y el frío, la parte de él que le decía que era una broma había desaparecido y fue sustituido por algo que le decía que podía confiar en él. Además, preguntar era problemático.
—Entonces…
—Ah sí ¿a dónde le gustaría ir?
—Mmmh, en realidad no conozco muchos lugares por aquí… —siempre lleno de personas que acaban de visitar el acuario o compañeros de trabajo, o ambos, y ya se esforzaba lo suficiente para no convivir con la gente dentro del trabajo como para redoblar esfuerzos fuera de él.
—Oh, bien, por suerte estuve buscando mientras esperaba —mostró su celular para que quedara claro cómo había buscado— hay un lugar con bastante surtido al que podemos llegar caminando, así se nos quitará el frío, espero.
Bueno, no veía nada de malo en el plan.
—Vamos —Makoto sonrió más si era posible y le hizo una seña para que empezaran a caminar.
La caminata fue mayormente en silencio, Makoto no forzó una conversación durante el camino aunque iba tarareando en voz baja, siguiendo las indicaciones en su mapa. Había poca gente en la calle, seguramente por el descenso repentino de temperatura. Eso reducía sus posibilidades de encontrar una mesa libre.
Sin embargo los milagros ocurrían. Llegaron a un lugar pequeño, una puerta apretujada entre un restaurante llamativo que estaba lleno y una tienda de moda de una marca famosa, y la solitaria puerta abierta que sólo mostraba una escalera y un pequeño letrero anunciando una cafetería con la palabra «chocolate» en el nombre definitivamente no destacaba.
—Hay que subir la escalera —anunció Makoto, un poco innecesariamente pero Haruka no dijo nada y sólo asintió, le hizo una seña para que él fuera primero. Makoto se rió un poco pero subió primero.
Conforme subían había una sensación calidez que crecía con cada escalón, y ruido suave de conversaciones. Emergieron a un salón pequeño pero acogedor, de paredes de madera y luces tenues, las mesas eran pequeñas y aunque había pocas no estaban llenas. Un verdadero rincón oculto en medio de una zona altamente comercial.
—Bienvenidos —saludó una mesera— por favor, siéntense donde gusten.
Había tres mesas libres y ante la mirada interrogadora de Makoto, Haruka caminó a una mesa junto a la ventana, estaba algo empañada debido a la calidez del interior y el frío exterior pero todavía otorgaba una vista agradable de los comercios.
Una vez sentados de inmediato les llevaron el menú, y descubrió que el chocolate no sólo estaba en el nombre del lugar sino en los alimentos también: había una página completa dedicada a postres de chocolates y una lista especial de diferentes chocolates para beber, afortunadamente todavía había opciones menos dulces y saladas para gente como él.
—Agradable ¿no cree? —preguntó Makoto luego de unos momentos.
—Especialmente si le gusta el chocolate.
—Me encanta el chocolate ¿a usted no?
—En realidad… no soy afecto a lo dulce.
—Ah, oh, debí haber preguntado antes.
—Está bien, realmente está variado el menú, y hay cosas atractivas que no son dulces.
De hecho… había un chocolate amargo para beber, nunca había visto algo así.
Poco rato después dos tazas fueron colocadas en su mesa: un chocolate extra dulce y un chocolate amargo, espumosos y calientes. La conversación, junto con el tiempo, fluía casi sin darse cuenta.
Gracias por leer.
