N/A:

Hola!

¡Feliz Día de San Valentín!

Dada la festividad, se me ocurrió escribir este one-shot que forma parte de una de las ideas que tengo en mi lista de trabajos por escribir. Golden y yo somos fanáticas del tenis y recientemente el mes pasado pasó uno de los torneos más importantes del año por lo que me animé a sacar esta idea de mi cabeza porque no estoy segura cuándo podré trabajar con este AU.

Solo para darle un poco de contexto a este trabajo, es un AU moderno y hay 5 torneos importantes, mejor conocidos en nuestra realidad como Grand Slams/Abiertos. Los torneos de este universo son los siguientes: Aerugo, Xing, Drachma, Creta, Amestris.

El título "Matchpoint" fue sugerido por Golden y es un término en el tenis que se utiliza para referirse al punto para ganar el partido, por lo que creo que encaja en la historia.

Bueno, espero que lo disfruten y que puedan compartir sus opiniones.

Y finalmente quiero darle un gran agradecimiento a Golden por ser mi beta.

Nos vemos hasta la próxima.

Saludos!


Matchpoint

Riza suspiró antes de tomar agua. Estaba recuperando el aliento después de que había terminado su práctica de tenis con su mejor amiga Rebeca.

"Ese revés tuyo en serio que se está convirtiendo en uno de tus mejores y más temibles tiros. Sobre todo si logras dominar la paralela del fondo." Comentó Rebeca.

Rebeca y Riza tenían 20 años y ya era su segundo año en el circuito mundial profesional de tenis después de haber pasado otro par en el circuito junior. Ellas habían participado en dobles e individuales y recientemente Riza había participado en el dobles mixto en el pasado Grand Slam de Aerugo.

"Sí, es lo que me dice mi padre pero aún necesito trabajar mucho en ese tiro." Dijo mientras tomaba una toalla para secarse el sudor. "Solo que no podré hacerlo en un torneo próximamente, al menos no hasta mayo."

Rebeca exhaló pesadamente. "No entiendo por qué tu padre te tiene prohibido participar en los próximos torneos si tus calificaciones van muy bien."

"Él solo quiere que tenga una carrera para que cuando deje de ser tenista pueda apoyarme en otra cosa."

"Vamos, Riza. Con tu talento y, sobre todo, puntería, sin duda alguna serás la jugadora número 1 del ránking durante un buen tiempo y con eso harás una fortuna que durará hasta para tus nietos."

Riza rió. "Creo que tienes demasiadas esperanzas en mí, querida amiga."

"Porque es cierto, ya me gustaría tener esa puntería tuya. Además reconozco que eres mejor en los torneos individuales que yo pero tú y yo en los dobles dentro de poco la vamos a romper."

"Sin duda somos un buen equipo, solamente espero que estemos lo suficientemente preparadas con la poca práctica que vamos a tener juntas. ¿De verdad no prefieres buscar otra compañera para los dobles? No es justo que por mi culpa pierdas ritmo."

Rebeca de inmediato negó con la cabeza y colocó su brazo sobre los hombros de su amiga. "Oh no, ni creas que te voy a soltar. No te desharás de mí tan fácilmente. Riza, Aerugo fue nuestro segundo Grand Slam que jugamos como profesionales y mira llegamos a la tercera ronda. Nada mal, así que no tengo dudas de que pronto llegaremos a pelear la final." Riza sonrió. "Además, al menos tu padre te permite venir al club a practicar una vez a la semana y con eso es suficiente. Solamente que no te prometo que vaya a dejártela fácil en el individual cuando nos enfrentemos."

Riza sonrió. "No esperaba menos de ti."

Las dos chicas tomaron sus cosas y se dirigieron a las duchas del club.

"Por cierto, ¿participarás de nuevo en el dobles mixto con Mustang en el Abierto de Xing?" Preguntó Rebeca.

Ella asintió. "Sí, hablé con él la semana pasada y dijo que no importaba que no pudiéramos participar en torneos hasta mayo. Según él con los talentos de ambos y nuestra sincronización no necesitamos mucha práctica para ponernos a punto."

"Engreído como siempre, ¿no?" Comentó bromeando la pelinegra. "Aunque no lo puedo culpar, ustedes dos tuvieron una gran participación para ser su primera vez en un Grand Slam. No cualquiera llega a octavos en su primer intento."

"Bueno, fue mucha suerte pero también no olvides que Roy y yo conocemos nuestros estilos de juego muy bien."

"Cierto, ustedes se conocen desde pequeños."

"Así es. Además dice que le servirá para ponerse las pilas para el final de su carrera."

"Cierto, él ya se gradúa este verano, ¿verdad?"

"Ajá. Al igual que a mí, sus padres le pusieron como condición seguir estudiando si quería ser jugador profesional."

"Pues le está yendo muy bien, ya está en décimo lugar del ranking y si el próximo Slam llega a la final podría avanzar hasta el quinto." Rebeca sonrió. "Aunque tú no te quedas atrás, Riza. Eres 2 años más joven que él y ya estás en el lugar décimo quinto, sin lugar a dudas podrías llegar a ser la número 1 en la división femenil antes que él en la varonil."

"Tú no estás tan lejos, Becky, solamente estás 2 puestos atrás de mí, así que seguramente vas a alcanzarme e incluso rebasar en este tiempo."

"Tal vez, pero que sin duda arrasarás cuando participes en el Slam."

"Ya veremos como llego al torneo."

Las dos chicas se metieron en 2 regaderas individuales que se encontraban contiguas para seguir charlando.

"¿Y todavía no hay nada entre tú y Mustang?" Preguntó sugestivamente Rebeca.

"¿A qué te refieres? Él es mi amigo. Además él vive en Central."

"Pero siempre que viene a visitar a su tía pasa tiempo contigo. Además, ustedes dos siempre han sido muy unidos, siempre que pueden ven el partido del otro para apoyarse. Y con su reciente debut como pareja en el dobles mixto no me vas a negar que no viste el ship que están haciendo los seguidores con ustedes. No puedes negar que no viste el #royai en las redes."

"Becky, Roy y yo solamente somos amigos por eso es normal que apoyemos al otro-"

"Pero a ti te gustaría que fueran algo más, ¿no es así?"

"Becky, él es mi amigo-"

"Del cual has estado enamorada ya hace un tiempo y no lo niegues." Agregó al final levantando un dedo cuando escuchó que Riza quería interrumpirla. "Por eso tu última relación no funcionó porque te la pasabas pensando en Roy."

"Becky-"

"Y sabes, a mí me da la impresión que él también siente algo por ti y no es solamente amistad."

"Solamente somos 2 buenos amigos, eso es todo."

"Porque a Mustang le faltan los pantalones para declararte sus sentimientos o porque al muy idiota le gusta tener a todas las chicas tras de él."

Riza suspiró. "No tienes remedio, Becky."

"Pero dime, Riz, si él se te confesara y te pidiera que fueras su novia, ¿aceptarías?"

"¿Para qué haces ese tipo de pregunta si bien sabes que eso es poco probable que ocurra?"

"Responde."

La rubia suspiró. "Sí, estoy enamorada de él y si viera que él realmente siente lo mismo por mí, probablemente le diría que sí." Respondió en voz tan baja que Rebeca casi no alcanzó a escuchar.

"¡Lo sabía!" Gritó Rebeca triunfante.

"Rebeca." La regañó Riza.

"Ups."

Cuando salieron de bañarse y cambiarse, se dirigieron a una cafetería.

"Oye, y dado que por el momento no tienes galán, ¿qué piensas hacer este San Valentín?"

"Había pensado en pasarlo en casa estudiando para mi próximo exámen."

"Oh, vamos Riz. Ya que las dos no tenemos galán y esta festividad es también para la amistad ¿por qué no salimos al centro comercial y vamos de compras?"

Riza estaba a punto de decir que no cuando su amiga le puso su mejor cara de cachorro.

"Está bien, hagámoslo."

"Genial, así festejaremos nuestra amistad y soltería." Dijo Rebeca animadamente mientras alzaba un puño en señal de victoria.


"Hey, Roy, ¿a dónde vas?" Preguntó Maes Hughes a su amigo cuando entró al departamento que compartía con él al verlo arreglarse para salir.

"Tengo cosas que arreglar."

"Espero que no hayas cambiado repentinamente tu estatus de soltero de un día para otro."

Roy negó con la cabeza. "Para nada."

"Sabes, si no supiera que estás loco por Riza pensaría que no pasas de la segunda cita porque no quieres molestarte en los regalos del día de hoy." Dijo bromeando Maes, antes de cambiar a un tono serio. "¿Cuándo vas a reconocer que lo que sientes es amor? Y sobre todo ¿cuándo demonios vas a declarar esos sentimientos a Riza?"

Roy llevaba tiempo enamorado de Riza pero se negaba a hacerle saber sus sentimientos por temor a estropear su amistad en caso de que ella no le correspondiera. Sin embargo, durante el último Grand Slam al pasar más tiempo juntos en las prácticas y partidos, se dio cuenta que no podía guardar sus sentimientos por más tiempo y que tenía que intentar conquistar el corazón de Riza porque realmente disfrutó cada momento a su lado y ahora que no la había visto resentía su presencia enormemente.

Roy sonrió. "Eso es lo que voy a arreglar."

"¿En serio?"

Roy asintió.

"Lo oigo y no lo creo. Entonces ¿vas a Ciudad del Este?" Preguntó Maes.

"Así es. Tomaré un vuelo para allá para aprovechar el tiempo."

"¿Entonces te le vas a declarar en pleno San Valentín?" Preguntó alegremente Maes quien no podía contener su emoción, tanto que casi parecía que quería dar brinquitos de alegría.

"Sí, hablé ayer con ella con la excusa de saludarla y pude enterarme de que pasaría el día de compras con su amiga Rebeca en el centro comercial. Con un poco de suerte podré sorprenderla y encontrar el momento adecuado para confesarle mis sentimientos."

"Por lo visto lo tienes todo planeado, mi amigo. Ya era hora. Mucha suerte, aunque creo que no la necesitas porque tengo la corazonada de que Riza siente algo por ti."

"Ojalá tengas razón, Maes."

Maes echó una ojeada a la mochila que Roy se colgó al hombro notando que no parecía llevar la gran cosa. "¿No te quedarás en el Este? Porque te veo muy ligero de equipaje."

Él negó con la cabeza. "No puedo, tengo un exámen mañana que no puedo posponer. Tengo que pasarlo para poder enfocarme en los próximos torneos." Suspiró y una sonrisa de dibujó en sus labios. "Aunque… si Riza me acepta, buscaré la manera de irla a visitar más seguido."

Roy y Maes estaban por graduarse en ese verano así que ambos solamente participaban en unos cuantos torneos para no descuidar del todo sus estudios y trabajaban fuertemente con sus entrenadores cada que les era posible.

"Pues cuando ella te diga que sí, tenemos que organizar una cita doble. Sé que a Gracia le encantará, se lleva muy bien con Riza."

"Maes, tranquilo. Está la posibilidad de que ella me rechace."

"Ya verás que no." Dijo Maes con confianza.

Roy sonrió agradecido por los ánimos de su amigo. "Será mejor que me vaya, te veré en la noche, mi amigo."

"Que te vaya bien. Salúdame a Riza."


Durante el vuelo de 2 horas, Roy estuvo pensando en cuál sería la mejor forma de declararse mientras veía los 2 dijes de oro blanco cada uno en una cadena del mismo material, los cuales había comprado un par de meses atrás. Ambos tenían la forma de una 'R' estilizada pero el que sería para Riza tenía unos pequeños brillantes que lo hacía resplandecer ligeramente. Él esperaba que esos dijes pudieran ser usados por los dos como muestra de su relación pero en caso de que ella no retornara sus sentimientos, pensaba de todos modos darle su dije a ella ya que, ante todo, ella era una muy valiosa amiga para él.

Pensando en el miedo que le daba el ser rechazado, suspiró. Jamás creí que podría estar tan ansioso y nervioso. Pensó mientras trataba de distraer su mente al contemplar las nubes que estaban atravesando en esos momentos.

Cuando Roy llegó a Ciudad del Este y antes de dirigirse al centro comercial del que Riza le había contado se detuvo un momento para comprar un hermoso ramo de flores.

Una vez satisfecho con su compra, retomó su camino y pocos minutos después entró al centro comercial, decidiendo en ese momento que era momento de llamarla para obtener su localización exacta.


"¡Rayos! Olvidé mi recibo." Se quejó Rebeca.

"¿Regresamos a la tienda?" Preguntó Riza.

"Espérame aquí, así aprovechas y ves esos trajes deportivos nuevos que está sacando tu patrocinador para que les digas cuál quieres, yo ya he elegido mis opciones. No tardo."

Antes de que Riza pudiera replicar Rebeca se había alejado dejándola frente a una tienda deportiva donde se puso a observar lo que había en los escaparates. De repente su teléfono sonó, sorprendiéndola al ver quién la llamaba.

"Hey, Roy. ¿A qué debo tu llamada?" Preguntó Riza sorprendida pero alegre al poder escuchar su voz.

"Hola, Riza. ¿Acaso no puedo saludarte?" Preguntó Roy en un tono bromista de indignación mientras seguía caminando en el centro comercial mirando a todos lados para tratar de encontrarla.

"Claro que puedes pero realmente me sorprende que me llames tan pronto."

"Es que pensé que tal vez necesitarías un pequeño descanso de las locuras de Rebeca." Dijo bromeando el pelinegro.

Ella rió. "Dímelo a mí. Hemos estado de tienda en tienda, por ahora tengo un pequeño break porque se le olvidó su recibo y me dejó esperando frente a una tienda deportiva."

Roy se dirigió al mapa del centro comercial y maldijo internamente al darse cuenta de que el centro comercial contaba con al menos 5 tiendas deportivas.

"Según quiere que aproveche la oportunidad para ver los nuevos diseños de mi patrocinador." Riza suspiró. "Como si fuera tan sencillo conseguir el diseño que te gusta."

Gracias, Riza. Ahora sé en cuál tienda estás. Roy le agradeció a la rubia en su mente al identificar una tienda deportiva exclusiva de la marca que patrocinaba a Riza.

"Bueno cuando menos lo esperes tendrás esa opción. Sobre todo cuando seas la número uno del ránking." Comentó él mientras se apresuraba a alcanzar el segundo piso donde se encontraba la tienda deportiva.

"Gracias por tus buenos deseos. Tal vez algún día llegue a conseguirlo al igual que tú. Por cierto, ¿no deberías andar en una cita en este día? ¿O acaso sigues con tu tradicición de no tener novia en esta fecha para ahorrarte dinero?" Dijo en tono de broma la rubia.

Ahora fue el turno de él para reír. "¿Ahora tú también me vas a molestar con eso? Maes justamente me dijo lo mismo en la mañana. Pero para tu información este día no es solamente para los enamorados sino también para los amigos y que mejor que hablar contigo."

"En eso tienes razón, tal vez deberíamos vernos antes de que comiencen los torneos para pasar tiempo juntos, como cuando éramos niños y venías a pasar los veranos con tu tía Chris."

Roy se detuvo al ver a Riza de espaldas mirando el escaparate de la tienda. Él estaba al otro lado del pasillo que se encontraba separado por una fuente.

"¿Por qué no lo hacemos ahora mismo? Quizás hoy sea mi día de suerte y pueda tener una cita contigo."

"¿A qué te refieres, Roy? Tú estás en Central-" Dijo Riza confundida.

"Porque no volteas y lo confirmas."

Riza hizo lo indicado y para su gran sorpresa vió que Roy estaba al otro lado de la fuente portando una gran sonrisa y un ramo de flores.

"Roy…" Ella estaba sin palabras, no podía creer que él estuviera en Ciudad del Este con un ramo de flores frente a ella.

Él comenzó acercarse hasta que escuchó otra voz en su llamada con Riza que lo detuvo.

"¡Riza!" Ella volteó a su derecha para encontrar a un chico rubio con ojos azules quien era uno de sus amigos en la universidad. Él llevaba un ramo de rosas rojas, el cual no tardó en hacer el intento de entregárselas. "Te amo. Ya no puedo seguir callando más mis sentimientos. Te amo y realmente me gustaría que los dos pudiéramos ser novios."

"Jeremy." Fue lo único que atinó a decir. No esperaba que alguien se le declarara y mucho menos frente a Roy.

Roy. Pensó un momento después y regresó su mirada hacia donde estaba Roy, quien ahora había cambiado su expresión alegre por una seria.

"Roy, espera esto-"

"No te preocupes, Riza. Entiendo, no debí haber venido de imprevisto cuando tienes cosas que atender." Él la interrumpió.

"No, Roy, por favor espera."

"Nos vemos." Replicó él antes de colgar su teléfono y comenzar a alejarse del lugar.

"Riza-"

"Jeremy, lo siento, de verdad. Eres un chico muy bueno y te aprecio como amigo, pero tú mereces a alguien que te ame de la misma forma y yo no puedo hacerlo porque mi corazón le pertenece a otra persona. Por favor, discúlpame." Le dijo con una expresión de disculpa.

Ella se alejó apresuradamente sin esperar respuesta del rubio, siguiendo la ruta que alcanzó a ver que Roy había tomado, pero al haber tanta gente no lo podía encontrar. Marcó a su celular pero él no contestaba. Demonios, Roy. Por favor contesta.

Al estar tan concentrada en su búsqueda chocó con Rebeca, quien se había acercado en su dirección rápidamente cuando la vio caminar con apuranza.

"Lo siento, Becky, pero-"

"Sí, me imagino que andas buscando a Mustang. Vi lo que pasó." La pelinegra suspiró. "Vaya, qué timing de Jeremy, nada más por ser tu amigo por unos meses ya espera que lo ames."

"¿Sabes a dónde se dirigió Roy?"

"No realmente pero me encontré con Jean y le pedí que lo siguiera cuando vi lo que pasaba. Márcale, de seguro él lo tiene en la mira."

Riza asintió y rápidamente buscó el número de Jean.

"¿Jean? Hola-"

"Hey, Riza. Descuida, está en la terraza del tercer piso."

"Gracias, Jean. Te debo una."

"Descuida."

Riza colgó y abrazó a su amiga. "Gracias, Becky. También te debo una."

Ella retornó el abrazo y tomó el par de bolsas de compras que llevaba Riza. "Ve, yo me encargo de esto y de Jeremy." Le dijo con una sonrisa. "Más te vale que después me cuentes los detalles."

Ella asintió. "Gracias."

Riza se apresuró a llegar el lugar que Jean le había dicho, tratando de comunicarse con Roy en todo el recorrido pero él seguía sin contestar. Cuando llegó a la entrada de la terraza se encontró con Jean, quien con una leve inclinación de cabeza le señaló donde estaba Roy para después retirarse ofreciéndole una ligera sonrisa de ánimo.


Roy había dejado el ramo de flores en una mesa cercana mientras él se encontraba recargado en el barandal viendo el paisaje con una sensación de tristeza. ¿Por qué demonios tuve que tardarme tanto? ¿Por qué huí? Debí haberle partido la cara a ese imbécil… Pero… ¿Riza lo amará? Suspiró pesadamente. ¿Por qué amar tiene que doler tanto?

Riza se percató de su estado de ánimo y de lo pensativo que se encontraba por lo que decidió acercarse sigilosamente para no alterarlo. Cuando estaba a unos cuantos pasos detrás de él, decidió hacer un último intento de llamarlo por teléfono. Al estar tan cerca de él pudo ver cómo suspiraba al escuchar el dispositivo pero que no hizo el menor intento por tomar la llamada.

"¿Por qué no contestas mis llamadas?" Preguntó en voz baja para no asustar a Roy.

Él se sobresaltó ligeramente al escuchar su voz pero no se volteó a verla. Pensó en mentirle diciéndole que no había escuchado su celular pero sabía que ella se había dado cuenta de que la estaba ignorando así que terminó optando por quedarse callado.

"¿Por qué no me esperaste?" Preguntó la rubia.

"..."

"Por favor, responde Roy."

Él exhaló pesadamente. "Porque no quería ser un mal tercio entre tú y tu noviecito." Respondió con un tono más duro del que le habría gustado utilizar.

Riza suspiró. "Sé que escuchaste que en ese momento se me declaró-"

"No me lo recuerdes." La interrumpió el pelinegro.

"Lo rechacé."

Él finalmente se giró para verla. "Pues te ahorraré la molestia de que tengas que rechazar a dos personas en el mismo día."

Roy agachó la cabeza y comenzó a caminar pasando a un lado de Riza, quien de inmediato lo tomó de la muñeca para detenerlo.

"¿A qué te refieres? ¿Por qué viniste precisamente hoy de manera imprevista?"

Hubo una pausa que le pareció eterna a Riza hasta que él decidió hablar.

"Porque quería verte." Él alzó su mirada para encontrarse con aquellos ojos caoba que siempre lo cautivaban. "Porque quería confesarte lo mucho que te amo desde hace mucho tiempo." Él agachó la mirada. "Pero no contaba con que un maldito imbécil se me iba a adelantar."

"¿En serio me amas?"

Él asintió. "Pero no tienes porque sentirte mal por no corresponder a mis sentimientos. Sobre todas las cosas aprecio nuestra amistad y no quiero perderla por nada del mundo, por eso no te lo había dicho antes." Suspiró y agachó su mirada una vez más. "Será mejor que me vaya, no soy una buena compañía en estos momentos. Solo necesito un par de días-"

Roy no terminó de hablar porque se sorprendió al sentir los brazos de Riza rodeando su cintura abrazándolo fuertemente. Él se quedó congelado por un momento, sobre todo cuando escuchó lo que ella le decía.

"Eres un tontito, yo también llevo amándote mucho tiempo pero al igual que tú no quería que eso estropeara nuestra amistad. Por esa razón rechacé a Jeremy porque mi corazón tiene dueño y ese dueño eres tú." Le susurró al oído.

Él no podía creer lo que acababa de escuchar, por lo que gentilmente puso sus manos sobre los hombros de Riza para separarla ligeramente de él para verla a los ojos.

"¿En serio?" Preguntó mirándola intensamente.

En ese momento Riza pudo ver cómo la esperanza se reavivaba en la mirada ónix del pelinegro, lo que la hizo sonreír. "En serio."

Las facciones de Roy se suavizaron de inmediato y la expresión de alegría nuevamente hizo su aparición. Él la atrajo hacia sí para abrazarla fuertemente levantándola ligeramente del suelo para poder hacerla girar por unos cuantos segundos haciendo reír a Riza. Cuando se detuvo, se separaron ligeramente para poder verse a los ojos.

"Te amo, Riza." Dijo Roy con una amplia sonrisa y una mirada cálida llena de amor.

"Y yo te amo a ti, Roy." Respondió Riza con las mejillas sonrojadas y con un intenso brillo de alegría en su mirada.

Sin perder más tiempo, Roy se inclinó y la besó tierna y gentilmente en los labios. Los dos cerraron los ojos y se dejaron llevar por el momento. Con sus parejas anteriores jamás habían sentido lo que en ese instante el beso estaba provocando en ellos. Era algo extraordinario y a la vez familiar pues el cariño por el otro siempre había estado ahí. Cuando el aire les hizo falta se separaron y Roy colocó su frente sobre la de Riza.

"No puedo creer que estés aquí diciéndome que me amas." Riza comentó.

Él la besó ligeramente en los labios. "Y yo no puedo creer que tú también me amas." Él acarició una de las mejillas de ella. "Entonces, ¿podemos darle un intento a una relación romántica entre nosotros?"

"Con 2 condiciones." Respondió Riza mientras levantaba 2 dedos a la altura del rostro del pelinegro.

Eso confundió ligeramente a Roy. "Tú dirás."

"Uno." Comenzó Riza mientras mantenía únicamente un dedo levantado. "Pase lo que pase entre nosotros vamos a mantener nuestra amistad, porque la verdad me dolería perderla."

"Estoy totalmente de acuerdo. ¿Y la segunda?"

Riza volvió a levantar el segundo dedo. "Que si llega un momento en que… ya no tengamos interés por el otro nos lo digamos de frente en lugar de engañarnos."

"Créeme, jamás perdería el interés por ti y nunca te engañaría. Pero sí esas son tus condiciones lo acepto porque yo quiero estar a tu lado." Dijo él con una sonrisa cariñosa. "Entonces, ¿aceptas ser mi novia?"

Riza sonrió y lo besó antes de responder. "¿Eso responde tu pregunta?"

La sonrisa de Roy se ensanchó y la atrajo hacia él para abrazarla fuertemente. Cuando se separaron, él tomó la mano de ella y la llevó a la mesa donde había dejado el ramo de flores para que tomara asiento. Él tomó el ramo y se lo ofreció a ella con una sonrisa.

"Me alegra que no me haya deshecho de ellas."

Ella tomó las flores y acarició los pétalos. "Son muy lindas, Roy. ¡Muchas gracias!" Dijo Riza antes de besar la mejilla de él.

"No tan lindas como tú."

"Eres un adulador." Replicó ella sonriendo.

Él negó con la cabeza. "Solamente digo la verdad. Oh, espera." Comenzó a revisar su chaqueta hasta que sacó una delgada caja rectangular. "Esto también es para tí."

"Roy… no debiste haberte molestado. Con lo que me has dicho y las flores es más que suficiente."

"No es molestia, esto lo compré hace un par de meses pero no había encontrado la oportunidad de dártelo." Ella colocó con cuidado las flores sobre la mesa y tomó la caja de las manos de Roy. "Ábrela." Dijo él.

Ella hizo lo que le indicó el pelinegro y se sorprendió al ver los dijes con la forma de la letra 'R'.

"Pensé que podríamos usar los dijes como muestra de nuestra relación." Dijo él con voz suave. "Sé que suena algo cursi pero solamente contigo me gustaría tener este tipo de relación."

La sonrisa de Riza se amplió. "¿Quién diría que Roy Mustang tendría este lado cursi? Jamás te había visto este lado en el tiempo que te conozco."

"Me atrevería a decir que tú eres la única que me conoce como la palma de su mano y por ello solamente a ti te estoy mostrando este lado mío. Aunque no lo creas, tú eres la única que saca lo mejor y lo más cursi de mí." Comentó sonriendo.

"Me gusta este lado tuyo que estoy conociendo." Ella acarició la mejilla de Roy. "Los dijes son hermosos, Roy." Un brillo travieso asomó su mirada caoba. "¿Cuál es el tuyo? ¿El que tiene los pequeños brillantes?"

"¡Riza!" Él se quejó ligeramente haciendo un puchero pero comenzó a reír al ver hacer lo mismo a ella.

Ella tomó su dije. "¿Me ayudas a ponermelo?"

"Por supuesto." Él tomó la cadena con el dije y gentilmente apartó el cabello rubio de ella para finalmente colocar la cadena. "Listo."

"Ahora, déjame ayudarte con el tuyo." Dijo Riza mientras se ocupaba de colocar la cadena con el dije a Roy. Cuando terminó dijo. "Ahora sí los dos estamos listos." Dijo con una sonrisa.

Él asintió. "Siempre lo llevaré conmigo, así no tendré pretexto para no dejar de pensar en ti." Comentó él mientras agarraba su dije con la mano.

"Yo también." Dijo ella haciendo lo mismo con su dije.

"¿Qué te parece si tenemos nuestra primera cita?" Propuso él.

"Me parece una idea estupenda." Respondió ella con una amplia sonrisa.

Roy se puso de pie y ofreció su mano a Riza para ayudarla a levantarse. Cuando ambos estuvieron de pie Roy la abrazó fuertemente.

"Te amo, Riza." Besó su frente. "Feliz Día de San Valentín."

Ella correspondió el abrazo con fuerza. "Te amo, Roy. Feliz Día de San Valentín."

Él la besó tiernamente antes de volver a abrazarla.

Los dos disfrutaron el resto del día paseando por el Centro Comercial, el parque y una invitación a comer de parte de Roy a Riza. Platicaron de muchas cosas mientras paseaban tomados de la mano hasta que llegó la hora en que Roy tenía que prepararse para tomar su vuelo de vuelta a Central, no sin antes hacerle la promesa de que volvería a visitarla en cuanto terminara sus exámenes porque no podría soportar verla hasta el torneo previo al Grand Slam de tenis.

No fue sorpresa que durante el Abierto de Xing el #royai fuera tendencia en las redes sociales cuando los aficionados vieron a Roy y Riza con sus respectivos dijes en sus partidos y sobre todo cuando en una que otra ocasión los aficionados y las cámaras los captaban tomados de la mano y a Roy robándose uno que otro beso de la rubia después de los partidos.