¡Hola! Les traigo este bonito two-shot sobre el dia de San Valentín y el Día Blanco.

Está ubicado en el primer San Valentín después de la guerra de sangre, así que espero que les guste.

Ya saben, esto es un IchiRuki.


Chocolate


Día de San Valentín


Había tanto que reparar en la Sociedad de Almas, tanto que reconstruir y tantas muertes que llorar, que los días pasaban de manera ocupada, uno tras otro, siempre con alguna actividad que requería poner toda atención y concentración posible.

No había tiempo para reír o ser feliz. No había... vida.

Fue hasta una semana antes que Rukia se dio cuenta de la fecha, cuando revisaba viejos papeles y encontró un calendario viejo con una pequeña anotación que marcaba el día como:

"Chocolate para nii-sama".

Rukia recordó cuando lo había marcado ahí, cuando había investigado con Urahara sobre el significado y cuando había hecho una gran pieza chocolate con forma del Wakame Taishi para regalar a su hermano. Una tradición humana que le explicó rápidamente a su hermano cuando le entregaba el presente como si fuera algo sagrado.

Byakuya lo había apreciado, halagando la elegancia en el diseño pero no quiso comerlo, por lo que Rukia le ofreció en ese mismo momento varias piezas de chocolate de las cuales Byakuya tomó un par para comer.

Rukia se sintió orgullosa de eso y cuando se lo contó a Renji, él se quejó diciendo que también debió de haber recibido chocolate por ser su amigo. Rukia, quién solo había pensado en Byakuya, le regaló lo que sobró del chocolate a Renji y se dijo a sí misma que él siguiente año le daría a sus amigos cercanos.

Rukia suspiró, dejó de lado el calendario, y se dedicó a pensar en sus propias cosas; sin embargo, en la noche la idea del chocolate regresó a su mente.

Dos días después, un pedido de la tienda de Urahara la estaba esperando en la mansión Kuchiki. En ella había todo lo que se necesitaba para hacer chocolate casero, algunos moldes comunes y otros no tan comunes, y el clásico con forma de corazón. Urahara había tenido "la gentileza" de agregar el significado del chocolate con forma de corazón.

Rukia utilizó las noches restantes para hacer los chocolates, y se enorgullecio de su trabajo al final del día porque le gustó como quedaron las dos piezas de chocolate que hizo.

Un poco de alegría para el día, aunque fuera una simple celebración humana.

A primera hora del día señalado, mientras ella desayunaba en compañía de su hermano, le presentó el Wakame Taishi de chocolate que había hecho para él.

Byakuya lo recibió y Rukia pudo ver una sonrisa muy sutil en el rostro de su hermano mientras él le agradecía el obsequio. Inmediatamente después, Rukia le ofreció algunas piezas pequeñas de chocolate con forma de flor de cerezo, que Byakuya tomó y comió frente a ella.

De nuevo, Byakuya se negó a comer ese Wakame Taishi de chocolate porque era demasiado bonito. Byakuya no usó esa palabra para describirlo, pero fue lo lo que él le transmitió a Rukia por la forma en como veía el chocolate.

Rukia fue a su escuadrón, estuvo trabajando todo el día y al salir se encontró con Renji, que se quejaba sobre la gran pieza de chocolate que adornaba el escritorio de Byakuya y que parecía puesto para que todos admiraran.

Las mejillas de Rukia tomaron un bonito color rosado y no dijo más, porque se sentía bonito dentro de ella el saber que su hermano estaba orgulloso de ella.

A Renji le regaló una bolsita de chocolate confitado que encargó para él.

En la noche, después de pedirle permiso a Byakuya para ir al mundo humano usando el senkaimon de la familia Kuchiki, Rukia tomó la segunda pieza de chocolate que había hecho a mano, se acomodó el kimono que usaba y cruzó a la ciudad de Karakura.

Era tarde y ella era consciente de ello, así como de que tal vez Ichigo estuviera durmiendo, pero ese era el único momento libre que ella tenía y si él no lo valoraba, lo golpearía y no le daría chocolate.

Llegó a la casa Kurosaki en tres pasos, sabiendo el camino de memoria y siguiendo el rastro del reiatsu de Ichigo, que le era tan familiar como el de Byakuya.

Ella entró por la ventana, cómo solía hacerlo todo el tiempo, y descubrió que Ichigo estaba acostado en la cama, con los ojos cerrados y una respiración tranquila. La lámpara de estudio encendida y el libro abierto sobre su pecho, le decía a Rukia que Ichigo se había dormido mientras estudiaba.

Le dio un vistazo a la habitación en la había pasado los dos meses más emocionantes de su vida, y descubrió que sobre la mesa había chocolates con forma de corazón.

Ichigo era bastante popular aunque parecía un matón, y aquello la hizo sentir que tal vez, y solo tal vez, la forma que eligió para él no había sido la correcta.

Ella estuvo a punto de retirarse pero el ruido detrás de ella la alertó y al fijar su atención en la cama, descubrió que Ichigo estaba despierto, sentado y mirandola fijamente.

— ¿Entras en la noche a verme dormir? ¡Sabía que por eso dormías en mi armario!

— Como si quisiera ver a un tonto dormir. Además, roncas.

Rukia se defendió de las palabras de Ichigo y se cruzó de brazos, esperando que él se defendiera de la acusación de los ronquidos, pero él no lo hizo.

— Yuzu y Karin me dieron chocolates, creo que también hay de Orihime y Tatsuki, por fortuna a ninguna de ellas tengo que responderles el mes que viene.

Ichigo no tenía por qué darle explicaciones, pero lo estaba haciendo y ella se sintió nerviosa por aquella sorpresiva confesión.

— Eso es descortés de tu parte. Se supone que les tienes que responder, o algo así.

Rukia intentó quitarse los nervios para volver a un lugar seguro, e Ichigo se rascó la nuca un poco incómodo.

— Se supone que se le responde a quien es un interés amoroso, pero Karin y Yuzu son mis hermanas, Tatsuki es mi mejor amiga de la infancia y Orihime es una amiga.

Rukia ladeó la cabeza un poco y asintió comprendiendo mejor la tradición. Las tradiciones humanas eran complejas, pero esa explicación la hizo sentir aliviada.

Se formó un silencio extraño entre ambos y Rukia aprovechó el momento y le tendió con ambas manos la caja donde había colocado el chocolate para él con forma de corazón.

— Valoralo, porque me costó mucho hacerlo y casi no tenía tiempo.

Las palabras salieron un poco rudas de lo habitual, pero fue la mejor manera que tuvo Rukia para enmascarar los nervios que misteriosamente la invadieron en ese momento.

De nuevo, el silencio se asentó entre ellos por un momento hasta que Ichigo se levantó de la cama, se acercó a ella y tomó la caja con el chocolate procurando acariciar ambas manos de Rukia en el proceso.

— Gracias, Rukia.

Rukia se puso completamente roja por la forma en que Ichigo le había acariciado las manos, por lo cálidas que eran y por todas las sensaciones que ese toque le causó en ese momento. Así como por la forma en que él dijo su nombre.

Ella estaba agradecida de que fuera de noche y que la luz de la lámpara de estudio no fuera suficiente como para definir los colores que adornaban su rostro.

— Eh... Sí, bueno... Me tengo que ir. Y más te vale que te guste, o no te vuelvo a regalar nada.

— Si muero envenenado, no tendré que probar nada de nuevo.

Rukia se lanzó contra él para intentar quitarle el chocolate, el cual ella hizo con paciencia y esfuerzo y había sido insultado por aquél tonto, pero Ichigo lo impidió. El forcejeo era ridículo, porque Ichigo era más alto que ella y no importaba como intentará recuperar su caja con el chocolate, simplemente no podía.

Yuzu gritó desde afuera, preguntando si todo estaba bien porque era tarde y él estaba haciendo demasiado ruido, y Rukia e Ichigo se quedaron congelados por un momento. Ichigo le aseguro a su hermana que estaba bien, que se había tropezado en la oscuridad, y Yuzo se fue de ahí.

Rukia se alejó de él, se alizo el kimono y se aclaró la garganta.

— Si mueres, irás a la Sociedad de Almas y ahí te golpearé hasta que mueras una segunda vez.

Ichigo se quejó, pero Rukia se fue de ahí usando el paso rápido, con las mejillas rojas y el corazón acelerado.


¡Feliz San Valentín para todos!