Disclaimer: Fairy Tail y sus personajes no me pertenecen, sino a su respectivo creador Hiro Mashima. Por otra parte la historia es de mi completa autoría.

*Arco temporal: Capítulo 50, temporada 1

*Lo que pudo haber sido, contado desde la perspectiva de Natsu


Era un día claro y despejado en la Ciudad de Magnolia, como siempre, el Gremio número uno Fairy Tail se hallaba tan animado como de costumbre, con una Lucy quejándose sobre la barra del lugar, Mira emparejándola con Natsu, Juvia planeando un acercamiento con Gray mediante la pócima que compro la noche anterior, Natsu haciendo tonterías junto a Happy provocando la risa de los demás miembros mientras Erza y Gray sintieron vergüenza ajena.

En fin, solo cosas normales que pueden ocurrir en este particular Gremio.

Pero, ya todos conocemos esto.

Nuestra historia comienza la noche anterior, en una pequeña y desordenada casa la cual pertenecía a Natsu y Happy, mientras el gato azulino se encontraba soñando con su delicioso pescado la mente del pelirrosa era todo un caos, ¿La razón? Ni el mismo la comprendía, pero la imagen de su compañera de equipo no lo dejaba tranquilo. Al principio no le preocupó, después de todo, era su amiga, así que era normal que pensara en ella, pero con el tiempo se dio cuenta que ya no era tan normal tenerla presente de forma regular.

¿Qué me pasa? —con un suspiro cansado, el hijo de Igneel giraba sobre su hamaca buscando una posición cómoda para poder dormir, sin éxito alguno— No lo entiendo —cerró los ojos, haciéndose presente la imagen de la maga celestial. Frunciendo el ceño, el pelirrosa negó con la cabeza— ¿Porque cada vez que pienso en ella siento rugidos de Igneel en mi estómago?— quedando boca arriba y con las manos detrás de su cabeza, dirigió su atención al techo— Sé que no es hambre, pues ya comí algo... ¿Acaso...será por eso que me dijo Mira?

retroceder

—Lucy y tú hacen muy buena pareja Natsu—comento tranquilamente la peliblanca mientras secaba un vaso con un trapo

El dragón slayer dejó un momento su comida y le sonrió—Lo sé, ¡Somos el mejor equipo!

Tal declaración la desconcertó por un momento, pero luego adquirió su sonrisa nuevamente, dejando el vaso en su lugar y acercándose al pelirrosa—No, Natsu, no me refiero a ese tipo de pareja, sino a una de enamorados

— ¿Enamorados?—el chico alzó su ceja reflejando gran confusión

—Sí, veras, cuando dos personas se aman…

—Sé que es eso, Mira—el pelirrosa frunció el ceño, continuando con su comida—Igneel me lo explicó hace mucho tiempo. No soy tan tonto como creo—la mayor de los Strauss río levemente

—Lo siento, esa no era mi intención—apoyando los brazos en la barra, lo surgió con su imborrable sonrisa—Entonces, ¿Qué piensas al respecto?

—No hay nada que pensar, Lucy y yo sólo somos compañeros de equipo

— ¿En serio?—ahora fue Mira la que arqueo su ceja—Digo, siempre están juntos y se nota a leguas que te gusta mucho estar a su alrededor

—Somos amigos, es normal, ¿No?

—Sí, lo es. Pero dime Natsu, ¿Acaso no piensas en ella como algo más?—con su dedo, dijo a la rubia sentada junto a Levy mientras ambas reían. Sin ser consciente de ello, Natsu sonrió levemente—Ara, ara —recordando con quien estaba, el dragón slayer retomó su alimento, dejando el plato vacío en la barra, pero antes que pudiera escapar la usuaria del Satan Soul lo detuvo—Escucha Natsu, puede que por ahora no te des cuenta, pero yo tengo ojo para esto

—No lo se Mira, no creo que sea lo que dices— Además, nos conocemos de poco tiempo, así que es imposible que sea...aquello que dijo Igneel —pensó con cierta vergüenza inusual en él, intentando disimularlo cubriéndose parte del rostro con la bufanda a la vez que sintio un extraño cosquilleo en su estomago

—Es cierto, pero ambos han pasado muchas cosas juntos en este poco tiempo, hay incluso parejas que ni en muchos años podrían pasar por tanto—dirigiendo una vez más un vistazo a Lucy, Natsu volvió a sentir aquella extraña sensación. La peliblanca junto a sus propias manos con mirada soñadora— ¡Ya solo es cuestión de tiempo para que se den cuenta de su amor mutuo!

— ¿Amor?—el pelirrosa ladeo la cabeza a un lado—Yo solo quiero seguir haciendo misiones para enfrentar a sujetos fuertes y patearle el trasero a la princesa de hielo

—Bueno, solo piensa en cómo te sientes al estar en su compañía, pero recuerda que quizás algún día alguien más pueda fijarse en ella—inconscientemente Natsu frunció el ceño ante ello, provocando una leve risa en la albina—Pero tranquilo, tampoco es que ese alguien apareció de repente, así que tienes algo de tiempo—con un guiño cómplice, se acabó con el plato vacío, dejando confundido a Natsu

fin del flash back

¡AHHH! ¡DEMONIOS! ¡TODO ESTO ES CULPA DE MIRA Y SUS IDEAS RARAS! —tomándose la cabeza y agitándola de un lado a otro, Natsu logró de no gritar desesperado para no despertar a su compañero

Y así, la noche siguió sin que Natsu pudiera conciliar el sueño.

A la mañana siguiente, la pelirrosa fue algo malhumorado al Gremio junto a Happy, que no paraba de preguntarle sobre su estado adormilado y gruñón.

— ¡Hey!–ambos se detuvieron y el dragon slayer sonrió instintivamente a la rubia que les daba alcance. Por muy cansado que estaba a causa de ella, no podía evitar alegrarse por su compañía— ¿Qué trabajo haremos hoy?

¡Oh no, no estoy en mi mejor forma para eso! —tratando de disimular, Natsu le dedicó una de sus habituales sonrisas—Hoy no iremos a ninguno

— ¡¿Qué?!—Lucy se detuvo, observando a su compañero con gran sorpresa– ¡¿Por qué?!

—Quiero descansar—arqueando una ceja, la Heartfilia colocó la palma de la mano en la frente de Natsu

— ¿Seguro que estás bien?

— ¡Ay! Usualmente iríamos a trabajar Natsu

— ¿Acaso es raro que quiera descansar?

—Completamente—respondieron a coro Happy y Lucy sin vacilar, sacándole una gota de sudor al pelirrosa

—Natsu…—al verse acorralado, el hijo de Igneel tomó la mejor decisión que se le ocurrió y emprendió carrera en dirección al Gremio con los otros dos siguiéndole— ¡Hey, espera! ¡Debes tener algo raro!

— ¡No tengo nada!—la maga celestial simplemente negó con la cabeza y dejó de insistir, ya cuando quisiera decírselo ella lo escucharía. Lástima que el exceder no esperaba igual y tratar de darle alcance al pelirrosa para sacarle la información

Estando frente a la construcción que llamaban hogar, Natsu pateó las puertas como era su costumbre, siendo recibido por el alegre ambiente del lugar. Sin más que hacer Lucy se dirigió a la barra mientras Natsu y Happy tuvieron las ocurrencias de imitar el baile de Plue.

Y así fue como regresamos a la situación inicial.

Caída la tarde, Lucy se despidió de Mira, aproximándose a la mesa donde sus dos compañeros devoraban la montaña de comida ante ellos.

—Iré a casa, ¡Nos vemos mañana!

—Nos vemos Lucy

— ¡Ay!

El dragón slayer siguió con la mirada a su compañera, continuó sintiéndose extraño y las constantes preguntas de Happy no ayudaron.

—Natsu… ¿Porque no quisiste trabajar hoy?

—Ya te lo dije Happy, quise descansar

— ¡Es que eso es lo raro! ¡Tú no eres así!—siguiendo la mirada de su amigo, el gato azulino sonrió con picardía— ¿Porque miras tanto a Lushi, eh?

— ¡No estoy haciendo eso!—Natsu continuó comiendo, escondiendo el rostro tras el plato

— ¡Claro que sí! ¡Acabo de verte!…a no ser que…—cubriéndose la boca con sus patas, el over lo miró con diversión— ¡Te gusssta Lucy!

– ¡Claro que no!

Sorprendido ante el leve tono nervioso del chico, la sonrisa de Happy aumentó— ¡Esto será divertido! — ¡No puedes engañarme, sé que te gusta!— invocando sus alas Happy se elevó hasta alcanzar la altura suficiente para estar fuera del rango de un enojado Natsu. Riendo levemente salió del lugar, impidiendo que lo atrapara— Por ahora me mantendré lejos y luego lo seguiré molestando

Mientras tanto, Natsu retomó su asiento refunfuñando insultos contra su amigo alado. Agradeciendo a Mira por la comida, aprovecho ese momento de soledad para continuar su debate interno, sin llegar a nada.

Pero, ¿Se supone que debería sentir algo más si ella me gusta? Lo que Mira dijo no fue suficiente y yo tampoco lo sé –emitiendo un suspiro cansado, cerró los ojos— Quisiera recordar mejor lo que Igneel me había dicho —negó con la cabeza, intentando evitar sentirse triste ante el recuerdo de su padre— Necesito ayuda para esto —cruzándose de brazos comenzó a analizar sus opciones:

1) ¿Happy?... no, solo se burlaría de mi

2) ¿Gray?...

¡DE SOLO PENSARLO YA QUIERO GOLPEARLO!

Negando frenéticamente con la cabeza después de pensar, dándose cuenta que ninguno de sus amigos serviría para esta ocasión— Necesito ayuda femenina para este tipo de cosas

3) ¿Mira?... no, solo me confundirá más

4) ¿Erza?... no... terrorífico...

5) ¿Levy?... probablemente me explique algo muy complicado

6) Tal vez Bisca sepa algo de esto, escuchó de Mira y las chicas algo sobre ella y Alzack

Abriendo los ojos, Natsu busco a la peliverde por el lugar, sin encontrarla en ningún lado. Regresó a su lugar y volvió a sentarse con molestia.

De todas maneras esto es demasiado vergonzoso como para contárselo así como así

El pelirrosa siguió pensando hasta que por fin tuvo una gran idea.

¡Ya se! ¡¿Cómo no se me ocurrió antes?! ¡Le preguntaré a Lucy! —satisfecho por su conclusión la busco por el Gremio, pero no la encontró, olfateando el ambiente se percató que su aroma estaba débil— ¡Demonios! ¡Olvidé que ya se había ido!—sin perder el tiempo salió rápidamente del lugar en dirección al departamento de la rubia. Como era habitual en él, entró por la ventana— ¡Hey, Lucy! ¿Estás aquí?—entrando completamente a la habitación y luego de llamarla un poco más, se percató de que no estaba—Esperare—sentándose en el mueble, recorrió con su afilada mirada cada detalle de la habitación detenidamente para finalmente observar fijamente la madera de la puerta. Poco después el aroma de la rubia inundó su agudo sentido del olfato, abriéndose la puerta

—Estoy en casa

— ¡Buenas!—el pelirrosa alzó su mano con una sonrisa

— ¡¿Otra vez entraste?!

—De hecho, tengo algo muy que decirte—disimulando sus nervios, Natsu surgió importante atentamente a la rubia que solamente manifestó un suspiro, resignada— Bien, aquí voy —pero antes que pudiera hacer algo, Lucy se tensó— ¿Eh? ¿Porque está nerviosa? —el pelirrosa movió un poco la cabeza hacia adelante, sin mover el sillón, contemplando el rostro de su compañera— ¿Acaso…está sonrojada? ¡Pero no dijo nada!

— ¡Vete!

—Pero es importante—comentó confundido, y más al verla temblar levemente con su nerviosismo aumentando

— ¡Vete! —sorprendido, Natsu se sobresaltó un poco en el mueble

— ¿Qué te pasa?—levantándose del sillón, el chico se apoyó en la ventana—Estas muy gritona–ignorando la queja de Lucy, saltó por la ventana, dirigiéndose a su propia casa— De todas formas no se me ocurrió como preguntarle — ¡Pero mañana sí lo haré!—determinado, alzó el puño con su característica sonrisa

Al día siguiente, Natsu fue temprano al Gremio, pero Lucy todavía no había llegado, por lo que luego de comer se sentó en una mesa que daba de frente a las puertas, aguardando.

¡AHHH! ¡¿Porque todavía no llega?! —frunciendo el ceño, el pelirrosa se quitó un poco ansiosamente en la silla— Vamos Lucy, ¡Quiero acabar con esto ya! —manteniendo la mirada fija en las puertas, repetía mentalmente el nombre de la maga celestial una y otra vez, esperando que aquello sirviera para que mágicamente entrará, más sin ser consciente de ello, susurraba "quiero verla, quiero verla". Warren, que pasaba por ahí, logró escucharlo, queriendo verificar, pasó junto a Natsu, confirmando lo que oyó. Desconcertado y sorprendido, fue a la mesa con Macao, Wacaba y Álex— ¿Será que no vendrá hoy? —considerando esa posibilidad, se levantó, captando el olor de Lucy— ¿Pero qué…?—siguiendo su sentido, la ubicó en unas mesas más allá, de espaldas a él en compañía de Plue y un libro– ¡¿Desde cuándo está aquí?! —recriminándose mentalmente por despistado, sacudió la cabeza, adoptando su actitud habitual—¡Buenas!—rodeando los hombros de la rubia con su brazo, cerró los ojos con una gran sonrisa—¿Te sientes mejor?—rápidamente la maga celestial se separó del chico

- ¡No! ¡No te acerques así!—Natsu la miró sorprendido

¿Por qué tiene la cara roja? —Oye, Lucy…—pero la chica le dio la espalda, alejándose a la vez que Gray se aproximaba hacia él, pasando junto a la chica. Luego de reclamos y provocaciones, Natsu vio la oportunidad de desquitarse por todo este problema que comenzó Mira, dejándose llevar hasta que grabó su objetivo— ¡Cierto! ¡No tengo tiempo para esto!—ignorando la réplica del mago de hielo, el pelirrosa busco a su amiga

Warren, sin resistirlo más, comentó su suposición sobre que Natsu parecía interesado en una chica a Macao, Wacaba y Álex, siendo escuchado por una nerviosa y roja Lucy. Encontrando a la rubia, Natsu se le aproximó, percatándose de cómo se tomaba la cabeza.

Que rara es —respirando profundamente, la miró decidida—Oye, Lucy…—la Heartfilia volteo lentamente, observándolo con cierta vergüenza y un leve sonrojo

— ¿Si?—la imagen de la rubia ante él resultó un nuevo ataque de los rugidos de Igneel en su estómago, sintiendo cómo poco a poco el valor reunido se iba

—Está noche, tengo algo importante que decirte—sin prestar atención a la reacción exageradamente sorprendida de la chica, seguidamente— ¿Podrías ir al árbol del cielo al sur del parque?

— ¿Por qué?—cerrando los ojos por un momento, Natsu sonrió y sus mejillas se cubrieron de un leve tono carmín

—Tengo algo importante que decirte—desviando el rostro, el dragón slayer cerró los ojos con una sonrisa algo avergonzada—Asegúrate de ir sola––rascándose la mejilla, intentó apaciguar sus nervios y disimular el calor de su rostro— ¡Demonios, seguro Lucy lo notará!—sintiendo una gran opresión en el pecho, pasó corriendo junto a la maga celestial sin aguantar más aquel extraño sentimiento— ¡Nos vemos luego!

Una vez que Natsu y Lucy se retiraron, la pócima de Juvia provocó estragos en el Gremio.

Mientras la maga celestial debatía entre sí ir o no, que ponerse, como peinarse y regañarse por sus acciones "ilógicas", Natsu se hallaba en una situación similar. Caminaba de un lado a otro en el interior de su casa, pensando que haría o qué diría, sin percatarse de la ausencia de su amigo alado.

¿Debo llevarle algo? ¿Darle flores? ¿Usar otra ropa? ¡Pero toda mi ropa es igual! — ¡AHHH! ¡MALDICIÓN! ¡¿PORQUE ES TAN COMPLICADO?!—dando un vistazo a la ventana, noto cómo el rojizo de la tarde se extinguía, permitiéndole a la negrura de la noche hacerse presente— ¡NO PUEDE SER! ¡ES TARDE!—el pelirrosa salió de su casa como alma que lleva el diablo, llegando agitado al parque poco antes de que anocheciera. Olfateando el aire, soltó un suspiro cansado al no detectar a su compañera— Pero, ¿qué debería hacer? Somos compañeros de equipo…además, puede que me rechace y arruine nuestra amistad…no quiero eso…quiero que estemos siempre juntos —observando el cielo adornado de las estrellas que tanto adoraba la rubia, Natsu tomó una decisión

Transcurrido un tiempo, Lucy llegó al parque, colocándose junto al árbol, parecía nerviosa y perdida en sus pensamientos.

— ¡Hola, Lucy!—con la mano en alto, el hijo de Igneel le dedicó una de sus habituales sonrisas, provocando un sobresalto en la maga celestial—Vaya, sí que está arreglada—la rubia seguía inmóvil con un leve sonrojo, sin saber qué hacer. El ruido de la pala que Natsu tomó para cavar la vuelta a la normalidad—Llegas tarde. Saca a esa sirvienta que tienes—el rostro desconcertado de Lucy era todo un poema—¿Cómo es que se llama? Esa…ah, Virgo—dio unos cuantos golpes a la tierra con la pala—La tierra aquí está dura. No podré cavar sin ese espíritu tuyo

—E-este…—sin borrar su expresión, el cuerpo de la maga comenzó a temblar levemente— ¿Y de lo importante que tenías…que decirme?—revisando que nadie estaba cerca, se acercó a ella con una expresión infantil

— ¡Escuche que aquí había un tesoro enterrado!—susurro emocionado por lo bajo mientras usaba su mano para aplacar su propia voz un poco— ¡Dicen que es un álbum de fotos vergonzosas de todos en Fairy Tail!—la expresión de Lucy empeoraba con cada palabra del chico— ¡Y que el abuelo lo escondió hace tiempo!—con una gran sonrisa, Natsu cerró los ojos— ¿Y? ¿No te parece divertido?

—Pero… ¿Y quién era la chica que te gustaba?

— ¿Eh?—tomando nuevamente la pala, trato de excavar

—Andabas diciendo "quiero verla, quiero verla"

—Ah…—sin atreverse a verla, apartó la mirada—No es que me guste o no, pero era Virgo—volvió a verla, sonriéndole—Como te dije, ¡Esperaba que pudiera cavar aquí!

— ¿Cavar?—repitió con incredulidad— ¿Cavar? ¡¿Cavar?!—rápidamente la expresión de la rubia se tornó furiosa

Un golpe seco seguido de un potente grito fue todo lo que pasó. Lucy se fue de allí corriendo mientras Natsu tenía el rostro ladeado con la mano de la rubia marcada en su mejilla.

Mientras Lucy se recriminaba por haber sido una tonta, Natsu la destruyó alejarse, colocando una mano en su mejilla golpeada.

Lo siento, Lucy, pero es mejor así —suspirando, Natsu tomó la pala y la dejo de vuelta entre otros materiales de jardinería que se encontraron ocultos por arbustos cercanos— Hasta que no sepa qué es esto, guardaré silencio —colocando una mano sobre su corazón, sonrió levemente— Además, no tengo porque preocuparme por esto tan pronto, aún queda mucho camino por recorrer —aumentando su sonrisa, alzó la cabeza, fijándose en las estrellas— Si, continuemos nuestra aventura, Lucy —acomodándose su preciada bufanda, el pelirrosa se alejará, dirigiéndose a su casa— Ya el tiempo dirá qué nos deparará

Fin... por ahora