N/A y advertencias: Hace poco me he vuelto a reenganchar al fandom de Naruto y a escribir de nuevo. Y pensé en que antes me gustaba escribir algunos retos. Como se acerca San Valentin y no he encontrado ningún reto me propuse yo misma uno. Drabbles con algunas palabras típicas y tópicos de este día. La pareja conmigo no hay novedades SasuNaruSasu (muy suave). Así que si no te gusta seguro que hay otros fics mejores. Si decides continuar, aquí van.

1. SAN VALENTIN: CHOCOLATE

A esas alturas debería saberlo todo el mundo. A Uchiha Sasuke no le gustaban los dulces. Y el chocolate aún menos. Pero ese año como todos los anteriores al llegar el 14 de febrero le habían inundado el pupitre con cajas de todo tipo de chocolates. Blanco, con leche, con frutos secos, amargo… Estaba hasta las narices del día, de los suspiros a sus espaldas y de los sonrojos.

Así que decidió que lo mejor era quedarse en el patio trasero de la academia donde nadie pudiera perseguirle o acosarle o invitarle a lo que sea que supusieran que le gustara. Muy a su pesar tuvo que cargar a la salida con todos aquellos dulces que Iruka sensei le había obligado a llevarse "no podemos dejarlos aquí Sasuke, llévatelos a casa o compártelos con alguien".

Al único que conocía que le gustaba el dulce era a su hermano Itachi. Genial. Acordarse de su hermano, como si el día no fuera lo suficientemente malo. Se resguardó en una de las esquinas del patio, parcialmente tapado por una columna donde se recargó hasta que todos se alejaran y entonces volvería, tranquilo y en paz a su casa. Y mañana, 15 de febrero, ya seria otro día, un día mejor.

Estaba tan preocupado por pasar desapercibido que no lo notó hasta un rato después. Aquel niño rubio, Uzumaki Naruto, practicando unos sellos con sus manos. Una y otra vez. No había duda, eran los sellos para el jutsu Kage Bunshin que Iruka les había avanzado que sería una de las pruebas finales para graduarse como gennin. Era una técnica que requería una gran concentración, algo de lo que aquel rubio tonto carecía. Se había fijado en clase, siempre armando escándalo, siempre ruidoso, siempre llamando la atención. Seguro que no lo conseguiría.

Decidió quedarse un rato allí sentado a ver el espectáculo. Había que reconocerle al chico que era obstinado. Tras varios intentos sin resultado y otros tantos con copias que no se parecían en nada al original el rubio cayó exhausto al suelo levantando una nube de polvo que el viento arrastró hasta el moreno haciéndole estornudar.

Naruto se giró buscando el origen de aquel ruido encontrando enseguida a su acosador.

-¿Qué haces ahí?

-Es el patio de la escuela, no creo que sea de tu propiedad.

Naruto bufó. Siempre era igual con aquel chico. Ya se había fijado antes en él, incluso antes de entrar en la escuela. Siempre orgulloso, prepotente y solo. Tan solo como él. Eso le había hecho pensar en una posibilidad que deshechó tras cruzar sus primeras palabras.

-Como sea. Yo ya me iba- comenzó a incorporarse pero no había medido su agotamiento.

-No creo que puedas.

Lo que faltaba. Que aquel chico paliducho le dijera lo que podía o no podía hacer. Naruto se levantó algo mareado. Había salido corriendo de clase sin siquiera coger la comida. En parte enfadado por no conseguir aquella técnica como sus compañeros, en parte arrinconado por sentirse aún más solo en aquella tontería de día.

-Cuidado usuratonkachi.

Sasuke lo cogió antes de que volviera a golpear al suelo.

-Déjame, estoy bien.

Naruto se apartó bruscamente hasta romper el contacto cuando su estómago lo traicionó.

-¿No has comido?

El rubio solo estiró los ojos enfadados ante la pregunta acusatoria pero los abrió de par en par cuando vio como el moreno abría su mochila y le tendía una caja de chocolates.

-Ten o te desmayaras y tendré que cargarte hasta tu casa.

A pesar de las palabras desagradables el rubio devoró los chocolates, esa caja y las siguientes que le ofreció el moreno durante lo que quedaba de tarde, que le llenaron el estómago y el corazón de una calidez dulce y expansiva. Naruto solo dijo un gracias a regañadientes, más por la compañía que por la comida, aunque eso no se lo dijera jamás a Sasuke. Ni Sasuke a él.