Quiero dejar en claro que esta obra de Stardew Valley me he tomado las molestias de agarrar y poder hacer un cambio de géneros de los personajes disponibles para poder casarse con ellos. Es decir, los solteros del juego ahora son solteras y las solteras del juego ahora son solteros, para hacer el resumen de esta obra. Algunas cosas cambian ahora, otras cosas no. Me he tomado el trabajo de hacer, más o menos, una historia de cada personaje, elaborar un poco más las líneas de diálogos y los eventos que nos dan cada personaje del mismo juego ya que, la verdad que hay para hacer muchas cosas.
Previamente he subido cosas de este juego, nunca terminé de estar muy seguro y mi inseguridad de no ser decente atacaba y bueno, las borraba a la mierda. No será el caso, eso espero. He puesto mucho amor en este trabajo, en este fanfic y espero que ustedes también puedan apreciarlo tanto como yo escribirlo... y si no, bueno, gracias por la lectura.
Desde ya, muchas gracias, excelente día/tarde/noche y disfruta del prólogo.
Prólogo
Despedir a un familiar…
Nadie en la vida dijo que esto fuese fácil, más si ese familiar al cual vas a despedir… no es que se va a otro lugar… bueno, técnicamente sí que se va a ir a otro lugar, pero no a otra ciudad, otro pueblo, otro país, no, para nada. Nos referimos a una persona que no está muy lejos de ascender entre los espíritus, ascender a una mejor vida, a eso nos estamos refiriendo precisamente hablando.
Un hombre mayor, un anciano, reposaba en una cama que en sus años de mozo, era un hombre bastante vigoroso y listo para las aventuras que les esperaba o eso uno puede entender que, encima de una chimenea que estaba encendida con un cálido fuego, se encontraba una espada colgando así como varios cuadros con unas personas, una mujer junto con su esposo con hermosas sonrisas así también otro cuadro donde sale con otros dos hombre frente a un edificio de madera y con lo que eran espadas, misma espada que está ahora colgada.
También… ¿había un juguete verde?
—… y para mi nieto…
Un pequeño niño de 6 años de edad entonces, tras escuchar esto y ser reprendido por su padre que le estaba diciendo que el abuelo le estaba hablando, miró a su dirección y se acercó hasta éste que estaba recostado, sentado ahora mismo en lo que entregaba a este niño que hace minutos atrás estaba mirando los cuadros, la espada, ese extraño juguete y algunas cosas más una carta.
El niño en cuestión entonces estaba por abrir la misma, pero el anciano, el abuelo de este muchacho, le tomó con ambas manos.
—No, no, no, no lo abras ahora —ahora dicho. No había un tono de regaño, no. Su tono de voz era algo rechoncha y tierna. Acarició las manos de este niño que levantó su mirada para verle—. No es el momento para que abras la carta, nieto mío.
—¿No?
—No, no lo es
—¿Por qué no, abuelo?
—…
Este entonces soltó las manos del niño que seguía con la carta en sus pequeñas manos. Seguía mirando a su abuelo con curiosidad por esto que dijo. Quería ver qué había dentro de esto, quería ver si había algo interesante…
Un niño de 6 años de edad mucho no entiende de las cosas, por lo que el nieto realmente quería abrir la carta… pero quería escuchar a su abuelo, un abuelo que estaba todavía callado, mirando profundamente al pequeño.
—… —soltó un pequeño suspiro—. Un día… un día… un día…
—¿Papá?
—¿Abuelo?
—Llegará el momento donde creas que todo lo que te rodea es agobiante, es pesado, es molesto, es extremadamente estresante para ti —miraba a la nada misma. Tanto su hijo como su nieto le miraban en silencio—. …llegará ese fatídico día donde realmente quieras abandonar todo y empezar de vuelta, empezar una nueva vida, querido nieto mío… —para entonces, ahora sí proceder a mirarle—, cuando llegue aquel día donde realmente te sientas que ya no encajas en donde estás, cuando llegue el día que quieras darle un nuevo sentido a tu vida, cuando llegue el día… cuando ese día… ese día que quieras realmente comenzar de nuevo… ahí mismo, abre la carta que te he entregado, nieto querido…
—Abuelo…
—Sólo entonces, podrás abrir la carta… hasta entonces, por favor, no la abres en ningún momento… ¿Entiendes esto?
—Yo… —y el pequeño asentía varias veces—. Yo… entiendo abuelo…
—Deja que guarde la carta para ti, hijo —decía el padre mientras su hijo entregaba la misma. Se la quedó mirando. Su padre no diría cosas así por decirlas. Lo miraba a su padre que parecía ahora un tanto distante—. ¿Padre?
—Espero que cuides muy bien a mi nieto —decía ahora entre risas—, tal parece que tiene un futuro muy prometedor…
—E-eso… eso creo…
—Y espero que tú puedas seguir adelante pese a todo lo que ha pasado, hijo mío —bajó la cabeza de tan solo pensar la mera idea de haber perdido no solo a su mujer en el parto sino también al mismo bebé que daba a luz—. Todo estará bien…
—P-pero, papá… tú…
—No te preocupes por mí —sonreía el anciano—, estaré bien, hijo. Procura cuidar a tu hijo…
—Yo… —su padre también estaba en las últimas. Desconoce si realmente podrá vivir mucho más… pero debe ser optimista y aprovecharlo en todo momento. Asintió levemente, todavía con la mera idea de perder ahora también a su padre—, sí, papá. Lo haré.
—Muy bien —decía el anciano. Ahora mismo, ya se acomodaba mucho mejor en la cama, recostándose mientras veía tanto a su hijo como su nieto—. Ahora, hijo, nieto querido mío, por favor, dejen descansar a este hombre anciano un poco ¿sí? —decía—. Luego haré de comer algo genial, se los aseguro. Es una comida que tú hijo adorabas cuando eras adolescente…
—¿En serio? —había tantas cosas que comió que hizo su padre y su madre que no recuerda muy bien. Aun así, de hacer alguna de esas cosas, ya era suficiente—. ¿Escuchaste eso hijo? El abuelo hará seguramente un excelente plato de comida. Debes de probarlo…
El padre entonces se llevaba a su hijo fuera del cuarto del anciano, que era su padre, para explicarle a su hijo tales comidas y de paso dejar que el anciano descanse junto a la chimenea en paz para descansar.
—…
Esperaba que tanto su hijo como su nieto, este hombre anciano, tuvieran una excelente vida cuando a él le toque irse al más allá, sonriendo como un tonto ahora porque no puede creer que realmente él se vaya antes que ese amigo suyo de aquel pueblo que era el alcalde, mucho más también aquellos muchachos de la foto donde estaban con las espadas y demás…
Aunque la vida es injusta, esperaba que su nieto tuviera una excelente vida…
XX años después…
Joja Corporation
Joja.
No hay muchas palabras para describir a esta empresa.
Simplemente, esta empresa es una de las más grandes que pueden haber en varios países, teniendo tanto éxito, cuestionable a veces, a nivel nacional como internacional. Una empresa que en donde pone el ojo, pone la bala. Si ve un lugar con potencial, no dudarán en colocarse allí y buscar toda ganancia posible.
Varios países se han beneficiado por las intervenciones de las empresas de Jojas en sus países, en algunas zonas estratégicas así como también muchos otros se han quejado de la explotación laboral de los mismos, la gran cantidad de contaminación que estos generan así como otros detalles que por temas legales, no podemos revelar. Es más, el autor de describirlas, puede que tenga problemas y sea detenido.
En un gran edificio con el nombre de dicha empresa encima, el mejor/peor trabajo que uno puede tener, es el de oficinista. El suelo es relativamente bueno… si es que eres capaz de poder aguantar la gran cantidad de carga laboral que los altos ejecutivos, donde miraban desde sus oficinas especiales, daban a sus trabajadores que estaban en sus cubículos, trabajando a toda hora y teniendo muy poco tiempo como para poder descansar.
Joja. Tu sonrisa del mañana
Esa frase era lo que algunos trabajadores en sus cubículos observaban al levantar sus cabezas, algunos pudiendo realmente sentir ese mensaje que transmite la empresa misma a lo que otros, literalmente no pueden importarle menos la misma y el amor a dicha empresa, siendo un trabajo más y queriendo terminar dicho trabajo para llegar a sus casas y poder descansar de estas largas jornadas laborales tan deprimentes.
Si uno ve cada cubículo donde hay un trabajador, se puede notar claramente que en algunos de ellos faltaban personas.
En los mismos, habían carteles que decían "Despedido" lo que, bueno, da a entender que esos cubículos estaban no en muy buenas condiciones debido a que las personas que lo usaban fueron despedidas por el famoso "Recorte Laboral" lo que puede pasarle a cualquiera en esta vida.
Había cada historia de las personas de allí, pero eso no es a lo que vinimos aquí.
En uno de esos cubículos, había un muchacho que estaba llegando al límite de lo que podía aguantar de este trabajo. Un muchacho, que estaba cerca de los 30 años de edad, que estaba a nada de quebrar. Quebrar en el sentido que su paciencia llegó al límite. Su límite de aguantar un trato tan nefasto como ofrece Joja, que muchos aguantan por la paga, estaba a nada de romperse y estaba casi a nada de matar a uno de sus superiores. Sus manos temblaban, demasiado. El estrés que estaba sufriendo en estos momentos era tanto al punto que ese hermoso cabello suyo ya se notaba un color blanco así como arrugas que una persona a dicha edad no tendría. Este trabajo ya llegó un punto de chuparle la juventud que realmente ya no puede más.
—…
Se contuvo.
Estaba a nada de explotar, pero se contuvo. Las venas en su cuello se podría notar de lejos, como si fuese realmente una bomba a punto de explotar. El pobre se iba a morir, pero al menos terminaría el sufrimiento de este trabajo que estaba teniendo.
"Cuando llegue aquel día… aquel día donde sientas que todo lo que te rodea no sea real, querido nieto… ahí mismo, abre la carta…"
Estuvo unos minutos en silencio, tratando de calmarse un poco hasta que recordó aquellas palabras de su abuelo le había dicho hace tantos años atrás sobre el contenido de la carta, la misma que tiene en su cubículo y que nunca dudó en abrirla. Esta carta siempre la tuvo con él, más cuando fue creciendo y entendiendo, no del todo, las palabras de su abuelo en aquel entonces… hasta ahora.
Ahora mismo, esas palabras de su abuelo… las recordó y se sentía de esa manera. Por lo tanto, no dudó en abrir uno de los cajones de su escritorio donde ahí mismo estaba la carta de su abuelo. Parecía todavía tan nueva, como si se la hubiesen dado ayer.
Este muchacho, que era el niño que recibió la carta de su abuelo y que extrañaba porque no mucho después de aquella noche pasó a mejor vida, entonces tomó la misma y abrió dicha carta.
Habían varios papeles en la misma. Unos papeles unos tantos extraños, papeles sobre la adquisición de unas posibles tierras, según entiende él mismo. Una… ¿granja?
—¿Qué es esto? —se dignó a preguntar, mirando tales papeles. Sí, entiende de este tema. Realmente eran los papeles sobre la propiedad de una tierra, una granja al parecer—. Una granja… —murmuraba—. ¿Mi abuelo me está regalando una granja? —curioso puesto que en su mente ahora mismo venían aquellos "memes" sobre el pelearse por los terrenos del abuelo—. … —y entre los papeles, notó uno más. Notó una carta—. …¿qué…?
"Nieto querido, para cuando leas esto, seguramente habré pasado a mejor vida…"
Ya leer eso… tal parece que en serio su abuelo prevenía aquello. La carta seguía, leyendo más atento todo.
"… estoy muy seguro que cuando abras la carta, te habrás dado cuenta que has llegado a tu límite. También me pasó a mí cuando tuve esa vida en la ciudad. Llegué al punto de no poder distinguir la realidad que me rodeaba. Todo era falso, todo era artificial, sentía que nada de lo que me rodeaba existía. Sentí que perdí una conexión especial con la naturaleza, algo que la ciudad no tiene para nada… por eso, dejé todo atrás y comencé una nueva vida en un hermoso lugar en las montañas, Pueblo Pelícano…
Por lo tanto, nieto querido, aparte de esta carta, te dejé adjuntada los papeles de lo que antes fue mi más gran orgullo, una granja, algo que seguramente te dará aquello que yo en su momento no tuve. Espero que mi regalo sea de tu agrado, nieto.
Por favor, cuídate ¿sí? Espero que en serio puedas darle un giro a tu vida y seas feliz, feliz de verdad. Te quiero y amo mucho, nieto…
PD: Si ves a Evelyn, George, Marlon, Gil, a la hermosa Marnie y sobre todo a ese vejestorio de Lewis, dile hola de mi parte ¿puedes?"
Gotas cayeron encima de la carta que su abuelo le había dado.
No… no puede creer lo que había leído, realmente.
A veces su padre le contaba, ya como recuerdo puesto que había perecido, que el abuelo a veces era como mágico, que podía ver y decir cosas que otros no podían, que a veces podía adivinar lo que el otro podría estar pensando. Era un hombre muy especial… y eso lo ve ahora mismo, se da cuenta que en serio su abuelo era alguien asombroso…
Para realmente poder darse cuenta que ahora mismo estaría atravesando por unos grandes problemas, el no poder sentir que lo que le rodea es real, perder esa conexión con la naturaleza… se limpiaba las lágrimas entonces con una sonrisa, agradeciendo a su abuelo desde lo más profundo de su corazón esto que ha hecho…
Tiempo después…
Renunció a ese trabajo… y fue como recuperar años y años de vida.
Al contar con todo esto, ya ahora mismo encima de un autobús que parece ir en destino al lugar que su abuelo había escrito en la carta, ya no necesitaba seguir allí en ese trabajo basura. Realmente se notaba en su rostro y cuerpo que había como rejuvenecido por ese trabajo. Era como sentirse un chico de 20 años… aunque no los tiene… y desearía tener.
Como se ha dicho, estaba en un autobús, mirando al horizonte, sentado y con un bolso a su costado con ropas y otras cosas, observando la enorme cantidad de verde de esta zona, algo que con ver, juraba que no se cansaba. El viaje era en serio largo, llevaba casi 2 horas sentado, no se cansaba de ver tanto verde. Tanta vida… nada comparable a la enorme ciudad donde estaba viviendo.
Flashback
—¿De verdad? ¿Estás seguro de hacer esto, hijo?
—Sí, papá. El abuelo lo hubiese querido de esta manera…
—Pero, ¿de verdad dejarás todo atrás?
—No, no dejaré todo atrás… yo… no, no sé. La verdad… es que todo este trabajo de Joja y demás… ya no podía tolerarlo. En serio papá, realmente sentía que me iba a morir si seguía trabajando allí… tienes que entenderlo…
—… hijo…
—Yo… no sé si logras entender esto papá, pero, realmente esto es una gran oportunidad de oro, algo para poder empezar de 0, poder… no tener la vida que venía teniendo hasta ahora… además, estoy seguro que podré hacer de ese lugar aquel que alguna vez tú me contaste ¿no?
—… no es por eso, hijo. No haces esto por mí…
—… no
—Quiero que sepas, como tu madre…
—No es mi madre…
—Hijo, lo sé. Pero te ha cuidado y casi criado como una…
—…
—Escucha. Ambos, y tu hermana, tenemos dudas sobre esto… pero realmente quiero que sepas que pese a las dudas que tengamos y que sintamos que tu decisión no fue buena en dejar tu trabajo y ya prepárate para irte… te apoyamos…
—… ¿de verdad?
—Sí. Como has dicho, papá lo hubiese querido de esa manera… siempre veía algo en ti… no decepciones su legado… ¿quieres?
—No, no lo haré…
Fin Flashback
Las palabras de su padre…
En sus manos estaban los papeles de la propiedad que tenía en sus manos, a su nombre, todo. Los papeles de la granja que su abuelo tenía en este lugar, además de la carta que no puede dejar de leerla por más que ya se sepa de memoria hasta el sentimiento dentro de ella.
—Abuelo… —en eso que murmuraba, levantaba su cabeza para ver fuera de la ventana del bus y poder ver un cartel que decía "Pueblo Pelícano, 0.8km" lo que le hizo sentirse un tanto emocionado y nervioso—. Nueva vida… ¿eh?
Entonces, tras unos cuantos minutos, había llegado a su parada.
Con los papeles en mano y bajando con el bolso colgando de uno de sus hombros, bajó lentamente en lo que lo primero que hizo fue respirar ese aire tan puro y fresco que nunca podrías conseguir en la ciudad, por más que vendas tu alma al diablo. Era… era un hermoso olor, uno casi perfecto y que su cuerpo parecía pedir.
Además, la belleza de este lugar… y apenas había bajado del autobús… era sencillamente hermosa.
Pero, sus pensamientos fueron apartados un poco debido a que una mujer de pelo naranja le llamó la atención.
—¡Ey! ¡Hola! Tú debes ser la persona que el alcalde Lewis ha dicho —decía la misma con una gran sonrisa a lo que respondió dicho saludo asintiendo levemente porque… siendo sincero, estaba un tanto sorprendido por las vistas y por lo linda que era esa mujer—. Yo soy Robin, la carpintera. ¡Bienvenido a Pueblo Pelícano!
Sí… por fin… por fin había llegado a lo que sería su nueva vida…
