Disclaimer: Los personajes de «Ranma 1/2» pertenecen exclusivamente a Rumiko Takahashi.

Aclaración: Este One-Shot participa en la #Dinámica_del_amor organizada por la página en Facebook Mundo Fanfic InuYasha y Ranma.

Fanart: La imagen de portada pertenece a la talentosa artista, RowenStar.

Inspiración: «Tu primera vez», Héctor Acosta "El Torito".


Dedicado con todo mi amor, a mi querida amiga, RowenStar


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Tu primera vez


El viaje de aniversario que planeó como regalo, estaba saliendo mejor de lo esperado.

Ranma había invitado a Akane a pasar un fin de semana lejos del estrés de la ciudad y del caos constante que mantenía su entrometida familia. Por ello, Saotome reservó un fin de semana, en unas tranquilas aguas termales.

El sitio era maravilloso; rodeado por grandes montañas y espectaculares paisajes. Un lugar perfecto para perderse en compañía del ser amado.

—Akane, ¿te gusta la cabaña? —inquirió, abrazándola por la cintura; mientras dejaba descansar la barbilla sobre su hombro—. Espero sea de tu agrado. Elegí esta porque tiene una fuente termal privada.

—Es hermosa, muchas gracias —musitó, perdida en la majestuosidad que estaba admirando. Definitivamente, su novio se lució con el regalo que le dio—. Esto debió costarte una fortuna. No te hubieras molestado.

—Para nada, no fue costoso —mintió para no preocuparla. Era verdad que alquilar una choza en ese lugar no era nada económico, pero él había ahorrado cada centavo desde que iniciaron su relación; para poder echar la casa por la ventana cuando cumplieran un año. Además, su novia valía eso y más. Por lo tanto, deseaba agasajarla—. Ya que reservé cuando hubo promoción.

—Ranma, no tienes que gastar tu dinero en mí —le dijo, llevando su mano a la mejilla de su novio—. Tú sabes que lo más importante es estar juntos, sin importar el lugar. Por favor, cuando sea así, dime. Así podremos dividir los gastos.

—Pero Akane, quiero ser yo el que-

La chica no lo dejó continuar, pues ladeó su cabeza para darle un tierno beso en los labios. Gesto con el que agradeció todo su amor. Ella estaba feliz por el obsequio, eso no lo iba a negar; sin embargo, no pudo dejar de pensar que su novio había gastado todos sus ahorros en ese viaje.

Ranma era más de lo que algún día imaginó; pues nunca creyó que detrás de ese chico rudo que peleaba por cada circunstancia, se encontraría un ser humano noble y considerado. Capaz de darlo todo por el ser que más amaba.

Tendō lo acarició con dulzura; echando la cabeza hacia atrás para acunarla en su pecho. El corazón de Saotome palpitó, y ella se reconfortó. Escucharlo latir con rapidez, le recordó cuánto adoraba estar protegida entre sus brazos.

—Prométeme que la próxima vez, nos dividiremos los gastos —espetó, embriagándose con su aroma—. Ranma, somos una pareja. Entre los dos debemos apoyarnos.

—Está bien, lo prometo —masculló, estrechándola con fuerza sobre su torso—. Ven, te llevaré a conocer el resto de la cabaña.

Ranma le dio un pequeño beso en la frente a su novia, antes de soltarla. Luego la tomó de la mano para mostrarle cada rincón de la posada.

Tendō estaba impactada; pues, a pesar de ser una propiedad rústica, estaba muy bien equipada.

La cocina, el comedor y la sala estaban perfectamente amuebladas. La chimenea brindaba calor a la morada. Un pequeño jardín los rodeaba, en el que se encontraba la fuente de agua termal que les acompañaba.

¡Preciosa! ¡Definitivamente, la cabaña era hermosa! Era un pequeño espacio acogedor que los albergaría por todo el fin de semana.

Sin embargo, una única cosa preocupaba a la chica.

»—Akane, perdona. Esta cabaña solamente tiene una habitación —develó, abriendo la puerta de la alcoba—. No obstante, no tienes nada de qué preocuparte. Yo dormiré en el sofá y tú en la cama.

—No, Ranma. Será incómodo para ti —esbozó, observando el sillón que yacía en la habitación—. Mejor tú te quedas en la cama y yo en el sofá —sonrió con ternura—. Es lo justo. Además, yo soy muchísimo más pequeña que tú.

—¡De ninguna manera! ¡Me niego! —sentenció, frunciendo el ceño. Bajo ninguna circunstancia permitiría esa barbaridad. Sobre todo, porque su novia debía descansar como una reina—. Akane, tú dormirás en la cama. Fin de la discusión.

—Entendido, pero tú también puedes dormir ahí —musitó, bajando la mirada. Le daba vergüenza imaginarlos compartiendo el lecho, pero esta situación sería pasajera. Además, se suponía que si su relación seguía avanzando, algún día realmente compartirían la cama. Entonces, ¿qué había de malo si la compartían por el fin de semana? Si solamente iban a dormir, ¿cierto?—. La cama es inmensa. Cabemos los dos.

—¿Estás segura?

Ranma la vio con seriedad, analizando su lenguaje corporal; el cual le diría si en verdad no estaba incomoda con la propuesta que acababa de hacerle.

Él sería el más feliz de dormir a su lado, pues llevaba mucho tiempo imaginando cómo sería ese momento. Pensando en que la acunaría contra su pecho, mientras la besaba con pasión. Él velaría su sueño, contemplándola con devoción.

Sin embargo, no la forzaría a nada; mucho menos a compartir el lecho. Él, siempre la había respetado, y había jurado que no harían nada para lo que ella no estuviese preparada.

La amaba, la amaba más que a nada. Por eso, esperaría el tiempo que fuese necesario, hasta que, ella decidiera entregarse al calor de sus brazos.

—Sí, lo estoy —musitó con seguridad. Sonriéndole, genuinamente.

—Te amo, Akane. —La tomó de la mano para besar su dorso—. Te prometo que este viaje será inolvidable.

—Lo será, de eso no tengo ninguna duda —espetó—. Ahora, ¿qué dices si salimos a caminar? Quiero conocer el lugar.

—Por supuesto, vamos.

La pareja salió de la posada para adentrarse en el bosque. Había tanto por recorrer y casi nada de tiempo para perder.

Los dos eran amantes de la naturaleza; así que, aprovecharían para admirar toda la vegetación que los rodeaba. Escalando montañas; descansando bajo la sombra de un frondoso árbol y, por qué no, jugueteando con uno que otro animalito que saliera a su paso.


La pareja pasó una tarde inolvidable conociendo cada rincón de la reserva en donde estaban hospedados.

Ranma había llevado a su novia a explorar la flora y fauna, pues Akane era amante de la naturaleza. El chico la ayudó a escalar un peñasco, en el que se encontraba un mirador. Desde allí, pudieron observar todo el panorama; deleitándose con la majestuosidad que los engalanaba.

Definitivamente, había tomado la mejor decisión al llevarla a conocer ese precioso lugar.

Los novios apreciaron en silencio la puesta del sol, tomados de la mano; mientras se perdían en su amor. Un amor que irradiaba como los bellos tonos dorados que deslumbraba el sol.

—Esto es hermoso —musitó Saotome, hipnotizado por el espectáculo.

—Lo es. Por supuesto que lo es —afirmó Akane, afianzando el contacto de la mano de su novio—. Muchas gracias, Ranma.

—¿Eh? ¿Por qué? —inquirió, incrédulo. El joven desvió la mirada y la llevó a los orbes de su amada. Su mirada brillaba, exaltando sus bellos rasgos.

—Por traerme a este lugar tan precioso —confesó, poniéndose en puntas para besarlo en los labios—. Te amo, Ranma.

—También te amo, Akane.

Saotome la abrazó con fuerza por la espalda, acunándola en su pecho. El momento que estaban compartiendo era perfecto; así que, deseó que fuese eterno.

Eterno como ese amor que se estaban profesando.


La cena fue deliciosa. Había sido una increíble velada romántica con velas y pétalos de rosas incorporados.

La pareja comió en un hermoso jardín, acompañados únicamente por la luna. Brillo que los deslumbró y les recordó lo grande que era su amor.

—¡Qué día! Todo ha sido perfecto, ¿verdad, Akane? —inquirió Saotome, sentado en la orilla de la cama. Mientras su novia se ponía la ropa de dormir en el baño.

—Sí, todo fue maravilloso —espetó la joven, desde el interior del servicio—. Muchas gracias, Ranma.

—Ya no me agradezcas, por favor —pidió, dejándose caer sobre el colchón, con los brazos atrás del cuello. Su única intención era verla feliz—. Solamente quería que celebráramos en grande nuestro aniversario. Además, me encanta verte sonreír.

—Ranma, yo también tengo un regalo para ti por nuestro aniversario —expuso, sin salir del baño—. Pero no estoy segura si te va a gustar.

—¡En serio! ¡¿Y qué es?! —Ranma se emocionó. Parecía un chiquillo que esperaba el obsequio de Navidad—. Dime, Akane, ¿qué me vas a regalar?

—Esto —musitó, luego de salir del tocador—, esto será tu regalo —susurró en su oído—. Espero sea de tu agrado.

—A-Akane, t-tú estás, ¿se-segura? —balbuceó, pues lo que observó le cortó la respiración—. Eres hermosa.

Tendō estaba de pie, parada frente a su amado, con un pequeño camisón de seda blanca. Se veía exquisita, como toda una diosa. Akane era una ninfa celestial que había llegado a condenarlo.

Ranma estaba hipnotizado, con la mirada empañada; ya que no quiso ni parpadear para no perder de vista a la sensual mujer que tenía delante de sus pupilas. Su imagen era más de lo que alguna vez hubiese soñado.

—Ranma, quiero estar entre tus brazos —le dijo, acariciándole con ternura la mejilla; mientras se sentaba a su lado.

—¿Estás segura, Akane? —Volvió a preguntar. Él no quería que ella sintiera ningún tipo de presión. Es más, él la podría esperar el tiempo que fuese necesario. No obstante, no podía evitar desearla cada día más; sobre todo, teniéndolo vestida así, en su lecho—. Sabes que te amo y te respeto. Por lo tanto, no quiero que te sientas obligada a hacer algo que no deseas.

—Ranma, mírame, por favor. —Tendō lo tomó por las mejillas, acercando su rostro, hasta quedar a escasos centímetros de sus labios—: Tú no me estás obligando a nada. Soy yo la que deseo entregarme al calor de tus brazos. Por favor, Ranma; hazme el amor.

Saotome la jaló por la cintura, pegando su cuerpo al suyo; mientras la besaba con desesperación. Ella se perdió en la posesividad de sus besos, intensificando la unión con su lengua, explorando la boca ajena. El néctar de sus labios se mezcló con la calidez de su encuentro, provocando en ellos una excitación sin precedente.

Esa noche, los dos, harían el amor por primera vez.

Ranma recostó a su novia en el lecho, besándola delicadamente. Sus labios recorrieron su cuerpo; dejando esparcida la marca de sus besos. Akane gimoteó desesperada; cuando sintió el escalofrío que pasó por las terminaciones de su piel. La sensación fue placentera, pues despertó un hormigueo debajo de su ombligo.

Sus cuerpos estaban listos para la fiesta que estaba por iniciar.

Saotome, lentamente, fue quitándole las prendas; mientras admiraba su preciosa silueta. Akane era perfecta. El joven se despojó de su ropa, ante la atenta mirada de su novia; quien apreciaba con asombro su desnudez. Para ambos era la primera vez que se veían como Dios los trajo al mundo. Así que, la curiosidad era inmensa. No obstante, el amor que se tenían, iba más allá de un deseo carnal. Este era un deseo del alma.

Un alma que al entregarse, se fundiría en una sola carne.

Ranma volvió a besar a su novia, mientras las yemas de sus dedos recorrieron su tersa piel. Poco a poco, fue bajando con sus besos, explorando a plenitud cada rincón de su cuerpo. Akane acarició la espalda de su novio, guiándolo con sus manos, indicándole dónde debía detenerse para que ella pudiese sentirse en el cielo.

Un paraíso que sería conquistado por ambos al mismo tiempo.

Saotome lamió las aureolas de su novia, perdiéndose en su sabor. El aroma a excitación lo enloqueció, haciendo que despertara en él un instinto depredador. Sin embargo, recordó que para los dos era su primera vez; así que, debía acariciarla con amor.

Lentamente, fue masajeando la feminidad de su amada; muy despacio para no lastimarla. Poco a poco, ese delicado espacio se fue humectando; impregnando sus dedos con los deliciosos fluidos de su novia.

Ranma dejó de besar sus senos; abriéndole las piernas para meterse en ellas. Con ternura, la observó. Perdiéndose en el maravilloso brillo que desprendió su mirada. El joven suspiró, pues el momento que tanto esperó, por fin, llegó. En pocos instantes estaría explorando su cielo. Metido en la profundidad de sus lares.

Anclando su barco en el puerto de su cuerpo.

Saotome se fue introduciendo con pausa. Empujando su miembro con calma para no dañarla. Tendō se aferró a su espalda, mientras sus ojos se cerraban. Era una mezcla de dolor y satisfacción la que estaba experimentando.

El joven la observó, clavando los ojos en su mirada. Ella, instintivamente, abrió los parpados, comprendiendo lo que sus orbes querían expresarle; así que, asintió. Dándole la autorización que tanto esperó.

Ranma se sujetó de la sábana y con fuerza se enterró en su amada. Robándole la prueba de pureza que con tanto recelo resguardaba. Su niña, ya no era una niña.

Akane se convirtió en mujer. En su mujer.

Tendō clavó las uñas en su espalda cuando su novio la penetró. Él la besó con ternura. Esperando a que ella se acostumbrara a su intromisión. La joven se relajó y lentamente se balanceó. El vaivén comenzó, llenándolos a los dos de amor y pasión.

Una pasión que se intensificó con cada estocada. Los dos estaban perdidos, extasiados por todos los sentidos.

Akane, gimió; echando la cabeza hacia atrás cuando el orgasmo la alcanzó. Apretando las paredes de su cavidad por los espasmos que sintió. Ranma, no lo soportó; así que, se liberó, expulsando todo su ser en el cielo de su mujer.

Los dos tocaron el firmamento con ambas manos.

»—Feliz aniversario, mi amor —susurró Akane, acariciando el sedoso cabello de su novio.

—Feliz aniversario, Akane. Gracias por este invaluable tesoro. Te amo.

La pareja se besó a plenitud, demostrándose su amor. Mientras resguardaban en sus memorias todo lo que sucedió. Tatuándose en el corazón, lo que ya se habían tatuado en la piel.

Fin.


¡Hola!

¿Cómo están?

¡Feliz día del amor y la amistad! Deseo que esta feccha la pasen de lo mejor con quien o quienes les llenen el corazón.

Deseo mucho que este escrito lleno de amor, les haya gustado. Por cierto, aprovecharé este espacio para aclarar algo que me "sugirieron" en otra de mis historias de este fandom. Quiero decirle, directamente, a esa persona que se tomó el tiempo de comentarme "anónimamente" que yo escribo solo romance, así lo mezcle con otros géneros. No obstante, tengo diferentes tramas para todas mis historias; por lo tanto, no necesito ir a leer a otras autoras para saber cómo manejar a mis personajes. Porque; aunque son prestados, en este momento son míos, pues la obra completa salió de mi cabeza. Así que, si quiero que sean una pera en dulce, lo serán. ¡Faltaba más! Además, me he leído muchas veces el manga; así que, no necesito que me recomiendes nada. ¡Gracias!

Ahora si, luego de los anuncios parroquiales. Quería agradecer a las chicas de la página MFIYR el que siempre me tomen en cuenta para todas sus actividades. Las quiero con la vida. Muchas gracias por todo.

Además, de todo corazón, quería desearte un muy feliz día del cariño, amiga. Espero esta sorpresa te haya gustado. Gracias por darme el honor de inspirarme en tu arte cada vez que deseo escribir para el fandom de Ranma. Lo valoro y aprecio muchísimo. Te quiero con el alma, RowenStar.

Les dejaré el enlace de la página de RowenStar en mi página para que vaya a seguir su arte. Estoy segura que les va a encantar.

Nos leemos pronto.

Con amor.

GabyJA