Avatar: La Leyenda de Aang no me pertenece.


Pensé que lloraría,

pero no fue así.

Ocho meses han pasado,

y ni cuenta me dí.

Hasta el día de hoy,

que Sokka vino a la casa.

¿Recuerdas a la señora Zhu, mi amor?

Ayer regresó.

Hace un año viajo al sur

a cuidar a su hermana enferma.

Fue hasta un pueblo lejano,

en una isla, atrapado.

Ignorante del resto del mundo,

no se enteró de la noticia.

Preguntó por ti,

y Sokka le contó lo que sucedió.

Ella se sorprendió,

¡con razón no te había visto!

Sin falta, todos los días,

un kilo de tofu dulce te dio.

Y es que siempre te encantó

el tofu dulce que vendía.

El sazón del Monje Gyatso,

decías que tenía.

Y fue ella quién me recordó,

cuánto tiempo ha pasado.

Cuando me imaginé este día,

creí que yo ya no estaría.

Pensé que no podría seguir sin ti,

el dolor me consumía por dentro.

Por semanas lloré,

y la tristeza fue mi compañera fiel.

Pero un día me cansé,

las lágrimas se secaron,

los gritos callaron,

y yo me levanté.

Fue ahí,

cuando recordé la promesa que te dí.

Por un momento te odié.

¿Por qué me dejaste así?

Toda una vida juntos,

y ahora me obligas a vivir sin ti.

Sin embargo, aquí estoy,

riendo y cantando.

Me dijiste que yo era alguien antes de conocerte,

y que querías que encontrara,

quién realmente soy.

Me enoje contigo,

pero tuve que enfrentarme a eso.

No recordaba quién fui.

La pérdida de mi madre,

fue todo lo que vi.

Me obligué a madurar,

para cuidar a mi Tribu.

Por mi padre abandonada,

y en mi misma, encerrada.

Hasta que llegaste tú,

un niño tontorrón en un iceberg.

Me enseñaste a sonreir,

me hiciste reir.

¿Quién es Katara?

Me dediqué a contestar.

No era solo una Maestra Agua,

ni únicamente, la esposa del Avatar.

Aún en la búsqueda estoy,

pero al menos de algo me aseguré.

Que mi amor por ti me hizo más fuerte y más feliz,

de lo que alguna vez creí.

Cuando salí al mundo,

me quisieron consolar.

Me dijeron que volverás,

en la forma de una nueva vida.

Una nueva personita,

que mantendría tu legado.

Pero, ¿a mí qué me importa eso?

El Avatar va a reencarnar,

cuantas veces se puedan contar,

pero Aang es a quién amo,

al único al que voy a extrañar.

Sin embargo, te cumplí.

Sigo aquí.

De tu ausencia me olvidé,

y con mi vida continué.

No te preocupes, amorcito,

mi corazón aún late por ti,

pero la rutina me ha abarcado,

y ya no tengo tiempo para sufrir.

¿Te puedo contar algo?

"Lo que sea" me dirías,

pero la costumbre de preguntar,

todavía no se me quita.

Hay veces en las que me levanto,

muy temprano en la mañana.

Me doy cuenta que a mi lado,

la cama está vacía y helada.

Automáticamente camino,

llegando a la cocina media dormida.

Ahí siempre estarías,

preparando el desayuno con alegría.

Lista estoy para verte,

y decirte "buenos días",

pero no hay nada más que aire,

moviendo las cortinas.

Pensé que lloraría,

desconsolada en un rincón.

Grande fue muy sorpresa,

cuando una carcajada salió.

No pude evitar reirme,

era divertido darme cuenta,

que a esta bella damisela,

ya le hace falta algo de cuerda.

Varias ocasiones como estas

se repiten de vez en cuando.

Hay días en los que escucho tu canto,

un alegre Aang, tarareando.

Otras veces creo escuchar tus pasos,

con tus hijos bailando.

Las risas no faltaban,

en el cálido hogar añorado.

Unos días atrás,

estaba limpiando.

Llegó la hora del té,

cuando tú estabas regresando.

Me pareció extraño,

la puerta no se abrió.

El grito de "Ya llegué, amor",

tu voz no sonó.

Otra vez me reí,

es que no puedo evitarlo.

Ahora me parece divertido,

que tú no estés a mi lado.

Sé que pronto te encontraré,

tú me estás esperando.

Mientras tanto viviré,

los días que me quedan restando.

Aquí termina mi carta,

y es que mañana viajo.

Nuestros hermosos hijos,

a unas vacaciones me invitaron.

No olvides que te amo,

eso nunca ha cambiado.

Con un dulce beso a tus labios,

tu amor por siempre, se va marchando.

Hay que descansar,

nuevas aventuras aguardan.

Una nueva carta te escribiré,

y al viento, mi palabras de amor, susurraré.

Siempre tuya, con todo mi amor.

Katara.


N/A: ¡Hola!

Con este cortito fic, quise relatar el proceso del duelo.

Sin querer queriendo, me salió una especie de poesía.

La idea surgió de una situación similar a la de la señora Zhu, y pensando en mi propia reflexión, me di cuenta que Katara podría haberse sentido así.

Espero te haya gustado.

¡Gracias por leer!

¡Nos leemos en la próxima!