En la CCG. Tres individuos se desplazaban por la multitud en un lugar concurrido. Sus miradas indiferentes llamaban la atención del público que los rodeaba, sobre todo un hombre enmascarado.
—¿Quién es ese?
—Parece un ghoul.
—Nah, no lo creo. Debe ser un investigador.
—Quizás sea un asesino. En estos tiempos, todos son extraños.
Estos murmullos eran pronunciados por la gente, pero las tres figuras ignoraron la situación y continuaron avanzando, ascendiendo al siguiente nivel.
Llegaron a la Oficina de Registro de Individuos Excepcionales. Una anciana estaba a cargo del lugar, acompañada por otras mujeres más jóvenes, posiblemente sucesoras del puesto.
—Han llegado temprano, Koori y Kuroiwa —saludó la anciana. Luego, dirigió su mirada hacia el enmascarado—. ¿Quién es esa persona?
Kuroiwa miro al mencionado y sonrió, luego volvió su atención a la anciana.
—Es un nuevo miembro, ¿verdad? Investigador Koori.
El joven asintió ante la respuesta del investigador, manteniendo su mirada fría y silenciosa. Observó a la multitud curiosa y a los jóvenes que estaban haciendo pasantías.
Todos ellos miraban al enmascarado con diferentes expresiones: asombro, desconfianza, misterio e incertidumbre. Sin embargo, el hombre parecía ignorar cualquier tipo de emoción.
En esos ojos tan azules, la emoción se había extinguido, como si se hubiera apagado un interruptor. Parecían familiares, muy similares a los del otro hombre rubio con tres bigotes, aunque este hombre frente a ellos era más mayor en comparación.
—¿Qué sucede? —preguntó el enmascarado—¿Te resulto familiar? Nunca te he visto antes. —añadió con sarcasmo.
Koori enmudeció por un momento, sin poder evitar que sus ojos se quedaran en blanco. Solo pudo negar con la cabeza, suspirando de alivio al ver que el hombre dejaba pasar la situación.
—Oh, interesante. Un nuevo y misterioso miembro —exclamó sarcásticamente la anciana—. Dime, ¿cómo te llamas?
El enmascarado dio un paso adelante, sin darse cuenta de que estaba intimidando a las mujeres presentes. La máscara que llevaba no ayudaba, y su mirada era indescifrable.
—No tengo un nombre —admitió—. Puedes llamarme Hokage.
La anciana lo observó durante un momento, sintiendo sospechas en su interior. Aquella máscara de zorro le recordaba a aquel chico de mirada salvaje, sus ojos carmesíes quedaron grabados en sus recuerdos.
—Está bien, estimado Hokage. Yo soy la encargada de realizar los exámenes a los nuevos —hizo una pausa y continuó con su explicación—. Dado que eres un caso especial, se te realizará un examen individualmente.
Hokage asintió en señal de acuerdo.
La mujer lo miró fijamente, sintiendo una duda sin saber exactamente de qué se trataba. Hizo caso omiso esa sensación.
—Entendido.
La anciana parpadeó ante el susurro. Se acomodó la ropa y finalmente se presentó.
—Soy Akihiro Masako —dijo con una sonrisa—. Llámame señora Masako, joven.
El enmascarado se quitó lentamente la máscara, revelando su rostro como respuesta a la confianza que la anciana depositaba en él. Se inclinó hacia adelante, la máscara puesta al lado izquierdo, no muy lejos de su rostro, ocultándolo de la multitud.
—Yo soy Uzumaki Boruto—susurro en el oído de la anciana, y luego regreso a su posición original. Acomodo la máscara y arreglo la ropa, eliminando cualquier línea de imperfección.
La anciana estaba aturdida. Asombrada de los rasgos faciales del enmascarado, ojos tan profundos como el océano, adornando una cicatriz en el ojo derecho, y su piel perfectamente blanca.
Lo que sorprendió a esta señora, no fue su belleza. Si no, el simple hecho de recordar una persona engañosamente similar a él, más sus apellidos eran lo mismo. Recupero compostura y actuó profesional.
—Tu… —dijo la anciana, señalo a Kuroiwa—Ve, avisa al director. —hizo una pausa y volvió su mirada hacia Koori—Y tú, sígueme.
—Entendido, señora—acato las ordenes Kuroiwa. Hizo una reverencia como señal de despedida y fue avisar al director.
Koori asintió a las órdenes de la mayor.
—Sígueme, Hokage—dijo formal la anciana.
Hokage no lo pensó dos veces, junto a la anciana se desplazó a un nivel inferior de la CCG, pasaron unos minutos hasta llegar a la sala de entrenamiento.
Una habitación enorme se extendía por el piso inferior, rodeado de murallas que tenían vallas de hierros. en esas murallas, escaleras se vislumbraron, era un lugar para personas de altos rangos.
Debido a este evento especial, había una comunidad de los mejores investigadores esperando contemplar las impresionantes habilidades del enmascarado zorruno.
En la multitud, una persona de cabello blanco se destacó. Vestido de traje negro como la noche, camisa blanca ocultada tras el traje y una corbata azul marino oscuro. Bajo el cristal del lente, observo frio la prueba que se iba realizar.
Ese chico llamo su atención. Sus habilidades serian útiles para su objetivo.
—Ha llegado—dijo un hombre de mayor de edad—, señor Arima, veo que está interesado en el muchacho, ¿planeas llevarlo a tu escuadrón?
Arima miro al hombre, y luego regreso la mirada en la sala. Impasible, no dio una respuesta, pero estaba claro su misión; reclutar. Por esta razón, estaba aquí y por la cual, Koori estaba allí abajo.
En la sala de entrenamiento, la anciana había llegado a una puesta específica, detrás de ella, Koori y Hokage. Ella susurro en un lenguaje muerto que Hokage no reconoció, y las puertas se abrieron como magia.
—Entra—dijo la anciana—allí, te probaran.
Una vez dentro, el enmascarado miro a su alrededor, muñecos de entrenamientos esparcido por suelos, ninguno en estado saludable, parecían rasgados por bestias salvajes.
—¿Quién es este chico? —dijo una mujer atractiva, con un pequeño lunar en la esquina inferior derecha de boca, vestida de traje elegantemente azul, y su cabello largo atado con una cinta grande—, ¿Nos llamaron para presenciar a otro Kureo Mado?
—No seas así, Kyoko—rio un hombre con un bigote bien cuidado y cabello exótico—, seguramente el director tiene sus razones.
—Simplemente estoy perdiendo el tiempo, Mougan—expreso molesta la mencionada Kyoko, frunció el ceño cuando noto que el hombre enmascarado los miraba a todos.
Los demás investigadores también notaron esto, sin embargo, todos dirigieron su atención en Koori, quien tosió.
—Koori, informa quien este hombre—dijo Arima, observando los ojos fríos del enmascarado.
—Sí, señor—acato el joven investigador— Este sujeto apodado por los ghoul y humanos del bajo mundo como "Ojo de la muerte" —hizo una pausa, y continuo—Ha cometido la muerte de más de novecientos ghouls, como era de esperar de un asesino, hay también humanos asesinado por su espada.
—Tsk, ahora contratamos asesinos—Kyoka gruño enojada—Aceptaría que fuera solamente de Ghoul.
—Todos los humanos asesinados eran asesinos, violadores y secuestrados que el estado jamás tocaría—informo Koori a la mujer.
Por su parte, Mougan comprendió la clase de asesino que era el zorro enmascarado, a diferencia de la mujer que regía por las leyes. Hacia justicia por mano propia, aunque no parecía saber que asesinaba, quizás era mera coincidencia, eso o un plan armado meticulosamente por él.
Un gruñido ensordecedor se extendió por la habitación de entrenamiento. Dos puertas de enorme tamaño se abrieron mecánicamente, deslizando el duro metal hacia el suelo. De esa oscuridad, dos ghouls emergieron con rostros tranquilos, controlando sus instintos de hambre.
Todos los investigadores estaban sorprendidos, eran ghouls poderosos, uno de clase S y otro de clase SS.
—¿No son ellos el recolector de cadáveres y el demonio Yamada? —dijo un investigador especial, con una mirada seria bajo ese rostro parcialmente oculto por la gabardina larga—, ¿No creen que exageran? No lo veo muy especial a ese enmascarado, parece débil, un ninja que usa las sombras para matar.
—No lo subestimes Chuu—dijo el investigador Kuroiwa con seriedad, cosa que llamo la atención de Shinohara, un compañero del agente Kuroiwa—, ese enmascarado que llamas débil ha desmembrado ghouls con sus manos, los ghouls temen su fuerza sobrehumana. Es llamado" el ojo de Dios" dicen que sus ojos brillan de color blanco durante la noche.
—¿Ojos brillantes? interesante —pensó Arima, quien escuchaba atentamente a Kuroiwa de manera disimulada.
El escenario cambio completo, Hokage sostuvo el mango de la katana y la desenfundo, poniéndose en pose combate. Su espada inclinada hacia adelante, y el filo brillando ferozmente, como si ansiara la sangre de sus víctimas.
Sus ojos parpadearon un color blanco azul, diferente al azul claro que poseía. Los ghouls sintieron su piel erizarse, inconscientemente retrocedieron un paso.
La oscuridad hizo presencia en los corazones, las luces se apagaron repentinamente, al cabo de unos segundos, se encendieron nuevamente. Pero el humano enmascarado no estaba ante la vista de los ghouls, quienes miraron a su alrededor con cautela.
—Oye los corazones de los perdidos e inocentes—hablo una voz desde una lejana distancia.
Con su olfato y gran oído, el recolector de cadáveres encontró al humano. Sus ojos capturaron la presencia imponente y alta, cuya aura invisible parecía poner pesado a todo su alrededor. En la esquina de la arena, el enmascarado devolvió una mirada profunda.
El recolector de hueso activo su kagune. Una armadura negra surgio de su espalda, lentamente se extendió por todo el cuerpo y le dio una apariencia de un hombre con armadura medieval, aunque de una manera grotesca.
—¿Quién eres? —pregunto el ghoul transformado, sus ojos brillaron totalmente carmesí.
Parpadeos negros se hicieron ver, la velocidad del humano no era ordinaria. Sin embargo, no era un clase SS por nada, su esposa no estaría orgulloso de sus acciones, pero todo lo hizo para proteger.
Inclino sus piernas y se impulsó con fuerza, dejando una leve marca en el suelo. Su puño choco contra la katana que tenía intención de cortarlo por la mitad y en el momento que levanto su rostro, vio los ojos del enmascarado.
Aquello lo perturbó, ojos que no eran posibles en humanos. Todo era negro, salvo sus pupilas, brillando majestuosamente de un color blanco que desbordaba un azul claro.
Una fuerte patada golpeo la armadura del recolector de los cadáveres y lo envió lejos contra la pared. Se vio sorprendido por la fuerza aplicada, entonces pensó; "Él no es humano, sus habilidades físicas no tienen sentido"
Se vio el abdomen, noto en él una grieta que inmediatamente fue sanada por la regeneración. A través de sus ojos rojos vislumbro un puño dirigiéndose a su cara, con dificultad esquivo y escucho el sonido de la pared quebrantándose.
Cuando sus instintos sintieron que un filo de la katana se aproximaba a su corazón, su compañero ghoul salvo su vida embistiendo al humano con su cuerpo, y distanciándolo de ellos.
—¿Te encuentras bien, Arata? —dijo el demonio Yamada, su típica sonrisa llena de locura, era una de seriedad, esos momentos eran raros de ver. Su kagune activo se veía como cuchillos de carnicero enormes.
El recolector de hueso llamado "Arata" respondió:
—Gracias, Yamada—agradeció, desvió la mirada hacia el humano—habría sido asesino.
Yamada asintió, él lo había visto. No tenía interés trabajar en equipo, pero esa fuerza sobrehumana lo sorprendió, y por raro que parezca, se guio la razón y la lógica.
—Puedo sentirlo—dijo el demonio Yamada, sus ojos transformado en carmesí observaron a la imponente figura del enmascarado—Su olor…. No es humano del todo, estamos antes un monstruo imbatible.
Arata expreso sorpresa, el orgulloso estaba temiendo a un humano, pero sus palabras lo asustaron, volvió al enmascarado que lentamente caminaba hacia ellos hasta que inclino su cuerpo y comenzó a correr.
—¡Cuidado! —grito Yamada.
El enmascarado desaprecio en un parpadeo, fue entonces que Yamada distinguió un puño, logro atraparlo solo sentir sus huesos triturándose causando que gritara de dolor y en un movimiento brusco rasgo la ropa del enmascarado, también le arranco un pedazo de porcelana, dejando entrever la boca del humano.
—Ho…—olió el humano—, siento el miedo salir de los poros… ¿Temen a la muerte? —dijo con tintes de ironía, su voz produjo sentimientos indescriptibles en sus enemigos. Tantas muertes en sus manos, cambiaron su pensar humano.
Yamada rio con gracia mientras que Arata se mantuvo cauteloso. Ambos prisioneros se impulsaron contra el humano, intentaron de todas las formas posible cortarlo, despedazarlo de manera violenta.
Pero nada alcanzo…. Todos los ataques fueron en vanos, evadidos con gracia, de un momento a otros, Arata distinguió de nuevo ese brillar misterioso en los ojos del enmascarado.
Era peligroso, sus instintos primarios le decían eso. Su cuerpo en vano intentaba querer escapar de las garras de la muerte, de esos ojos que parecían leer tu alma de una manera profunda.
El demonio Yamada grito de dolor, cuando el puño del enmascarado penetro su pecho, rompiendo sus costillas, sus pulmones y dañando severamente sus venas internas en el proceso.
Los investigadores que observaban la batalla no podían creer lo que sucedía antes sus ojos, la fuerza bruta del aquel ser. Era un monstruo, alguien indomable, una entidad que no podían controlar, eso era peligroso para ellos.
El ghoul que grito del dolor, lentamente fue apagando su voz hasta caer rendido en los brazos de la muerte. De la herida, escapo una gran cantidad de sangre, manchando al suelo de rojo, otro sonido de órganos triturándose se escuchó en el momento que el puño se alejó.
—Por favor, déjame vivir—imploro Arata, el ghoul de cabello azul, mirando hacia abajo, totalmente arrodillado y sumiso, preso del miedo. Un simple conejo contra el zorro que lo acechaba hambriento.
—Hmm—pensó el enmascarado, sus ojos brillantes miraban los puntos débiles del cuerpo, miro por un momento el rombo negro que se hallaba en su mano derecha, y volvió a mirar al ghoul—, deberás perdonar a este corazón de piedra, sin embargo, puedo cumplir una petición…—susurro lo último.
El ghoul sintió una pizca de esperanza, al menos podía redimir un poco de sus errores. No sabía si este joven iba a cumplir con su solicitud, después de todos, ghoul y humanos eran entidades volubles e hipócritas.
Una mano se apoyó sobre su hombro izquierdo, levanto la mirada y vio los ojos azules del humano, ojos ordinarios que lo evaluaban compasivo, sin arrepentimientos de sus acciones, pero cansado de la vida, esos colores vivos algún día se apagaran.
—Diles a mis hijos que me perdonen, que lo hice para protegerlos—dijo el ghoul suavemente, hasta que su boca produjo una tos de dolor inconmensurable, la mano ensangrentada lo había atravesado el pecho, muy cerca de corazón, percibió como esa mano estaba a punto de agarrar su corazón.
—¿Cuál es tu nombre? —pregunto Hokage, su sonrisa de ironia se habia desvanecido, a través de jogan, esos ojos que brillaban pudo ver que aquel ghoul era despreciable, con motivos comprensibles, leyendo su carácter y su forma de pelear, se veía como alguien que haría todo lo posible para ganar poder y proteger a los suyos, incluso si debía ganarlo de las formas más inmorales posible.
Le recordó a una persona.
—Soy Arato... kirishima—dijo agarrando apenas el brazo del humano con ambas manos, temblando por el miedo a la muerte, la sangre escapaba por la herida y de su boca escupió un charco de sangre.
Cuando quiso formular otras palabras, su corazón fue aplastado de inmediato y todo se oscureció de golpe. Los ojos del Uzumaki parpadearon inmutable, como si de matar insectos se tratara.
Pronto escucho aplausos de una multitud de personas que entraban por otra puerta especial. Desvió la mirada del cadáver hacia los humanos, con su mano izquierda agarro el borde de la máscara y la alejo de su rostro, de todo modo, ya estaba rota.
Sus ojos evaluaron la situación, podía marcharse y dejar este en caos. Algo le dijo que este lugar ocultaba mucha oscuridad, que estos investigadores no eran del inocente, distinguió uno que otros sospechosos.
No se entrometía en la lucha de ghouls vs humanos, después de todo era la naturaleza, los ghouls se alimentaban de carnes humanas, como una creación creada para castigar a los humanos de su codicia, por otro lado, los humanos también mantuvieron en raya la codicia de los ghoul.
Ambas partes estaban parejas.
—oui monsieur, eso fue impresionante—hablo Mougan, mezclando el japonés con un acento francés pobre—¿No crees, kiyoko?
Pobre mujer, se veía totalmente aterrada, el rubio comprendió sus temores, en este mundo los humanos apenas superaban en fuerzas a los civiles de su mundo, pero era lógico, ellos no poseían el chakra en su interior.
—¿Es una broma? —dijo la mujer, un poco nerviosa—es una monstruo, esa fuerza no lo posee un humano, pensé que ese escuadrón eran los únicos humanos mejorados.
Esto llamo la atención del Uzumaki, que escuchaba atentamente con su oído mejorado, mientras la multitud estaban llegando.
—Oh, ¿ese chico? —dijo shinohara entrometiéndose en la conversación—, creo que se llama Uzumaki Naruto, pero ahora que lo dices, este muchacho tiene un parecido al mocoso que vimos.
Si Boruto estaba sorprendido, no lo demostró en lo absoluto, eso sería revelar su debilidad, no se apresuró puesto que no conocía a este Uzumaki Naruto, quizás se tratará de otra versión de su padre, sabiendo la existencia del multiverso y sus complejidades, tal vez, en este mundo se reencontraría con otras versiones de los padres de sus amigos, y por como hablaban, unas versiones jóvenes, unas versiones sin chakra pero poderosos físicamente.
—oye, oye—grito un hombre alto de cabello blanco—fue una pelea, gaki.
Boruto volvió a la realidad y observo al hombre que tenía en frente, era alto, un poco más alto que él, media aproximadamente dos metros, pero su rostro le resulto familiar.
—Gracias…—agradeció el elogio—perdona mi rudeza, ¿Quién eres?
El hombre de cabello blanco sonrió, como si le hubieran dado la oportunidad de iniciar un show. Tan pronto como vio esa sonrisa, se arrepintió.
—Me agrada que preguntes. —dijo dramáticamente, moviendo su cabello con gracia elegante—Soy el ermitaño de la montaña myoboku, el espíritu sabio e inmortal. —movió sus manos de manera teatral mientras de su manga salieron bombas de humos naranjas que se expandían a su lado en el momento que explotaron. —ese soy yo, Jiraiya el galante.
Esa impresionante presentación se vio interrumpida, cuando una mujer rubia le dio un golpe en la nuca, en su frente había un rombo negro, un mero tatuaje sin poder. En su cuello colgaba un collar de cristal verde, semejante a la esmeralda.
—cállate, pervertido—gruño la mujer—, espantaras a un posible recluta.
—Ay, eso duele, Tsunade. —se quejó el sabio, el humo que sirvió para su show se había disipado, y detrás de él, llego la multitud de investigadores riéndose.
Bueno, Boruto estaba de hecho sorprendido, no lo demostró, pero su rostro se arrugo levemente y sus ojos azules brillaron apenas de emoción. Ninguno de los investigadores se dio cuenta, afortunadamente.
—Te lo mereces, idiota—grito la mujer llamada Tsunade, suspiro y recupero la compostura. Acomodo su elegante traje, después extendió su brazo con la mano abierta hacia Boruto—Soy Senju Tsunade, miembro del escuadrón Dimittis, que significa "liberar".
Por supuesto, el joven adulto se inclinó un poco y complació el gesto de la mujer, agarro su mano, seguidamente le dio un ligero apretón.
—Soy Hokage—dijo con una voz suave e impasible, desprovista de toda emoción humana.
