Capítulo 2.
Archie y Annie estaban a punto de despedirse, cuando llegó George con cara de innegable preocupación, Albert había planificado pasar algunos días en el rancho de Tom, así tendría la excusa perfecta para estar pendiente de Candy y visitarla todos los días, pero solo con ver a George, Albert sabía que sus planes habían sido irremediablemente cancelados.
- George, ¿qué ocurre?
- William debemos partir cuanto antes a Escocia, se ha convocado una Junta con los jefes de las familias de nuestro clan. El testamento de tu madre será leído. Durante estos años el documento fue celosamente guardado por la familia de tu madre, los Argyll, en el se estipula que se te entregará la parte que te corresponda de la fortuna de los Argyll al ser presentado como patriarca de los Andrew.
- George... No entiendo nada, pensé que todo estaba recogido en el testamento de mi padre, que mi madre unió su fortuna a la de él cuando contrajeron matrimonio.
- Se unió parte de la fortuna, en concepto de dote, pero tu madre tenía una fortuna personal y familiar que te corresponde por ser su único hijo varón. Rosemary tenía que recibir su parte al presentarte tú como patriarca del clan, pero al morir ella y Anthony, tú también asumirás esa parte. No se me ha facilitado más datos, solo se me ha indicado que debo llevarte a Escocia, que se leerá el testamento, que tomarás posesión de las propiedades de los Andrew, los Argyll y que además la corona ha puesto a tu disposición otras propiedades más, por ello deberemos viajar también a Londres antes de emprender los viajes programados para consolidar los negocios de los Andrew.
- George, he hablado ya con Candy, le he dicho lo que siento y ella me corresponde, pero ahora esto. No sé cómo lo tomara. Déjame unos minutos con ella.
- Te esperaré en el coche William, en este estado es mejor que no conduzcas, te llevaré a la mansión. Tu equipaje en este momento se debe estar preparando, no te preocupes por eso.
- Gracias George. Otra vez, más problemas, cómo puedo permitir que mi dulce Candy pase por todo esto, no... ella no se lo merece, ella es libre, ella no podría dejar el hogar, ni tampoco su carrera como enfermera, no tengo ningún derecho a pedirle que renuncie a su vida y me siga. No, no puedo.
Albert ve a Candy recogiendo las cosas de la fiesta, eres tan bella, Candy cómo podré vivir sin ti estos años, porque son años los que estaré lejos de ti. Necesito sentir tu calor, necesito abrazarte. Candy voltea, y ve a Albert pálido, se preocupa y corre a su encuentro.
- ¡Albert! ¿qué ha pasado?
- Pequeña tengo que partir.
- ¿Ya te vas a la mansión? ¿no te puedes quedar unos días con Tom?
- Candy tengo que ir a Escocia, y empezar un viaje que no sé si tendrá fin, no puedo hacer planes por qué no sé cuándo podré regresar a Michigan, ahora no estoy en condiciones de ofrecerte una relación como tú te mereces, solo puedo decirte que te amo, y que cuando vuelva te buscaré, y si todavía sientes algo por mi, lucharé por lo nuestro, solo soy feliz contigo Candy.
- Albert, no... no me dejes.
- Candy, no quiero dejarte, te amo, pero no puedo pedirte que renuncies a tu vida por mi, mi corazón es tuyo para siempre Candy, estos meses sin mi, quiero que pienses en lo nuestro, cuando yo regrese necesito saber si estarás a mi lado, son muchas las responsabilidades que asumirás y no quiero que me odies por ello, necesito que pienses en ti y que decidas lo mejor para ti. Te amo, tengo que irme Candy.
- Te amo Albert. Un beso en la frente, todavía siento tus labios y tus lagrimas... te vas de nuevo Albert, me dejas... Correr, tengo que correr al padre árbol... tengo que verte una vez más...
Candy se despide de lejos y en silencio de Albert, se va de nuevo, no le ha explicado qué ha pasado, solo se ha ido. Después de unas cuantas horas, Candy regresa al hogar. Patty se da cuenta de que la pecosa ha estado llorando, pero Candy decide callar, no puede hablar, no puede expresar todo lo que siente en ese momento, y entre lagrimas se queda dormida.
Los meses pasan, Candy y Patty se sienten como si fueran la hermana Maria y la señorita Ponny de jóvenes... Se ríen, disfrutan de ayudar en el Hogar pero sus corazones se sienten incapaces de amar de nuevo, se dedican con todas sus fuerzas a ser las mejores cuidadoras para los niños del hogar. Patty poco a poco ha ido sanando su corazón, se siente un poco más fuerte, ya puede trepar a los árboles, sabe usar el lazo, pero no tan bien como Candy. La abuela Martha también ha ido al Hogar de Ponny a pasar unos días antes de llevarse a Patty a Florida. Candy no sabe qué hacer: si aceptar la propuesta de Patty y viajar con ella o volver al hospital de Chicago. Candy ha recibido cartas de Albert pero no tantas como hubiera querido, además casi no ha podido escribirle, porque Albert nunca está el tiempo suficiente en un sitio como para poder enviarle una carta, eso la tenía frustrada, pero en las cartas que ha recibido ha podido notar en cada palabra todo ese amor que él tiene por ella. Y aunque ella no podía escribirle, sabia que si se iba del hogar, podría estar sin recibir cartas de él, por lo que decide quedarse unos meses más en el hogar. Patty y la abuela Martha se marchan, prometiendo volver y quedarse otra temporada.
En la masión de Lakewood
- Lady Elroy, disculpe. ¿Puedo pasar?
- Adelante. Dorothy ¿qué ocurre?
- Tiene una visita no programada, mi señora.
- ¿De quién se trata?
- Es el duque Charles McGregor
- No puede ser, él...
- Señora ¿me decía?
- Hazlo pasar al estudio por favor.
- En seguida lady Elroy.
Minutos después...
- Lady Elroy, buenos días.
- Buenos días Duque McGregor, ¿a qué debo su visita?
- No estés nerviosa Elroy, el pasado, es el pasado. Tenemos que hablar de asuntos que nos conciernen... más de lo que quisiera.
- No te entiendo, tu padre ha muerto y esos asuntos quedaron en el pasado.
- Te equivocas Elroy, he venido por mi hija.
- ¿Tu hija?
- Candice... Mi padre contactó conmigo para decirme que Candice fue adoptada por tu sobrino. Y dado que me ha sido imposible localizar a William para tratar este tema, vengo a ti para que podamos discutir cómo salir de esta situación sin perjudicar el buen nombre de nuestras familias.
- No puede ser, ¿Candice futura duquesa McGregor? Yo... yo no entiendo ... ¿cómo es que Candice es tu hija?. Me tendrás que explicar qué es lo que ocurre Charles, porque nada tiene sentido para mi.
- Entonces quizá, convendrás conmigo, en que debemos regresar al pasado. Ese pasado que no quieres recordar, pero que está ahí. Sin el no podrás entender cómo hemos llegado a esta situación. Eso si, Candice es mi hija y nada de lo que hagas podrá impedir que la recupere.
- Charles, creo que ambos estamos de acuerdo en que Candice regrese a donde pertenece.
- Elroy ten cuidado con lo que dices...
- Charles, perdona, estoy nerviosa, no fue mi intención ofenderte, lo que quiero decir es que si Candice tiene vivo a su padre, tiene que estar con él, ella tiene que estar con su familia, yo... yo no me opondré, pero necesito saber qué pasó.
- Desde luego Elroy, yo también lo necesito. Pero, te advierto, no será fácil para ti... para nosotros... recordar esos orígenes.
