Un nuevo día llegó y con eso, significaba el nuevo comienzo de una travesía para los humanos, no obstante, para nuestra guerrera de cabello azul, esto significaba otra cosa.
Umi se despertó mirando como su hogar estaba destruido, consumido por las llamas y no quedaba nada, la noche anterior fue toda una salvajada y esta logró ver su espada a un lado.
Su fiel compañera estaba desgastada, su filo estaba muy mal, ya no se veía como la que alguna vez fue.
La peli azul dudaba sobre si ir por la cinta de nuevo, ella ya poseía su venganza al matar a Justice y además se había cansado de ser la Número 1 después de todo.
Esa fue la determinación que tomó cuando decidió abandonar el Monte Fuji, no obstante, las cosas dieron giros y esos no se los esperaba para nada. Daba por muerta a Dia, además no tenía idea de que Ruby sobrevivió a los asesinatos de hace años.
Y ahora, ella volvió con sed de venganza por lo que ocasionó por su obsesión con ser la Número 1, al fin y al cabo, su destino quedó marcado con eso. Además, al notar una figura de madrera que hizo de su padre, decidió entonces hacerlo.
- Muy bien, empezaré de nuevo – al decir esto, tomó su vieja ropa, su yukata azul, así como su par de geta y su espada, sin embargo, tenía que buscar un forjador para que se la reparara.
.
En un sitio apartado en donde estaba Ruby junto con Dia y otros tres sujetos más, estos veían hacia un compartimento de cristal lleno de líquido, en este estaba la quijada del padre de Umi, siendo configurado todo el sistema de ahí por el profesor Dharman, aquel que años atrás convirtió a Dia en una samurái robótica y ex ayudante del Clan de las 7 Montañas.
- ¿Está seguro que estos fragmentos de huesos serán suficientes?
- Déjeme demostrarle que dentro de dos semanas seremos testigos de un milagro, lady Ruby – el científico decía – mi corazón late con gratitud por su generosa ayuda en mis experimentos. Cuando la construcción de este ser autómata esté acabada, podremos ser más fuertes que el mismo Dios, el mundo se arrodillará ante nosotros.
- Yo seré la que decida cómo usar este milagro, profesor Dharman – la peli roja hablaba luego de echarle una mirada al tanque – y tú eres el que nos está ayudando ¿lo entiendes?
- Claro que sí, señorita Ruby, esto es una simple coincidencia de intereses jeje.
- Muy bien – en eso, miraron como un contador parecía dar inicio de marcha atrás.
- Ya está, todo está completo, en dos semanas, se construirá un ser autómata de los huesos de este humano – eso provocó una sonrisa algo maligna en Ruby quien volteó hacia los tres sujetos que estaban atrás de ella.
- Ustedes, sigan a Ao, quiero estar informada de sus movimientos.
- Entendido – el trio desapareció de ahí siguiendo las órdenes de la peli roja.
- Hermana, no te preocupes, los preparativos están hechos para nuestra venganza, por fin mataremos a Ao Samurái.
.
Con la peli azul, esta había llegado donde un herrero del cual había oído y este estaba reparando su vieja espada, mientras tanto, esta se limpiaba un poco en el río que quedaba frente a la casa del hombre.
Desde hace tiempo olvidó darse una buena higiene en su cabello por lo que lo tenía bastante maltratado. Umi decidió lavarlo bien hasta que todo rastro de suciedad y malformación se fueran, al final, esta volvió a su hermoso y liso cabello azul como el océano.
Umi estaba haciendo esto solo por una razón lejos de vestir la Cinta Número 1 y era porque su padre debía descansar en paz, así que iba a recuperar los huesos de su progenitor y volverlos a enterrar, lo de la cinta no parecía importarle.
Esta entró en la casa del herrero para sentarse y esperar a que su arma estuviera lista, el hombre le echó mirada de reojo a la peli azul, este no podía creer que alguien tan bella como ella fuera una de las asesinas más peligrosas de estos lares.
Mientras esto pasaba, los sujetos que Ruby mandó estaban vigilando de largo la casa, estos usaban sensores de calor por lo que dieron con Umi, de vuelta con esta, observaba como el herrero le daba más filo a su espada.
- Algunos dicen, que el acero se endurece por ti ya que, es el reflejo del que maneja la espada – este acabó de darle un detalle al mango y se la entregó – la espada está lista, el resto depende de ti.
- Gracias – al hacer el pago, Umi salió del lugar y miró su arma la cual lucía como en sus días de gloria, mientras pasaba eso, los otros sujetos que vigilaban a la peli azul informaron a la peli roja.
- Ao Samurái ha comenzado a moverse.
- Muy bien, continúen en observación.
Umi siguió caminando hasta que horas después estaba llegando hacia un pueblo en el que parecía que se enteraron de que pasaría por ahí.
- ¿En serio Ao Samurái viene hacia acá?
- Claro que es ella, nunca podré olvidar esos ojos, su cabello.
- Es una criatura maldita que mató a Justice en el Monte Fuji – varios hombres hablaban sobre Umi, esta vez era un anciano – es, además, el demonio que mató a los seres que más amábamos.
- No podemos dejar pasar esta oportunidad, la venganza será nuestra.
- Pero no podemos vencerla.
- Ella es muy fuerte.
- No hay nada que podamos hacer contra ella.
- Vamos, esto lo hemos planeado desde hace varios días, esta es la única oportunidad que tendremos de vencerla de una vez – uno de ellos les hablaba con firmeza.
- Hey, ¿me puedes enseñar que es lo que tienes contra Ao Samurái?
- Sencillo, la chica de la barra sabe todo sobre ella – este señaló a una de las personas que mandó Ruby a vigilar a Umi, esta era una mujer la cual llevaba un gran sombrero de paja, así como un kimono verde oscuro, además de llevar una máscara que cubría su rostro.
- ¡Entonces no tienes nada! ¿Cómo intentarás matarla? Como si ella fuera a hacerle algún daño.
- Te equivocas – la mujer habló para atención de los demás – después de que se haga justicia asesinando a Ao Samurái, el caos no acabará ahí, siempre habrá alguien que mate por las cintas por lo que ni acabando con Ao esto se acabara.
- ¿Qué?
- Todo empezará de nuevo, matar o ser matado, así como le ocurrió a mi esposo – esta señaló a una especie de instrumento en el que estaba forrado con una cara que daba a entender que era la cara de su marido.
- Demonios.
- ¡Ya viene! ¡Ao Samurái se aproxima! – un hombre venía corriendo y gritando desde la entrada del pueblo y así era, se podía ver la figura de la peli azul arribando, los hombres tenían listas sus armas nada más ver el cabello azul ondeando por el viento, la mujer enmascarada sonrió.
- Con esto, la señorita Ruby garantizará que ella participe – habló esta a un audífono.
- Todo está moviéndose de acuerdo al plan – de vuelta con la peli azul, esta continuó su caminó hasta que se vio envuelta por los sujetos quienes empuñaban espadas apuntándole.
- Mataste a mi padre – susurró uno con evidente furia y fue hacia ella – ¡lo mataste!
- ¡Mataste a mi único hermano!
- ¡Y a mi mejor amigo!
- ¡Esto es por mi hijo muerto! – los demás se lanzaron al ataque, aunque como era obvio, ni siquiera eran rivales para la peli azul quien ni siquiera desenvainó su espada.
Usando solo sus manos inmovilizó a varios, dos de ellos la atacarían por la espalda, pero Umi reaccionó a tiempo y cuando menos acordaron, ya tenían la vaina de esta sobre sus cabezas a nada de recibir un golpe directo que de seguro los mataría.
Los demás solo temblaron por eso y no pudieron seguir atacando ya dándose cuenta de que la peli azul estaba a un nivel superior, sin embargo, Umi decidió retirarse de ahí para seguir su camino. El más viejo lloraba ahí mismo.
- Te maldigo demonio, arderás en el infierno por la sangre de los inocentes que tú sacrificaste. Sufrirás nuestras maldiciones incluso después de nuestras muertes… ¡Te maldecimos, Ao Samurái! – Umi solo continuó su camino, ella estaba acostumbrada a este tipo de tratos y palabras.
Una hora después, Umi llegó a un sitio en el que se dio cuenta que ahí podría encontrar algo de información y resultó ser un burdel. De hecho, en estos momentos, una mujer con solo bragas bailaba sobre un palo, en algunas mesas había hombres y mujeres besándose con algunas de las trabajadoras de ahí, parecía ser un buen sitio para heterosexuales y lesbianas.
Sin embargo, la música paró al darse cuenta de la presencia de la samurái de cabello azul, todo el mundo estaba en shock, algunas querían matarse por miedo a una masacre, no obstante, uno de los encargados llamó al que parecía ser el dueño de ese establecimiento.
- Ao Samurái ha llegado.
- De acuerdo, envíalo aquí – el mesero asintió y fue por la peli azul.
- Acompáñeme por favor – la samurái fue con el sujeto que la llevó hacia un cuarto en el que estaba el dueño el cual resultó ser uno de los ancianos del extinto Clan de las 7 Montañas.
En una repisa estaban 4 lápidas pequeñas en conmemoración a los antiguos miembros fallecidos, también estaba en silla de ruedas el Hermano 1 quien recibió un fuerte golpe de parte de Umi en su batalla dejándolo en un estado deplorable, pero con vida, apenas podía articular palabras.
El Hermano 3 fue el único que salió bien parado de ahí ya que no combatió contra la peli azul, en ese instante, la samurái entró, el Hermano 1 se alteró un poco por la presencia de esta.
- Oida Yasu – el anciano saludó de forma educada a la peli azul, esta simplemente se sentó frente a él.
- La Cinta Número 2.
- Me temo que no puedo darte la localización de la Cinta Número 2 de forma gratuita, pero si puedes vencerme… - en eso, Umi tomó su arma – no, no, no, no con la espada. Jugaremos a los dados, si tú ganas te diré dónde encontrar la Cinta Número 2, pero si pierdes, tendré tu cabeza ¿aceptas el trato?
- Sí.
- Llévenla al área de juego – la peli azul fue llevada a un área en donde estaban frente a una mesa tanto ella como el anciano, así como una mujer que haría de verificar que todo estuviera bien, pero era empleada del Hermano 3, este se acariciaba mucho la barba por alguna razón.
La mujer metió los dados en un vaso y los lanzó tapándolos con el mismo recipiente esperando las respuestas de ambos, primero señaló a la samurái.
- Odd.
- Yo digo Even – el anciano seguía tocándose la barba, al descubrirse se miró el resultado.
- Doble uno, even.
- Ao Samurái, ahora que has perdido algo más que un juego, ahora debes cumplir tu… - antes de que siguiera, la espada de Umi se puso cerca de él cortándole parte de la barba así revelando la trampa que estaba haciendo, este poseía un colgante con dos botones los cuales tenían las palabras "Odd" y "Even" en ellos, al apretar uno, los dados cambiaban, esto indicó que el sujeto no jugó limpio.
- ¿Dónde está la Cinta Número 2? – preguntó la peli azul apuntándole con su espada.
- La Cinta Número 2 la posee un ronin de nombre Shichigoro, se encuentra en un pueblo llamado Machi en el oeste.
Y con esa información, Umi partió a esa nueva dirección en busca del ronin que poseía la segunda cinta más poderosa, todo por cumplir su destino.
.
.
Continuará…
