ARCANUM IN VOCE / SECRETO A VOCES


INTRODUCCIÓN:

Sorpresa inesperada

El minutero del reloj era lo único que se escuchaba en la sala. Hermione lo miró desde su lugar en el sofá, él estaba mirando por la ventana la luz de la mañana dar contra el muro de sus vecinos. El césped afuera estaba escarchado, pero aún no nevaba esa tarde de noche buena.

-¿Quieres quedarte? -le preguntó ella, Snape se dio la vuelta y la observó con seriedad mientras se olvidaba del estático escenario afuera.- No pasa nada si aún no…

-Iré -la calmó él acercándose a la mesa para servirse el té que había dejado reposando- Pero tú hablarás, yo no les debo ninguna explicación. Apenas los conozco.

-¡Pero si McGonagall fue tu profesora incluso antes de que yo naciera! -ella se rió divertida. Severus aún vestía del parsimonioso negro aunque no llevara la túnica de los profesores. Las mangas de su camisa le cubrían por completo la marca tenebrosa, mientras que el cuelo alto hacía lo propio con las cicatrices del ataque de Nagini.- No quiero que estés incómodo.

-¿Ah, no? -la miró de soslayo levantando una ceja- No has hecho más que darme incomodidades. -su tono estaba libre de reproches a pesar de las palabras, ella se sonrió mirando al suelo. Otra vez lo único que se oía era el minutero, y esta vez llamó la atención de los ojos castaños de Hermione. Él soltó un resoplido resignado y apuró el té de un último sorbo -Bien, vamos antes de que me arrepienta. La muchacha asintió, le dio la mano y desaparecieron de la estancia.

Al llegar el silencio de la sala en la calle de la Hilandería quedó muy atrás, enseguida el murmullo de voces llegó hasta ellos y eso que estaban en el basto jardín.

-¿Cuál es el gallinero y cuál es la casa? -preguntó él sin buscar ninguna respuesta. Hermione puso los ojos en blanco mientras avanzaban por el jardín de los Weasley, donde los gnomos de jardín corrían entre los pastos más altos alarmados por su presencia. El gallinero estaba en profundo silencio, al contrario de la casa. De los resquicios de los postigos se colaba la luz del interior, al parecer eran los últimos en llegar. Vio que Snape se erguía aún más cuando solo faltaban un par de pasos para la puerta de entrada, pero no tuvo tiempo de prepararse para tocar cuando esta se abrió dejando asomar la cabeza casi completamente calva de Arthur Weasley.

-¡Ey, Hermione…! Profesor Snape… -agregó rápidamente con algo de confusión, pasó de la sonrisa al ceño fruncido y de nuevo a la sonrisa- ¡Pasen, pasen! Molly preparó unos bocadillos deliciosos y los muchachos no dejarán ni las migajas.

Snape carraspeó, Hermione pasó delante de él y luego la siguió con el rostro tenso e inexpresivo. Arthur le ofreció una nueva sonrisa antes de cerrar la puerta.

-¡Vuelvo en un minuto! Tengo que cubrir la huerta, puede nevar… -dijo sin más cerrando la puerta tras de sí. Nadie les prestó atención en los primeros metros, se encontraban charlando entre risa y voces altas. George se descostillaba de la risa en un lateral de mesa, pero fue el primero en notarlos.

-¡Profesor Snape! -dijo con sorpresa produciendo un silencio curioso en los demás que enseguida miraron a los nuevos invitados -Hubiese apostado todos mis galeones a que no vendría.

-¿Cómo está, profesor? -lo saludó Harry poniéndose de pie, Snape apenas inclinó la cabeza para responder al saludo. McGonagall bebía algo de sidra sin darles mucha importancia.

Severus se dejó caer en el asiento que le ofreció Molly, y Hermione se sentó a su lado. Una vez ubicado pudo constatar que todo el maldito Hogwarts estaba ahí. Sólo faltaba el profesor Binns…

-¿Quieres un poco de este pan de nuez? Es el mejor que he probado en mucho, mucho tiempo. -le aseguró Hagrid con entusiasmo. Snape intentó una mueca que diera a entender un "no, gracias" y le salió un gesto bastante desdeñoso.

Todo siguió como si él no hubiera llegado. Las conversaciones continuaron y no se encontró con los gestos de desprecio, estupor y confusión que hubiese esperado. Eso lo hizo dudar. Miró a Hermione que alzó los hombros como toda respuesta. Ella también parecía extrañada de que nadie dijese nada, que nadie preguntara nada y que nadie los mirara raro. "Quizá no entendieron aún" le murmuró para tranquilizarlo.

La comida prosiguió, y comieron y bebieron hasta el hartazgo como buenos sobrevivientes de una guerra cruel y despiadada que dejó vacíos varios lugares en la mesa. Mientras el postre terminaba, Snape pensó que podrían salvarse de dar ninguna explicación y por primera vez en toda la noche comenzaba a relajarse. Pero fue entonces que Hermione empezó a golpear su copa con una cuchara. Las voces se callaron para mirarla, y Snape sintió de repente toda la sangre acumulándose en su rostro.

-Bien… Familia, amigos… hay algo que quisiéramos decirles… -comentó finalmente. Snape miró a la nada, ahora sentía como la sangre se perdía haciéndolo sentir ya la palidez extrema. Seguro todos los miraban ahora, seguro todos lo miraban a él. Hermione se estaba tardando mucho en continuar, balbuceó un poco cuando la chica Weasley tomó la voz.

-¿Estás embarazada o algo así? -preguntó con soltura, queriendo ayudar a su amiga. Snape levantó la vista para enfrentar esa pregunta con una contundente negativa.

-No, claro que no… -se le adelantó ella.

-¿Entonces? -preguntó Harry- ¿Se van a casar?

Molly juntó las manos y esperó la respuesta con una sonrisa feliz. Hermione arrugó el ceño y Snape vigiló los rostros de todos: todos esperaban la respuesta de Hermione como si fuese lo más lógico preguntarle si iba a casarse ¡con él! Pues lo miraban igualmente, sonriendo a su vez con complicidad. No entendía y vio que Hermione estaba tan contrariada como él.

-¿Pero de qué…? ¿Por qué se les ocurrió eso…?

-Bueno, querida… ya llevan juntos un tiempo, ¿no? -aseveró el profesor Slughorn desde la otra punta de la mesa.- ¿Qué más podríamos suponer?

-¿Pero cómo es que… saben… del profesor Snape y…?

-¡Ay, querida! -McGonagall partió una nuez frente a ella para luego mirarla- ¿Cómo es que no lo sabríamos?

Hermione quedó boquiabierta. Miró a todos esperando una respuesta, pero los demás simplemente asentían con gracia.

-Es que se notaba mucho… -murmuró Ginny, y fue entonces cuando el rostro de Hermione se encendió de la vergüenza.

-¿Cómo es que… se notaba? ¿Cómo es posible? No es posible -aseguró mirando fijamente su copa, haciendo memoria de todo lo que había pasado en el último momento. No era posible que alguien lo supiese.

-Yo quise hacer un apartado en el Quisquilloso, pero mi papá dijo que eso sería hacer correr un chisme barato… Pero yo lo propuse para que no siguieran corriendo los rumores con Krum, tú sabes… por lo de Rita Skeeter -añadió Luna sin más, con toda tranquilidad como si comentara el clima.

Snape aclaró la voz.

-Espero que no hayan murmurado cosas que no…

-Ay, por el amor de dios, Severus. Ya sabemos que no hiciste nada, ahórrate las excusas. ¡Si hasta apostamos con la profesora Trelawney cuándo se confesarían! -la susodicha asintió tras su copa de sidra.- Nadie quiso apostar que lo harían antes de que acabaran las clases. Ya ves…

-¿Cómo que nadie, profesora? -quiso saber Hermione arrugando el ceño.

-Hasta Dumbledore. ¡Ah…! -Minerva miró al cielorraso de la sala con aire divertido -Su retrato es un chismoso de primera.

-Esperen, esperen… -el rostro de Hermione tomó un aire de seriedad que llamó la atención de los comensales- ¿Es decir que todos saben que estamos juntos? ¿Todos aquí lo sabían?

-Sí -respondieron al unísono. Hagrid bajó la mano ante la mirada severa de la hechicera.

-¿Quién empezó el rumor? -quiso saber, empalideciendo de pronto y tomando dimensión de que probablemente todo el mundo mágico sabía de su relación "secreta".

-Bueno… Yo no sabía que ellos sabían -comentó Slughorn. Y así más o menos todos parecían no haber hablado entre ellos de que sabían que estaban juntos, salvo los más cercanos. Era como si cada quien hubiese sido testigo por su cuenta de los hechos.

-Yo me di cuenta en las clases… -asintió Ginny sonriéndole con picardía- Tú siempre estabas con "Snape, Snape, Snape" -Hermione enrojeció- Y luego un día… ¡Nada! Silencio. Y entonces…

-Yo lo supe en los almuerzos de profesores. -interrumpió el otro pocionista- Discutíamos, ya sabes, los profesores tenemos que hablar de los estudiantes… ¡Y el rostro de Severus! ¡Ay, por las barbas de Merlín! Se le veía el esfuerzo de aparentar, pero… Serías un terrible jugador de Bridge, mi buen amigo -rió a carcajadas el profesor Slughorn.

Hermione y Snape empezaron a rememorar cada aspecto del último año, en el que según ellos habían sido lo más parcos posibles, de hecho habían pasado casi la totalidad de las clases negándose a sí mismos los sentimientos que comenzaban a gestarse, ¿cómo era posible que los demás lo hubiesen visto incluso antes que ellos mismos?

-Vamos en orden… -Hermione tomó aire para aliviar su nerviosismo, de repente el conocimiento general la puso mucho más ansiosa que tener que confesarles a todos lo "impensable", que al parecer fue sobre pensado durante mucho tiempo.

-Bien, creo que el primero en notarlo sin saberlo fui yo -comentó Ron por lo bajo, las miradas fueron hacia él- De hecho, fue algo desleal… -dijo sin más mientras jugaba con unas migas de pan sobre la mesa.- Todo comenzó cuando…

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N/A: ¿Cuánto tiempo, verdad? La idea de esta historia es llenarla de capítulos autoconclusivos que nos vayan revelando cómo se llevó adelante el acercamiento entre el Pocionista y la Insoportable Sabelotodo. Los recuerdos fragmentados del resto de los personajes nos irán revelando poco a poco detalles de los primeros episodios. Veremos cómo sale. La idea es actualizar periódicamente :)

Que lo disfruten es mi deseo.